22/07/2025

Re:Monster - 631



Se me han terminado las imágenes que tenía preparadas, así que a partir de ahora los capítulos serán así. ¡Espero que os guste!


-Xeniaxen




Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 631


Ayer por la tarde, después de escuchar un grito, fuimos a socorrer a un hombre corpulento y una chica con un vestido gótico. El hombre resultó ser amigo del hurgador de barro gemlim, tal y como él sospechaba.

Cuando llegamos, se encontraba en una situación bastante crítica: tenía una herida profunda en su brazo hábil y estaba luchando desesperadamente por proteger a la chica a su espalda.

Básicamente, atacar a un monstruo de mazmorra mientras otra persona está en combate con él se considera una muy mala práctica, conocido como un golpe bajo o una intrusión del coto de caza. Implica robar el resultado de la batalla de otro y, al hacerlo, es fácil que se interprete con malicia. Incluso si se interviene con buena intención para ayudar, después pueden surgir problemas por la propiedad de los artículos obtenidos o por cuestiones de honor. Aquellos que viven de la lucha suelen ser temperamentales, así que, en el peor de los casos, esto puede incluso poner en peligro tu vida.

Así pues, se considera de buena educación avisar antes si ves que alguien necesita ayuda. Si hubiera estado solo, seguramente lo habríamos hecho así. Sin embargo, en esta ocasión, se trataba de un amigo de mi colega, y la situación era tan crítica que él y su acompañante estaban al borde de la muerte. Además, el monstruo de mazmorra no se había percatado de nuestra presencia, ya que estábamos a su espalda. Era una situación óptima para un ataque sorpresa, y perder esa ventaja avisando habría sido un desperdicio.

Siendo así, decidí dejarle toda la gestión de las consecuencias al gemlim y lancé un ataque sorpresa sin decir nada.

El monstruo era un oso gigante: un oso de tierras arcillosas. Por describirlo de forma sencilla, es un animal de tres cabezas adorable y redondito. Mide unos diez metros, por lo que es bastante grande, pero sus articulaciones están cubiertas por una cantidad excesiva de grasa. Sus movimientos dan la impresión de hacer “boing, boing” de lo mullido que se ve. Su pelaje, de un color gris metálico vibrante, parece súper suave.

Aunque desde lejos puede parecer adorable (estoy seguro que a más de uno le gustaría tenerlo como mascota), un monstruo de mazmorra es un monstruo de mazmorra. Su pelaje es más duro que el acero, y la gruesa capa de grasa de debajo tiene una capacidad de absorción de impactos altísima, lo que le confiere una defensa inusitada.

Sus enormes colmillos, a la par con su gigantesca cabeza, pueden desgarrar la mayoría de las criaturas en un instante, y sus garras pueden desgarrar una armadura de metal mágico hecha por un maestro artesano como si fuera papel.

Posee un [Rugido de Oso] de gran volumen que provoca [Miedo] y [Terror]. Tiene pocas habilidades especializadas en magia, pero presume de un rendimiento físico inigualable en el combate cuerpo a cuerpo, lo que lo convierte en un adversario muy problemático con el que los hurgadores de barro comunes preferirían no encontrarse.

Esa es la reputación general del oso de tierras arcillosas.

Frente a un oponente tan potente, lancé con fuerza una estocada con mi [Gran Espada de Ciempiés de Lava Emperador] desde su punto ciego. Aunque la distancia era de unos trescientos metros, extendí todos los segmentos de la espada necesarios, cubriendo la distancia en un abrir y cerrar de ojos, y me abalancé sobre la presa.

La punta de la espada, con sus colmillos venenosos de ciempiés, impactó en la espalda del oso de tierras arcillosas, que se había erguido y se disponía a descargar sus poderosas garras afiladas sobre el hombre corpulento. Atravesé sin dificultad su pelaje, que debería ser resistente, y la gruesa capa de grasa, fracturando sus músculos y huesos, aún más robustos que el pelaje, y perforando su torso. El colmillo venenoso de mi espada le salió por el pecho creando una fuente de sangre fresca, aprisionó el enorme corazón que seguía latiendo con fuerza.

Tras ese golpe mortal por sorpresa, el oso de tierras arcillosas se mantuvo erguido por un momento; gracias a su tenaz vitalidad, no murió al instante. Moriría pronto, pero aún le quedaba suficiente vigor como para llevarse al hombre corpulento en un último y desesperado intento.

Con una profunda admiración hacia su dureza, me dispuse a darle el golpe de gracia. Antes, pero, hice que las llamas negras que envolvían la [Gran Espada de Ciempiés de Lava Emperador] prendieron la grasa del oso que se había quedado pegada a ella.

En un instante, las llamas se extendieron y una columna de fuego se elevó hasta el cielo como un géiser. Al ser quemado desde dentro, la tenaz vitalidad del oso de tierras arcillosas pareció consumirse. El gigantesco cuerpo cayó lentamente, bramando y desplomándose con un golpe sordo en el suelo.

Normalmente, no me habría cabido ninguna duda de que habría muerto. Pero existía la posibilidad de que fuera en realidad un monstruo de barro hundido transformado en oso de tierras arcillosas, y que solo estuviera fingiendo su muerte. Para asegurarme de que había acabado con él, volví a mover la [Gran Espada de Ciempiés de Lava Emperador] y pulvericé por completo su cabeza.

Después de confirmarlo, me dirigí con el hurgador de barro gemlim hacia el hombre corpulento y la chica. Al percatarse de que era su amigo, el hombre nos saludó con una sonrisa. Aunque se había producido un "golpe bajo" (que es una mala práctica), gracias a la presencia del gemlim, después de una breve conversación, todo se solucionó pacíficamente.

Le dejé a mi colega el resto, que se encargó de curar al hombre corpulento, mientras Chabomaru y yo disfrutamos del oso de tierras arcillosas asado.

Era simple carne de oso asada con fuego intenso, pero estaba bastante buena. El pelaje, quizás por haberse quemado y luego enfriado, se había solidificado en una capa fina. Tanto a la vista como al tacto, tenía una textura crujiente, como de galleta de arroz, y un sabor que invitaba a seguir picoteando. Con una pizca de sal, parecía el acompañamiento perfecto para un buen sake. La grasa, encogida por el calor, había concentrado su sabor en su interior; cuanto más la masticaba, más sabor liberaba. Además, la textura rechoncha, como de gelatina o pudin, era muy interesante. Era consistente pero también ligera, y nada empalagosa de comer. Los músculos, rojos y firmes, tenían una excelente resistencia a la mordida, y al masticarlos, un sabor intenso, diferente al de la grasa, se extendía por la boca. Estaba delicioso por sí solo, pero combinarlo con la grasa parecía profundizar aún más el sabor. Comerlos juntos parecía la opción óptima.

En general, todo el cuerpo estaba delicioso, pero lo que más me gustó fueron sus patas. Tenían un dulzor único y distintivo que no se encontraba en otras partes. Quizás se debía a que este oso suele alimentarse a base de miel, y el sabor se le había impregnado. A Chabomaru también le gustó; no paraba de pedirme más. Cedí a su adorable gesto y le di un poco más de la cuenta, pero como yo también me quedé con ganas de más, decidí que la próxima vez que tuviera la oportunidad, lo cazaría.

Mientras Chabomaru y yo disfrutábamos de la comida, el hurgador de barro gemlim terminó de tratar al hombre corpulento, así que regresamos rápidamente a un lugar seguro antes de que anocheciera.

El hombre corpulento estaba muy agotado, aunque sus heridas ya estaban fuera de peligro. Lo mejor era que descansara en la seguridad de la ciudad. El hurgador de barro gemlim tomó la delantera, ya que conocía el camino más corto. El hombre corpulento y la chica del vestido gótico se pusieron en el medio, el lobo negro y yo a la retaguardia. Avanzamos a paso rápido y, como estábamos en una zona poco profunda, logramos salir de la Gran Ciénaga Ilusoria – Claytaria sin problemas en poco tiempo.

Directamente desde allí, regresamos a Fantagram Eggrion, la Ciudad Fortaleza de la Joya Cristalina y, como era de esperar, fuimos derechos a Beryllyn's Shovel. Como ya era de noche, el lugar estaba abarrotado de hurgadores de barro que habían terminado su jornada. Pedimos algo de cenar y charlamos sobre el hombre corpulento y la chica del vestido gótico.

El gemlim lo conocía a él, pero no a la chica. Era una belleza adorable, y por cómo se mostraba hacia el hombre corpulento, era más que simples amigos. Bromeando con lo que parecía el inicio de un pequeño incidente, el hombre corpulento frunció el ceño al principio, pero luego, sin poder ocultar su orgullo, comenzó a contarnos su historia.

Venían de una gran aventura que había durado varias semanas. Para resumirlo, y centrándonos en lo importante: el hombre corpulento había estado explorando la mazmorra durante años, reuniendo información de todo tipo y realizando sus conjeturas. Así, tras el último [Gran Descenso de Lodo] que provocó un cambio ambiental masivo, decidió emprender una exploración a largo plazo en Claytaria. A pesar de diversas dificultades, finalmente llegó a su objetivo: el Castillo Esférico Dorado – Dindolp Paldelon, que se decía que era el castillo real de una gran ciudad antigua.

Exploró el interior con cautela, superando a vigorosos monstruos guardianes, y tuvo la suerte de encontrar una cámara del tesoro. Fue allí donde encontró a la chica del vestido gótico durmiendo.

Cuando la descubrió, la tocó con desconfianza para despertarla y, al parecer, se registró automáticamente como su maestro a través de su poder mágico. Después, la propia chica le explicó su situación. Parece que es una especie de artículo mágico con forma humana, una [Muñeca Diva]. No nos reveló los detalles exactos, dado que, naturalmente, eran un secreto.

A nosotros nos sorprendió bastante que la chica, que atendía diligentemente al hombre corpulento mientras este relataba su emocionante aventura, fuera un artículo mágico. Su apariencia no parecía en absoluto la de una muñeca.

Su piel era cálida, y sus párpados se movían de forma natural. No solo respiraba, sino que también comía y bebía por sí misma. No parecía otra cosa que un ser vivo, aunque su conversación era un poco torpe en ocasiones. Si posee la capacidad de crecer, al igual que mi [Gran Espada de Ciempiés de Lava Emperador], ¿significa que es un artículo mágico de rango [Legendario]? Entonces es una pieza increíble.

En cualquier caso, el hombre corpulento obtuvo la [Muñeca Diva] con forma de chica de vestido gótico (dijo que aún no le había puesto un nombre), pero el colofón es que fuimos nosotros quienes le ayudamos a regresar. No hay duda de que estuvo en grave peligro, agotado por su gran aventura.

Así, como agradecimiento por haberlo ayudado, la chica del vestido gótico se dispuso a deleitarnos con su canto. Su hermosa voz resonó en Beryllyn's Shovel. Al principio, suave y a capela. Poco a poco, unos sonidos como de percusión y de instrumentos de cuerda emergieron de varias partes ella, magnificando la actuación. Era una voz tan emotiva que las lágrimas me brotaron de forma natural al escucharla, y una música tan espléndida que calaba en el alma.

Había muchos borrachos en la taberna, pero el bullicio fue disminuyendo poco a poco, todos hipnotizados. Sus canciones parecían influir profundamente en las emociones; con las más animadas, todos bailaban, y cuando cantaba melodías más nostálgicas, los más mayores lloraban desconsoladamente.

No hay duda de que esa voz única tenía algún tipo de efecto en la mente. Dependiendo de cómo se use, podría incluso causar bastantes problemas.

La cantidad de propinas que reunimos de los hurgadores de barro emocionados fue enorme, y cuando el hombre corpulento las usó para rellenar las jarras de toda la taberna, el ambiente se animó aún más.

En cualquier caso, la Gran Ciénaga Ilusoria – Claytaria es un lugar donde se obtienen cosas extrañas con habilidades especiales como la [Muñeca Diva]. Y no solo eso, también alimentos que no se pueden conseguir en el exterior. Durante el tiempo que tenga que acompañar a las señoritas del linaje principal de gemlims por trabajo, intentaré asegurar eficientemente esos recursos.



A lo que vamos, hoy, el primer día de trabajo, debía verificar sus habilidades en el campo de entrenamiento de la casa principal. Bueno, era inevitable. Después de todo, me contrataron como escolta precisamente para evitar que murieran por falta de habilidad al ir directamente al combate. No tenía sentido no hacer la verificación.

Pero la frustración que de alguna manera persistía la decidí descargar en las siete acompañantes que, tras una breve discusión, quedaron también bajo mi tutela. En concreto, para verificar sus habilidades actuales de forma rápida, simplemente les hice repetir un entrenamiento práctico. Les hice atacarme con sus armas reales, con la intención de matarme. Yo solo las esquivaba y las bloqueaba con mi brazo mecánico, sin llegar a tocarlas.

Al principio, al enfrentarse a una desventaja tan grande (todas armadas contra uno desarmado), mostraron indignación. Pero al poco tiempo, al ver que podía derrotarlas sin que me causaran ni un rasguño, parecieron darse cuenta de la abismal diferencia de fuerza. Aun así, no se rindieron y continuaron el entrenamiento de la mañana a la noche, con solo pequeñas pausas para descansar.

A medida que avanzaba el entrenamiento, más cansadas estaban y sus heridas les impedían moverse con normalidad, pero les di grandes cantidades de pociones curativas que tenía en stock y así pudimos seguir. Nunca me olvidaré de la cara que ponían cada vez que sacaba una nueva poción. Será duro para ellas, pero les vendrá bien. Los goblins de mis recuerdos hicieron lo mismo, así que ellas también pueden.



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