
-Xeniaxen
Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)
Re:Monster
Traducción: Xeniaxen
Traducción: Xeniaxen
Día 624
Se oían truenos a lo lejos y el aire se sentía húmedo. En poco tiempo, empezaría a llover.
Como en días así no me apetece mucho moverme, decidí ir a la taberna de los hurgadores de barro para informarme y comer algo. Hoy mi colega gemlim no estaba, pero conversé con otros hurgadores con los que ya me había topado en la borrachera del otro día.
Al principio, entré en esa taberna porque era bastante grande y estaba limpia, pero a medida que he ido recopilando información, me he dado cuenta de que aquí se reúnen muchos de los hurgadores más talentosos. Parece que esto se debe a que el hurgador gemlim, con sus años de vasto conocimiento, es el primero de la lista, y otros clientes frecuentes también se esfuerzan en formar a los más jóvenes.
Para explicar rápidamente qué es un hurgador de barro: si quieres ejercer oficialmente como tal, lo normal es afiliarte a una de las cuarenta y dos tabernas de hurgadores. Al afiliarte, te imponen varias restricciones molestas, pero como las ventajas superan con creces los inconvenientes, si no te afilias, se considera que tienes algún motivo personal oculto.
En mi caso, como mi estancia aquí será breve, no tiene mucho sentido afiliarme, así que no lo haré. No podré disfrutar de beneficios como la venta a precio elevado de los artículos que obtenga, la asignación eficiente de encargos o el apoyo en caso de problemas. Nada que no pueda solucionar por mi cuenta, así que no me preocupa.
Además, aunque hay un total de cuarenta y dos tabernas de hurgadores, los derechos de explotación de cada una los poseen diferentes figuras influyentes de la ciudad. Hay familias que las han mantenido históricamente, y también se dice que algunas otras han llegado a comprar tabernas a un precio exorbitante tras obtener varios permisos complicados.
Quizás por eso, cada taberna de excavadores tiene sus propias características: algunas son elegantes, otras son más vulgares. En ese sentido, Beryllyn's Shovel entra en la categoría de las de alta calidad.
Al ser la Familia Beryllyn quien tiene sus derechos de explotación desde tiempos inmemoriales, es una taberna con mucha historia. Precisamente por eso, también goza de credibilidad, por lo que el número y la calidad de los encargos de ciudadanos y comerciantes son buenos. Además, gracias al conocimiento adquirido a lo largo de sus años de funcionamiento, tiene muchas políticas propias, como la formación de los novatos. Hacen una selección previa de la mayoría de hurgadores de barro afiliados, por lo que no hay tontos que se descontrolen por instinto. Aunque puedan parecer excéntricos para la gente común, la mayoría son capaces de disciplinarse a sí mismos. Otra de sus políticas es que hasta el último rincón de la taberna debe estar siempre limpio, y todo lo que sirven es de máxima calidad.
Bueno, a pesar de todo esto, toda organización siempre tiene sus cosas. Hay novatos o compañeros problemáticos de los que los demás se quejan, y corren chismorreos vulgares de vez en cuando.
Con el sonido de la lluvia caer de fondo y la lengua bien lubricada con el sake de mazmorra que me dio mi amigo gemlim, hoy volví a organizar una competición de beber.
Día 625
Mientras cavilaba sobre qué podría ser, me vino a la mente el whisky de turba. ¡Claro! La turba se usa para secar la cebada, de ahí ese olor tan distintivo. (NT: La turba es un material orgánico que se forma por la acumulación y descomposición parcial de materia vegetal, principalmente musgos, en ambientes húmedos como pantanos y ciénagas. En agricultura, la turba es un tipo de suelo orgánico que se utiliza como sustrato o componente del suelo para mejorar las condiciones de crecimiento de la cebada y otras plantas. Proporciona una buena retención de agua y aireación, además de ser una fuente de materia orgánica, aunque con bajos niveles de nutrientes.)
Hoy tenía pensado ir a Gran Ciénaga Ilusoria – Claytaria después de recopilar algo de información, pero ese aroma me hizo entrar sed de alcohol. Me sentí como si me hubieran cortado las alas antes de empezar.
Resignado, pensé que el desafío podría esperar a otro día y decidí continuar con la recopilación de información en Beryllyn's Shovel.
Xeniaxen: Sí, sí. Muy resignado. Pobrecillo Rou...
La posada en la que me alojo actualmente, Ruby Shellnay, tiene un interior moderno amueblado en tonos blancos y negros. Es un establecimiento de larga tradición con un ambiente tranquilo, aunque sin demasiados lujos. No está a más de cuatrocientos metros en línea recta de Beryllyn's Shovel.
Mientras caminaba como ejercicio matutino, sentí que toda la ciudad se agitaba de repente. Al prestar atención a las conversaciones de los residentes, escuché cosas como: “Huele muy fuerte. ¿No crees que esta vez se va a armar gorda?”, y “¿No están quemando con demasiada frecuencia este año? ¡Qué fastidio, la ropa se me va a quedar impregnada de este olor!”, y “¡Han empezado a contratar trabajadores en la planta de procesamiento! ¡Vamos rápido!”, y “Espero que no se ensucie demasiado. ¿Recuerdas lo horrible que fue hace tres años? Parecía el preludio de un gran suceso”.
Me apresuré a llegar a Beryllyn's Shovel, que estaba bastante abarrotada. Aquellos que normalmente iban ligeramente armados, hoy estaban cubiertos de pies a cabeza con su equipo de batalla completo. A pesar de ser por la mañana, había mucha gente reunida, y aunque la taberna era bastante espaciosa, se sentía muy pequeña.
Al llegar me dijeron que, dado que estaban muy ocupados, solo podían atender hurgadores de barro afiliados. Todos los demás, como yo, debíamos irnos.
No quise forzar las cosas porque me lo pidieron amablemente. Estaba a punto de marcharme cuando el hurgador de barro gemlim me vio y me llamó a toda prisa. Él también parecía muy ocupado y hablaba algo atropellado. Me dijo lo siguiente:
Primero, que el olor a whisky ahumado que había en el aire desde la mañana era un presagio de un ataque. El origen del ataque, por supuesto, era la Gran Ciénaga Ilusoria – Claytaria. De allí, varias veces al año, desbordan unas criaturas únicas llamadas bestias de turba ahumada.
Debido a que son muy numerosas y los ataques pueden durar varios días, la ley exige que los hurgadores de barro con suficiente poder de combate participen en la batalla de defensa contra ellas. Es una de las restricciones que se les impone. Infringirla conlleva graves sanciones o, en el peor de los casos, la expulsión del gremio. Por lo tanto, todos deben participar a menos que tengan una justificación que los exculpe, como una lesión grave que les impida luchar.
Así pues, el hurgador de barro gemlim tenía que participar en la defensa, pero, desafortunadamente, ayer habían llegado a la casa de su familia la heredera del linaje y otras parientes. Parece que los hijos de la línea de sucesión principal tienen por costumbre empezar a entrenar y mejorar su fuerza a cierta edad. Considerando varias circunstancias, como que el hurgador de barro gemlim es de una rama secundaria y tiene suficiente habilidad, le habían encomendado la tarea de ser su maestro. Parece que hay una serie de asuntos familiares complicados más, pero ese es el resumen.
El colega gemlim se dio cuenta por el olor al despertarse de que se llevaría a cabo una defensa, así que pensó en posponer el entrenamiento. Sin embargo, la heredera, que esa mañana había acudido con él a la taberna, comenzó a decir: “¡Yo también quiero participar!”. Además, parece que trajo consigo el permiso de su padre, el actual cabeza de familia, por lo que así estaban las cosas.
La heredera y las otras parientes, aunque tenían poca experiencia práctica, estaban lo suficientemente entrenadas para su edad, y además poseían la confianza y la motivación propias de la juventud. Yo creo que es mejor eso a que hubieran salido introvertidas y quisieran evitar el combate a toda costa. Considerando que deberían encargarse de las políticas urbanas en un futuro, tener un historial de participación en una batalla de defensa sería bueno para ellas.
Por eso la casa principal probablemente les había dado permiso, pero el problema recaía en mi colega hurgador de barro, quien debía ser su maestro.
El campo de batalla que les habían asignado era, como de costumbre, la llanura fuera de la muralla, una zona de intensa lucha. La idea era que los combatientes más capaces pudieran desatar su furia en la primera línea. Pero claro, él no quería llevar consigo a las señoritas, que serían un estorbo. Si les pasaba algo, la responsabilidad recaería con alta probabilidad sobre su familia.
Si las hubiera entrenado a fondo y comprendiera sus habilidades, sería otra cosa, pero ahora todavía eran inmaduras y no estaban en un nivel que pudiera soportar el combate. Por lo tanto, aunque no podía evitar que participaran en la defensa, optó por contratar un nuevo escolta capaz y encargarles a ellas ejercer de apoyo en la muralla en lugar de la primera línea.
No obstante, los combatientes que el hurgador de barro gemlim conocía estaban todos ocupados, y la unidad de apoyo de la retaguardia también. No podía contar con ellos. Además, sin un supervisor, no podía imaginar lo que harían las señoritas. No quería ir al campo de batalla con esos factores de incertidumbre sin resolver.
Estaba preocupado y no encontraba ninguna solución. El tiempo se agotaba a cada instante.
Justo en ese momento fue cuando yo, sin más, aparecí por allí. Seguramente le parecí una salvación. Aunque solo hacía unos días que nos habíamos conocido y no había comprobado directamente mis capacidades de combate, inclinó profundamente la cabeza y me suplicó que lo ayudara.
Me tomó por sorpresa, pero por un compañero de bebida se hace lo que sea. Aunque nuestra relación era breve, no me cae mal y, personalmente, me alegra poder establecer una conexión con figuras influyentes de la ciudad. Además, entre las varias recompensas que me ofreció, hay información secreta que solo un veterano como él podía conocer, así que no tenía nada que perder.
Eso sí, acepté el encargo solo después de dejar claro que no me haría responsable de los daños en caso de que si las señoritas no quisieran hacerme caso o intentaban hacer algo imprudente y tenía que detenerlas por la fuerza.
Así, sin más dilación, me reuní con ellas en Beryllyn's Shovel. La heredera era una gemlim de lapislázuli. Su cuerpo entero, desde el cabello hasta los dedos de los pies, estaba hecho de un material de cristal de un color azul como el mar, con tonalidades más o menos intensas según la parte. Era una especie superior de los gemlims, y tenía una gran cantidad de poder mágico, además de poseer una belleza sin igual.
La ropa que llevaba debía ser un tipo de armadura biológica. Parecía un hermoso vestido de tonos vibrantes tejidos con hilos de lapislázuli, pero era una armadura con placas de plata blanca añadidas en varios puntos. Como arma biológica, llevaba un pequeño escudo plegado en el brazo izquierdo y una espada larga atada en la cintura. Su postura era tan digna como la de una princesa caballera.
Ahora bien, estaba en el principio de su adolescencia. Era una chica menuda, que aún conservaba rasgos de niña y probablemente era más bajita de lo normal para su edad.
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