
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
Capítulo 5
El atributo de levitación
En la capital de Gazetta, Patricia del Norte, en la azotea ajardinada de la Torre Central, sede del antiguo Consejo Divino, Shinja recibió el informe de uno de sus oficiales:
—Aún no hemos localizado el paradero del grupo rebelde, ni del armamento sustraído.
—¿Y las actividades del enemigo?
—Parece que los polvatienses que detectamos en nuestro territorio han cesado toda actuación; tras ser vistos cerca de la antigua ruta minera, no hemos vuelto a tener noticias de ellos.
—Entiendo... ¿Se ocultarán todavía en algún punto de Gazetta, o quizá ya han cruzado la frontera y se esconden en el mar de árboles de Trent Rietta...?
Desde la visita de Sakuya a Patricia del Norte, el comportamiento de los conservadores, ahora acusados de traición como grupo de supremacistas, se había tornado sospechoso. Antes, se limitaban a distribuir panfletos y a reclutar seguidores en zonas residenciales incitando a la «Restauración del Clan Blanco», pero desde la visita de Sakuya habían casi desaparecido.
Al igual que en los tiempos de Noscentes, cuando Ayuukas ya penetraba con frecuencia en la vieja capital, Patricia del Norte posee múltiples pasadizos secretos, por lo que es fácil entrar y salir si se cuenta con un confidente interno. Durante la era dominada por los usuarios de artes divinas la detección por ondas hacía difícil que alguien se infiltrara, pero ahora que usuarios y desvalidos convivían indistintamente, ya no era posible identificar intrusos por su aura. Además, si un guerrero blanco de Gazetta traicionaba o cooperaba con el enemigo, era casi imposible detectarlo.
En los primeros días del auge de Gazetta en Kaltcio, algunos progresistas engañados por el antiguo Consejo Divino de Noscentes filtraron información, lo que provocó la aniquilación de una unidad de reconocimiento de Gazetta. Esa vulnerabilidad ante la traición seguía siendo uno de los puntos débiles de Gazetta.
—Pensé que aprovecharían la ausencia de la chamana para actuar... —musitó Shinja—, pero debemos mantenernos alerta. Que prosigan la búsqueda y vigilancia. Además, averiguad los movimientos de los polvatienses infiltrados en otros reinos.
—Sí, señor.
Tras dar esas órdenes, Shinja reflexionó sobre el regreso de Ayuukas: en las negociaciones de paz dijo que evaluaría al máximo líder de Polvatia y, de ser posible, lo convencería para que se aliara con Gazetta...
«Esa anciana es capaz de hacerlo...», pensó Shinja.
Si lograban aliar a Gazetta con la facción más poderosa de Polvatia, los grupos que actuaban en la sombra en Kaltcio se calmarían. Con suerte, podrían incluso identificar a los rebeldes de Gazetta a través de los enlaces polvatienses. Pero, al mismo tiempo, los otros tres grandes reinos de Kaltcio (aunque Trent Rietta era una incógnita) los mirarían con recelo.
Incluso sin un ánimo expansionista, si Gazetta recibía apoyo de Polvatia para desatar una revolución con armamento mágico, podría convertirse en una gran potencia militar capaz de eclipsar incluso a Fonkrank. Si Gazetta se erigía dominadora absoluta sin invadir ni provocar guerras, mostrando simplemente su fuerza, sería como tomar la hegemonía de Kaltcio. Sin embargo...
«Una ambición que no estremece el corazón no es más que un sueño para matar el tiempo...», recordó que le dijo alguien. Como rey de Gazetta, él no albergaba ni lo más mínimo ese deseo. Como si la administración del reino no fuera ya lo bastante compleja, añadir estrategias interestatales y diplomacia solo le obligaría a encerrarse aún más en la torre del Consejo Divino.
«¿Quizá esta era ha avanzado demasiado rápido...?», pensó. Si el ascenso de Gazetta se hubiera demorado diez años más, con un cuerpo más débil a causa de la edad, Shinja habría alcanzado mayor serenidad. Como rey, se habría sentado firmemente en su trono y hubiera sido un monarca corriente. Pero la manifestación del dios oscuro Yuusuke aceleró la historia de Kaltcio y disparó la transformación.
Shinja recuperó siendo joven la ancestral fortaleza de Patricia del Norte, un sueño largamente acariciado por el clan lanco. ¿Le bastaría eso para asentarse? La respuesta era no.
Como bien dijo Ayuukas, el «Rey Colmillo de Lobo Blanco» aún no había encontrado la calma. Esperaba con ansia el momento en que esos elementos subversivos, los rebeldes que operaban en las sombras, finalmente alzaran la voz.
Con la previsión de que el Rey Shinja estaría ocupado en otros menesteres, Yuusuke salió aquella mañana de su habitación en el Palacio de Volance rumbo al campo de entrenamiento. Y entonces se cruzó con Violet, que se dirigía a huronear en su cuarto.
—Yuusuke, ¿adónde vas?
—Voy abajo, al campo de entrenamiento.
Violet abrió mucho los ojos: rara vez acudía allí, salvo para probar algún vehículo motorizado, pero jamás para entrenar.
—Ahora que lo mencionas, he visto que andas construyendo algo. ¿Será un nuevo vehículo de transporte?
—No, esta vez es algo un poco más peligroso...
—¿Peligroso? —preguntó Violet, ladeando la cabeza.
—¿Recuerdas lo que hablamos el otro día? Lo de crear un arma más potente para contrarrestar las otras armas... He estado pensando: al menos debo tener un medio de defensa personal.
—Ya veo... ¿Has fabricado un arma?
Yuusuke había rechazado la carrera armamentística por miedo a un desastre, pero pensó que un arma de uso personal no implicaría un problema siempre que no se masificara. Lo crucial era no dispersarla y perder el control de su uso.
—Me intriga: te has puesto en plan serio a crear un arma...
—No voy a producir más, ¿eh? Solo es para mí —aclaró Yuusuke, mientras Violet le acompañaba por el pasillo—. En un principio quería miniaturizar la ballesta de luz automática que copiamos de los polvatienses, para crear algo parecido a una pistola. Pero al intentar ajustar el mecanismo de condensación de poder mágico que genera las flechas de luz descubrí que también puedo alterar la naturaleza de esa energía.
Al modificar la configuración, el proyectil no solo explotaba, sino que podía adquirir propiedades de ignición, congelación o incluso alargarse en forma de vara y mantener esa forma.
Ese control detallado de la magia no era una simple tecnología, sino casi un truco que solo podía lograrse con [Creación Personalizada], ajustando el propio mecanismo de control del poder en tiempo real. Con esto, ningún ingeniero polvatiense podría copiarlo fácilmente y, al no producirla en masa, evitaría su dispersión.
La cámara de condensación de magia era una parte extremadamente delicada; alterar la naturaleza de la magia y mantener un control estable mediante pura tecnología resultaba casi imposible. No obstante, con la habilidad de [Creación Personalizada] bastaba con mover un deslizador en el menú para ajustar al instante esos parámetros.
Así, el desarrollo de armas de Yuusuke derivó de la ballesta de luz automática en miniatura a un proyecto mucho más atrevido de modificación extrema. Al descubrir lo que podía hacer con los proyectiles, pensó en crear una espada láser. Pero como él mismo no dominaba el uso de la espada, descartó portar un arma cuerpo a cuerpo. Por la misma razón, los proyectiles tradicionales tampoco le convencían.
El siguiente experimento fue un «truco» de magia condensada, pero al separarla del dispositivo se desintegraba inmediatamente. Probó a extenderla en forma de escudo mientras permanecía conectada, pero resultó en un muro áspero y semitranslúcido muy incómodo y llamativo, así que lo descartó.
Aun así, los ensayos le enseñaron a alargar y comprimir libremente la magia. Inspirado por la técnica «vendaval ardiente» de Valerie, que combinaba fuego y viento, Yuusuke diseñó un «cinturón de magia»: una cinta de magia extensible capaz de prender o congelar al contacto. Ahora bien, al activar esos efectos, la banda perdía su elasticidad y se desmoronaba.
Estancado, recordó entonces a Violet llegando al cuarto en su sofá flotante: en un viejo juego de acción extranjero, el protagonista ingeniero luchaba contra monstruos con herramientas y habilidades telequinéticas. Integró ese concepto y añadió un atributo de levitación al artilugio: ahora podía disparar el cinturón de magia, engancharlo al objetivo y aplicar la levitación para elevarlo o moverlo.
—En esencia, es un aparato para hacer flotar y atraer objetos.
—Mmm... No acabo de entender cómo se emplea en combate.
—Será más fácil que lo veas en acción.
Al llegar al campo de entrenamiento, donde había dianas diseñadas para practicar el lanzamiento, los guardias de palacio interrumpieron sus ejercicios al reconocer al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro y a la princesa Violet, y se reunieron expectantes.
—¡Ah! ¡Qué bien que estés aquí, Sun!
—Caray, Sun, ¡qué perseverancia tienes con el arco!
—Yuusuke, princesa Violet, ¿qué hacéis aquí?
Al encontrar a Sun en una esquina, abrazando un gran arco, se reunieron con ella y se colocaron en un carril de tiro. Yuusuke sacó de su bolsillo un dispositivo con forma de guantelete y se lo ajustó en el antebrazo izquierdo. Podría usarlo en cualquiera de los dos brazos, pero prefirió el izquierdo para dejar la mano derecha libre para operar el menú de personalización (pese a que podía controlarlo con la mente, usar la mano resultaba más seguro).
—Pues bien... ¡Empieza el experimento!
Con su habitual tono despreocupado, alzó la mano izquierda y activó el artefacto. Frente a él apareció una amalgama de magia luminosa, como una gota de agua blanquecina, flotando e inestable.
Con un gesto mental, lo impulsó hacia el espantapájaros situado en el extremo del carril. El cinturón de magia se extendió a gran velocidad y se adhirió al maniquí. Los guardias que observaban se quedaron boquiabiertos al ver al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro usar un poder distinto a sus habituales manipulaciones del terreno.
—¿Y ahora... qué más sucede?
—Ahora lo moveré usando el atributo de levitación, pero aún no sé bien cómo ajustar la potencia.
Explicó que, hasta ese momento, solo había probado con objetos ligeros o muebles de su dormitorio, así que no había calibrado bien la fuerza necesaria. Luego, giró con el dedo el pequeño dial de ajuste de potencia del guantelete.
—Más o menos... ¡Guau!
Al aumentar un poco la potencia, el cinturón mágico arrancó el espantapájaros del suelo y lo disparó en vertical: salió despedido por los aires y el cinturón se desintegró al perder su anclaje.
Pero Yuusuke no titubeó: apuntó a la torre de paja suspendida y extendió de nuevo el cinturón de magia. Esta vez, tras ajustar con precisión la dirección, consiguió enganchar el espantapájaros antes de que cayera.
—¡Genial! ¡Está flotando!
Aunque en las artes aéreas existían técnicas para mover objetos a distancia, levantar algo tan pesado como un maniquí del campo de entrenamiento era realmente difícil.
—Ya veo. Supongo que la idea es empuñarlo y blandirlo para atacar, ¿no?
—Bueno... Podría hacerlo, pero no es exactamente para eso.
Yuusuke sonrió ante el gesto de comprensión de Violet y, moviendo el brazo, preparó la siguiente demostración:
—Verás... Esto se hace así.
Al contraer el cinturón de magia, Yuusuke atrajo el espantapájaros flotante de vuelta a su mano y apuntó al maniquí de otro carril...
—¿Ves?
Con un estallido de energía, alargó el cinturón de golpe y soltó la conexión. El espantapájaros salió disparado a toda velocidad contra el objetivo, chocando con él. Ambos maniquíes sufrieron daños leves. El que fue lanzado quedó rodando por el suelo.
A continuación repitió el proceso: extendió el cinturón, lo fijó a un espantapájaros, lo atrajo hacia él y lo disparó de nuevo con fuerza hacia otro espantapájaros.
—Con esto puedes convertir casi cualquier cosa en arma... ¡o usarla como escudo!
El motor gravitatorio del dispositivo manejaba fácilmente el peso de un espantapájaros arrancado del suelo. Como Yuusuke dominaba también la técnica de generar muros instantáneos con [Creación Personalizada], podía combinar ambos recursos para levantar una barrera defensiva, elevarla y lanzarla contra su enemigo en un solo movimiento.
—¡Guau! ¡Ha sido incluso mejor de lo que esperaba!
—Me habéis dejado alucinado...
Violet y Sun aplaudieron la demostración, y Yuusuke, satisfecho con el resultado, sonrió. Los guardias que observaban, impresionados, se acercaron curiosos ante este nuevo poder del capitán.
Al día siguiente, Sakuya visitó la habitación de Yuusuke y le puso al tanto del desarrollo de las negociaciones de paz en Polvatia.
Tal y como esperaba, la decisión de no exigir reparaciones por la guerra anterior había allanado el camino, y las conversaciones avanzaban sin mayores contratiempos; pronto la delegación de Kaltcio regresaría a casa.
Como también había previsto, Ayuukas había estado seduciendo al sumo sacerdote.
—Ya me lo imaginaba. Estaba claro que lo intentaría —comentó Yuusuke, sin sorprenderse, mientras Sakuya se restregaba la frente con gesto de agotamiento.
En Kaltcio, se convocaría de nuevo a los representantes en la Catedral de Kaltcio para recibir a los emisarios y escuchar los resultados de sus negociaciones de paz. Allí también se discutiría la acogida de los embajadores que Polvatia enviaría como parte del intercambio. Según Krielov, en los niveles más altos ya estaban afinando los detalles para evitar rencillas, pues los distintos reinos tenían sus propias intenciones sobre la adopción de la tecnología mágica polvatiense.
—Ya veo... Ahí volverán a surgir movidas, ¿verdad?
—Bueno, ya soltamos todo lo que teníamos en la primera reunión, así que algo más de paz habrá.
No habría problema en tratar cordialmente a los embajadores de Polvatia. Es más, sería una buena oportunidad para que Gazetta y Fonkrank estrecharan lazos. Lo que realmente le preocupaba era cómo reaccionarían las agrupaciones polvatienses no oficiales ya infiltradas en Kaltcio y los supremacistas de Gazetta.
—Entonces apareceré de nuevo por allí.
—Sí, te lo agradezco.
Dispuesta a apoyarlo hasta el final, Sakuya continuaría sus rondas de vigilancia.
—Por cierto —preguntó—, quería traer mañana o pasado a Nelia. ¿Te parece bien?
—Claro, sin problema.
Hasta que regresara la delegación, Yuusuke tenía algo de tiempo libre. Sakuya asintió y, tras despedirse, desapareció repentinamente, de regreso a otro mundo.
—Uf... Venga, tendré que ponerlo todo en marcha por aquí.
Rectima aún estaba organizando sus recuerdos. La reunión con Heinelia tendría lugar en la mansión de Yuusuke. Él se puso en marcha para avisar a sus compañeras de casa y al personal de la próxima visita de Sakuya y la androide.
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