21/06/2025

WCC Kalvatia - Capítulo 4




Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


Capítulo 4
Exploraciones en el palacio

Aquella noche en que Sakuya irrumpió en la conferencia de las Cuatro Grandes Naciones y el banquete posterior en la Catedral de Kaltcio, los representantes de Blue Garden y Trent Rietta habían intentado atraerla a sus causas, mientras que Ayuukas trataba de disuadirlos. Finalmente la velada concluyó sin mayores incidentes y se dio por cumplido el propósito de la reunión.

Nada más marcharse Sakuya, los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro comenzaron a prepararse para el regreso a Fonkrank.

—Pues nosotros nos vamos —anunció Yuusuke mientras se incorporaba.

—¿Ya os marcháis? ¡Vaya prisas! ¡Eres un adicto al trabajo!.

Aprovechando la ventaja de poder volver en el día, Yuusuke le explicó a Ayuukas que prefería adelantarse todo lo posible.

—Es bueno también cuidar el trato con tus allegados.

—Gracias por entenderlo.

Los demás emisarios también partirían al día siguiente. Subieron a su vehículo en el apeadero y saludaron a quienes habían acudido a despedirles.

—¡Hasta la próxima!

—Cuídate, Yuusuke.

—¡Hasta luego!

Brentford y Valerie, de Trent Rietta, les despidieron con gesto amistoso.

—No te olvides de... convencer a Sakuya... Mmmgh...

—Cuando quieras, podríamos quedar para conocernos.

—Je, je... Eso tendrás que consultarlo con tu jefa.

Las damas gemelas de la corte de Blue Garden, Sasha y Marsha, habían intentado reclutar a Sakuya y luego a Yuusuke para tener encuentros privados, pero terminaron tapándose la boca con discreción. Él les sonrió de manera cordial, sabiendo que ambas trataban de aliviar la carga de su reina.

Detrás de ellas, Plausha le agitó la mano con timidez y un gesto apenado.



Tras desplazarse con Shift Move desde la Catedral de Kaltcio hasta las inmediaciones de Sanc Adiet, pusieron rumbo al Palacio de Volance en el mismo vehículo.

―Ya he informado que hemos regresado ―anunció Hisotta.

―Bien. Buen trabajo ―la felicitó Yuusuke.

Pensó que Violet estaría ya dormida a estas horas, y se preguntó cómo organizarían la llegada al palacio.

―¿Puedo dejar el informe de la conferencia para primera hora de la mañana?

―Me parece razonable.

Vermeer asintió. Aunque en la reunión no se trató nada extraordinario, recopilar datos detallados de cada nación (y, sobre todo, conocer la situación crítica de Gazetta) había sido muy valioso para planificar las siguientes acciones.

―Sinceramente, yo tengo la sensación de que mi papel aquí se ha limitado a saludar a los representantes de otros reinos ―admitió con un suspiro Hivodir, que se sentía algo fuera de lugar tras tanto entusiasmo al partir―. La verdad es que no he tenido apenas oportunidad de actuar.

―Tu momento de brillar empieza ahora, ¿no crees? ―le animó Yuusuke, sonriendo con comprensión.

―Sí... claro. El verdadero desafío será cuando crucemos la frontera.

Con algo de sueño aún en los párpados, Hivodir recuperó el ánimo y asintió con una determinación renovada.



Llegaron al palacio, descargaron el equipaje y se dispersaron. Cada uno regresó a su hogar o a sus aposentos reales. Yuusuke y Sun, en cambio, utilizaron Shift Move para volver a su mansión en plena noche.

—¡Bienvenidos, Yuusuke y Sun!

—Bienvenidos. Buen trabajo.

Al entrar, Raazsha y Rasanaasha les recibieron. Parcer ya estaba sentada en el sofá del salón.

—Vaya, ¿qué hacéis aún todas despiertas?

—¿Acaso Parcer no suele trasnochar siempre?

Raazsha invitó a Yuusuke y Sun a sentarse junto a Parcer en el sofá, luego se volvió hacia Rasanaasha y juntas comenzaron a preparar el té.

—Quería escuchar lo que ha pasado en la conferencia, pero tengo noticias que darte personalmente —explicó Parcer, que preveía su regreso esa misma noche—. Es sobre Rectima.

—Ahora que lo dices... no la veo —replicó Yuusuke, sorprendido. Rectima solía recibirles a cualquier hora.

Parcer, entonces, les relató cómo había cambiado Rectima durante su estancia en Rufk y qué la había llevado a comportarse de manera distinta...

—Al parecer, gran parte de sus recuerdos están regresando.

—¿En serio?

El hecho de atender a tanta gente durante el Festival de la Cosecha desencadenó la liberación de sus recuerdos relacionados con el servicio de atención al público. Ahora mismo estaba en modo reposo, organizando toda la información que había recuperado.

—Desde que hemos vuelto, no hace más que sentarse en esa silla luminosa y dormir.

—Ya veo... Más tarde pasaré a verla. Pondré al corriente a Sakuya la próxima vez que la vea.

Justo el otro día hablaron de presentarla a su compañeros de otro mundo, Kou. Después de que Hivodir y los demás partieran a Polvatia en breve, pensaron que tendrían tiempo de sobra para hacerlo. Después compartieron los datos reunidos en la conferencia, asegurándose de mencionar la infiltración de las facciones polvatienses en los distintos reinos de Kaltcio.

—Entonces, obviamente, también se han colado en Fonkrank, ¿no? —apuntó Raazsha.

—Me temo que sí —confirmó Yuusuke, asintiendo.

—Parcer, tened cuidado —añadió Rasanaasha—. Si hay agentes trabajando a nuestras espaldas, no dudéis en que también querrán atentar contra ti.

—Lo sé —respondió Parcer encogiéndose de hombros—, pero me mantuve tanto tiempo cautiva en aquel lugar que apenas unos pocos conocen mi existencia.

—Bueno, ¿os vais ya a descansar?

—Sí. Ayudaré a Sun a subir.

—Te lo agradezco.

Yuusuke aceptó con una sonrisa resignada la oferta de Raazsha. Mientras tanto, Sun, que no había tenido ocasión de tomar parte en la conversación, ya dormitaba apoyada en el hombro de Yuusuke, roncando suavemente.



Al día siguiente, en su habitación privada del Palacio de Volance...

—¡Yuusuke!

—¿Hm?

Al oír la voz de Violet desde fuera, abrió la puerta y la encontró tumbada en el sillón flotante, como de costumbre hurgando entre sus cachivaches.

—Ahh... ¡Qué cómodo es esto!

—Menuda vagancia te traes encima...

Yuusuke no esperaba que Violet usara el sillón volador, ideado a partir de la idea de un vehículo aéreo, para desplazarse tumbada. Al fin y al cabo, el ser humano no deja de evolucionar para perfeccionar el arte de holgazanear. «Se le acabarán atrofiando los músculos...», pensó.

Pasaron el rato, como siempre, mientras Yuusuke le ponía al día de la conferencia de las Cuatro Grandes Naciones y le explicaba los problemas que afronta Gazetta.

—Ya veo. Sobre Gazetta, el zarzagán también informó a mi padre. (NT: El zarzagán en España es un viento muy frío, aunque no muy fuerte, que causa tempestades.)

—Parece que esta vez Reifold se centró en sondear la situación allí.

Violet seguía llamando zarzagán a Reifold, aunque ya sin el adjetivo «sospechoso», lo que indicaba que le había cogido cierta confianza.

El hecho de que Gazetta y Blue Garden mostraran interés en incorporar la magia de Polvatia entraba dentro de lo esperado, y el grupo de polvatienses adictos al ocio detectado en Trent Rietta ofrecía pistas valiosas para sus futuras estrategias.

—Sin embargo, que Gazetta conserve esos artefactos mágicos podría resultar un grave problema.

—Ayuukas decía que entraba dentro de lo previsto, pero esas ballestas automáticas de luz antiaéreas modificadas son realmente poderosas.

Ante la inquietante realidad de que parte de esas armas se hallara oculta con la facción ahora supremacista en las montañas de la antigua Gazetta, no quedaba más que vigilar sus movimientos.

—No podemos enfrentarnos con un arma más potente cada vez...

—Acabaríamos en un pantano de destrucción sin fin.

En ese momento apareció Sakuya.

—¡Hola, Yuusuke! ¿Ya habéis vuelto? ¡Ah! ¡Hola, Violet!

—¡Ey, Sakuya! Regresamos directamente tras el banquete.

—¡Oh, Sakuya!

Yuusuke comentó que justo tenía noticias esperanzadoras: Rectima estaba recuperando gran parte de su memoria.

—En breve tendré algo de tiempo libre; si quieres presentarla a tu compañero de otro mundo, es el momento ideal.

—Guay. Iré a ver cómo está Kou y lo traeré pronto.

Sakuya explicó que seguía explorando las ruinas de la antigua civilización en su mundo y que necesitaría también la ayuda de Heinelia, la androide compañera dotada de los conocimientos arcanos de aquella era.

Violet, al oír la palabra «exploración», intervino con entusiasmo:

—Ya que lo mencionas, podríamos reanudar pronto la exploración del subsuelo de debajo del palacio.

—Tienes razón. Llevamos tiempo postergándolo...

A medida que Sanc Adiet crecía, el Palacio de Volance se fue ampliando hacia arriba, y bajo sus cimientos se extendían antiguos niveles abandonados en diferentes épocas, formando un auténtico laberinto subterráneo.

Tras la guerra contra Polvatia, no había habido ocasión de retomar su exploración, así que Sakuya, al oírlo, planteó una duda sencilla:

—Con tu habilidad, Yuusuke, ¿no bastaría un simple escaneo para saber qué hay en cada vestíbulo?

—Lo divertido es ir todos juntos, animándonos unos a otros mientras exploramos.

—Ah, ya veo —asintió Sakuya, convencida por Yuusuke de que la expedición era, más que un mero reconocimiento, una forma de divertirse.



Tras pasar la mañana charlando hasta alrededor del mediodía, apareció Krielov. Con un «Es hora de sus lecciones, princesa», recogió a Violet. Empujó con absoluta naturalidad el sillón flotante donde dormitaba ella. Aquella escena se había convertido ya en uno de los cuadros cotidianos más habituales en los pisos superiores del palacio.

Cuando se marcharon la joven y su tutor protector, Yuusuke aprovechó para quedarse a solas con Sakuya y hacerle una petición sobre Gazetta.

―Si no te supone un estorbo, me gustaría que de vez en cuando pasaras por allí para tomarle el pulso a la situación.

―Me lo contaron en el guateque de la conferencia... Parece que la cosa está bastante fea, ¿no?

Hoy en día, Gazetta era el reino con más rescoldo de conflictos en todo Kaltcio, al borde incluso de una guerra civil.

―Ayuukas está a salvo, porque es inmortal, pero me preocupa Shinja.

―¿Te refieres al rey cachas?

―¡Vaya apodo! ―Yuusuke sonrió ante el modo de ella de referirse al vigoroso Shinja―. Ahora, por prudencia, se mantiene ocupado con los asuntos de estado en la Torre Central, pero en cuanto ocurra algo, seguro que él mismo irá al frente.

Si esa facción supremacista, heredera de los conservadores más radicales, decidiera alzarse en armas en Patricia del Norte, casi con toda seguridad Shinja lideraría personalmente la respuesta. Y eso lo convertía en un blanco potencial de conspiraciones o incluso intentos de asesinato.

―Antes, resultaba impensable que alguien adelantase al rey, con esa fuerza bruta que tiene... pero ahora disponen de armas mágicas capaces de matar a cualquiera, incluso a un profano. No podemos confiarnos.

―¿Y no estás tú también en su mira? Vaya lío...

―Exacto.

Yuusuke se lamentó de que cuanto más se facilitaban las cosas, más complicaciones surgían.

De todos modos, si Sakuya se pasaba de vez en cuando por Gazetta, seguro que desbaratarían los planes de las fuerzas hostiles. Ella consideró la idea sensata.

—Al final siento que me estoy metiendo en política... Pero está bien. Iré de vez en cuando a echar un vistazo.

—Te lo agradezco.

Aceptó la petición, levantó una mano en señal de despedida y desapareció. Seguramente habría regresado a la Tierra.

—Uf... Supongo que, por ahora, esto es todo —exhaló Yuusuke, solo en su habitación—. Tengo la sensación de que yo también me estoy involucrando en cosas políticas con las que no estoy familiarizado...


Al día siguiente, al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro le llegó un informe del Rey Shinja de Gazetta: «Ayer por la tarde vino Sakuya, cenó y se marchó».

—Esa chica siempre está comiendo —refunfuñó Yuusuke, pensando que al final el estilo diplomático de Sakuya parecía basarse en el buen yantar.



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