
Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)
Re:Monster
Traducción: Xeniaxen
Traducción: Xeniaxen
Día 662
Por eso, hoy decidí recorrer la Gran Ciénaga Ilusoria – Claytaria por mi cuenta desde primera hora de la mañana. Hubiera sido más fácil volar libremente por el cielo a lomos del lobo apóstol, pero en esta ocasión tenía sentido hacer el recorrido a pie.
De hecho, se aprenden muchas cosas pisando la tierra con tus propios pies. Cuanto más me movía, más profunda era mi comprensión de mi cuerpo: mi resistencia, capacidad pulmonar, nivel de fatiga, longitud de mis extremidades y demás.
Después de moverme un tiempo, me enfrenté a diversos entornos y a los monstruos que los habitaban.
Lo primero que elegí fue uno de los lugares que me había enseñado el hurgador de barro gemlim: el [Jardín Oscuro – Gardenoir], un jardín lleno de hermosas pero peligrosas plantas monstruosas. Este lugar está compuesto por seis [Jardines Cambiantes] con estructuras en forma de pétalos y un [Jardín del Corazón Floral] central, todos divididos por gruesas y altas paredes de árboles. Los entornos de los seis jardines son muy diferentes; al explorarlos, descubrí que todos eran lugares bastante peligrosos.
El primer jardín era el [Invernadero de Gotas Rojas]. Una zona de alta humedad teñida de rojo. Aquí habitaban numerosas plantas carnívoras que se alimentan de bestias en carne viva, que solo tienen una gran capacidad de reproducción para servir de alimento.
El segundo jardín era el [Bosque del Canto Blanco]. Un bosque teñido de blanco por una niebla tan densa que no podía ver ni la punta de mis dedos extendidos. Muchas plantas reaccionaban al sonido y, si me movía sin cuidado, me atacaban desde todas direcciones.
El tercer jardín era el [Pantano de Oscuridad Índigo]. Un pantano oscuro que emitía una luz añil. Aunque las plantas luminiscentes permitían ver tenuemente los alrededores, había que tener cuidado con los depredadores del profundo pantano escondidos en la oscuridad.
El cuarto jardín se llamaba [Torres de Raíz Esmeralda]. Aquí abundaban torres naturales formadas por raíces gigantescas y enredaderas. El terreno era muy irregular, y las enredaderas eran bastante hostiles, por lo que a menudo uno podía perder el punto de apoyo y caerse.
El quinto jardín era el [Dominio de Llamas y Cenizas]. Una tierra quemada, lo que provocaba un ciclo de vida y muerte extremadamente rápido. Sin las precauciones adecuadas, las flores quemaban a todo aquel que entraba, y su cadáver se convertía en fertilizante para las siguientes flores.
El sexto jardín era el [Jardín de los Espejos de Tallo Dorado]. Una tierra de enredaderas doradas y superficies reflejantes, con muchas plantas que manipulaban la luz y las ilusiones. Emitían intensos rayos de luz desde todas direcciones que podían quemar la carne, y había trampas mortales que ocultaban con ilusiones.
El [Jardín del Corazón Floral] central, al que se accedía tras superar los seis [Jardines Cambiantes], no tenía un ambiente particularmente inusual; solo había una gran flor en el centro. El nombre de esta flor era [Flor Negro Azabache – Noir], una gran flor de unos veinte metros de altura que parecía un conjunto de innumerables flores, con pétalos de un negro vibrante. Aunque podría confundirse con un árbol gigantesco, a su lado esperaba el jardinero que la cuidaba: [Gardeneer].
[Gardeneer] era una figura humanoide de unos cuatro metros de altura, con un cuerpo robusto envuelto en un atuendo de trabajo desgastado. Tenía un rostro profundamente cincelado, como si fuera de roca, y unas cejas muy marcadas que le daban un aspecto característico. Empuñaba unas tijeras gigantes y se encargaba de cortar las ramas y hojas de la [Flor Negro Azabache – Noir] para mantenerla impecable.
La [Flor Negro Azabache – Noir] y [Gardeneer] eran los jefes del [Jardín Oscuro – Gardenoir].
El reparto de roles entre ambos era claro. La [Flor Negro Azabache – Noir] se encargaba de dispersar ataques de [Estado Alterado] de amplio alcance desde la retaguardia, [Curar] a su compañero y, al ser un conjunto de innumerables flores, era extremadamente resistente. [Gardeneer] se ocultaba generando vegetación a su alrededor, realizaba ataques sorpresa con sus enormes tijeras que ignoraban la defensa y asestaba golpes mortales.
Ya me habían advertido de que el [Jardín Oscuro – Gardenoir] era una zona peligrosa de alto nivel. Incluso los hurgadores de barro más hábiles podían acabar siendo abono si no iban bien preparados, y la verdad es que la advertencia era acertada. No obstante, al superar un lugar así, pude comprenderme más profundamente a mí mismo.
Me enfrenté a [Gardeneer] usando técnicas de combate cuerpo a cuerpo sin habilidades especiales. El poder de ataque de mis brazos plateados lo superó con creces. Esquivé un golpe de sus enormes tijeras que apuntaba a mi cuello, y con solo un uppercut a su mandíbula, que quedó completamente expuesta, su cabeza explotó. (NT: Un uppercut es un golpe de boxeo que se ejecuta de abajo hacia arriba, dirigido principalmente a la barbilla o al abdomen del oponente. Fuente: AI Overview de Google.)
La [Flor Negro Azabache – Noir] era robusta y tenía una gran vitalidad, por lo que tardé más en derrotarla. Aun así, al enfrentarme a ella en un uno contra uno, no me costó mucho cortarla. Era más resistente de lo que pensaba, pero se podría decir que fue una buena compañera de entrenamiento.
Después de derrotar a las dos entidades sin problemas, soltaron varios artículos mágicos especiales y un espléndido cofre del tesoro. Recorrer los seis [Jardines Cambiantes] y despejar el [Jardín del Corazón Floral] me tomó unas tres horas en total, ya que no me detuve ni un instante desde el inicio de la incursión.
Tardé más tiempo de lo esperado, pero es normal: hay mucha información que todavía estoy. Después de saciar mi hambre devorando a los dos jefes, procedí a desafiar otros lugares que llamaron mi atención, uno tras otro.
- [Capital de Ceniza – Remiura]. Una antigua ciudad que floreció gracias a la magia, donde la ceniza cae como nieve.
- [Sagrado Santuario Azul – Mildactorio]. Un bosque azul donde duermen antiguas bestias divinas y habitan razas de hombres bestia que las veneran.
- [Ore Drainer]. Un inmenso cañón donde caen rayos constantemente y las rocas flotan debido a las tormentas magnéticas, hogar de numerosos dragones de rayo.
- [Caleido Faragus]. Una extraña y viva mina nacida de la muerte de un gigantesco dragón de veta mineral.
Sin embargo, parece que el patrón de cómo cambia el entorno es el mismo, hasta cierto punto. Cuanto más bajo es el nivel de la zona, más patrones de cambio presenta, y las fluctuaciones son tantas que la información previa no es muy fiable. Pero al tratarse de zonas de baja dificultad, basta con tener suficiente habilidad para superarlas.
Por el contrario, las de dificultad más alta, como el [Jardín Oscuro – Gardenoir], suelen presentar menos cambios. Por lo tanto, la dificultad de la incursión varía mucho dependiendo de si tienes información previa, y se requiere una habilidad acorde.
En definitiva, si eres inexperto, te aconsejan que abordes áreas de baja dificultad donde puedas arreglártelas incluso con poca información. Solo si posees cierto nivel de información y la habilidad correspondiente, puedes aventurarte en áreas de más alta dificultad.
En mi caso, como soy del segundo tipo, me dirigí a las áreas de alta dificultad que me llamaron la atención. Como esta vez prioricé la velocidad de incursión, no exploré todos sus rincones. De todos modos, gracias a mis sentidos agudizados, pude hacerme con la mayoría de los artículos que detecté al pasar cerca, aunque seguramente perdí muchos otros. En realidad, me gustaría haberlos recolectado todos... pero esta vez decidí que no había más remedio.
Mañana también seguiré explorando de la misma manera Claytaria. Pasado mañana, regresaré a Fantagram Eggrion, la Ciudad Fortaleza de la Joya Cristalina.
Día 663
(parte I)
Ayer me centré en verificar el rendimiento puro de mi nuevo cuerpo. Gracias a ello, he logrado entender bastante bien cómo usarlo. Todavía hay aspectos que no domino del todo, pero ya los iré aprendiendo sobre la marcha.
Así pues, hoy me quería dedicar a profundizar en las diversas habilidades que poseo: la utilidad de las dos empuñaduras de mis armas biológicas, los patrones, mis orbes de ogro... También quería explorar el límite de la corona que absorbe magia, el rendimiento de mi lanza carmesí —que, de alguna manera, ha pasado de tener una forma sencilla y sin adornos, a tener ornamentos como serpientes y dragones—, y el halo celestial, entre otras cosas.
Hay mucho que verificar y quería centrarme en cada cosa a su tiempo, mientras me enfrentaba a monstruos, claro está.
Hoy, la primera zona peligrosa de alta dificultad que me llamó la atención fue el [Cinturón de Arena Fluidas Incandescentes – Vall-Zorahat]. Aquí, varios pequeños soles artificiales, los [Arcos Solares], irradian luz de un intenso calor abrasador día y noche. La arena fluida de alta temperatura, [Al-Azul], que brilla con un resplandor azul pálido, crea corrientes de arena complejas. Es una zona de alta dificultad donde te quemas y te hundes si no usas las islas flotantes dispersas a lo largo de la corriente como punto de apoyo.
La temperatura varía en algunos lugares, pero siempre supera los sesenta grados celsius. En los lugares donde hace más calor, parece que supera fácilmente los cien grados, por lo que, si no tomas medidas contra el calor, no sobrevives ni unos minutos.
Sin embargo, como yo poseo [Redistribución de Calor] (NT: No sé a qué habilidad hace referencia exactamente; Rou tiene varias relacionadas con la resistencia al fuego y la recuperación rápida. El original decía algo como [Recuperación Rápida por Fuego]...), lo que me permite regenerar constantemente mi vitalidad y poder mágico al recibir ataques de calor, ese calor intenso no fue más que una bendición que me otorgaba constantes y poderosos buffs. (NT: En videojuegos, un buff se refiere a una mejora o potenciación temporal o permanente de las características de un personaje, objeto, habilidad o incluso de un estado, generalmente aplicada a través de actualizaciones o durante el juego mismo. Fuente: AI Overview de Google.) Por muy agotado que esté, puedo seguir moviéndome sin fin.
Así son las cosas. Sin necesidad de esconderme y dejando fluir mi presencia sin tomar demasiadas precauciones, avancé por el [Cinturón de Arena Fluidas Incandescentes – Vall-Zorahat], y me atacaron una variedad de monstruos autóctonos:
- Nesarkatra. Un enorme escorpión de metal claro, que acechaba en la corriente de arena y arrastraba a sus presas para devorarlas cuando se acercaban.
- Sholgnir. Una gran serpiente con escamas que brillaban con un pálido fulgor ardiente y espinas venenosas en la cola, que rociaba un veneno líquido caliente y viscoso.
- Scarabelle Incelvange. Una especie de hormiga reina, que daba a luz a miles de pequeños insectos carnívoros (scarabelles), y los controlaba como si fueran un ejército desde lo profundo de su nido.
- Dorn Magra. Una gigantesca tortuga que irradiaba un calor abrasador. Lo que al principio me pareció una isla flotante inmóvil en la arena, en realidad era un ser vivo.
- Velious Ash. Un humanoide cubierto por completo con vendajes pálidos, que esparcía una [Maldición] de llamas para aumentar el número de cadáveres carbonizados como él.
- Physand Raigtha. Unos hombres pez bárbaros, que cabalgaban sobre el siguiente monstruo que enumeraré.
- Elbafior. Peces de unos dos metros de largo, nadan por el cielo y patrullan en grandes grupos. Su cuerpo esparce llamas y se pueden confundir con un sol.
Sin embargo, en mi estado actual, sus ataques no lograron hacerme ni un rasguño, incluso sin defenderme. Aunque un golpe a máxima potencia me impactara en un punto vital, el dolor era similar al de un palo de goma un poco duro, y desaparecía al cabo de un segundo. Mi defensa base es descomunalmente alta, y además tengo activos siempre buffs potentes. Ni el entorno abrasador ni la respuesta de los monstruos me supusieron un problema.
Como casi no había factores de riesgo, me centré en investigar a fondo mis dos empuñaduras de obsidiana. La primera presa fue el gran escorpión Nesarkatra, cuyo exoesqueleto pálido era extremadamente duro. Cuando intenté cortarlo con un cuchillo de acero, apenas le dejó marca. Al golpearlo con un martillo, apenas se abollaba. Todo su cuerpo era muy resistente, incluso sus articulaciones. No obstante, al cortarlo con la empuñadura de obsidiana en forma de tachi, se partió limpiamente por la mitad. (NT: La empuñadura de una katana tachi se diferencia de la de una katana normal porque es más larga y curvada. Además, suele estar decorada con elaborados adornos y materiales de alta calidad. Fuente: AI Overview de Google.) Apenas sentí resistencia; cuando me di cuenta, ya estaba hecho.
Después del gran escorpión Nesarkatra, abatí a la gran serpiente Sholgnir que apareció con él. Tras el corte, solo quedó un cadáver perfectamente seccionado en tres partes.
Tuve la idea espontánea de intentar cambiar la forma de la hoja mientras cortaba, y salió mejor de lo esperado. Mi idea es que, si domino esta técnica, podré usar las empuñaduras como cuchillos de cocina para ahorrar tiempo.
Los scarabelle, individualmente eran frágiles, pero atacaban en grandes hordas. Los barrí con una hoja que se ramificaba como un árbol. Fue como barrer el suelo; con solo un movimiento, los scarabelle se desintegraron. Despedazarlos demasiado hace que sea engorroso recoger los cadáveres, pero para una eliminación a gran escala, requiere poco esfuerzo y me parece bastante práctico.
Luego, contra la tortuga Dorn Magra, transformé la empuñadura en un gigantesco martillo de hierro y le rompí el caparazón, que era grande como una isla pequeña. El peso, dureza y tamaño del martillo pueden variar según la cantidad de poder mágico que le infunda, así que creo que me será útil contra monstruos grandes.
Con los Velious Ash, que usaban innumerables vendajes como extensiones de sus extremidades, transformé la empuñadura en una gran tela y los envolví por completo. Les devolví su propia técnica. Después de inmovilizarlos, lo comprimí hasta el tamaño de un puño. Terminó siendo una derrota sorprendentemente rápida.
Mientras comprobaba el rendimiento de la empuñadura y avanzaba por el [Cinturón de Arena Fluidas Incandescentes – Vall-Zorahat], el flujo de la arena movediza del suelo se fue ralentizando gradualmente. Cuando se detuvo por completo, llegué a la siguiente área: la [Ciudad Fantasma de Viento Abrasador – Vall-Hashum].
Es una antigua ciudad de piedra que ocupa una vasta extensión. Desde fuera, no había nada particularmente llamativo, pero en el momento en que puse un pie dentro, me golpeó un intenso viento caliente. Era una ráfaga abrasadora y tan violenta que casi me hizo tambalear, como si todo mi cuerpo fuera a arder. No era un viento caliente común; estaba mezclado con [Maldición]. Si no hubiera tenido habilidades para contrarrestar la [Maldición], además de la temperatura, el incesante viento maldito hubiera acabado conmigo.
Por suerte, a mí no me afectó ningún daño. Transformé el calor abrasador se transformó en un buff gracias a [Redistribución de Calor], y mi corona absorbió automáticamente la [Maldición] para convertirla en energía mágica para mí. Así, avancé cómodamente.
Esperaba que los monstruos adaptados al duro entorno de Vall-Hashum me atacaran, pero mis preocupaciones resultaron infundadas. Aquí no había monstruos; solo el sonido del viento rugiente. Como su nombre indica, esta era una ciudad fantasma.
No había signos de vida, y los objetos inorgánicos también estaban destrozados por el viento. Los edificios se desmoronaban con solo tocarlos, convirtiéndose en simple arena.
Mientras avanzaba, con cautela y atento a que los propios edificios en ruinas no se derrumbaran sobre mí, no vi cambios importantes en Vall-Hashum. Solo seguía siendo la estéril ciudad fantasma.
Seguí avanzando durante aproximadamente una hora. Al llegar al centro, apareció una pirámide que brillaba con una luz pálida.
La pirámide era el [Templo del Dios Ardiente – Ser-Zorath]. Era la tumba de un emperador antaño grande, a la que solo podían llegar aquellos que avanzaban a través del viento maldito y abrasador de la [Ciudad Fantasma de Viento Abrasador – Vall-Hashum].
Los alrededores de la pirámide Ser-Zorath estaban despejados en un amplio círculo. Parecía haber una clara delimitación que indicaba que no debía tocarse, pues la arena de los edificios erosionados era repelida claramente a partir de una cierta distancia. Crucé el límite con precaución, pero en cuanto puse un pie dentro, el viento maldito y abrasador que tanto había estado rugiendo se detuvo.
Debido a eso, también noté un cambio de temperatura notable. Había desaparecido la alta temperatura que me quemaba la piel y hacía arder mis pulmones con cada bocanada de aire, hasta el punto de sentir frío incluso.
A pesar de que la temperatura era agradable, no tuve tiempo para descansar tranquilamente. Poco después de entrar en la zona de Ser-Zorath, arena pálida comenzó a acumularse de la nada a mi alrededor, formando un monstruo.
El que se interpuso en mi camino fue Auf-Seioth, una criatura mitad hombre, mitad bestia, muy parecida a mis gólems. Su parte superior era un torso masculino cubierto con una armadura de metal pálido, y su cabeza era la de un cocodrilo gigante. La parte inferior era la de un león de cuatro patas con el pelaje pálido, y sus movimientos eran muy poderosos. Empuñaba una guadaña de guerra de más de tres metros de largo, demostrando una habilidad magistral en su manejo.
Era un enemigo formidable que había rechazado a numerosos hurgadores de barro, pero transformé las dos empuñaduras de obsidiana en lanzas arrojadizas y se las arrojé simultáneamente, atravesando su torso y su parte inferior para rematarlo. Después, lo desmembré rápidamente y, como tenía algo de hambre, me lo comí. La carne de cocodrilo era elástica y con una textura crujiente, y sabía a pollo. Contenía abundante poder mágico y cuanto más la masticaba, más sabor desprendía.
Luego, avancé mientras masticaba el cráneo de cocodrilo, que era la parte con el sabor más intenso, y finalmente llegué justo delante de la pirámide. Entonces, parte de la pared exterior de la pirámide, hecha de mármol pálido, se movió silenciosamente como un puzle, revelando un pasaje. A lo largo de las paredes del pasaje, había antorchas de calaveras con llamas pálidas alineadas a intervalos regulares. Sin embargo, no se podía ver nada del interior desde la entrada.
Hasta esta entrada, la información que me había proporcionado mi colega gemlim coincidía. Él había llegado hasta aquí en el pasado, pero había dado la vuelta. Falta de habilidad, falta de preparación; había juzgado que, si seguía avanzando, no sobreviviría.
Su juicio, probablemente, fue correcto. Desde la entrada, se podía sentir el horripilante poder mágico que emanaba del interior... Cualquiera que entrara sabría que le esperaba una lucha a muerte.
Continuará.
Gracias por el capítulo.
ResponderEliminarSupongo que o un jefe final oculto o algo que se acerca a uno si rou puede sentir que será una pelea sería en su estado actual