
Webnovel original en japonés por: 日向夏 (Natsu Hyūga)
Los diarios de la boticaria
—Tus habilidades son mucho más impresionantes de lo que imaginaba —le dijo Jinshi a Maomao, exasperado.
—Yo tampoco pensé que llegaría a este punto... —dijo ella viendo la desastrosa escena en sus narices, medio aturdida.
—Sí, tienes razón... —respondió él. No había rastro de su habitual sonrisa innecesariamente radiante. Solo tenía una expresión de puro cansancio—. ¿Cómo hemos llegado a esto?
Para saberlo, nos tenemos que remontar a unas horas antes...
El cacao que consiguieron no era en grano, sino en polvo. Maomao ya tenía el resto de los ingredientes que había pedido en la cocina del Pabellón de Jade. Las tres damas de compañía se quedaron observándola con curiosidad, pero cuando Hongnyang las regañó, cada una regresó a su puesto.
Había leche, mantequilla, azúcar, miel, licor destilado, fruta seca y aceites de hierbas aromáticas. Todos eran artículos de lujo muy nutritivos, y también se utilizaban como afrodisíacos.
Maomao solo había comido cacao una vez. Una cortesana se lo había dado, lo había mezclado con azúcar y había dicho que era chocolate. Era solo un pequeño trozo del tamaño de la punta de un dedo, pero al comerlo, se sintió como si hubiera bebido un trago fuerte de licor destilado. Se sintió extrañamente animada. Un cliente deshonesto se lo había dado a una cortesana muy solicitada como un dulce exótico para ganar su atención. Por desgracia, al ver a Maomao en su lugar, la cortesana se enfadó, y el cliente acabó siendo vetado por la vieja alcahueta.
Después de eso, consiguió algunas semillas, pero no las usó como medicina. Ningún cliente de la apoteca del barrio del placer pedía artículos tan lujosos.
En su memoria, recordaba que el chocolate estaba hecho con grasa. Recordaba perfectamente los olores y sabores de todas las medicinas y venenos, y también tenía una memoria vívida de los ingredientes.
Como todavía era una estación calurosa y no creía que la mantequilla se endureciera bien, decidió envolver las frutas con el cacao. Habría sido perfecto con hielo, pero pensó que eso sería imposible y no lo incluyó entre los ingredientes. En su lugar, preparó una gran vasija de barro sin barnizar. Estaba medio llena de agua. Gracias a la evaporación del agua, el interior estaba algo más fresco que el exterior, a una temperatura lo suficientemente baja como para que la grasa se endureciera.
Maomao cogió una cucharada de la mezcla y se la metió en la boca. Sintió en su lengua el amargor y la dulzura, junto con los otros ingredientes afrodisíacos. Ahora que se había vuelto más resistente al alcohol y a los venenos, no se sintió tan animada como en el pasado, pero aun así notó que los efectos eran fuertes.
«Quizá debería hacerlos un poco más pequeños...», pensó. Cortó la fruta por la mitad y la sumergió en el líquido marrón. Puso los trozos en un plato y los guardó en la vasija. Cubrió el recipiente con una tapa, lo escondió con una estera (NT: Tejido grueso de esparto, juncos, palma, etcétera, o formado por varias pleitas cosidas, que sirve para cubrir el suelo de las habitaciones y para otros usos. Fuente: RAE.) y solo le quedaba esperar a que se endurecieran. Jinshi vendría a recogerlos al atardecer. Para entonces, ya estarían listos.
«¡Ha sobrado un poco!», pensó al observar que todavía quedaba algo de líquido marrón. Los ingredientes eran muy lujosos y nutritivos. Aunque fuera un afrodisíaco, no sentía que hubiera hecho mucho efecto en ella, así que decidió comérselo más tarde. Cortó pan en cubos y lo empapó en el líquido. No parecía necesitar refrigeración. Lo tapó y lo dejó en un estante.
Recogió los ingredientes restantes y se dirigió a la fuente de agua de fuera para lavar los bártulos que había usado. En ese momento, debería haber llevado el pan cortado a su habitación, pero se le olvidó. Puede que fuera por el ligero subidón que le había provocado la cata. Pero ya era demasiado tarde.
Después, Hongnyang la tuvo ocupada con recados. De paso, aprovechó para recoger hierbas medicinales que crecían fuera.
Pillada con las manos en la masa, sujetando una cesta de ropa llena de hierbas medicinales, de repente vio a Hongnyang con la cara pálida y a la consorte Gyokujou con una expresión de preocupación. Por la presencia de Gaoshun, supuso que Jinshi también estaría allí.
Hongnyang señaló la cocina mientras se sujetaba la frente. Maomao le entregó la cesta a Gaoshun y se dirigió al lugar. Jinshi la miró con una expresión de resignación.
Allí estaban, las tres damas de compañía durmiendo abrazadas. Tenían el pecho al descubierto y las faldas subidas hasta las pantorrillas. Todas tenían una expresión de felicidad y las mejillas sonrojadas.
El término «preliminares» pasó por su insolente mente, pero intentó no pensar en ello. De hecho, no quería pensar en ello. Bueno, eran solo mujeres, así que lo peor no podía haber pasado, probablemente.
Sobre la mesa, estaba su pan de color marrón. Y faltaban tres trozos.
Después de que Hongnyang, Gaoshun y Maomao llevaran a las damas de compañía a sus respectivas habitaciones, el agotamiento les cayó encima. En el salón, la concubina Gyokujou y Jinshi miraban con curiosidad el pan de chocolate.
—¿Esto es el famoso afrodisíaco?
—No, es esto de aquí.
Maomao le ofreció los trozos envueltos en fruta. Había unas treinta bolitas del tamaño de una uña.
—Entonces, ¿qué es esto otro?
—Mi cena...
Debió de haber usado las palabras incorrectas, ya que las personas a su alrededor se encogieron visiblemente. Gaoshun y Hongnyang la miraron como si fuera un bicho raro.
—Cuando estás acostumbrada al alcohol o a los estimulantes, como yo, el efecto no es muy fuerte.
Solía beberse el alcohol en el que dejaba macerar las serpientes venenosas que usaba para sus experimentos, así que Maomao tenía una gran tolerancia a los licores. Para ella, cualquier bebida alcohólica se clasificaba solo como una medicina más.
Jinshi tomó un trozo de pan y lo miró fijamente.
—Entonces, ¿pasa nada si me lo como?
—¡¡¡No!!! ¡No lo haga!!
Las voces de Hongnyang y Gaoshun se superpusieron. Maomao sintió que era la primera vez que escuchaba la voz de Gaoshun.
Jinshi volvió a dejar el pan en el plato, diciendo que era una broma. Ciertamente, sería una insolencia probar un afrodisíaco delante de la concubina favorita del Emperador. Y, más allá de eso, si una tennyo con tal belleza se abalanzara sobre alguien con las mejillas ruborizadas por la embriaguez, lo más natural es que la otra persona perdiera la razón.
—Tal vez debería pedirte que lo prepares para el Emperador. Para evitar la monotonía —le susurró Gyokujou a Maomao.
—Creo que el mío sería tres veces más potente que los afrodisíacos habituales... —respondió ella.
—¿Tres veces...? —reflexionó entonces la consorte, preguntándose si se refería a la duración del acto.
Maomao prefirió ignorarla. El intercambio le resultó incluso demasiado intenso. Pasó el afrodisíaco a un recipiente con tapa y se lo entregó a Jinshi.
—El efecto es muy potente, por favor, tome solo una ración cada vez. Si come demasiado, su circulación sanguínea se aceleraría y creo que podría sangrar por la nariz. No hace falta que le diga que lo use únicamente cuando esté a solas con la persona adecuada.
Después de terminar con las advertencias, Jinshi se levantó. Gaoshun y Hongnyang salieron de la habitación para prepararse para la partida. Gyokujou también hizo una reverencia y se retiró con la princesa, que dormía en su canasto.
Cuando Maomao se disponía a recoger el plato con el pan, le llegó un dulce olor.
—Gracias por prepararlo. Es mucho mejor de lo que esperaba —le susurró una voz dulce como la miel. Sintió que le apartaban el pelo y algo frío le tocó el cuello. Al darse la vuelta, vio a Jinshi saliendo de la habitación mientras se despedía con una mano.
—Vaya... —Bajó la mirada al plato y vio que faltaba un trozo de pan. Pudo deducir quién era el culpable—. Espero que no haya víctimas —murmuró, como si no fuera su problema.
Pero la noche era aún larga...
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