Buf... No sé ni cómo publico hoy dos capítulos de esto. No tengo tiempo.
EDIT: Ah... olvidé que tenía que felicitar a Degel. Joder, soy un desastre. Bueno, allá voy. Ejem, ejem.
Iván, en este momento lo único que puedo decirte es que aproveches todo al máximo, desházte de lo que no te gusta, quédate solo con aquella gente que te llene, porque si algo no te aporta nada realmente no merece estar en tu vida. Y, sobre todo, sé feliz. Haz lo que te apetezca.
Mm, igual cuando llegue a casa le pido a Mary ("¿Quién es Mary?" XD es MEG V aquí, Xènia XD) tu avatar que hizo para el cumple de Yoru y lo ponemos aquí.
-Xeniaxen
Y aquí esta el avatar ^^ Espero que hayas pasado un lindo cumpleaños y que luego la cantidad industrial de pastel que hayas comido te cobrara factura :D
- Con amor, MEG V
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
60
La mañana siguiente, mientras la Patrulla del Dios Oscuro ultimaba los preparativos frente a la sucursal de la Asociación de Comercio, un grupo de comerciantes se agolpó a su alrededor para venderles suministros. Eran mercaderes afiliados a la Asociación, y todos estaban ansiosos por promocionar sus productos con la esperanza de que el grupo los hiciera famosos. De lograrlo, podrían hacer una gran fortuna.
—¿Qué les parece esto? Es un artículo nuevo, ideal para acampar al aire libre. ¡Un imprescindible para cualquier aventurero!
Se trataba de un saco de dormir robusto, tejido con cuero y tela. Una imitación del famoso saco de dormir de alta comodidad de Yuusuke, que ya estaba causando furor entre los aventureros. Aunque no lograba replicar por completo el efecto reparador del original, que se decía que pertenecía a la antigua Orden de Caballeros de Noscentes, su calidad era bastante aceptable.
—Ah, no, nosotros ya tenemos los nuestros.
—Y además, los hizo el cap...
—¡Tú, idiota! ¡Shhh, shhh! —Yuusuke se apresuró a acallar el comentario imprudente de Hinke, pero ya era demasiado tarde.
—¡¿Cómo dice?! ¡¿Así que el original es de la Patrulla del Dios Oscuro?! —al escuchar esa revelación, los comerciantes se abalanzaron aún más con propuestas de negocio—: ¡Por favor, ¿nos podrían ceder los derechos de fabricación y distribución?!
Antes incluso de iniciar la misión, ya estaban agotados solo de esquivar los intentos de negociación de los comerciantes. Al final, no fue hasta que el jefe de la sucursal intervino y les pidió que no entorpecieran la misión que pudieron terminar sus preparativos.
—Qué manera de consumir energía en vano...
—Buen trabajo, capitán.
—T-Tome, un poco de agua...
—Perdón por no haber podido ayudar...
Tras escapar de la agresiva ofensiva comercial, Yuusuke recibió el consuelo de las tres mujeres de la unidad, que se habían refugiado dentro del carruaje.
Al mediodía, cruzaron la frontera de Trent Rietta y llegaron a la zona donde se había perdido el rastro del grupo de aventureros. A ambos lados del camino, crecían árboles de formas retorcidas formando una espesa vegetación.
—Es aquí.
—Capitán, mire eso.
A un lado del camino, había un carruaje de la Asociación de Comercio. Cerca de él, se veían los restos de una fogata, apagada desde hacía bastante tiempo.
—¿Hay alguien cerca?
—No percibo ninguna presencia... Ah, pero en el bosque se siente algo leve.
Detuvieron su propio carruaje frente al otro y bajaron con cautela para explorar los alrededores. En una carretera forestal como esa, lo normal sería oír el canto de los pájaros y el murmullo de los insectos, pero allí reinaba un silencio absoluto.
—Esto es...
Mientras inspeccionaba los restos de la fogata, Vermeer descubrió unas huellas extrañas. A simple vista, parecían marcas de animales salvajes, pero las garras eran demasiado largas, las pisadas demasiado grandes y la profundidad indicaba que pertenecían a una criatura muy pesada.
—No me digas...
—¿Bestias mágicas...? Cuando fuimos a Noscentes no nos encontramos con ninguna. ¿Podremos con ellas nosotros solos?
—Bueno, si es solo una, algo podremos hacer...
—Pero viendo estas huellas, deben ser varias. Al menos tres.
La situación era más peligrosa de lo que esperaban. Anticipándose a cualquier ataque, Yuusuke se preparó para desplegar una barrera de protección en cualquier momento. Copió y pegó en el terreno los datos de su mapa personalizado, formando bloques sólidos que servirían como materiales para levantar una defensa. Sin embargo, construir una barrera de gran tamaño requería tiempo, pues antes debía modificar el suelo base.
—¡Alguien se acerca...! Percibo ondas aéreas y terrestres... Diría que son tres personas.
—Vermeer, encárgate de identificarlos.
—Entendido.
Yuusuke ordenó a Zaisha y Sun que vigilaran la zona desde el carruaje, mientras que Hisotta también se replegó con ellas para continuar con la búsqueda de presencias. Por su parte, junto con Vermeer y Hinke, él y Zhahid adoptaron una postura defensiva para recibir a quienes se acercaban.
Pronto, tres hombres con apariencia de aventureros emergieron de entre los árboles, arrastrándose con evidente esfuerzo.
—¡Deteneos! Decid vuestro nombre y afiliación —gritó Vermeer.
Los tres obedecieron la orden. Uno de ellos tenía el cuerpo cubierto de vendas y se apoyaba en otro para mantenerse en pie, mientras que el tercero, que iba al frente, empuñaba una daga.
—¿La guardia de Fonkrank...?
—Somos un grupo de investigación. Nos ha contratado la Asociación de Comercio.
—Uno de nosotros está herido. ¿No habéis venido a rescatarnos?
Eran los aventureros desaparecidos. Al parecer, habían perdido el contacto porque el compañero encargado de las comunicaciones estaba herido. Vermeer miró a Yuusuke en busca de instrucciones, y este asintió. Lo primero era atender al herido, así que llamó a Zaisha para curarlo.
—¿Bestias mágicas y ondas extrañas?
Ya más tranquilos, los aventureros comenzaron a relatar los inexplicables sucesos que habían vivido.
—Al principio pensamos que era solo un rastreo de artes aéreas... pero no.
—Desde que nos envolvió esa onda, nuestras artes divinas empezaron a fallar.
—La luz de nuestras artes ígneas se apagaba, y las artes aéreas de asistencia de movimiento se volvieron inestables...
Cuando intentaron retirarse hacia el campamento, fueron atacados por bestias mágicas. Trataron de defenderse, pero sus técnicas ofensivas también habían perdido potencia, por lo que no les quedó más remedio que huir. Consiguieron llegar al camino, aunque dos de sus compañeros seguían desaparecidos.
Las bestias habían estado rondando cerca del carruaje, así que se habían ocultado en el bosque. El herido tenía lesiones graves, pero habían logrado mantenerlo con vida usando pociones curativas.
—Fuera una interferencia de artes aéreas, lo entendería, pero que afecte también a las de refuerzo y de ataque...
—¿Podría ser que exista una bestia mágica con esa capacidad? —preguntó Yuusuke, que no era un experto.
Los demás negaron con la cabeza. Las bestias mágicas podían manifestar habilidades basadas en el atributo divino que habían desarrollado por mutaciones, pero nunca se había registrado ninguna capaz de interferir con el uso de las artes divinas. Si un ser así existiera, supondría una amenaza para toda la humanidad en Kaltcio. Los distintos países lo considerarían una crisis y harían todo lo posible por exterminarla.
La explicación más probable era que alguien estaba usando unas artes divinas especiales para interferir con las de los demás.
—Ya ocurrió en Blue Garden, ¿no? Puede que alguien haya encontrado una forma de controlar a las bestias mágicas.
—Si han atacado a un grupo de aventureros mientras estaban investigando, es posible que no sea un incidente aislado, sino el trabajo de una organización.
Zhahid sugirió que lo más prudente sería regresar a la ciudad y solicitar refuerzos. Sin embargo, los tres aventureros se opusieron.
—Esperad. Si hubiera una organización así, los habríamos percibido.
—Sí, sentimos esa onda extraña de artes divinas, pero no había ninguna presencia humana.
—Además, nuestros dos compañeros todavía podrían estar por aquí.
Se negaban a volver sin antes buscar a sus compañeros y averiguar más sobre la posible madriguera. Como veteranos, se resistían a aceptar sus teorías.
—Bueno, eso...
—Capitán, ¿qué hacemos?
Ahora la decisión recaía en Yuusuke: volver a la ciudad para traer a mercenarios o continuar con la búsqueda de los desaparecidos y la investigación.
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—Mmm... ¿Habremos tomado la decisión correcta?
—Yo confío en ti, Yuusuke. Deberías confiar más en ti mismo.
Yuusuke optó por quedarse y seguir investigando. Si los dos desaparecidos seguían con vida, encontrarles cuanto antes aumentaría sus posibilidades de supervivencia.
—Nosotros seguiremos sus órdenes, capitán.
—Somos sus subordinados, es natural que le obedezcamos.
—En el peor de los casos, puede levantar una fortaleza y encerrarnos dentro. No habría problema.
—Eso es depender demasiado de su poder... Pero también apoyo su decisión.
—Y-Yo también...
Así, decidieron establecer un pequeño refugio junto al camino para dejar allí al aventurero herido y su acompañante. El resto, mientras, guiados por uno de los aventureros, se dirigió al interior del bosque, donde habían sentido la presencia de la supuesta madriguera de bestias mágicas.
La reacción de los tres aventureros al ver surgir la pequeña cabaña fue la habitual: se quedaron de piedra, como las estatuas de la Isla de Pascua.
Dentro del bosque, donde apenas penetraba la luz del día, avanzaron marcando el camino para no perder la orientación. Tras un rato, llegaron a un punto donde los aventureros habían señalado un árbol como referencia de una zona especialmente peligrosa.
—Desde aquí empezamos a notar esa extraña fluctuación mezclada con la presencia de las bestias mágicas.
—Hisotta, ¿lo notas?
—Es cierto... Siento la presencia de las bestias mágicas, pero también hay una onda de energía extraña. Sin embargo, no podría decir qué tipo de arte divina es...
No era lo mismo que la energía indescifrable de Yuusuke. Aunque la sensación era similar a la de una arte divina, al mismo tiempo se percibía como si fuera parte de la propia presencia de algo. Hisotta explicó que podía describirlo con tal detalle porque tenía la capacidad de sentir la energía de los desvalidos. Sin esa referencia para comparar, un usuario común de artes divinas solo podría describirlo como una "onda extraña".
—Hmm... ¿Y si esa onda proviene de las mismas bestias mágicas?
—¡Ah...! Puede ser, sí, es justo esa sensación.
Al escuchar la conversación, Vermeer y Zhahid intercambiaron miradas, sumidos en sus pensamientos.
—Tal vez el capitán tenía razón desde el principio —fue Zhahid quien rompió el silencio primero.
—¿Eh? ¿Qué quieres decir?
—Nosotros lo descartamos basándonos en lo que consideramos lógico, pero olvidamos que el capitán ha estado rompiendo esas normas desde que lo conocemos.
—Bueno, es normal pensar que no existe una bestia mágica capaz de anular artes divinas... —añadió Hinke, como para intentar apoyarlos, aunque su comentario también reflejaba lo impensable de la situación.
Hasta ahora, no se conocían criaturas con tal habilidad, pero eso no significaba que en el futuro no pudiera haberlas. Tal vez era una especie que había habitado siempre en lo más profundo de los bosques, o una nueva variante que acababa de surgir.
—Podría ser el resultado de la evolución de las bestias mágicas que fueron expulsadas de los alrededores de los caminos a lo largo de los años.
Fuera como fuese, si lo dejaban estar, aquello podría convertirse en un problema grave. Con esa determinación, el grupo avanzó con el objetivo de exterminar la madriguera.
Cuanto más se acercaban, más intensa se volvía la extraña onda. Cuando pasaron un árbol marcado y avanzaron un poco más, un aventurero les indicó que allí fue donde las bestias los atacaron y les advirtió que estuvieran atentos.
—Capitán... Mis artes divinas empiezan a fallar —Vermeer, que llevaba una pequeña llama encendida en su mano, vio cómo la luz empezaba a parpadear inestablemente.
—A mí también... No consigo formar una esfera de agua correctamente —Zhahid también tenía problemas para controlar sus artes acuáticas ofensivas.
—El viento se dispersa, no puedo seguir manteniéndolo... —Hinke tampoco podía mantener la corriente de viento que les asistía en el movimiento.
El efecto de esa extraña onda de energía se hacía cada vez más evidente.
—¿Y tú, Zaisha?
—E-El viento está descontrolado... Se parece a una interferencia de artes aéreas de transmisión, pero... Es como si las ondas de las artes divinas se evaporaran... Sé que suena raro, pero...
—Yo tampoco... No consigo que mi poder se concentre bien.
—Hmmm... Esto tiene mala pinta.
Con la duda de si su propio poder también estaría afectado, Yuusuke abrió el menú de personalización. La pantalla no mostraba ninguna alteración ni señal de interferencia.
Dudar en continuar era comprensible, pero, llegados hasta ese punto, dar la vuelta no era una opción. Así que, con las dagas en mano, todos reforzaron la vigilancia y siguieron avanzando. El aventurero guía intentó llamar a sus compañeros por si quedaba alguien cerca, pero no hubo respuesta.
A medida que la extraña onda se intensificaba, la llama de Vermeer terminó por extinguirse por completo. El guía sacó de su bolsa una lámpara que emitía una luz tenue y tenebrosa, asegurando así algo de iluminación.
El resto del grupo tampoco podía usar artes divinas, cuando, de repente...
—¡Ahí está! ¡La madriguera!
Señalando con el dedo, el aventurero guió la mirada del grupo hacia las raíces de un árbol enorme, donde había ramas, hojas y lianas amontonadas, como algo parecido al nido de un ave gigantesca.
—No puede ser... ¿De verdad estaba aquí?
—¿Esa es la madriguera de las bestias mágicas? No puedo imaginar qué clase de criatura vive ahí...
Manteniéndose en formación para proteger a Zaisha e Hisotta en el centro, se acercaron con cautela, preparados para cualquier ataque. Cuando estuvieron lo bastante cerca para ver el interior de la madriguera, algo con forma alargada se movió dentro y rodó fuera del borde.
—¡Ah!
—¡No...!
Las dos chicas gritaron y apartaron la vista. Sun se quedó inmóvil, tensa a más no poder. En la vanguardia, los demás pusieron la misma expresión que aquella vez en la fortaleza, mientras que en el rostro del aventurero guía se reflejaba pura desesperación.
Lo que había rodado fuera de la madriguera era un brazo humano. Y dentro, decenas de larvas de bestias mágicas, parecidas a orugas, devoraban trozos de carne humana cortada en pedazos.
—¡Maldita sea! ¡Mierda! ¡¿Por qué...?! ¡¿Por qué demonios tenían que acabar así?!
El aventurero se fijó en el anillo del dedo del brazo y se desahogó con un grito de rabia, pisoteando una y otra vez a las larvas hasta triturarlas.
—Algo no cuadra... Esta madriguera es extraña —Zhahid rompió el silencio y la tensión de la situación con una observación inquietante.
Señaló varios aspectos que no encajaban. No había marcas en los alrededores que indicaran que allí habitaban bestias mágicas. Además, la cantidad de larvas en una sola madriguera era inusualmente alta. Pero lo más sospechoso era la carne humana. No tenía señales de haber sido arrancada a mordiscos o garras, sino que estaba cortada en trozos limpios, como si hubieran usado un arma o una herramienta. Había pruebas de que esa madriguera no se había formado de manera natural. Alguien lo había preparado a propósito.
—Alguien ha instalado esta madriguera aquí y está criando a las larvas de las bestias mágicas.
Al fijarse mejor, vieron que alrededor de la madriguera había un sinfín de huesos y restos de cuerpos humanos esparcidos en estado de descomposición.
—¿Quién haría algo así...? ¿Y con qué propósito...?
—Capitán, será mejor que nos deshagamos de la madriguera cuanto antes y volvamos a la ciudad.
—Sí, pero... Ah, cierto. No podemos usar la transmisión.
Dado que ninguna arte divina funcionaba, incluso quemar la madriguera requería empezar por encender el fuego desde cero. Primero debían ocuparse de recuperar los restos humanos y exterminar a las larvas.
El aventurero guía parecía hundido en la desesperación, pero aun así empezó a moverse con lentitud para cumplir su deber. Vermeer, Zhahid y Hinke fueron eliminando una a una a las larvas con sus dagas, mientras el aventurero montaba una pequeña pila de leña con aceite portátil y trataba de encenderla. Hisotta, Zaisha y Sun recogieron ramas secas del suelo y las fueron agregando a la hoguera. Por su parte, Yuusuke, con la lámpara que había tomado prestada del aventurero, iluminaba la madriguera para facilitar la tarea de los de su equipo.
La extraña onda que impedía el uso de artes divinas seguía presente sin mostrar signos de desaparecer. Y aquellas tres bestias mágicas que antes asaltaron a los aventureros podían volver a atacarlos en cualquier momento. Con esa tensión en el ambiente, continuaron con el proceso de eliminación de la madriguera.
Finalmente, tras exterminar a todas las larvas y recuperar los restos humanos, prendieron fuego a la madriguera. En ese instante...
—¡Capitán! ¡Percibo la presencia de bestias mágicas...!
A pesar de no poder usar la detección por artes aéreas, Zaisha logró captar con dificultad la presencia de algo que parecían bestias mágicas. Desde hacía rato, esas presencias habían estado observándolos desde la distancia, pero ahora se estaban acercando rápidamente.
—¡P-Por la derecha y al frente...! También desde atrás... ¿Eh? No, espera... ¿Cómo...? Están aumentando...
—Zaisha, cálmate y dime exactamente qué está pasando. No hay prisa.
Yuusuke trató de tranquilizarla, mientras preparaba la instalación de trampas y barreras en su menú de personalización.
—E-El número de presencias... Aumenta y disminuye... Cambian de posición de repente... Es extraño...
—¿Seguro que podemos confiar en lo que dice...? —el aventurero que estaba en primera línea con los otros hombres miró con preocupación a la confusa Zaisha.
—Seguro. Es la mejor en lo que hace.
La respuesta firme de Yuusuke disipó parte de la inquietud del aventurero. Si la chica formaba parte de la Patrulla del Dios Oscuro, la unidad de élite más fuerte de Fonkrank, liderada por el héroe de Deernorth, entonces debía de ser fiable.
Yuusuke le dio unas palmaditas en el hombro para tranquilizarla y Zaisha se sonrojó un poco. En realidad, fue más una forma de apaciguar la situación que una garantía absoluta de seguridad. Pero lo cierto era que, en ese momento, la única que podía detectar siquiera un atisbo de la posición de esas criaturas era ella.
Sin embargo, ni siquiera Zaisha podía realizar una detección precisa dentro de esa extraña onda.
—Ugh... Estoy segura de que están cerca... Pero su presencia es extraña...
—Tranquila. Puede que sean criaturas diseñadas para confundir.
Se encontraban en medio de un bosque con mala visibilidad y terreno irregular. Con las ondas que impedían el uso de artes divinas, no podían determinar ni la ubicación ni el número de enemigos. A pesar de estar potencialmente rodeados por varias bestias mágicas, Yuusuke se mantuvo sereno, llegando incluso a hacer conjeturas sobre el enemigo desconocido. Su actitud redujo la inquietud del grupo.
Él tenía un buen presentimiento, dado que su habilidad [Creación Personalizada] no se estaba viendo afectada. Además, su conocimiento de videojuegos en su mundo original le permitía clasificar a las bestias mágicas bajo la categoría de "monstruos", sin verse condicionado por conceptos preconcebidos. Para la gente de Kaltcio, criaturas como aquellas podían parecer incomprensibles, pero él simplemente las aceptaba como "seres vivos", lo que le permitía mantenerse impasible.
Más que nada, su confianza en los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro lo hacía mantenerse firme. Y la persona que más confiaba en él en ese momento fue quien encontró la clave para salir de la situación.
—¡Ahí...!
Con un silbido cortante, una flecha se deslizó entre los árboles y desapareció entre la espesura. Al instante, la onda de interferencia vibró por un breve momento. Otra flecha disparada en otra dirección se hundió en el bosque, seguida del desgarrador aullido de una bestia.
—Vaya... Capitán, ya puedo usar mis artes divinas.
—La onda de interferencia se está debilitando.
Los desvalidos no podían percibir las ondas de las artes divinas como lo hacían los usuarios. Naturalmente, Sun tampoco podía detectar la presencia de las bestias mágicas. Aun así, logró divisar una sombra sospechosa entre los árboles con sus propios ojos y disparó sin dudarlo.
Con la debilitación de las ondas de interferencia, la capacidad de detección de Zaisha ganó precisión.
—¡Ah! ¡Los veo! Hay dos entre esos árboles, y uno más se está alejando en aquella dirección.
—¡Sun! ¡Zhahid!
—¡Sí!
—Hinke, dale apoyo a su arco.
Sun tensó la cuerda de su arco de inmediato, mientras que Zhahid empezó a condensar una esfera de agua. Al mismo tiempo, Hinke envió artes aéreas de asistencia a la desvalida para mejorar la precisión del arma. Luego, con la mirada, Zhahid pidió disculpas por haberles dado órdenes sin consultar.
—Bien hecho, Zhahid. Y... Hinke, sigue así.
—¡Entendido! ¡Vamos, Sun!
La flecha impulsada por el viento de Hinke y la esfera de agua de Zhahid se dirigieron al punto señalado por Zaisha. Al impactar, la onda de interferencia que cubría el área desapareció por completo. Las presencias restantes de las bestias mágicas también comenzaron a alejarse hacia las profundidades del bosque de Trent Rietta.
—¿Qué sientes?
—Parece que ya no queda ninguna...
En ese momento, el bosque, que hasta hacía poco estaba sumido en un inquietante silencio, comenzó a recuperar su sonido natural, llenándose de cantos de pájaros y el murmullo de insectos, como si recordara de repente cómo debía ser.
61
Al caer la noche, cuando el crepúsculo dio paso a la oscuridad, pequeños grupos de mercenarios organizados se reunieron junto al camino para coordinar la investigación. El pequeño refugio, aunque parecía fuera de lugar, se camuflaba bien en el entorno. Serviría como base temporal, por lo que comenzaron a abastecerlo con agua y provisiones.
—Bueno, nosotros nos volvemos ya.
—¡Buen trabajo! Les aseguro que lo dejan en buenas manos.
Tras ceder las tareas de investigación a los mercenarios, la Patrulla del Dios Oscuro partió de inmediato rumbo a la ciudad de paso, atravesando el camino nocturno en el carruaje de la guardia. La recuperación y traslado de los restos de las víctimas se llevarían a cabo al día siguiente.
—¿Sun está dormida?
—Sí, seguramente estaba agotada por la tensión.
Yuusuke se inclinó ligeramente para observarla. Dormía plácidamente recostada sobre el regazo de Zaisha. Al ver su expresión tranquila, suspiró de alivio. Pensó en dejarla descansar hasta que llegaran a la ciudad y, con suavidad, apartó un mechón de su flequillo.
—Ah... Esto... Si quiere, puede relevarme...
—No, no, no, no. No te preocupes. Además, me daría vergüenza.
Con tono guasón, Yuusuke comentó que, más que ser su almohada, prefería ser quien le diera los buenos días. En la otra esquina del carruaje, Hisotta juntó las rodillas con nerviosismo, aunque Yuusuke no pareció notarlo.
Llegaron a la ciudad de paso pasada la medianoche y planificaron su regreso a Sanc Adiet para la mañana siguiente. Esa noche, se alojaron en las instalaciones de la Asociación de Comercio y, mientras cenaban, tarde, repasaron la misión.
—Has hecho un gran trabajo, Sun.
—Ya ves. Has demostrado un desempeño admirable.
—Es más, puede que tu ataque fuera el punto de inflexión en la batalla.
—Ah... G-Gracias.
Abrumada por los elogios, la desvalida se sonrojó y se removió en su asiento con timidez. Había presenciado un escenario macabro, y su primer encargo había sido nada menos que un combate real contra bestias mágicas... Y no cualquiera, sino unas atípicas y formidables. De algún modo, su experiencia tenía ciertas similitudes con la primera misión de Yuusuke, lo que le hizo sentir una curiosa sensación de conexión.
—Pero esas bestias mágicas... ¿Creéis que hay alguien detrás de todo esto?
—No llegué a verlas bien, pero parecía que actuaban de forma coordinada.
Zhahid y Vermeer reflexionaron sobre la naturaleza de las bestias, que no solo se habían reunido en una madriguera artificial, sino que además poseían habilidades extraordinarias. La posibilidad de que hubieran sido entrenadas con fines militares cobró fuerza en la conversación.
—¿Existen bestias mágicas de uso militar...?
—Tienen que existir, por lo que hemos visto, no puede tratarse de otra cosa. Nunca lo había oído, pero...
—Al final, quizá ambos estábamos en lo cierto con nuestras suposiciones.
En otras palabras, las dos hipótesis iniciales (la del grupo, que apuntaba a bestias domesticadas bajo el control de alguien, y la de Yuusuke, que sugería que las criaturas tenía la capacidad de inhibir las artes divinas) se habían combinado en una sola realidad.
Tomando como referencia el caso de Blue Garden que mencionó Vermeer, si el único objetivo fuera causar estragos en una zona, bastaría con capturar bestias mágicas y soltarlas en el territorio enemigo. No obstante, si la intención era utilizarlas con un propósito estratégico, resultaría problemático que no pudieran distinguir entre aliados y enemigos, o que sus acciones fueran impredecibles. Incluso en el caso de las bestias que Blue Garden supuestamente liberaba en las granjas de Fonkrank, no estaba claro hasta qué punto habían sido adiestradas.
Por otro lado, si fuera así, las bestias mágicas podrían convertirse en unidades de combate extremadamente resistentes.
—Eso significaría que hay alguien en el bosque de Trent Rietta intentando lograrlo...
Fuera como fuese, esa ya era una cuestión que correspondía a los altos mandos. Con la misión completada, el grupo se felicitó mutuamente por el trabajo realizado.
La noche del duodécimo día del mes de viento de Shalnar... (NT: Han pasado casi dos meses desde la última vez que nos indicaron el tiempo. Recordemos que el viaje de ida hasta Trent Rietta fue bastante largo, así que la vuelta también lo sería.)
La conmoción tras la caída de Noscentes, que había dejado una gran cantidad de víctimas, por fin empezaba a apaciguarse. Gazetta tampoco había realizado movimientos destacables en los últimos días. En este contexto, la Patrulla del Dios Oscuro regresó sana y salva a Sanc Adiet, donde dieron por completada su misión tras informar a la división encargada del mantenimiento del orden en el territorio.
Así, cada miembro volvió a su rutina habitual. Yuusuke se despidió de Sun, que iba a la mansión, y se encerró en su habitación en el palacio para trastear con unas herramientas que había comprado en la ciudad.
—¡Sun! ¡Yuusuke! ¿Oh...? ¿Sun no está?
Violet apareció poco después a echar un vistazo. Había estado ocupada con otros asuntos y no había estado presente cuando regresaron.
—Parecía agotada, así que le dije que volviera antes.
—Ya veo... Buen trabajo.
Violet se rascó la mejilla pensativa antes de fijarse en lo que Yuusuke tenía en las manos. Se trataba de una lámpara con una estructura cilíndrica, cubierta por un parasol cuadrado y equipada con un gancho para colgarla. Aunque su aspecto era común, emitía una extraña luz en tonos azul pálido y verde claro.
—Es una lámpara green, ¿no? ¿Qué piensas hacer con ella?
—Oh, así que se llama lámpara green.
—¿No me digas que la compraste sin saber lo que era?
—Sí, me pareció interesante.
En el territorio de Trent Rietta era un objeto de uso cotidiano, pero en Fonkrank era bastante raro. Funcionaba con un mecanismo peculiar que combinaba un musgo especial, llamado "musgo solar", que crecía adherido a la corteza de ciertos árboles, con un mineral conocido como "piedra de agua". En lugar de aceite, se le añadía agua, y cada reemplazo de musgo podía durar aproximadamente diez días.
El problema era que los árboles en los que se adhería el musgo solar solo crecían en condiciones muy específicas. Incluso dentro del bosque de Trent Rietta, solo se encontraban en ciertas zonas. Además, a pesar de su nombre, el musgo solar era extremadamente sensible a la sequedad y se marchitaba con facilidad, lo que dificultaba su transporte a regiones más secas. Estas limitaciones explicaban por qué, a pesar de ser una fuente de luz estable y segura que no requería fuego, no se había popularizado fuera de Trent Rietta.
Como gran aficionada a los objetos raros, Violet había intentado conseguirla en el pasado, pero debido a la dificultad de obtener musgo solar, se había dado por vencida.
—Parece que hay investigadores intentando cultivarlo, pero por lo visto no les ha ido bien.
—Hmm... Musgo solar, ¿eh?
Como la ciudad donde Yuusuke la había comprado estaba cerca de Trent Rietta, la lámpara y su fuente de luz eran fáciles de encontrar y se usaban de manera habitual. Por lo contrario, en Fonkrank, donde el clima tendía a ser más seco, garantizar un suministro constante de musgo era un desafío.
Por otro lado, la piedra de agua era relativamente fácil de conseguir, solo que, dado que no tenía otro uso aparte de las lámparas green, solo se vendía en tiendas especializadas.
—Podría intentar cultivarlo en el sótano de la mansión. Podría pedirle a Raazsha que se encargue del mantenimiento, ya que no tiene mucho que hacer últimamente.
—Hala... ¡Qué guay!
Pensando que sería una buena distracción para ella, ya que no podía salir con libertad, y que además podría tener aplicaciones farmacéuticas, Yuusuke observó el musgo solar que brillaba dentro de la lámpara. Si personalizaba un contenedor de cultivo especial, podría ajustar el entorno para que fuera óptimo. Utilizando los mecanismos adecuados, debía poder mantener la temperatura y la humedad constantes. Si lograba cultivarlo, esta fuente de luz podría sustituir las lámparas de aceite actuales y extenderse como una opción más conveniente.
—Me gustaría ir a Trent Rietta en algún momento para investigar más sobre el musgo solar este.
—Sí... Ahora no es un buen momento, pero cuando la situación se calme ya haremos algún apaño.
—Ah, claro, por lo de las bestias mágicas.
—S-Sí...
Después de todo, la misión había resultado ser en realidad un encargo de exterminio de bestias mágicas. En el informe, también había incluido, de forma sutil, la contribución de Sun en el incidente, por lo que podía decirse que habían encaminado el plan que Krielov había propuesto.
—Qué mala suerte los aventureros que murieron...
—¿Violet...?
Algo en la actitud de la princesa le resultó extraño. Parecía estar apenada por las víctimas de la misión, de una manera que era inusual en ella. Yuusuke lo notó y se quedó un poco desconcertado.
Después del conflicto que tuvo con Yuusuke tras su regreso de la Fortaleza Gearhawk, había reflexionado sobre muchas cosas y aprendido de aquella experiencia. Además, le preocupaba el hecho de que les había recomendado esta misión por parecer segura, cuando en realidad había resultado bastante peligrosa.
—Ah, por cierto... Sun con el arco... Parece que aprendió mucho entrenando contigo.
—¿D-De verdad? Bueno, también debe de haber ayudado que lo mejoraste con tu poder.
—Esto le preocupa un poco a ella.
—Sí... Quiere ser útil sin depender de nadie.
El tono de la conversación se volvió rígido. Yuusuke se dio cuenta de que Violet estaba escogiendo sus palabras con cautela, lo que le hizo sentirse incómodo. De pronto, ambos se volvieron algo distantes. «Esto no es propio de ella...» Decidió que seguir hablando de la misión no era una buena idea. Confiando en que captaría la indirecta, intentó cambiar de tema:
—¡Ah! Por cierto, Violet.
—¿Mhm? ¿Qué?
—Pronto empezaré a fabricar eso. Ya sabes...
Desde que supo que Sorzak pronto tendría terminado un nuevo prototipo de motor mecánico, Yuusuke planeó fabricar un chasis en el que montarlo. Es decir, un vehículo exclusivo para Violet: su propio kart.
Al ver su sonrisa y la mirada que le dirigía, ella sintió que el peso de sus preocupaciones se disipaba. Sus emociones contenidas, atrapadas entre la razón y la angustia, finalmente afloraron.
—¡¡¡Ohhh!!! ¡¿Podré probarlo pronto?!
Recordó el "sofá motorizado" que Yuusuke había construido en una de sus pruebas y le brillaron los ojos de la emoción. Como no podía recorrer los pasillos del palacio a toda velocidad, llegaron a la conclusión de que tendría que probarlo en el campo de entrenamiento.
—Según mis cálculos, debería alcanzar una velocidad similar a la de un trote ligero.
—¡Yuju! ¡Tengo muchas ganas de verlo!
En una de las salas de la guardia de palacio, Yuusuke hablaba sobre sus planes con las piernas cruzadas y recostado contra el respaldo de su silla. Frente a él, Violet tenía las manos apoyadas en las mejillas y movía con entusiasmo sus coletas rojas. La previa sensación de distanciamiento que había entre ellos había desaparecido por completo.
gracias
ResponderEliminarQuerida Xeniaxen, un millón de gracias por todo tu esfuerzo y el esfuerzo de todos los que trabajáis de manera altruista y desinteresada, para traernos estas maravillosas traducciones de las novelas ligeras que tanto nos gustan. No creo ser el único que aprecie vuestro esfuerzo y vuestro trabajo, y aunque no os lo digamos tanto como debería ser, hay que agradecer todo lo que hacéis en Princescan por estos desamparados fans, ;P
ResponderEliminarGracias por todo, y un fantástico trabajo como siempre.
Pd: descansa un poco si lo necesitas. jejeje
Muchaaas gracias, un fantastico trabajo como siempre, un saludo desde chile <3
ResponderEliminarsaludos desde Paraguay
EliminarSun & Isotta ❤
ResponderEliminargracias por los cap
ResponderEliminarIsotta, no me esperaba eso de ti...
ResponderEliminargracias por los cap
ResponderEliminarGracias por el cap
ResponderEliminarGracias as por el cap🙇
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