Todos los capítulos de manhuas, manhwas, mangas y etc., se están subiendo a un nuevo lector. 
Esto tardará unos días ya que son muchos capítulos. Por favor, esperen pacientemente. –PrinceScans

07/05/2021

Re:Monster - 446

La hermosa Kugime, emperatriz profeta que todo lo ve~

Ay, ay, ay, queda poco para la gran batalla que llevamos esperando desde el final del Volumen 1.

-Xeniaxen


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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune) 
-RE:MONSTER-
Continente Oscuro V.2

Traducido por: Xeniaxen
Revisado por: Rounejo




Día 446


Mañana es el día, nos enfrentaremos al Milagrum. Hoy, desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde, estuvimos entrenando con los giantrous. Por la noche, los inspeccionamos para asegurarnos de que todo estuviera en su sitio, y luego quedamos para cenar con el [Rey Gigante].

Había organizado un banquete en el comedor donde la familia real suele reunirse y comer.

El techo está decorado con pinturas de batallas, puede que formen parte de la historia de los gigantes, iluminados por unos artículos mágicos demasiado grandes para llamarlos candelabros. Las paredes están adornadas con murales fascinantes y muebles muy llamativos. Las doncellas y los mayordomos gigantes se alinearon a un lado de la sala.

La mesa redonda, en el centro de la gran habitación, estaba llena de platos recién preparados. El [Rey Gigante] me esperaba en un asiento frente al mío. Sentadas a su izquierda y derecha, había tres damas que parecían reinas y, junto a ellas, estaban el [Príncipe Mitsutake] y la [Princesa de la Oscuridad] con otros cuatro hermanos y hermanas menores. En los asientos más cercanos a nosotros, un general gigante fortachón de mediana edad con una intrépida herida en la cara, un viejo canciller gigante con barba de tres días y una maga gigante de mediana edad con una túnica negra y violeta.

Al parecer, más que una simple cena, también era una reunión para conocer a nuestros aliados. Reconocí sus rostros por la información que mis clones han ido recopilando, pero era la primera vez que los veía cara a cara. Los niños nos miraban con pura curiosidad o indiferencia, pero el rostro de los adultos era diferente. Nos miraban con desconfianza, incomodidad, vergüenza, irritación y muchas otras emociones.

En ese momento no lo entendí, pero de todos modos comenzamos el banquete. Comí y bebí de todo lo que habían preparado, las cantidades eran abundantes. Herrera se llenó enseguida, pero Minokichi y yo no tenemos límite. El gusto del [Rey Gigante] es exquisito.

Sin embargo, era consciente de que debía controlarme. Minokichi y los demás podían hacer lo que quisieran, pero yo, como portavoz del grupo, tenía que trazar la estrategia de mañana con el [Rey Gigante].

Así que hablamos y finalmente entendí las diferentes expresiones del grupo de adultos. Parece que las reinas, el General Gigante, el Sacerdote Gigante y la Maga Gigante no estaban del todo de acuerdo con el [Rey Gigante] en desafiar al Milagrum.

Las reinas estaban preocupadas por él, temían por el resultado. Desconfiaban de la ayuda que unos seres tan minúsculos como nosotros podríamos prestarle. El General Gigante estaba enojado porque según él, solo gente de su especie debía participar en esta importante gesta. El Sacerdote Gigante asumía que el [Rey Gigante] siempre hace lo que quiere y que el pueblo pedía a gritos que sometieran al Milagrum, pero no confiaba en el éxito de la misión. Finalmente, la Maga Gigante estaba recelosa de que el [Rey Gigante] confiase en nosotros, y nos observaba con indignación.

Creo que había más razones, pero esas eran las principales. Bueno, no importa. Que opinen lo que quieran, yo simplemente procederé según mi acuerdo con el [Rey Gigante]. Por el momento, no quería caerles mal, pero sentía que debía mantener mi postura firme y clara. Sin embargo, el General Gigante me malinterpretó y me desafió a un duelo.

Es un gigante de unos 90 metros, casi tan alto como el [Rey Gigante]. Es un general prestigioso del ejército gigante que pertenece a una familia de duques. Parece que tiene sangre real mezclada en sus antepasados, por lo que sus habilidades, además del físico, son altas. Es un poco más joven que el [Rey Gigante], y un súbdito muy leal, ya que esa ha sido siempre su posición desde joven, pero es algo terco. Tiene la idea de que la raza gigante es suprema, por lo que desprecia a cualquier ser de otra especie, cosa que el [Rey Gigante] desaprueba.

Me lo tomé como un entrenamiento. Al fin y al cabo, podremos compenetrarnos mejor si ambos conocemos nuestras fortalezas.

Elegimos un gran jardín junto al comedor como lugar para pelear. Había varios parterres con flores coloridas, seguro que al [Rey Gigante] le gusta mirar cómo cambian con el paso de las estaciones mientras come.

Nos pusimos cara a cara. Mis 2 metros de altura frente a los 90 del General Gigante. Era ridículo comparar nuestra diferencia en tamaño. Cualquiera que nos viese pensaría que, con esa gran disparidad, el gigante lo tendría tan fácil como pisar a un insecto.

Pero les demostré que se equivocaban. Empezó intentando pisotearme, por lo que me arrastré por el suelo como si fuera un gusano negro para evitarlo. Pero pensé que de ese modo el gigante sentiría que estaba haciendo el ridículo, así que alcé el vuelo para estar a su misma altura, pegando puñetazos, dando patadas y esquivando sus golpes. Era tan grande que parecía que se moviese lentamente, pero en realidad todos sus ataques fueron rápidos; es un tema de perspectiva. Sin embargo, no fue lo suficientemente rápido para alcanzarme.

Después de un rato, le golpeé en la mejilla derecha y se enfureció. Usé un poco más de fuerza de la habitual. Pensaba que el gigante, que en teoría es más resistente dado su tamaño, lo encajaría como un golpe normal. Pero cuando le di, escuché el sonido de su carne y huesos aplastándose. Sonó bastante fuerte, como una explosión, probablemente por el tamaño de sus huesos.

Por el impulso del golpe, el gigante se elevó girando a gran velocidad, cayendo de cabeza contra el suelo. Se quedó con los ojos blancos, con la cara deformada y varios dientes rotos, derramando sangre. Se había desmayado.

Pedí a algún mayordomo o criada de los que estaban cerca que me ayudase a llevarlo a un médico. El gigante era demasiado pesado para cargarlo yo solo. No llevaba armadura, pero solo por su tamaño pesaba mucho. Me sentí un poco mal mientras intentaba moverlo y no podía. Finalmente usé [Creador del Universo] para hacerlo flotar en el aire y transportarlo.

De todos modos, no sé si por miedo, las reinas fueron bastante amables conmigo. Por alguna razón, la cultura de la meritocracia es útil en estas situaciones. Si eres débil, te oprimen, pero si eres fuerte, generalmente te tratan con respeto.

Después de eso, el [Rey Gigante] me invitó a un trago. Dado que ambos somos grandes bebedores, con abundante licor y grandes platos de bestias gigantes, empezamos a contar anécdotas de nuestras batallas.

Bebí y bebí hasta que me pareció que flotaba en un mar de sake. No es apropiado que haga esto a menudo delante de los gigantes, pero por una vez no pasa nada.



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