Buenas~
A ver, con los capítulos de hoy ya hemos alcanzado al manga *aplausos aplausos* (que sale solo una vez al mes), por lo que no sé cómo voy a continuar haciendo las imágenes de los capítulos, supongo que se quedarán sin. No tengo ni idea de quién traduce el manga en español, no lo he buscado ni perderé el tiempo haciéndolo pero sé que hay alguien. PrinceScans no tomará ese proyecto, por cierto. Aun así, como ahora les adelantaremos, desde aquí les lanzo el mensaje de que si necesitan cualquier cosa contacten conmigo. Esto no es un llamamiento, solo informo.
Ah, nótese que he puesto las notas debajo de cada párrafo, pese a lo feo que queda... Las notas de traducción son las que están en blanco y llevan "NT" al principio, lo que está en colorines son comentarios nuestros y los pongo porque me da la gana XD.
En fin, vayamos al lío. He de decir que como amante de las discusiones, disfruté mucho traduciendo el 28. Creo que esta serie se pone interesante también de aquí en adelante~
-Xeniaxen


Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
27
El undécimo día del mes de fuego de Shalnar... Un antiguo clan se ocultaba en una aldea escondida en las montañas de Gazetta. Vivían en un pequeño castillo fortificado, con varios edificios de piedra de tamaño modesto alrededor. A simple vista, parecía una aldea aislada en las profundidades de la montaña. Pero entre los pocos edificios, había uno que se distinguía de los demás, una construcción que tenía la apariencia de un santuario.
—Vaya, abuela. Sigues vivita y coleando, ¿eh?
—Tú también has crecido mucho. Parece que te han cuidado bien.
El joven, que conocía a la sacerdotisa del pueblo desde que era pequeño, tras intercambiar unas palabras amistosas y mostrarle su afecto, pasó a tratar lo que verdaderamente había ido a hablar con ella.
—¿Qué clase de revelación has tenido esta vez?
—Mhm... El Dios Oscuro ha descendido.
—¿Ah, sí? ¿Y qué forma tiene esta vez? ¿Un monstruo ancestral o un antepasado de los Cuatro Grandes Dioses?
—Parece humano. Creo que podría tratarse de una variante de usuario de artes divinas.
El ambiente amigable de antes desapareció en lo que el joven escuchaba con atención las sabias palabras de la chamana.
Ese ser tenía que cumplir el deseo más anhelado de su clan. En la antigüedad, un Dios Oscuro que descendió a Kaltcio sentó las bases para la prosperidad del clan blanco. No obstante, otro Dios Oscuro, de la raza que más tarde se conocería como "wizard" (NT: Mago, en inglés.), destruyó esa prosperidad en las generaciones posteriores...
—Ha descendido en Fonkrank.
—Un humano, ¿eh? Entonces puede que esta vez destruya la prosperidad de los usuarios de artes divinas.
En la era del clan blanco, el Dios Oscuro otorgó poder a un grupo minoritario conocido como los "colorados", que entonces eran una clase subordinada. Esas personas acuñaron el concepto de "artes divinas", aunque el mismo Dios llamaba a ese poder "magia". Los "colorados" adoptaron el nombre de "usuarios de artes divinas" y comenzaron a utilizar su poder, expandiendo gradualmente su influencia hasta desplazar al clan blanco a ese territorio.
—No lo sé. Vi que tenía el pelo negro.
—Hm... Parece que tendré que ir a comprobarlo por mí mismo.
El Dios Oscuro que había originado la prosperidad del clan blanco era un monstruo humanoide anterior al "wizard". Gracias a él, se redujo drásticamente el número de los "colorados" y quedaron como una minoría. Las estatuas del Dios Oscuro veneradas en los santuarios de los desvalidos representaban la figura de esta criatura.
Para alcanzar el anhelo transmitido de generación en generación a los líderes del clan blanco era necesario confirmar la naturaleza del Dios Oscuro que había descendido. El esperado humanoide, con un aspecto oscuro similar al de las estatuas, debía ser examinado para determinar si verdaderamente contribuiría a la restauración del Imperio Blanco.
Tras salir del santuario de la sacerdotisa, el hombre regresó a su castillo y comenzó a prepararse para su viaje.
—¿De verdad vais a ir solo?
—Es mi misión como rey.
—Pero si te ocurre algo...
Su consejera y concubina insistió en acompañarlo, al menos como guardaespaldas. No obstante, para calmar su preocupación, el hombre le acarició el vientre.
—Ya llevo un heredero en ti, ¿no es así?
—P-Pero aún no sabemos si será niño o niña...
Sonriendo ante el sonrojo de la mujer, le dio un beso antes de partir hacia Fonkrank.
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Segundo día del mes de fuego de Shalnar...
«Jamás habría imaginado que ese chico podría ser el Dios Oscuro.»
Tras recibir un informe urgente de los movimientos de Blue Garden, Shinja decidió invadir Paula. Reunió a sus tropas en una ciudad cerca de la frontera, envió un destacamento de exploradores hacia las ruinas de la Fortaleza Gearhawk y comenzó a movilizar la fuerza principal en formaciones reducidas para evitar llamar la atención.
—Majestad, ¿qué piensa hacer con la señorita Risha?
—El rey, su padre, ya falleció. Ahora ella no es más que un pájaro enjaulado. La liberaré junto con los demás.
Aunque parecía esforzarse por mantener los ideales del difunto rey, el líder de Paula iba a arrebatarle la pequeña zona que protegía.
«Como reina, no puede aceptar a los nuestros.»
—En ese caso, la liberaremos a la fuerza.
Con la gran espada de platino en alto, avanzó hacia las defensas del ejército de la reina. Ascendió sin vacilación por el terreno irregular que conectaba la llanura con la pendiente de la vasta muralla.
Los guerreros desvalidos, descendientes del orgulloso clan blanco, gritaban mientras avanzaban ferozmente, bien entrenados y armados. Pese al miedo que inspiraba la escena, los soldados de la Milicia Divina permanecieron firmes gracias a su lealtad y sentido del deber hacia la reina.
—Mm... Esto no pinta bien —murmuró Zeshald desde el segundo piso de la muralla derruida.
Mientras pensaba si podría redirigir a los soldados de la Milicia Divina que estaban ayudando a evacuar a los ciudadanos para reforzar las filas del ejército de la reina, algo ocurrió. Una luz con forma de cuerda surgió de una parte de la muralla y se extendió hacia el frente del ejército de la reina. De repente, la muralla empezó a brillar intensamente. En un instante, apareció un enorme muro justo entre el ejército de la reina y el de Gazetta.
El ejército invasor perdió brevemente el ritmo de su marcha. Pero Shinja reaccionó rápidamente. Ordenó a sus tropas que no se detuvieran y que rodearan el obstáculo.
—¡Yuusuke! —maldijo mientras echaba un vistazo hacia los de Fonkrank, en la retaguardia.
La distancia entre el ejército de Gazetta y el escuadrón de Yuusuke era considerable. Entre ambos se encontraba la Patrulla de Fuego, que avanzaban hacia los blancos. El joven de pelo negro se había quedado con unos veinte hombres y había enviado al resto al frente. Era un movimiento que parecía bastante arriesgado. Pero esquivarlos sería complicado y podría causar bajas innecesarias.
—¡Desplegad las tropas de reserva! —Shinja optó por la estrategia más segura, utilizando su carta bajo la manga. «Veamos cómo te las arreglas, Yuusuke.»
Mientras tanto, este había calculado las coordenadas de manera aproximada basándose en las partes intactas y las secciones dañadas de la muralla que veía en el menú de personalización, así como en la posición del ejército de la reina que observada a simple vista. Confiando mayormente en su instinto, colocó un enorme muro defensivo.
Mientras continuaba manipulando el menú, un explorador informó de la proximidad de una unidad enemiga.
—¡Otra caballería de Gazetta se aproxima desde la retaguardia! ¡Son unos cuarenta jinetes!
—¡Maldición! ¿Son los que se habían retirado antes?
—¡Capitán! ¡Deberíamos llamar de vuelta a los guardias!
—No, no es necesario.
De los veinte integrantes de la Patrulla del Dios Oscuro, solo la mitad podían usar artes divinas ofensivas. Una carga de caballería con casi el doble de efectivos los arrasaría sin remedio.
—Aún están lejos —dijo Yuusuke calmado, entre la agitación por la amenaza.
En cuanto completó la creación del objeto que tenía en mente, ejecutó la operación de inmediato. Frente a los guardias, que habían formado un círculo defensivo, apareció un amplio suelo de piedra adoquinada.
—¡Subid al pavimento! —gritó mientras saltaba del carruaje y corría hacia el área recién creada.
Todos reaccionaron rápidamente y lo siguieron. La caballería de Gazetta que cargaba hacia ellos se encontraba solo a unos cincuenta metros de distancia.
—¿Estáis todos? ¿No queda nadie en el suelo?
Yuusuke manipuló rápidamente el menú de personalización y presionó el botón de ejecutar. Ya había experimentado con este "bug" (En términos de videojuegos (e informáticos en general), un "bug" es un error, defecto o fallo en el software que produce un resultado incorrecto o inesperado.) antes: si los objetos podían moverse verticalmente, también podían hacerlo en horizontal. En un abrir y cerrar de ojos, y con el brillo de siempre, los veinte miembros de la Patrulla del Dios Oscuro aparecieron junto al ejército de la reina, cerca de la muralla.
—¡¿Q-Qué leches?! —Shinja dejó escapar un grito de asombro al observar el fenómeno.
—¿Han trasladado a toda la unidad...? ¡Qué disparate!
—¡Majestad! Si las cosas siguen así, con el ejército de la reina al frente y los de Fonkrank en la retaguardia, nos rodearán y atacarán por los flancos.
—Lo sé. Envía a la caballería a nuestra posición.
A través de artes aéreas, transmitieron la orden a la caballería que, atónita, había perdido su objetivo inicial. Shinja quería aprovechar el gran muro para defenderse de los ataques. Sin embargo, al reconocer que el poder de Yuusuke superaba con creces sus expectativas, decidió ajustar aún más su estrategia.
Comunicó a las fuerzas destacadas en las aldeas desvalidas de otros países que, para protegerse, capturaran de inmediato a cualquier persona cercana a Yuusuke. Aunque fallaran en demostrar la fuerza de Gazetta en esta batalla, quería asegurarse un punto de partida para atraer al Dios Oscuro a su lado.
—Si no me equivoco, esa chica se llamaba Sun... ¡Mensajero!
El escuadrón de Yuusuke, que literalmente se había teletransportado, pidió a las tropas de la reina que se retiraran hacia el lado de la montaña. Básicamente, fue como decirles «Apartaos, que molestáis», lo que provocó indignación entre ellos. No obstante, la reina Rishause, después de escuchar a Zeshald y a Reifold hablar sobre la impresionante fuerza de la Patrulla del Dios Oscuro, decidió dejarles pilotar la situación. Para mantener las apariencias, dio a su ejército la orden de retroceder para ceder a las tropas de Fonkrank la responsabilidad de repeler al ejército de Gazetta. Así, comenzaron a retirarse hacia el Monte Bouzas, pasando por el tramo abierto de la Gran Muralla.
Cuando Yuusuke miró hacia la muralla, vio a Zeshald en el segundo piso, sonriendo y saludándolo con la mano. Durante un instante, intercambiaron miradas en silencio.
—El ejército de la reina está retrocediendo.
—El escuadrón Hivodir ha rodeado el muro y está presionando al ejército de Gazetta por los laterales.
—La caballería se está moviendo; parece que planean unirse al grupo principal.
—Bien. Preparad la señal para Hivodir. Los demás, apoyad a los de Espejo de Agua.
Los guardias comenzaron a moverse con precisión y rapidez, mientras Yuusuke, más calmado, revisaba en su menú de personalización los datos del mapa y se preparaba para desplegar y ejecutar otros objetos en el momento adecuado.
En la muralla de Paula, un joven soldado de las brigadas salió de detrás de una columna donde se había estado ocultando. Espejo de Agua le disparó una bola de fuego, que le rozó un costado.
—Esto no tiene sentido.
—¡Eh! ¿Adónde crees que vas? ¡Es territorio enemigo!
Mientras su compañero alzaba una mano imbuida con un artes divinas de tipo proyectil, el joven se giró hacia él y respondió:
—Voy a rendirme ante Espejo de Agua. Si quieres disparar, adelante.
—¿Qué estás diciendo? ¡Has perdido la cabeza!
—¡El que debe reflexionar eres tú! ¿Por qué estamos luchando contra la reina?
En un pasillo donde volaban artes divinas de manera intermitente, dos soldados de la brigada discutían acaloradamente. Otros compañeros estaban intentando separarlos mientras repelían los ataques de Espejo de Agua. El caos reinaba en las filas del bando Izapnar. La situación cambiaba constantemente; ahora la reina y Fonkrank colaboraban contra Gazetta. Algunos soldados, desobedeciendo las órdenes del caudillo supremo, estaban comenzando a rendirse ante la reina.
Salvo aquellos estrechamente ligados a Izapnar, la misión que se había comunicado a los soldados era «controlar a Espejo de Agua para descubrir pruebas de su rebelión». Supuestamente, la movilización de emergencia respondía a un ataque sorpresa contra un escuadrón de vigilancia. La idea de una rebelión cobró fuerza cuando Fonkrank intervino. La aparición de guerreros desvalidos claramente hostiles, junto con la participación directa de la reina Rishause y su alianza con Fonkrank, añadieron más tensión.
—¡¿Es que no lo ves?! ¡Los guardias de Fonkrank están protegiendo a Su Majestad de los guerreros desvalidos! ¡Nosotros también deberíamos estar luchando por ella!
—Y-Yo...
—En su último mensaje, la Reina Rishause no mostró signos de querer rebelarse. ¡Algo no encaja en lo que dice el líder Izapnar!
En ese momento, una misteriosa onda de energía divina envolvió la zona. Los soldados se estremecieron, reconociendo esa misma extraña vibración que habían sentido cuando la muralla desapareció de repente. Al volverse, vieron claramente el origen de esa energía. Un guardia de cabello negro y uniforme oscuro del ejército de Fonkrank, con los brazos extendidos hacia la enorme muralla. Desde el otro lado, una multitud de pasos y gritos resonaban cada vez más cerca.
—¡Los guerreros desvalidos están llegando!
Poco después, el ejército de Gazetta apareció flanqueando la Gran Muralla y se acercó hacia el frente del ejército de Fonkrank. Un guardia con artes aéreas calculó y reportó su trayectoria:
—¡El ejército de Gazetta se aproxima desde el frente!
—Parece que planean usar el muro del capitán.
—¡Perfecto! Es lo que quería. ¡Ejecutar!
Aprovechando que el enemigo estaba cerca, Yuusuke activó los datos de su mapa para realizar un ataque indirecto. Sus artes divinas [Creación Personalizada] requerían elementos del mapa cercanos. Por tanto, la estrategia de Shinja le terminó jugando en su contra.
Un muro de luz emergió desde la gran pared, rodeando a la caballería blanca. Eso requeriría cantidades enormes de piedra, pero tenía materiales disponibles en abundancia. La mitad superior del muro comenzó a desintegrarse para crear el nuevo muro circular.
—¡Su Majestad! ¡Esto es...!
—¡Nos están encerrando!
La caballería quedó atrapada dentro del enorme muro, que bloqueó su avance. Solo entonces, Shinja comprendió plenamente que, si Yuusuke había sido capaz de teletransportar a un escuadrón entero, también podía crear múltiples muros gigantes.
—Grr... ¡Maldita sea! Ha sido un error mío. No debí aplicar el sentido común.
Shinja, al mando de la caballería de la Legión Blanca, había caído en la misma trampa que el caudillo supremo Izapnar. Sin haber cruzado ni un solo golpe con el enemigo, su unidad fue efectivamente capturada.
Yuusuke ordenó al escuadrón de Hivodir que subieran al muro circular por las escaleras externas. Desde lo alto y con una sonrisa triunfante, Hivodir se jactó de lo fácil que sería eliminar a los desvalidos atrapados allí. Sin embargo, Yuusuke se lo prohibió. En su lugar, hizo un llamamiento a Gazetta para detener su avance. Con su unidad de caballería como rehén, el bando de Gazetta se quedó paralizado.
—Reunid al resto de las brigadas de élite en el Parlamento. ¡Reagrupación! —ordenó el líder Izapnar a un mensajero antes de sentarse nuevamente en su despacho, planeando la estrategia para revertir la situación.
Primero reforzaría el Parlamento. Luego, incitaría al pueblo a mantener la revuelta para ganar tiempo. Usaría como arma propagandística el hecho de que la reina había permitido que las tropas de un país vecino entraran a su territorio, y que aquello había causado la pérdida de un trozo de la Gran Muralla de Paula. Alegaría que había sido un error estratégico provocado por Fonkrank, al confiar en su ayuda contra la invasión de Gazetta, algo que calificaría de humillación nacional. Además, acusaría a Zeshald, el consejero más cercano a la reina, de ser un agente infiltrado de Fonclank. Difundiría que el núcleo de Blue Garden había sido manipulado por este, y que se habían tomado decisiones vergonzosas. Este enfoque permitiría culpar a la reina y movilizar al pueblo contra ella.
Para lograrlo, primero debía neutralizar a Zeshald. Si no eliminaba al enlace entre la reina y Fonkrank, sería imposible contrarrestar la política de reconciliación que el Rey Esvobus intentaba promover con la Reina Rishause como figura central. Todo dependía de que Bellusha, la agente infiltrada en Espejo de Agua, completara su misión.
—¡Mi partida todavía no ha terminado...! Tendrán que desviar tropas para encargarse de Gazetta, así que aprovecharemos esa oportunidad...
Izapnar murmuraba sus estrategias mientras escribía el discurso para incitar al pueblo. Enfurecido por sus propios errores de redacción, arrugaba los papeles y los lanzaba al suelo. Al intentar calmar su sed, hizo chocar la jarra y las tazas de cerámica en un gran estruendo. Solo entonces notó que sus manos temblaban incontrolables. Se las metió en los bolsillos para ocultarlo mientras continuaba urdiendo su plan.
—Sea como sea, tengo que socavar el apoyo popular hacia la reina... ¡Eh! ¡¿Dónde está Volmes?! ¡Mensajero!
En realidad, al artífice de la revuelta no le quedaban estrategias viables para cambiar el rumbo de la situación. Desde el momento en que no había logrado someter a Espejo de Agua y había tenido que retirar a las brigadas, la batalla ya estaba perdida. Las únicas opciones que le quedaban para sobrevivir eran suplicar el perdón de la reina o huir del país.
—¿Se están replegando o no? ¡Que alguien venga a informarme! Maldita sea... ¡¿Qué están haciendo...?! ¡No hay tiempo que perder!
En el despacho del caudillo supremo Izapnar, él seguía hablando consigo mismo, cada vez más ansioso. Sin embargo, su más cercano aliado, Volmes, nunca llegó.
28
Zeshald observó atentamente como las brigadas de élite empezaban a retirarse de la Gran Muralla y dio instrucciones para que no las persiguieran. Se le quitó un peso de encima al ver que la relación entre Blue Garden y Fonkrank comenzaba a mejorar, por lo que exhaló aliviado.
Lo único que quedaba por hacer era arrestar al líder Izapnar y tomar el control del Parlamento, con lo que se daría fin a la revuelta interna. Pese a que no había previsto la intervención de Gazetta, terminaron por capturar a su rey.
—¿Se dirige al Parlamento, instructor Zeshald?
—Sí, lo más rápido será que lo haga yo mismo.
Mientras discutía los siguientes pasos en la sede de Espejo de Agua, miró hacia los edificios de la zona urbana de Paula. Era hora de que los habitantes empezaran a despertar y ponerse en marcha. Mandó preparar unos carruajes para tomar rápidamente el control de las instalaciones centrales.
En medio del bullicio y el caos, los guardias encargados de proteger a Zeshald se distrajeron viendo cómo los soldados desarmados de Gazetta salían del muro circular. En ese preciso momento...
—¿Hmm?
Bellusha se le acercó velozmente por detrás, y colocó su mano entre la escápula izquierda y la vértebra torácica de Zeshald. Usando sus artes acuáticas, lo congeló. Era una técnica mortal que congelaba el corazón al instante, causando la muerte inmediata.
El poder divino de Bellusha, forjado desde su niñez, era fulminante. La resistencia a las artes divinas depende de la fuerza individual de cada usuario, pero a pesar de la habilidad de Zeshald y de la potenciación de la reliquia, no pudo evitar la congelación alcanzara su corazón. Entonces se escuchó un sonido agudo, como de algo rompiéndose.
Bellusha estaba convencida de haber cumplido su misión y se dispuso a asegurar su retirada. Mientras se giraba lentamente, pensó que Zeshald caería al suelo, pero este, sorprendentemente, la agarró del brazo justo cuando intentaba alejarse. Creyendo que era un último intento de resistir, Bellusha trató de liberarse, pero el instructor, al que pensaba haber matado, le sonrió burlonamente, lo que le hizo detenerse en seco.
—¡Oh!
—Qué pena.
Antes de que Bellusha pudiera siquiera procesar que su maniobra no había llegado a buen puerto, intentó usar nuevamente la congelación, extendiendo su mano hacia él. Sin embargo, Zeshald fue más rápido.
—¡Levitación! (NT: En el original, dice algo como "Técnica de Ascensión". Esta "ascensión" puede relacionarse con la ascensión al cielo o la muerte.)
—¿Eh...? ¡Uaaaaaghh!
Bellusha soltó un grito agudo mientras caía al suelo al recibir el contraataque de artes acuáticas. Su espalda se arqueó en un espasmo y quedó completamente rígida. Luego empezó a convulsionar incontrolablemente.
—¡¿Q-Qué ha hecho?! —preguntó, sorprendido, uno de los guardias de Zeshald.
—Hmm. Era una asesina —explicó él.
Luego recogió los fragmentos de su anillo que habían quedado esparcidos por el suelo. Reifold le había entregado la reliquia junto con ese anillo de platino que, según Yuusuke, era un "anillo de sustitución".
Tenía el efecto de reemplazar una sola vez el daño fatal recibido por el portador, evitando que sufriera una muerte instantánea. Sin embargo, en realidad, dudaba de su eficacia. Se suponía que el anillo absorbía el daño mortal una sola vez y luego el efecto se acababa. Si alguien moría por envenenamiento, el anillo lo haría revivir, pero no evitaría que muriera nuevamente si seguía el proceso de envenenamiento. Ocurría lo mismo con las muertes por ahogamiento o por quemaduras, incluso por aplastamiento o apuñalamiento. El anillo activaría su efecto, pero si el arma permanecía aún clavada, el portador moriría poco después debido a la herida.
Honestamente, si no se usaba junto con la reliquia, la efectividad del anillo era bastante limitada y difícil de aprovechar. Sin embargo, en esta ocasión, el peculiar método de asesinato de su oponente había sido de lo más beneficiosa.
Cuando la técnica de Bellusha congeló el corazón de Zeshald, el anillo activó su efecto para evitar que muriera. En ese momento, la reliquia y sus artes divinas acuáticas de curación comenzaron a sanar la congelación. Su resistencia fue suficiente para soportar el breve pero intenso daño punzante sin perder la conciencia.
—¿Está muerta...?
—No, solo apunté a sus nervios.
Cuando ella lo tocó, Zeshald percibió que había algo anómalo en su cuerpo y quiso curarla. Pero tuvo un efecto mucho mayor de lo que esperaba. Se encogió de hombros.
Cuando era una niña, Bellusha tuvo un accidente al usar sus artes divinas que le dañó los nervios y dejó secuelas en el cuerpo entero. Desde entonces, era casi incapaz de sentir dolor y tenía una gran tolerancia a las lesiones, por lo que se había convertido en una experta en las normalmente peligrosas artes de congelación. Esto y su pericia la habían colocado en el centro de las operaciones de asesinato.
Tal vez debido a su condición, no solía mostrar sus emociones y daba una impresión muy fría. Con el tiempo, sus compañeros de profesión comenzaron a burlarse de ella, llamándola la «Dama de Hielo».
Zeshald había sanado sus nervios y, abrumada por la repentina ola de sensaciones, simplemente se desmayó. Para esa mujer, que no conocía el dolor desde que era pequeña, eso se convirtió en un torrente destructivo. Finalmente, cuando cesaron sus convulsiones, la asesina se sonrojó y apareció una leve expresión de felicidad en su rostro.
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El intento de asesinato se mantuvo en secreto entre las pocas personas involucradas. Después, Zeshald se dirigió hacia el Parlamento con la Milicia Divina para tomar el control. Entre los soldados desarmados de Gazetta, alineados frente al muro circular, estaba Shinja, de pie tranquilamente a pesar de estar encadenado.
Yuusuke le cedió el mando a Hivodir y se dispuso a desmontar el muro. No obstante, al ver cómo la reina, acompañada de sus dos damas de compañía, se enfrentaba a Shinja, se detuvo en seco.
La reina Rishause, con su largo cabello azul claro, destacaba por su belleza sin igual, elegante y serena. Sus damas de compañía, también de notable atractivo, tenían una apariencia completamente opuesta entre ellas, pero compartían rasgos faciales al ser gemelas.
Si la princesa Violet era como unos fuegos artificiales, la reina Rishause evocaba la imagen de un tranquilo arroyo cristalino. Al menos, esa fue la impresión que tuvo Yuusuke, que tomó la siguiente nota mental: «En Blue Garden hay muchos pibones».
Rishause avanzó con pasos firmes hacia Shinja. Frunciendo sus finas cejas y lanzándole una mirada de reproche, le habló en un tono contundente:
—¿Qué... pretendías hacer?
—Risha, como ves, mi gran espectáculo ha quedado completamente arruinado. La guerra es azarosa —dijo, con aire despreocupado.
—¿Por qué te has lanzado a una batalla tan insensata? —siguió Rishause con expresión de sufrimiento.
—No era insensata. Aunque he subestimado un poco el poder de la Patrulla del Dios Oscuro —respondió él, sin atisbo de remordimiento.
Shinja afirmó que lo verdaderamente insensato era aquel poder. Sin él, habrían ganado. Sin embargo, reveló que su bando tampoco estaba completamente unificado, pero que se había visto obligado a actuar antes de que naciera su heredero.
—¿Querías acabar conmigo?
—Ni por asomo. Mi intención era liberarte.
—¿Liberarme? ¿Qué crees, que soy un pájaro enjaulado?
—¿No te has dado cuenta? ¿O es que sigues queriendo hacerte la dura, como siempre?
Con una actitud que parecía conocer los pensamientos de ella, quien intentaba mantener la compostura, Shinja provocó que la reina dejara escapar un ligero suspiro acompañado de un murmullo.
—Qué arrogante eres.
—Así es. Si un rey no es arrogante, no puede guiar a su pueblo ni a su linaje.
Al notar que Sinja y Rishause parecían conocerse de antes y que la conversación adquiría un matiz casi de discusión de pareja, Yuusuke decidió quedarse observando.
—¡¿Cómo osas tratar a Su Majestad con esta falta de respeto?! —la queja vino de Marsha, una de las damas de compañía de la reina y la mayor de las gemelas, que no pudo tolerar más la actitud del desvalido.
—Somos viejos conocidos, ¿verdad, Risha?
—Eso... es algo del pasado.
A pesar de la actitud descarada y directa de Shinja, Rishause no se mostró molesta, lo que llevó a Marsha a sentir una especie de celos que la impulsaron a soltar unas palabras cargadas de desprecio:
—¡Desvalido de mierda!
En ese momento, Shinja, mirando hacia el cielo, rompió a reír, haciendo que Marshaa retrocediera instintivamente.
—¿Has oído eso, Risha? Incluso alguien tan cercano a ti piensa así.
—... —Rishause apretó los labios sin saber qué responder.
—¿Eh? ¿Qué pasa? —preguntó Marsha, confundida por las miradas que de repente se posaron en ella.
—Su Majestad respeta a los desvalidos y no los considera inferiores —la reprendió su hermana Sasha.
El objetivo de la política de la reina era que los desvalidos vivieran en la sociedad de forma normal, rompiendo así las barreras de los prejuicios de ambos bandos, desvalidos y usuarios de artes divinas. El hecho de que todos los desvalidos estuvieran bajo su mando era una estrategia para protegerlos.
Que alguien tan cercano a la reina hiciera un comentario tan discriminatorio hacia ellos había puesto en evidencia su falta de comprensión.
—¡No lo decía en ese sentido! — trató de justificarse Marsha, consciente de que había avergonzado a la reina. Intentó defenderse argumentando que él estaba siendo indecoroso.
—Yo también soy un rey en Gazetta, y no veo que tú hayas mostrado ni una pizca de respeto hacia mí —respondió Shinja con sarcasmo.
—¡Aquí eres un prisionero!
—¿Sí? Si ni siquiera nos hemos enfrentado. En todo caso me han apresado los de Fonkrank.
—¡Ugh...!
—Por cierto, el viejo de Espejo de Agua también es de Fonkrank. Ahora no sé si hemos cruzado la frontera o aún estamos allí —remató Shinja, con argumentos sólidos y de manera contundente
—Ugh...
—Solo nos están ayudando un poco —dijo Rishause, replicando con un tono más neutro la insinuación de Shinja, para intentar calmar a Marsha, cuya naturaleza impetuosa estaba a punto de salir a relucir.
Aseguró que no aceptaban plenamente el sistema de estratos sociales de Fonkrank. Entonces, Shinja puso en duda su capacidad diplomática, cuestionando qué medidas concretas tomaría, o si podría o no impedir la política de reconciliación del Rey Esvobus.
—Si el ejército de Fonkrank o el ideólogo de Espejo de Agua deciden quedarse, ¿serías capaz de expulsarlos?
Ante esa pregunta, Marsha y Sasha compartieron miradas de preocupación. Shinja estaba señalando que, por mucho que expulsaran al caudillo supremo de Paula y la reina tomara el control, alguien de Fonkrank acabaría ocupando su lugar.
—Yo...
Sin estar completamente libre de esas preocupaciones, Rishause bajó la mirada. En su interior, gritaba que no había tenido otra opción, que no contaba con medios para oponerse a Izapnar por sí misma. Al mismo tiempo, las palabras «pájaro enjaulado» del de pelo blanco revoloteaban en su mente.
—¿En qué lugar quedaremos los desvalidos, entonces? —preguntó Shinja en un tono más relajado, cambiando claramente de actitud. Al fin y al cabo, él y los suyos eran ahora prisioneros de Blue Garden, y su destino estaba en manos de la reina.
—En mi nombre, os ordeno abandonar inmediatamente el territorio de Blue Garden.
Con su autoridad, Rishause decretó la liberación y expatriación de Shinja y su grupo. Aunque las damas de compañía intentaron que lo reconsiderara, la determinación de la reina fue inquebrantable. El ejército de Gazetta no había causado daños reales, así que nadie se quejó, ni los suyos ni los de la Milicia Divina.
—Shinja, cumpliré con el ideal de mi padre. Hasta el día de mi muerte, prométeme que no intervendrás en este reino.
—¿Quieres que te observe...? Vale. Te estaré vigilando.
La actitud arrogante y altiva de Shinja hizo que las damas de compañía fruncieran el ceño, pero Rishause sonrió levemente.
—De verdad... No has cambiado nada.
—Tú tampoco estás en posición de hablar. Aunque debo decir que te has vuelto mucho más hermosa.
—¡¿Q-Qué dices, tonto?!
—¡Señorita Rishause, su vocabulario!
Sorprendida por el comentario inesperado de su viejo amigo, por el que había sentido algo en el pasado, Rishause se mostró sin filtros, un personalidad que había estado oculta tras la majestuosa fachada de la Reina Sacerdotisa. Avergonzada, se cubrió la boca, dejando ver el otro lado delicado y encantador de su carácter, bajo la atenta mirada de Marsha.
—Je, je.
—D-Da igual. ¡Liberad al ejército de Gazetta! Quitadles los grilletes.
Los soldados de la Milicia Divina, que habían estado aguardando a cierta distancia, aunque no estaban satisfechos con la actitud irreverente de Shinja hacia su reina, los liberaron. Intentaron devolvérsela adoptando una actitud de superioridad, pensando: «Al fin y al cabo, son nuestros prisioneros». Percibiendo al instante sus intenciones, Shinja hizo un gesto rápido con la mirada a los de su Legión Blanca.
—Os daré un consejo: para un guerrero del clan blanco, las armas no son más que una herramienta más —con una sonrisa feroz, hizo que los soldados se detuvieran y lo miraran con desconfianza. Rishause, que conocía bien esa expresión, retrocedió ligeramente—. No las necesitamos para luchar. ¡Mirad!
Shinja levantó los brazos encadenados frente a su pecho y, dando un tirón brusco, rompió los grilletes con pura fuerza. Siguiendo su ejemplo, los demás miembros de la Legión Blanca hicieron lo mismo uno tras otro. Aunque eran de una madera muy resistente especial para desvalidos, por lo que no todos pudieron replicar ese acto de fuerza y simplemente pidieron que les quitaran los grilletes de manera normal. Aun así, la demostración de fuerza bruta dejó a los de la Milicia Divina boquiabiertos, atónitos por la escena.
Con movimientos ágiles como los de un depredador, Shinja se impulsó contra el suelo y cerró la distancia entre él y Rishause en un instante. Las damas de compañía reaccionaron demasiado tarde; él ya había entrado en la guardia de la reina, dejándola incapaz de defenderse o contraatacar con sus artes acuáticas.
—¡¿Q-Qu...?!
—Eres demasiado ingenua.
Shinja miró fijamente a Rishause, que tenía los ojos celestes abiertos de par en par, y puso una mano sobre su cabeza. Con suavidad, tomó un mechón de su cabello azul claro, lo acarició y lo besó, luego retrocedió. En ese momento, las dos damas de compañía corrieron a colocarse junto a la reina, con miradas amenazantes hacia el rey desvalido. Sin hacerles ni caso, él se dio la vuelta con una sonrisa burlona y volvió tranquilamente junto a los suyos.
Su movimiento fue un mensaje claro: de haber querido, podría haber roto los grilletes en cualquier momento y acabado con todos ellos. De hecho, incluso podría haber tomado a la reina como rehén.
Mientras el ejército de Gazetta comenzaba a preparar su retirada, la Milicia Divina de Blue Garden observaba con cautela, en un ambiente tenso y hostil. En medio de esa creciente incomodidad, el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro de Fonkrank, vestido completamente de negro, con el pelo de un negro azabache, se acercó al líder de la Legión Blanca de Gazetta.
—¡Shinja!
—¡Yuusuke! Menudo alarde de poder, ¿no?
—Alarde el tuyo. ¿Era necesaria esta escenita?
Yuusuke se acercó con una actitud lastimera, pero no parecía realmente enojado. Shinja lo evaluó con interés. ¿Sería cosa de la confianza del vencedor o de su naturaleza magnánima?
—Oye, que estoy de tu lado. Quiero que cumplas tu papel como Dios Oscuro —respondió con indiferencia, pero pronunciando palabras clave con toda su intencionalidad.
—¡...! —Yuusuke frunció el ceño al instante, tenso por esas palabras.
Notando su reacción, Shinja esbozó una ligera sonrisa. El hecho de que hubiera sido invocado a este mundo como el Dios de la Calamidad solo lo sabían Zeshald y unas pocas personas, entre ellas, Sun.
Rishause, que aún estaba cerca y con el rostro enrojecido por lo ocurrido anteriormente, ladeó la cabeza confundida al escuchar la expresión "Dios Oscuro".
—En este mundo, tu existencia es determinante, pero efímera —continuó el desvalido con serenidad—. Nosotros estamos respaldados por miles de años de historia.
Su mirada era penetrante, hablaba desde el peso de los siglos y el profundo deseo del clan blanco de restaurar su imperio, un sueño forjado a lo largo de generaciones.
—La restauración del Imperio del Clan Blanco significa la aniquilación de los usuarios de artes divinas. Y el papel del Dios Oscuro es ser el catalizador de ese proceso.
—¿Por qué? ¿No podéis coexistir? —inquirió Yuusuke con una sensación de desconcierto.
No entendía por qué uno de los dos bandos debía ser destruido. ¿Había alguna regla o razón que justificara esa necesidad? Aunque le hubiera gustado profundizar en el rol del Dios Oscuro, que hubiera más gente presente le hizo contenerse.
—Si los usuarios de artes divinas han prosperado tanto tras haber destruido nuestra sociedad, entonces, destruirlos a ellos será la condición para que el clan blanco prospere.
—Esa explicación no me vale. Así, lo único que conseguiréis es repetir el mismo ciclo una y otra vez.
—Exactamente. No existe la prosperidad eterna. Esto es el ciclo de la naturaleza en Kaltcio.
—Tú...
Intrigado por las profundas palabras, Yuusuke comenzó a preguntarse qué sabía él realmente sobre el Dios Oscuro. Según se decía, en la aldea del clan blanco había registros que abarcaban más de tres mil años de historia.
—Ven cuando quieras. Estoy seguro de que tarde o temprano te veré por Gazetta.
Esa declaración inquietó al del pelo negro. Estaba a punto de preguntarle qué quería decir con eso cuando un soldado de Gazetta, aparentemente alguien con artes aéreas, se acercó a caballo y susurró algo al oído del rey desvalido. Al escuchar el mensaje, el semblante de Sinja se oscureció.
—Rectifico. Si te interesa, ve a verlo por ti mismo. Serás bienvenido —con esas palabras, Shinja montó su caballo—. ¡Nos vamos!
El ejército de Gazetta emprendió el viaje de vuelta hacia su país. El sonido de los cascos de los caballos resonó en el suelo seco mientras levantaban nubes de polvo en su camino de regreso.
(Xeniaxen: ¿El suelo no estaba lodoso? ¿Ya se habrá secado? ¿O después de 300 capítulos de chapa al autor se le ha olvidado?)
—Así que «determinante, pero efímera», ¿eh...? —murmuró Yuusuke mientras veía a los desvalidos desaparecer en la distancia.
Tras un suspiro, decidió centrarse en la tarea más urgente: desmantelar el enorme muro circular y reparar la muralla. Tomó directamente de la muralla los materiales que utilizó para construir el muro, así que le faltaban grandes secciones.
—Esto es un desastre total...
Los residentes de las áreas afectadas se despertaron esa mañana sin techo, completamente desconcertados por la situación.
29
Al despertar, sintió como si el mundo hubiera cambiado. O eso le pareció, al menos. Después de levantarse como de costumbre, ponerse su uniforme y salir de su habitación para dirigirse a la sede de Espejo de Agua, Plausha notó algo extraño: había soldados patrullando los pasillos. Para cuando ella despertó, Espejo de Agua ya había tomado el Parlamento.
No sabían que ella formaba parte de la facción de Izapnar. No había participado en el reciente conflicto interno, por lo que nadie sospechaba de ella, y eso le permitió moverse libremente. El caudillo supremo solo había oído hablar de ella a través de su confidente, Volmes, pero nunca le había prestado mucha atención.
Volmes gestionaba las operaciones de inteligencia y seleccionaba agentes encubiertos, pero había desaparecido junto con varios miembros de la Brigada de Fuego que conocían el papel de Plausha.
—¡Ese Volmes, maldito cobarde, ha huido! —espetó Izapnar, furioso.
En la ciudad de Paula, desde primera hora de la mañana, las brigadas de élite y la Milicia Divina recorrían las calles apresuradamente, deteniendo a burócratas asociados con la facción de Izapnar y tomando el control de instalaciones clave. El ambiente era severo pero organizado. Así, la era de Izapnar en Paula llegó a su fin.
—Nada... Está todo perdido...
Vagando sin rumbo por los pasajes de la muralla, Plausha notó que no había paradas de mercado hoy, por lo que las calles estaban extrañamente despejadas. Al final del camino, divisó a alguien con un uniforme desconocido que llamó su atención. Apoyado en la baranda y mirando al horizonte, esa figura vestía un uniforme negro con capa, y su cabello también era negro.
«¿Eh...? No es de los nuestros.»
Al darse cuenta de que el emblema de su uniforme pertenecía a la guardia de Fonkrank, recordó los rumores sobre el Héroe de Gearhawk. Se detuvo instintivamente, paralizada por la sorpresa. El capitán de la Patrulla del Dios Oscuro percibió su presencia y se giró hacia ella. Al ver la mirada nerviosa y cautelosa de la joven de la Brigada de Agua, Yuusuke sonrió y bromeó:
—No tengas miedo.
—¡N-No! —reaccionó sobresaltada, dando un pequeño brinco, con la voz aguda y temblorosa.
Al ver su respuesta, Yuusuke pensó: «¡Vaya! Debí de haberle hablado del clima o algo así. No quería asustarla». Mientras lamentaba su mala elección de palabras, decidió intentar entablar una conversación más sencilla.
—Ah... Lo siento.
—N-No, no se preocupe...
A simple vista, parecía tener más o menos la misma edad que Sun, pero transmitía una sensación de desconfianza. Había como un muro entre ambos, similar al que tenía Sun antes de congeniar con él. Dado que era su primer encuentro y que, hasta unas horas antes, habían sido enemigos, pensó que era una reacción perfectamente natural y decidió no darle mayor importancia.
Por su parte, Plausha estaba algo desconcertada. El joven frente a ella no encajaba con la imagen del «guerrero capaz de destruir a un escuadrón de élite él solo» que decían los rumores. Su apariencia era algo inusual y, aunque su energía divina tenía una cualidad desconocida para ella, su impresión general era la de una persona corriente.
—¿De verdad eres el héroe de Gearhawk del que hablan?
—Ah, sí... Bueno, no me lo tengas en cuenta, tuve suerte.
Plausha quedó sorprendida al escucharle decir que lo consideraba casual. Yuusuke no parecía estar siendo modesto; se rascaba la cabeza con expresión sincera, como si realmente lamentara lo ocurrido, lo que la llevó a preguntarle la razón.
—En lugar de acabar con ellos, podría haberlos encerrado y capturado, como esta vez.
Capturó a gran parte de la Brigada de Viento de Blue Garden en el territorio de Fonkrank, y causó numerosas bajas entre los no combatientes. Quizás habrían podido derrocar a Izapnar más rápidamente sin la rebelión interna que eso causó.
—Claro que eso no deja de ser un "y si" —dijo Yuusuke con una sonrisa amarga.
Aunque Plausha desconocía exactamente qué había sucedido esta vez, reaccionó al oírle decir que no tenía que haber acabado con ellos.
—Entonces, ¿por qué no lo hiciste?
—En aquel momento... no estaba en condiciones de pensar con claridad.
Si realmente tenía el poder de capturarlos sin necesidad de eliminarlos, ¿por qué no lo había hecho? De ese modo, quizá su hermana seguiría viva. Esa amarga sensación en su interior se transformó en una breve pregunta que escapó de sus labios:
—¿Por qué...?
—Porque tenía miedo.
—¿Qué? —la inesperada respuesta la dejó atónita.
—No quería morir.
La declaración sorprendió a Plausha, devolviéndola a la realidad desde el torbellino de emociones que la embargaba.
—¿Un guardia de élite al que llaman héroe, temiendo a la muerte?
—Pues claro. Al fin y al cabo, soy una persona normal y corriente.
Al escuchar eso, Plausha recordó la impresión inicial que había tenido del joven, la de que era «un chico normal», y comenzó a pensar en su hermana. La imagen que guardaba de ella era la de una chica normal cuando estaba en casa. Sin embargo, no sabía cómo se comportaba en el campo de batalla.
—¿Qué ocurrió en la Fortaleza Gearhawk? —preguntó, con una mezcla de desconcierto y cautela en su mirada, pero con una determinación sincera.
Al percatarse de que debía de haber algo importante detrás de esas palabras, el chico decidió relatarle lo que había vivido. Los ciudadanos comunes de Blue Garden y los soldados rasos no conocían los detalles de lo que había sucedido. Al escuchar el relato de primera mano del héroe de Gearhawk, Plausha se enteró de la cantidad de personas que habían muerto, del sufrimiento y de los pormenores. Se dio cuenta de todo lo que ignoraba.
Sabía que las artes aéreas de su hermana no eran ofensivas, y quería creer que no había hecho daño directo a las personas de las que Yuusuke hablaba. Sin embargo, el hecho de que hubiera participado en aquella misión era innegable. No quería justificarla, pero escuchar a quien la había derrotado simbolizó mucho para ella.
Aunque había partes faltantes, el cuerpo de su hermana estaba en buen estado cuando lo recuperaron. Por lo que Yuusuke explicó, él mismo había reparado sus heridas. Conocerlo y entender su carácter ayudó a Plausha a poner en orden sus emociones.
—¡Capitán! ¿Está ligando con una de Blue Garden? —gritó uno de los subordinados de Yuusuke desde abajo, en tono burlón.
—¡Cállate, no me compares contigo! —respondió Yuusuke, asomándose por la barandilla—. Bueno, tengo que irme.
—Ah, sí. Gracias por hablar conmigo.
Plausha despidió con la mirada al héroe de Gearhawk, que se alejó con su capa negra ondeando. Su expresión, antes sombría, ahora parecía más serena.
El ejército de Fonkrank se retiró temporalmente a la Fortaleza Deernorth. Parte de los soldados se quedaron allí, mientras que la Patrulla del Dios Oscuro regresó a Sanc Adiet, acompañados de Hivodir. Su mérito quedó registrado como «haber llevado más de tres veces a sus enemigos a las trampas tendidas por Yuusuke».
Zeshald permaneció en Paula para gestionar el traspaso de responsabilidades administrativas y organizar los asuntos oficiales entre el Rey Esvobus y la Reina Rishause. Quería quedarse unos cuatro o cinco días más antes de devolver la reliquia a la reina y retirarse a una vida tranquila en la aldea de Rufk.
Dos días después de que el conflicto interno en Paula se resolviera en una sola noche, el décimo día del mes de fuego de Shalnar, el título del Héroe de Gearhawk había cambiado a Héroe de Deernorth tras otra victoria para Fonkrank. La ciudad de Sanc Adiet no hablaba de otra cosa. Sin embargo, las noticias omitían a propósito y por orden del Rey Esvobus cualquier información sobre Gazetta.
Los ciudadanos de Fonkrank recibieron con vítores a la Patrulla del Dios Oscuro en el Palacio de Volance.
—¡Has vuelto, Yuusuke!
—Bienvenido, Yuusuke.
—Gracias... Espera, ¿qué hace Sun en el palacio? —Yuusuke quedó sorprendido por el inesperado recibimiento.
—Yo la he llamado —respondió Violet.
Parece que Sun había estado allí desde la tarde en que Yuusuke partió hacia la construcción de la fortaleza y había pasado todo ese tiempo con ella. Pese a preguntar el motivo, Violet esquivó la respuesta, pero él ya se lo imaginaba.
—Pensé que se sentiría sola y querría saber cómo os iba a Zeshald y a ti.
—En realidad quien se sentía sola eras tú...
—¡Princesa! ¡Este humilde servidor ha cumplido su misión y ha regresado sano y salvo! —interrumpió Hivodir.
—Oh, buen trabajo. Seguro que mi padre estará contento —respondió Violet, sin más.
Luego ella empezó a insistirle a Yuusuke para que le contara qué había pasado, evidentemente emocionada por la inminente llegada de Zeshald en unos días. Mientras lo arrastraba a la sala habitual, Hivodir observó cómo Sun los seguía y recordó a la caballería de la Legión Blanca de Gazetta y al rey Shinja.
—Hmm... Hay algo en ellos que parece más un grupo de mercenarios que un ejército nacional.
Sin pensar en las sutilezas de la diplomacia entre naciones, Shinja se había revelado como un conquistador, dispuesto a aplastar cualquier obstáculo en su camino. Hivodir analizó su carácter y concluyó que, si los contraataques especiales de Yuusuke o sus extraordinarias artes divinas llegaban a integrarse a un estado expansionista como el de Shinja, subyugarían fácilmente a las naciones de usuarios de artes divinas que poblaban Kaltcio.
—Será mejor que me encargue de mantener a raya a los otros pretendientes para que no cometan ninguna tontería —musitó Hivodir, consciente de su papel.
Tras reflexionarlo, desde el momento en que conoció a Yuusuke, decidió apoyarlo. Era evidente para quienes interactuaban de cerca con él que no tenía afán de poder ni interés en aprovechar su cercanía con Violet para aspirar al papel de su esposo. Por eso, las ansiedades de los demás candidatos a prometido resultaban casi cómicas. Y si mostraba interés algún día, Hivodir pensaba que tampoco sería algo tan terrible.
Como heredero de la prestigiosa casa Vulasche y obsesionado con ascender debido a su complejo por su bajo nivel de artes divinas, empezó a reevaluar sus prioridades. Su amistad y el hecho de poder interactuar con él de manera natural estaban cambiando su perspectiva.
—Bueno, dejando eso de lado... ¿Cómo me recompensará el rey? —farfulló con entusiasmo.
El hecho de haber debutado en combate, sobrevivido a la experiencia y regresado ileso le daba una nueva confianza. En los últimos tiempos, pocos guardias de palacio o candidatos a prometido habían logrado destacar en combate debido a la falta de oportunidades.
Aquel día, varios sirvientes fueron testigos de una escena peculiar: Hivodir paseándose por los pasillos de las plantas superiores dando pequeños saltos de alegría.
30
Al día siguiente del regreso de la Patrulla del Dios Oscuro, le concedieron a Yuusuke el tiempo restante de su permiso, que había sido interrumpido por la misión. Aprovechó la oportunidad para llevar a Sun de vuelta a la aldea Rufk.
Mientras tanto, el rey discutía la recompensa por sus méritos en Paula con sus asesores y funcionarios. La cuestión principal era si debía ser nombrado oficialmente como noble o si bastaba con otorgarle una residencia en el distrito de clase alta. Además, debatieron sobre que el ejército de Gazetta había aparecido en una aldea desvalida dentro del territorio, lo que añadía una capa de complejidad a la situación. Este era otro de los motivos por los que taparon su participación en Paula.
—Bueno, nos vemos en tres días o así.
—Buen trabajo, capitán.
—Tenga cuidado en el camino.
—Ven a visitarnos de nuevo, Sun.
Después de despedirse, el carruaje que transportaba a Yuusuke y Sun partió del palacio en dirección a la aldea Rufk.
—Ahora que lo pienso, es la primera vez que vamos en el mismo carruaje, Yuusuke.
—Sí, es verdad. Por cierto, ¿te molestó mucho Violet estos días?
—No, me lo he pasado bien.
—Me alegra saberlo.
El viaje transcurrió de manera tranquila, con ambos conversando relajadamente. Sun le relató brevemente los seis días que había pasado en palacio. Habían comido juntas, jugado a las cartas, charlado hasta altas horas de la noche, e incluso dormido juntas en alguna ocasión.
Aunque los candidatos a prometido de Violet no veían con buenos ojos la presencia de la desvalida, evitaron tratarla mal directamente, ya que sabían que eso irritaría a la princesa. Se comportaron de manera "caballerosa".
—Vaya, así que los otros candidatos no suelen aparecer mucho por donde está Violet, ¿no?
—Por lo visto, normalmente uno de ellos se encarga de mantener a los demás a raya...
Esto permitía a Violet disfrutar de cierta tranquilidad en su día a día. No obstante, durante la ausencia de Yuusuke e Hivodir, esos candidatos habían aprovechado para intentar llamar la atención de ella con mayor intensidad.
—¿Ya te has acostumbrado a los usuarios de artes divinas?
—Aún me dan un poco de miedo... pero no tanto como antes.
—Entiendo.
—Ah, pero cuando estoy contigo, Yuusuke, me siento tan segura como cuando estoy con el profesor.
Con esta conversación, el viaje transcurrió sin problemas y llegaron a la aldea Rufk al mediodía.
—¡Oh, Sun! ¡Yuusuke!
—Tía Bahana, ya hemos vuelto.
—¿Pasa algo?
Cuando el carruaje se detuvo frente a la casa de Zeshald, Bahana se acercó apresuradamente acompañada de varios hombres mayores del pueblo; los organizadores del último Festival de la Cosecha. Su expresión inquieta dejaba claro que algo estaba ocurriendo.
—Qué alivio... Estáis bien.
Yuusuke y Sun intercambiaron miradas, confundidos. Según Bahana, unos días antes, el mismo día de la rebelión en Paula, un grupo de guerreros desvalidos que afirmaban ser de Gazetta había llegado al pueblo buscando a Sun.
Al enterarse de que ella estaba en el palacio de Sanc Adiet, parecieron debatir entre ellos: «Nos han tomado la delantera» y «¿Nos ha leído las intenciones con sus artes divinas?». Finalmente, decidieron abandonar su búsqueda. Pero antes de marcharse, dejaron un mensaje:
—Quien no quiera seguir viviendo en este país será bienvenido en Gazetta.
Luego, reunieron a los vecinos en la plaza para proponerles emigrar a Gazetta. No obstante, como la aldea había tenido la suerte de contar con la presencia de Zeshald, un usuario de artes divinas que vivía como uno más entre ellos, y con los recientes privilegios, muy pocos estaban resentidos con su situación. Solo una minoría respondió al llamado.
Entre los que se fueron estaba Thalys, ya que se encontraba aislado. Su habitual mala conducta, sumada a un reprochable comportamiento reciente, lo había puesto en esa posición. Por lo visto, también admiraba el hecho de que los de Gazetta utilizaran a usuarios de artes divinas como subordinados. Además, las aldeas cercanas habían confirmado que otros emisarios de Gazetta habían habían acudido a ellas con el mismo mensaje.
Esto llevó a Yuusuke a reflexionar sobre por qué no se hablaba esto en el palacio. Pensó que el rey Esvobus probablemente habría impuesto un silencio administrativo.
—Es probable que lo haya hecho para proteger a las comunidades bajo el amparo de la ley.
Por otro lado, las palabras de despedida de Shinja y sus intentos de corregirse empezaron a tener sentido. Al mismo tiempo, comprendió que Sun podría seguir siendo un objetivo en el futuro. La actitud del rey desvalido y los análisis de Hivodir apuntaban a que deseaban atraerlo a Gazetta.
—No se puede descartar que recurran a métodos más agresivos.
El problema residía en la política nacional de Gazetta. Por mucho que la idea de un intercambio de buena voluntad parecía atractiva, era impracticable. No se trataba simplemente de que Gazetta buscara su propia prosperidad o la restauración del Imperio Blanco; sus planes implicaban el colapso de la sociedad de los usuarios de artes divinas y la destrucción del mundo tal y como era ahora.
Sin embargo, Yuusuke lo veía de una manera más profunda... Su presencia en este mundo tenía una razón de ser; el Dios Oscuro. Tendría que considerar la posibilidad de ir a la aldea del clan blanco para obtener alguna pista más.
Por el momento, decidió esperar a que volviera Zeshald y hablar con él sobre Gazetta, Sun y el Dios Oscuro.
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En una sala del Edificio del Consejo, Rishause sostenía "su" reliquia, dividida entre el alivio y la confusión mientras conversaba con Zeshald. Este último, con la transferencia de responsabilidades ya completada, había acudido ella para devolverle el artefacto y presentar su renuncia.
—Su Majestad tendrá mucho trabajo por delante, pero estoy seguro de que esto le será de gran utilidad.
—¿De verdad...?
Viendo que Zeshald intentaba partir tras cumplir con lo prometido, Rishause comenzó a sospechar de sus intenciones. Antes de la reunión que se llevaría a cabo en una fecha posterior en la Fortaleza Deernorth, tenía que prepararse para hacer frente a cualquier petición que tuviera el Rey Esvobus.
—No se preocupe. Fonkrank no tiene intención de destruir o someter a Blue Garden.
—No implementaré el sistema de castas en este país.
Considerando el daño que había causado Izapnar al imponer la esclavitud de los desvalidos como provocación contra Fonkrank, la idea de oponerse a eso la colocaba en una posición comprometida.
—Tampoco va a pedírtelo. El rey no tiene ese tipo de espíritu dominante. Es sincero en su deseo de amistad. Aunque tuviera la fuerza y las ganas de apoderarse de Blue Garden, no lo haría.
Ante esas palabras, Rishause pareció visiblemente más tranquila, aunque sus dos damas de compañía siguieron inquietas.
—Bueno, quizá no esté tan mal que exista un rey así —añadió Zeshald, como para reforzar la confianza en su postura. Al fin y al cabo, también hay reyes que son lo opuesto.
El comentario sobre el rey Shinja hizo que la expresión de Rishause se endureciera. El mundo que el desvalido intentaba construir era uno en el que la relación entre los usuarios de artes divinas y los desvalidos se invertía. Aunque desconocían el alcance del poder de Gazetta, quedaba claro que tenían la capacidad de desplegarse sin llamar la atención.
—Quizá algún día tengamos que enfrentarnos a él y decidir quién gana...
—No hace falta ser tan pesimista, ¿no?
Zeshald señaló que, por ahora, por encima de todo, Shinja parecía desear la paz. Tal vez incluso podrían persuadirlo para coexistir y prosperar unidos.
—Lo importante es visualizar siempre el mejor resultado y remar en esa dirección —concluyó Zeshald antes de retirarse de la sala de audiencias.
Al salir al pasillo, se detuvo al percibir una energía divina familiar. Algo no cuadraba: el despacho del caudillo supremo, que debería estar vacío, daba señales de estar ocupado. Avanzó con cautela hacia la oscura sala, iluminada solo por la tenue luz que se filtraba desde el exterior. En el fondo, la bandera de Blue Garden colgaba imponente sobre la pared. Frente a un escritorio grande y austero, una figura solitaria se erguía en silencio.
—¿Qué haces ahí parada? —habló Zeshald, reconociendo a la mujer.
—... —ella no respondió al principio.
Según los informes, debía estar encarcelada. Lentamente, giró la cabeza para mirarlo.
—Izapnar ya no está aquí, ni tampoco Volmes —dijo él.
—... —Bellusha bajó la mirada en silencio.
Había acudido allí con intención de informar sobre su misión fallida, solo para darse cuenta de que ya no tenía a quién informar. Con esto, había perdido también su propósito y su lugar en el mundo.
—Ya no tengo adónde ir...
—Hmm...
El instructor tomó suavemente su mano, invitándola a la sala de audiencias. En el momento en que la tocó, Bellusha se estremeció; hacía mucho tiempo que no sentía el calor de alguien.
—Rishause todavía debe de estar en la sala de audiencias. Ven.
—...
Y se dejó guiar.
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Habiendo cumplido con un último encargo en la sala de audiencias de la reina, Zeshald finalmente se dispuso a emprender su camino de regreso a Fonkrank. En el vestíbulo de entrada, se encontró con una de sus antiguas alumnas.
—Ah, instructor Zeshald.
—¡Oh, Plausha!
La joven, que en el pasado había proyectado una imagen algo sombría, ahora mostraba una expresión mucho más luminosa. El intercambio que tuvo con el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro había contribuido a darle claridad y paz interior.
—¿Va a volver a su país?
—Así es. Siento haber dejado las lecciones a medias.
—No se preocupe. Sus lecciones fueron sumamente valiosas para mí.
Ambos caminaron juntos mientras conversaban, hasta llegar los carruajes.
—Si regresa a Paula algún día, me encantaría volver a verlo.
—Jo, jo. Y si tú vas a Fonkrank, pásate por la aldea donde vivo.
—De acuerdo, lo tendré en cuenta.
Plausha comprendió el significado profundo de las palabras de Zeshald. La reina Rishause produciría cambios significativos en Blue Garden. La razón por la que Izapnar designó a los desvalidos como seres inferiores fue crear un estado absolutamente oprimido dentro de un sistema desigual y obligarlos a realizar trabajos forzados. Todo ello para liberar la frustración de la población y desviar su atención. Así, el país logró incrementar su poder y equipararse con otras grandes naciones con sistemas civiles similares. La reina aboliría la esclavitud, por lo que, al no tener adónde ir, aumentaría la pobreza entre los desvalidos. Aunque hubiera diferencias religiosas, eso intensificaría los intercambios con otros países.
—Bueno, cuídate, Plausha.
—Yo también le deseo lo mejor, instructor.
Así, Zeshald concluyó con éxito la misión secreta, pactada con el Rey Esvobus, que hacía varios años que había emprendido y se dispuso a volver a casa.
me gusta que las NdT estén debajo, detesto tener que bajar y subir la pagina así que es un alivio que pusieran de esa manera
ResponderEliminarGracias por los capítulos, un bajón qué toque esperar una semana
ResponderEliminarmuchas gracias por la traducción con este capitulo ya nos ponemos a la altura del manga desde aquí todo sera nuevo y desconocido, temblando de emocion me teneis
ResponderEliminarmuchas gracias por la traducción
ResponderEliminarUffff como odio a ese estúpido de "shinja,shinha o shinhja" a cada rato le cambiaban el nombre
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