Autora: vgperson
Traducción: Xeniaxen
Traducción: Xeniaxen
Continuación del capítulo 3 > Código Derecha
Eda flotó sobre el vacío de el Límite, llevándonos hacia un destino concreto.
No fue un viaje largo, pero me resultó curioso que tampoco fuera increíblemente corto. Parecía que Eda tenía la misma capacidad para teletransportarse al instante que yo acababa de aprender, o, de hecho, una versión mucho más perfeccionada de la misma, de ahí que pudiera escanear una enorme cantidad de espacio en relativamente poco tiempo.
Sin embargo, en ese momento, parecía que se estaba propulsando a sí misma en lugar de simplemente teletransportarse. ¿Quién sabe? Tal vez todo formaba parte de su puesta en escena, ya que eso parecía gustarle, como el discurso anterior.
Esa posibilidad se hizo evidente cuando empezamos a vislumbrar nuestro destino. Aunque el Límite parecía, a primera vista, un montón de nada, comencé a notar algunas estrellas débiles y distantes. Luego, apareció una notablemente más brillante frente a nosotras. Parecía que nos dirigíamos directamente hacia ella.
Ahora bien, cuanto más nos acercábamos, más difícil me resultaba considerarla una "estrella". A pesar de parecer un pequeño punto al principio, cuando se hizo un poco más grande, su forma tenía algo raro. Para cuando estuvimos lo suficientemente cerca como para distinguir los detalles, no había duda.
Sí, es... tan solo un cubo. Un gran cubo blanco.
—Es curioso, ¿verdad? —se rió Eda, deteniéndose a una distancia donde teníamos una vista completa de esa cosa—. Así son las cosas tan lejos de casa. Si la gente del planeta la ve bien, ¿quién necesita más detalles? "Se supone" que no estamos aquí de todos modos.
—Perdón, ¿pero a qué te refieres con "planeta"? —preguntó Lily—. ¿Es así como llamas al lugar donde vivimos?
—¿Eh? —la miré con curiosidad—. ¿Acaso nosotras...? —esta vez, fui rápida en detenerme para no decir una tontería—. Nada, olvídalo.
—Nah, —Eda negó con la cabeza— tienes razón en pensar que es raro. Como si supieras que vives en un planeta, y que hay otros planetas a parte del tuyo. No obstante, no lo sabes, y no los hay. Conozco a un montón de personas que sienten eso mismo, Rena, yo incluida.
—¿Qué? —dije con sorpresa, sin haber esperado que mis problemas de memoria surgieran en este contexto, y mucho menos oír que había otros como yo—. ¿Te refieres a... personas que viven en este... gran cubo?
—No es un "gran cubo"... Bueno, quiero decir, lo es —suspiró—. Pero tiene un nombre: Indefinido. Y lo hemos convertido en nuestro hogar. Literalmente, porque ni siquiera tenía geome... eh, quiero decir, ni siquiera era tangible al principio.
—¿No era... tangible? —repitió Lily, confusa—. ¿Por qué habría un cubo blanca ilusorio flotando aquí, quién sabe cuán lejos de lo que llamamos hogar?
—Como dije, mientras parezca una estrella distante cuando se la ve desde el planeta, ¿a quién le importa? Solo hay que desalentar a la gente de echar un vistazo de más cerca.
—Ya veo. —Lily asintió, comenzando a entender—. Entonces, ¿crees que hay un poder superior, Eda? ¿Un creador que diseñó este mundo?
—Yo diría que creadores, en plural. Pero sí, es un poco difícil de negar una vez que notas este tipo de disparidades.
—Así que —reflexioné un poco—, en lugar de creer que el universo fue diseñado intencionadamente por las complejidades de nuestro mundo natural... ¿tú crees en eso porque hay cosas que tienen un diseño descuidado y antinatural?
—Escucha —Eda suspiró—, me siento tan incómoda con eso como cualquiera.
—Bueno, en fin —sacudí la cabeza e intenté volver al tema—. ¿Quiénes son exactamente los que vienen aquí, a este lugar llamado Indefinido? ¿Simplemente recorres el Límite recogiendo personas que se pierden para traerlas aquí...? ¿Con qué frecuencia sucede eso? ¿Y por qué?
—Oh, hay todo tipo de razones. Algunas están relacionadas con fallos, otras son accidentales, y algunas... no tan felices —su expresión algo triste se transformó en una sonrisa—. En resumen, ayudé a crear Indefinido para que esas personas pudieran llegar a sentirse contentas de haber terminado aquí.
Eda tomó nuestras manos y comenzó a moverse de nuevo, posicionándonos sobre un lado del cubo, en el que se podía ver un asentamiento considerable. Luego descendimos lentamente sobre él, aterrizando suavemente en su superficie extrañamente plana.
Después de echar un vistazo a los diferentes edificios, me volví hacia Eda e hice una pequeña reverencia.
—Eh, bueno, gracias por toda tu ayuda. Creo que podemos seguir solas desde aquí...
—Vaya, ¿tantas ganas tienes de irte? —se rió Eda—. Quiero decir, está bien si es lo que deseas. Pero realmente insisto en que al menos te quedes esta noche en mi casa.
—¿E-En tu casa? —repetí con sorpresa—. No, no podría...
Eda negó con la cabeza.
—Literalmente no es una imposición; dejo que todos se queden conmigo, al menos al principio. Sin mencionar que a Mona le encantan las visitas; no la hagas tener que salir a encontraros.
—¿Mona...?
—¡Eda! ¡Has mucho tardado! ¡Tengo hambreee!
Justo cuando pregunté, apareció una niña en la puerta de la gran casa frente a nosotros, un pequeño cocodrilo con un vestido rosa. Eda la miró disculpándose, nos hizo un gesto con la mano y luego salió corriendo hacia dentro.
—¿Por qué dudas, Rena? —me preguntó Lily—. Parece que Eda quiere invitarnos a cenar.
A pesar de la insistencia de Eda, me preocupaba que estuviéramos retrasando aún más la cena de Mona. Pero al mismo tiempo... una comida, ¿eh?
—Eso... suena bien —respondí, acallando el impulso extraño de decir "nostálgico".
Entramos y nos sentamos en un sofá mientras Eda preparaba la comida. Mona se sentó en un taburete frente a nosotras, balanceando sus pies con una mezcla de diversión e impaciencia.
—¿Os llamáis cómo? —nos preguntó.
—Yo soy Lily Bryce, y esta es Rena Taggart —nos presentó Lily.
Me volví hacia ella con un poco de sorpresa, dándome cuenta de que no había sabido su apellido hasta ahora, ni recordaba haberle dicho el mío, pero debió haberse enterado de alguna manera.
—¡Genial! Yo soy Mona. No tengo apllido porque Eda tampoco. Es mi hermana mayor. No sé si ya os lo ha contado, pero es una crack. Y además, tiene un gran conrazón —afirmó Mona sonriente.
—Definitivamente nos alegró verla después de terminar en el Límite —comenté—. Lamento haber llegado en mal momento, retrasando la hora de la cena.
—Está bien, Eda se olvida de la cena de la hora todo el tiempo. No le importaba comer hasta que yo llegué, ¿sabes? Creo que poco a creo le estoy contagiando mis costumbres —dijo con una sonrisa.
—¿Oh? ¿No os inicializaron como hermanas? —respondió Lily con curiosidad.
—Nah, Eda es viejaaaaa. Tan vieja que ni siquiera sabe tiene cuántos años —Mona se rió—. Por suerte para ella, yo la adopté, así que ¡al menos ahora sabe su edad a la mía en relación!
Aunque eso solo hizo que levantarme nuevas preguntas, quería retroceder un poco, a pesar de saber que no era tan importante.
—Entonces, ¿tienes horarios regulares para las comidas?
—Sí, normalmente tres al día. No sé qué por, pero me gusta tener una rutina, y sobre todo comer con Eda. Creo que a ella también le consentirme gusta.
Asentí. Naturalmente, no pude evitar comparar eso con mis propios hábitos alimenticios... es decir, no comer casi nunca. Sabía que a la gente le gustaba comer de vez en cuando, pero siempre estaba tan ocupada con otras cosas que rara vez se me pasaba por la cabeza. Si viviera con otras personas lo podría tratar como una oportunidad para socializar, tal vez entonces habría estado dispuesta a reservar tiempo para las comidas en lugar de considerarlas innecesarias.
Eda entró desde otra habitación.
—Bueno, ¿quién tiene hambre?
—¡Yooooo!
Y al sentarme en la mesa con Lily, Mona y Eda para cenar, me di cuenta rápidamente de cuánta hambre tenía.
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Después de una cena deliciosa, dado que ya era bastante tarde y estábamos muy cansadas, Lily y yo fuimos directamente a dormir en una de las numerosas habitaciones de invitados de Eda.
Dormí profundamente, pero no de manera muy reparadora. Tuve otro de esos sueños.
Fue algo similar a ese sueño recurrente que tenía todo el tiempo; estaba hablando con dos figuras que sentía como mis padres. Pero todo en él parecía aún más vago.
Creo que les pregunté algo. Algo relacionado con "cómo nací". Eso pareció llevar a una larga conversación, de la cual, por supuesto, no pude entender nada. Y al final, abracé con fuerza a uno de los padres, tal vez a mi "mamá".
Ugh, no tenía idea. Siempre me ponía de mal humor cada vez que tenía un nuevo sueño de estos. Al menos con los que había tenido un millón de veces, la repetición hacía que ya no me afectara tanto.
Normalmente, habría intentado olvidarlo lo más rápido posible para recuperar mi buen humor. Pero no había olvidado el comentario de Eda de ayer, sobre conocer a otras personas que se sienten como yo, ella incluida.
—Estamos desayunando —nos dijo Mona desde la puerta—. ¿Venir queréis?
Por supuesto. Hubiera querido unirme a ellas incluso si no tuviera cosas que discutir.
Al acabar de desayunar, una comida que nuevamente estuvo deliciosa, Lily y Mona comenzaron a jugar algún juego entre ellas, y me volví hacia Eda.
—Entonces, eh, Eda... Quería hablar de algo que mencionaste antes —comencé.
—Claro —asintió—. Dime lo que quieras, cuando quieras.
—Hablaste de más gente que siente esta... discrepancia entre sus recuerdos y la realidad, incluida tú. ¿Alguna vez tienes... sueños raros sobre esos recuerdos?
—Ahh, no —dijo, negando con la cabeza. Me sentí inmediatamente avergonzada por preguntar, lo cual notó—. Lo siento, solo quise decir que yo no los tengo, pero algunas otras personas de aquí, sí, totalmente. Me hablan de ellos todo el tiempo.
—O-Oh, ya veo —dije con algo de alivio. Pero en lugar de seguir por esa línea, algo más me vino a la mente—. Entonces, ¿por qué no los tienes? Si tienes el mismo tipo de problema de memoria...
—Porque, eh... yo no sueño —respondió Eda, pareciendo avergonzada por alguna razón.
Mona se dio cuenta de nuestra conversación y habló.
—¿Otra vez poniendo estás tímida por eso? ¿Quién es la que siempre me dice a mí y a todos que no hay malo de nada en ser diferente?
—Sí, pero...
—¿No te dije que Eda es súper vieja? —Mona cruzó los brazos, orgullosa de su hermana—. ¡Eso es porque es una diferente súper persona diferente a tooodos los demás!
—¿Una súper persona, eh? —repitió Lily con una sonrisa.
—¡Sí! Antes ni siquiera todas tenía los atributos que tenemos los demás. Pero no te has dado cuenta, ¿verdad? Es porque ahora es como nosotros, solo que más asombrosa.
—Está bien, suficiente alardeo por hoy —advirtió Eda con una sonrisa irónica.
—No entiendo por qué no contárselo quieres a la gente, hermanita —Mona le lanzó una mirada divertida—. ¡Me lo contaste a mí! Como cuando nadie podía verte hasta que descrubiste lo de cambiar los permisos. ¡Todo lo que eres, lo definiste tú misma! Eso es muy inspirador, ¿sabes? Decir quiero... a mí me gusta.
Eda suspiró, llevándose la mano a la cara, mientras Mona le sonreía, sonrojándose un poco.
Honestamente, podía ver las cosas desde ambas perspectivas. Para una niña como Mona, Eda debía parecer una persona capaz y madura, muy segura de sí misma. Y no había nada de malo en reconocer que no siempre había sido así. Pero podía imaginar cuánto tiempo le había tomado a Eda llegar a ese punto. Cuántas decisiones lamentables pudo haber tomado en el camino, y cuánto tiempo había vivido siendo algo que ahora había superado y que prefería no recordar.
Decidí intervenir por el bien de Eda.
—Mona, mm...
—Sí, ya sé. Perdón si te he avergonzado, Eda. No evitado podido —dijo Mona con una expresión de disculpa sincera—. Y... supongo que no fui del todo exacta, bien pensándolo.
Lily la miró como si quisiera preguntarle "¿A qué te refieres?", pero se contuvo, sin querer incomodar más a Eda.
—Uh, está bien. No me importa contaros mi historia —intervino Eda, dándose cuenta—. Veréis, aunque es cierto que definí mucho sobre mí misma, técnicamente fue Mona quien me dio el nombre de Eda.
Lily miró a Eda con curiosidad.
—¿Técnicamente...? ¿Cómo te llamabas antes, si no te molesta que te lo pregunte?
—Bueno, como probablemente habréis notado, Mona tiene un pequeño fallo. Un caso leve de dislexia. Antes era peor; logré mejorarlo, aunque nunca desapareció del todo. Pero incluso entonces, siempre le costaba pronunciar mi nombre en particular: siempre le salía "Eda". Así que... —sonrió, mirando a Mona— decidí empezar a llamarme Eda, y desde entonces nunca se ha equivocado.
Mona sonrió con orgullo.
—Nunca subestimes el impacto que puede tener una hermanita, ¡Edea! —se cubrió la boca—. Perdón, quise decir Eda.
—Justo en el peor momento lo dices mal... —Eda negó con la cabeza y se echó a reír.
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Después de nuestra charla durante el desayuno, Eda nos dijo a Lily y a mí que podíamos hacer lo que quisiéramos, pero nos sugirió que exploráramos un poco Indefinido y conociéramos a algunos de los otros residentes. Decidimos seguir su consejo, aunque le dije que quería regresar a casa al mediodía.
Pero justo cuando estaba a punto de irme, Eda se dio cuenta de que se había desviado del tema antes y que se había olvidado por completo de la cuestión de mis recuerdos. Por eso, me apartó a un lado y me entregó un pequeño cuaderno.
—Rena, ¿todavía recuerdas ese "sueño raro" que tuviste anoche? ¿Crees que podrías escribirlo?
—Nunca te he dicho que tuve un sueño raro anoche... —respondí, técnicamente diciendo la verdad. Simplemente no quería hablar de ello; sentía que apenas podía recordarlo mientras lo estaba viviendo.
—Bueno, está bien —suspiró, probablemente viendo a través de mi mentira—. Imagino que has aprendido a suprimir las ideas y recuerdos "falsos" que tienes, ya que solo te causan miradas extrañas. Pero cuando otros como tú llegan aquí, siempre les animo a que escriban cualquier pensamiento extraño tan pronto como lo tengan. Realmente puede ayudarte a tener una idea de... —se detuvo—. Bueno, nunca se sabe. Podría ayudarte a resolver algunas cosas.
—Lo intentaré, supongo —accedí, con un suspiro—. Tal vez me tome un tiempo acostumbrarme.
Poco después de salir de la casa de Eda, algo me vino a la mente: afuera era de día. Como habíamos llegado a Indefinido de noche, ni siquiera había pensado en la cuestión de, ya sabes, "el sol" hasta ahora. Miré hacia arriba, y vi algo brillante y redondo, y forcé la vista para intentar determinar qué era exactamente... Espera, ¿por qué siento que no debería estar haciendo esto?
Sacudí la cabeza y anoté eso en el cuaderno. Supongo que era un buen comienzo. Luego decidí preguntarle a un ciervo que estaba sentado en un banco cercano, en lo que parecía vagamente un parque, sobre qué pasaba con ese aparente sol.
—Eres nueva aquí, ¿eh? No sé muy bien cómo funciona —encogió los hombros—. Es como una... masa flotante de basura. Sería demasiado difícil hacer que orbite como el sol real, así que creo que ella solo aumenta la luminosidad durante el día. Sobre el cielo azul, ni idea de cómo lo hace.
—¿Ella? ¿Te refieres a Eda? —pregunté—. ¿De qué parte de este lugar es responsable ella exactamente...?
(NT: Eda es un personaje no binario.)
—Sí —el ciervo se encogió de hombros—, Eda tiene algunas capacidades bastante especiales, así que ha ayudado a hacer posible algunas cosas, por supuesto. Sin mencionar a todas las personas que trae y acomoda aquí. Pero, además de eso, también tenemos admins por aquí, ¿sabéis?
—No lo sabíamos, en realidad —intervino Lily—. Me sorprende que tengan posiciones formales aquí, dado... eh, cómo es este lugar. Lo siento, no quise decir eso...
—Nah, sabemos que es un montón de basura. Pero está bien, porque es nuestra basura —se rió—. No es un trabajo formal como en el planeta. Es más bien... que hay personas que se encargan de esa tarea.
—¿De verdad? —preguntó Lily con sorpresa—. ¿No es difícil ser admin, entonces...?
—Claro, pero muchas personas que terminan aquí... —se quedó pensando—. En realidad, ¿qué hay de vosotras? ¿Cómo habéis terminado aquí?
Le expliqué cómo mis permisos estaban (¿o siguen estando?) mal, y cómo Lily me había enseñado lo básico sobre el código fuente para comenzar a manipular atributos, lo que me llevó al Límite. El ciervo me miró con curiosidad.
—Eso... es un caso algo inusual —comentó—. La mayoría de las personas que terminan aquí saben mucho sobre código fuente, porque normalmente no terminas en el Límite a menos que estés jugando con atributos avanzados. Y en el raro caso de que alguien no sepa de código fuente, tienden a empezar a aprenderlo.
—Ah... ¿Así que los admins surgen de manera natural aquí, sin que sea un trabajo formal remunerado? —dedujo Lily.
—Eh... ¿Por qué dices que tienden a empezar a aprenderlo? —pregunté, sintiéndome un poco perdida.
—¿No es obvio? —el ciervo me miró sorprendido, para luego poner una expresión de darse cuenta—. Oh, claro... tal vez no lo sea para ti. Lo siento. Bueno, es porque quieren cambiar las cosas.
Lily asintió, como si dijera que ella habría dado la misma respuesta. De hecho, me di cuenta de que ella había mencionado eso como una razón principal para aprender sobre código fuente antes. Estar en este lugar extraño y con sensación de irrealidad, sin embargo, le daba un nuevo contexto.
Este era un lugar al que generalmente solo llegas si no quieres estar en ningún otro lugar del planeta. Un lugar que apenas existía hasta que la gente lo construyó. Nadie parecía esperar nada de ti aquí. ¿No era, de hecho, el entorno perfecto para pensar en ti mismo y en tu futuro? Un lugar para, bueno... ¿definirte a ti mismo?
No obstante, al tener ese pensamiento, un repentino sentimiento de culpa se apoderó de mí y pude pensar en numerosas razones. Tal vez porque me sentía tan aliviada de dejar de lado los pensamientos sobre la escuela y mi carrera. Tal vez porque sabía que Lily no había pedido venir aquí y bien podría haber tenido ya su dosis de autorreflexión. Tal vez solo quería regresar a casa.
En realidad... ¿era posible salir de este lugar? ¿La gente de aquí sabía cómo hacerlo...? ¿Quería preguntarlo?
Me vino otro sentimiento repentino de culpa. Pero me dije a mí misma que si Lily no quería estar aquí, bueno... seguramente ya le hubiera hecho esa pregunta a alguien ella misma.
Mientras reflexionaba, noté que alguien más se acercaba al ciervo. No parecía realmente de ninguna especie que hubiera visto antes; mi mejor suposición sería que era una especie de lagarto, pero dadas las astas y las alas, se parecía más a un... dra... gón. Anoté esa palabra antes de que se me olvidara.
Le dio un beso en la mejilla al ciervo, luego miró hacia nosotras.
—Oh, ¿estoy interrumpiendo algo?
—N-No, lo siento, somos nuevas aquí, así que solo estábamos haciendo algunas preguntas —respondí tímidamente.
—Ah, eso le pasa mucho, por el hecho de que les gusta sentarse en el parque cerca de casa de Eda —se rió—. Estás bastante resignado a ser el segundo en dar la bienvenida, ¿verdad, Holt?
—Bueno, es un parque bonito —murmuró el ciervo.
—¿Bonito de ver cada día?
—Por supuesto... solo cuando tú te sientas a mi lado, Vern —respondió Holt con rubor.
—Qué romántico —dijo ella con una sonrisa traviesa—. Aunque a mí me parece algo vacío. Desearía que hubiera pájaros para alimentar o algo así.
Vern hizo una pausa, se rascó la cabeza y luego sacó un cuaderno para anotar algo.
Le levanté una ceja.
—Oye, ¿eres...?
—Oh, no, no soy un lagarto —respondió, malinterpretando mi pregunta como si fuera algo muy común—. ¡Soy un "dragón"! Más o menos, me lo inventé yo misma. Je, je...
Sorprendida al escuchar esa palabra, le mostré mi propio cuaderno.
—Eso no es exactamente lo que estaba preguntando... y dado que conocía esa palabra tan pronto como te vi, no creo que sea del todo cierto.
—¡Oh! —Vern me miró con los ojos abiertos—. ¡Entonces tú también eres...! ¡Hacía tiempo que no venía nadie nuevo! ¡Mucho gusto!
—¿Cómo que... nuevo?
Aunque fue una sorpresa agradable enterarme de que había "otros como yo" aquí, empezaba a molestarme cómo nadie podía describir realmente qué significaba eso.
—Sé que esto no es lo que quieres oír —la dragonoide suspiró—, pero en realidad no sé decirte. No es que sea un secreto ni nada, sino que... la única respuesta que tiene sentido es la que llegues a entender tú misma. Y depende de... lo que tú creas, ¿me entiendes?
—No sé ella, pero me temo que yo no —comentó Lily.
Asentí en confirmación. Holt se encogió de hombros.
—Bueno, puedes intentar preguntarle a Eda su opinión más tarde. Pero probablemente querrá que pienses en ello por tu cuenta primero.
—Personalmente —dijo Vern—, lo único en lo que estoy dispuesta a "creer" es en el Exploit. Así que eso es lo que define mi interpretación.
Eso me parecía una creencia extraña, pero no quería ofenderla diciéndolo. Aun así, estoy segura de que lo vio en mi rostro.
—Lo sé, lo sé —dijo—. Esperabas que creyera en algún tipo de creador, ¿no? Pero la cosa es que, ya sea que lo haya o no, no me importa. Porque incluso si lo hubiera, si esperaran que vivamos en ese planeta sin el Exploit... tendría que odiarlo un poco, ¿sabes?
—¿Qué te hace estar tan segura de que el Exploit no es una parte natural de nuestro mundo? —Lily inclinó la cabeza.
—Vamos, ¿quién piensa que es natural? Quiero decir, se llama puto... —Vern sacudió la cabeza—. De todos modos, solo creo que no podemos estar lo suficientemente agradecidos de que exista, sea cual sea la razón. Nada de esto sería posible sin el Exploit. Absolutamente nada.
—Si no fuera por el código fuente, probablemente habría aceptado ese trabajo sin futuro —comentó Holt.
—Sería horrible —se quejó Vern, como si esa fuera la peor consecuencia de todas—. Y los admins también usan el código fuente, ¿no? ¿Quién sabe si el mundo habría sobrevivido tanto tiempo sin eso?
—Por eso, seguramente comprendas por qué me gustaría pensar que es natural —suspiró Lily.
—Sí, supongo —concedió Vern—. Pero si simplemente pongo mi fe en el Exploit, entonces incluso si el mundo, o algún creador, me hubiera dejado sufrir... —miró a Holt—. Aún puedo aceptarlo.
Después de un poco más de charla trivial, decidimos dejarlos dos en paz. No parecían molestos por nuestra presencia, pero me sentí incómoda al haberlos interrumpido. Honestamente, Eda había sugerido que conociéramos a otros residentes, pero ¿eso significaba ir a sus casas y tocar a sus puertas...? ¿Era este sentimiento de incomodidad un problema mío, o era algo común aquí de una manera que no lo era en el resto del planeta?
Antes de que pudiera obligarme a tomar una decisión al respecto, me di cuenta de la hora.
—Oye, Lily, ya es la hora de comer —le señalé—. Deberíamos regresar a la casa de Eda.
—Ah, ve tirando tú, Rena —respondió Lily—. A mí me gustaría seguir explorando.
—O-Oh —parpadeé—, ¿no vas a comer con nosotras?
—No, ahora mismo estoy más de humor para esto que para comer. Me aseguraré de contarte todo lo que descubra más tarde —dijo con una sonrisa.
Lily se despidió con la mano; yo le respondí débilmente y me dirigí hacia la casa de Eda.
Probablemente la única razón por la que no cambié de opinión fue que no sabía cómo decirle que se me había quitado el apetito.
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Intenté parecer animada mientras entraba en la casa de Eda. Sin embargo, me sorprendió ver solo a Mona allí.
—Lo siento, Eda salir tuvo que hacer algo de trabajo —explicó ella y, sin perder el ritmo, preguntó—: ¿Dónde está Lily?
—Oh. Ah, ha querido seguir explorando por su cuenta, y yo quería comer —respondí con timidez—. Así que nos separamos. Por ahora.
—Oh, está bien —dijo ella. Miró hacia abajo un momento, luego levantó la cabeza de golpe—. Oye, ¿Lily y tú sois novias?
Sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago.
—¿¿¿Qué te hace pensar eso???
—Bueno, ayer estabas cerca muy de ella, y estás rara porque ha sola ido, así que, quiero decir, es bastante obvio, creo...
—M-Mira —sacudí la cabeza—, nos acabamos de conocer, ni siquiera hemos tenido tiempo de hablar sobre algo así...
—¿Pero te gustaría?
—¡Yo...! ¡¡¡Yo no...!!!
Me forcé a detenerme para no decir nada más. Además de la (inmensa) vergüenza, no quería decirle nada a Mona que ella pudiera contarle a Lily. Era evidente lo fácil que le resultaba irse de la lengua...
—Sí que te gustaría, ¿verdad? —afirmó Mona—. No sé por qué te da vegrüezna. ¿Es la primera vez que te enamoras o algo así?
Afortunadamente, me contuve de siquiera asentir a esa pregunta.
Mona dio un suspiro exagerado y se encogió de hombros.
—Eres tonta, Rena. ¿De verdad estás preocupada de que tus sentimientos sean "raros demasiado" para nosotros, los raros que vivimos en un gran cubo al borde del universo?
—Es solo que... es complicado, ¿vale? —me acabé decidiendo por hablar—. Ni siquiera estoy segura de cómo me siento. Y sobre todo, no estoy segura de cómo se siente ella...
—Oh, espera —Mona se mostró intrigada—, ¿queréis más ser que novias? ¿Quieres reasignarte con ella?
—Reasignar... ¿qué? —la miré, en blanco.
—¿No usáis ese término en el planeta? Una ceremonia de reasignación. Cuando redefines tu estructura familiar. Eso pasa todo el tiempo aquí. Aunque generalmente no hacen una ceremonia como tal, eso sí que sería demasiado.
Ahora que lo mencionaba, sonaba familiar. Como una persona que vive sola, tal vez era extraño que no hubiera pensado en ese tipo de cosas antes. Pero, quiero decir, eso parecía una decisión enorme. Elegir atarte a alguien así... ¿cómo podría alguien comprometerse a eso?
—No estoy... Sinceramente, no estoy segura de si lo quiero o no —admití con total transparencia—. No había considerado algo así hasta que lo acabas de mencionar justo ahora. Por tanto, definitivamente necesitaré mucho más tiempo para pensar antes de...
—Pero, ¿te suena bien, al menos?
Una vez más, me sorprendió.
—N-No lo sé...
—Está bien no saberlo o cambiar de opinión más tarde. Si no te gusta algo de tu vida, a veces solo tienes que probar algo nuevo. Nadie aquí te juzgará por eso, sobre todo Eda. Eso sería hipoc... oh, hopi... Lo tengo... ¡hipócrita! —exclamó Mona con orgullo.
—T-Todo eso está muy bien, pero... —sacudí la cabeza—, no es solo decisión mía. Me sentiría terrible si mi propuesta egoísta hiciera que Lily se sintiera obligada a...
—No sé, creo que es una buena señal que siquiera te lo estés planetando. Porque ella sentirá que también puede contarte sus sentimientos y decirte de inmediato si quiere o no quiere hacer algo.
—Eso suena... optimista —cerré los ojos y suspiré.
—Pero así de fácil puede ser cuando te respetas mutuamente, ¿sabes? Si yo confarira en Eda, podría haberme preocupado de no gustarle como chica y haber dejado de intentar cosas que quería probar. Pero como sabía que Eda no era así, supe que eso era una tontería.
No diría que me sorprendió exactamente esta vez, sino solo porque ella lo mencionó de manera tan casual que me llevó un minuto procesarlo.
Por supuesto, ya debería haber sabido lo abierta y directa que era Mona sobre todo. Pero en este caso, no podía evitar recordar lo diferente que Lily me había contado el mismo hecho sobre ella misma.
Al ver que se daba cuenta, Mona dijo con una sonrisa:
—Oh, vaya, supongo que todavía no lo sabías.
Pensé en cómo responderle. A ella claramente no le daba ninguna vergüenza, por lo que hacer algún comentario afirmativo podría ser incómodo para ella y/o para mí. Me había ofrecido esa información ella misma, a alguien que no necesitaba saberlo, e incluso si fue un poco accidental, no estaba tratando como un error habérmelo contado.
Tal vez estaría bien hacerle una pregunta, entonces...
—Oye, Mona... ¿cómo se toma una decisión así?
—Como te he dicho, solo sigue lo que te pecera correcto —se jactó Mona—. No creo que haya una gran decisión o un gran momento decisivo. Supongo que fue cuando empecé a usar el nombre de Mona. Mentesimple probé diferentes cosas para ver qué me resultaba más cómodo y terminé aquí. Quiero decir, no es que piense que este es el destino final tampoco. Aún tengo mucho tiempo para cambiar, y tengo suerte de estar en un gran lugar para hacerlo.
—Eso es cierto —asentí—. Supongo que Eda te ayudó con, mm... ¿el atributo de género y todo eso?
—¿Eh? —por una vez, fue Mona la que parecía confundida—. Bueno, sí, en realidad, lo dejé en blanco. Porque no sabemos qué hace.
(NT: Mona también es un personaje no binario.)
Reflejé en mí su confusión, con una dosis extra de timidez.
—E-Emm... Es broma, ¿no? ¿No define todo tu...? Ya sabes...
—Nah, todas esas cosas del cuerpo son atributos separados —expuso, sacudiendo la cabeza—. Incluso si la gente tiende a asociar esas cosas con el "género", el atributo de género en sí no hace nada, que sepamos. ¿Por qué? ¿Tenías curiosidad sobre eso?
Pensé que si había alguien con quien podía ser honesta sobre esto, era con Mona.
—Solo que... el otro día, me sentí completamente enferma al pensar en cambiarlo para mí misma, aunque fuera temporalmente, pese a estar jugando con todos los otros atributos sin problema... Honestamente, incluso escuchando que no hace lo que pensaba, todavía no creo que me guste la idea.
—¿En serio? —Mona inclinó la cabeza—. Bueno, en realidad no importa, a veces tienes sientementis fuertes sobre cosas, y eso está bien. Si no falla, no lo arregles, ¿no? Eso es un poco por lo que también dejé el mío en blanco.
Me sentí un poco aliviada de tener su validación, incluso sabiendo que ella era el tipo de persona que aceptaría casi cualquier cosa. Pero luego me miró inusualmente preocupada.
—Sabes... que hay mucho más en una persona que sus atributos, ¿verdad, Rena?
—Y-Yo... claro —tartamudeé—. Es que, mm.. todavía soy principiante, pero no creo que los recuerdos sean reales...
—Hay mucho más que eso. ¿Verdad que ni un millón de valores predeterminados podrían describir la personalidad de alguien? De hecho, puede ser un poco al revés: los atributos pueden ser una forma en que las personas sean libres de expresar quiénes son —su expresión seria se transformó rápidamente en una gran sonrisa—. Así que... no te preocupes demasiado por uno o dos atributos, ¿vale? ¡Eres mucho más que eso!
—¿Hm? ¿De qué estáis hablando?
Mi cabeza giró rápidamente hacia la puerta, donde ahora Lily estaba de pie.
—¿Ya habéis comido? —nos preguntó mientras entraba en la sala—. Esperaba poder unirme, así que no quise tardar demasiado en volver.
—N-No, ¡en realidad no aún! —respondí apresuradamente—. Mona y yo solo, esto... estábamos hablando sobre... bueno, nada en particular...
—Ya —asintió con una sonrisa extrañamente despreocupada, y luego miró alrededor—. Oh, ¿es porque Eda no está aquí para preparar la comida? Qué pena.
—No, eh... —vacilé, preguntándome si debía proponer preparar la comida juntas a pesar de tener casi ninguna experiencia en cocinar. ¿No era eso un verdadero indicador de lo desesperada que estaba...?
Mona se levantó.
—Eda puede ser una conicera increíble, ¡pero yo soy su hermanita! ¡Dejadme prepararos la comida!
—¿No estabas emocionadísima de que Eda te hiciera la cena anoche? —recordó observadoramente Lily.
—Sí, ¡porque es una cocinera increíble! Espera y verás, ¿vale, Lliy? —rió Mona—. Además, así vosotras podéis sentaros a charlar, ¿no?
—¿Hm? —Lily la miró curiosa.
—B-Bueno, antes me has dicho que me contarías lo que viste y las personas que conociste por la ciudad, ¿verdad? —me apresuré a aclarar.
—Oh, sí —sonrió—. Gracias, Mona. Te lo contaré todo.
Mona me puso los ojos en blanco y se encogió de hombros. Afortunadamente, parecía que podía guardar silencio cuando era necesario.
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Continuará.
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