Todos los capítulos de manhuas, manhwas, mangas y etc., se están subiendo a un nuevo lector. 
Esto tardará unos días ya que son muchos capítulos. Por favor, esperen pacientemente. –PrinceScans

05/08/2024

Black♣Clover - El héroe renunciado



Y... hemos llegado al último capítulo de las novelas de Black Clover. Espero que os haya gustado.

La semana que viene solo publicaré los extras. Tengo que sacar tiempo para editar los PDF. Con suerte, los tendré dentro de dos semanas.

¡Gracias por leer!


-Xeniaxen



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Autor: Johnny Onda  ♣  Artista: Yūki Tabata



Traducción: Xeniaxen



♣ 3ª novela: Libro de Yuno ♣

Capítulo 4:
El héroe renunciado




—¡Bienvenidos! ¡Solo por tiempo limitado, todos los instrumentos mágicos tienen un 50% de descuento!

—¡Oye, jovencita! ¿Te gustaría pasar por nuestra tienda? ¡Te lo dejaré bien baratito~!

Bajo un cielo despejado y soleado, voces alegres clamaban desde los numerosos puestos, mientras los habitantes del pueblo caminaban por ellos sonriendo. Era la plaza de la Capital Real, el mismo lugar que sirvió como centro neurálgico del Festival de las Estrellas. Aunque no tan grande como el Festival de las Estrellas, la plaza estaba llena de paraditas y escenarios improvisados, ofreciendo las mismas comodidades que se esperan de un pequeño festival. Sin embargo, no eran mercaderes quienes gestionaban estos puestos.

—¡¡¡Este instrumento mágico lo ha avalado el capitán de los Ciervos Celestes en persona!!! ¡Es un gran dispositivo de seguridad!

—¡Este plato de carne lo ha cocinado el capitán de las Mantis Verdes! ¡Es nutritivo y está delicioso!

Los puestos estaban atendidos por caballeros mágicos.

—Qué multitud tan impresionante. Hay mucha gente, pero también muchos caballeros mágicos.

—Bueno, el Examen de Selección de los Caballeros Reales ya tuvo lugar, y...

Bell y Yuno iban conversando mientras caminaban entre la multitud. Habían venido porque les habían ordenado patrullar durante el evento. A los caballeros mágicos se les habían asignado diversas tareas para llevar a cabo el festival, desde vender cosas en los puestos, realizar obras de teatro y juegos en escenarios, hasta organizar patrullas y hacer trabajo administrativo. Podría parecer un espectáculo extraño, pero había una razón por la que estaba sucediendo.

—Más que nada, ha sido una orden directa del capitán Vangeance. Es obvio que todos están aquí.

Así es. Vangeance propuso este evento para calmar la inquietud de los ciudadanos debido a los ataques repetidos del Ojo de la Noche Blanca y la circulación del "Pecado Original". Yuno escuchó que simplemente "solicitó cooperación" de aquellos que pertenecían a otros escuadrones, pero con su magnetismo personal, fue capaz de reunir a tanta gente en un abrir y cerrar de ojos.

—Mm~ Bueno, no lo entiendo del todo, pero gracias a esto ¡puedo tener una cita de festival contigo! —dijo Bell felizmente mientras chupaba un caramelo de fresa que Yuno le había comprado.

—Esto no es para que te diviertas tú, sino los ciudadanos.

—No... una de las razones por las que ideé este festival fue darles a los caballeros mágicos un descanso y permitirles la oportunidad de interactuar con la gente. Me hace muy feliz que Bell y tú también estéis disfrutando del festival.

Sorprendidos por la interrupción repentina, Yuno y Bell miraron hacia atrás y vieron a William Vangeance con su habitual compostura. Vangeance era el capitán del Amanecer Dorado, y el hombre más cercano a convertirse en el Rey Mago. Que el héroe del Reino del Trébol los saludara tan casualmente en un lugar como este ya era sorprendente en sí mismo, pero...

—Oiga, oiga, ¡capitán Vangeance! ¡Déjeme probar su máscara!

—¡Yo se lo pregunté primero! ¡Quiero arrancarle esas plumas y ponérselas a mi oso!

—...

Yuno y Bell también se sorprendieron al ver a dos niños, de unos 7 u 8 años, aferrados a los pies de ese héroe.

—Capitán Vangeance... ¿esos niños...?

—Sí, tal como ves. Parece que les gusta mi máscara, así que se me acercaron y... —Desde detrás de su máscara, Vangeance respondió a la pregunta de Yuno con su habitual sonrisa elegante... No, más que su sonrisa habitual, respondió con una sonrisa considerablemente forzada—. Esto... ¿Podríais ayudarme, por favor?

—¿Quééé~? ¿En serio tenemos que salvar a nuestro capitán de unos mocosos nada más llegar~?

—Para, Bell.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Juju. Lo siento. Me gustan los niños, pero no soy muy bueno tratando con ellos.

Después de que Yuno y Bell lograran apartar a esos niños de su capitán, continuaron su patrulla junto a Vangeance. Como si recuperara la compostura, este se aclaró la garganta antes de hablar.

—Además, gracias por consentir mi petición egoísta.

—¿Egoísta?

Cuando Yuno le devolvió la pregunta, Vangeance asintió mostrando una expresión complicada.

—Aunque el Examen de Selección haya terminado, el día en que el Ojo de la Noche Blanca nos lance un ataque sorpresa contra la base es inminente. Por eso os doy las gracias por acudir a mi llamada en un momento tan importante.

—No creo que sea egoísta en absoluto... —mientras decía eso, Yuno miró a todas las personas a su alrededor—. Seguro que esos niños piensan igual. Los ciudadanos parecen estar divirtiéndose interactuando con los caballeros mágicos de esta manera. Ha habido un horrible incidente tras otro, así que ¿no está bien hacer algo divertido como esto de vez en cuando?

Desde el punto de vista de los ciudadanos, esta era una oportunidad única de interactuar de cerca con los caballeros mágicos, los héroes a los que todos aspiraban a convertirse. Eso hacía que este evento fuera agradable para ellos. Incluso estaba logrando reducir las ansiedades causadas por el Ojo de la Noche Blanca y el Pecado Original en cierto modo.

—Ya veo... Me alegra escuchar eso de ti —respondió Vangeance, luciendo un poco feliz.

—Además, como decía antes, los caballeros mágicos parecen estar divirtiéndose también —afirmó Yuno.

Los rostros de los caballeros que atendían los puestos parecían aún más animados de lo habitual. Ser un caballero mágico suele ser un trabajo duro, así que esto probablemente era increíblemente relajante para ellos. Parecía estar siendo un día divertido tanto para los caballeros mágicos como para los ciudadanos. Eso era lo que pensaba Yuno, pero...

—Sí. Estaría bien que hoy terminara siendo solo un día divertido... —dijo Vangeance con una mirada misteriosa antes de bajar la voz para que solo Yuno y Bell lo escucharan—. Hay algo que debo deciros... Se ha informado que una persona en posesión del Pecado Original podría haberse infiltrado en el evento de hoy.

—¡...!

Se quedaron tiesos al habérseles revelado un asunto tan serio de repente.

—Espere... ¿¡qué!? ¡Deberíamos evacuar a todos inmedia...! —Bell levantó la voz, presa del pánico, pero Yuno le tapó la boca.

—Me gustaría hacer eso —continuó Vangeance—, pero si lo hacemos de repente, todos entrarán en pánico, lo cual podría alimentar al Pecado Original. Además, es solo una conjetura. Deberíamos recopilar más información antes de hacer movimientos a gran escala.

No obstante, es peligroso no tenerlo en cuenta..., pensó Yuno, pero no se le ocurrió ninguna alternativa. Para empezar, esa información era demasiado vaga como para saber qué movimiento debían hacer. Si es que había algo que debieran hacer...

—En otras palabras, no tenemos más remedio que seguir patrullando mientras buscamos el Pecado Original... ¿cierto?

—Así es. También debo añadir que muy pocos caballeros mágicos saben de esto. Si llegase a saberlo demasiada gente, nuestros movimientos podrían empezar a parecer sospechosos, lo que nos expondría al dueño del Pecado Original... Vosotros tenéis más experiencia contra el Pecado Original que cualquier otro, así que decidí que debía decíroslo.

Yuno aún no estaba satisfecho, pero sabía que no había otra opción.

—Entiendo. ¿Hay algo más que sepamos sobre el enemigo?

—Sí. Qué rápido eres. Te contaré los detalles mientras caminamos. —Después de decir esto, la voz de Vangeance sonó apologética una vez más—. Sé que me repito, pero realmente lamento haberos involucrado en todo esto. Quería que también pudierais disfrutar del evento de hoy, así que que esto ocurra es...

—No pasa nada. No es culpa suya...

Si acaso, él podría ser el más afectado. Todo el tiempo que no estaba ocupado con sus deberes como capitán lo había pasado preparando el evento de hoy, solo para que el Pecado Original lo arruinara todo. Yuno quería que sus palabras fueran comprensivas, pero, por alguna razón, Vangeance hizo una pausa durante un tiempo poco natural antes de responder finalmente:

—Sí... Tienes razón.

Casi sonaba como si estuviera sin palabras al decir eso, lo que hizo sentir incómodo a Yuno. Entonces, de repente...

—¡P-Por favor! ¡¡¡Que alguien me salve!!!

Impulsados por la magia de amplificación, los gritos de una mujer resonaron por todo el lugar.

Parecía que los gritos provenían de la dirección del escenario donde se anunciaron los resultados del Festival de las Estrellas. El momento de los gritos fue tan inoportuno que Yuno y los demás corrieron hacia el escenario preparándose para la batalla. Y, cuando llegaron a la primera fila...

—¡Me llamo Mimosa y soy una campesina! ¡Me están persiguiendo unos magos malignos!

Lo que vieron fue a Mimosa corriendo por el escenario, recitando sus líneas con una voz increíblemente monótona. Luego, varios otros caballeros mágicos subieron al escenario, algunos actuando como magos malignos que perseguían a Mimosa y otros moviendo el decorado del fondo. Parecía que todo era una obra de teatro infantil.

—Juju. Fue justo en el momento perfecto... Espera. Podría ser que estos "magos malignos" estén siendo manipulados por el dueño del Pecado Original —bromeó Vangeance, después de suspirar con una sonrisa amarga.

—Si fuera así, nos facilitaría las cosas —Yuno respondió a su broma quitándole más hierro al asunto, pero también sonreía amargamente por dentro.

El momento de la obra de teatro había sido ciertamente malo, pero liberó la tensión que había entre ellos antes, por lo que estaba sinceramente contento de que hubiera sucedido. Además, ver a enjambres de niños pequeños correteando por el escenario al comienzo de la obra le sacó una sonrisa. Para proteger las sonrisas de los niños, debían arrestar al Pecado Original lo antes posible. Con estos sentimientos en el corazón, Yuno se alejó del escenario para marcharse. En ese momento, Mimosa señaló hacia el ala del escenario y dijo:

—¡Ah, parece que alguien vino a salvarme! ¡Debe ser el Caballero Mágico de la Justicia!

Los niños comenzaron a aplaudir con emoción ante las palabras "Caballero Mágico de la Justicia". En medio de esos aplausos, la persona que entró en el escenario como "Caballero Mágico de la Justicia" fue...

—Espera... ¡Oye, Asta! ¡Es tu señal! ¡Ve allí ahora mismo!

—¿Eh...? ¿Mi señal? ¿Qué tengo que hacer?

—...

El Caballero Mágico de la Justicia era Asta, que hizo su tan esperado debut en el escenario... O, más bien, fue arrastrado al escenario por Noelle con una mirada aún más tonta en su rostro de lo habitual, tan tonta que era prácticamente audible. Era como ver a un débil anciano, lo que hizo que Bell, sin pensarlo, hablara con Noelle desde debajo del escenario.

—Oye, Noelle... ¿qué...? es decir, ¿por qué actúa como un anciano?

—¿E-Eh...? Yo tampoco lo sé muy bien... —dijo Noelle con un suspiro, la tristeza rondando como la de una esposa exhausta de cuidar a su esposo envejecido—. El impacto de no poder luchar contra Yuno en la final del Examen de Selección lo dejó así, y...

—¿En serio... lo dejó así...?

Esa explicación no tenía sentido ni para Bell ni para Yuno, y tampoco para Noelle, la persona que la estaba explicando. Era un misterio para todos. Cuando Asta se dio cuenta de que Yuno estaba ahí, le habló extremadamente alicaído.

—Aah, Yuno... llegas en el momento ideal. ¿Puedes reemplazarme como Caballero Mágico de la Justicia? Como fuiste el primero en el Examen de Selección, eres el más adecuado para el papel... Ah, perdón, ¿debería tratarlo de "usted" ahora?

—Deja eso. Ese tipo de sumisión no te queda bien. Espabila.

—Después de derrotar al villano, puedes gritar tu frase de siempre. Lo vences con tu magia y gritas "¡Soy Yuno, o sea!".

—Hasta la memoria se te ha trastocado. No he dicho una frase tan cursi en mi vida.

Mientras Yuno y Asta discutían, el público empezaba a impacientarse. Era natural. Les habían dicho que el Caballero Mágico de la Justicia iba a venir, y en cambio solo tenían a un tío actuando como un anciano. Con intención de arreglar el ahora tan incómodo ambiente, Mimosa dijo, entrando en pánico:

—¡S-Señoras y señores! Lo verán en el próximo acto, pero... como Asta se metió en un aprieto, ¡un nuevo Caballero Mágico de la Justicia correrá al rescate! ¡La persona que interpretará este papel es un capitán muy famoso de los caballeros mágicos! Además, hemos hecho arreglos para que los más pequeños puedan subir al escenario y luchar junto a ellos, así que, por favor, ¡no se vayan todavía!

—¡Estás siendo demasiado franca! Además, ¡deja de decir cosas como "papel" y "arreglos"!

Bell criticó a Mimosa, pero, a pesar de eso, los niños volvieron a mostrar emoción.

—¡Qué guaaaay! ¡Vamos a ver a un capitán!

—¡Oye, papá! ¡Acércame más! ¡Yo también quiero luchar!

Las pequeñas voces se empezaron a alzar a medida que más y más niños se reunían al pie del escenario. Parecía que el título de "Capitán" no era solo para presumir después de todo. No dejando pasar esta oportunidad, Klaus le indicó a Mimosa desde detrás del escenario que hiciera que los niños llamaran al capitán. Mimosa asintió, luego se volvió hacia la audiencia y exclamó:

—¡Venga, gritemos todos! ¡Llamemos al capitán gritando todo lo que podamos! ¡Preparados, listos...!

Mimosa hizo la cuenta atrás, luego todos los niños gritaron juntos. A quien llamaron esas dulces voces fue...

—¡MUAJAJAJAJAJA! ¡NO TE PREOCUPES, PEQUEÑA CAMPESINA! ¡YO, LA SEÑORA MEREOLEONA, LA CABALLERA MÁGICA DE LA JUSTICIA, DEVORARÉ A TODOS ESOS MAGOS MALVADOS POR TI SIN DEJAR NI RASTRO!

—...

Una leona. Caminó por el escenario con un aire de superioridad y habló en un tono intimidante mientras reía en voz alta. Estaba muy lejos de lo que debería parecer un "Caballero Mágico de la Justicia". Las sonrisas de los niños se helaron y comenzaron a temblar de miedo. Sin parecer darse cuenta de ello, ella observó a la audiencia con ojos fríos y luego, con una sonrisa feroz, dijo:

—Jojojo... ¡Hay muchos niños buenos aquí! ¿¡Quién de vosotros, amigos, está listo para luchar a mi lado!? ¿Serás tú? ¿¡O quizá serás TÚ!?

—Espera un momento, Mereoleona. Creo que podrías estar malinterpretando algo... —Vangeance no pudo evitar interrumpir con un tono de voz bastante alto desde el fondo de la muchedumbre.

Era consciente de que intervenir así estaba fuera de su carácter, pero, a ese ritmo, la reputación de los caballeros mágicos se vería significativamente dañada. Mereoleona no tenía forma de conocer sus pensamientos, así que se encendió en una furia ardiente hacia él.

—¡La madre que...! ¿¡Qué haces, Vangeance!? ¡Hablar así con una intérprete que está en medio de su acto en el escenario! ¿¡Es que no tienes modales!?

—Bueno, desde el punto de vista de esos niños, algo mucho peor estaba sucediendo justo frente a ellos. ¿Podrías hacer tu actuación un poco más amigable para el público infantil?

—¿¡Eres bobo!? ¿Estás diciendo que debería contenerme solo porque hay niños? ¡Un caballero mágico debe usar siempre todo su poder, sea donde sea!

—Sí, lo sé, lo sé. Pero usa todo tu poder para imaginar esto por un momento. Imagina que te han dicho que el "Caballero Mágico de la Justicia" está llegando, pero en su lugar recibes a una "loca con mirada asesina". ¿Cómo te sentirías al respecto?

Mientras los dos estaban involucrados en su intercambio sin progresar, Klaus se acercó desde la parte trasera del escenario y, con los dedos en las sienes, informó:

—Lo siento, capitanes... Se cancela la obra. Vamos a recogerlo todo.

—¿Se cancela...? Espera un segundo. ¿Y qué pasa con todos los niños que esperaban con ansias al "Caballero Mágico de la Justicia"? —protestó Bell.

—¿Dónde están todos esos niños de los que hablas...? —dijo Klaus señalando con el dedo detrás de ella.

—Ah...

Antes de que pudieran darse cuenta, la audiencia había desaparecido de sus asientos. Debieron de haber visto su oportunidad de escapar cuando Vangeance interrumpió a Mereoleona. Los padres de la audiencia se llevaron a sus hijos y huyeron, casi como si estuvieran escapando de las garras de una leona. Cuando ella se dio cuenta de que su audiencia había desaparecido, golpeó el suelo con exasperación.

—Oh... ¡¡¡Lo siento, chicos!!! Vangeance se equivocó al soltar esas sandeces, pero en realidad fui yo quien desanimó al público y los hizo marcharse. ¡¡¡Es todo culpa mía!!!

—Hm. Mereoleona, me cuesta decirlo, pero tienes toda la razón admitiendo que es tu culpa. Aun así, yo no tengo culpa de nada. No es que quiera autodefenderme. Simplemente, no me metas en esto.

Mereoleona se levantó con una determinación renovada, ignorando completamente las protestas de Vangeance.

—Da igual. Pronto se volverá a reunir otra audiencia, ¡así que no os preocupéis! ¡Compensaré mi error yo misma! —proclamó en voz alta. Luego, gritó tan fuerte que quizá toda la ciudad pudo escucharla—. ¡Escuchad, gente! ¡A partir de ahora, os enseñaré a todos cómo defenderos quemando a vuestros oponentes! Estoy a punto de demostrarlo usando a los otros caballeros mágicos de aquí como mis oponentes durante el espectáculo, ¡así que acercaos al escenario!

Y así, todos los presentes tuvieron que usar todas sus fuerzas para detenerla.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Por un momento, temí por mi vida...

—Sí... Bueno, al menos podemos estar agradecidos de que no se haya involucrado ningún Pecado Original en la pelea.

—Yo aún no estoy segura del todo...

Vangeance, Yuno y luego Bell estaban dialogando mientras continuaban su patrulla. Su primer encuentro con Mereoleona ya había sido lo suficientemente agotador, pero detener su furia de antes acabó con toda su fuerza física. Al decirle que el Pecado Original podría estar cerca, de alguna manera lograron calmarla, pero eso fue solo después de que todos agotaran varios días de energía deteniéndola. Yuno solo tenía ganas de irse a casa, acostarse y descansar, pero no podía decir eso en voz alta, así que se distrajo forzosamente preguntándole a Vangeance:

—Entonces, ¿se sabe algo más sobre el Pecado Original?

—Ah, perdón... Es cierto. Estábamos hablando de eso. —Su conversación, que casi habían olvidado por el impacto que la leona les dejó, se reanudó—. Primero, sabemos que el Pecado Original está aquí porque varios caballeros que han tenido encuentros previos con él han sentido su maná. No obstante, su presencia es tan débil que no podemos localizarlo a menos que tengamos a varios especialistas en detección de maná en un área concentrada.

—Ya veo... pero, si es así, ¿no podemos reducir su ubicación siguiendo la fuente de su maná?

—Por supuesto, hemos intentado hacerlo, pero parece que su maná es increíblemente inestable, por lo que aparece y desaparece de repente sin ningún patrón. Por eso es difícil de localizar solo con la percepción de maná. Si pudiéramos reducir el número de sospechosos a unas pocas personas, entonces...

—¿En serio...?

Yuno contempló las palabras de Vangeance. Las otras veces que se había enfrentado al Pecado Original, sentir el maná había sido una ventaja poderosa, pero es una habilidad inútil si ese maná no es lineal. La única manera de garantizar la victoria sería hacer contacto directo con el dueño del Pecado Original y destruirlo.

Con tanta gente aquí, ¿podremos hacerlo...?, pensó Yuno con cara de preocupación.

—Hablando del diablo... Él es uno de los que sintió la presencia del Pecado Original —dijo Vangeance señalando una esquina de la plaza.

Donde estaba señalando, había varias mesas alineadas a intervalos iguales. Varios niños las estaban usando para dibujar. Parecía que uno de los eventos del festival era una clase de dibujo. Y el hombre que parecía estar a cargo estaba recostado en una esquina.

Era el capitán de los Toros Negros, Yami Sukehiro. Cuando vio a Vangeance, levantó la cabeza del libro de arte que estaba leyendo y los miró.

—Oh... si es el tío dorado máscara rara. Oye, tío dorado máscara rara. En realidad, decirte todo el rato tío dorado máscara rara es demasiado largo. ¿Te puedo llamar de otra forma?

Fuiste tú el que se inventó ese apodo, ¿sabes?, pensó Vangeance con una sonrisa amarga.

—Me sorprendió cuando escuché que estabas dirigiendo una actividad para niños, pero parece que va bien —dijo mirando a los niños.

—Sí. Pensé que solo tendría que poner algo de pintura y papel, y luego no tendría que hacer nada más, pero se reunieron muchos más niños de los que pensé que vendrían. Supongo que un tío tan guapo como yo atrae a las masas.

Justo como dijo Yami, había muchos niños cerca de la esquina donde él estaba, dibujando y divirtiéndose mientras hablaban con Magna Swing y Luck Voltia. Realmente no había más que materiales de pintura y papel sobre la mesa, y podían usarlos todos de forma gratuita. Quizás era esa simplicidad y facilidad de acceso lo que hizo su esquina tan popular. Su popularidad probablemente no tenía nada que ver con la "guapura" de Yami. Mientras Yuno pensaba en cosas triviales como esa, un niño y una niña que estaban dibujando se acercaron a ellos.

—¡Oh! ¡Es el capitán Vangeance!

—Oh, esos dos son los mismos de antes...

Bell asintió ligeramente.

Son los mismos niños que estaban molestando... no, admirando a Vangeance antes. Si no recuerdo mal, sus nombres eran...

—Al, Silka, ¿vosotros también estáis dibujando?

Antes de que Yuno pudiera recordar sus nombres, Vangeance se arrodilló y los saludó con una sonrisa.

Así es. El nombre del niño era Al y el de la niña era Silka. Los dos eran hermanos. Vivían en una aldea situada en el límite del Reino Común, pero hoy les habían pedido a sus padres que los llevaran a este evento para poder conocer a los caballeros mágicos.

Al asintió felizmente y le mostró su dibujo a Vangeance.

—¡Sí! ¡Lo he dibujado a usted y a nosotros jugando en nuestra aldea! ¡Me ha quedado muy bien, así que se lo regalo!

—¿Estás seguro? Te has esforzado mucho para dibujarlo, ¿verdad?

—¡Sí! ¡Es a cambio de habernos dejado jugar con usted antes!

Vangeance le dio las gracias a Al y aceptó su dibujo, con una expresión más alegre de lo habitual.

Realmente no mentía cuando decía que le gustaban los niños..., pensó Yuno.

Sin embargo... Yuno también sintió un toque de inquietud mientras lo observaba. Por alguna razón, había un tinte de tristeza en su sonrisa. Mientras Yuno empezaba a sentir esas dudas, Silka se acercó a sus pies y le ofreció su dibujo.

—Señor Yuno, ¡el mío es para usted!

—Ah... gracias. Lo cuidaré bien.

Justo como había dicho Al, en el dibujo estaban ellos jugando. Incluyeron pequeños detalles como su cabello color castaño, el estuche de grimorio de Al, el adorno de cabello de Silka y demás. Yuno aceptó el dibujo con una sonrisa, haciendo que la cara de Silka se pusiera roja mientras volvía al lado de Al. Se tomaron de las manos y se alejaron corriendo alegremente.

—¡Hasta luego, capitán Vangeance! ¡Que tenga un buen día en el trabajo!

—¡Gracias! ¡Tened cuidado de no tropezar y caer!

Xeniaxen: ¿Por qué me está dando la sensación de que estos dos niños son como los dos diablillos de Hades en la peli de Hércules?

Vangeance los despidió con la mano, ya volviendo a su ser habitual y amable.

¿Me lo habré imaginado?, se preguntó Yuno. Entonces, Yami empezó a hablar con Vangeance con su actitud habitual y relajada.

—Oye, ¿es coña, no, Vangeance? No me habías dicho nunca que tenías un hijo ilegítimo, y mucho menos dos. ¿Cómo es que no llevan tu máscara dorada rara? Deberías hacerles máscaras doradas raras a ellos también.

—Por cierto, Yami, ¿has podido sentir el Pecado Original desde aquella vez?

Vangeance ignoró la broma de Yami, guardando cuidadosamente el dibujo en su estuche de grimorio mientras hacía esa pregunta. Yami se encogió de hombros en respuesta.

—Igual que siempre. Puedo sentirlo de vez en cuando, pero justo cuando capto un indicio, desaparece. Bueno, en lugar de maná, estoy leyendo su ki, pero creo que es lo mismo. Luck me ha dicho que a él también le pasa.

—Así que, todo lo que sabemos es que todavía está aquí. Entendido. Aun así, por el momento, continuad intentando sentirlo a intervalos regulares. Yuno y yo haremos lo mismo.

—Claro... Espera, ¡hostia!

Su respuesta fue plana, pero luego inclinó la cabeza hacia Vangeance, estudiando su rostro.

—¿Qué pasa?

—Bueno, es que justo ahora he sentido su ki por aquí de manera muy débil, y... —continuó. Con el cigarrillo en la mano, señaló con el dedo a Vangeance—. Siento una sensación persistente del ki del Pecado Original en ti. ¿Sabes por qué?

—¿Eh...?

Mientras Yami hablaba, Yuno medio reflexivamente enfocó su percepción de maná. Aunque era muy leve, ciertamente podía sentir el maná del Pecado Original en Vangeance. Era tan débil, que Yuno nunca lo habría notado si no fuera por que Yami lo había señalado... Era como un rastro de olor. Si poseyera el grimorio del Pecado Original, entonces el maná que sentiría sería mucho más fuerte, así que no podía tenerlo... No, aun así, si estaba usando alguna técnica para suprimir su propio maná, era posible que...

—Ah, antes del Examen de Selección, Julius encontró un grimorio de Pecado Original intacto. Esta mañana, lo toqué mientras lo examinaba. Podría ser eso —explicó Vangeance sin siquiera sudar, interrumpiendo los pensamientos de Yuno.

¿Soy estúpido o qué? Por supuesto que no tiene uno.

Yuno se calmó. Así es. Era imposible que él pudiera poseer un Pecado Original. Aunque solo fuera por un momento, Yuno se sintió avergonzado por dejar que su mente se imaginara ideas tan extrañas.

—Ah, vale —dijo Yami asintiendo con la cabeza—. Sí, a veces, cuando tocas algo, puede dejar en ti su maná y su ki... Oh, ahora caigo. Eso va a hacer que sea aún más difícil encontrar esta cosa. ¿Por qué has venido, imbécil? ¡Te voy a romper la máscara en pedazos y usarlos para decorar las paredes de un café hipster! 

—La manera en que expresas tu enojo a veces es bastante desconcertante. Te pido que te detengas... De todos modos, por favor, continúa vigilando la zona —dijo Vangeance con una sonrisa irónica antes de volverse hacia Yuno y Bell. Al hacerlo, se sorprendió al ver a alguien acercándose a él y a Yami.

—Va... Vangeance... ¿Q-Qu...? ¿Qué haces aquí...?

Era la capitana de las Rosas Azules, Charlotte Roselei. Por alguna razón, cuando hizo contacto visual con Vangeance, se quedó paralizada con un sobresalto. Al examinarla más de cerca, llevaba en la mano una cesta llena de galletas.

¿Qué está pasando aquí...?, pensó. A pesar de su incertidumbre, Vangeance decidió intentar saludarla, pero entonces la cara de Charlotte se puso de un rojo brillante mientras tartamudeaba con una voz extraordinariamente aguda...

—Y-Y-Y-Yo... ¡Qué casualidad! Mi escuadrón ha dado una clase de cocina, ¡y resulta que nos han salido demasiadas galletas! Pensé que sería un desperdicio tirarlas, a-a-así que pensé que podría dárselas a Yami. ¡No es que tenga otro motivo ni nada! ¡Solo es para aprovecharlas de algún modo!

—No te he preguntado, pero...

Esta situación me resulta muy familiar... Secretamente, Bell experimentó un "déjà vu". Yami cruzó los brazos y miró a Charlotte.

—¿Las galletas son para mí? ¿Me las das? ¿Por qué estás tan femenina últimamente?

—¿¡Qué!? ¡Tú...! —Charlotte estuvo a punto de alcanzar el mango de su espada, pero lo reconsideró, deteniendo su mano y sacudiendo la cabeza. Se acercó a Yami y dijo—: Toma y calla. Estoy ocupada. Preferiría no perder mi tiempo en cosas como esta.

Y, con cara seria, le dio la cesta de galletas. A diferencia de antes, no había agitación en su voz o comportamiento. Era su ser digno habitual. Aunque, esto solo era cierto por fuera.

¡¡¡Sí...!!! ¡Se las he dado! No estaba segura de qué hacer cuando vi a Vangeance, ¡pero lo logré! ¡Jaja, soy increíble!

Internamente, estaba saltando como una colegiala. Sin embargo, procuró no mostrar eso en su rostro. Charlotte había estado reflexionando sobre sus acciones recientes. Siempre se había permitido alterarse frente a Yami, así que decidió esforzarse por no dejar que esos sentimientos se mostraran. No obstante, quizás debido a que había tenido mucho contacto cercano con él últimamente, no había podido ocultar su agitación, y su comportamiento se había vuelto extraño. Las veces que casi lo había atacado en un intento de ocultarlo solo habían aumentado.

Qué mal..., pensó Charlotte. Se reprendió una vez más y juró que mantendría su autocontrol frente a Yami. ¡Pase lo que pase, no me altere frente a él nunca más!, se dijo esto una y otra vez. Pero entonces...

—Oh, gracias —dijo Yami mientras se llevaba varias galletas a la boca—. ¡Oh! Están buenas. Son galletas normales. ¿Qué carajo? ¿Las has hecho tú, en serio?

—Sí... —respondió Charlotte con cara de póker. Pero...

¡Q-Qué bien! ¡Nunca pensé que escuchar al hombre que quiero elogiar mi cocina me haría tan feliz!

Internamente, estaba volando. Estaba tratando desesperadamente de no dejar que eso se notara, sin embargo...

—En serio, pensaba que eras mala cocinando, pero supongo que, después de todo, eres una mujer. Oye, Vangeance, Yuno, probadlas, de verdad. Están tan buenas que os sorprenderéis. Es alucinante.

—Já... Eres tan imbécil como siempre. No sé si me estás elogiando o insultando.

Una vez más, Charlotte respondió con cara seria, pero...

¿¡Cree que están tan buenas que por eso les dice a los otros que las prueben!? ¿Tan deliciosas piensa que están? Me molesta un poco que otros hombres a parte de Yami se las coman, pero aun así, ¡estoy muy feliz!

Internamente, volaba aún más alto que antes, y por eso intentaba aún más desesperadamente no dejar que sus sentimientos afloraran. Sin embargo, entonces Yami dijo:

—Tengo que admitir que... podría comerme estas galletas todos los días. En serio.

—...

Ups... Estoy acabado.

Su excitación pareció desbordarse por todo su cuerpo hasta que, finalmente, cayó hacia atrás.

*¡BAM!*

La parte posterior de su cabeza golpeó el pavimento de piedra, dejándola inconsciente.

—¿¡Eeeeeeeeh!? Espera, ¿qué acaba de pasar? ¿¡Estás bien!? ¡Oye!

Yami levantó su cuerpo, sosteniéndola en sus brazos mientras estaba inusualmente molesta. Sin embargo... allí se desarrolló un incidente aún más terrible.

—¡Jefa! ¿¡Estás bien!? ¿¡Qué ha pasado!?

Varias miembros de las Rosas Azules, lideradas por Sol, corrieron hacia Charlotte. La rodearon y miraron fijamente a Yami. Sol dio un paso hacia Yami, su cuerpo balanceándose como si estuviera medio consciente. En representación de todo el grupo, Sol le informó en voz baja:

—La jefa desapareció de repente y la estábamos buscando... ¿Qué significa esto, capitán de los Toros Negros...? ¿Por qué tiene usted a la jefa en brazos?

—¡No lo sé! De repente, se desplomó y...

—¿¡QUÉÉÉÉÉÉ!? Entonces, le hizo algo, ¿¡no es así!?

—No, no. ¡Es un malentendido! Se ha desmayado ella sola, y... ¡Espera! ¡No me ataques!

Después de eso, estalló una pelea entre el capitán de los Toros Negros y las Rosas Azules. Por suerte, Charlotte se despertó poco después y limpió el nombre de Yami. Aun así, gracias al revuelo que causaron, ni una sola persona permaneció en la clase de dibujo de Yami.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Por un momento, temí por mi vida...

—Sí...

—Me estoy empezando a cansar...

Vangeance, Yuno y luego Bell estaban dialogando mientras continuaban su patrulla. Les resultó difícil detener el alboroto de esas chicas. Aunque solo pasaron unas pocas docenas de segundos antes de que Charlotte se despertara y dijera "Lo siento... Me he mareado. No es nada importante", su pelea fue feroz y despiadada, por lo que fue extremadamente difícil pararlas sin destruir la ciudad. Además, su pelea, junto con el alboroto que había causado Mereoleona, estaba empezando a hacer que los ciudadanos tuvieran miedo de los caballeros mágicos. Uno de los objetivos de este evento era disipar cualquier duda que los ciudadanos tuvieran sobre ellos, pero sus dudas solo iban en aumento. Además de eso, no habían encontrado ni una sola pista para lidiar con el principal problema en cuestión, el primer grimorio del Pecado Original. Con pensamientos tan negativos flotando en su cabeza, y exhausto por los acontecimientos del día, Yuno murmuró:

—¿Qué le pasa a... la Orden de los Caballeros Mágicos...?

—Juju. Sin duda, ha habido una sucesión muy rápida de eventos que podrían poner a alguien un poco inquieto. O tal vez "muy inquieto" incluso.

—Ah, no, perdón. No quería decir eso...

Al darse cuenta de que Vangeance lo había escuchado, Yuno se apresuró a explicarse. Dado que, de alguna manera, había logrado convertirse en la persona del Amanecer Dorado que había recolectado más estrellas el último trimestre, pensó que no debía quejarse frente al capitán. Con una sonrisa amable, Vangeance agitó la mano como para disipar las preocupaciones de Yuno.

—No importa... Bueno... Voy a aprovechar la ocasión para preguntarte —dijo Vangeance tan flojito que parecía estar hablando consigo mismo—. Yuno, ¿qué piensas sobre los caballeros mágicos y sobre cómo funciona este país?

—¿Eh...?

Yuno y Bell se miraron reflexivamente. Su superior le estaba preguntando qué pensaba sobre su trabajo y sobre lo que se suponía que debía proteger. No era tan extraño por sí mismo, pero parecía un poco misterioso. Al darse cuenta de lo que Yuno estaba pensando, Vangeance se encogió de hombros y dijo:

—No es ninguna pregunta trampa. Es solo que muchos miembros de los caballeros mágicos, incluido yo, tenemos grandes esperanzas en ti. Simplemente he tenido curiosidad por saber qué piensas.

Yuno inclinó la cabeza mientras pensaba. Era una pregunta abstracta, pero si todo lo que le interesaba era su opinión, entonces...

—Creo que hay muchos problemas en ambos que deben resolverse, pero, aun así, no hay nada que me haga más feliz que ser parte de los caballeros mágicos y de este país. Además, los compañeros... bueno, al principio, fueron extremadamente críticos conmigo, pero, últimamente, todos parecen reconocerme como un aliado. Estoy muy a gusto. Y, desde el Festival de las Estrellas, parece que los ciudadanos también me han aceptado. —Yuno recordó las sonrisas y los vítores de la gente en el Festival de las Estrellas, y se llenó de calidez mientras hablaba—. Quiero luchar para protegerlos a todos. Eso es lo que pienso.

Al principio, Yuno solo pensaba en cumplir su sueño. Sin embargo, estos sentimientos crecieron gradualmente a medida que continuaba cumpliendo con sus deberes. Cada vez que una persona le daba las gracias, cada vez que una persona le sonreía, sentía que quería protegerlos. Esos eran sus sentimientos más sinceros, pero ¿sería esa una respuesta lo suficientemente buena...? Yuno reflexionó mientras observaba a Vangeance, quien respondió con una expresión de satisfacción.

—Yo siento lo mismo. Me gusta ser parte de los caballeros mágicos y de este país también. En los caballeros mágicos, tengo compañeros y subordinados en los que puedo confiar, y tengo un superior al que quiero parecerme... el señor Julius. Además, este es el país donde todos hemos nacido y crecido. No tengo sentimientos tan grandiosos como para llamarlos patriotismo, pero siento una enorme deuda de gratitud. Para pagar esa deuda, siento que quiero proteger este país y a su gente...

Por alguna razón, su expresión se volvió triste por segunda vez en el día.

Como pensaba... Vangeance está un poco raro hoy.

Estaba envuelto en su habitual aura elegante y digna, pero había momentos en que Yuno podía sentir una terrible fragilidad en él, como si pudiera simplemente desvanecerse. No obstante, eran instantes tan pequeños que Yuno casi no podía distinguirlos. Al final, todo lo que podía hacer era preocuparse.

—De todos modos, tal y como has dicho, Yuno, creo que ambos tienen varios asuntos por resolver.

Mientras Yuno pensaba, Vangeance volvió a la normalidad y respondió con su tono habitual. Yuno entendió que pensar en eso no lo llevaría a ninguna parte, así que dejó de darle vueltas y volvió a escuchar a Vangeance.

—Hay mucha discriminación contra los plebeyos y los campesinos, e incluso existen maniobras secretas de gente que actúa solo por su propio interés... Hay muchas cosas que debemos hacer para mejorar el país y los caballeros mágicos, para convertirlos en algo todavía mejor.

—Estoy de acuerdo... —respondió Yuno involuntariamente con un tono severo.

Él y Asta habían tenido muchas experiencias dolorosas debido a esa discriminación que sufren los campesinos. Al entender la razón detrás de la pesada respuesta de Yuno, Vangeance le puso una mano en el hombro mientras continuaba:

—Espero con ansias ver qué harás para resolver estos problemas. Si demuestras que un plebeyo puede brillar y estar entre los más fuertes, no solo eliminarás la discriminación, sino que también te convertirás en la esperanza de todo el pueblo. Perdóname si te uso como propaganda, pero quiero que todos te conozcan.

—¡Déjalo en nuestras manos~! Después de todo, Yuno no solo tiene un grimorio de cuatro hojas, ¡también es un genio que me tiene a mí acompañándolo! ¡Derribaremos las barreras del estatus social tantas veces como sea necesario! —intervino cierto espíritu del viento que no captó el tono de la conversación.

—Bell, cállate.

Yuno intentó hacer que se callara, pero su arrebato hizo que Vangeance se riera.

—Estoy seguro de que lo haréis —afirmó el capitán—. A pesar de eso... no, tal vez por eso... estoy un poco preocupado.

Una vez más, aunque solo ligeramente, algo parecía nublar su habitual expresión gentil.

—Es verdad... Ahora voy a cambiar de tema, pero tu objetivo es convertirte en Rey Mago, ¿verdad, Yuno?

—Sí —respondió Yuno de inmediato. Había decidido que no había nada de qué avergonzarse, así que siempre respondía a esa pregunta sin vacilación, sin importar quién le preguntara.

Vangeance asintió antes de continuar:

—¿Qué estás dispuesto a arriesgar por tu objetivo?

—Cualquier cosa.

—¿Incluida tu propia vida?

—Siempre y cuando pueda ser el Rey Mago por un momento antes de morir.

—Ya veo. ¿Y qué hay de la vida de otras personas?

—¿Eh...?

—Supongamos que pudieras salvar la vida de otras personas a cambio de la tuya. ¿Qué harías?

Yuno se vio incapaz de responder a una pregunta tan inesperada. Con una sonrisa irónica, pero de alguna manera increíblemente sincera, Vangeance le informó:

—Lamento hacerte una pregunta tan cruel... Mas, debido a tu fuerza, habrá muchas situaciones en el futuro donde necesitarás tomar todo tipo de decisiones, especialmente si tu objetivo es convertirte en el Rey Mago. En algunos de esos casos, decidir cuál es la elección correcta será difícil... De hecho, seguramente llegará un momento en el que, como en mi pregunta anterior, tendrás que tomar una decisión sin que haya una respuesta correcta.

Era como si Vangeance estuviera hablando por experiencia... O como si estuviera en tal situación en ese mismo momento.

En su posición, probablemente haya tenido que tomar docenas de decisiones donde no había una elección correcta, pensó Yuno. Y, tal y como él decía, también llegaría el momento en que Yuno tendría que tomar una decisión así. Cuando llegue el momento, ¿qué elegiré...?

—No le des muchas vueltas. Es solo que, dado que es posible que termines en una situación como esa algún día, quería saber qué pensabas... Cuando eso suceda, espero que siempre puedas tomar una decisión con la que te sientas satisfecho.

Vangeance hizo una pausa breve antes de continuar. En ese momento, Yuno giró la cabeza hacia un lado con duda, aún inseguro de cuál sería su decisión.

—Si no sabes cuál es la elección correcta... en momentos como esos, toma una decisión con la que puedas estar satisfecho. Si haces eso, podrás asumir la responsabilidad de las consecuencias, incluso si son malas para alguien. Tal vez esto ya te resulte obvio, pero para personas tan poderosas como tú, cada decisión que tomes tiene una gran influencia en tu entorno... Me hará feliz si lo tienes en cuenta.

—Sí... —respondió Yuno con incertidumbre.

—Bueno —Vangeance se estiró ligeramente antes de continuar—, ha sido una charla bastante larga y me ha entrado sed. Vamos a comprar algo para beber.

—De acuerdo, entonces voy a...

—No, ya te he obligado a escucharme, así que iré yo —Vangeance lo interrumpió amablemente.

Se dirigió rápidamente a un puesto de zumos mientras Yuno se sentaba a regañadientes en un banco cercano. Por segunda vez en el día, este último dejó escapar un suspiro.

—¡Oye, Yuno! ¡No te preocupes! ¡Ha sido cruel preguntándote eso!

—Bueno, tienes razón, pero...

Mientras Bell continuaba hablando, Yuno se perdió en sus pensamientos. Desde el día en que decidió convertirse en Rey Mago, había trabajado con determinación para hacer realidad su objetivo. Sin importar cuántas dificultades o injusticias se interpusieran en su camino, había encontrado una manera de superarlas o, al menos, esa era su intención. Sin embargo, no pudo responder la pregunta de Vangeance. Incluso ahora, todavía no sabía la respuesta. No estaba preparado. El hecho de no saber la respuesta todavía lo llenó de frustración. Sentía como si le hubieran dicho que no estaba trabajando lo suficiente o que era demasiado ingenuo.

—¡Oh, vamos!

Como si pudiera sentir el estado mental de Yuno, Bell abrió el estuche de su grimorio sin permiso, abrió su grimorio y lo empujó contra su cara.

—¿¡Eh!? ¿Qué haces?

—¡Mira! ¡Has llenado todas estas páginas en solo medio año después de obtener tu grimorio! ¡Ninguna persona común y corriente es capaz de hacer eso! ¡Esta es una prueba de tu extraña fijación por esforzarte demasiado!

—No estoy seguro de si me estás halagando o insultando.

—Es más, ¡tienes las piernas largas, los ojos almendrados y las cutículas impecables! ¡Eres un partidazo!

—Vuelvo a repetir, ¿me estás halagando o insultando? Me lanzas cumplidos con la tensión de una diatriba y me estás confundiendo.

Pese a lo molesta que estaba siendo Bell, por una vez su alboroto lo ayudó. Los pensamientos que lo atormentaban antes eran de los que no se detienen una vez que te permites empezar a pensar en ellos. Estaba agradecido de que ella lo obligara a dejar de darles vueltas. Debía tomarse la pregunta del capitán muy en serio, pero no era necesario hacerlo ahora. Yuno no estaba seguro de si esto era lo que Bell estaba tratando de decirle, pero, al menos, esa fue la conclusión a la que lo llevó.

—Entiendo, Bell... Gracias.

—¡De nada! ¡Pero no sé por qué me das las gracias!

Mientras continuaban con su intercambio habitual, Bell apartó el grimorio de Yuno de su rostro. Cuando lo hizo, Yuno notó que el dibujo que Silka le había dado antes se había caído. Había guardado el dibujo en el estuche de su grimorio, así que cuando Bell lo sacó, se habría caído por accidente. Cuando lo recogió, expulsó el polvo que había cogido del suelo y se dispuso a guardarlo de nuevo en su estuche, pero entonces...

—¿Hm...?

Cuando miró el dibujo, había algo en él que lo inquietó un poco.

—¡...!

Y entonces se dio cuenta.

Aun así, había muchos vacíos en su hipótesis. Si tenía razón, entonces su oponente cometió un error bastante descuidado. No obstante, si su oponente realmente fue tan descuidado, entonces es posible que...

—Lamento haber tardado tanto. El señor Julius me ha interceptado.

Vangeance regresó con tres zumos en la mano. Yuno no respondió a su voz, solo lo miró fijamente en silencio. Era demasiado apresurado por su parte marcarlo como sospechoso. Sin embargo, si su hipótesis era correcta, eso explicaría lo que Yami estaba diciendo antes. Para encontrar más pruebas, primero, debía...

—Capitán Vangeance... —espetó Yuno, con la tensión aumentando y volviéndose hacia Vangeance—. Capitán, ¿puedo ver qué hay en el estuche de su grimorio?

—...

En respuesta a la pregunta de Yuno, Vangeance le devolvió la sonrisa con su habitual expresión elegante debajo de su máscara.

No... Esa no era su sonrisa habitual. Había un significado oculto detrás de esto.


♣ Unos minutos más tarde, en el escenario de antes... ♣


—¡Por favor, ayudadme! ¡Me están persiguiendo unos magos malvados!

Otra obra acababa de comenzar. Aunque el número de niños reunidos alrededor del escenario era bastante menor que antes, los asientos para invitados estaban completamente llenos. El elenco cambió drásticamente para que no volviera a ocurrir un accidente de la última obra debido al error de reparto. El personal anunció que habría muchos personajes famosos en el escenario y parecía que su estrategia estaba funcionando.

Mientras pensaba, caminó hacia la primera fila de la audiencia. Intentó recorrer el lugar y tocar a otros caballeros mágicos, pero, después de todo, Yuno sería el mejor nuevo "anfitrión" para él. Antes, todo fue tan repentino que adoptó una apariencia que le hizo más fácil escapar de Yuno y los demás, pero ahora estaba listo. Simplemente exponiendo a los demás al Pecado Original, podría apoderarse completamente de su conciencia.

—Kishishi~ Ahí está —se burló cuando vio a Yuno y Bell.

Tal y como pensaba, Yuno estaba haciendo guardia justo debajo del escenario igual que antes. Se acercó a él sigilosamente por detrás, acortando con cuidado la distancia mientras ocultaba su presencia. Al igual que los otros espectadores, Yuno miraba el escenario, por lo que necesitó poco tiempo para llegar a su altura. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca como para tocarlo, alcanzó su grimorio de Pecado Original, pero...

—¡¡¡...!!!

Yuno se giró ágilmente y agarró su brazo.

—¡He atrapado al anfitrión del Pecado Original! ¡Rodeadlo! —ordenó.

De repente, la audiencia y los artistas se movieron al mismo tiempo, rodeándolos a Yuno y a él en un abrir y cerrar de ojos.

—¿¡Qu...!? —gritó involuntariamente.

¿Cómo iba a pensar que habría caballeros mágicos escondidos entre la audiencia...? No, toda la audiencia estaba compuesta por caballeros mágicos. Además, todos eran personas que no había visto antes. O llamó a nuevos caballeros mágicos o cambiaron sus rostros con magia. Todos los niños que había en el público habían desaparecido, por lo que debían estar usando magia. El que causó todo esto debía ser...

Evaluando rápida pero meticulosamente la situación, chasqueó la lengua. Yuno lo miró directamente y dijo:

—Ya no es necesario que pretendas ser un niño, Al... o mejor dicho, esencia del Pecado Original.

—Me has pillado... Eres bueno sintiendo magia, así que traté de mantenerme alejado de ti.

El suplantador, Al, parecía tedioso mientras respondía, aparentemente despreocupado por su situación actual.

—Entonces, ¿cómo me descubriste... señor Yuno? —preguntó riéndose inocentemente, manteniendo su apariencia de niño.

(NT: Hemos traducido como "señor Yuno" la expresión "Yuno-niichan", que literalmente sería como "hermano mayor Yuno". Es una forma cariñosa en la que los niños japoneses se dirigen a los adultos, sean estos su hermano mayor de verdad o no. No hay una expresión en español que se ajuste al 100%.)

—Por el dibujo de Silka... —respondió Yuno, ocultando su irritación y atreviéndose a mirarlo con ojos fríos—. Tenías un estuche de grimorio en su dibujo, cuando se supone que hasta los quince años no te dan uno. Un niño como tú no debería necesitar un estuche de grimorio, ¿verdad?

Que dedujera todo eso del dibujo lo inquietó un poco.

Por supuesto, Al no llevaba el estuche de grimorio puesto en ese momento. Por eso, al principio, Yuno pensó que era solo un error que había cometido Silka mientras dibujaba. Aun así, a Yuno le preocupaba porque en el dibujo que Al le dio a Vangeance... no dibujó un estuche de grimorio. Pensó que tal vez Al se había olvidado de dibujarlo, pero si lo había hecho a propósito, entonces eso implicaba algo completamente distinto.

Al suele llevar un estuche de grimorio, pero lo ha escondido.

En otras palabras, Silka había incluido algo en su dibujo que Al no quería que Yuno viera. Sintió como si vislumbrara las verdaderas intenciones de Al. Además, la razón por la que Yami había sentido el ki del Pecado Original en Vangeance era porque tenía el dibujo de Al.

—Hm~ Qué bueno eres... Has llegado muy lejos con tan solo un pequeño... detalle estúpido y trivial. Es prácticamente una coincidencia. Ugh~ Qué mal.

Tal y como dijo el suplantador, su hipótesis se había basado en algo verdaderamente estúpido y trivial. Aun así, una organización ordinaria no se habría movilizado por algo así. Eso es, una organización normal no lo habría hecho.

—Sí... tienes razón. Todos a quienes se les da bien detectar magia estuvieron dispuestos a tomar en serio mi ridícula hipótesis. Cuando se reunieron, pudieron sentir tu maná. —Por ende, pudieron sentir el maná del Pecado Original—. Para atraparte, nos reunimos todos aquí en un tiempo récord. Aunque hayas venido aquí por tu propio pie, preparamos una manera de atraerte.

Incluso los caballeros que acababan de terminar su turno y los que estaban fuera de servicio ese día vinieron a ayudar. Todos estaban más que felices de cooperar con Yuno y corrieron en su ayuda.

—Todos estaban dispuestos a movilizarse por el bien de un solo caballero mágico. Para resolver un solo incidente, todos actuamos como uno solo... Esta es la organización de la que te has convertido tú solo en enemigo —dijo Yuno mientras miraba a cada uno de los caballeros mágicos reunidos allí—. Y el lugar donde decidiste cometer tus malas acciones es el país que los miembros de esta organización arriesgan sus vidas para proteger... ¿Realmente pensaste que te dejaríamos salirte con la tuya?

No hay nada que me haga más feliz que ser parte de los caballeros mágicos y de este país. Las palabras que Yuno había pronunciado ese mismo día volvieron a inundar su cerebro. Mientras amplificaba esos sentimientos dentro de él, le había hecho a Al una declaración contundente.

Ante el espíritu abrumador de Yuno, el suplantador desvió la mirada, sintiéndose ligeramente abrumado. Ahora bien, como para ocultar ese hecho, dijo:

—Já... Ya veo... Bueno, no me importa~ Admito que he sido descuidado. Pensé que podría usar mi estuche de grimorio frente a Silka porque es una niña, pero me la ha acabado liando~ Vaya, realmente cometí un grave error —bromeó frívolamente antes de que su mirada se agudizara—. Si hubiera sabido que esto iba a pasar, la habría matado... Realmente cometí un error gravísimo.

Escucharlo pronunciar palabras tan inquietantes tensó los nervios de los caballeros mágicos que lo rodeaban. Entre ellos, Yuno respondió con ojos tan helados como antes:

—Por cierto, en el momento en que llegaste aquí, creamos una barrera alrededor del escenario. Nadie puede salir y nadie de fuera puede ver lo que está pasando aquí. Incluso si hay otras personas infectadas por el Pecado Original, ni siquiera notarán lo que está sucediendo.

Era cierto. Era posible que hubiera otras personas infectadas por el Pecado Original acechando el evento. Por ello, prepararon medidas de seguridad adicionales. Además, aun estando protegidos por la barrera, si de repente se desataba una batalla en el escenario, los ciudadanos entrarían en pánico. Para evitarlo, aislaron completamente al suplantador dentro de una barrera física y visual.

—Incluso sin esa barrera, estás rodeado. Ríndete en silencio.

Pero, en respuesta a las palabras de Yuno, el suplantador simplemente se puso el dedo índice en la boca y dijo:

—Hm~ Entonces, por el contrario, no tengo que rendirme mientras pueda superaros a todos vosotros y a la barrera, ¿verdad?

—¿¡Eh!? ¿¡Eres tonto!? ¿¡Cómo crees que vas a poder hacer eso!?

Imperturbable por las burlas de Bell, el suplantador examinó ligeramente su entorno.

—No lo sé... Creo que puedo hacerlo si lo intento... —Un brillo malvado iluminó sus ojos—. Soy el primer "Pecado Original", así que puedo hacer muchas cosas~

—¿Eh...?

Un instante después de que Yuno tartamudeara...

—Uoooooooh... ¡Ah... GAAAAAAAAH!

De repente, docenas... no, decenas de docenas de caballeros se agarraron la cabeza como si sintieran dolor.

—¡O-Oye! ¿¡Qué haces!? ¿Por qué has lanzado ese hechi...? ¡AY!

—¡Estúpido! ¡No uses magia a tan gran escala en un lugar pequeño como este!

Esas decenas de docenas de caballeros comenzaron a atacarse entre ellos, como si hubieran perdido totalmente el control de sí mismos.

—¿¡Qué...!?

El suplantador usó la agitación de Yuno como oportunidad para escapar de su alcance y saltó en dirección al escenario.

—Kishishishi~ ¡Ya he roto la primera barrera! Ha sido muy fácil escapar de tu emboscada~

—Idiota... ¿¡Qué has hecho!?

—Pues lo que ves. Simplemente estoy dejando remotamente que sus personalidades y su maná se vuelvan locos. Bueno, esta es magia que solo yo, el original, puedo usar. Solo afecta a personas con la longitud de onda adecuada, pero son incluso más de los que pensé que serían.

Tal y como dijo el suplantador, alrededor de un tercio de los caballeros parecían haberse visto afectados por su magia y empezaron a atacar a su alrededor indiscriminadamente. Con los caballeros restantes intentando desesperadamente detenerlos, parecía una batalla de todos contra todos.

—Kishishi~ Gracias por crear el escenario ideal donde demostrar mis poderes.

Mientras el suplantador decía esto, Yuno pudo sentir que los tentáculos invisibles comenzaban a brotar de su espalda. Se retorcían como serpientes a medida que crecían, balanceándose inquietantemente mientras apuntaban con sus puntas hacia él.

—Conviértete en mi nuevo anfitrión... señor Yuno.

La última batalla con el Pecado Original había comenzado.

—Magia de Viento: Tornado Imponente.

Con la activación de su magia, Yuno generó un campo de fuerza de viento alrededor de los pies del suplantador, erigiendo un tornado hacia el cielo. Este saltó hacia un lado para esquivarlo y envió sus tentáculos desde varios ángulos en un ataque contra Yuno, pero...

—¡UAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaah!

En ese momento, Asta saltó detrás de Yuno, cortando cada uno de los tentáculos que se dirigían hacia su amigo. Yuno desató una serie de diferentes hechizos de viento mientras Asta usaba su habilidad de leer el ki para detectar y golpear los tentáculos invisibles del suplantador. En los pocos minutos transcurridos desde que comenzó la batalla, los dos pudieron mantenerse firmes, pero la batalla estaba estancada. Los otros caballeros estaban concentrados en detener a sus compañeros, por lo que Asta y Yuno eran los únicos dos que podían concentrarse en luchar contra el Pecado Original... Además, era imposible saber cuánto tiempo tardarían los demás en detener al resto de caballeros.

—¿Asta...? ¿No te habías vuelto un anciano senil?

Para distraerse de esos pensamientos negativos, Yuno bromeó con Asta. En respuesta, este apuntó con su espada al suplantador y se rió fuertemente.

—¡No podía quedarme sin hacer nada en una situación como esta...! Y parece que este tío nos lo va a poner difícil —mientras hablaba, el sudor goteaba de su frente, como si se sintiera bajo presión—. ¡Cuando pienso que es un niño, siento que no puedo pelear con todas mis fuerzas...!

—No te preocupes por eso... Puede que parezca un niño, pero por dentro está loco. Piensa que es como tú.

—¿¡Estás diciendo que parezco un niño!?

—¿La parte de que estás majara te encaja mejor?

Su feroz batalla contra el suplantador continuaba mientras bromeaban. Sin embargo, tal y como dijo Asta, no podía evitar contenerse con cada ataque, lo que le estaba impidiendo dar un golpe decisivo. Yuno también estaba usando solamente sus hechizos más débiles. Incapaces de asestar el golpe final, cayeron en un punto muerto. Sabían que no podían seguir así. Cuanto más se prolongara la lucha, más bajas se producirían a manos de los caballeros desatados. Yuno lo sabía, pero no podía evitar contenerse, frustrándose cada vez más.

—Kishishishi~ Parece que te estás frustrando~ ¿Por qué no descansas un poco... y haces un trato conmigo? —dijo el Pecado Original cuando Yuno y Asta lo atacaron juntos, deteniendo su ataque en seco con una sola mano. Por supuesto, todavía estaba en alerta máxima, sin replegar sus tentáculos.

—¿Un trato? —preguntó Yuno entrecerrando los ojos, pero todavía manteniendo la guardia.

—Sí. Liberaré de mi hechizo a todos los caballeros desatados de inmediato y, a cambio... —mientras hablaba, señaló a Yuno y Asta como un niño señalando el juguete que quiere—. Dame tu cuerpo, señor Yuno, o el tuyo, señor Asta. A cambio, liberaré a todos los demás.

—¿¡Estás de coña!? ¿¡Qué clase de trato es ese!? ¡Es absolutamente injusto! —gritó Asta en respuesta.

No obstante, al ver el estado de la batalla que se estaba librando en los asientos de la audiencia, el Pecado Original respondió:

—¿En serio~? Si la batalla continúa prolongándose, a este ritmo, esos caballeros morirán, y uno de ellos podría usar magia lo suficientemente poderosa como para romper la barrera. Si eso sucede, ¡morirán muchos ciudadanos! —al notar el silencio de Asta, el Pecado Original se rió alegremente antes de continuar—. Pero, si alguno de vosotros dos me entrega su cuerpo, los dejaré a todos en libertad. ¿¡No es genial!? Y luego, todo lo que tendréis que hacer es encontrarme de nuevo. Si todo te va bien, ¡incluso podréis recuperar vuestro cuerpo! ¿¡No os parece un trato increíble!?

—...

Seguramente llegará un momento en el que tendrás que tomar una decisión sin que haya una respuesta correcta.

Yuno pudo sentir las palabras de Vangeance de antes llegar desde su pecho hasta su mente. Como caballero mágico, no debía hacer ningún trato con instrumentos mágicos peligrosos y desconocidos. Debía reanudar la batalla inmediatamente y enfrentarse a él con valentía. Sin embargo, el suplantador decía la verdad. Si esta situación continuaba, la gente del pueblo se vería arrastrada a la batalla. ¿No debía un caballero mágico ofrecer su cuerpo para proteger a la gente? No estaba seguro de cuál era la respuesta correcta. Quizás hubiera una respuesta clara en retrospectiva, pero era difícil juzgar qué era lo correcto en el presente. Aun así...

Toma una decisión con la que puedas estar satisfecho...

Esas palabras le parecieron obvias a Yuno. Vangeance, el héroe del Reino del Trébol, le había impartido algo tan "obvio" como si fueran sus palabras de despedida, como si esa fuera la conclusión a la que había llegado después de una larga lucha contra opciones y decisiones. En esta situación, la elección más satisfactoria para Yuno era...

—Vale... Me convertiré en tu anfitrión.

—¡Espera! ¿¡Yuno!? ¿¡Qué estás diciendo!?

Ignorando los intentos de Bell de contenerlo, Yuno dio un paso adelante. El suplantador entrecerró los ojos con sospecha.

—Hm~ ¿De verdad quieres entregarte a mí? No parecías tan interesado en mi trato antes.

En respuesta, Yuno levantó silenciosamente su mano derecha y lanzó un "Tornado Imponente" de máxima potencia hacia el cielo. Esto rompió parte de la barrera, formando un agujero lo suficientemente grande como para que pasara una persona.

—Una vez que me hayas convertido en tu anfitrión, escapa por allí. Hay capitanes afuera, pero si tomas un rehén podrás salir sin problema. Ahora bien, prométeme que devolverás al rehén ileso más tarde.

El rostro de Bell palideció mientras escuchaba. ¿En serio está haciendo un trato con el Pecado Original...?

—Oye... Yuno —mientras Bell estaba congelada por la confusión, Asta miró fijamente la figura de Yuno, que se alejaba mientras hablaba—. ¿Es que se te ha ocurrido alguna idea?

Yuno giró la cabeza sobre su hombro y se detuvo brevemente antes de responder:

—Te dejo el resto a ti... Asta.

Dejando atrás solo esas palabras, caminó lentamente hacia el Pecado Original.

—Kishishi... En realidad, no entiendo lo que acaba de pasar, pero ¡parece que hablas en serio! Te imbuiré una gran cantidad de maná, así que hazlo lo mejor que puedas para soportarlo, ¿vale? ¡Va a ser tan doloroso que querrás morir!

Los tentáculos envolvieron el cuerpo indefenso de Yuno y el suplantador corrió hacia él. De su pecho, sacó su grimorio blanco, el Pecado Original, pero...

—Era broma~

Pasó junto a Yuno, presionando su grimorio sobre el cuerpo de Asta.

—He decidido que no te quiero después de todo, señor Yuno. ¡Usaré al señor Asta como mi nuevo anfitrión!

—¿Qu...? Ah... ¡AAAAAAAAAAAAAAH!

Al tener el grimorio del Pecado Original contra su pecho, Asta gritó mientras su cuerpo convulsionaba.

—Oye... ¡Esto no es lo que hemos acordado! —Yuno gritó desesperadamente, aún sujeto por los tentáculos.

—No me vengas con eso —el Pecado Original inclinó ligeramente su cabeza hacia Yuno y sonrió—. Después de todo, tu plan era engañarme, ¿verdad, señor Yuno? Tu mirada no ha dejado de acecharme. Además, soy el Pecado Original. ¿Cómo quieres que me crea las palabras de alguien que me tendió una trampa tan grande? —respondió con desdén. Luego, miró las dos espadas de Asta, lo que le hizo decir con irritación—: Además, estas espadas... Unos humanos como vosotros no deberíais poseerlas. Las recuperaré. —Luego, se volvió hacia Yuno con una sonrisa—. Por cierto, yo también mentía cuando dije que liberaría a esos caballeros. No deberías hacer tratos importantes como este con un niño, ¿sabes?

—¡...!

Con esas palabras, Yuno bajó la cabeza. Había tomado una decisión con la que podía estar satisfecho. Y esto era solo el resultado de ella.

—Has hecho tan exactamente lo que había planeado que... sinceramente, estoy sorprendido y todo. ¿En serio mi plan va tan bien?

—¿Eh...? —tartamudeó el suplantador ante las palabras que Yuno se acababa de decir a sí mismo.

En ese momento...

—¡Me has hecho daño, imbécil! ¿¡Qué porras te has creído!? —gritó Asta, tras recuperar el conocimiento después de superar el dolor.

—¿Eh...? Espera... ¿P-Por qué no te ha domi...? ¡AGH!

El suplantador se golpeó ligeramente las sienes mientras pensaba mientras Asta sacaba a la fuerza el grimorio del Pecado Original de su pecho.

—¡¡¡Toma ya!!!

Asta usó todas sus fuerzas para atravesar el grimorio con su gran espada. En ese instante, los tentáculos del escenario desaparecieron, y los caballeros desatados perdieron el conocimiento y cayeron al suelo.

—¿Qué...? Espera... Pero... ¿por qué?

El suplantador también cayó al suelo, con los ojos muy abiertos por la sorpresa, incapaz de creer lo que se acababa de desarrollar a su alrededor.

—Ah, ¿no te lo había dicho? —Yuno se acercó a su miserable figura, informándole mientras revolvía el cabello de Asta—. Este tío no ha tenido ni una sola gota de maná desde que nació, así que intentar apoderarte de su cuerpo usando su maná como intermediario, lo más probable es que no te saliera bien. Dicho esto, puedes seguir intentándolo... Bueno, supongo que no me he molestado en explicártelo antes porque eres solo un crío.

—N-No jodas... OH.

El suplantador perdió el conocimiento mientras hablaba. Al ver eso, Yuno suspiró profundamente aliviado antes de gritar:

—Mimosa, por favor cura al Pecado... no, cura a Al. Todos los demás, ayudad a tratar a los heridos... Hemos vencido.

Con esas palabras, todos aclamaron el triunfo. De pie en el escenario, Yuno parecía un héroe que acababa de llevar a sus tropas a la victoria. Realmente no quería toda esa atención... pero estaba feliz de que al final no hubiera habido víctimas.

—¡Oye, guaperas idiota!

—Uh...

Justo cuando Yuno bajó la guardia, Asta lo golpeó en el estómago, haciendo que dejara escapar un ruido extraño. Ignorando el ruido, Asta se acercó enérgicamente aún más a él.

—Has ofrecido tu cuerpo al Pecado Original porque sabías que iba a suceder esto, ¿¡no!?

—Bueno —respondió Yuno mientras se frotaba suavemente el estómago, preguntándose si Asta pretendía que su golpe doliera tanto—, sabía que era un hábil mentiroso, así que si le hacía pensar que estaba tramando algo, tenía el presentimiento de que iría a por ti en lugar de mí.

Pensó que existía la posibilidad de que intentara apoderarse de Asta, quien no tiene magia, y creía que, si creaba una brecha que Asta fuera capaz superar, destruiría el Pecado Original. Se sintió mal por infligir tanto dolor a Asta, pero él está acostumbrado a ese tipo de cosas, así que pudo tomar esa decisión. Gracias a ello, pudieron lograr vencer, pero Asta parecía insatisfecho.

—Vale, pero ¿¡qué habrías hecho si ese tipo realmente se hubiera apoderado de ti!?

—Bueno... Todo lo que habrías tenido que hacer era vencerlo tú, ¿no? —con una leve sonrisa en su rostro, Yuno puso su mano sobre la cabeza de Asta una vez más—. Si se hubiera apoderado de mi cuerpo, no tengo ninguna duda de que habrías encontrado una manera de vencerlo... por eso dije que te dejaba el resto a ti.

Las palabras de Yuno dejaron a Asta aturdido por un momento, pero, en poco tiempo, puso su sonrisa habitual antes de golpear a Yuno en el estómago una vez más.

—¡Cállate, guaperas idiota! ¡No creas que podrás persuadirme con eso!

—Yo no te quiero persuadir de nada. Solo estoy respondiendo a tu pregunta. ¿Y puedes dejar de ser tan violento?

Y así, comenzaron a hacer tonterías como siempre, pero entonces...

—¡Esto... aún no... ha terminado! —una voz emanó del grimorio del Pecado Original que Asta había apuñalado—. ¡¡¡AÚN NO HABÉIS ACABADO CONMIGO!!!

De repente, un ojo dorado apareció en el centro del grimorio y comenzó a moverse por sí solo, desgarrando su propio cuerpo para escapar de la espada de Asta. Voló hacia el cielo, seguido por un rastro de luz dorada mientras se dirigía hacia el agujero que Yuno había abierto antes.

—¿¡Es coña...!? ¡¡¡No sabía que podía hacer eso!!!

—Pues... parece que puede. Pero si fuera tan fácil, lo habría hecho desde el principio. Lo más probable es que esté usando sus últimas fuerzas, por lo que un golpe más debería derrotarlo.

Yuno y Asta siguieron al Pecado Original mientras hablaban, usando la magia de viento de Yuno. En lo que lo perseguían, Asta preparó su espada, cerrando los ojos para concentrarse mientras la sostenía en un costado.

—¡¡¡GUAAAAAAAAAAAAAAAAAH...!!!

Una magia de tono oscuro se elevó desde la mitad de su cuerpo hasta que estuvo vestido con antimagia negra. Luego, se lanzó hacia el Pecado Original.

—¡¡¡Oye, capullo!!! Probablemente no sea el más indicado para decirte esto, pero realmente no sabes cuándo darte por vencido, ¿no? ¡Ríndete! ¡¡¡Aunque yo no sea el más indicado para decírtelo!!!

—Kishishi~ No creas que estoy tratando de... sobrevivir —replicó el Pecado Original amargamente mientras pasaba por el agujero de la barrera, con el ojo del grimorio mirando hacia la capital. De repente, su poder mágico comenzó a aumentar—. ¡Es solo que me niego a morir solo...! ¡Me autodestruiré y me llevaré a toda la ciudad conmigo...!

—¡¡¡Qué dices...!!! ¿¡Y qué ganas con eso!?

—No te preocupes, Asta... no se trata de lo que gana o de lo que pierde. Estoy seguro de que debe tener sus propios motivos para tomar la decisión que ha tomado —declaró Yuno, que ya estaba junto a Asta y el Pecado Original.

—Cállate... —bramó con profundo resentimiento y con los ojos muy abiertos el Pecado Original—. ¡Cállate, cállate, cállate! ¿¡Qué sabrás tú sobre mí!? ¡No sabes por lo que he pasado, así que no hables como si me entendieras!

—No... En realidad no te conozco, pero tú tampoco nos conoces a nosotros. No conoces nuestras circunstancias... No sabes que protegeremos por todos los medios este país y que nunca nos perdonaríamos lo contrario.

Mientras Yuno hablaba, intercambió miradas con Bell y su cuerpo comenzó a atraer el maná de su entorno hacia él. Quedó envuelto en una luz verde pálida. En poco tiempo, un ala de luz fantasmal brotó de su lado izquierdo, y la luz verde envolvió su mano izquierda en un anillo parecido a una corona.

—Asimilación de Espíritu: Inmersión Espiritual.

Al presenciar un poder mágico tan tremendo ante sus ojos, el Pecado Original se quedó paralizado de terror. Incluso los ciudadanos de abajo miraron hacia el cielo, con la boca abierta de asombro.

¡Esta es la culminación de la Magia Espiritual! ¡Solo se alcanza después de una cantidad insondable de esfuerzo...!

El poder mágico en el que estaba revestido Yuno era tan abrumador que forzó esos pensamientos en las mentes de todos los que lo vieron, pero, aun así, la expresión de Yuno parecía un poco triste.

—Eso es, esto es lo que he decidido hacer... Lo siento —con esas palabras, apuntó con su mano izquierda hacia el Pecado Original—. Magia del Espíritu del Viento: Tormenta Espiritual.

—¡¡¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!

Un vórtice de luz explotó con un rugido, abrumando tanto el maná del Pecado Original como sus gritos mientras se dispersaba en el cielo de la Capital Real.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Parece que han podido resolverlo todo sin salir mal parados...

Vangeance caminaba por la plaza, que había recuperado su tranquilidad y vivacidad. No estaba patrullando. Simplemente estaba dando un paseo, queriendo observar los rostros de la gente del pueblo y de los caballeros mágicos divirtiéndose. Pensó que aclarar la confusión que había dejado el ataque y explicar las cosas a la gente del pueblo sería una tarea ardua, pero... las cosas salieron mucho mejor de lo que esperaba. Cuando se supo que el Pecado Original se había colado en el evento, hubo una cantidad considerable de pánico, pero cuando se supo que había sido derrotado, eso proclamó a Yuno y a Asta como héroes, convirtiéndolos en los "héroes que lucharon contra un arma mágica muy peligrosa" para la gente del pueblo. Con eso, las preocupaciones de la gente del pueblo se neutralizaron completamente y se reemplazaron por ovaciones.

Una propaganda así... bueno, ciertamente suena mal, pero era necesaria para reducir el malestar público. Como resultado, la confianza que los caballeros mágicos habían perdido hoy fue completamente restaurada. Después de reparar la zona del escenario, el evento continuó. Pensaron en suspender el festival, pero dado el apoyo del público, decidieron continuar según lo planeado. Como era un evento tan especial, Vangeance decidió que él también quería disfrutar un poco del ambiente del festival. Y así, empezó a caminar solo.

Xeniaxen: Alerta spoilers. Si no habéis visto el arco de los elfos del anime completo, podéis no seguir leyendo este capítulo. Habrá partes que no entenderéis, de todos modos.

Bueno... técnicamente hablando, no estaba solo. Es más, desde el día en que nació, Vangeance nunca ha estado solo.

¿Entonces? ¿Qué piensas después de haber visto el primer Pecado Original?

Esta pregunta estaba dirigida hacia su "alter ego", Patry, con quien comparte cuerpo.

Hm... Fue exactamente lo que me había imaginado.

Después de una breve pausa, Patry respondió desde el corazón de Vangeance. Hacía mucho tiempo que sus almas habían empezado a comunicarse, pero era raro que intercambiaran palabras en público tal y como lo estaban haciendo ahora. No obstante, Vangeance quería hacerle esta pregunta a Patry lo antes posible.

¿Quieres decir que... era uno de los prototipos de un instrumento mágico que los elfos crearon junto a los humanos hace varios cientos de años?

Dentro de su corazón, podía sentir a Patry asentir con la cabeza en silencio.

Aunque... en realidad, hasta que no lo he visto, no me lo he creído. Pensar que uno de los instrumentos mágicos que hicimos trascendió hasta día de hoy, completamente intacto... Además, incluso ha proliferado más en esta época...

Al principio, pensó que alguien simplemente había creado algo similar y lo había puesto a la venta. Ahora bien, a medida que avanzaba la investigación, notó cada vez más similitudes entre el antiguo instrumento mágico que habían construido y el Pecado Original. Hacía solo unos días, cuando Charlotte había hablado con uno de sus huéspedes, esa sospecha se convirtió en convicción.

La persona que se manifestó como primer huésped del Pecado Original se parecía mucho a Dordt, un elfo más joven que participó en la creación del instrumento mágico. Sin embargo, el alma de Dordt no había cuajado dentro del Pecado Original. Más bien, parecía que solo habitaban en él sus pensamientos residuales. En cualquier caso, definitivamente existía una conexión entre ambos.

Vangeance le preguntó a Patry:

Solo quiero confirmar lo que escuché antes, pero, originalmente, el Pecado Original fue creado con fines pacíficos, para aumentar el poder mágico de su propietario en una pequeña cantidad, ¿cierto? Estoy seguro de que su nombre original también era diferente.

Sí. Aunque...

Vangeance sentía un profundo odio e intención asesina en las palabras de Patry.

Hace quinientos años... los humanos nos la jugaron, nos usaron y mataron a todos los elfos. Esos sentimientos de rabia y angustia de ese día debieron de mezclarse con la conciencia residual de Dordt, reemplazando las intenciones con las que se creó originalmente el instrumento por algo mucho más cruel. Parece que tardó bastante en convertirse en lo que era hoy.

Patry estalló de rabia antes de tomarse un breve momento para pensar.

Sin embargo... no sé ni cómo ni por qué revivió Dordt. Probablemente reaccionó al maná emitido por mi reencarnación y la de los otros elfos... En cualquier caso, ciertamente no era mi intención que esto ocurriera.

Entiendo. Por eso cooperaste conmigo, ¿verdad?

Vangeance entendió que el Pecado Original había sido creado por los elfos. Al reconocer lo peligroso que era, decidió tomar medidas inmediatas, llegando incluso a recibir información al respecto por parte de Patry. Una de las medidas que tomó fue la creación de este festival. El Pecado Original buscaba constantemente a los magos más fuertes para usarlos como anfitriones. Consideró que, si creaba una oportunidad para que entrara en contacto con los mejores caballeros mágicos, las personas más fuertes del país, seguramente movería ficha. No obstante, si todo lo que hubiera querido hacer fuera capturarlo, no habría sido necesario actuar de una manera tan indirecta...

En cualquier caso, Vangeance envió palabras de agradecimiento a su corazón.

Gracias por toda tu ayuda, Patry. También me comentaste que si se destruye el primer Pecado Original, entonces todas sus copias, los manuscritos, deberían desaparecer... Aunque creo que continuaremos la investigación para confirmarlo.

Sí. Bueno, eso también es solamente una especulación por mi parte. Creo que debería ser así, pero...

Emociones muy oscuras comenzaron a fluir nuevamente en las palabras de Patry.

Se acerca el día en que se cumpla nuestro tan ansiado anhelo. Antes de que llegue ese día, quiero que se eliminen todas las amenazas que puedan interferir... Por eso cuento contigo.

Sí... lo sé.

Con su breve respuesta, Vangeance sintió que la conciencia de Patry se derretía en su corazón. Se tocó el pecho con la mano y cerró suavemente los dedos en un puño.

"Se acerca el día en que se cumpla nuestro tan ansiado anhelo..."

Lo que significaba que...

—Ah, capitán Vangeance. Gracias por su arduo trabajo hoy.

Justo cuando los pensamientos oscuros amenazaban con absorberlo, escuchó que alguien le estaba hablando. Cuando se dio la vuelta, vio a Yuno, Asta y Bell acercándose a él. Se dio cuenta de que llevaban unos pinceles. Parecía que la clase de dibujo de Yami había reabierto y estaban ayudando allí. Antes de que pudiera responder, Yuno siguió:

—Es posible que ya lo haya oído, pero encontraron a Silka caminando sola y perdida. Ya está a salvo. Al también ha recuperado la conciencia. Aparentemente, lo último que recuerda es haber recogido el grimorio del Pecado Original en el bosque hace unas semanas. Desde ese momento, tuvo la conciencia secuestrada.

—Sí, ya me lo han dicho. Es posible que necesiten atención psicológica después de todo lo sucedido, por eso he dejado instrucciones detalladas para que puedan recibir todo el apoyo necesario.

—¡No esperaba menos de nuestro capi! —al escuchar su respuesta, Bell gritó con admiración—. ¡Estás en todo~! Por cierto, Yuno y yo queremos tener una cita después de esto, así que ¡haz una excepción para que no tengamos que redactar el informe del incidente! ¡Asta ha dicho que él se encarga!

—¡Yo no he dicho eso en ningún momento! ¡Y no lo haría por una razón como esa!  —Asta se la devolvió a Bell sin demora—. De todos modos, ¿qué porras es una cita? ¿Alguien podría decírmelo ya?

Y así, los cuatro continuaron su animado intercambio durante un rato. Bueno, Vangeance se limitó a observar a los otros tres con una sonrisa mientras reanudaba sus pensamientos de antes. La razón por la que atrajo el Pecado Original de la forma en que lo hizo fue para estimular su crecimiento... especialmente el de Yuno. Sabía que el Pecado Original estaba usando a Al como anfitrión, pero lo dejó en libertad para que Yuno pudiera atraparlo. Es consciente de que lo que hizo fue ciertamente peligroso. Por supuesto, estuvo atento para asegurarse de que la gente del pueblo saliera ilesa, pero no podía garantizar que no hubiera daños colaterales.

Sin embargo, a Vangeance no le quedaba mucho tiempo. Con la cantidad limitada de tiempo que tenía, con todas las cosas que aún necesitaba enseñarle a Yuno, no tuvo más remedio que aprovechar esta oportunidad. El beneficio de correr ese riesgo era simplemente demasiado grande para ignorarlo. Al resolver el incidente, Yuno se había vuelto aún más fuerte y había obtenido aún más apoyo de la gente.

Y Vangeance pudo confiarle a Yuno lo que él no había podido hacer. De vez en cuando, uno necesita tomar decisiones con las que pueda estar satisfecho. En realidad, eso era algo obvio. No es algo por lo que se suela necesitar persuadir a otro para que lo haga, pero...

Incluso hasta el último momento, Vangeance no pudo hacerlo. No pudo decidir.

Se discurría entre Patry, el que había convivido con él desde que nació, o Julius, el hombre que le había mostrado cómo vivir la vida. No podía decidir a cuál de los dos elegir. Peor aún, dejaría que fueran ellos dos quienes decidieran. Se consideraba un ser ruin por ello. Por eso no quería que Yuno, el miembro del escuadrón en quien tenía sus mayores esperanzas, pasara por eso mismo. Quería que Yuno viviera su vida en un futuro tomando decisiones por sí mismo, sin arrepentirse de nada.

Fue para transmitir la importancia de esas palabras que le dijo a Yuno algo tan obvio. Estaba un poco preocupado sobre si sería capaz de transmitirle sus sentimientos a Yuno correctamente, pero...

—Yuno... ahora que lo pienso, no te lo he dicho todavía. Has hecho un gran trabajo hoy. Vi cómo se desarrolló la batalla a través de la magia de comunicación de Marx. Has hecho un trabajo realmente magnífico —estas palabras le salieron del fondo de su corazón. Se había dado cuenta cuando había visto a Yuno luchar hoy. El chico había entendido perfectamente lo que le quiso decir, e incluso lo había puesto en práctica. Había podido tomar una decisión tras otra sin arrepentirse y había abierto el camino hacia la victoria en una batalla de lo más desesperada—. Espero con ansias ver cómo triunfas en el futuro... de verdad.

Ver a Yuno hoy llenó de alivio a Vangenace, mientras que, al mismo tiempo, le hizo tener expectativas egoístas para el recién llegado. Quizás, por muy difíciles que fueran las cosas en el futuro, él guiaría al mundo en una dirección positiva. Quizás pudiera lograr el futuro que Vangeance quería crear y no pudo. Quería confiarle a Yuno esos deseos tan egoístas.

—Fue gracias a usted. Todo fue gracias a lo que me dijo, capitán —expuso Yuno con una pequeña sonrisa.

Estaba a punto de dar más detalles, pero...

—Oh, ¡Asta! ¿No es casi la hora del ensayo? —Noelle llamó a Asta, interrumpiendo su conversación.

Espera, ¿todavía quieren continuar esa obra...?, pensó Yuno, con todo lo que aquello implicaba.

—¿¡Ya es la hora!? —gritó Asta, a su lado. Y rápidamente, dejó el pergamino y el pincel que sostenía sobre el escritorio.

—¡Claro! ¡Yuno, ven tú también! ¡Quizás te den algún papel si vienes ahora!

—No contéis conmigo. He de volver a la sede. Tengo que redactar mi informe y prepararme para la próxima misión.

—¿Eh...? ¿En serio? —respondió Asta, con un poco de decepción en su voz.

Yuno quería quedarse un poco más, pero había un montón de cosas que tenía que hacer. No podía posponer sus deberes por motivos personales.

Por otro lado...

—¿Qué, Asta? ¿Me vas a echar de menos?

—¿¡E-Eh!? ¿Por qué te iba a...? Ah...

—No te desanimes... —con una sonrisa provocadora, Yuno continuó—. Ambos vamos por el mismo camino, así que nos veremos pronto.

Ambos competían para ver quién se convertiría en el Rey Mago. Mientras cumplieran su promesa, Asta y Yuno se seguirían encontrando una y otra vez. Y, cada vez, podrían sentir el crecimiento del otro, lo que los inspiraría a hacerse aún más fuertes. Asta y Yuno habían llegado hasta aquí repitiendo continuamente este proceso. De ahora en adelante también seguirían animándose mutuamente de esta manera.

—Bueno... aunque yo estoy bastante por delante. —Y, algún día... Con un sentimiento tan poderoso, Yuno dijo con fuerza—: ¡Yo seré quien se convierta en Rey Mago!

—...

Provocado por las palabras de Yuno, Asta esbozó una sonrisa valiente y chocó los puños con él.

—¿¡Qué!? Ya te he dicho que no estoy decaído, ¡y es obvio que seré yo quien se convierta en Rey Mago! No me importa si estás por delante de mí, superaré mis límites y te atraparé, ¡así que será mejor que estés preparado!

—Si todo lo que haces es seguirme, ¿cómo se supone que vas a adelantarme? Ya sabía yo que eras un poco cortito. Lo único a lo que aspiras es a ser el Rey Moñas.

—¿¡El Rey Moñas!?

Cuando los dos comenzaron sus habituales bromas sin sentido, Noelle se molestó un poco, pero de pronto dibujó una sonrisa de alivio mientras agarraba a Asta.

—Oye... vámonos ya. La capitana Mereoleona nos regañará si no.

—¡Vale! ¡Hasta luego, Yuno!

Con una sonrisa amplia y alegre, Asta se alejó de Yuno corriendo. Yuno también sonrió un poco y bajó la barbilla. Pensó en despedirse de Asta, pero...

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—¡ASTAAAAAA! ¿¡Estabas holgazaneando, verdad!?

Una leona avanzó pisando fuerte y dejando la destrucción a cada paso. Imitando la garra de un león, su magia de llamas se apoderó de la cabeza de Asta.

—¡A-Ay! ¡Espere, ca-capitana Mereleona! ¡Creo que está apretando demasiado! ¡Con esa cantidad de fuerza podría aplastarle la cabeza a alguien!

—¡Uso tanta fuerza como quiero! ¡Es la cantidad de fuerza adecuada para alguien que llega tarde! —gritó Mereoleona antes de apretar los dientes—. Además, ¿¡qué fue lo de esa batalla de antes!? Es cierto que el Pecado Original había tomado la forma de un niño pequeño, pero... ¡habéis sido todos unos cobardes, incluido tú! ¡Estamos a punto de lanzar un ataque sorpresa al escondite del Ojo de la Noche Blanca, pero ya veo que os va a resultar difícil!

—¡No es verdad, capitana Mereoleona! Asta, bueno... ¡lo ha hecho lo mejor que ha podido! —farfulló Noelle, prácticamente en un susurro.

—¿¡Qué dices!? —en respuesta, Mereoleona la miró y gritó—. Especialmente al final, cuando activó la antimagia, ¡fue totalmente inútil! Seguro que es por eso que perdió durante el examen de selección, ¿¡me equivoco!?

*¡CRAC!*

Algo se rompió dentro de Asta. Lo más probable es que las palabras de Mereoleona le rompieran el corazón una vez más. En poco tiempo, estaba volviendo a actuar como un anciano senil, la mirada de vacío regresando a su rostro.

—Ah... es verdad... Yo... no pude pelear contra Yuno durante el examen de selección...

—¡Oiga! —al verlo así una vez más, Noelle comenzó a protestarle a Mereoleona con lágrimas en los ojos—. ¡Le ha roto el corazón otra vez! ¿Qué hacemos ahora?

—¡Muajajaja! ¡Estupendo! Cuando termine este evento, celebraré de nuevo mi campamento de aguas termales, ¡así que me lo llevaré conmigo! ¡Reforjaré el espíritu de este patético novato!

Con el final de esa conversación lejos de ser tranquilo, los tres se alejaron caminando. Con una sonrisa incómoda, Vangeance abrió la boca y dijo con voz grave:

—¿Seguro que va a estar bien...? Parece que va a sufrir bastante, no sé si deberíamos echarle una mano...

—No te preocupes. Aunque esté así, sigue siendo mi rival. Será capaz de superar cualquier dificultad que se interponga en su camino —dijo Yuno sin dudarlo ni un momento. Para él, considerarlo su "rival" tenía mucho significado, así que no había necesidad de involucrarse en los líos de Asta.

—¿En serio? Bueno, entonces supongo que está bien.

Al ver cómo se sentía Yuno, a Vangeance solo se le ocurrió esa respuesta, aunque podía simpatizar con las emociones encontradas que Yuno debía estar experimentando. Entonces, recordó que quería preguntarle algo.

—Ahora que lo pienso, interrumpieron nuestra conversación antes, ¿no? Antes... antes de que esa chica de los Toros Negros comenzara a hablar con tu amigo de la infancia, ¿no estabas tratando de decirme algo?

—Ah, es verdad...

La expresión de Yuno de repente se volvió seria cuando miró a Vangeance a los ojos.

—Tengo una respuesta a su pregunta de antes... cuando preguntó si sacrificaría mi vida o la vida de otro para convertirme en Rey Mago.

—¡Ah! Solo fue una pregunta hipotética, no tienes que...

—Le he estado dando vueltas y, al final, he decidido que no sacrificaría a nadie —respondió Yuno, interrumpiendo las palabras de Vangeance.

—Está bien —Realmente odia perder..., pensó Vangeance mientras seguía preguntando a Yuno—. ¿Y entonces? ¿Renunciarías a convertirte en Rey Mago?

—No —la respuesta de Yuno fue inmediata, pronunciada con claridad y sin desviar la mirada de Vangeance—. Encontraría una manera de convertirme en Rey Mago sin sacrificar a nadie.

—...

El hecho de que la respuesta de Yuno hubiera ignorado por completo el punto de la pregunta dejó a Vangeance sin palabras. No estaba sorprendido. Más bien, simplemente no esperaba escuchar una respuesta así de alguien tan sensato. Sin embargo...

—Ya veo... Esa es la decisión con la que podrías estar satisfecho, ¿verdad?

—Sí.

—Entiendo. Si esa es tu respuesta, entonces espero que la mantengas... Tienes todo mi apoyo.

Cuando Vangeance respondió, pensó en silencio para sí mismo: Para lograr su sueño, estaría dispuesto a conjurar una nueva opción si no le gustara ninguna de las opciones que tiene, y está determinado a hacerlo posible. Lo ha demostrado una y otra vez tanto con sus palabras como con sus acciones. Tal vez realmente pueda construir un mundo... donde todos puedan vivir con una sonrisa en la cara.

No obstante, sabía que confiar sus deseos a Yuno sería demasiado egoísta por su parte. Vangeance era un hombre que había renunciado a tomar una decisión. Si tomaba una decisión, dejaría incontables deudas pendientes y haría que el mundo desapareciera. Por eso no estaba en posición de confiarle nada.

Sin embargo... no, precisamente por eso...

¿Puedo rezar, al menos?

Mientras soñaba que el futuro que Yuno forjaría se superpondría con su propio mundo ideal, el héroe renunciado planteó una pregunta sin respuesta.



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