Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)
Re:Monster
Traducción: Xeniaxen
Traducción: Xeniaxen
Día 582
He obtenido meteoritos de varios tamaños y docenas de insectos de tamaño considerable, pero ningún otro [Monstruo Espacial]. Bueno, no ha salido como esperaba, pero he podido extraer mucho metal meteórico de los meteoritos, y estoy bastante satisfecho con la cantidad y calidad de los insectos. Mientras tanto, también he tenido un golem minando bajo tierra, así que no me ha ido tan mal.
Sin embargo, veo que la probabilidad de cazar un [Monstruo Espacial] es muy irregular, por mucho que insista. El hábitat de estos monstruos es inmenso, y no se les puede pillar por sorpresa fácilmente.
Tras cambiar de idea, tomé un baño refrescante en el magma por la mañana. El huevo de joya todavía flota en mi halo de llamas negras. Parecen gustarle el calorcito, ya que me transmite vibraciones cuando lo hundo.
Desayuné un trozo de Ciempiés de Lava Emperador que había dejado cocinándose ayer en el fondo del manantial de magma. Una extremidad gruesa y grande que parecía una pata de cangrejo. Quedó tan suave y olía tan bien, que me la llevé a la boca sin pensarlo. El caparazón era masticable y el interior, firme y jugoso. Era un poco picante, quizá porque contenía veneno, pero eso le añadía un toque espléndido al sabor. El magma, que inevitablemente quedó adherido a la carne, también le daba condimento. La lava le imbuyó poder mágico natural.
Me lo comí en un abrir y cerrar de ojos. El tamaño de las aguas termales de magma solo me dio para hervir diez, pero fueron suficientes como desayuno.
Comer sumergido en aguas termales está de lujo.
Después de pasar una mañana tan agradable, el lobo de llamas negras y yo partimos del Crematorio de las Plagas. ¿Qué nos deparará el día de hoy?
Día 583
Ayer no pasó nada significativo. Cazamos algunos monstruos mientras avanzábamos en nuestro camino. Por la tarde, llegamos a la villa agrícola cerca de la Capital del Pecado Inmortal. Sus muros tenían tres capas: una pared de madera, otra de tierra y un foso de agua. Allí vivían muchos aventureros, así que había todo tipo de facilidades.
Pagué un poco más de dinero para pasar la noche en una posada cara. El desayuno estaba incluido, así que lo tomé allí. Después de eso, llevé al lobo de llamas negras a dar un paseo corto.
Pasamos por un mercado donde vendían armas y herramientas de calidad para conquistar la Capital del Pecado Inmortal y el Crematorio de las Plagas. Rebuscando entre las gangas, encontré algunos artículos que me llamaron la atención. Negociando bien, podían adquirirse no solo pagando por ellos, sino haciendo un intercambio. Así, saqué algunos artículos que me sobraban e inicié el trueque.
Me centré en artículos que acababa de obtener en el Crematorio de las Plagas. Como los golems mineros pudieron adentrarse bastante en el subsuelo, eran artículos de alta calidad. Los pude cambiar por todos los que quería e incluso algunos más. Se puede decir que hice un buen trato.
Después, algunos comerciantes de la zona se acercaron para venderme más cosas, como si me interesara. La mayoría no insistió mucho porque la presencia del lobo de llamas negras les intimidaba, pero llegó a formarse una muchedumbre a mi alrededor. Los ojos de los comerciantes brillaban como si fueran a cerrar el negocio del año, incluso algunos aventureros querían comprarme armas. Los primeros me ofrecieron sus tesoros secretos como artículos especiales, y los segundos, la sabiduría que habían obtenido al conquistar la Capital del Pecado Inmortal y el Crematorio de las Plagas. Cuando me parecía que tenían algo interesante, entablaba una negociación comercial.
Sin querer, pasó más tiempo del esperado. Alrededor del mediodía, salimos del mercado. De camino al portón de salida, mientras mordisqueaba el caparazón del escarabajo Hector Casco Tesla, me pareció ver una cara familiar. Era un chico, que me miraba ansioso.
¡El aprendiz de chef de avanzadilla del grupo de investigación Código Erudito, al que ayudé en la Capital del Pecado Inmortal! Habían pasado unos cuantos días... ¿Sus compañeros todavía estaban sanando sus heridas? ¿Seguirían con la investigación pronto? En cualquier caso, acababa de ver a alguien conocido, por lo que me aproximé a él para charlar.
El joven aprendiz se puso en guardia. Claro, mi aspecto había cambiado bastante desde la última vez que nos vimos. Aunque mantengo mis rasgos, mi cuerpo ha crecido y, más que nada, el halo de llamas negras a mi espalda da un poco de miedo. Pese a ser un mundo donde una [Evolución] te puede hacer cambiar de raza y de apariencia en poco tiempo, no es muy común. El lobo gris plateado también ha pasado a ser un lobo de llamas negras, que es parecido pero diferente. Era natural que el joven aprendiz no nos reconociera de primeras.
Pero pudimos hablar y al final entendió quiénes éramos. Con una sonrisa feliz, me dijo que al profesor mapache, el líder de Código Erudito, le encantaría verme. Tenía curiosidad por saber qué había sido de ellos después de este tiempo, así que lo seguí obedientemente hasta la posada donde se alojaban. Era otra distinta a la que me quedé la noche anterior, pero también era bastante lujosa.
El profesor mapache y la bruja negra, que ya se habían recuperado, así como otras doce personas desconocidas más, estaban esperando allí. Al parecer, Código Erudito tenía reservada toda la posada. Pese a que habían perdido algunos miembros importantes, esa gente iba a reemplazarlos. Eso demuestra la fuerte capacidad de organización que tienen.
Como era de esperar, tomamos unas copas e intercambiamos nuestras batallitas. El profesor y los demás del grupo inicial, que eran los más experimentados, no tenían mucho nuevo que contar, así que fui yo el que habló más. Creo que al profesor se le da bastante bien extraer información a alguien. Me ofreció licores de varias mazmorras que había conquistado para tirarme de la lengua.
Pese a que retuve algunos detalles importantes, todo lo que les conté fue muy valioso para ellos. Fue una conversación bastante animada.
Antes de darnos cuenta, el sol se estaba poniendo. Se hizo tarde para viajar, así que decidí aceptar la oferta del profesor de quedarme en su posada. Fueron muy amables.
Además, quería que mi siguiente parada fuera la Torre Sagrada Zigrad, así que ir con ellos me venía de perlas. Habíamos quedado en ir juntos si se daba la ocasión, y teníamos la [Llave Secreta del Hambre]. Creo que, de no haber sido por ellos, habría olvidado su existencia.
Día 584
(parte I)
A primera hora de la mañana, nos comimos el desayuno que el aprendiz de chef de avanzadilla y el personal de la posada se esforzaron minuciosamente en preparar. Los miembros de Código Erudito, el lobo de llamas negras y yo partimos plenamente preparados para la jornada que nos esperaba.
Como la Capital del Pecado Inmortal, que era nuestro destino, estaba un poco lejos, usamos el camión golem como medio de transporte. Al ser pocos más de doce, tuvimos espacio de sobras en el camión. Si no, algunos podríamos haber ido a lomos del lobo.
Había mejorado el rendimiento del camión golem y, además, generé algunas bestias de llamas negras para que nos protegieran. Pudimos avanzar sin problemas, esquivando todos los ataques.
El profesor mapache se interesó por la tecnología que movía el camión, así que abrí negociaciones comerciales con él. Me haría muy feliz tenerlo de cliente.
Bueno, dejando eso a un lado, llegamos a la Capital del Pecado Inmortal. Todavía era una zona de peligro, con golems rondando por toda la ciudad, pero después de la Ciudad del Tiempo y la Historia, eso no era nada para mí. Los materiales con los que estaban construidos los golems eran de baja calidad y tenían algunos mecanismos mejorables. Los conocíamos bien.
Desde ese punto, el camión golem era demasiado llamativo, así que nos bajamos y les di a cada uno de ellos un nuevo modelo de tigre golem. El punto débil del profesor y su grupo era su velocidad y agilidad en la huida, así que tomé todas las medidas para que no les volviera a ocurrir lo mismo que la última vez.
Por eso, fabriqué aquellos tigres golem, que tenían la parte superior de un caballero con armadura y la parte inferior de un tigre de unos tres metros. Eran una versión renovada de un centauro, hecha con una aleación de metales mágicos relucientes, negros y plateados.
El grupo se quedó atónito al ver el singular e intimidante tigre golem, pero les ignoré y traté de explicarles su funcionamiento. Tomé al joven aprendiz de chef de avanzadilla para usarlo como ejemplo. Con su corazón palpitando de los nervios, lo subí al primer golem. Entre la parte superior y la inferior del tigre cabía una persona y, una vez sentado, había un mecanismo que se cerraba automáticamente. El aprendiz de chef desapareció. El interior acolchado se expandió, acomodándose a su cuerpo para fijarlo.
Entonces, indiqué al joven que pronunciara la palabra clave “Conexión” para poner en funcionamiento el tigre golem. Al hacerlo, soltó un jadeo de sorpresa, probablemente porque el flujo mágico del golem ya se había conectado a él.
Los preparativos habían terminado. Le pedí que intentara caminar con cuidado. Parecía que el joven lo estaba dominando bien, así que empecé a darle algunas instrucciones más para probar las distintas funciones.
Pilotar el tigre golem es bastante fácil, no tiene ningún truco. Está diseñado para controlarlo mentalmente, ya que se conecta con el físico y la conciencia del portador a través de flujos mágicos. Incluso alguien muy patoso puede controlar fácilmente los movimientos básicos como andar, correr, parar y saltar. Mientras tengas algo de magia restante, el golem hace el resto. Y todos los miembros tenían el suficiente poder mágico para hacerlo.
El resto del grupo también se acostumbró a los tigres golem en pocos minutos. Así, conseguimos que la lenta retaguardia, que solía avanzar más lentamente, pudiera hacerlo a la misma velocidad que la vanguardia. Por su parte, los especialistas en combate a corta distancia, aumentaron su fuerza. Aquellos que destacaban en el juego de pies quizá se vieron un poco obstaculizados, pero aun así, en conjunto tenían una ventaja mayor ahora.
Continuará.
gracias por el capitulo
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