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viernes, 3 de mayo de 2024

Re:Monster - 573 (parte II)




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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 573
(parte II)


Xeniaxen: A partir de aquí el relato es en tercera persona. Había como un salto entre lo que hemos separado como parte I y parte II.

Como el sol brillando en el cielo nocturno, Histoclock giraba lentamente e irradiaba poder mágico dorado a su alrededor. Podía recrear el presente y el pasado, la sabiduría de los emperadores y las civilizaciones dominantes, así como los desastres naturales y las calamidades que las sacudieron.

"¡Uooooooogh!"

"¡Nesh lina malvide hare wa!"

Eran el dragón de múltiples cabezas Ampher Lebron, que en su época destruyó una gran cadena montañosa de un solo aliento, y el rey demonio Void Demon King, que destruyó el imperio enemigo en una sola noche. Histoclock había recreado estos dos poderosos seres que existieron en la antigüedad. Tenían una presencia tan potente que parecían distorsionar el espacio con solo estar allí. El mero hecho de tenerlos delante podía hacer ver su propia muerte a quien los enfrentara. Pero el Rey Lobo Negro no vaciló.

"¡Aúúúú!"

El Rey Goblin Negro y el lobo gris plateado se habían convertido en uno solo, formando el Rey Lobo Negro. Con el engranaje en llamas en la espalda, era de aproximadamente el tamaño de un goblin y dejaba un rastro de llamas negras a su paso, debido a la súper aceleración de las llamas emitidas por sus alas desplegadas y el engranaje en llamas. Miró a sus enemigos con ojos penetrantes. Hacía tiempo que había superado la velocidad del sonido y se había vuelto como una bala de color negro rojizo.

"¡Ooooooooh!"

"¡Wosh ninomo lunakaro!"

Delante de él, los dos paladines embistieron contra el Rey Lobo Negro a su máximo potencia.

Ampher Lebron era un dragón enorme, de más de quinientos metros de largo, con cien cabezas de dragón feroces. De cada una de sus cabezas liberó un [Aliento de Dragón] con un poder mágico ultradenso, lo suficientemente poderoso como para vaporizarlo todo. Duró hasta diez segundos y se convirtió en cien rayos de luz que se esparcieron por toda el área circundante. El aliento dorado barrió el campo de batalla. Quien hubiese allí solo podía rendirse ante la abrumadora destrucción.

Mas el Rey Lobo Negro no se dejó intimidar por tal ataque. Con sus movimientos veloces y la aceleración de una explosión que podría haber destrozado su cuerpo, avanzó a través de los huecos entre los alientos. Cualquier desliz podría haberle hecho desaparecer en un instante, pero el Rey Lobo Negro no se achantó, sino que aumentó su velocidad y precisión.

Poco a poco acortó la distancia, pero Void Demon King le cerró el paso. Medía unos cinco metros, lo cual era pequeño en comparación con el dragón, pero parecía operar con leyes diferentes a las de este mundo. Empezó a concentrar un escalofriante poder mágico en una mano, convirtiéndolo en esferas doradas de aproximadamente un centímetro, y soltó cinco de ellas.

Tan rápidas como un rayo, perseguían al impío Rey Lobo Negro sin escapatoria. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, comenzaron a absorber el espacio a su alrededor como un agujero negro. No solo en una dirección, sino en cinco: delante, detrás, izquierda, derecha y desde arriba. El Rey Lobo Negro al galope se vio absorbido en contra de su voluntad. Era como estar atado por una o varias cadenas de gravedad invisibles. La fuerza de la atracción cambiaba aleatoriamente, y si bajabas la guardia, ni que fuera por un momento, podía incluso arrancarte las extremidades.

Las esferas doradas aspiraban incluso el [Aliento de Dragón]. O bien lo hacían desaparecer, o bien hacían que su trayectoria fuese errática y era imposible anticiparlo. ¿Sería un ataque demasiado mortal para el Rey Lobo Negro?

La combinación de esas dos técnicas superó todas sus defensas. Solo podía intentar esquivarlos, pero resultaba muy difícil hacerlo. La situación para él era aterradora. Daba la impresión de que en cualquier momento perdería la postura y se desvanecería dentro de una de las esferas doradas.

Pero el Rey Lobo Negro tenía un as en la manga.

"¡Jaaa!"

Su lanza carmesí liberó un destello y se oyó algo romperse. De las cinco esferas, cortó por la mitad la más cercana frente a él. Se produjo una explosión dorada, resultante de la liberación de poder mágico condensado, que no generó ningún impacto físico, pero envolvió momentáneamente la figura del Rey Lobo Negro. Fue solo un parpadeo, pero en ese instante ocurrió un gran cambio.

"¡Guau!" (NT: Ladrido.)

Después de que el humo dorado desapareciera, el cuerpo del Rey Lobo Negro se había dividido en tres clones. El principal, con su apariencia original, sostenía su lanza carmesí; a su derecha, una figura angelical llevaba una brillante espada beata blanca; y a su izquierda, una figura demoníaca sujetaba un resplandeciente escudo divino negro.

Había usado la habilidad [Mano Derecha de Ángel y Mano Izquierda de Demonio]. Los tres cuerpos, que tenían las mismas habilidades ocultas que el original y se dejaban guiar por él, avanzaron en formación de flecha. Su objetivo era Void Demon King.

La fuerza gravitacional de las esferas doradas atrajo a los tres clones, pero ellos utilizaron [Aceleración de Fuego] y otras técnicas para superarla. Eran como tres motores a reacción en lugar de uno. La mínima discrepancia les habría hecho perder el control, pero se coordinaron perfectamente con [Culminación de la Armonía].

Como destellos de luz rojos y negros, alcanzaron a Void Demon King en un instante y lo atravesaron con un destello bermellón. Le cortaron e hicieron volar por los aires su brazo derecho, que intentaba evitar el ataque, y su cabeza, que se mantuvo boquiabierta por el asombro.

Antes de que tocaran el suelo, los clones se acercaron al dragón, que todavía lanzaba alientos desde la zaga. Gracias a la distancia, el dragón pudo responder concentrando el aliento de la mitad de sus cabezas en un mismo espacio de unos cinco metros. Un segundo después, un destello dorado con la máxima potencia de fuego arremetió contra los clones. Parecía que iban a desaparecer sin dejar sombra.

El clon con el escudo dio un paso adelante para contener el aliento. El violento torrente de luz dorada cubrió a los tres. Era imposible que una armadura ordinaria bloquease el aliento concentrado del dragón. El sentido común decía que los tres clones ya se habrían convertido en polvo. Sin embargo, la espada divina y el escudo de los clones eran [Espada y Escudo del Dios de la Armonía – Astraquium], obtenidos al derrotar al Antiguo Emperador de los Explosivos, Astraquium, un [Jefe Final] del mismo rango que Histoclock.

No solo no se rompieron, sino que absorbieron del todo el poder mágico del aliento.

"¡Ugh!"

Sacando rédito del enorme suministro de poder mágico, la espada comenzó a brillar con una luz blanca cegadora.

"¡Chas!"

La brillante hoja mágica blanca se extendió hacia el cielo, superando probablemente los treinta metros. El clon angelical la blandió a una velocidad deslumbrante, como si fuera la espada de un gigante. El movimiento pareció atravesar el mundo, creando una grieta en el espacio y dividiendo al dragón de múltiples cabezas por la mitad. El campo de batalla quedó en silencio por un momento, antes de que el dragón desapareciera con una explosión dorada.

Parecía fácil, pero estuvo cerca. Si algo hubiera salido distinto, el resultado habría sido calamitoso.

Los tres clones del Rey Lobo Negro miraron hacia el cielo, agotados por la adrenalina. Histoclock estaba descendiendo debido al uso excesivo del poder mágico. Habían destruido cinco de sus seis lados. ¿Podrían con el sexto?

Procedieron a acercarse a ese ente, pero el minotauro plateado los interceptó.

Histoclock se encajó en el altar dorado, mientras el minotauro lo acometió con su hacha de batalla. Ni la defensa más poderosa del mundo hubiera podido hacer nada contra la fuerza del minotauro. Con solo ese movimiento, atravesó la última de las caras en profundidad, lanzando relámpagos plateados y llamas que la arrasaron. Las grietas en Histoclock se extendieron por todo su cuerpo, dejó de girar y comenzó a temblar. Como si estuviera a punto de explotar, unos rayos de luz brotaron de las aberturas. La oleada de poder mágico que lo acompañó dio a entender que había superado su punto crítico. Era cuestión de tiempo que diera su golpe final.

Frente a ambos, Histoclock explotó. La onda expansiva tuvo un tremendo impacto, tanto físico como mágico.


Continuará.



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