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viernes, 26 de abril de 2024

Re:Monster - 572 (parte II), 573 (parte I)



Aviso que el capítulo 573 estará dividido en cuatro partes, por lo que tardaremos cuatro semanas (contando esta) en tenerlo publicado entero.

-Xeniaxen



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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 572
(parte II)


Tauroshiver es el alter ego o la sombra de un ser que existe en una dimensión temporal diferente. Igual que yo, ha llegado a [Aposento Empíreo del Emperador del Tiempo] para desafiar al Emperador de la Causa y Efecto del Antiguo Pasado, Histoclock. Rara vez aparece algo como Tauroshiver aquí. O, mejor dicho, es un fenómeno con unas condiciones de aparición muy estrictas, por lo que rara vez puede verse.

Bueno, también es raro que alguien llegue a este punto, así que supongo que la información que se tiene de este fenómeno está basada en el progreso de los otros retadores. Según las [Gafas de Astrónomo para Leer las Estrellas], que incluso pueden leer el pasado, solo había aparecido dos veces antes. Fue durante la conquista de un grupo cuyo nombre es bastante gracioso, pero eso no viene al caso.

Si realmente era tan excepcional, entonces supongo que el minotauro y yo teníamos algún tipo de conexión. Incluso podría tener algo que ver con mis recuerdos perdidos. Con esto en mente, lo observé en silencio mientras dirigía más bestias de fuego del engranaje hacia el nuevo arquero gigante dorado.

Me di cuenta que el minotauro podía verme, tal y como yo podía verlo a él. Podíamos cooperar hasta cierto punto. No obstante, la situación cambiaba en cada dimensión. Por ejemplo, los arqueros gigantes dorados estaban en sitios distintos. Aparecían siempre en el mismo lugar, pero se movían dependiendo de nuestras acciones. Así pues, cada batalla era similar pero diferente. No había manera de que pudiéramos coordinarnos al cien por cien.

Aun así, cuando matábamos a un enemigo, este desaparecía del campo de batalla, y como nuestros ataques no se golpeaban entre sí, no teníamos que pensar en los daños colaterales, lo cual era una gran ventaja. Además, ambos compartíamos el mismo enemigo, el Emperador de la Causa y Efecto del Antiguo Pasado, Histoclock, por lo que su presencia me hacía estar más tranquilo.

Sin embargo, eso tiene una desventaja, ya que parece que Histoclock se fortalece cuando el fenómeno del Funcionario Plateado de la Diferencia Horaria está presente. No podía pasarlo por alto, pero tenía la [Intuición] de que cuanto más poderoso fuera, más sabroso estaría su cadáver. Exacto, así que no considero que eso fuera una completa desventaja para mí, tan solo sería un poco más molesto acabar con él.

En cualquier caso, luché contra los arqueros gigantes dorados invisibles, y poco a poco fui reduciendo el número de enemigos. Las [Gafas de Astrónomo para Leer las Estrellas] fueron de gran ayuda. Con solo mirar a mi alrededor, podía encontrarlos fácilmente aunque estuvieran escondidos. Incluso podía ver sus habilidades y qué tipo de seres eran.

Según las gafas, los arqueros gigantes dorados eran fruto de una habilidad de Histoclock, el Emperador de la Causa y Efecto del Antiguo Pasado, que puede recrear cosas del pasado con su poder mágico dorado, llamada [Hora Dorada del Registro Universal – Golden Branding Ark]. Los gigantes se conocen como Paramount Rare y son un [Alter Ego de Héroe].

El Paramount Rare original fue un cazador, pero un día recibió la [Protección Divina] del [Dios del Alter Ego]. Después de varias gestas, se convirtió en un [Héroe] y eventualmente pudo crear hasta 100 clones con las mismas habilidades que él, convirtiéndose en un grupo organizado. Asoló múltiples campos de batalla matando a sus enemigos con los arcos y flechas gigantes.

Su historial de batalla era impresionante, lo que muestra lo poderoso que fue el ahora recreado gigante. Es una lástima que no pueda comerlo, ya que estaría muy rico. Con una mueca en la cara, continué aniquilando a los arqueros gigantes dorados ocultos con el minotauro.

Ya habíamos derrotado a unos mil, cuando repicó una campana. Miré a mi alrededor, preparándome para lo que vendría, cuando de repente noté la manecilla de las horas a mis pies. La hora acababa de cambiar.

Aún estando alerta, una luz dorada cayó del cielo. Estaba imbuida de un denso poder mágico, podía ganar vitalidad simplemente disfrutando de ella, pero al mismo tiempo debía soportar la abrumadora sensación de presión del ser que la emitía. Asfixiado, miré hacia el cielo, buscando la fuente de la luz.

Había una nube espesa, tanto que no se podía ver a través de ella a simple vista. Pero con las [Gafas de Astrónomo para Leer las Estrellas] no solo descubrí que era un tipo especial de nube llamada [Nube Blanca de Transferencia Temporal], capaz de entremezclar el pasado y el presente, sino que también vi lo que escondía.

Un ser emitía una luz dorada desde ella. Era un cubo dorado de unos cinco metros, que giraba lentamente en el aire. Pensé que la forma en que brillaba como el sol era hermosa, pero en el momento en que lo vi, entendí que el cubo era el Emperador de la Causa y Efecto del Antiguo Pasado, Histoclock. Tenía una presencia tan eminente que me provocó escalofríos.

Ver a mi presa naturalmente aumentó mi sed de sangre y me llenó de vigor. Pero la [Nube Blanca de Transferencia Temporal] era una especie de defensa que invalidaba cualquier ataque enviándolo al pasado.

En lo que pensaba cómo podía deshacerme de Histoclock mientras estaba en el cielo, un arcoíris se reflejó en la superficie dorada, dejando ver sus grabados. Variaban según la cara del cubo: en uno había relojes, en otro los símbolos del horóscopo, un calendario y lo que parecía un mapa del mundo. En los dos lados restantes, había grietas profundas en lugar de ornamentos. Como si hubieran recibido el golpe de un hacha de batalla. ¿Se lo habría hecho el minotauro, cuya pelea había empezado antes que la mía?

Me sentí mal por haberme unido más tarde, pero no podía hacer nada, parecía que así es como estaba diseñado.

Entonces uno de los patrones brilló con más fuerza, irradiando el poder mágico dorado de Histoclock y dispersándolo con ferocidad. El siguiente ataque estaba por llegar.

Un escalofrío recorrió mi espalda y rápidamente ordené al lobo gris plateado que se pusiera a correr. Por el rabillo del ojo, vi que el minotauro también saltó inmediatamente hacia atrás y preparó su escudo de torre.

Nuestra decisión había sido la correcta. Justo después, llovieron truenos dorados, una salvaje granizada y vientos malditos. Según las [Gafas de Astrónomo para Leer las Estrellas], que todavía llevaba puestas, era la recreación de un desastre climático real del pasado.

Los tremendos truenos rugían más de una docena de veces por segundo, como en la tormenta imperial producida cuando el Emperador Dragón del Rayo y el Rey Dragón del Martillo Atronador lucharon entre sí. Las enormes piedras de granizo, cada una de más de cincuenta centímetros, eran una recreación del deshielo primitivo, provocado por un estornudo del Rey Gigante del Mar Helado, unos días después de su nacimiento. El viento maldito, que se arremolinaba y consumía vidas, era el de la destrucción del Reino del Viento, nacido de las lágrimas de dolor y odio del Profeta, quien fue decapitado por falsas acusaciones políticas.

Uno solo de estos desastres habría destruido una civilización entera, y tres de ellas podía considerarse una [Calamidad Divina]. Además, no podíamos esquivarlos, ya que cubrían todo el campo de batalla desde el cielo.

Hice girar el engranaje para crear un enorme fuego negro, y liberé innumerables bestias para interceptar todo aquello. Pero el otro lado tenía, con diferencia, mayor potencia. Desvié rayos, derretí bolas de granizo gigantes y disipé parte del viento maldito, pero no fue suficiente. Al igual que los arqueros gigantes dorados, no había manera de reducir los ataques, por lo que lo único que podía hacer era defenderme de ellos.

Por su lado, al minotauro no le dañaban los truenos, sino que lo fortalecían. No pude evitar sentir celos por la forma en que lidiaba fácilmente con los desastres naturales con sus abrumadoras habilidades. Era más fuerte que yo. Pero sería una vergüenza pedirle ayuda, así que decidí que definitivamente mataría y me comería a Histoclock yo mismo.

Dejando de lado mis pensamientos personales, luchar contra un ser que recrea no solo personas, sino incluso episodios climáticos, parecía difícil incluso con un minotauro chetado en quien respaldarme. Dicho y hecho, las batallas con las otras recreaciones se volvieron cada vez más feroces.


Día 573
(parte I)


Cuando Histoclock consumió cierta cantidad de poder mágico dorado, comenzó a descender lentamente. La estructura dorada parecida a un cubo de seis caras se colocó en un altar que emergió del suelo de cristal transparente. Luego, se conectó a una especie de cable, y empezó a repostar más poder mágico.

Era el momento perfecto para atacar, ya que parecía que no podía usar su poder. Sin embargo, las áreas desde las que flanquearlo eran limitadas.

La enorme cantidad de poder mágico que le suministraba la propia Historinor, la Ciudad del Tiempo y la Historia, hacía que solo uno de sus seis costados estuviese desprotegido. El resto estaban bloqueados por barreras mágicas, que se regeneraban al instante si las penetrabas, por lo que debía concentrar mis ataques en el punto débil para destruirlo.

En otras palabras, para derrotar al cubo dorado Histoclock debía repetir el ataque al menos seis veces mientras repostaba. Puede que tuviera más ataques sorpresa, pero por ahora, me centré en acometer contra esa cara del cubo.

En mi quinto ataque, vi que el minotauro iba por el segundo. Cuanto más lo destruíamos, más personajes y desastres climáticos recreaba. Pero le quedaban las horas contadas. Tantas recreaciones lo hacían consumir magia dorada. Ya tenía tomada la medida de magia que producía el descenso. Aun así, mantuve la guardia y me fui alimentando de sus recreaciones mientras luchaba.

Hasta que se volvió de noche. Bajo el glorioso cielo nocturno, el lobo gris, el minotauro y yo estábamos a punto de entrar en la fase final de la batalla contra Histoclock.


Continuará.



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