¡Hooooola otro lunes más! Hoy viene otro capítulo de Black Clover. Espero que os gustase la serie~
-Xeniaxen
Traducción y revisión: Xeniaxen
Traducción y revisión: Xeniaxen
♣ 1a novela: Libro del Toro Tozudo ♣
Capítulo 3:
Los sueños se hacen realidad
En el Reino Noble y el Reino Común hay muchas instituciones educativas conocidas como academias de magia. Están dirigidas principalmente a niños y niñas que aún no han recibido sus grimorios y ofrecen una variedad de formación teórica sobre la magia y práctica, para que perfeccionen sus habilidades.
Sin embargo, no todas las escuelas son iguales. Las escuelas del Reino Noble tienen todos los equipamientos y el personal que deseen, pero cuanto más lejos esté una escuela del Reino Noble, es más probable que no tenga los recursos que necesita. Esto puede parecer despiadado, pero en este mundo donde la magia lo es todo, esa es la cruda realidad. Las escuelas cercanas al Reino Noble obtienen lo que necesitan, y las otras escuelas tienen que improvisar. Esta es la lógica que rige cómo se mantienen las escuelas de esta nación.
—Hmm... A-Antes de que empiece la clase hoy, tengo que deciros algo.
Esta escuela en particular estaba situada en la aldea de Ryakke, en el extremo norte del Reino Común. El Reino Abandonado se encontraba solo un grado más al norte. La aldea casi podría considerarse el límite entre el Reino Común y el Reino Abandonado, pero, aun así, tenía una academia de magia. Según la lógica anterior, esta escuela debía ser la última en obtener materiales, sin embargo...
—Esto... Un caballero mágico vendrá hoy como profesor invitado.
—¡¡!!
Esa mañana, los estudiantes estaban en el aula principal. Su maestro era un joven llamado Harris. Al escuchar tal buena noticia, el aula se puso de cháchara. Era bastante raro que alguien tan importante se molestara en venir a dar una clase en una academia de magia tan lejana como esa. El hecho de que el profesor invitado fuera un caballero mágico, un miembro de una tropa tan heroica, era lo más.
Los caballeros mágicos son un ejército de magos bajo el control directo del Rey Mago. Son una organización autónoma dentro del Reino del Trébol, la piedra angular de la defensa del reino, y los héroes a quienes los ciudadanos de la nación honran y envidian. Son una existencia tan elitista que los estudiantes nunca podrían esperar alcanzar.
—¡Guau! ¿¡Será el líder del Amanecer Dorado, el capitán William Vangeance!?
—¡Sí, hombre! ¡Es imposible que alguien tan increíble como él venga hasta aquí!
—¡Pero si lo dice Elude, quizá sea verdad!
Un niño a quien se podría considerar el líder de la clase, Elude, y dos de sus compañeros empezaron a parlotear. Esto hizo que los demás en el aula hicieran lo mismo.
—¡Ojalá sea el capitán de las Águilas Plateadas, Nozel!
—¡Ya ves! ¡Dicen que es súper guapo!
—Si viene un capitán, yo quiero que sea la capitana de las Rosas Azules: ¡Charlotte!
—¡De eso, nada! ¡Es mejor el capitán Fuegoleon de los Leones Carmesíes!
Aunque vivían en un área remota, escuchaban muchos rumores sobre los caballeros mágicos más famosos. Los estudiantes de entre doce y trece años no paraban de compartir los nombres de los caballeros que admiraban, lo que hacía que el aula estuviera bastante animada.
—Bien... Por favor, entre.
En toda esa conmoción, Harris levantó levemente la voz y llamó a alguien de fuera del aula principal. ¿Por qué evitaba sus preguntas? Por ahora, los estudiantes enmudecieron y centraron sus ojos y esperanzas hacia la entrada del aula.
¡¡PAM!!
La puerta de madera del aula se abrió de una patada y entró un joven con cabello plateado y negro peinado hacia atrás.
—¡Hey!
El joven avanzó con una arrogancia exagerada hacia el frente del pizarrón. Sus gafas de sol de macarra brillaban relucientes.
¡¡PATAPAM!!
Dio un golpe contra el atril.
—¡Soy vuestro profesor invitado, Magna Swing! ¡¡Hoy os haré morder el polvo, chavales, encantado de conoceros!!
—...
¡Este tipo está loco...! Toda la clase quedó petrificada por unos momentos, pero cuando volvieron en sí, eso fue lo que todos pensaron. Harris les había dicho que vendría un caballero mágico, pero la persona que tenían delante era...
—¡¡Hey!! ¡¡Chavales, que estáis sudando de mi cara!!
Un macarra... Además, un macarra un poco anticuado.
¿Qué coño les pasa aquí...?
—Magna, es que has entrado gritando. Siempre lo llevas todo a un extremo. —Mientras que en la clase cada vez había más confusión, se escuchó otra voz procedente de la entrada del aula principal—. Además, cuando actúas así, me haces quedar mal a mí.
—¡Ea, ea! ¡¡Dabuti, jefe!!
Otro hombre entró por la puerta del aula principal mientras Magna lo saludaba con una reverencia. Las expresiones de todos los estudiantes se congelaron una vez más cuando lo vieron. Su aspecto era aterrador en todos los sentidos. Medía al menos 180 cm, su cuerpo rebosaba de músculos y su cuello era increíblemente grueso. Además, su rostro era como el de un presidiario. Si el primer joven parecía un macarra, este era el jefe de la banda. Las pintas de ese tipo tan cuadrado eran de lo peor. Frente a un hombre así, todos los estudiantes agacharon la cabeza en silencio mientras un sudor frío goteaba por sus rostros.
—Tsch. Piensa en los demás antes de actuar. Que soy Virgo, tío. (NT: Yami menciona que es Virgo porque este signo del zodíaco en japonés se escribe con los mismos caracteres kanji que “chica joven”. Entonces, le tira una broma a Magna con doble sentido. Dice de sí mismo que es una “jovencita” y en realidad es todo lo contrario, asustaría a cualquier jovencita, de hecho. Con esto, le está diciendo a Magna que su forma de entrar ha sido demasiado desafiante para los y las jóvenes de la clase.)
Sin preocuparse por cómo esto molestaría a los demás en la sala, Yami encendió un cigarrillo y se paró en el atril con un aire tan intimidante que podía hacer llorar a cualquiera.
Aunque vivían en un área remota, habían escuchado muchos rumores sobre los caballeros mágicos más famosos. En su mayoría, historias sobre los caballeros mágicos con el historial más brillante, como los que mencionaron anteriormente. Sin embargo, naturalmente, también les llegaban los rumores negativos. Y la mayoría de estos se centraban en un solo equipo. El nombre de ese escuadrón era...
—Buenas. Soy el capitán de los Toros Negros, Yami Sukehiro.
Sí, ese mismo. La imagen que los estudiantes tenían de los caballeros mágicos estaba a punto de cambiar por completo.
Yami Sukehiro y Magna Swing. De entre todos los caballeros mágicos (no, de hecho, incluso dentro de los Toros Negros), esos dos eran famosos por tener cara de asesinos. ¿Por qué los habían traído como profesores invitados? El motivo se remontaba a una conversación que tuvo lugar apenas unas horas antes.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
—¿Quieres que vayamos un día a dar clase en una academia de magia del Reino Común?
Después de que Yami les asignara a Asta, Noelle y Luck una misión de conquistar una mazmorra, la guarida recibió una visita inesperada. Yami se sentó en el sofá de la zona común de la base para charlar con él.
—Sí. El Rey Mago nos lo ordenó a Leo y a mí directamente.
El visitante era el capitán de los Leones Carmesíes, Fuegoleon Vermillion. Fuegoleon lo obsequió con licores y dulces y se sentó en un sofá frente a Yami.
—Anda. De coña. Así que te han cambiado de funciones, ¿eh? De ser un noble tieso y aburrido a ser un maestro tieso y aburrido, ¿no? Está de puta madre. Te pega. En realidad, te pega tanto que da miedo. Deberías conseguir una camiseta de esas que llevan los profesores de educación física.
—No sé qué dices, pero... Es una gran oportunidad para interactuar con los niñitos de este país. Tenía muchas ganas de ir, pero... —A diferencia de Yami, que estaba de muy buen humor gracias al licor de Fuegoleon, el propio Fuegoleon parecía serio—. Me han encomendado otra misión que es más urgente. Y tengo que ir con Leo. —Luego, comenzó a sonreír triunfalmente mientras seguía—: ¡Así que puedes estar orgulloso, Yami! ¡El Rey Mago ha decidido que vayáis tú y uno de los miembros de tu escuadrón! ¡Tienes que hacerlo, es una oportunidad única!
—¿¡Qué hablas!? ¿¡Orgulloso de qué!? —en un movimiento bastante inusual en él, Yami escupió su bebida.
—¿¡Por qué no!? ¡Podrás dar ejemplo a los jóvenes tréboles de tres hojas que levantarán el futuro de este país! Me encantaría ir yo y posponer la misión de hoy, pero como no puedo, ¡he tenido que aceptar, entre lágrimas, que te encargues tú!
—¡Vale, pero no! ¡Estoy flipando de que vengas a enmarronarme y te rías de mí en mi cara! ¡Cagüen!
Xeniaxen: Perdón por las palabrotas y sé que os sonarán muy españolas, pero como estoy traduciendo esto sola, me he tomado la libertad de hacerlo así (porque básicamente no domino las expresiones neutras, así que para mí así suena mucho más natural y puedo estar más segura de que tiene sentido). Si algún día recibo ayuda de alguien para neutralizar la traducción, yo encantada de editarla.
NT: En el caso de “Cagüen” es una muletilla que veréis que Yami utiliza a menudo. En inglés dice algo como que está cabreado, que la otra persona lo hace cabrear. Entonces lo he traducido como que maldice, pero en un lenguaje más vulgar, como el resto de su forma de hablar: “Cagüen” = “Me cago en...”.
El hecho de que ese noble tieso y aburrido pudiera encomendarle tal misión con una sinceridad tan asquerosa y no por despecho era una de las cosas que Yami más odiaba de él.
—En serio, ¿cómo crees que puedo ser yo el más adecuado para esa misión? ¿Para qué van a querer los niños aprender algo del peor escuadrón de caballeros mágicos?
—No hay más capitanes libres en este momento.
—Pero si solo es para dar una clase como invitado, ¿para qué necesitan a alguien con el cargo de capitán?
—Cuanto más alto escalamos, más nos separamos del punto de vista de las masas. Es nuestro deber como capitanes compartir a veces sus vidas diarias y escuchar sus voces.
Yami pensó que, si un tipo como ese estuviera en la cima de los caballeros mágicos, seguramente le resultaría muy fácil motivar a los otros caballeros. Sin embargo, prefería evitar que la chispa ardiente de ese tipo se extendiera a otros escuadrones.
—En realidad... hay una razón de peso por la que solo un capitán puede encargarse.
—¿...?
Los detalles que siguieron ciertamente hicieron que a Yami le resultara difícil negarse.
—Bueno, siendo así... Supongo que solo un capitán puede hacerlo.
—Así es. Entonces, ¿lo harás por mí?
—Bueno... Es una orden directa del Rey Mago, así que no puedo negarme.
Conociéndolo, seguro que cuando le dio la orden se imaginó cómo iría la conversación entre Fuegoleon y yo, y seguro que lo hizo sonriendo. ¡Cagüen!
—¡No te enfades! Aunque hubiera habido más capitanes disponibles, ¡yo te habría recomendado a ti para la misión!
—Ah, qué bien —respondió sarcásticamente, pero Fuegoleon no se desanimó.
—¡Siempre sentí que tenías una habilidad especial para enseñar! ¡Por mucho que te quejes ahora, creo sinceramente que lo harás muy bien!
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Y así, nuestra historia regresa al aula.
—E-Emm... Yami... ¿Señor?
En el aula principal dominada por el silencio, Harris habló con voz temblorosa.
—¿Hmm?
Habló porque, después de que Yami se presentara, había escrito “Sala de estudio” en la pizarra y luego se había dejado caer en la silla de profesor. Magna estaba a su lado con un bate en llamas que había sacado de la nada, su Grand Slam, apoyado sobre un hombro. Era como si estuviera intentando afirmar su superioridad sobre el resto de la clase. Realmente parecían un jefe de la mafia y su joven secuaz.
—Esto... ¿Va a empezar la clase?
Con eso, Yami giró la cabeza hacia el pizarrón antes de darle a Harris una mirada de odio.
—Una sala de estudio es un tipo de clase... ¿no?
—Bueno, sí, pero... Ya que tenemos un capitán de los caballeros mágicos aquí, es una ocasión tan especial, que esperábamos que nos contara sus aventuras...
—¿¡Qué!? ¡Capullo! ¿¡Tienes algún problema con el enfoque de la clase de Yami!?
—¿¡QUÉÉÉ!?
Magna golpeó el suelo con su bate, lo que provocó que Harris levantara las manos por reflejo para protegerse la cara.
—¡Escúchame, inútil! Si Yami dice que es blanco, es blanco, ¡aunque sea negro! Si Yami te dice que comas algo, te lo comes si fuera la mejor cosa que hayas probado en tu vida, ¡aunque sea un escarabajo pelotero del Amazonas! A partir de hoy, estas son las reglas de esta clase, ¿¡capichi!?
—Ya te he dicho que gritando así no haces más que dar miedo al personal. ¿Es que no te has enterado, eh? Y, a ver, ¿cuándo te has comido tú un escarabajo pelotero? ¿Va en serio?
Yami agarró la cabeza de Magna y lo levantó fácilmente del suelo con una mano. A los estudiantes, particularmente a Elude, les habría gustado decir muchas cosas, pero, al menos, sabían que la gente normal no amenaza con extorsionar a otros de esa manera.
—Harris te llamabas, ¿no?
Yami arrojó a Magna a un rincón del aula y le lanzó a Harris una mirada penetrante y asesina.
—¿¡Eh!? ¡Sí! ¡Lo siento! ¡Haré lo que sea, por favor, perdóneme...!
¡Oh, no, ahora le va a partir la cara al profe Harris!, pensaron los estudiantes. Internamente, todos rezaban por su alma.
—Supongo que tienes razón. Perdona. Es que es la primera vez que doy clase, así que no sé lo que tengo que hacer. A ver. ¿Qué os parece esto? —Sorprendentemente, Yami escuchó la petición de Harris sin objeciones e hizo que Magna borrara las palabras "Sala de estudio" de la pizarra—. A ver. ¿Alguien quiere preguntarme algo?
Se reclinó en su silla una vez más, pero esta vez parecía como si realmente estuviera interesado en enseñarles, haciendo que los otros estudiantes intercambiaran miradas.
Bueno, tener cara de mafioso no lo convierte en mala persona. No nos ha amenazado a nosotros. Solo ha sido soez con Magna, pero tal vez fue solo para proteger al profe. Tiene que ser peligroso, pero tal vez sea agradable en el fondo, pensó Elude.
Todos los demás también pensaron lo mismo. Como líder de la clase, Elude levantó la mano silenciosamente y preguntó:
—E-Emm... ¿Qué hacen los caballeros mágicos?
En respuesta, Yami sonrió gentilmente y dijo:
—Ajá... Buena pregunta. Bueno, nos damos de hostias con los malos, nos damos de hostias con más malos, y luego nos damos de hostias con más malos... Sí. Eso es más o menos lo que hacemos.
Aunque estaba lo suficientemente dispuesto para empezar la clase... no estaba lo suficientemente dispuesto para hacer mucho más que eso.
—¡Perdone! ¿¡Cuál es la misión más difícil en la que ha estado!?
—¿Nos puede enseñar su magia...?
—¿¡Conoce al Rey Mago, no!? ¿¡Cómo es en persona!?
Puede que no estuviera muy dispuesto, pero el hecho de estar dispuesto a responder sus dudas fue más que suficiente para que todos levantaran la mano y empezaran a preguntar. Después de todo, era raro que un caballero mágico fuera hasta allí. Aunque se tratara del capitán de los infames Toros Negros y un novato engreído, eso no fue suficiente para apagar la curiosidad de los estudiantes.
Yami observó todo el espectáculo con una sonrisa. No lo había pensado antes cuando regañaba a Magna, pero tal vez en realidad le gustaban los niños...
—¡Jajaja! ¡Esto es peor de lo que pensaba! Magna, responde tú.
O tal vez no...
—¡Ea, ea! ¡¡Dabuti!!
Apenas se entiende lo que dice este tío, pensaron los estudiantes.
Por segunda vez ese día, la atmósfera en el aula se congeló. Yami era peligroso, pero al menos los escuchaba. Magna era peligroso y ni siquiera sabían lo que decía. Toda la emoción que los estudiantes sintieron hace unos momentos se evaporó en un instante.
—Oye... Puedes hablar normal ya. Ya me he hecho una idea.
—¿Eh? ¿En serio?
—Sí, bastante.
—Vale...
Después de hablar con Yami, el rostro de Magna se relajó, luciendo mucho menos peligroso que antes.
—¡Lo siento, chavales! La verdad es que acabo de regresar de una misión que enfrentó a enemigos y aliados en una terrible escaramuza, ¡así que estaba un poco nervioso!
¡Eso no hace que te tengamos menos miedo!, pensó Elude para sí mismo.
Dicho esto, Magna se colocó tras el atril con una sonrisa inesperadamente encantadora.
—Bueno, ¿qué era lo que querías saber? ¿Nuestra misión más peligrosa? A ver que lo piense. ¡No sé si fue la más peligrosa, pero en esa misión sangrienta que mencioné antes, me llevé a dos novatos al pueblo de Saussy!
¿Qué...?
A partir de ese momento, Magna respondió francamente a todas y cada una de las preguntas de los estudiantes. Ante un cambio tan repentino, aunque los estudiantes le tenían miedo al principio, poco a poco comenzaron a sonreír. Algunos se asustaron por el cambio repentino, pero...
—Espera, Magna. Como hablas ahora, comparado con cuando hemos llegado, es mucho contraste. Da miedo, tío. Grima, incluso. ¿Estás bien de la chota?
—¡Cabrón! ¡Usted me ha dicho que lo hiciera!
—¿Hmm? ¿Tienes algún problema?
—¡No, no! ¡He sido yo! ¡He sobreactuado un poco!
—Magna... ¿Qué dices?
—¿¡No es eso obvio!? “¡No es molestia! Gracias por sus comentarios”, ¡por supuesto!
—Jajaja. Eres un macarra de manual. ¡Vaya tío!
A medida que interactuaba con los niños, la tensión que antes había llenado el aula disminuyó gradualmente. La peligrosa atmósfera que rodeaba a Yami y a Magna también desapareció. Los estudiantes no podían evitar preguntarse por qué ambos daban una primera impresión de "Te vamos a vender en el mercado negro". Pero esas preguntas quedaron enterradas bajo las divertidas conversaciones que estaban teniendo en ese momento, y la primera lección terminó antes de que nadie se diera cuenta.
Bueno, excepto uno...
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Era hora de la segunda lección.
—Uff... Ah... Oh... Buf...
Después de establecer un vínculo con los estudiantes, salieron al patio trasero de la escuela por sugerencia de Yami.
—Espera... ¿Es coña...? ¡No puede ser!
Todos los estudiantes se habían vestido con ropa deportiva...
—Oye, el chico que acaba de decir que si era coña, cinco vueltas más.
Y estaban corriendo obligados...
—¿Pero qué le pasa? ¿¡Qué pretende con esto!?
—¿¡Dónde se ha visto que los estudiantes tengan que correr una maratón en clase!?
Una vez que Elude y sus amigos abrieron la veda, el resto de clase empezó a quejarse. Sin embargo, les daba demasiado miedo decírselo a Yami directamente, por lo que optaron por criticarlo mientras corrían. En respuesta, Yami lanzó una mirada asesina a los estudiantes y dijo:
—¿No me habéis pedido que os enseñe mi magia? Si resistís el tiempo suficiente, sentiréis que habéis aprendido algo. Como por arte de magia.
—¡No! ¡Magia! ¡Estábamos hablando de magia! ¡No queríamos un entrenamiento físico!
—Callaos. ¿No sabéis que la fuerza de voluntad depende de...? Esto... Depende de la fuerza de vuestro cuerpo.
—¡Creo que me estoy mareando!
—¡Yami, por favor, haga que paren! ¡A este paso los estudiantes van a colapsar! —Al borde de agotar su paciencia, Harris se aferró a Yami con lágrimas en los ojos—. La clase de antes estuvo muy bien. ¿¡Por qué sigue con eso!?
—Primero hay que ganarse la confianza de los demás para que luego cumplan tus órdenes. Deberías anotar eso.
—¡No se puede tratar así a una clase de estudiantes! ¡Así es como convencerías a alguien de cometer un delito! ¡No abuses de mis alumnos de esa manera, por favor!
—Pero mira, algunos lo están dando todo. Mira esa chica rubia con gafas.
Cigarrillo en mano, señaló a una joven que corría a paso constante. Si recordaba correctamente, ella había sido quien le había pedido que les enseñara su magia. No lo recordaba del todo, pero creía que era ella.
—Ah, esa es Allison. Es la mejor estudiante de esta clase... no, de la escuela. —Harris también miró a Allison, y sonó un poco orgulloso al hablar de ella—. Es una estudiante nueva, pero siempre saca las notas más altas y también es muy hábil con la magia. No coopera mucho, lo cual es una pena, pero es una estudiante excelente.
—¿Ah, sí...?
Si tan buena estudiante es... ¿qué hace en una academia de magia tan lejana?
—¡Pero haga que paren, por favor! ¡El resto colapsará si continúan con esto!
—¿¡Qué!? ¡Oye, capullo! Veo que te gusta cuestionar el criterio del jefe, ¿¡no!?
—¡¡Uyyy!!
El profe es un cobarde..., pensaron los estudiantes al ver a Harris ponerse en cuclillas, protegiéndose la cabeza con la cara entre las rodillas, en respuesta a las amenazas de Magna. Mientras tanto, Yami parecía estar sumido en sus pensamientos.
—Bueno, tienes razón. Me metería en problemas si les pasa algo... Después de todo, la parte divertida empieza ahora —dijo Yami de un modo muy siniestro.
Finalmente, les indicó a los estudiantes que no corrieran más.
—Vale. Vamos a jugar a una cosa. Formad parejas con quien os llevéis mejor —ordenó mientras los señalaba.
Todos se apresuraron a formar parejas mientras recuperaban el aliento. Después de confirmar que todos se habían emparejado, Yami exhaló una bocanada de humo antes de decirles:
—Bien. Ahora luchad entre vosotros a muerte.
—¿¡QUÉÉÉÉ!? —exclamaron Elude y los otros estudiantes.
Todos sabían que algo malo se avecinaba, pero no esperaban un combate a muerte.
—No protestéis... ¿Qué pasa, que no queréis luchar a muerte?
—¡Claro que no! ¿¡Por qué cree que querríamos!?
—Bueno, decíais que no queríais correr más, así que...
—¿¡Y eso le hace pensar que queremos matarnos entre nosotros!? ¿¡Está enfermo o qué!?
—¿¡Qué!? ¿¡Yami hace todo lo posible para atender vuestras preocupaciones y así es como le pagáis, mocosos desagradecidos!?
¡¡Ese macarra es un pesado!!
Los estudiantes estaban empezando a enojarse, pero Yami dijo para calmarlos:
—A ver, dije combate a muerte, pero obviamente no quiero que os matéis entre vosotros. Ni mucho menos. —Los estudiantes querían gritar "¿¡Obviamente!?"—. Pero quiero que os lo toméis en serio, como si fuera un combate a muerte de verdad. Id en serio y a por todas, solo así será un verdadero entrenamiento.
Bueno... En eso tiene razón.
Todos estos estudiantes aspiraban a trabajos ajenos al campo de batalla, pero el plan de estudios escolar incluía entrenamiento de combate. Si lo que buscaba era enriquecer ese aspecto de su educación, entonces no tenían quejas...
Elude estaba a punto de aceptarlo, pero en ese momento...
—Además, este combate será especial. —Yami intercambió miradas con Magna. Este creó una gran cantidad de bolas de fuego y se puso a calentar con el bate que llevaba en el hombro—. Si alguien intenta escabullirse, Magna intervendrá y lo educará personalmente, así que podéis estar agradecidos.
—...
Mientras los estudiantes miraban a Magna con terror, este agarró una de sus bolas de fuego...
—¡Vamos, empezad ya, mocosos!
—¡¡G-Guaaaaaaaaaaah!!
Con eso, la segunda lección dio comienzo con la sesión de entrenamiento más rígida nunca vista, con bolas de fuego volando por el cielo. Fue una sesión en la que nadie podía rendirse ni escapar.
—Con esto aprenderéis lo duro que puede ser el ser humano. Ninguno morirá tan fácilmente.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
El recinto escolar quedó cubierto de zonas quemadas. Algunas de ellas todavía estaban ardiendo.
Después de ser obligados a realizar un entrenamiento de combate hasta el final de la clase, todos los estudiantes colapsaron en el suelo humeante, desde donde escucharon hablar a Yami. Por supuesto, aunque pudieran oírlo hablar, sus mentes no estaban en estado de poder procesar lo que les estaba diciendo.
—Así, de ahora en adelante, supongo que... Debéis intentar perseguir cualquier cosa en la vida con esta seriedad. Supongo. Con este mensaje, termina la lección.
—¡Ha sido lo más! ¡No esperaba menos de usted, jefe!
Mientras Yami y Magna hablaban, una chica se acercó a ellos: Allison. Había superado el entrenamiento de combate con facilidad, con una expresión tranquila en su rostro durante toda la prueba. Sin embargo, ahora mismo, miraba fijamente a Yami.
—Con los días que llevaba esperando la visita de un caballero mágico, estoy decepcionada con usted. Por favor, denos una lección propia de un caballero mágico de verdad.
—¡EY! ¿¡Por qué estás tan enojada, chiquita!?
La va a matar...
Allison está acabada...
Mira que yo la admiraba, pero...
Los otros estudiantes murmuraron. Tal y como esperaban, Magna lanzó su bate contra el suelo.
—¿¡QUÉ!? ¿¡¡Insinúas que no somos caballeros mágicos de verdad!!?
Pero entonces Yami le hizo una llave a Magna, agarrándolo por la cabeza y levantándolo del suelo, antes de girarse hacia Allison una vez más.
—Tu nombre era Allison, ¿verdad? ¿Puedes darme un ejemplo de qué lección te gustaría aprender?
—Lo que estaban haciendo antes. Me encantaría hacerles muchas preguntas, que nos cuenten cosas de los caballeros mágicos y los tipos de magia que tiene cada caballero.
—Hmm. Eso suena extrañamente específico. ¿Por qué quieres saberlo?
—Bueno... Por nada en particular. Como mínimo, creo que sería más interesante que estas actividades aleatorias que nos ha hecho hacer. —Ella desvió la mirada de Yami por un momento antes de mirarlo a los ojos una vez más.
—Ya veo. Bueno, tienes razón. La próxima lección puede ser así, pero antes... —Miró a todos los demás estudiantes, que estaban agotados por el entrenamiento—. Chicos, id a lavaros la cara o algo. Estáis todos sucios. Jajaja. Me pregunto por qué.
¡Lo mato!, pensó Elude, aunque estaba seguro de que no era el único que lo pensaba. Sin duda, todos estaban empezando a sentir una emoción distinta al miedo hacia ese tiránico capitán de los caballeros mágicos.
—Descansad un poco. Volved dentro de un rato y reanudaremos la clase.
Después de recibir sus instrucciones, se arrastraron hasta la fuente de agua potable más cercana. Por mucho que quisieran matarlo, su miedo hacia él no había disminuido en lo más mínimo, por lo que ningún estudiante se atrevió a oponerse.
—Por cierto, Allison...
Yami llamó a Allison para que se detuviera.
—Se suponía que la visita de un caballero mágico a la escuela se tenía que mantener en secreto hasta hoy.
—¡...!
Su pequeña figura se congeló ante sus palabras.
—¿Cómo sabías que íbamos a venir?
—¿Tanto importa?
Como para escapar de Yami, Allison se unió al resto de los estudiantes.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Hacía unas horas, en la base de los Toros Negros.
—¿¡Que hay un espía del Reino del Diamante!?
Al escuchar algo así tan repentinamente de Yami, Magna casi deja caer la botella de licor de alta calidad que Yami le había dado antes, la que había recibido como regalo de Fuegoleon. Por cierto, Magna había aceptado ir con Yami como agradecimiento por el licor.
—¿Y el espía del Reino del Diamante está... escondido en la academia de magia de la aldea de Ryakke?
—Sí, ese es el aviso que recibimos. Se suponía que ese noble tieso y aburrido tenía que ir a investigar eso mientras daba clase allí durante el día, pero, al final, nos lo han encargado nosotros —dijo mientras se dejaba caer contra el sofá—. Bueno, la verdad es que hay varios de sus espías dispersos en varias ciudades de varias regiones del reino.
—¿¡En serio!?
—Sí. Después de todo, el Reino del Trébol también lo está haciendo. Nosotros y cualquier país con el que tengamos relaciones hostiles nos monitoreamos mutuamente tanto dentro como fuera del país. Hablamos de lo mucho que nos odiamos, pero no podemos evitar espiarnos los unos a los otros... Como un grupo de adolescentes o algo así.
—¡Perdone, capitán Yami! ¡No he entendido ni la mitad de lo que acaba de decir! ¡Uaaaah, debe ser que soy muy tonto!
—Ah, lo siento. No te tomes tan en serio todo lo que digo. Me haces sentir incómodo.
Dejando de lado esa conversación, la recopilación de información a través de espías, o incluso la difusión intencional de información a otro país, equivalía a un acto de guerra.
—Sin embargo, si intentáramos perseguir a todos y cada uno de esos espías, no tendríamos suficiente gente protegiendo la Capital Real. Es por eso que los capitanes de los caballeros mágicos no suelen encargarse de misiones como esta.
—¿Y por qué le hacen ir esta vez, capitán?
—Porque es el lugar donde está el espía. Y no quieren que acabe siendo una mala influencia para los niños. Ya sabes, los “jóvenes tréboles de tres hojas que levantarán el futuro de este país”.
—¡Ah! ¡Vale, lo pillo! ¿¡Me deja usar esa frase!?
—No. Me la inventé yo, así que es mía. —Yami se imaginó a Fuegoleon poniendo cara de decepción por robarle las palabras, pero no le importó y continuó con su explicación—. Además, las instituciones educativas de las zonas remotas son más útiles de lo que cabría esperar. Si esa escuela tuviera que cerrar debido a rumores desagradables, los niños que ahora estudian allí tendrían que ir a otra escuela más lejana.
Por supuesto, las personas que viven en las afueras del Reino Común no tienen el maná ni el dinero para asistir a una escuela de las áreas más urbanizadas. De lo contrario, no se molestarían en asistir a la escuela de Ryakke. Si esa escuela no existiera, los niños de toda una región no podrían recibir una educación, por mucho que quisieran.
—Además... todavía no tenemos todos los cabos atados, pero la verdad es que, últimamente, la gente del Reino del Diamante ha estado incitando la violencia en varias partes del reino.
—Esos tipos otra vez... ¡Cuánto les gusta invadir nuestro territorio!
—No, bueno... Parece que su motivo esta vez no es invadirnos.
No habían estado atacando las aldeas ni las ciudades, y tampoco habían causado daños en los campos agrícolas. Simplemente se habían infiltrado en varios lugares, dejando rastros de batalla. Es de ser rastreros.
—Bueno, el punto es que no sabemos por qué se han estado moviendo de esa manera, así que para salir de dudas, iremos a comprobarlo.
—Entonces... ¿Qué cree que deberíamos hacer? —preguntó Magna. No le importaban los detalles de la misión, solo lo que debía hacer. En lugar de intentar comprender con firmeza los acontecimientos que condujeron a esta situación, él necesitaba un resumen, algo que simplificara el problema a resolver.
—Veamos... Gracias a Fuegoleon, tenemos una idea de cómo encontrar al espía, pero antes, tenemos que preparar una cosa.
—¡Vale! Entonces, ¡lo buscaremos y le daremos una paliza!
—No tan deprisa. El plan de Fuegoleon era buscar al espía mientras daba la clase.
—¡Entendido! ¡Entonces le daremos una paliza a cualquiera que parezca sospechoso mientras damos la clase!
—No te enteras de nada... Bueno, pero me parece bien que vayas con esa actitud. Si el espía nos ve las intenciones, podría entrar en pánico y cometer un error.
—¡Dabuti! ¿¡Así lo hago bien!?
—Perfecto. Aunque apenas puedo entender lo que estás diciendo.
Yami dejó a Magna practicando ser un macarra, pensando para sí mismo: El espía probablemente se sentirá conmocionado cuando vea aparecer de repente a dos caballeros mágicos. Si lo asustamos lo suficiente, cometerá un error. Es posible que ya sepa de nuestra visita, pero eso nos ayudaría a determinar quién es el culpable. Si a alguien se le escapa, cuando se supone que ha debido mantenerse en secreto, será muy sospechoso.
Sin embargo...
Pero no sé si será suficiente...
Aunque dejaran al espía desconcertado, ¿sería suficiente para pillarlo? No podían dar por hecho que cometería un error. Y, para empezar, Yami no era un gran fan de quedarse quieto y observar.
Aunque no podían hacer nada tan extremo como lo que Magna había sugerido antes, debía haber algo que pudieran hacer para que la misión fuese más divertida... Más bien, algo con lo que todos quedaran satisfechos.
Bueno, ya se me ocurrirá algo sobre la marcha...
Mientras sopesaba sus pensamientos, sacó del estuche de su grimorio el informe de investigación que Fuegoleon le había dado antes y lo hojeó. Contenía información sobre varias personas sospechosas de ser espías del Reino del Diamante, pero...
¿En serio el espía es uno de estos chavales...?
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Regresando a la fuente de la academia de magia, después de la clase infernal de la segunda lección de Yami...
—¡Eres increíble, Allison! ¡No puedo creer que le hayas respondido así al señor Yami!
Una joven con la que Allison casi nunca había hablado le golpeó el hombro mientras decía esto, sorprendiéndola. Si recordaba correctamente, el nombre de la joven era Sheila.
—¿Q-Qué haces? ¿Por qué me has dado un golpe así? ¿Es que no tienes dos dedos de frente...?
—N-Nunca me habían dicho eso después de darle una palmadita en la espalda a alguien, pero... —La extraña respuesta de Allison la desanimó un poco, pero Sheila siguió sonriendo—. ¡Gracias a ti, estoy segura de que el señor Yami nos enseñará cosas guays!
—Supongo...
Tres chicos intervinieron en la conversación. Allison tampoco había hablado mucho con ninguno de los tres, pero estaba bastante segura de que uno de ellos se llamaba Elude.
—Ese tío es un viejo al que le gusta ver a niños pelear hasta la muerte. Es capaz de obligarnos a hacer algo aún más extraño, ahora que lo has replicado.
—¿No lo ves? Ya estamos todos agotados, así que no lo irrites, por favor, ¿vale?
—Es que dónde vas esforzándote tanto en una academia de magia en la frontera del Reino Abandonado... ¿Tan creído lo tienes?
Siguiendo el ejemplo de Elude, los otros chicos culparon a Allison. Sheila respondió enojada:
—¡Os equivocáis! ¡Allison lo ha hecho por nuestro bien! ¡Además, vosotros os estabais quejando del señor Yami desde el principio!
—Pero no lo hicimos delante de él. Es que ella ha ido a buscarlo. ¿A menos que quieras asumir las consecuencias?
Elude sonrió maliciosamente cuando dijo esto, pero ella simplemente lo miró con una leve confusión.
—¿Eh...? Ah, lo siento. No te estaba prestando atención.
—¿¡Y en qué estabas pensando ahora!?
Pensaba en lo típicos que eran ese aspirante a matón y sus títeres. Era como si los hubieran sacado directamente de un libro.
—Oye, nos regañarán si no regresamos pronto.
—¡O-Oye!
A pesar de las súplicas de Elude, ella no se detuvo y se abrió paso audazmente entre ellos.
—¡No nos ignores! ¿¡De qué vas!?
Uno de los amigos de Elude se enfadó con su actitud y trató de agarrar su delgado brazo, pero...
—¿Q-Qué...?
Pensó que la había agarrado, pero ella se movió fuera de su alcance tan fluidamente como el agua, lo que hizo que él se tropezara hacia adelante. Allison continuó avanzando hacia Yami, sin detenerse ni un momento.
—Soy diferente a vosotros.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
—Veinte, veintiuno, veintidós... Está bien, parece que estamos todos. ¿Va en serio? ¿No se ha escapado nadie? Qué pena, tenía un buen castigo preparado...
¡Ni siquiera trata de ocultar sus verdaderas intenciones!, pensó Elude enojado. Yami se sentó en el suelo y puso las manos sobre las rodillas mientras los miraba a todos.
—Muy bien, para la tercera lección, creo que haremos una sesión de preguntas y respuestas como sugirió Allison.
Al escuchar esto, todos suspiraron de alivio. Al igual que Sheila había hecho antes, varios estudiantes miraron a Allison pensando "¡Bien hecho!" y "¡Eres la mejor!". Sin embargo...
—Entonces... —Yami se quitó la túnica de caballero mágico y Magna golpeó su palma con el puño con una expresión cruel en el rostro—. Si tenéis preguntas y sois valientes, venid hacia mí y hacia Magna con todas vuestras fuerzas. Si conseguís darnos un golpe de gracia, responderemos cualquier pregunta.
—¿¡QUÉÉÉ!?
Elude y los otros estudiantes ya sospechaban de las ideas de Yami, pero no pensaban que tendrían que arriesgar su vida por una sesión de preguntas y respuestas.
—Ah, cuando digo un golpe de gracia solo me refiero a un golpe lo suficientemente fuerte como para hacernos morder el suelo.
—¡No, ese no es el problema! ¿¡Q-Qué pasa con sus reglas!? ¡No conocía ese tipo de sesiones de preguntas y respuestas! —Elude no pudo evitar protestar. ¡Hay demasiada violencia en sus lecciones!, pensó. Hizo todo lo posible para advertir a Allison, pero parece que no importaba si provocaban a Yami o no.
—Deja de protestar, chaval. La información no se consigue gratis.
¿Por esto pagamos la cuota para estudiar en esta academia...?, pensaron todos. No parecía que los arrebatos de ese terrible profesor fueran a terminar pronto, por lo que Elude tuvo que elegir sus palabras con cuidado.
—Hm... Por mucho que esta escuela esté en el Reino Común, estamos en la frontera entre el Reino Común y el Reino Abandonado, ¿sabe? Nadie de aquí aspira a convertirse en caballero mágico. Por eso, aunque se esfuerce tanto para enseñarnos, a ninguno le servirá de nada. Creo que está perdiendo el tiempo, señor Yami.
Justo cuando terminó de hablar, codeó a dos de sus amigos y estos le siguieron el rollo.
—E-Es verdad. Tal vez encuentre estudiantes dispuestos a pelear con usted en una escuela más cercana a la Capital Real, ¿pero aquí...?
—A-Además, hemos usado toda nuestra resistencia física y mágica en la última clase... Ya casi no podemos movernos.
Después de escuchar sus opiniones, Magna creó una bola de fuego.
—¡¡Muy bien, he escuchado vuestras preguntas!! ¡Si queréis que te responda, venid a mí!
—¡No, no, no! ¡No nos ha entendido! ¡No eran preguntas! ¡Era nuestra opinión!
—¡Callaos la boca! ¡Dejad de quejaros y atacad ya! ¿¡O queréis que os ataque yo primero, eh!?
Estos tíos... ¿¡Van en serio...!?
Empezaron a sudar a mares mientras miraban al profesor Harris en busca de ayuda. Sin embargo...
—¡Ah, qué inútil soy! ¡Se está cebando con mis alumnos y yo me quedo mirando!
—¡Ayúdenos! ¡Aún puede pararlos! ¡Rescate a sus estudiantes!
—¡VamoooOOOOoooOOOoos!
Mientras Elude instaba a su maestro, Magna se preparó para lanzar sus bolas de fuego, pero...
—Uff... Suficiente. Déjalo ahí —dijo Yami con frialdad, tomando la mano de Magna.
—¿¡Qué!? ¿¡En serio quiere que pare!?
—Sí. Después de todo... —Yami miró a los estudiantes, que parecían querer huir, y con su habitual apatía—: Desde el principio, estos chicos no han parado de poner excusas. Son del tipo de personas que huyen de sus responsabilidades.
Eso dijo.
—...
Sin duda, Yami estaba equivocado... Decir que tenían que pelear con él si querían que respondiera sus preguntas era solo una excusa para acosarlos, ¿no? Era una solicitud irrazonable y tenían derecho a rechazarla.
Sin embargo...
—Creía que podría encender vuestro instinto de lucha si os picaba un poco, pero da igual cuánto lo intente, parece que no tenéis sangre en las venas. Tenéis razón, estoy perdiendo el tiempo.
Todas y cada una de las palabras se clavaron profundamente en el orgullo de los estudiantes. Asistir a una escuela en la frontera del Reino Común era todo un obstáculo social. Aunque quisieran aprender, había un límite en lo que podían aprender en una escuela con tan pocos recursos como esa. No estaba en sus manos.
Ya estaban agotados física y mágicamente, por lo que tenían muchas razones para no luchar contra él. Además de todo eso, su oponente era un capitán de los caballeros mágicos. No iban a lograr asestarle ni un solo golpe. En lugar de eso, simplemente saldrían mal parados. No estaba en sus manos.
No estaba en sus manos. No estaba en sus manos. No estaba en sus manos.
¿Cuántas veces se han dicho a sí mismos que no estaba en sus manos? ¿Y cuántas veces más se lo iban a decir en la vida?
—En realidad, lo supe en el momento en que entré a vuestro aula. Ninguno aspiraba a nada. Todos teníais la mirada perdida.
—¡...!
El problema que estaban ignorando ahora estaba creciendo en sus corazones, aplastándolos con todas las preguntas importantes que siempre habían tratado de evitar.
Por alguna razón, las descuidadas palabras de Yami los habían hecho sentir así a todos.
—Muy bien, entonces volvamos al aula. Podemos pasar el resto del día haciendo la “Sala de estudio” —añadió por si acaso, antes de darse la vuelta y caminar de regreso hacia el edificio de la escuela con Magna a cuestas.
Se marchó.
Sin embargo, los estudiantes eran incapaces de moverse. Todas las veces que habían pensado que “no estaba en sus manos” pesaban ahora sobre ellos, impidiéndoles andar. Habían acumulado doce años de preguntas, pero eso no había sido suficiente para destruir la poca autoestima que les quedaba. Aun así...
¡Aun así...!
FLAS
Una bola de fuego voló sobre sus cabezas mientras permanecían inmóviles por sus problemas. Ardió a una velocidad aterradora hacia la espalda de Yami y estuvo a punto de golpearlo, pero...
—Parece que tenemos a un valiente.
Lo desvió con el dorso de su puño, provocando que se formara un gran cráter en el suelo a varios metros de distancia. En lo que hizo eso, un maná negro parecido a una niebla cubría su mano derecha.
—Parece que, después de todo, mi poder de convicción es lo suficientemente impresionante como para encender el instinto de lucha de alguien.
—He querido hacerlo desde el principio. Estaba esperando el momento perfecto.
Ese ataque fue increíblemente poderoso, pero el hecho de que hubiera sido capaz de desviarlo con sus propias manos también fue sorprendente. Es lo que el resto de la clase pensó con asombro mientras observaban a Yami y a la persona que lanzó el ataque: Allison.
—Esta es mi primera pregunta: ¿por qué es usted tan retorcido, señor Yami? —dijo con una sonrisa beligerante. Cuando vio que su primer disparo había fallado, adoptó rápidamente una postura para poder lanzar un ataque cuerpo a cuerpo.
—No ha sido un golpe de gracia, pero haré una excepción especial y te responderé. Es porque, naturalmente, mis padres me malcriaron por ser tan mono.
Yami se volvió hacia Magna y le entregó su túnica de caballero mágico. Luego cubrió todo su cuerpo con una niebla negra.
—Magna, mantente alerta para que no destruyamos el edificio de la escuela con nuestra magia. Esta niña es bastante fuerte aunque no tenga grimorio.
—¡Sí, señor!
Después de hablar con Magna, Yami le sonrió ferozmente a Allison. Mientras generaba magia para su segundo ataque, respiró hondo y luego gritó:
—¡No eres nada mono!
—¡Cállate! ¡¡Era un Virgo tierno y encantador de niño!!
Con eso, comenzó la tercera clase en la que tenían que luchar sí o sí.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
—Eh... ¿Vamos a luchar contra ellos directamente?
—¿Estás sordo? Les vamos a decir que es un entrenamiento de combate y ya está.
Esta conversación ocurrió justo antes de que comenzara la tercera clase infernal. En ese momento, todos los estudiantes se dirigían hacia la fuente de agua mientras Yami y Magna hablaban en privado.
—Hasta ahora el espía no ha realizado ningún movimiento que lo incrimine. Parece que está intentando pasar desapercibido —Yami comprobó una vez más que nadie los estaba escuchando antes de continuar—. Por eso creo que no pasará nada si continuamos con nuestra estrategia actual de provocarlos y ver qué pasa. Con esto, le estamos dando a nuestro espía una gran oportunidad de revelarse.
—Y... esa oportunidad... ¿implica que luchemos contra los estudiantes en un entrenamiento de combate?
—Sí. No hay nada mejor que ver pelear a un caballero mágico de cerca. Creo que estará más que dispuesto a participar en la pelea si con eso puede recopilar la más mínima información.
Si es lo suficientemente codicioso, podría incluso atacar a Yami y Magna con intención de matarlos. Yami estaba bastante seguro de que no se expondría de esa manera, pero sería interesante... Bueno, más bien, les daría una prueba definitiva de la identidad del espía si lo hiciera. Como mínimo, podría esperar una reacción diferente a la que han tenido hasta ahora.
—Pero, si hacemos eso, ¿no parecerán igual de sospechosos todos los que nos ataquen?
—Oh, no me esperaba nada tan brillante de ti, Magna.
—Jejeje. ¡Pare, capitán! ¡Me está poniendo rojo!
—Uh, bueno... No te estaba elogiando, pero me sorprende tu actitud positiva.
Su actitud positiva era asombrosa, pero no lo estaba elogiando.
—Lo juzgaré cuando llegue el momento. Ya tengo a alguien entre ceja y ceja, y sabré cuáles son sus intenciones observando sus movimientos y respirando mientras luchamos.
Su mirada, su respiración, la forma en que se mueven sus músculos, todo son signos compuestos a través de la energía que emiten todos los seres vivos. La tierra natal de Yami llamaba “Ki” a esta energía. Las intenciones de una persona, cuál es su estado mental, si está en buenas o malas condiciones: leyendo el Ki de alguien, puede percibir todo tipo de información sobre esa persona. No puede leer sus pensamientos, pero sí qué pretende con sus ataques. No importa quién sea o qué forma ataque utilice, tendría que poder discernir la identidad del espía leyendo esas intenciones.
—¡Es el mejor, jefe...! Espere, ¿qué? Entonces, ¿no podría haber leído su Ki desde el principio...?
—Sí, si hubiéramos empezado por esta lección, probablemente habría podido identificar al espía de una.
—¿¡QUÉÉÉ!?
—Pero si hubiéramos intentado obligar a los estudiantes a hacer esto nada más llegar, no habrían estado tan picados como ahora.
Después de atraerlos respondiendo a sus preguntas, obligarles a correr una maratón y hacerles competir en un combate a muerte entre ellos, el descontento de los estudiantes había ido llegando gradualmente a su límite. Yami lo sabía por su Ki.
—¿No crees que la pelea es más divertida habiéndolos enfadado primero, en lugar de hacerlos pelear contra nosotros sin ninguna emoción?
—Hmm, lo siento, capitán Yami... Creo que debo ser muy tonto, porque no lo entiendo.
Él sabía que iban a luchar contra ellos, pero... como antes, tendría que lograr que Yami se lo explicase en términos simples.
—Entonces, lo que tengo que hacer es encontrar al espía, ¿no?
En respuesta a la pregunta de Magna, Yami miró feliz a los estudiantes que regresaban.
—Bueno, mientras tanto.
Mientras tanto... ¿¡qué!?, pensó Magna.
—Bueno... ¡vale! ¡Seguro que tiene un plan súper elaborado! Pero cuando vaya a atrapar al espía, ¡dígamelo, ¿vale?!
—De ninguna manera. Tu cara delataría mis planes.
—¡No, por favor, no me subestime! ¡Cuando el espía se dé cuenta, ya le habré dado una paliza!
—No hace falta que te hagas el listo, por favor... Bueno, sea como sea, si no te mueves cuando llegue el momento, igual molestas, así que te haré una señal.
En ese momento, Allison había regresado pronto y se había sentado a esperar a unos metros de distancia.
—El espía es una persona a quien no se le da bien ocultar sus emociones...
Eso no es una pista de nada..., pensó Magna.
Y así, comenzó el “entrenamiento de combate” que Yami tanto esperaba.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
—¡Y un cuerno, tierno y encantador! ¡Antes tendría que afeitarse esos cuatro pelos de la barba!
—¡Soy un Virgo tierno y encantador con cuatro pelos en la barba! Mi estilo de vida caótico es lo que me hace encantador, ¡cagüen!
Allison desató sus ataques en una sucesión rápida, pero Yami los paró todos. Mientras él acortaba la distancia, Allison corría hábilmente de un lugar a otro, disparando su magia para poder escapar de su alcance. Mientras Magna observaba su llamativa batalla, se convenció de que ella era la espía. Después de todo, simplemente rezumaba ira y hostilidad.
Pero parece que Yami no quiere que me mueva aún... ¿Por qué...?
Yami le daría una señal en el momento que quisiera que usara su atadura. Después de haber estado con él durante todos estos años, Magna no tenía dudas de lo que estaba viendo.
¿Quiere que me quede observando...? ¿O quiere que proteja a los demás estudiantes...?
Echó un vistazo a los estudiantes. No creía que ningún ataque descontrolado fuese a alcanzarlos. Simplemente los estaban viendo pelear a una distancia segura. Ninguno de ellos hizo ningún movimiento que sugiriera que también entraría en la escaramuza. No obstante...
Magna escuchó un pequeño susurro...
—¡No creas que puedes salirte con la tuya...! —Un solo niño, Elude, gritó de repente—. ¡No creas que puedes salirte con la tuya diciendo lo que te dé la gana! ¿¡Qué quieres decir con que teníamos la “mirada perdida”!? ¡Ponte gafas, ciego de mierda!
—¡T-Tiene razón, maldita sea! ¡Tienes pinta de ser un asesino!
—Dices que has intentado picarnos, ¡pero tus clases son una mierda!
Los dos amigos de Elude le siguieron el juego mientras también se preparaban para atacar a Yami.
Debido a ello, el resto de estudiantes empezaron a mirarse entre ellos, y...
—¡¡N-No te creas que tenemos el futuro decidido!!
—¡Eso es! ¡¡Nos esforzamos al máximo cada día!!
Uno detrás de otro, se unieron a la batalla.
—¡No huimos de ninguna responsabilidad! ¡Y-Yo me esfuerzo todo lo que puedo en aprender magia para poder trabajar en la Capital Real y ayudar a mi madre!
—Yo quiero abrir una tienda de flores en la Capital Real, por eso quería hacerles tantas preguntas... ¡Cómo se atreve a decir que pierde el tiempo con nosotros! ¡Es terrible!
Antes de que hubieran pasado siquiera diez segundos, todo el cuerpo estudiantil se unió contra Yami y comenzó una avalancha de ataques contra él.
¡Esto se nos está yendo de las manos!
Todo el espectáculo estaba haciendo sudar a Magna. Esto era lo que Yami buscaba, pero Magna no tenía ni idea de qué hacer. Miró hacia Yami, que ahora era el objetivo de 22 ataques diferentes, en busca de orientación, pero...
—¡Jajaja! No podrás. ¡Antes no le has hecho ni un rasguño a mi bello cutis, y te aseguro que no lo lograrás nunca! Si te rindes, ¡te enseñaré cómo ser tierna y encantadora como yo!
¡Se está divirtiendo!
Parece que solo quiere que observe...
—¡Qué nos importa eso! ¡Enséñenos más sobre los caballeros mágicos!
Allison logró cerrar la brecha entre ella y Yami gracias a todo el apoyo que le brindaron sus compañeros. Le disparó un ataque a quemarropa, pero...
—No~ Y, ¿por qué te interesan tanto los caballeros mágicos, de todos modos? —preguntó Yami mientras contrarrestaba fácilmente su ataque con un gancho de derecha, haciendo que la brecha entre ellos se agrandara una vez más. Justo cuando estaba a punto de dar un paso atrás:
—¡No te contengas! ¡¡Con el siguiente ataque, lo atrapamos!!
Elude disparó contra Yami, dejando su pecho indefenso por un momento.
—¡¡...!!
Allison saltó audazmente hacia Yami y puso todo su maná en su mano derecha.
—¡¡Porque quiero unirme a los caballeros mágicos!!
BAM
Ella lanzó un ataque casi a quemarropa contra su grueso pecho, arrojando su enorme cuerpo varios metros hacia atrás.
—¿¡Yami!? ¿¡Está bien!?
—Claro que no... Me ha quemado un trozo de barba con ese ataque. Era mi principal encanto.
Magna corrió hacia Yami a una velocidad tremenda, pero Yami se levantó de inmediato. No parecía que hubiera recibido ningún daño, pero el ataque ciertamente lo hizo volar y ciertamente lo hizo morder el suelo. En otras palabras...
Los estudiantes estaban en shock, hasta que alguien susurró:
—Lo conseguimos...
—Lo conseguimos... ¡Jajaja, vaya que sí! ¡Lo logramos!
—¡¡Eres increíble, Allison!!
—¡Eres asombrosa! ¡¡Eres realmente asombrosa!! ¡¡Has atacado a un capitán de los caballeros mágicos!!
Los demás se reunieron alrededor de Allison mientras vitoreaban. Sin embargo, la cara de Allison se sonrojó cuando se puso de pie.
—¿A-Acabo de decir que quiero unirme a los c-caballeros mágicos?
—¡Sí! ¡Lo has gritado y te hemos escuchado! ¡Eso explica por qué eres tan fuerte! —dijo Sheila mientras le daba palmaditas en el hombro y la espalda, pero Allison respondió beligerantemente:
—¡¡No, yo no he dicho eso!!
—¡No quieres admitirlo, ¿eh?! No tienes que ocultarlo. ¡Creo que es genial!
—P-Pero... —Allison miró a Elude—. Alguien dijo... que aquí, en una escuela tan remota, nadie aspira a convertirse en un caballero mágico, y que pretender aspirar a ello es ser tonto... Entonces….
—¡Qué...!
Todos miraron a Elude con frialdad, y sus dos amigos se distanciaron rápidamente de él.
—Espera... ¿Elude? ¿De verdad has dicho eso?
—Vaya, eres de lo peor. ¿No te da vergüenza?
—¡Vosotros sois los que deberíais estar avergonzados! ¡De todos modos, no es gran cosa!
—Aun así, no creo que estés equivocado... —dijo Allison con tristeza—. Esta escuela no siempre tiene los materiales necesarios para enseñarme lo que quiero aprender, y hay muchas cosas que nuestros profesores nos dicen que no entiendo... Pero no culpo a la escuela ni a los profes... En un lugar como este, si no ajustas tus sueños a tus posibilidades, simplemente llega un punto en el que te das por vencido...
—...
Las sonrisas que había en los rostros de los estudiantes desaparecieron. La inevitable realidad que se avecinaba borró la euforia que todos sintieron por lo que acababan de lograr. Siendo sinceros, la cantidad de personas que aspiraban a ingresar a los caballeros mágicos después de estudiar en una academia de magia en el Reino Común era insignificante. La mayoría de personas van a la escuela con el objetivo de conseguir un trabajo que sea al menos un poco mejor que el de sus padres o para aprender trucos que les faciliten las tareas del hogar. Sus objetivos están arraigados a su vida cotidiana. Las personas como ellos, que viven en un ambiente tan racional, no aspiran a nada más que eso...
—Aun así...
Fue Allison quien había creado esa atmósfera, pero esta vez miró a todos a los ojos como para borrarla.
—Aun siendo de las afueras, si nos ponemos serios, creo que podemos hacer realidad lo que pensamos que es imposible... Eso creo.
Allison miró fijamente su palma derecha. El calor de su magia y la sensación de logro que sintió en ese momento aún permanecían. Después de reafirmar ese hecho, Alison se volvió hacia Elude.
—E-Es por eso que... por mucho que te burles de mí... voy a unirme a los caballeros mágicos.
—C-Claro. No me voy a burlar de ti por eso...
Después de eso, Allison sonrió tímidamente mientras Elude le dedicaba una sonrisa avergonzada. Mientras los otros estudiantes los observaban, uno por uno, ellos también comenzaron a sonreír. Es posible que esta academia de magia no tuviera los materiales y equipos didácticos que tienen otras escuelas. Sin embargo, no podían permitir que eso fuera una excusa para renunciar a sus sueños y fijarse metas diferentes. La falta de recursos es irremediable, pero aun así pueden trabajar duro. Incluso si su entorno no tiene lo que necesitan, pueden buscar otras alternativas. Siempre tendrán tiempo para rendirse más tarde.
—Bueno... Es un poco molesto que hayamos terminado haciendo lo que ese tipo quería.
Después de que todos empezaran a sentirse un poco más optimistas, Allison se alejó del grupo. No estaba segura de cuándo llegaron allí, pero Yami y Magna estaban sonriendo.
—Pero aun así, gracias, señor Yami. Esto es lo que querías enseñarnos, ¿verdad?
—Sí... —mientras miraba los rostros de todos y cada uno de los estudiantes, Yami dijo en voz baja—. Sí, eso es, eh... Era exactamente eso.
¡Ahora no es momento de hacer como si nada...!, pensó Elude, aunque estaba seguro de que los demás estaban pensando lo mismo.
—Es más, volvamos al aula. Como prometí, tendremos una sesión normal de preguntas y respuestas —dijo mientras giraba hacia la derecha, regresando al edificio de la escuela con Magna.
Aunque parecía totalmente desinteresado, visto desde atrás, parecía tener un aura más amable que antes. Allison se preguntó si solo se lo estaba imaginando.
—No es un tipo común... En realidad, es francamente extraño, pero reconoció nuestro mérito —comentó Allison.
Los otros estudiantes se miraron y, uno por uno, regresaron al aula principal. A diferencia de antes, todos lo hicieron por propia voluntad y con una sonrisa en sus rostros.
—Cállate. Les he dado espacio antes para parecer más tierno. Ya sabes, como cuando las chicas coquetean para que te enamores de ellas.
—Con su cara de demonio, jefe, eso le hace ser más aterrador.
—¿¡QUÉ!? ¿¡Me has llamado demonio!? ¡No me jodas! Al menos dime que tengo cara de REY demonio, ¡oye!
Entonces, Yami le hizo una llave a Magna. Al principio, los estudiantes se aterrorizaban por estos actos de casi asesinato que Yami cometía frente a ellos, pero ahora estaban acostumbrados. Algunos incluso se reían. Aunque algunos se reían nerviosamente.
—De todos modos, no vamos a hacer ninguna otra clase peligrosa hoy... —Aunque la atmósfera era pacífica, Yami se giró descuidadamente—. ¿Podrías dejar de seguirme como si fueras a dispararme en cualquier momento, Harris?
Todos rápidamente voltearon la cabeza para ver hacia dónde miraba Yami. Cuando lo hicieron, vieron que Harris se había metido con indiferencia en el grupo de estudiantes, pero...
—¿Qué...?
Vieron que su grimorio estaba abierto, de tal manera que quedaba oculto.
—En realidad... si disparas tu magia desde ahí, algunos de tus pequeños y adorables estudiantes morirán atrapados en tu ataque.
—¿Q-Qué está diciendo...? Solo pensé que no debía permitir que les pasara nada, así que he abierto el grimorio por si la situación lo requiere...
—Hmmm. Pero la batalla ha terminado. ¿De verdad tienes que ser tan paranoico?
Yami dio un paso más y Harris dio un paso atrás.
El sudor goteaba por la cara de bebé de Harris.
—O espera, ¿has abierto el grimorio precisamente porque la batalla ha terminado? ¿Pensabas que tal vez podrías acabar conmigo mientras te daba la espalda?
—Y-Ya le dije que no sé de qué está hablando. Además, ¡no lo acabo de abrir ahora! ¡Ha estado abierto todo el tiempo por si acaso!
—Pero ahora mismo, es obvio que tienes poder mágico cargado e intención asesina. ¿Por qué?
—¡Eso... eso es porque...!
Los estudiantes no tenían idea de lo que estaban hablando. Sin embargo, lentamente se alejaron de ellos dos cuando sintieron el ambiente turbio.
—Sabes, ocultas tus emociones peor de lo que crees. Desde el momento en que entré a ese aula, pude sentir en ti la sed de sangre.
—¡Y-Ya basta! ¿¡De qué diablos está hablando!?
A diferencia de Harris, que gritaba como si le doliera, Yami mantuvo la calma, pero...
—Estoy hablando de cómo estabas a punto de atacarme y de cómo tus estudiantes habrían quedado atrapados en el fuego cruzado —la voz de Yami también era terriblemente fría.
—¡¡...!!
Harris guardó silencio, como si un espíritu invisible lo estuviera hundiendo. Yami suspiró.
—Sea como sea... Me da igual que intentes matarme, pero... —lanzó una mirada hacia Magna antes de continuar—. ¡No dejaré que estos mocosos se vean atrapados en tus ataques, maldito espía!
—¡¡Formación Sólida de Ataduras de Fuego!! —en el momento en que Yami dejó de hablar, Magna le disparó una bola de fuego a Harris.
—¡¡Ay!!
—¿¡Q-Qué...!?
Sin embargo, Harris esquivó la bola de fuego y trató de agarrar a uno de los estudiantes aturdido por lo que estaba sucediendo: Sheila.
—¡Cuidado!
—¡Uaaah!
Allison disparó un hechizo de fuego a los pies de Harris y aprovechó ese momento para alejar a Sheila de él.
—¡¡Buen tiro, Alli!!
Magna estaba a punto de disparar otro hechizo a Harris mientras, pero...
—¡Maldito cerdo...! ¡¡Deja de moverte!!
—¡Uhh...!
Antes de que pudiera disparar, Harris escapó del fuego mágico de Allison y la agarró de su cabello rubio. Luego le puso un cuchillo de hielo en la garganta.
—¡Capullo! ¿¡Qué crees que estás haciendo!?
—¡No te muevas! ¡Si das un solo paso adelante, le cortaré la garganta!
Para detener los ladridos de Magna, Harris presionó la punta de su cuchillo contra la garganta de Allison. La sangre manó de la herida, haciendo que los otros estudiantes palidecieran y se apiñaran todos juntos. Magna también apretó los dientes y se detuvo en el lugar.
—Oye... Cambiaste de tono demasiado rápido. ¿Qué pasa con tus pequeños y estupendos estudiantes? —el único que mantenía la calma en esa situación era Yami. Cuando dijo eso, el rostro de Harris se torció en una expresión fea.
—Sí. Son estupendos. ¡Han escuchado todas mis lecciones como idiotas, sin siquiera sospechar que soy un espía de una nación enemiga! ¡El hecho de que incluso actúen como rehenes me hace sentir muy orgulloso de ellos! —su personalidad cambió por completo—. Es más, ¿cómo supiste que era yo? Decir que parecía hostil es bastante naif de tu parte, ¿no?
—Hmm... Tengo buen instinto, supongo.
—¿¡Me estás tomando el pelo!?
—Bueno, también fue tu actitud como profesor. No protegiste a tus estudiantes en ningún momento.
Harris miró el rostro de Allison, que estaba distorsionado por el dolor, y maldijo.
—Si fueras profesor... En realidad, si siquiera te tomaras en serio su posición como líder... habrías protegido a los que están debajo de ti de la violencia irrazonable.
—Hablas muy bien... Pero no creo que alguien que usa violencia irrazonable en su día a día deba decir eso —el comentario sarcástico vino de Allison, lo que provocó que Yami se riera.
—¿Qué pasa contigo? ¿Eres un rehén y aun así sueltas bromas?
—Por supuesto. Después de todo, mi objetivo es unirme a los caballeros mágicos. Quizás la situación en sí no requiera bromas, pero que alguien tan torpe como el profe Harris te use como rehén no es tan... ¡Ay!
Harris tiró de su cabello con todas sus fuerzas, interrumpiendo las quejas de Allison.
—No seas arrogante, maldita mocosa. No hay nada que me impida cortarte una oreja o dos.
Le arrancó algunos mechones de pelo de la cabeza, pero eso no fue suficiente para satisfacerlo. Su rostro se distorsionó horriblemente.
—Tus padres son unos nobles caídos, ¿no? Perdieron su lucha por el poder y terminaron aquí, en las afueras. Por eso te mudaste a mitad del año escolar. ¿No es así?
—¡...! —ella miró a Harris con todo el odio que pudo reunir, pero él no le prestó atención y continuó:
—Llegados a este punto, ninguno de tus padres podrá conseguir un trabajo decente, así que decidiste que ibas a dar lo mejor de ti para entrar a los caballeros mágicos, ¿no? Qué mocosa más tonta eres... ¡No puedes ascender arrastrándote desde una escuela de mala muerte como esta!
—¡Capullo...! —Magna no pudo soportar quedarse quieto sin hacer nada, así que iba a moverse, pero Yami le lanzó una mirada que lo mantuvo bajo control.
A Allison ya no le quedaba sarcasmo, sino que ahora tenía la cabeza gacha mientras soportaba el abuso verbal de Harris.
—Bueno, te has esforzado tanto que incluso me has ayudado a organizar mis documentos, así que aprecio ese lado tuyo. Pero qué lástima. ¡Aun así, eso no aparecerá en tu hoja de calificaciones!
—Cállate, im--
—Me da igual. Para ser sincera, mientras te ayudaba, leí en secreto esos documentos para estudiar. Así es como supe que hoy vendría un caballero mágico a enseñarnos.
Al mismo tiempo que Magna comenzó a gritar, Allison lo admitió mientras miraba a Yami. Toda la ira desapareció de su rostro, reemplazada por...
—Además, hablas demasiado. Gracias a tu rollo interminable, está listo —dijo con una mueca de desprecio....
—¿Qué...? ¿Listo, dices?
—Sí. ¿De verdad pensabas que me enfrentaría a ti sin un plan, profe Harris? —habló como para enfatizar cada palabra que pronunciaba, haciendo que el color desapareciera del rostro de Harris.
—¿Qué...? ¿¡Qué has hecho!?
—Mira tus pies. Parece que se van a quemar.
Harris hizo lo que ella dijo y miró hacia abajo. En ese momento...
—Has picado.
Ella usó el espacio que creó para escaparse de sus manos.
—Pero esto es legal.
PAM
Yami se acercó a Harris a una velocidad tremenda y lo golpeó en la cara con un lariat de terrible impulso. (NT: En un lariat, el luchador golpea a su oponente con el brazo extendido en el pecho o cuello para derribarlo, moviendo el brazo antes y después del impacto en una secuencia de bombeo para aumentar la fuerza del golpe.)
—¡Agh!
Antes de que tuviera tiempo de defenderse, el ataque de Yami golpeó a Harris y este rebotó contra el suelo.
—¡¡Formación Sólida de Ataduras de Fuego!!
—¡Ugh!
Esta vez, todo el cuerpo de Harris quedó atado por la magia restrictiva de Magna.
—¡Maldito espía! Cómo te atreves a tratar así a los “jóvenes tréboles de tres hojas que levantarán el futuro de este país”. ¡Prepárate para sufrir lo mismo o más!
—Magna, no te pases. Hay un protocolo para estas cosas.
Yami pateó a Harris mientras decía esto y luego corrió hacia Allison.
—¿Estás bien?
—Sí... aunque he pasado más miedo de lo que creía —Allison se dejó caer al suelo y respondió con una sonrisa irónica mientras sus manos seguían temblando.
—¿Ah, sí...? Bueno, has hecho un buen trabajo resistiendo al miedo así. Buena finta esa.
Magna estaba a punto de moverse, pero Yami le dio una mirada que lo detuvo en seco. Entonces, Yami notó que Allison estaba mirando hacia abajo, y ocasionalmente levantaba la vista hacia él como si tuviera algo que quisiera decirle.
—El contacto visual que estás haciendo también está bien. Después de todo, hay algunas cosas que solo pueden entenderse de jovencita a jovencita. (NT: Recordemos que Yami utiliza la broma del Virgo. Aquí, entonces, dice algo como “de Virgo a Virgo”.)
—No sé de qué está hablando, pero... Me alegro de que todo haya salido bien.
Allison vio a Yami y Magna enviándose señales con la mirada, así que estaba tratando de imitarlos. Solo quería que le devolvieran una mirada igual.
Leer los ojos de otra persona con precisión y replicarlo en el momento perfecto no tenía absolutamente nada que ver con ser una jovencita. Ella lo atribuyó a otra de las rarezas de Yami.
—Bueno, de todos modos, hiciste un gran trabajo. Ganamos con nuestros poderes de jovencita.
—Sí...
De nuevo, ella no entendió a lo qué se refería, pero se sintió bien cuando él puso su mano sobre su cabeza, así que sonrió.
—Entonces... ¿Cómo está nuestro pequeño espía que filtraba información privada a otros reinos? ¿Está muerto?
—¡Todavía patalea! ¿¡Puedo matarlo!?
Yami dejó a Allison con Sheila y caminó pesadamente hacia Harris.
—Mierda... ¡Mierda...! No puedo creer que este par de payasos me hayan atrapado... —Harris apenas estaba consciente y murmuraba incoherentemente para sí mismo. Por supuesto, dado el estado de su mandíbula, era difícil que hablara con claridad.
—¿Quién es el payaso aquí? —Yami agarró a Harris de la cabeza y lo levantó hacia la suya.
—¡¡!!
Luego, liberó una cantidad ridícula de maná de su cuerpo. Este era mucho más nítido y pesado que el maná que liberaba cuando luchó contra los estudiantes. Simplemente no eran comparables. Su gran volumen y densidad eran abrumadores.
—¡A-Ayy!
Expuesto a una cantidad tan concentrada de maná, Harris tembló de miedo. Los estudiantes también se estremecieron. Solo podían imaginar lo que Harris estaba sintiendo en ese momento.
¡Así que este sentimiento abrumador es el verdadero poder de Yami, un capitán de los caballeros mágicos...!
—Los únicos que pueden decidir en qué se convertirán estos niños cuando crezcan son ellos mismos. Ni tú ni nadie puede hacerlo. La próxima vez que digas tonterías como esa, sabrás lo que es llorar de verdad.
—Lo... L-Lo... Lo siento... —eso fue todo lo que Harris pudo reunir antes de perder el conocimiento.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
—La verdad es que nos enviaron aquí para buscar al espía. Perdón por involucraros en todo esto.
Ya habían escoltado a Harris al cuartel general de los caballeros mágicos.
Después de regresar todos al aula principal, Magna y Yami se disculparon una vez más:
—Pero... Por mucho que te disculpes...
—Sí... No sé cómo tomarme todo esto... —dijeron los amigos de Elude mientras el resto de la clase causaba revuelo.
Esas dos personas, que se suponía que eran profesores invitados, en realidad habían venido para investigar a un espía, quien resultó ser su profesor, quien terminó siendo escoltado por otros caballeros mágicos... Era demasiado para asimilar. No era de extrañar que reaccionaran así.
—Bueno, por suerte, no hay nada que sugiera que el capullo de Harris os estuviera dando clases extrañas para recopilar información, y los tipos del cuartel general os compensarán por las consecuencias, así que volveréis a la normalidad pronto. Será mejor que recordéis como una lección un poco más extraña de lo habitual y ahora solo penséis en lo que vais a cenar.
Tiene una forma muy despreocupada de verlo..., pensó Allison. Pero era cierto, no era algo en lo que necesitaban pensar profundamente. No podrían ignorar lo que había pasado hoy tanto como sugirió Yami, pero en realidad era mejor no insistir en ello.
—Dicho esto, ha sido culpa nuestra que os vieseis atrapados en este lío. No debería haber optado por la forma "divertida" de... No, ha sido negligente. Lo siento.
¡Lo acaba de admitir en voz alta...!, pensaron todos. Bueno, no es que hubieran sufrido ninguna herida por la terrible experiencia. Ciertamente había sido una experiencia aterradora, pero no fue traumatizante ni nada por el estilo. A medida que continuaran viviendo su vida, los acontecimientos de hoy se desvanecerían gradualmente en un recuerdo lejano.
—Debería disculparme contigo en particular, Allison. Después de todo, te utilizaron como rehén. Lo siento mucho. ¿De verdad que estás bien?
—Estoy bien... No es nada. Casi ni me ha cortado. De hecho, estoy muy feliz de haber podido experimentar algo fuera de lo común hoy, así que no pasa nada... Pero, si se siente tan culpable, no me importaría recibir una pequeña compensación.
—¿¡QUÉÉÉ!? ¡No te flipes solo porque hemos sido humildes contigo! ¡¡En realidad, no me ha gustado la forma en que le hablabas al señor Yami desde el principio!!
Yami le hizo una llave a Magna y dijo:
—Claro. Probablemente recibas una recompensa más adelante por haber contribuido al arresto de ese espía. Estoy seguro de que os llegará a todos.
La idea de ganar algo de dinero en efectivo hizo que todos comenzaran a sonreír.
—Bueno, también trataré de hablar con los otros capitanes de los caballeros mágicos para conseguir que alguien pueda daros una clase mejor. Estoy seguro de que Fuegoleon...
—¡Pero les queremos a ustedes, señor Yami y señor Magna! —soltó Allison antes de que Yami pudiera terminar su frase—. Si vienen otro día a darnos clase, ¡quiero que sean ustedes!
—¡Yo también! ¡Los queremos a ustedes! —Shiela estuvo de acuerdo de buena gana.
—Bueno... Supongo que me gustaría que fueran ustedes también —Elude también levantó la mano y aceptó.
—¡Yo también!
—¡Su clase dio miedo, pero fue divertido! ¡Por favor, vuelvan!
Finalmente, después de que los dos amigos de Elude se unieran...
—¡La pelea final contra usted fue lo más, señor Yami!
—¡Pero no hace falta que volvamos a correr!
—¿Qué? Casi nunca corremos, yo me lo he pasado bien.
—¡La próxima vez que venga, traiga a más miembros de su equipo!
—¡Sí! ¡Quiero conocerlos!
El resto de la clase también se unió. Al escuchar todo esto y ver las sonrisas en sus rostros, Yami no pudo evitar sonreír un poco.
—Bueno... Me lo pensaré.
Después de eso, el resto del día pasó muy rápido. Tuvieron una sesión normal de preguntas y respuestas. En medio de la pausa para el almuerzo, algunos miembros del personal de la sede vinieron para ocuparse de las consecuencias del caso. Después de traspasarles la información, la misión de Yami y Magna ya estaba completa.
—¡Oh...! Otra cosa. Creo que tenéis mal entendido algo sobre los caballeros mágicos. Hay mucha gente del Reino Común entre nosotros.
Justo antes de irse para regresar a casa, Yami se detuvo en la salida y dijo como si acabara de recordar:
—En realidad, ¡Magna es de un pueblo!
—¡Sí! ¡Soy de la aldea de Rayaka!
—¿¡Qué!?
—Sí, y yo ni siquiera soy de este país.
—¿¡QUÉ!?
Habiendo revelado estos hechos al final, abandonaron el aula con el mismo alboroto que causaron al llegar. Allison tampoco pudo evitar quedarse boquiabierta, en estado de shock. Ciertamente no parecían nobles o miembros de la realeza, pero pensar que eran una combinación de pueblerino y extranjero... Y que un pueblerino y un extranjero estuvieran luchando activamente en el frente de los caballeros mágicos...
—Por eso, no os sintáis mal por venir de una academia de magia de las afueras del Reino Común —Yami miró todas sus caras de sorpresa antes de finalmente posar sus ojos en Allison —. De vez en cuando, no es tan malo enfrentarse a tus miedos. Te lo digo por experiencia.
—¡¡...!!
Los caballeros mágicos son un ejército de magos bajo el control directo del Rey Mago. Son una organización autónoma dentro del Reino del Trébol, la piedra angular de la defensa del reino, y los héroes a quienes los ciudadanos de la nación honran y envidian. Tal vez incluso ellos podrán convertirse en caballeros mágicos algún día. Al final del día, su imagen de los caballeros mágicos había cambiado de esta manera.
—Bueno... Esfuérzate todo lo que puedas.
Los dos responsables de este cambio abandonaron el aula principal...
—¡No...! ¡Un momento!
Bueno... Justo cuando los estudiantes pensaron que se habían ido, regresaron.
—Se supone que teníamos que ocuparnos de las clases de todo un día, así que todavía nos quedan la quinta y la sexta lección.
—¡¡!!
Acababan de recuperar la tranquilidad, pero ahora los rostros de los estudiantes estaban llenos de miedo.
—Vamos a aprovechar esas dos últimas lecciones.
BAM
Magna golpeó su bate contra el suelo y Yami puso una sonrisa feroz, haciendo que todos los estudiantes temblaran de miedo.
—¿Lo hacemos? ¿Nuestra sesión especial de preguntas y respuestas?
—¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!?
—¡¡Venid aquí!!
Con eso, comenzaron la quinta y la sexta lección, en la que tenían que luchar sí o sí.
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