26/01/2016

WCC - Capítulos 18, 19 y 20



Sip, en el día de hoy me alegra comunicarles la incorporación de mi amigo de novelas24 a PrinceScans. Solo con ver la gran cantidad de capítulos que era capaz de sacar semanalmente supe que era un chico muy trabajador, y gracias a él vamos a poder aligerar muchísimo World Customize Creator. Calculamos publicar un mínimo de 2 capítulos por semana. Así que espero que estén contentos por la noticia~ A mí desde luego me hace mucha ilusión que me ayude alguien con la dedicación que él puede tener.

Así que lo que dijo en su blog sobre que no traduciría más WCC fue porque pasa a traducirlo aquí y no allí. ¡Qué bien! *aplausos, aplausos*

Les presento pues a Degel~~~


-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


18

Los padres de Hisotta eran desvalidos. Normalmente, cuando un desvalido da a luz a un niño con artes divinas, lo habitual era que una familia de usuarios de artes divinas lo adoptara. Por otro lado, si una usuaria de artes divinas daba a luz a un hijo desvalido, en la mayoría de los casos, el embarazo se interrumpía al confirmarse, o, si se llevaba a término, entregaban al niño a una familia adoptiva de desvalidos.

Al estar viviendo en las afueras de la ciudad de los usuarios de artes divinas, se consideró que Hisotta, al llegar a la edad adulta, podría integrarse más fácilmente en la sociedad. Por ello, pudo criarse en el barrio de los desvalidos. El carácter algo introvertido de Hisotta se debía a que, siendo la única con el cabello y los ojos verdes entre los desvalidos, le resultaba difícil encajar, y eso le generó problemas de confianza.

Según el sistema de estratificación social basado en artes divinas, los niños heredan el estatus de sus padres hasta alcanzar la mayoría de edad. En el caso de aquellos que tenían artes divinas pero provenían de familias desvalidas, solo ellos recibían un estatus acorde con su tipo.

Tras haber sido seleccionada como subordinada de la Patrulla del Dios Oscuro, uno de los escuadrones de la Patrulla de Palacio, Hisotta logró un sueldo mejor con el que estaba sustentando a sus padres. Ambos habían sufrido lesiones recientemente mientras trabajaban en el rancho y ya no podían ganarse la vida.

Sin embargo, la Patrulla de Palacio estaba formada, principalmente, por una élite de nobles. La selección de Hisotta había sido más una decisión superficial para cumplir formalidades, ya que, en aquel momento, no había nadie más que dominase las artes aéreas de comunicación necesarias en la sala. Su nombramiento había sido un golpe de suerte.

Consciente de que todo podría salir a la luz si Yuusuke lo descubría, y de que la podrían echar de la Patrulla del Dios Oscuro por ello, reunió el valor para confesarle tanto su origen como la situación actual de su familia.

—¿Eso es todo? —con esa sencilla respuesta, Yuusuke zanjó el tema.

Hisotta, que temía las consecuencias de haber ocultado la verdad o esperaba una burla por su familia desvalida, estaba tensa y llena de ansiedad. No obstante, al escuchar el comentario considerado de Yuusuke, quien le dijo: «Debe de haber sido duro», soltó un suspiro de alivio, sintiendo cómo la tensión desaparecía hasta casi desplomarse.

«Él es diferente, al fin y al cabo», pensó.

—Oh, un viajero, ¿eh?

Una vez dentro de la casa de Hisotta, Yuusuke escuchó la historia sobre el joven de antes.

Se hacía llamar Shinja, había llegado en estado grave poco antes del nombramiento de Yuusuke. Había intervenido para salvar a los padres de Hisotta cuando los atacaron unas bestias mágicas en el rancho de morph. Fue durante ese incidente cuando resultó herido.

Shinja era un caso peculiar. Aunque había muchos viajeros errantes como él en este mundo, era inusual que un desvalido, sin la bendición de ninguno de los Cuatro Grandes Dioses, emprendiera un viaje en solitario.

Por si fuera poco, llevaba una espada. En el perímetro de Fonkrank era extremadamente raro ver a un desvalido armado, salvo para cazar. Por ello, muchos consideraban a Shinja un viajero desvalido raro y sospechoso.

Los padres de Hisotta no tenían dinero suficiente para contratar a un médico especializado en artes acuáticas curativas, ni había quien estuviera dispuesto a desplazarse al barrio de los desvalidos para atender a alguien tan inusual. Por ello, decidieron ofrecerle cobijo en su casa hasta que se recuperara, algo que él aceptó agradecido.

—¿Es una espada de verdad?

—Sí... claro. ¿Por qué? ¿Te incomoda?

Shinja preguntó si Yuusuke estaba preocupado por el hecho de que él estuviera armado. Para los usuarios de artes divinas, los desvalidos eran seres inherentemente impotentes, y así es como debía ser. Este pensamiento estaba aún más marcado en un país con una larga historia de estratificación como Fonkrank.

Como miembro de la guardia del palacio y, además, como un soldado de élite reconocido como un héroe, no era raro pensar que Yuusuke no podría ignorar la presencia de un viajero desvalido armado dentro de la capital. Sin embargo...

—No. Es solo que nunca había visto una espada de verdad —fascinado por lo inusual de aquella espada, respondió sin tapujos.

Shinja lo observó con desconfianza. Aquel chico de cabello negro no parecía querer indagar en nada en particular, pero había algo en su actitud que lo diferenciaba profundamente de los demás.

—Gracias por cuidar siempre de mi hija —intervino la madre de Hisotta, entrando en la estancia con una bandeja en las manos.

—Gracias, muy amable —Yuusuke aceptó una taza de té y dio un sorbo sin dudar.

Fue en ese instante cuando Shinja comprendió la razón de la extraña sensación que había tenido. Yuusuke acababa de mostrar respeto hacia una anciana desvalida, y bebió sin vacilar el té barato que le había ofrecido. No mostró ningún tipo de prejuicio. Carecía completamente de esa superioridad inherente que casi todos los usuarios de artes divinas solían sentir hacia los desvalidos.

—¿Quieres verla...?

Shinja le ofreció a Yuusuke la gran espada que tenía apoyada contra la pared. Como era la primera vez que veía una de verdad, la examinó encantado. Era una espada mandoble bastante grande. Al sujetarla, notó que era pesada, tal y como parecía a simple vista. La empuñadura estaba protegida por una vaina de cuero bastante resistente.

—Mm... ¿Está rota?

—Vaya, ¿lo has notado?

Como había abierto el menú de personalización para revisar las estadísticas, había visto que la vida útil de la gran espada de platino, un metal más caro que las monedas de cristal, estaba a la mitad.

—¿Se te rompió luchando contra las bestias mágicas de la granja?

—No... Fue antes de entrar en Fonkrank, en Blue Garden. Me enfrenté contra unos tipos allí.

Aunque había tratado de evitar las carreteras principales yendo por el bosque, parece que encontró a un pequeño grupo de lo que parecía ser una brigada de sabotaje del país vecino de Blue Garden en la frontera, y tuvo un enfrentamiento con ellos. Mientras lo contaba, Yuusuke se puso a cavilar sobre qué personalizaciones darle a la espada.

A parte de las dagas de sus subordinados, se había limitado a personalizar uniformes o anillos, por lo que todavía le intrigaba el uso original de la habilidad [Creación Personalizada], que era mejorar armas y sus efectos.

—¿Quieres que te ayude a repararla? Siendo una buena espada como esta, seguro que puedo añadirle efectos guays.

Hisotta abrió los ojos sorprendida. Mientras que Shinja había incluido en la conversación varias palabras clave sobre su verdadera identidad, Yuusuke se lo había tomado con total naturalidad. Y esto despertó aún más el interés de Shinja en él. Cualquiera que tuviera una posición militar, después de oír su historia, lo habría relacionado con un lugar el cual Yuusuke todavía no conocía. Debido a que Shinja no sabía de Yuusuke, interpretó su ignorancia como una alta tolerancia. Aunque era una confusión, su suposición no iba tan equivocada.

Tras conocer un poco más sobre "el héroe de Gearhawk", Shinja decidió que quería ver con sus propios ojos el poder de Yuusuke y le pidió que reparara la espada. Mientras este manipulaba el menú de personalización, comenzó a hacerle varias preguntas para decidir las especificaciones finales.

—Hmm... ¿Qué te parece que corte más rápido? Aunque... si la hago más ligera, podría perder potencia.

Yuusuke movía los dedos en el aire frente a la espada rota en el suelo. Le preguntó sobre su estilo de lucha y sus preferencias. Shinja lo interpretó como un intento de aprovechar un posible efecto relajante de sus artes divinas. «Las preguntas en sí no tienen mucho sentido. Probablemente solo quiera concentrarse a través de la charla», pensó. En realidad, el artesano que había creado la espada solía hablar por los codos.

—Bueno, creo que así está bien... Ejecutar.

Según Shinja, no era recomendable que la espada cortara en exceso, por lo que mantuvieron su filo intacto. Dado que él la usaba más para golpear que para cortar, Yuusuke ajustó el valor de durabilidad para evitar que se deteriorara, fijando su resistencia al máximo. Además, le añadió un efecto que incrementaba la velocidad de ataque y, considerando los riesgos de viajar solo, también incluyó recuperación y curación para el portador.

Una luz envolvió la gran espada de platino. Hisotta ya estaba acostumbrada a este fenómeno, pero sus padres lo observaron con asombro. También para Shinja, pese a haber viajado tanto y visto tantas artes divinas, era la primera vez que presenciaba algo como eso. Finalmente, el resplandor desapareció, dejando sobre el suelo la gran espada reparada, con una hoja como nueva.

—Le añadí un efecto de curación, así que creo que te podrá sanar las heridas del todo.

—¿Efecto de curación?

Dudando ante las palabras de ese extraño chico de pelo negro, Shinja agarró su espada favorita. En ese momento, sintió una energía recorriendo su cuerpo, seguida de una sensación de calor y picazón en las heridas.

—¡Esto es...!

Al quitarse las vendas, observó cómo los cortes en su espalda, en su costado y en su pecho comenzaron a cerrarse lentamente. No pudo evitar su asombro al darse cuenta de que el efecto que emanaba de la espada era similar al de unas artes acuáticas curativas bastante avanzadas.

—He mantenido la precisión del corte porque me lo has dicho, pero ahora es más resistente y más rápida.

—¿Yo te lo he dicho...?

Shinja miró su espada favorita mientras Yuusuke le explicaba que, a menos que la usara con tanta fuerza como para romperla de un solo golpe, no se deterioraría por mucho que la usara. Aunque visualmente parecía la misma, Shinja notó una sensación ligeramente diferente al tenerla en la mano.

Después de que los padres de Hisotta también la sostuvieran para curar sus heridas, Yuusuke le sugirió a Shinja que debía probar a cortar con ella. Salieron de la casa y buscaron un terreno vacío adecuado. Shinja realizó dos o tres movimientos de prueba con la espada y pudo sentir claramente el aumento de velocidad que Yuusuke le había mencionado. Aunque la espada no se había aligerado, ahora claramente podía agitarla mucho más rápido.

—¡Voy a sacar un espantapájaros! —exclamó Yuusuke.

Usando su habilidad, hizo aparecer unas figuras humanoides de la tierra, solidificándolas como si fuera piedra. Sorprendido por la aparición repentina del espantapájaros, Shinja mostró cierta vacilación al pensar si debería probar con algo tan duro.

—Está bien. La espada está hecha con un material bastante resistente.

Recordando la explicación de Yuusuke, un poco incrédulo, el desvalido se preparó para golpear a los espantapájaros de fango. Había tres dispuestos en forma triangular. Se agachó rápidamente, cortó con un movimiento diagonal los dos más cercanos y luego, con el impulso de su propio golpe, giró su cuerpo y derribó el tercero con un fuerte golpe vertical de la espada. Los espantapájaros se partieron por la mitad.

—¡Madre mía! ¡Es increíble! ¡Es genial!

—Quien está sorprendido soy yo... ¿Qué es esa velocidad?

Revisó el filo de su espada, que no presentaba ningún daño, y Shinja no pudo evitar sonreír, pasmado por su velocidad. Con Hisotta escondida detrás de Yuusuke, después de disfrutar un momento del poder de su nueva espada, Shinja la envainó, le dio las gracias a Yuusuke y luego le preguntó sus intenciones:

—Honestamente, te lo agradezco. Pero, ¿ya te fías de dar algo como esto a alguien como yo, todo un extraño para ti? Además, soy un desvalido...

—Ah, eso no me importa. Está bien, es mi modo de agradecerte que hayas ayudado a un miembro de mi equipo.

Tan solo le pidió que no hiciera público que podía dar efectos especiales a las armas tan fácilmente. Así, al leer las palabras y actitud de Yuusuke, Shinja no percibió nada oculto ni falso en ellas, y mostró una sonrisa segura similar a la de Violet.

—Eres un tío interesante, ¿eh? Me llamo Shinja Trueyard, y provengo de Gazetta. Prometo que algún día te devolveré este favor —dijo mientras extendía su mano derecha.

Sin pensar demasiado en ello, Yuusuke simplemente correspondió al apretón de manos con decisión.


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Mientras observaba el paisaje de la ciudad de Sanc Adiet, cuando ya comenzaba a oscurecer, Yuusuke caminaba junto a Hisotta en dirección al puesto de carruajes. Shinja dijo que pasaría una noche más en casa de la familia de ella antes de partir de nuevo en su viaje.

—Por cierto, la gente del barrio de desvalidos te tratan con mucha normalidad, ¿no?

—S-Sí... Es que me he criado allí...

Cuando Yuusuke le preguntó si los guardias patrullaban por allí, ella respondió moviendo la cabeza en silencio.

—Todos... nos tienen miedo... Siempre que ocurre algo, siempre...

—¿Te culpan a ti?

Hisotta asintió, moviendo su corta melena verde.

—Mhm...

Una sociedad basada en la creencia en los Cuatro Grandes Dioses, con un sistema estratificado. Donde la mayoría de las personas recibían la bendición y protección de un dios en forma de artes divinas. Donde se consideraba que los desvalidos, es decir, aquellos que no tenían ningún poder, no eran merecedores de ningún estatus social.

Debido a que se trataba de un problema profundamente arraigado en la religión, era difícil que un desvalido pudiera mejorar su posición dentro del sistema. Sin embargo, eso no tenía nada que ver con el hecho de que la guardia no cumpliera su función. Ser un usuario de artes divinas o un desvalido no debería ser un factor que moviera la balanza de hacer cumplir la ley.

—Por más que tengan un estatus inferior... No deberían descuidar el orden público.

—¿Capitán...?

Así, Yuusuke comenzó a plantearse cómo podría hacer que la brecha entre los distintos estratos disminuyera.





19

En la penumbra previa al amanecer, bajo la extensa sombra de las murallas de la ciudad fortaleza de Paula, Zeshald repasaba la información que había recopilado hasta el momento sobre el funcionamiento interno de Blue Garden. Mientras tanto, recibía un informe actualizado de Reifold sobre la situación de Fonkrank, para planificar así sus siguientes pasos.

—Así que Yuusuke lo está haciendo bien, ¿eh? Parece poseer un poder asombroso...

—Incluso yo me sorprendí —dijo con una sonrisa al recordar que le faltó poco para palmarla.

En la actualidad, en la ciudad fortaleza de Paula, las operaciones para reorganizar las fuerzas militares se habían intensificado tras la aniquilación de la Brigada de Viento en el Fuerte Gearhawk. Había un frenesí constante, con reclutamientos de nuevos soldados y reubicaciones desde la Milicia Divina. Este bullicio había comenzado a relajar la vigilancia sobre Zeshald, permitiéndole moverse con mayor libertad.

—Pronto me acercaré a la Reina Sacerdotisa del Agua.

—¿En la primera capital, Kofta...?

El reino de Blue Garden originalmente había nacido de los creyentes del Dios del Agua, Shalnar. Tenían un templo en la cima de una montaña y formaron un pueblo alrededor. Ese lugar es conocido como la primera capital, Kofta, y en el Templo de Shalnar es donde reside la Reina.

Actualmente, en la segunda capital, la ciudad fortificada de Paula, el líder que gobierna es un militar: Izapnar, un cercano del antiguo Rey de Blue Garden. Dirige la política del reino desde el parlamento subterráneo de la fortaleza. Sin embargo, la Reina Sacerdotisa, Rishause, mantiene una gran influencia como símbolo del estado y es muy popular entre los ciudadanos. Dado que Izapnar fue su tutor hasta que ella asumió el trono oficialmente, todavía debe seguir algunos procedimientos formales para obtener su aprobación.

Aunque no hay ninguna animadversión entre la Reina Sacerdotisa y el líder Izapnar, pero parece que sus políticas y opiniones no siempre coinciden. Ambos mantienen una relación distante y gobiernan por separado desde cada una de las capitales. Y Zeshald vio una oportunidad para aprovechar esta situación.

—En ese caso, yo entregaré esta información al otro lado

—Lamento que tengas que hacer esto todo el tiempo.

—No te preocupes, ya tengo mi recompensa por lo de Yuusuke.

—¿Recompensa?

Zeshald inclinó la cabeza, y él, sonriendo, sacó un pequeño objeto parecido a un insecto y se lo mostró.

—Parece un anzuelo muy bueno.


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Mientras Yuusuke e Hisotta paseaban por Sanc Adiet, Zeshald caminaba por una calle en lo alto del Gran Muro, lejos del centro de Paula. Las viviendas de los habitantes comunes de Paula se concentraban en la parte superior de la ciudad, mientras que casi todas las instalaciones importantes se encontraban en el interior de la fortaleza, en el subsuelo.

La ciudad fortaleza Paula, situada en el Monte Bouzas, que ocupa más de la mitad del territorio de Blue Garden, es una fortaleza dentro de un muro tan largo que podría competir con el perímetro de Sanc Adiet. Dispone de instalaciones de entrenamiento y alojamientos para los diversos escuadrones de la Milicia Divina, así como para sus familias. Debido a la gran cantidad de habitaciones vacías, los soldados solían usarlas libremente.

—Hmm...

Incluso en esa zona, alejada del centro, había muchos puestos ambulantes. Zeshald se detuvo frente a uno de ellos, donde había varias desvalidas encadenadas y con abrazaderas de hierro en el cuello.

Una de ellas parecía tener una lesión en la pierna. Estaba sentada, intentando no apoyar su pierna herida, y parecía preocupada por un leve sangrado. Zeshald se acercó y utilizó artes divinas acuáticas para curarla. La mujer, agradecida, parecía querer expresar su gratitud, pero sabía que hablar sin permiso podía hacer que su amo la latigara, por lo que mostró una expresión de preocupación.

—Está bien. No digas nada. Lo comprendo.

—...

La esclava inclinó la cabeza. Justo en ese momento, el que parecía ser el dueño de las mujeres salió de la tienda.

—Oye, ¿qué haces con mis esclavas? —le dijo con un tono intimidante.

—Nada. Solo he curado a una que parecía estar incómoda.

—¿Eh? Ah... ¿Es usted... Zeshald? ¿El instructor de artes divinas?

Al darse cuenta de frente a quién estaba, el hombre cambió apresuradamente su actitud. Aunque en Blue Garden los usuarios de artes acuáticas tenían una gran influencia debido a su escasez, alguien tan experto como Zeshald estaba incluso por encima.

—Oh, ya veo. Pero, bueno... Eh... Verá, ahora mismo no tengo mucho para ofrecerle...

—No importa, no se preocupe. Es que me gusta hacer esto.

Zeshald agitó la mano, rechazando cualquier intento del hombre de ofrecerle una recompensa. «No necesito dinero», dijo. Tras marcharse el hombre y sus esclavas, el profesor dejó escapar un suspiro, apenado por la forma en que se trataba a los desvalidos en ese país.

En una nación basada en un sistema jerárquico, se considera que los desvalidos no tienen ninguna bendición de los dioses. Sin embargo, en Blue Garden, donde no había diferencias entre los Cuatro Grandes Dioses, los desvalidos ni siquiera se consideraban personas, más bien se les trataba como ganado.

—Instructor Zeshald.

—¿Hm? Oh, Plausha. ¿Ya te encuentras mejor?

—Sí, lamento haberlo preocupado... Mañana reanudaré mis entrenamientos, así que cuento con usted.

La joven que se había dirigido a Zeshald era una alumna suya, candidata de la División del Agua de la Milicia Divina. Aunque se había ausentado de los entrenamientos durante varios días por ciertas circunstancias, seguía firme en su decisión de unirse a la Brigada Agua.

—Es algo que decidí hace tiempo... por mucho que mi hermana ya no esté.

—Entiendo...

Le habían devuelto el cuerpo de su hermana días después de recibir la noticia de Gearhawk. Al enfrentarse a sus restos incompletos, ella había quedado paralizada por el impacto, una imagen que aún permanecía fresca en la memoria de Zeshald.

—Por cierto, escuché que usted tenía a muchos desvalidos en Fonkrank. ¿Era para experimentar con las artes acuáticas? —como queriendo disipar el mal rollo, Plausha cambió el tema con un tono más animado.

—No. Vivía con ellos en su aldea.

—¿Eh? ¿Con los desvalidos? —ella formuló la pregunta con genuina sorpresa, recordando haber tenido uno en casa cuando era pequeña.


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Cerca de la ciudad fortaleza de Paula, un poco más adentro de la montaña, se encontraban las instalaciones de entrenamiento exclusivas para la élite. Funcionaba como una academia de oficiales, dedicada a la formación de futuros líderes.

Los terrenos de esta instalación servían como un puesto de control. Desde allí se ascendía por un camino montañoso privado hasta llegar a la primera capital de Blue Garden, la ciudad de Kofta.

Kofta se extendía al pie del Templo de Shalnar, ocupando una pequeña área despejada cerca de la cima de la montaña, mientras que las zonas residenciales se encontraban dentro de innumerables túneles. Era la ciudad subterránea situada a mayor altitud en el mundo de Kaltcio.

En el templo en la cima de la montaña residía la Reina Sacerdotisa del Agua, Rishause. Ella deseaba vivir en paz y tranquilidad. Suspiró con pesar al leer una carta que su administrador le había entregado. El mensaje solicitaba una audiencia en nombre de Zeshald, el antiguo instructor de artes divinas real de Fonkrank, que recientemente había asumido el cargo de instructor de artes divinas en Blue Garden. Solo pensar que probablemente Izapnar, el actual líder del país, podría estar involucrado en aquello, hizo aumentar su pesar.

A los catorce años, Rishause perdió a su padre, el rey fundador. Hasta su coronación oficial a los dieciséis, se apoyó en los dedicados esfuerzos de Izapnar como su tutor. Gracias a él, el joven reino de Blue Garden ascendió al nivel de Fonkrank como potencia, convirtiéndose en un símbolo venerado por su pueblo... o, al menos, esa es la percepción general entre los ciudadanos del país.

Izapnar, argumentando que la situación sin un rey ponía al país al borde de la ruina, movilizó a la población con un discurso alarmista. Bajo el pretexto de contrarrestar posibles amenazas de los países vecinos, especialmente de Fonkrank, avanzó con la urbanización de la ciudad fortaleza de Paula, consolidando a su alrededor un núcleo político dominado por su facción. Aunque algunos burócratas leales a la antigua monarquía expresaron su preocupación por el rápido aumento de su poder, logró sortear las críticas y sospechas al presentar a Rishause como símbolo nacional y reforzar su autoridad como soberana, mostrando una profunda lealtad como su súbdito.

Cuando ascendió al trono, Rishause ya había empezado a sospechar que Izapnar no era tan leal como decía ser, sino que tenía sus propias ambiciones. Sin embargo, sin nadie más en quien confiar, no tuvo más remedio que tratarlo como su fiel súbdito. No fue hasta mucho tiempo después que se dio cuenta de que incluso quienes la rodeaban habían sido cuidadosamente seleccionados y manipulados por Izapnar.

—¿Es absolutamente imprescindible que me reúna con él...?

De nuevo, Rishause dejó escapar un suspiro de desánimo antes de llamar a su asistente.


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—Este es un tema delicado.

—Ya me lo suponía.

De regreso al palacio, Yuusuke reportó lo que había aprendido ese día a la princesa Violet de Fonkrank.

Cuando le habló sobre Shinja, el capitán de la Patrulla de Fuego, Krielov, cambió de color y estuvo a punto de levantarse de su asiento, pero Violet lo detuvo y le prohibió hablar de ello. Luego, también le indicó a Yuusuke que no hablara con nadie sobre Shinja. Lo instó a discutirlo en otro momento, por lo que el joven comprendió que había algo más complicado detrás de todo aquello y asintió en silencio.

Más tarde, al hablar sobre el barrio de los desvalidos, Yuusuke sugirió que los guardias tenían que cambiar de mentalidad ante los conflictos entre desvalidos y usuarios de artes divinas. Sin embargo, Violet se cruzó de brazos y reconoció que ese tipo de cambio sería muy difícil, ya que implicaba cuestiones religiosas.

—Si intentamos cambiar el sistema actual, el país caerá en el caos, ¿no crees?

—Probablemente.

—Y si eso sucede, cada uno dependerá solo de su propia fuerza, ¿no?

—Nosotros, los usuarios de artes divinas, superamos en número a los desvalidos. Al final, probablemente los expondríamos a condiciones aún más duras.

Pensando en cómo mejorar los derechos de los desvalidos dentro del actual sistema de castas, Krielov pensaba que existía la posibilidad de eliminar los estereotipos si en las próximas décadas se educaba a los niños dándoles a entender que ellos eran personas. No obstante, eso era prácticamente imposible; siempre habría quienes se opusieran.

—Aun así, es nuestro deber actuar ante la injusticia y la discriminación.

—¿Tienes alguna buena idea?

—Es muy sencillo. Para que su actitud mejore, podemos presionar a los guardias apelando a su orgullo como preservadores del orden público.

—Oh... ¿Su orgullo...? Mmm...

Yuusuke se rascó la cabeza con una sonrisa algo incómoda. Krielov se mostró inquieto, preguntándose si había dicho algo raro. Percibiendo su malestar, el de pelo negro le explicó lo que el orgullo significaba para la mayoría de guardias. Del orgullo no se vive. De su salario, sí. Eso es todo.

—El honor o el orgullo tienen valor para quienes tienen la vida solucionada, pero... para los demás, no tanto.

Si uno tiene que elegir entre dar de comer a su familia y el orgullo, la mayoría elegiría la familia. No es que el orgullo o el honor no tengan ningún peso, pero la gente no puede vivir solo de orgullo y honor.

—Bueno, puede que tengas razón, pero no creo que ocurra en todos los casos...

—Mmm... No sé yo... El rey también antepone la practicidad al honor...

Mientras Krielov se sumía en sus pensamientos con el entrecejo fruncido, Violet asintió pensando en la corrupción y los sobornos que, como algo normal, circulaban entre los burócratas, así como entre los guardias y la gente común.

—No será fácil hacerles cambiar de mentalidad, pero si el líder del país colabora, puede haber una opción.

—¿Oh? ¿En qué estás pensando?

—Se puede promulgar una ley de protección.

—¿Una ley de protección? ¿Quieres proteger a los desvalidos por ley? ¿Y qué explicación podría tener eso? —preguntó Violet inclinando ligeramente la cabeza ante la respuesta directa de Yuusuke.

—Cualquier explicación. Proteger a los débiles o cualquier cosa sobre Blue Garden.

Si inventaban una explicación plausible para crear una ley que protegiera a los desvalidos, en Fonkrank, donde eran minoría, no causaría mayores problemas. Sin embargo, en un lugar como Blue Garden, donde era común tenerlos como esclavos...

A pesar de que no solo en Fonkrank, sino en general, también había esclavitud y se trataba a los desvalidos de manera no muy distinta, había más esclavos usuarios de artes divinas que desvalidos. La calidad de los esclavos de una persona se conectaba directamente con su prestigio.

—Hmm. Podría funcionar.

—Princesa, no está pensando de verdad en sugerir algo así al rey, ¿no? —con una mezcla entre sorpresa y preocupación, Krielov le preguntó a Violet. Al mismo tiempo, advirtió a Yuusuke—. No insinúes este tipo de cosas inapropiadas a la princesa.

Pero este se tomaba muy en serio la propuesta que había planteado.

—¿Qué alternativa propones para evitar que se trate de manera injusta a los desvalidos?

—No, no es eso...

Cuestionándose si realmente era necesario hacer algo al respecto, a Krielov no se le ocurrió nada en ese momento. Por otro lado, la corrupción entre los guardias le resultaba totalmente intolerable, por lo que se puso nervioso sin saber qué decir.

—Decidido. No hace falta complicarlo más.

Lo que tenían que hacer era juzgarlo desde una perspectiva más amplia y pensar en qué les podría beneficiar o perjudicar. Violet movió el dedo de un lado a otro al explicarlo, como si estuviera dando cátedra.

—Lo has pillado a la primera, Violet... ¿Tienes fiebre o algo?

—¡¿Me tomas por tonta?!


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—Papi... Escúchame, quiero pedirle algo, por favor.

—Hmm... ¿Otra idea insensata de las tuyas?

Acto seguido, se subió al regazo de su padre, el rey Esvobus, y le habló con voz de niña buena. El monarca mantuvo la dignidad, pero no pudo evitar sonreír con los ojos mientras consideraba seriamente la petición. Sin embargo, en su interior, estaba pensando en Zeshald.

En la aldea de los desvalidos, donde su buen amigo había vivido y a la que llamaba su "lugar de descanso", se había estacionado una unidad de guardias como parte de los beneficios por la ayuda de Yuusuke, entre otras cosas. Allí no se había reportado ningún problema.

Por ello, no debería haber ningún inconveniente en dar algo más de atención a los desvalidos que vivían en la periferia de la ciudad y ayudaban en la vida diaria. Así fue como lo pensó el rey Esvobus.

—Parece que su alteza nuevamente está diciendo disparates...

—Supongo que es por la influencia de ese joven.

—¿Qué pretende, protegiendo a los desvalidos?

Mientras los burócratas murmuraban entre sí, la princesa Violet, con la autorización de su padre el rey Esvobus, se apresuró a regresar a su habitación para empezar a pensar junto a Yuusuke sobre los detalles de la ley de protección... y bla, bla, bla.





20

—Yuusuke, ¿cuánto sabes acerca de Gazetta?

—Solo conozco el nombre, no más.

—Ya veo, yo tampoco sé mucho.

—¿A qué te refieres?

Tras conseguir que el rey Esvobus aceptara establecer una ley de protección para los desvalidos, Violet estaba pensando en cómo estructurarla. De pronto, recordó algo que Yuusuke había mencionado sobre Shinja, y pensó que podría servirle de referencia, así que decidió mencionarlo.

—No conozco los detalles, pero Zeshald me contó algo. El rey de ese país es un desvalido.

—¿Es un país de desvalidos, entonces?

Violet dirigió su mirada hacia Krielov, haciéndole un gesto como diciendo: «¿Tú sabes algo?». Un poco reticente, Krielov les contó lo que sabía de Gazetta.

Ese país compartía la mayor parte de su frontera con Nocentes. Tenía un territorio mayoritariamente compuesto por cadenas montañosas. Cerca de la frontera con Blue Garden se ubicaba lo que se creía que era su capital, aunque no tenía nada especialmente destacable. Aparentemente, daba la impresión de ser un país normal con un sistema igualitario. Sin embargo, quien realmente dirigía el país desde una capital situada en alguna parte de esas vastas montañas, era el rey desvalido. En las montañas de Gazetta había instalaciones donde se entrenaban a muchos guerreros desvalidos.

—Blue Garden y Nocentes saben de la existencia de estos guerreros desvalidos, pero hacen la vista gorda.

Estaba prohibido hablar de ello, pero, en realidad, había estudios que revelaban que los desvalidos tenían una vitalidad y una fuerza física superiores, en términos generales, a las de los usuarios de artes divinas. Krielov lo confesó en voz baja. Estas investigaciones no eran públicas. Solo algunos funcionarios de defensa y académicos cercanos a estos temas tenían conocimiento de ellas.

Yuusuke recordó algo: más de una vez, había tenido la impresión de que Sun y la tía Bahana, aunque parecieran delgadas, tenían una fuerza sorprendente.

—De hecho, es difícil detectar a un desvalido. Si se acercan sigilosamente, podrían pasar desapercibidos incluso ante un usuario de artes aéreas.

Normalmente, en una pelea cuerpo a cuerpo, los usuarios de artes divinas ofensivas tienen ventaja, pero a media distancia o con arco, no es necesariamente así.

Los guardias a veces cuchicheaban sobre la existencia de los "guerreros desvalidos". Había casos de guardias derrotados por desvalidos, que se suponía que debían ser personas débiles, pero no podían hablar de ello en voz alta. La idea de que los usuarios de artes divinas eran superiores a los desvalidos debía prevalecer.

—Hmm. Entonces los desvalidos en realidad son como personajes de clase guerrero, ¿no...? (NT: Yuusuke está haciendo referencia a las clases de personaje que suele haber en los videojuegos: bárbaro, bardo, clérigo, druida, guerrero, hechicero, mago, paladín, pícaro... La clase guerrero se centra en el atributo de fuerza física, no tiene magia de ningún tipo.)

—¿Qué? ¿Qué quieres decir?

Violet inclinó la cabeza con curiosidad. Yuusuke le devolvió la sonrisa y compartió la idea que había tenido:
Nombrarían a todos los desvalidos de Foncrank como limpiadores de la ciudad de Sanc Adiet.
La limpieza de las diferentes zonas de la ciudad sería responsabilidad suya.
Nadie más podría obligarles a realizar tareas de limpieza.
El palacio les pagaría un sueldo por ello.—¿Limpiadores...? ¿Quieres permitir que los desvalidos entren en la ciudad?

—Bueno, al hacerlo a través del palacio, podemos amonestar a quien no los trate bien.

La limpieza de la ciudad se realizaba varias veces al mes a través de usuarios de artes aéreas que soplaban la basura y usuarios de artes acuáticas que lavaban las calles adoquinadas. Sin embargo, la basura se acumulaba en los callejones y la suciedad de las juntas de los adoquines no se fregaba bien. La verdad es que no se podía decir que la ciudad estuviera muy limpia, algo de lo que Yuusuke se había dado cuenta tras varios días recorriendo la ciudad.

—Vale. Pero empecemos por el distrito de clase baja. Si los asignamos directamente al distrito superior, seguro que habrá gente que se oponga.

Establecerían un sistema en el que cada zona tendría su propio guardia encargado de supervisar la limpieza. Yuusuke se encargaría de crear los utensilios. También debían decidir cómo se pagaría el servicio y qué presupuesto necesitaban, por lo que lo consultaron con los encargados de la contabilidad.

—Entiendo el objetivo, pero ¿realmente funcionará tan bien como dices? —Krielov expresó su preocupación—. ¿Y si la gente se queja cuando vean a los desvalidos por la ciudad? O, ¿y si ellos no participan? Al fin y al cabo, no es obligatorio, ¿no?

—Habrá que crear un entorno de confianza —explicó Yuusuke—. Tal vez el honorable capitán de la Patrulla de Fuego no pasee mucho por los barrios bajos, pero en las calles principales se ven bastantes habitantes desvalidos, ¿sabes?

Era común encontrar a personas contratando a desvalidos de la periferia como trabajadores temporales para cargar mercancías, por ejemplo. Incluso se les empleaba para cuidar de los carruajes. Entre los residentes y comerciantes de la ciudad, se había asentado, casi de manera inconsciente, la percepción de que realizaban su trabajo de manera honesta.

El barrio de Hisotta era un ejemplo perfecto; un sitio que se había crecido y se había desarrollado junto a Sanc Adiet. De hecho, muchos de los residentes de los barrios de clase baja recuerdan haber jugado de niños con niños desvalidos. Aunque probablemente sus padres se lo habían prohibido, los niños, desde su inocencia, no comprendían esa restricción. Al crecer, algunos desarrollaron prejuicios hacia los desvalidos, pero otros continuaron viéndolos como amigos.

—Creo que en los distritos de clase media o alta probablemente no entenderán la situación del todo.

Debido a la fe en los Cuatro Grandes Dioses y al adoctrinamiento de los niños, Yuusuke señaló que muchas personas simplemente consideran a los desvalidos como "seres inferiores". No se han detenido a pensar profundamente en por qué creen eso.

—¿Hay algo en la fe de los Cuatro Grandes Dioses que mencione específicamente a los desvalidos?

—¿Eh? Pues ahora que lo mencionas, no recuerdo nada en particular... Krielov, ¿tú sabes algo?

—Bueno, hay un pasaje que dice: "Aquellos que no reciban la bendición de los dioses serán exiliados de su tierra."

Sin embargo, no había ninguna explicación en los textos que aclarara cuál era "su tierra". Además, por mucho que existiera ese pasaje, no había iniciativas que intentaran usarlo para expulsar a los desvalidos del país. Tampoco parecía haber extremistas que propugnaran un racismo extremo contra ellos.

—Entonces no debería haber problema. Si las enseñanzas incluyeran algo que incitara a matarlos, sería otro asunto muy diferente.

Yuusuke pensaba de manera relativamente optimista: mientras no hubiera una oposición religiosa clara, no debería haber mayores inconvenientes. Confiaba en la capacidad de las personas para adaptarse y normalizar la presencia de los desvalidos en su vida cotidiana, ya que adaptarse a los cambios forma parte de la naturaleza humana, después de todo.

El decreto que establecía a los desvalidos como responsables de la limpieza de la ciudad se promulgó unos días después.


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Un poco antes de que se promulgara el decreto de protección en Sanc Adiet... un poco más arriba de la primera capital de Blue Garden, la ciudad de la cumbre de la montaña, Kofta, en el Templo de Shalnar.

Zeshald, el día antes de su audiencia con la Reina Sacerdotisa del Agua, Rishause, reflexionaba con nostalgia al notar que la ciudad de Kofta no había cambiado casi nada desde su visita en un viaje anterior. Estaba convencido de que, si lograba construir una buena relación con la reina, podría cambiar significativamente las relaciones con Blue Garden.

Los desvalidos que se veían en la ciudad de Kofta, a diferencia de los de Paula, estaban bien vestidos e iban calzados. Todos, sin excepción, llevaban pulseras de esclavos que indicaban su pertenencia a un dueño, pero sus expresiones eran brillantes y saludables.

En realidad, eran esclavos del templo, es decir que pertenecían a la reina, y vivían pacíficamente en la ciudad. Es más, esas pulseras de esclavos, que significaban la atadura de sus cuerpos, se habían convertido en un escudo que protegía sus vidas.

«Aun dentro del mismo país, nunca hubiera imaginado que el gobierno de la reina y del líder militar pudiera ser tan diferente...»

Se decía que visitar Kofta después de haber estado viviendo muchos años en Paula impactaba mucho. Zeshald lo comprendía bien, ya que lo había escuchado directamente de los estudiantes de artes divinas que tenía a su cargo.

El profesor caminaba por la ciudad con miradas de desaprobación por ser el instructor de artes divinas de Paula. Este simple hecho decía mucho de la relación entre Paula y Kofta.

«Hmm... Tengo que hacer que la audiencia de mañana sea un éxito.»


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Al día siguiente...

El Templo de Shalnar, situado en el Monte Bouzas, se alzaba como un lugar cargado de historia. Al cruzar la entrada principal del primer piso, un amplio pasillo se extendía hacia el fondo. A los lados de la entrada se encontraban una sala para los soldados del templo y dormitorios de invitados para los fieles. Un poco más adelante, se hallan la cocina, el comedor, la zona de lavado y un pozo. Más al fondo, había los alojamientos para los sirvientes y los soldados del templo. Este diseño permitía que, en caso de necesidad, los soldados pudieran alinearse en formación en el pasillo principal. La habitación y el despacho del administrador estaban aún más alejados y, al final del pasillo, había otra sala para los soldados del templo y la escalera que conducía al segundo piso. Allí se encontraban los aposentos privados de la Reina Sacerdotisa del Agua, que incluían su dormitorio, una biblioteca, un comedor y la sala de audiencias. Detrás de la pared del final del pasillo del primer piso, había un área conectada directamente con el segundo piso que albergaba el baño que la reina utilizaba para sus rituales de purificación.

Después de recorrer todo el lugar hasta la sala de audiencias, Zeshald se arrodilló y le ofreció una reverencia a la Reina Rishause, que estaba sentada en el trono, al fondo de la sala.




—Mis más respetuosos saludos, Su Majestad, Reina Rishause. Es un honor incomparable que me haya concedido esta audiencia...

—Dejemos a un lado los formalismos, Zeshald, instructor de artes divinas. ¿Qué asunto lo trae hoy aquí? —interrumpió Rishause, con una voz firme e imponente.

Su mirada, casi molesta, parecía impaciente por escuchar el propósito de su visita. Esta actitud estaba lejos de la imagen que Zeshald tenía de la reina, lo que lo dejó ligeramente sorprendido. Sin embargo, su intuición, cultivada a lo largo de los años, lo llevó a pensar que quizá estaba manteniendo las apariencias.

—Dada mi reciente designación en Blue Garden, pensé que era mi deber presentarme ante Su Majestad.

—¿En serio? Si no me equivoco, su llegada a nuestro reino fue hace aproximadamente un mes y diez días, ¿no es cierto? —con un tono irónico, casi acusador, la reina dejó entrever su escepticismo.

Las damas de compañía que la flanqueaban apenas pudieron contener una sonrisa burlona ante sus palabras.

—Debo admitir que es una observación severa, pero también es cierto que la vigilancia sobre mis movimientos no me ha dejado muchas oportunidades para hacerlo antes de hoy.

—Yo no lo ordené. Pero, dígame, ¿por qué esa supuesta vigilancia le ha impedido solicitar una audiencia antes?

Rishause inclinó levemente la cabeza, haciendo ondear la larga melena azul claro que le llegaba hasta las rodillas. La pregunta no era infundada: que un refugiado de una nación casi enemiga estuviera bajo constante supervisión era algo obvio, pero eso no justificaba su demora en presentarse formalmente. No es que sintiera necesidad alguna de recibirlo antes, sino que las palabras de Zeshald parecían tener un trasfondo que llamó su atención.

—Quería evitar una audiencia en presencia de los competentes subordinados del líder Izapnar.

—¿...?

—Prefería reunirme con Su Majestad de manera más personal... como antiguo instructor de artes divinas real de Fonkrank.

El ambiente en la sala se tornó tenso y empezó a haber murmullos. Las damas de compañía intercambiaron miradas de desconcierto, y algunas parecían prepararse para llamar a los guardias del templo. No obstante, Rishause las detuvo con un gesto y ordenó que todos abandonaran la sala, quedando solos Zeshard y ella.

—¿Qué significa eso exactamente?

—Su Majestad, está preocupada por el estado actual de este país, ¿verdad? —declaró Zeshald, con una certeza absoluta y manteniendo la calma.

Intentando descifrar el verdadero propósito detrás de esas palabras, Rishause decidió continuar la conversación:

—Hasta hace unos años nuestro país era una nación emergente. Ha crecido hasta convertirse en una gran potencia, solo por detrás de Fonkrank y Noscentes. A día de hoy, seguimos prosperando y disfrutamos de un reinado estable. ¿Por qué piensa de esa manera?

—La cara visible de Blue Garden, al menos a los ojos del mundo, es la segunda capital, Paula. Pero al observar la ciudad de Kofta, parece evidente que la nación que imagina dista mucho de la realidad.

Zeshald hizo referencia a las marcadas diferencias entre Paula y Kofta, insinuando que las políticas del líder Izapnar podrían no alinearse con las aspiraciones de la reina. Aunque ella mantenía su posición como símbolo de autoridad, Zeshald señaló que parecía frustrada por su falta de poder real frente a Izapnar.

Antes de que pudiera continuar, una de las damas de compañía, alzó la voz indignada:

—¡Qué insolencia! ¡¿Cómo se atreve a hablar así ante Su Majestad?!

(Xeniaxen: ¿No se habían quedado a solas?)

—Detente, Marsha... —intervino Rishause, calmando a su dama de compañía con serenidad—. Es cierto que no considero que las políticas de Izapnar sean las mejores para este país —admitió con franqueza—. Sin embargo...

Con firmeza, la reina dejó claro que, a pesar de sus reservas hacia el liderazgo de Izapnar y la dirección actual del reino, eso no implicaba que estuviera de acuerdo con el sistema político de Fonkrank.

—La verdadera razón por la que rechazo la igualdad ciudadana es la república de las cinco etnias. Para que el ideal que mi padre perseguía sea realizable, es esencial que el país prospere y mantenga su estabilidad.

Rishause admitió haber heredado el sueño de su difunto padre y estar implementándolo, aunque fuera a una pequeña escala, dentro de la ciudad de Kofta. La estabilidad de Kofta era posible porque Blue Garden se mantenía como una potencia fuerte y dominante en la región de Kaltcio. Defendió la decisión de mantener a Izapnar en el centro del poder, destacando que había sido el artífice del espectacular crecimiento de Blue Garden.

—Pero si las cosas siguen como están, llegará el día en que no solo la ciudad de Kofta, sino también su propia autoridad, le sean arrebatadas —señaló Zeshald.

—¡Insolente! ¡No permitiré que profiera semejantes ofensas contra Su Majestad!

Marsha, una de las damas de compañía, alzó la mano dispuesta a utilizar sus artes divinas. Sin embargo, nada sucedió. Confundida, dirigió una mirada a su gemela Sasha, buscando su apoyo.

Las gemelas Marsha y Sasha eran asistentes de confianza designadas personalmente por Rishause, libres de la influencia de Izapnar. Habían sido amigas cercanas de la reina en el pasado. Marsha, la más emocional, era experta en el arte acuática defensiva "Muro de Agua", mientras que Sasha dominaba el arte acuática ofensiva "Columna de Agua". Cuando Marsha intentaba simular un ataque, Sasha solía actuar en perfecta sincronía.

—¡Sasha, vamos! ¡Hazle probar un poco de tu columna de agua a este viejo arrogante!

—Necia. Su Majestad nos ordenó esperar. Limítate a observar —respondió Sasha con calma mientras mantenía la energía de sus artes divinas en aumento.

—Tranquilizaos las dos. Zeshald, ¿cuál es su propósito?

—Quizá... ¿la amistad entre nuestras dos naciones?

—¿Está insinuando que debo apartar a Izapnar del mando...?

—Si fuera posible, preferiría que lo resolviera de manera pacífica.

Zeshald dejó clara su intención con esa respuesta indirecta. Rishause suspiró con resignación, consciente de que esa solución era poco realista.

Si Blue Garden perdiera a Izapnar como líder, el caos se apoderaría de la nación. En ese estado, Fonkrank seguramente aprovecharía la oportunidad para lanzar un ataque y destruir Blue Garden rápidamente. Rishause sabía que el rey de Fonkrank, Esvobus, no dudaría en hacerlo.

—Fonkrank no desea la destrucción de Blue Garden.

—Sin embargo, el único desenlace posible de eliminar a Izapnar sería ese.

—Je, je. Con el debido respeto, creo que Su Majestad subestima su propia autoridad y el apoyo inquebrantable de su gente.

—Ya no tengo el poder para guiar a esta nación.

La reina fue autocrítica consigo misma. Ahora que el ejército y la burocracia estaban completamente bajo el control de Izapnar, por mucho que contara con el apoyo del pueblo, ella no era quien realmente gobernaba. Las dos damas de compañía se le acercaron, preocupadas. Este gesto reflejaba la cercanía entre las tres.

—Entonces, Majestad, permítame ayudarle a encontrar a las personas adecuadas para recuperar el control del país.

—¿Qué quiere decir con eso?

Para ganarse la confianza de la reina, Zeshald le explicó su estrategia.


5 comentarios:

  1. Contentisimo de el avance que tendra WCC, que Degel no abandone TD&G

    Gracias por las traducciones

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  2. Gracias por los capítulos :D

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  3. fue mas la pelea entre los lectores que la de los traductores
    que sorpresiva solidaridad tienen os traductores

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