Vaya, casi olvido que es martes XDD
El capítulo de hoy es muy bonito, espero que les guste~
-Xeniaxen
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
16
Al amanecer, varias tropas de refuerzo de los cuerpos de seguridad de Fonkrank llegaron al Fuerte Gearhawk tras recibir una llamada de emergencia. Bajo la niebla matutina, lo que encontraron fue un panorama desolador: el fuerte estaba derrumbado casi al completo. Los restos de piedras, que eran como lápidas, sobresalían como si marcaran cadáveres enterrados por toda la zona. En los alrededores, varios caballos de tiro vagaban sin rumbo, desorientados.
Yuusuke y su equipo, tras confirmar la llegada de sus aliados, lograron salir sanos y salvos del fuerte. Relataron detalladamente los eventos ocurridos y dejaron a las dos supervivientes bajo el cuidado de una unidad especializada en artes acuáticas. Se quedaron para ayudar a limpiar los escombros y guiar a las tropas al sótano, donde yacían la mayoría de cuerpos.
Identificaron las piedras esparcidas por la zona como materiales que Yuusuke había usado para la ofensiva con su habilidad de personalización, por lo que las apilaron a un lado del terreno. Encontraron algunos objetos que parecían ser restos de la Brigada de Viento. Estaba todo lleno de cráteres, como si hubiera sido bombardeado. También recuperaron los cuerpos de tres personas que habían quedado atrapadas bajo el fuerte. Yuusuke restauró los cuerpos, pese a que estaban en condiciones deficientes por haber perdido muchas partes. No obstante, lograron quedar en un estado en el que pudieron ser reconocidos fácilmente, y decidieron que los devolverían a Blue Garden más adelante.
En total, encontraron quince cuerpos de miembros de la Brigada de Viento: diez que la patrulla de Yuusuke había confirmado previamente y otros cinco localizados cerca de la parte trasera del fuerte. Según sabían, las brigadas de élite de Blue Garden operaban en equipos de unos veinte soldados. Esto implicaba que la Brigada de Viento había sido prácticamente aniquilada por completo.
Los cuerpos apilados en el sótano no pudieron ser tratados debido a su avanzado estado de descomposición y fueron incinerados en el lugar. Como homenaje a las víctimas, reconstruyeron parcialmente el Fuerte Gearhawk para convertirlo en un monumento conmemorativo. Tomaron la decisión de edificar una nueva fortaleza en una ubicación más alejada.
El funeral a las víctimas se llevaría a cabo como un acto de estado del país, y desde el palacio se enviarían carruajes para trasladar a las familias y parientes hasta el lugar donde se rendirían los últimos homenajes.
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Cuatro días después del incidente...
«El grupo armado de Blue Garden que atacó el Fuerte Gearhawk fue aniquilado por el puño de hierro de la Patrulla del Dios Oscuro de Fonkrank».
En la ciudad de Sanc Adiet, este anuncio, distribuido por el palacio como si de un boletín extraordinario se tratara, no tardó en convertirse en el tema de conversación del momento. ¡El guardia del palacio que había construido esa torre de observación había logrado, por sí solo, derrotar a una unidad de espionaje de élite de Blue Garden! Este rumor llevaba días extendiéndose como la pólvora.
El rey Esvobus había conseguido minimizar la impresión de la masacre en el fuerte alabando a Yuusuke como un héroe y haciendo que sus logros militares fueran ampliamente conocidos por la población. Decidió ocultar los detalles de los daños sufridos, utilizando las hazañas de Yuusuke para desviar la atención pública y evitar que aumentara la indignación o el fervor bélico.
Por su parte, Blue Garden emitió un comunicado oficial en el que declaraba: «La Brigada de Viento ha actuado de manera arbitraria y ha sido reemplazada. El ataque a la fortaleza no fue ordenado por nuestro gobierno».
Con esto, intentaron desvincular al gobierno de Blue Garden del ataque al fuerte, reconociendo indirectamente la conducta imprudente del grupo de élite.
—Es exasperante... —en una sala de las instalaciones centrales militares, situada bajo tierra en la ciudad fortaleza de Paula, el líder supremo Izapnar, cabeza de Blue Garden, murmuraba entre dientes su frustración.
El gobierno de Blue Garden se había visto obligado a salvaguardar su imagen internacional, incluso si eso significaba admitir que no habían sido capaces de controlar adecuadamente a sus propias tropas.
Tras la destrucción de la Brigada de Viento, algunas voces en el parlamento cuestionaron la eficacia de sus operaciones. Sin embargo, en Blue Garden, donde apenas había soldados con artes ígneas, aquellos usuarios de artes aéreas representaban su carta más fuerte. Su presencia había sido clave para mantener la provocación hacia Fonkrank, por lo que su pérdida suponía un golpe devastador. Aunque todavía contaban con una parte importante de la Brigada de Viento, el incidente del Fuerte Gearhawk les había costado cerca de una quinta parte de su capacidad de combate efectiva.
Blue Garden, una nación emergente que había experimentado un rápido crecimiento en la última década, no gozaba de la simpatía de sus vecinos debido a su política nacional abiertamente contraria a las jerarquías de poder. Si Blue Garden decidía enfrentarse a Fonkrank con un poder militar insuficiente, se arriesgaban a ser atacados por la retaguardia, especialmente por las ciudades fronterizas vecinas de Noscentes y Gazette. Esto hacía imposible retirar las unidades de la Brigada de Viento desplegadas en esos territorios.
Por tanto, iniciar un enfrentamiento con Fonkrank en ese momento era una jugada demasiado peligrosa. Izapnar no tuvo más remedio que aceptar el enfoque diplomático promovido por el rey Esvobus, aunque hacerlo le provocara una profunda frustración.
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Mientras el líder de Blue Garden permanecía ocioso en su despacho, Zeshald se dedicaba a instruir a los aprendices de artes acuáticas en el Centro de Entrenamiento de Artes Divinas de Paula. Reflexionaba sobre las noticias que le habían llegado recientemente acerca del «Héroe de Gearhawk», cuyos rumores ya se habían extendido a todas las naciones.
Habían transcurrido unos dos meses desde la llegada de Yuusuke a este mundo y poco más de dieciséis días desde que Zeshald había desertado a Blue Garden. Durante ese tiempo, Yuusuke había sido reclutado como guardia de palacio y, en su primera misión, había logrado el asombroso logro de destruir a la Brigada de Viento, lo que le había valido el título de héroe.
«Puedo imaginar el razonamiento que hay tras la maniobra de Esvobus de convertir a Yuusuke en un héroe...»
Un escalofrío recorrió la columna de Zeshald al pensar en cómo ese "Dios Oscuro" estaba ganando rápidamente un lugar destacado en el centro del poder. La razón por la que había alentado a Yuusuke a explorar este mundo era que ampliara sus horizontes. Su visión de otro mundo le hacía pensar en una civilización mucho más avanzada, y quería que comprendiera las vidas simples de las personas de este mundo. Creía que, de ese modo, incluso tras despertar siendo un Dios Oscuro capaz de causar algún desastre como los descritos en los libros antiguos, podría reprimir cualquier impulso destructivo.
«¿Pero qué ocurrirá si ese conocimiento más profundo tiene el efecto contrario?» pensó Zeshald. «Ya entiendo lo que ocurre en este mundo. Será mejor que lo destruya» imaginó que decía Yuusuke, viendo el brillo apagado en sus ojos negros.
Sacudiendo esos pensamientos inquietantes de su cabeza, Zeshald suspiró profundamente. Se reprochó a sí mismo por haberse dejado llevar por tales ideas negativas, probablemente causadas por el cambio de entorno. Decidió que debería observar de cerca cómo Yuusuke interactuaría con el mundo en el futuro.
—¿Eh? Profesor... ¿He hecho algo mal?
—¿Hmm? Oh, no, no. Estaba pensando en otras cosas—. La joven aprendiz de artes acuáticas parecía preocupada al escuchar su suspiro, pero él se apresuró a tranquilizarla—. No, lo siento. Tus habilidades con el agua son excelentes.
La aprendiz sonrió aliviada al escuchar esas palabras. Era una aspirante que soñaba con unirse a la Brigada de Agua.
—Aun así, con tu habilidad, podrías formar parte del División de Agua de la Milicia Divina.
—Gracias. Pero en realidad quiero unirme a la Brigada del Agua... porque quiero ayudar a mi hermana.
Aunque tanto las brigadas de élite como la Milicia Divina eran parte del mismo ejército de Blue Garden, ocupaban posiciones ligeramente distintas, y había cierta tensión entre ellos. La hermana mayor de la aprendiz formaba parte de las brigadas de élite y, debido a sus operaciones, rara vez volvía a casa.
—Dijo que, al terminar esta misión, podría tomarse un tiempo libre.
—Bueno, parece que todas las brigadas de élite, salvo la de Tierra, están muy ocupadas.
Incluso durante los permisos, los soldados debían permanecer cerca de la base por si se les requería. Sin embargo, si dos personas pertenecían al mismo grupo militar, podían coincidir en la base aunque estuvieran en brigadas distintas.
—Entonces, haremos lo posible para que tu hermana y tú podáis reuniros pronto. Por cierto, ¿en qué grupo está ella?
—En la Brigada de Viento —respondió la aprendiz con una amplia sonrisa, ajena a la sombría realidad que envolvía ahora a dicho grupo.
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En los pisos superiores del Palacio Volance, en los aposentos de los guardias, Yuusuke estaba dotando de habilidades especiales los uniformes de la Patrulla del Dios Oscuro. Mientras tanto, de vez en cuando alzaba la vista hacia el techo o las paredes y suspiraba. Para ser exactos, no miraba nada en particular, solo se perdía en sus pensamientos. En esos momentos, su mente volvía al incidente del Fuerte Gearhawk de hacía pocos días.
La batalla con la Brigada de Viento le parecía casi irreal. Estuvo personalizando tan frenéticamente tantas cosas que casi no se dio cuenta de la sucesión de eventos. Pero lo realmente problemático llegó después.
—¿Por qué no puedo ver a mi hijo?
—Por favor, traigan a mi hija... Dejen que descanse en paz en casa.
Los cuerpos de las víctimas de Gearhawk se pudieron recuperar, al igual que los de la Brigada de Viento. Sin embargo, al decidir que debían ser incinerados en el lugar, estalló una disputa con algunas de las familias. Por mucho que se les explicó la situación, no quedaron convencidas. A regañadientes, Yuusuke permitió que los familiares vieran el estado del sótano para que comprendieran por qué no había otra opción posible.
Hizo que los niños pequeños esperaran afuera y dejó que los adultos más fuertes entraran. La reacción fue devastadora: algunos intentaron identificar a sus seres queridos entre los restos, otros los detuvieron, muchos rompieron a llorar, vomitaron o se derrumbaron por la conmoción. Al final, todos entendieron lo de que "no había otra opción".
Yuusuke bajó la mirada hacia sus propias manos, enfundadas en los guantes negros de la Patrulla del Dios Oscuro. Pensó en lo que habría ocurrido si la familia hubiera encontrado en ese estado a la guardia a quien logró recuperar. «No puedo soportarlo...», murmuró con un suspiro. Sacudió la cabeza, intentando deshacerse de esos pensamientos, y volvió a centrarse en personalizar el uniforme.
En aquella habitación sin ventanas era fácil perder la noción del tiempo. Cuando se dio cuenta, ya casi era mediodía y tenía planes con Violet por la tarde.
—Supongo que debería irme pronto...
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Por la tarde, en otra estancia de los pisos superiores del palacio, Violet disfrutaba de unos frutos rara personalizados a su gusto. Le ofreció un vaso de licor rara a Yuusuke, sentado frente a ella. La razón por la que estaba allí hoy era el éxito de la "misión especial" de la Patrulla del Dios Oscuro, pero también para felicitarlo por su destacada actuación en el incidente.
—No, no quiero. Gracias.
—¿Cómo? Todos los héroes deben beber para hacer honor a su nombre.
A Violet le encantaba tratar a Yuusuke como un héroe, pero él sentía un conflicto interno. Había visto las duras condiciones de la fortaleza y aquello creaba un abismo entre sus sentimientos y los de Violet, quien apenas tenía experiencia con esa realidad.
—Un héroe es solo alguien que consiguió sobrevivir mientras otros no lo hicieron.
—Oh, Dios. Esa humildad tuya te hace parecer aún más impresionante.
Mientras Violet se mostraba más animada de lo habitual, Yuusuke comenzaba a sentir una creciente frustración. Pero al mismo tiempo entendía que, como princesa, esa despreocupación era parte de su papel.
«Quizá sea mejor que no lo sepa...», pensó.
Tal y como siempre decía Krielov, su ayudante, Violet debía seguir siendo un "miembro de la realeza". No tenía por qué conocer las penurias de los plebeyos o los soldados de bajo rango. Un gobernante ideal debería entender cómo funciona el mundo, pero Violet no estaba destinada a ser reina, sino la mujer que se casaría con el siguiente rey.
Gracias a ella, él estaba ahí ahora. Si cada persona tenía un papel asignado, Violet debía cumplir el suyo como princesa y él tenía que desempeñar el suyo propio. Con esta conclusión, Yuusuke relajó los hombros y tomó un fruto rara.
—¿Qué sabor deberíamos probar ahora? Me gustó el picante. ¿Qué te parece? ¿Yuusuke...?
La princesa, percibiendo el cambio en su actitud, lo miró con sospecha. Sus ojos carmesí buscaron en los ojos negros de él alguna respuesta.
—¿Qué pasa? —preguntó él, inclinando ligeramente la cabeza y esbozando una sonrisa.
—¡No! ¡Basta! —gritó Violet, levantándose de golpe y golpeando el fruto que Yuusuke tenía en la mano.
—¿Q-Qué ocurre...?
—¡Deja de mirarme así! ¡No me mires así! ¡Tú no...!
Las lágrimas brotaron de los ojos de Violet mientras le dirigía una mirada penetrante y ardiente de rabia. Tratando de no dar a entender sus sentimientos de manera muy evidente, agitó su vestido carmesí y salió corriendo con las coletas ondeando. Yuusuke solo pudo quedarse allí, observando, completamente aturdido.
Al oír un ruido a sus espaldas mientras apartaba una silla, se giró y vio a Krielov, que había estado esperando en la esquina de la habitación. Con los puños apretados contra el pecho y el ceño fruncido, Krielov suspiró, relajó las manos y habló con tono contenido:
—Me gustaría golpearlo ahora mismo, pero no creo que tenga derecho a hacerlo, así que me abstendré. Puedo imaginar lo que ha visto en la fortaleza. Sin embargo... quiero que entienda que es arrogante burlarse así de ella.
—No era mi intención... —murmuró Yuusuke.
No estaba seguro de poder afirmar con rotundidad que no había pasado nada. Las experiencias recientes le habían obligado a replantearse muchas cosas, y todavía estaba en ese proceso. No obstante, no podía negar que la actitud despreocupada habitual de Violet le había irritado profundamente.
—Es tan honesta...
Después de un «Que quede entre nosotros», Krielov le explicó que la curiosidad innata de Violet por las historias de la gente y su actitud enérgica eran una respuesta natural al trato que recibía constantemente: ser una "princesa que no sabe nada".
—Desde mi punto de vista, no creo que la princesa necesite saber lo que ocurrió en la fortaleza. Pero...
Como alguien que la había acompañado durante tanto tiempo, a Krielov, como su guardia y tutor, le gustaría que ella viera el mundo que había más allá de la frontera. A pesar de haber crecido como una princesa entre algodones, a veces mostraba destellos de una aguda inteligencia, especialmente al percibir las intrigas políticas del palacio.
Yuusuke asintió en silencio, reprendiéndose a sí mismo por sus pensamientos. La voz de Zeshald resonó en su mente, instándole a ampliar sus horizontes. ¿No era esa idea de cumplir un papel simplemente una excusa para no reflexionar más allá? Sin duda, cada persona tiene un papel que desempeñar, pero ¿no debería ese papel determinarse por las respuestas que uno encuentra y el camino que elige?
«Nadie asigna los papeles de cada uno, ni siquiera el destino puede hacerlo.»
Por primera vez, Yuusuke sintió con claridad que cada persona se forja su propio destino. Bajó rápidamente hacia la parada de carruajes del palacio en busca de Violet y se topó con un rostro familiar.
—Oh, capitán, ¿qué hace en un sitio como este?
—Hinke, ¿has visto a Violet?
—Parece que la princesa salió de incógnito hace un rato.
—¿A la ciudad...?
Cuando Hinke señaló un carruaje y le preguntó si quería subir, ya que él se dirigía a la ciudad, Yuusuke decidió hacerlo. Tenía una idea bastante clara de adónde había ido Violet.
El equipo que acompañó al "Héroe de Gearhawk" al fuerte parecía haberse convertido en un tema de conversación entre la gente. Al parecer, Hinke solía salir a la ciudad porque se había vuelto bastante popular en los bares. Vermeer, Zhahid, Zaisha y los demás parecían haber decidido no bajar a las zonas de clase baja muy a menudo porque no podían patrullar pacíficamente.
—¿Ha quedado con ella en algún sitio?
—Sí, algo así.
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Violet había llegado sola al garaje de carruajes y, de incógnito, se había ido diciendo que quizá podrían volver a ocurrir problemas en el distrito de clase baja.
Tras atravesar las dos puertas que delimitaban cada distrito, llegó finalmente a su destino: la plaza de la torre de observación, situada frente a la entrada del distrito de clase baja. El día llegaba a su fin, y los puestos de la calle principal comenzaban a recoger sus productos, preparándose para cerrar. Alrededor de la torre se había concedido un permiso especial para instalar más tiendas, y los comerciantes más afortunados aguantaban hasta el último momento antes de que el sol se pusiera.
—Bien, capitán, voy a patrullar los bares.
—Modérate.
Dejando el carruaje en la caseta de los guardias, Hinke, que estaba fuera de servicio, se dirigió a los bares para su peculiar "patrulla". Si Zaisha hubiera estado presente, probablemente lo habría reprendido por su exceso de confianza hacia Yuusuke, recordándole que este no solo era un guardia de élite, sino también su capitán. En ese caso, Yuusuke tampoco se habría librado de una reprimenda, instándole a ser más consciente de sus responsabilidades.
—Allá voy.
Tras despedirse de Hinke, Yuusuke alzó la vista hacia la torre de observación. Entre las sombras del atardecer, el vestido rojo de Violet destacaba de forma llamativa. Su bufanda ondeaba suavemente al viento. Con una mezcla de resolución y cautela, Yuusuke empezó a caminar hacia la torre.
—Oye, ¿no es ese el héroe de Gearhawk?
—Lleva el uniforme del palacio. ¿En serio es él?
—¡No puede ser! ¿Qué hace aquí?
—¿Habrá venido a inspeccionar la torre que construyó?
La gente que esperaba su turno para subir a la torre de observación comenzó a murmurar al reconocer a Yuusuke. Algunos incluso especulaban en voz baja que la princesa que había subido a la torre poco antes podría estar esperando su compañía. El guardia de la puerta, al percatarse de su presencia, se acercó y lo saludó con cortesía.
—Gracias por su arduo trabajo. La princesa ha subido las escaleras hace un momento...
—Ah, he venido a buscarla.
La multitud que se había aglomerado cuando Violet había subido a la torre de observación ya se había dispersado. Al notar que todo se había calmado, el portero dejó escapar un suspiro de alivio al escuchar que venían a buscarla. Aunque parecía un asunto menor, su presencia había causado más revuelo del esperado.
De pie en la entrada de la torre, Yuusuke levantó la vista hacia lo alto, tomándose unos momentos para reflexionar. Recordó que, durante su construcción, él había estado en la cima desde el principio, por lo que esta sería la primera vez que subía. También rememoró lo agotador que había sido descender aquel día.
Actualmente, llevaba el uniforme de la Patrulla del Dios Oscuro: pantalones, chaqueta y capa, todos diseñados con efectos especiales que mejoraban su resistencia a ataques físicos, habilidades divinas, quemaduras, congelamiento y otras condiciones adversas. Sin embargo, Yuusuke buscaba algo más, algo que le permitiera soportar mejor el esfuerzo físico y moverse con mayor facilidad.
—¿Puedo llevarme cuatro de esos anillos?
—¿Eh? ¡Sí, claro! ¡Serán dieciséis verdes!
—Vale. Tengo prisa, así que no hace falta que me dé el cambio.
—Oh, muchas gracias.
Con tres monedas de cristal azules, Yuusuke adquirió cuatro anillos baratos a los que añadió mejoras para la recuperación de energía y la velocidad de movimiento. Dado su bajo coste, los efectos no eran especialmente elevados, pero resultaban suficientes para el propósito que tenía en mente: subir y bajar las escaleras de la torre. Se colocó dos de ellos para aprovechar sus beneficios inmediatos y guardó los otros dos para que Violet pudiera utilizarlos al descender.
Aunque normalmente, tras ascender cincuenta escalones, cualquiera estaría exhausto y con las piernas temblando, los anillos le proporcionaron la energía suficiente para mantener el ritmo. Cuando su respiración se aceleraba, reducía ligeramente la velocidad para recuperarse, solo para reanudar la carrera poco después, en un ciclo continuo. De este modo, sin detenerse en los descansillos, alcanzó finalmente la cima de la torre. El cielo estaba dividido entre los colores cálidos del atardecer y el azul profundo de la noche. Las nubes avanzaban perezosas, y en el horizonte opuesto al sol, las primeras estrellas comenzaban a brillar tímidamente.
—Te gustan mucho los lugares altos, ¿verdad?
—...
Mientras Yuusuke recuperaba el aliento, se acercó a la chica que estaba apoyada en el borde del mirador, observando el horizonte. El dobladillo de su vestido rojo ondeaba con el viento, al igual que su bufanda y su cabello, recogido en dos coletas. Aunque estaba de espaldas, Violet no se giró hacia él, ni siquiera cuando él le habló nuevamente y le tocó el hombro.
—Mírame.
—No me toques así, insolente.
Yuusuke, ignorando su resistencia, la agarró por ambos hombros y la giró hacia él. Violet, con la cabeza baja, aún siguió negándose a mirarlo a los ojos.
—Levanta la cara.
—No quiero.
—Levántala.
Esta vez, le tomó las mejillas con ambas manos y la obligó a levantar la cara. Sus ojos rojos, llenos de lágrimas, le dieron con una mirada fulminante como si estuvieran protestando «¡Imprudente!», pero rápidamente apartó la vista, girando la cabeza.
—Mírame a los ojos.
—...
Con una expresión temerosa, Violet finalmente levantó la mirada hacia los ojos de Yuusuke, sintiéndose aliviada al no encontrar la "distancia" que había notado antes.
—Perdona por lo de antes.
—¿Eh...?
Violet se quedó perpleja ante la disculpa de Yuusuke. Él, tras contarle lo que había estado pensando en el palacio, le explicó que aquello había sido un error de juicio por su parte. No la había considerado adecuadamente y había tomado una decisión apresurada.
—Si realmente quieres ser una buena princesa, alguien noble, creo que deberías conocer más sobre el resto del mundo.
—¿De verdad, Yuusuke? ¿De verdad lo piensas?
Violet brilló con entusiasmo ante la afirmación de Yuusuke. Mientras los demás decían que las personas nobles no debían conocer las cosas de las clases bajas, ella sonrió al recordar que quienes le habían dicho que debía conocer más sobre el mundo habían sido solo Zeshald y Yuusuke.
—Mi padre también me dijo algo parecido en el pasado.
—Vaya... Bueno, él es muy sabio, deberías hacerle caso.
Yusuke le explicó que conocer esas circunstancias le permitiría comprender a los demás y sería una forma de curtirse.
—Yo mismo no conozco lo suficiente de este mundo ni de mí mismo como para decirle a los demás qué hacer.
—Eso mismo me pasa a mí también.
Entonces, ambos asintieron, decididos a conocer el mundo y profundizar en su comprensión juntos. Como Violet no podía moverse libremente fuera del palacio debido a su posición, Yuusuke comenzaría a recorrer distintos lugares, escuchando y observando todo lo que pudiera desde diferentes perspectivas, para luego contarle a ella lo que había aprendido.
De este modo, Yuusuke consiguió una nueva misión especial para la Patrulla del Dios Oscuro, bajo la orden directa de Violet, y se convirtió en el único guardia del palacio cuya principal actividad sería fuera del palacio.
—Por cierto, Yūsuke.
—¿Hm?
—¿Sabes lo que estás haciendo ahora mismo?
—¿Eh...?
Al escuchar esto, Yuusuke reaccionó y se dio cuenta de que, bajo el cielo estrellado, estaba sosteniendo las mejillas de Violet con ambas manos y acercando su rostro al suyo. También notó la presencia de los guardias espiando desde la entrada de la torre.
—¿No será un encuentro secreto?
—Quizá haya poca intimidad en el palacio...
—Pero no han anunciado nada sobre su compromiso, ¿verdad?
—Después de todo, él es un héroe...
Por ahora, Yuusuke liberó a Violet y se apartó, decidido a aclarar el malentendido de los rumores que los guardias estaban susurrando.
Así, Yuusuke comenzaría a llevar a cabo su primera misión especial de verdad. Él, que había sido invocado por la "voluntad" de Kaltcio. Una existencia que fomentaba el ciclo del mundo, el Dios Maligno. Yuusuke Tagami. Comenzó su camino como el líder de la Patrulla del Dios Oscuro y el guardia de palacio conocido como el héroe de Fonkrank. Su misión sería guiar al mundo hacia una nueva era: ¿será un camino de destrucción o de creación? En realidad, tal vez lo sea de ambos.
Epílogo
A primera hora de la mañana…
En el piso superior del Palacio Volance, en su habitación privada de guardia del palacio, Yuusuke estaba manipulando algunos pequeños objetos. Con su habilidad de personalización, que le permitía otorgar efectos especiales a las cosas, había aplicado efectos de curación y sedación a su ropa de dormir, lo que le permitía disfrutar de un sueño más cómodo. Gracias a eso, ahora podía despertarse más pronto, o mejor dicho, el tiempo que necesitaba dormir se había reducido.
En los últimos días, Yuusuke había hecho de esto una rutina: aprovechar las tranquilas horas antes del amanecer para fabricar y personalizar objetos. De vez en cuando, salía al pasillo y los sirvientes se sobresaltaban al verlo.
—Ajá, al final, usar monedas de cristal como material hace que salgan cosas buenas.
Yuusuke había modificado monedas de cristal amarillas en forma de anillos y pulseras, transformándolas en equipamiento al que luego otorgaba efectos especiales, de modo que pudiera usarlas según la situación. Tenían el doble o más de parámetros manipulables que los anillos baratos que había comprado hacía ocho días en el mercado frente a la torre. Gracias a la personalización, la vida de Yuusuke en el palacio seguía siendo, en su mayoría, tranquila y pacífica.
Al día siguiente de su regreso desde la fortaleza, el incidente se difundió por todo el palacio. El hecho de que la Patrulla del Dios Oscuro, considerada un grupo inútil y "el juguete de la princesa", hubiera aniquilado a la élite de las brigadas de Blue Garden causó gran conmoción entre los guardias del palacio. En particular, los candidatos al compromiso de la princesa, que observaban de cerca el ascenso de Yuusuke, comenzaron a sospechar. Se preguntaban si la victoria había sido producto de la casualidad, de la suerte, o si los subordinados de Yuusuke eran especialmente talentosos. No se sentían tranquilos, ya que bajo el mandato del rey Esvobus, que se había basado en evitar los conflictos políticos a toda costa, no se ofrecían oportunidades frecuentes para ganar méritos a través de logros militares.
A pesar de que algunos pedían declarar la guerra en represalia por las continuas provocaciones de Blue Garden y para honrar a los caídos, pocos compartían esa opinión. Según los informes, las artes divinas de Yuusuke, que parecían capaces de aniquilar a un gran número de enemigos, solo le ofrecerían más oportunidades de ganar méritos en el campo de batalla.
Mientras tanto, los candidatos al compromiso de la princesa, que intentaban restar importancia a los logros de Yuusuke, comenzaron a interrogar a sus subordinados bajo el pretexto de esclarecer los detalles del incidente. Fueron atraídos por la gran calidad de una daga que su capitán les había concedido.
El arma, que a simple vista parecía normal, tenía la capacidad de aumentar la fuerza de su portador, hacer que sintiera su cuerpo más ligero y amplificar el poder de sus artes divinas. Los guardias de la Patrulla de Fuego que la probaron fueron capaces de crear esferas de fuego entre una y dos veces más grandes de lo habitual.
Pidieron que se una daga como esa debía ser para el escuadrón más fuerte, pero entre los subordinados de Yuusuke, Vermeer respondió amablemente que era un regalo directo de su capitán. Para evitar que se generaran celos más adelante, desvió astutamente la conversación, diciendo: «Si realmente la deseáis, puedo pedirle al capitán que haga más», logrando así apartar el foco de atención.
Sin embargo, todo este desarrollo formaba parte de un plan que Yuusuke ya había previsto.
La habilidad de Yuusuke había sido objeto de discusión entre todos por sugerencia de Zhahid antes de regresar de la fortaleza.
—Este asunto sin duda complicará su posición dentro del palacio.
—¿Es como "ir a por el que más destaca"?
—Ja, ja, ja. Sí, algo así.
—Pero, en realidad, esto no tiene gracia, ¿no?
Particularmente, la capacidad de otorgar efectos a objetos no era algo que Yuusuke pudiera seguir ocultando. Si se hacía público, le llegarían en masa solicitudes de los altos mandos, lo que provocaría una sobreproducción de objetos con efectos especiales y, sin duda, alteraría el equilibrio de muchos aspectos de ese mundo. Como tildaban a Yuusuke de "Dios Oscuro de la Calamidad", quería tener cuidado con cualquier acción que pudiera tener un gran impacto.
Hacer desaparecer la existencia de la daga mejorada requería mentir mucho en los informes sobre el combate contra la Brigada de Viento. Habría que subestimar o sobrestimar las capacidades del enemigo y los aliados, lo que afectaría las estrategias nacionales a largo plazo, por lo que tampoco era una opción. Era posible que, si un simple guardia sin mucha habilidad divina hubiera logrado vencer a una brigada de élite, los altos mandos subestimaran al enemigo y eso fortaleciera al bando partidario de la guerra, lo que podría desencadenar en un conflicto a gran escala.
Por lo tanto, acordaron decir simplemente que la personalización de objetos no era algo fácil de realizar. Inventaron una versión en la que explicaron que las dagas mejoradas que tenían los subordinados de Yuusuke las había fabricado en casa de Zeshald, donde vivía antes, para practicar con sus artes divinas.
Después de la reconciliación con Violet en la torre de observación, Yuusuke recibió un aviso de Vermeer y los demás. Le informaron de que «los altos mandos habían detectado los efectos especiales de las dagas mejoradas». Ante esta situación, Yuusuke consultó con Violet el problema.
Por supuesto, el asunto del "Dios Oscuro" seguía siendo un secreto. Hasta ese momento, las únicas personas que sabían que Yuusuke había sido invocado en Kaltcio desde otro mundo eran Sun y Zeshald.
—Ya veo. Ciertamente, esto podría convertirse en la raíz de un conflicto —dijo Violet. Tras haber experimentado los efectos de los anillos con poderes especiales de Yuusuke, entendió rápidamente la preocupación de él.
Aunque por el momento nadie había intentado contactar con Yuusuke directamente, probablemente por lo que Violet pudiera pensar, si el reino le emitiera una solicitud formal para fabricar objetos con efectos especiales, él no podría rechazarla.
Consciente de la gravedad del asunto, la princesa reforzó la promesa que había hecho con su padre al crear la Patrulla del Dios Oscuro. Solo la princesa podía dar órdenes a la Patrulla del Dios Oscuro, y nadie más tenía derecho a saltarse su aprobación. El mismo Yuusuke o incluso el rey tendrían que consultar cualquier asunto primero con ella.
Sin confiar únicamente en esto, Violet tomó todas las precauciones posibles. Convocó una reunión secreta en la que, para sorpresa de todos, involucró también a Krielov, para discutir cómo manejar la situación. Su ayudante, rechazado siempre por la princesa anteriormente, se sorprendió al ver que confiaba en él para tratar un asunto tan importante. Además, al tener sus propias sospechas sobre las intenciones de Zeshald hacia Yuusuke, se había formulado una trama muy plausible.
«¿Lo había dejado él en este país sabiendo que causaría el caos, o...?»
La estrategia que propuso Krielov consistía en reajustar los cuatro anillos que Yuusuke y Violet habían utilizado para subir y bajar de la torre y entregarlos a los comandantes de las diferentes divisiones de la Patrulla de Palacio.
Así fue como se crearon el Anillo de Fuego, el Anillo de Agua, el Anillo de Tierra y el Anillo de Aire, cada uno diseñado específicamente para amplificar las habilidades de los respectivos dioses elementales. Los anillos aumentaban la potencia de las artes divinas y favorecían solo a su elemento correspondiente. En comparación con la mejora del 20% de la daga, los anillos amplificaban cerca del 45% cada tipo de arte divina. Esto los convertía en artefactos sumamente poderosos.
La idea era distribuirlos entre los capitanes de las patrullas de palacio. Para maximizar el impacto entre el mayor número posible de personas, idearon una pequeña estratagema. El campo de entrenamiento interior del palacio se cerraría temporalmente bajo algún pretexto. Esto obligaría a los soldados a entrenar en el campo exterior. Allí se llevaría a cabo una demostración cuidadosamente planificada del poder de los anillos. De esta manera, no solo se garantizaban que los soldados y los altos mandos conocieran a los nuevos artefactos, sino que también se reforzaba la idea de que los anillos eran valiosos y representaban un símbolo de poder, que estaría a disposición de los comandantes.
Ese día, de forma poco habitual, el comandante de la Patrulla de Fuego, Krielov, estaba entrenando junto a sus subordinados. Muchos soldados de otras divisiones se habían acercado para observar cómo demostraba su arte divina "Lanza de Fuego", una técnica que envolvía su lanza en llamas.
Las artes ígneas de los soldados de la Patrulla de Fuego se centran principalmente en la ofensiva, pero las hay de tres tipos principales: de lanzamiento, como los proyectiles de fuego; de imbución, que consisten en envolver las armas con fuego; y de colocación, como las paredes de fuego que se pueden invocar en puntos específicos. Con suficiente entrenamiento, los expertos en artes de lanzamiento podrían incluso imitar las artes de imbución.
Por otro lado, las artes ígneas de Violet eran únicas y se consideraban excepcionales. Podía generar fuego en lugares específicos, sin importar qué hubiera en medio, lo que le confería un poder destructivo impresionante.
La destreza de Krielov y el imponente espectáculo de fuego de la lanza, envuelta en unas llamas furiosas que se retorcían como una serpiente gigante, era el centro de atención.
En medio del entrenamiento, un joven vestido con el uniforme negro de la Patrulla del Dios Oscuro apareció en el campo. Era el héroe de Gearhawk, el capitán Yuusuke. Había venido a darle un regalo de agradecimiento al encargado de la protección personal y la educación de la princesa Violet.
—¿De parte de la princesa? Qué amable —respondió Krielov al recibir el Anillo de Fuego.
Inmediatamente se lo colocó y, al utilizarlo con sus artes ígneas, mostró a todos el resultado. En lugar de la llama que envolvía antes su lanza, el anillo amplificó su poder, concentrando el fuego hasta el punto en que la lanza parecía estar formada por el mismo elemento. Con una forma afilada y letal, capaz de atravesar cualquier cosa que se le pusiera por delante.
La perfección de esa lanza cautivó a todos los presentes. Mientras, Yuusuke y Krielov intercambiaron unas palabras que ya habían planeado con anticipación:
—Esto es impresionante. Cuánto me gustaría que mi equipo también tuviera uno de estos anillos.
—Claro, no hay problema. Pero me llevará algún tiempo hacerlos, primero tengo misiones que atender...
A través de esta interacción, los guardias entendieron que, si querían las armas que fabrica Yuusuke, debían ganarse su favor. Gracias a esto, en el palacio y en la ciudad, casi nadie se atrevía a molestar a Yuusuke o a hacer nada que lo pusiera de mal humor. Ese "casi" indica que, como siempre, todo tiene su excepción. Aunque no es que Yuusuke sea del tipo de persona que se moleste fácilmente.
—Hola, Yuusuke. ¿Has terminado mi anillo?
—Aún no. Además, ¿no debería tener prioridad el vicecapitán? Digo yo.
Mientras caminaba por el pasillo junto a Hivodir, con quien se había encontrado inesperadamente, Yuusuke dejó claro que tardaría un tiempo en fabricarlo. «Por lo menos, espera otros cincuenta días». Fingía tardar al menos diez días para fabricar cada anillo.
—¡¿En serio?! Es cierto que dentro de la patrulla soy solo un soldado de élite más, pero en el palacio soy de una familia más noble que el capitán.
—¿Y a mí qué?
—Hoy desayuno en casa —respondió Hivodir mientras estaban llegando al comedor.
Se giró ligeramente y, despreocupado, levantó una mano y mostró sus dientes brillantes. Atropellado por un carrito de un sirviente que justo giró la esquina en ese momento, cayó al suelo y se golpeó la rodilla.
—¡T-Tú! ¡Cuidado! ¡Mi rodilla, mi rodilla!
—¡Ah, lo lamento mucho! ¿Está bien, señor?
Dejando atrás la escena de un noble revolcándose por el suelo agarrando su rodilla y un sirviente corriendo nervioso a su alrededor con torpeza, Yuusuke entró al comedor a recoger su desayuno.
—Mmm. Es un tío más divertido de lo que pensaba.
La vida de Yuusuke en el palacio transcurría de esta manera la mayor parte del tiempo.
Gracias por el capitulo!
ResponderEliminargenial capitulo XD, ya quiere tener a la loli tsudere
ResponderEliminar"Los dos estaban de pie bajo el cielo estrellado en la cima del observatorio."
ResponderEliminarYo quiero mi propia torre de observación... ya se a quien me llevaría arriba a mirar las estrellas (guiño)(guiño)... no falla =3
Pero igual ella jamás te amara, su corazón frío le impide darte eso que anelas :'(
Eliminarmuchas gracias por le capitulo
ResponderEliminargracias :)
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