Qué bien, por fin tenemos esta serie más o menos avanzada y no tengo que revisar las traducciones de Degel con un día de antelación... No sé qué habría hecho con el 49... Fue taaan difícil de corregir... Muérome TT_TT
Bueno, últimamente he estado viendo muchas solicitudes para Mary, así que tengo celos y quiero decir que SIEMPRE ES BIENVENIDO UN TRADUCTOR. Dicho esto, si alguien quiere postular al puesto, prometo ser buena ^^
-Xeniaxen
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
46
—Buenos días, capitán. Qué temprano se ha levantado.
—Buenos días.
Antes del amanecer, cuando la oscuridad seguía envolviendo la ciudad, Zaisha, se encontró con Yuusuke frente a la posada, observando el lago. En el muelle, las luces de los barcos que partían para pescar oscilaban suavemente.
—Ayer me di cuenta de algo: solo hay barcos pequeños.
—Así es. El Lago Reflejo Lunar se considera un lugar sagrado, así que está prohibido que naveguen embarcaciones grandes.
—¿Tiene que ver con creencias religiosas?
—Diría que es más una superstición.
Según una leyenda local, cualquier barco grande que se atreviera a surcar el lago sería arrastrado al fondo por el guardián del lago. Esta creencia persistía aún a día de hoy, por eso solo utilizaban botes pequeños impulsados a remo. La misma leyenda aseguraba que en el fondo del lago yacía una antigua ciudad repleta de riquezas, protegida por dicho guardián, que impedía que cualquier barco grande, capaz de transportar tesoros, se acercara.
—Hmm... ¿Y nadie ha intentado bucear y comprobarlo?
—Seguro que sí. Pero nunca he oído de alguien que haya encontrado la ciudad ni nada en el fondo.
Zaisha comentó que la ciudad portuaria donde se encontraban se regía por viejas tradiciones, para bien o para mal. Si permitieran barcos más grandes, podrían transportar incluso los carruajes a través del lago, pero al ser una norma local, era algo que no podían forzar a cambiar.
—Pero, con el comercio que hay entre los cuatro países, sería más eficiente usar embarcaciones más grandes.
Yuusuke pasó el breve tiempo hasta el amanecer charlando con Zaisha sobre cuestiones como esa, mientras ambos contemplaban las aguas tranquilas del lago.
Después de desayunar, mientras la Patrulla del Dios Oscuro y la comitiva diplomática se preparaban para embarcar, Yuusuke decidió acercarse al muelle para inspeccionar las embarcaciones que les habían asignado. Eran dos botes largos con capacidad para seis personas cada uno, aparentemente los mejores disponibles para transportar a personas de alto rango de la capital.
—¿Hmm?
Mientras revisaba el estado de las embarcaciones en el menú de personalización, notó algo extraño. Al enfocar la parte inferior y ampliarla para verla más en detalle...
—¿Qué ocurre, capitán? —preguntó Vermeer, que acababa de llegar cargado de equipajes.
Rodeado por el leve resplandor de su poder, Yuusuke empezó a mover los dedos como si trazara algo en el aire. Cuando hizo un gesto como si presionara un punto, un suave destello iluminó una sección del bote.
—Había algo que parecía un mecanismo para hundirlo en medio del trayecto, así que lo sellé.
—¿Un mecanismo...?
El semblante de Vermeer se tornó serio, y comenzó a inspeccionar los alrededores con cautela. Yuusuke explicó, mientras revisaba la otra embarcación, que había encontrado un agujero en el fondo, tapado con un material diseñado para disolverse lentamente en el agua.
—Listo. Ya está.
—¿Cree que era un ataque encubierto?
—Nos han preparado estos botes expresamente a nosotros, así que probablemente sí.
—¿Quién sería capaz de hacer algo así...?
En un tono más bajo, ambos discutieron la posibilidad de que alguien estuviera intentando obstaculizar el acercamiento entre Fonkrank y Noscentes. La hipótesis más sencilla apuntaba a Gazetta, que mantenía una relación tensa con Noscentes, pero...
—También está ese grupo armado que últimamente ha cesado sus asaltos.
El grupo armado que había causado estragos en Fonkrank estaba bajo sospecha de tener vínculos con Noscentes. Sopesaron la teoría de que Noscentes, al considerar la Patrulla del Dios Oscuro como la unidad militar más formidable de Fonkrank, podría haber planeado eliminarlos para neutralizar una futura amenaza.
—¿Y si hay colaboradores de Noscentes o del grupo armado aquí, dentro de Fonkrank?
—Si consideramos lo que pasó en Blue Garden, no sería nada descabellado —Yuusuke se encogió de hombros, señalando que las posibilidades eran innumerables si se empezaba a sospechar de todos—. Shinja mencionó que es un lugar de fácil acceso.
Tal y como el rey desvalido le había sugerido, no se sabía con certeza si el grupo armado tenía conexiones con Noscentes. Aunque Gazetta parecía no tener intención de eliminar a la Patrulla del Dios Oscuro o al propio Yuusuke directamente, esa percepción solo representaba la postura de Shinja. Y él mismo había admitido la existencia de facciones que diferían de sus ideales. Por mucho que insistiera en que no harían nada tan imprudente como lo del grupo armado, no podía garantizarlo.
Yuusuke concluyó que necesitaban más información para llegar a una decisión sobre ese asunto.
—Deberíamos informar esto a nuestros superiores, por si acaso.
—De acuerdo. Se lo comunicaré a Hisotta.
Así, notificaron al palacio sobre el intento de sabotaje en la misión de entregar la carta del rey, y solicitaron con urgencia que enviaran un equipo de investigación.
Desde una habitación de una modesta posada, una figura observaba a través de un telescopio los botes de la Patrulla del Dios Oscuro, que remaban en dirección a la península de Trent Rietta. Según sus cálculos, el agua comenzaría a infiltrarse a través de los agujeros en algún punto intermedio entre la península y el puerto.
—No podré confirmar el resultado desde aquí, pero no parecían haberse dado cuenta del mecanismo. Con suerte, acabarán hechos pedazos en el lago.
—¿Está seguro de esto? Tenía entendido que el Consejo Divino planeaba atraer al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro hacia su lado...
—Hmpf... Eso es imposible. Ese capullo está fuera del alcance de esos viejos seniles. Es mejor deshacerse de él cuanto antes.
—E-Entiendo...
Ignorando las dudas de su subordinado, que se sentía desconcertado por las acciones independientes y contrarias a las órdenes de su jefe, el hombre se dirigió hacia la puerta.
—¿Adónde va, comandante?
—A desayunar. Dicen que aquí en la ciudad portuaria cocinan un pescado excelente.
Con esas palabras, salió de la habitación. El hombre era Volmes, el antiguo comandante de la Brigada de Fuego, una unidad de élite de Blue Garden. Actualmente, servía como líder de una unidad secreta de operaciones especiales de Noscentes. Algunos de los antiguos miembros de la Patrulla de Fuego, ahora bajo su mando, seguían llamándolo "comandante". Nerviosos, se apresuraron a seguirlo.
De las dos embarcaciones que partieron del puerto, Yuusuke y Zaisha compartían una con los tres representantes diplomáticos, mientras que el resto del grupo iba en la otra. En un momento dado, mientras estaba atenta al entorno, Hisotta sintió una presencia familiar. Miró a su alrededor con curiosidad, pero no encontró nada fuera de lo común.
Al cabo de unos instantes, vio como un gran pez asomaba la cabeza sobre la superficie del agua. Convencida de que lo que percibió era solo un error de interpretación, sacudió la cabeza y murmuró para sí misma:
—Solo ha sido mi imaginación, ¿verdad...?
Nadie pareció notar su comentario.
—¡Preparaos para desembarcar! —señaló Yuusuke con su habitual tono despreocupado.
Llegaron a la península de Trent Rietta poco antes del mediodía.
Dado que no había ningún muelle o infraestructura similar, tuvieron que atracar las barcas directamente en la orilla y cargar el equipaje a cuestas, lo cual resultó algo complicado. Adelantándose con las manos libres gracias al apoyo de sus compañeros, Yuusuke personalizó el terreno cercano al agua para crear una pequeña extensión que actuara como un muelle improvisado. Los barqueros se quedaron atónitos al presenciar la magia de Yuusuke.
—Hemos llegado según lo planeado, ¿no?
—Sí, hasta ahora todo ha ido sin contratiempos.
Tras despedirse de los navegantes, que regresaban al puerto, el grupo almorzó junto al lago. Luego, realizaron una exploración amplia de la zona antes de comenzar su marcha hacia el sur. Evitaron las áreas habitadas por bestias mágicas, ya que estas podían reaccionar a las ondas de las artes aéreas de exploración.
Continuaron su camino bordeando el bosque. Al llegar a un punto cercano al centro de la península, comenzó a anochecer, por lo que decidieron acampar allí.
—Es impresionante cómo no muestra ningún signo de cansancio, capitán. Es digno de admirar... ¿Capitán? ¿Está bien?
—Bueno, es que... Me siento un poco culpable...
Durante el trayecto, todos mostraban signos de fatiga en mayor o menor medida. Gracias a las mejoras de su uniforme, Yuusuke podía recuperar constantemente su energía, por lo que el cansancio no era un problema para él. Para evitar complicaciones innecesarias, solía argumentar que requería mucho tiempo fabricar objetos con efectos de mejora, por lo que no podía mostrar abiertamente sus habilidades frente a los embajadores. Aun así, se reprochaba no haber preparado algo tan básico como un anillo de recuperación para cada uno.
—Al menos, haré lo posible para que todos podáis descansar bien esta noche.
Así, Yuusuke ordenó al equipo que se centraran únicamente en preparar la comida, abrió el menú de personalización y comenzó a manipular el terreno. Bajo las órdenes del capitán, Zaisha e Hisotta dejaron de montar las tiendas y se ocuparon de la comida, mientras que Vermeer y Zhahid entraron en el bosque para recolectar frutos silvestres. Hinke, el más agotado tras usar sus artes aéreas de asistencia de movimiento para facilitar el viaje, se tumbó usando un saco como almohada. Los tres embajadores observaron con desconcierto cómo el grupo no montaba ninguna tienda a pesar de que el sol ya estaba poniéndose.
—Eh... ¿No vais a preparar el campamento? —intranquilos por el frío de la noche, los insectos, e incluso la posibilidad de que lloviera, los embajadores, que no tenían experiencia en acampar al aire libre, sugirieron montar tiendas.
—No se preocupe, el capitán nos ha dicho que él se ocupará de todo.
—Pero... Aun así...
—No pasa nada, miren.
Zaisha señaló a Yuusuke, quien estaba trabajando en la distancia. Bajo sus pies, brillaba el halo de luz mientras transformaba el terreno en materiales sólidos. Moldeó la tierra endureciéndola para construir bloques y ensamblar una estructura con la solidez de un edificio de ladrillos.
Tras unos treinta minutos, completó la revisión final del modelo de la construcción en su interfaz y lo materializó en el mundo real.
—Ejecutar.
—¡Guau!
—¡Es increíble!
Frente a ellos apareció una estructura tan sólida y bien diseñada que apenas podía llamarse campamento. Cada uno tenía su propia habitación individual dentro del refugio. Los representantes, pasmados, entendieron que habían presenciado la habilidad divina de construcción rápida por la que se conocía al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro.
Cabe destacar que dejó el terreno alrededor del refugio hundido, creando una especie de foso. Con un lugar seguro y cómodo para descansar, tanto la patrulla como los representantes disfrutaron de una cena caliente y reparadora, antes de prepararse para el día siguiente con una noche de descanso sosegada.
Por la noche, después de cenar, Yuusuke estaba trabajando en algo dentro de su habitación. Al terminar, decidió salir para disfrutar un poco de la brisa nocturna.
—Ah. Hola, capitán.
—Oh, Zaisha. Buen trabajo hoy.
Encargada de la recuperación del grupo, había tenido que emplear artes acuáticas de forma intermitente para los compañeros agotados por el largo trayecto. Seguramente estaba tan fatigada como Hinke, que había estado utilizando artes aéreas para facilitar el desplazamiento.
—A partir de mañana, quiero que todos uséis esto. Seguro que os hará las cosas mucho más fáciles.
—¿Qué es?
—Un anillo de recuperación. Está hecho de piedra, nada especial.
Había diseñado el anillo para que tuviera un aspecto barato y una forma poco atractiva. De esta manera, podía justificar no haberlo sacado antes, alegando que no quería obligar a nadie a usar algo tan tosco y poco elegante.
El próximo tramo del viaje, en el que llegarían cerca de la frontera con Noscentes, transcurriría por el bosque; un trayecto aún más exigente que los anteriores. Yuusuke quería ahorrar al máximo las artes curativas y las de apoyo para momentos críticos.
—Y este otro está hecho de monedas de cristal. Es tres veces más efectivo que el de piedra.
Mientras hablaba, Yuusuke mostró un anillo semitransparente, más refinado. Zaisha alternó la mirada entre el rostro de Yuusuke y el anillo, visiblemente confundida.
—¿Eh? Yo... Esto... ¡¿Cómo?!
—Has estado esforzándote mucho, ¿no? Especialmente con esos tres embajadores que parecen unos flojos. Te vi recuperándolos constantemente.
Yuusuke le tomó la mano y le colocó el anillo de cristal, explicándole que era un bono especial por todo su esfuerzo. Sorprendida y emocionada, ella se llevó ambas manos contra el pecho, conmovida por el gesto de su capitán.
—Gracias, capitán. Prometo que lo cuidaré.
Sus ojos se humedecieron mientras lo miraba hacia con expresión de gratitud, casi demasiado exagerada para la situación. Yuusuke, por su parte, no pudo evitar pensar en lo fuera de contexto que podría parecer esta escena desde un punto de vista externo, algo que le hizo reprimir una sonrisa mientras reflexionaba sobre su peculiar situación.
—Uhhh... ¡Zaisha también ha caído rendida a sus pies! Al capitán no se le escapa ni una, ¿eh?
—Vuelve a tu habitación y vete a dormir de una vez.
Hinke había ido hasta la habitación de al lado para espiar la escena por la ventana y recibió un almohadazo de Vermeer. Sí, ambos lo habían visto todo.
47
La mañana siguiente, tras revertir la cabaña y volver al terreno original, la Patrulla del Dios Oscuro y los embajadores reanudaron su marcha. Primero bordearon el lago hacia el extremo sur de la península, luego giraron hacia el oeste para adentrarse en el bosque. El efecto de los anillos de recuperación estaba siendo notable, especialmente para Zaisha, cuyo papel de sanadora era crucial; ya casi no sentían fatiga. Esto les permitió aumentar el ritmo.
Mantuvieron la comunicación periódica por artes aéreas con los enviados de Noscentes, verificando sus respectivas posiciones. Estaban avanzando con cautela pero a buen paso por los senderos estrechos del bosque, intentando ahorrar esfuerzos para no necesitar paradas prolongadas. Solo comieron raciones simples y frutos rara mientras andaban. La marcha intensiva dio sus frutos, y hacia el atardecer ya se encontraban cerca de la frontera.
—¿Seguimos yendo en la dirección correcta?
—Sí, todo está bien. En menos de media hora deberíamos llegar a la frontera.
La luz del sol comenzaba a teñirse de rojo, filtrándose entre los árboles. A pesar de la larga caminata desde el amanecer, los embajadores no se quejaron. Sabían que la noche les ofrecería un descanso cómodo y seguro, lo que les daba ánimos para seguir. Para ellos, esta misión era una experiencia completamente nueva, una que jamás habrían imaginado en sus habituales deberes palaciegos. Poco a poco, lo que al principio parecía un desafío se convertía en algo emocionante, como si estuvieran viviendo la vida de un aventurero.
—¿...?
Justo cuando se aproximaban al punto donde esperaban ver el campamento de los de Noscentes, Yuusuke notó algo peculiar. Hisotta, que caminaba detrás de él, a la izquierda, miró repetidamente hacia un punto en la retaguardia, frunciendo el ceño con ligera inquietud. El capitán se acercó a ella y le habló en voz baja.
—¿Ocurre algo?
—¡Ah! N-No... Probablemente no sea nada... —Hisotta acompañó su exagerada reacción, el sobresalto por el inesperado susurro, con un torpe movimiento de manos para restarle importancia.
—Vale... Mientras más adelante no digas «¡Ahora todo cuadra!», tú sabrás.
—¿Eh?
Confusa por el comentario críptico, ella ladeó la cabeza. Él le explicó lo del intento de sabotaje de las barcas y que todo pequeños detalle a menudo podía ser un indicio importante.
—¿Me lo quieres explicar o no?
—Bueno... —Hisotta vaciló un momento antes de confesar en voz baja—. Es difícil de explicar, pero sentí algo... como una presencia tenue y lejana... como cuando lo de los guerreros desvalidos...
Luego, añadió que esa misma sensación la había tenido también mientras cruzaban el lago.
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El bosque que cubre la mayor parte del territorio de Trent Rietta es tan vasto y enrevesado que se lo conoce como la selva profunda. Salirse de los caminos establecidos y adentrarse en él significa, casi con certeza, perderse, a menos que seas un experto en artes aéreas de transmisión. Este bosque, convertido en una fortaleza natural, había permitido a Trent Rietta, a pesar de su limitada fuerza nacional, perdurar durante siglos en la gran tierra de Kaltcio.
En un área del bosque, a medio día de distancia de la frontera con Noscentes, estaba escondido un grupo de unos cuarenta soldados de la caballería de la Legión Blanca. Tras recibir la información de la visita de un embajador de Fonkrank, Shinja decidió que era el momento oportuno para ejecutar un plan que llevaba un tiempo considerando: lanzar un ataque sorpresa a la capital de Noscentes, Patricia del Norte, como distracción. Para ello, el grupo llevaba días oculto en el bosque de Trent Rietta.
Para evitar ser detectados, los soldados se habían dividido en pequeños grupos y, tras cruzar el territorio de Blue Garden, habían llegado a este punto atravesando el lago desde el puerto de Fonkrank.
—Parece que la comitiva de Fonkrank se ha reunido con la de Noscentes.
—Entendido. Informa que sigan observando sus movimientos, pero que lo hagan con cautela.
Tras dar esa orden, Shinja preguntó sobre el estado de su propio grupo.
—Hoy se espera la llegada de seis guerreros más. Los demás también están avanzando sin problemas hacia aquí.
—Estaremos todos en unos dos días.
—Dos días... Es un margen un poco justo.
Inicialmente, había previsto que la comitiva de Fonkrank podría tomar una de estas dos rutas: el camino del este, que atravesaba Trent Rietta, o el camino del oeste, que pasaba por Blue Garden. Sin embargo, al descubrir que habían elegido la ruta más corta cruzando el lago, aceleraron la concentración de su grupo.
Patricia del Norte era, en esencia, un enorme castillo construido por el antiguo Imperio del Clan Blanco. Como descendiente de la familia real, Shinja conocía tanto los pasadizos secretos como la ubicación del Consejo Divino, el organismo central de gobierno, situado en el Salón Divino dentro de la torre principal.
Aun así, debido a su diseño defensivo contra posibles invasiones externas, tomar el control del castillo en su totalidad sería extremadamente difícil sin una infiltración previa. Su objetivo era aprovechar el momento en que los miembros del Consejo Divino abandonaran la torre para reunirse con el embajador de Fonkrank. En ese intervalo, un pequeño grupo llevaría a cabo un ataque sorpresa y tomaría el control de la torre. Una vez asegurada, la torre central garantizaría el dominio sobre toda la ciudad.
Aunque la posibilidad de que la Patrulla del Dios Oscuro interviniera activamente complicaría la situación, Shinja confiaba en que Yuusuke no buscaría un enfrentamiento directo, considerando su personalidad.
—Además, hemos recibido informes de movimientos importantes en el puerto de Fonkrank.
—¿En el puerto, dices...? Por ahora centrémonos en reunir nuestras tropas.
Mientras tanto, en la ciudad portuaria de Fonkrank...
—¿Cuál es la situación del enemigo?
—Han aumentado el número. La unidad que llegó hace poco se está concentrando en el lado este.
—Hmm... ¿Pretenden bloquear la ruta de escape hacia Trent Rietta?
En una habitación de una popular posada, habilitada como cuartel temporal, Volmes analizaba los movimientos del cuerpo de vigilancia de Fonkrank a partir de los informes de sus subordinados. Cuando recibieron el aviso de la Patrulla del Dios Oscuro, se apresuraron hacia allí, desatando enfrentamientos con su unidad armada, que se encontraba oculta.
El plan inicial del grupo especial de operaciones liderado por Volmes era salir de la ciudad individualmente al caer la noche, para reunirse en un lugar discreto lejos de las miradas. No obstante, la vigilancia y los controles de los refuerzos de Fonkrank frustraron sus movimientos y capturaron a algunos de sus miembros.
Tras evaluar rápidamente la magnitud de las fuerzas enemigas, Volmes concluyó que la mejor opción era huir. Reunió a sus tropas dentro de la ciudad y adoptaron una postura de combate. El cuerpo de vigilancia detectó sus movimientos rápidamente. Mientras evacuaban a los residentes fuera de la ciudad, estrecharon el cerco, asegurándose de que sus defensas no tuvieran puntos débiles.
Acorralado, el grupo de Volmes se atrincheró en la posada.
—Unidades tres y cuatro, mantened a raya a las barricadas laterales. Unidades uno y dos, defensad la posición en el segundo piso, en la entrada principal y en el vestíbulo. Eliminad la barricada frontal.
Volmes planeaba abrirse paso en las defensas enemigas para atraerlos hacia adentro y luego atacarlos desde todas las direcciones a la vez, infligiendo el mayor daño posible. Él se retiró a una habitación de la posada que había establecido como sala de mando. Desde allí, planeaba utilizar un túnel de escape que había preparado previamente. Cuando el cuerpo de vigilancia desplazó las tropas para asaltar la posada, la salida del túnel quedó justo fuera de su perímetro.
—Bien. Vamos allá.
Aprovechando el momento, Volmes y dos de sus subordinados lograron escapar de la posada, dejando atrás al resto. Abandonaron la zona discretamente.
—Cuando salgamos de la ciudad, nos ocultaremos por un tiempo en el bosque del norte. Mantened el ritmo y seguidme de cerca.
—¿Eh? Comandante, pero, ¿y nuestros aliados?
Volmes giró el rostro a medias con una expresión que decía «¿Qué importa eso?» y, en un tono de exasperación, explicó el verdadero propósito de la operación:
—No hay nada que hacer. Olvídate de ellos. Solo están ganando tiempo para que nosotros podamos fugarnos. Una vez en el bosque, nos retiraremos hacia Trent Rietta.
—¿¡Está diciendo que los vamos a abandonar!?
—Pero... ¡Los de Gazetta y los de Noscentes han luchado a nuestro lado hasta ahora!
—Silencio. El enemigo podría oírnos.
Esto ya no era una simple estratagema, como engañar a un recluta dentro de un grupo de élite, sino una traición total. Los dos subordinados, que habían seguido a Volmes desde los días en que pertenecían a las brigadas de élite de Blue Garden, concretamente a la Bridada de Fuego, no pudieron aceptarlo.
—Lo siento, comandante.
—Nosotros ya no podemos seguirle más.
—Entendido. Entonces, aquí nos despedimos —Volmes, con frialdad, pronunció estas palabras y les dio la espalda—. Os agradezco que me hayáis seguido hasta ahora.
—Comandante...
En ese instante, al darse la vuelta, un destello de fuego cortó el aire. Uno de los subordinados, todavía con expresión de gratitud por las palabras de despedida de su líder, perdió la cabeza. Volmes empuñó su espada envuelta en llamas y apuñaló al otro, que había quedado paralizado por la conmoción.
—Co... Comandan...
—Pensé que podríais ser útiles durante un poco más de tiempo, pero qué decepción. Habéis trabajado duro hasta ahora.
Aumentando la intensidad de las llamas que cubrían su espada, quemó el interior de los cuerpos a través de las heridas y terminó con sus dos subordinados. Sin dedicar ni una sola mirada a los cuerpos inertes, Volmes comenzó a caminar en solitario hacia la salida de la ciudad.
—¡Tch!
Al salir de los intrincados callejones, llegó a una encrucijada más amplia. De repente, desde un lateral, una bola de fuego se abalanzó hacia él. Reaccionó al instante, desviando el ataque con su espada envuelta en llamas. En el siguiente momento, unos guardias emergieron de las callejuelas circundantes, rodeándolo y apuntando sus armas hacia él. Desde una sección del círculo que lo tenía rodeado, un miembro vestido con un uniforme rojo brillante dio un paso al frente.
—Qué despreciable. Usar a tus propios subordinados como señuelos para escapar.
—Tú eres... Ah, ahora lo entiendo. Así que eras de la Patrulla de Fuego.
Quien había logrado detener a Volmes justo antes de su escape fue Hivodir, que se había ofrecido como voluntario para unirse a la misión de investigación. Al notar que los movimientos del grupo armado atrincherado en la posada se habían vuelto extrañamente predecibles, organizó un destacamento de guardias y patrulló la ciudad. Había estado buscando una oportunidad para ajustar cuentas con el grupo armado que había causado estragos en las aldeas desvalidas del territorio de Fonkrank.
—Vale, vale. Me rindo. Me entrego.
—¿Qué dices?
—Apresadme. Poseo información importante sobre los incidentes recientes.
En una situación desesperada, sin mostrar ni la más mínima señal de agitación o nerviosismo, Volmes arrojó su espada al suelo, dispuesto a rendirse. En su interior, sin embargo, ya estaba trazando un plan para sobrevivir. Basándose en el carácter y las políticas del rey Esvobus, supuso que infligir daño a un enemigo que se había rendido estaba prohibido. Seguramente sería trasladado de inmediato a Sanc Adiet. Además, calculó que todavía había simpatizantes y espías de Noscentes en Fonkrank que podrían intentar contactar con él. En caso de que trataran de silenciarlo, podría afirmar que tenía información crucial sobre el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro, lo que le aseguraría su cooperación para escapar.
Ya había confirmado que la Patrulla del Dios Oscuro habían logrado cruzar al otro lado del lago, y que el barco en el que habían viajado había regresado al puerto. «Los de Noscentes son increíblemente orgullosos...» Explicaría que necesitaba ir directamente ante el Consejo Divino para entregar dicha información, lo cual, probablemente, sería creíble. Actuando un poco, podría alimentar su orgullo y ganar su confianza. Volmes planeaba engañar tanto a Fonkrank como a Noscentes para salvar el pescuezo.
Así, el grupo armado que había sembrado el caos en el territorio de Fonkrank fue finalmente derrotado en la ciudad portuaria del Lago Reflejo Lunar. La batalla en la posada, que se extendió hasta altas horas de la noche, terminó con casi todos muertos, salvo un prisionero que se rindió: Volmes.
48
El grupo del Dios Oscuro se reunió sin contratiempos con el destacamento de Noscentes, intercambiaron unas breves palabras y decidieron pasar la noche en su campamento para prepararse para el viaje del día siguiente. En el bosque, donde la maleza era densa, realizar una construcción personalizada para aplanar el terreno era una tarea complicada. Además, crear una cabaña lujosa de una sola planta con nueve habitaciones en medio del campamento, lleno de tiendas, habría sido inapropiado. Por ello, optaron por utilizar las tiendas de campaña ya preparadas.
No obstante, los embajadores, que se habían hecho esperanzas, parecían algo desanimados y más fatigados de lo habitual. Para compensarlo, Yuusuke personalizó los sacos de dormir de todos los suyos y, de paso, también de los de Noscentes, para ofrecerles un descanso mucho más confortable.
—Vaya, capitán. Parece estar más hecho para estas cosas que para el campo de batalla.
—Pues sí, la verdad. Nunca me he sentido especialmente adecuado para los conflictos.
Gracias a los sacos de dormir personalizados, conocidos como "sacos de dormir comfort", los embajadores disfrutaron de un sueño reparador. Incluso los soldados de Noscentes mostraron un aire de satisfacción y revitalización. Capaces de proporcionar un descanso estable y cómodo en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, se convertirían en un elemento indispensable para cualquier marcha.
—Nunca se sabe qué cosas pueden triunfar en este mundo...
De esta manera, Yuusuke y los embajadores de la Patrulla del Dios Oscuro lograron fortalecer sus lazos con los escoltas de Noscentes. A la mañana siguiente, bien temprano, el grupo se dividió en varios carruajes y partieron hacia la antigua ciudad de Patricia del Norte. Cruzaron el bosque sin incidentes, tomaron la carretera y llegaron a su destino pasado el mediodía.
A diferencia de Sanc Adiet, que se expandió de manera gradual hasta tomar la forma de una pirámide, Patricia del Norte era una inmensa ciudad fortaleza diseñada desde el principio como una única estructura defensiva. Originalmente fue una gran fortaleza donde solo vivían miembros de la familia real del antiguo Imperio del Clan Blanco. Ese enorme edificio rectangular de varios niveles constituía la ciudad en sí misma. Su diseño dividía el espacio en cinco áreas asignadas a diferentes clases sociales, distribuidas de manera equitativa, en lugar de jerarquizarlas por altura. Esto evitaba que las clases más bajas quedaran confinadas a los pisos inferiores, viviendo siempre en interiores y sin acceso al cielo salvo cuando salieran de la ciudad.
En la planta superior, excepto por la zona reservada al palacio, se extendía una gran plaza abierta. Las áreas residenciales, junto con las tiendas y otros servicios, estaban distribuidas dentro del edificio.
Guiaron al grupo de Yuusuke a la sección más lujosa y elevada de la ciudad: la zona del palacio, donde se alineaban los edificios más majestuosos. Allí entregaron sus cartas de presentación, prepararon los detalles de la audiencia para el día siguiente y dejaron las negociaciones más específicas en manos de los embajadores. Por el momento, se decidió disolver el grupo para que cada uno aprovechara el tiempo libre como quisiera.
Algunos miembros optaron por descansar en las habitaciones que les habían asignado, mientras que otros, como Yuusuke, salieron a explorar la ciudad. Él tenía un propósito concreto: buscar la tienda donde vendían la medicina que necesitaba. Por su parte, Vermeer y Zhahid recorrieron la ciudad para familiarizarse con su estructura, mientras que Zaisha e Hisotta se fueron juntas a comprar cosméticos y regalos para sus familias. Curiosamente, Hinke, quien normalmente era el primero en salir a explorar, se quedó descansando en su habitación, aunque solo porque planeaba salir a disfrutar de la ciudad por la noche.
—Hmm. Quizá debería haber preguntado el lugar exacto...
Yuusuke caminaba por una especie de galería comercial subterránea, buscando una tienda de medicinas. Había supuesto que bastaría con pasear un rato para encontrar alguna, pero ahora empezaba a arrepentirse de no haberse informado mejor. Mientras suspiraba y observaba a la gente pasar por las intrincadas calles interiores, se apoyó en una pared cuando, de repente, alguien se dirigió a él.
—Disculpe. ¿Le ocurre algo?
Aunque muchos transeúntes habían notado que parecía perdido, su inusual apariencia (cabello y ojos negros) y la extraña energía divina que emanaba, los habían hecho dudar en aproximarse. Los ciudadanos de Noscentes sabían que un embajador de Fonkrank estaba en la ciudad, y también les había llegado la noticia sobre la derrota de Gazetta a manos de Fonkrank en Blue Garden. Además, conocían los rumores sobre los heroicos actos de la Patrulla del Dios Oscuro. Aun así, como suele suceder, los detalles de sus hazañas no eran claros para la mayoría, y muchos asociaban a los héroes de guerra con la cantidad de enemigos que habían abatido. Por eso, la presencia de un hombre vestido completamente de negro, observando a los demás con intensidad, intimidaba a la gente lo suficiente como para evitar cualquier interacción.
La joven que se atrevió a acercarse a Yuusuke para ofrecerle ayuda parecía estar entre la valentía, la amabilidad y quizá un toque de ingenuidad. Tendría alrededor de veinte años, justo en esa transición entre niña y mujer. Su cabello dorado, recogido a un lado, le daba un aire enérgico, pero su tono de voz era suave y educado, lo que le daba una apariencia encantadora.
—Me ha sido de gran ayuda. Lamento haberle hecho acompañarme hasta aquí.
—No se preocupe. Me alegra haber podido serle útil.
Guiado por la amable joven hasta la calle de las tiendas de medicamentos, Yuusuke le agradeció su ayuda con una sonrisa mientras ella se despedía con la misma calidez. Sin perder tiempo, compró varios frascos de la medicina que buscaba. Luego, regresó a su habitación en la zona del palacio, donde comenzó a personalizar ligeramente los productos.
Cada frasco tenía un precio elevado, casi tres monedas de cristal rojas por unidad. (NT: Recordemos que la moneda de cristal roja es la más valiosa. Se necesitan 30 monedas de cristal amarillas (las menos valiosas), para equivaler a una roja.) Por eso, la empleada de la tienda se quedó a cuadros cuando Yuusuke le dijo que quería comprar varias a la vez.
—¿Y si dejo la tasa de absorción tal como está, pero cambio el efecto amplificador de artes divinas por uno de recuperación de vitalidad...? —murmuró mientras trabajaba.
Experimentando con las medicinas para convertirlas en pociones de curación más potentes, empezó a darse cuenta de que, al ajustar ciertos aspectos de sus efectos, estas podían adaptarse a una variedad más amplia de usos prácticos.
Al día siguiente, Yuusuke notó que Zaisha estaba riñendo a Hinke, que había llegado por la mañana tras pasar la noche fuera y tenía un aspecto visiblemente extenuado. Aprovechando la situación y con la intención de probar su experimento, Yuusuke le dio a beber una de las pociones que había personalizado el día anterior. Para su satisfacción, pudo confirmar que tenía un efecto similar al de las artes acuáticas curativas. Estaba seguro de que el experimento había sido todo un éxito.
—¡Oiga, no me use como conejillo de indias!
—Tranquilo, ya sabía que no era peligroso. Solo quería comprobar su grado de efectividad.
Tras decir eso, le deslizó discretamente un afrodisíaco que había creado por casualidad mientras experimentaba.
—Capitán, que sepa que le seré siempre leal.
—Más te vale. No esperaba menos de ti.
—Estos dos... Son de lo que no hay... —murmuró Zaisha, visiblemente frustrada.
Habiendo consumido toda su energía desde primera hora de la mañana, pensó que la medicina que ella necesitaba era un analgésico para el dolor de cabeza.
Si en la audiencia de hoy entregaban la carta oficial, la misión de la Patrulla del Dios Oscuro habría finalizado. A partir de ahí, todo quedaría en manos de los embajadores de Fonkrank, quienes llevarían a cabo las negociaciones detalladas mientras ellos pasarían los días que restaban hasta su regreso haciendo turismo por la ciudad con tranquilidad.
Los embajadores debían reunirse con los oficiales administrativos del Consejo Divino de Noscentes para preparar la reunión, discutir sobre los términos de su estadía, y negociar las restricciones que se aplicarían a sus movimientos y obtención de información durante su visita. Mientras tanto, los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro se fueron de paseo por la ciudad bajo la vigilancia camuflada asignada por Noscentes. Por otro lado, en el recinto del Consejo Divino, los representantes de los distintos estratos discutían sobre cómo gestionar a Yuusuke, a su patrulla y al llamado Dios Oscuro, además de analizar los movimientos de Gazetta y la situación actual de Fonkrank.
—Parece que se han cargado al destacamento de Volmes entero.
—¡Ya decía yo que no debimos haber confiado en un forastero para esto!
—El problema ahora es que los de Fonkrank lo han apresado.
—Bueno, dejemos que los nobles influyentes que tenemos allí actúen. Por ahora, debemos centrarnos en cómo tratar con el chico.
Yuusuke y los suyos aún desconocían los eventos ocurridos en el puerto. Noscentes, queriendo ocultar el alcance de sus capacidades de espionaje (para evitar que Fonkrank sospechara), había decidido mantener esa información en secreto, incluso para los embajadores. Si no hacían preguntas, el plan era fingir ignorancia.
Además, la ciudad estaba rodeada por una barrera que bloqueaba las transmisiones de artes aéreas, lo que impedía que se enviaran mensajes sin permiso. Esto afectó a Hisotta cuando intentó informar al cuartel general de Fonkrank sobre su llegada segura a la capital; todas las comunicaciones debían pasar por los canales oficiales de Noscentes. Aunque no le pareció extraño (pues era lógico seguir las reglas del país anfitrión), decidió informar de la situación a Yuusuke. Este le comentó que sería mejor comunicarse directamente ellos mismos, lo que hizo que ella comenzara a sentir una ligera inquietud respecto a las medidas de Noscentes.
Aun así, Yuusuke no parecía particularmente preocupado por el tema, considerando que eran simplemente reglas ajenas. Con la misma calma, salió nuevamente a explorar la ciudad, decidido a buscar más medicamentos para sus experimentos.
—Oh, ¿Yuusuke?
—¿Eh? ¿Hermana, lo conoces?
—¿Hm?
Mientras caminaba por la calle de las tiendas de medicamentos, Yuusuke se dio la vuelta al oír esas voces. Frente a él había dos rostros conocidos: una mujer con el cabello y los ojos de un hermoso color azul celeste, y una joven de aspecto encantador con el cabello amarillo recogido a un lado, la misma que lo había guiado el día anterior.
—¿Rasanaasha? Y, ¿tú eres...?
—Ah... Hola.
—¡Oh! ¡Sabía que eras tú!
Sorprendido por el inesperado reencuentro, Yuusuke recordó de repente lo que Rasanaasha le había comentado anteriormente: «Volveré a Noscentes pronto».
—Entonces... ¿Ella es la hermana de la que me hablaste?
—Sí, es mi hermana menor. Vive aquí.
—Ah, yo... me llamo Raazsha. Encantada.
—Gracias por lo de ayer. Soy Yuusuke.
Raazsha inclinó la cabeza y Yuusuke la correspondió. Raazhia le daba a Yuusuke una impresión única: su apariencia enérgica le recordaba a Violet; su actitud amable, a Sun; su torpeza en las reacciones, a Hisotta; y su forma directa de hablar, a Zaisha.
(Xeniaxen: Pues vaya si ha tenido buen ojo el conde, ¿no?)
Una figura que había estado observando el contacto entre el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro y las chicas desde las sombras envió un informe a alguna parte usando una técnica secreta de artes aéreas de transmisión.
«Contacto confirmado entre la abeja y el objetivo.»
«Recibido. Sigue vigilando.»
49
En el mundo del que provenía, Yuusuke solía ser un gran amante de los videojuegos. No se le podía considerar un jugador empedernido al nivel de un "game otaku", pero tampoco era un usuario ocasional. La cantidad y variedad de títulos y géneros que había probado lo situaban en un punto intermedio. Entre ellos, novelas románticas, conocidas como "galge". (NT: También se le puede llamar "simulador de citas". Tipo de videojuego basado en diálogo, donde básicamente el objetivo es tener citas con muchas chicas y conseguir ligar con una o varias de ellas. Visualmente suelen ser bastante simples, con una imagen de fondo, la chica con la que estás hablando a un lado y una caja con texto en la parte inferior.) Esa experiencia influía en su forma de ver el mundo, por lo que a menudo describía personas y situaciones con términos propios de los videojuegos.
«Esto es como... ¿Cómo decirlo...? ¿La típica ráfaga de eventos donde no paras de encontrarte a personajes temporales?»
En el tercer día de la estancia en Noscentes, cada vez que Yuusuke salía por la ciudad, terminaba viviendo algún tipo de evento con Raazsha. Era como si, por algún motivo, siempre se encontraran "por casualidad" en los lugares a los que iba, o como si las circunstancias conspiraran para que se chocaran sin querer al doblar la esquina de una calle. En una de estas, ella terminó cayendo al suelo de manera aparatosa, sentada con las piernas abiertas, mientras se quejaba adorablemente de su dolor con un «¡Ay, qué daño!». Después de percatarse de su posición, rápidamente intentó cubrirse con su falda, solo para alzar la vista hacia él con ojos llorosos y decir, tímida: «¿Has... visto algo?».
—Eres increíble, Yuusuke, pero al mismo tiempo, eres tan natural... Cuando estoy contigo, me siento extrañamente tranquila.
—Ja, ja...
Ese día, mientras caminaban juntos por una calle del mercado, conversando, el pañuelo de Raazsha se deslizó de su bolsillo. Yuusuke, al notarlo, se apresuró a recogerlo justo cuando ella hacía lo mismo. Sus manos se rozaron al mismo tiempo.
—Ah...
Raazsha retiró su mano con un movimiento tímido, llevándola a su pecho mientras apretaba los puños. Su rostro se tiñó de un rojo intenso.
Era como si estos pequeños y fortuitos incidentes no dejaran de repetirse últimamente.
En un salón para invitados, ubicado en una sección del distrito del palacio, Hinke descansaba cómodamente cuando Yuusuke regresó de la ciudad.
—¡Hombre, capi! ¿Otra vez coqueteando con esa chica?
—Hinke, no estaba coqueteando ni nada por el estilo... —respondió Yuusuke, rascándose la cabeza.
Con esa respuesta, decidió sentarse frente a Hinke en el sofá y, de paso, escuchar su opinión. Los sirvientes que estaban al margen de la sala se apresuraron a acercarse y le prepararon un té.
—¿De qué habla, capi? ¡Cuando Raaz está con usted, es increíblemente adorable!
—¿Adorable...?
El tono de Hinke, cargado de una mezcla de celos y broma, contrastaba con el de Yuusuke, que comenzó a reflexionar en serio, cruzándose de brazos y emitiendo un leve «Hmm». La falta de burla o vergüenza en su reacción no pasó desapercibida para Hinke.
—Capi, ¿no me diga que es verdad que no le interesan las mujeres? ¿Tiene algo que ver con eso que le pasó?
—No, no es eso... Es que...
Yuusuke le explicó que, aunque los gestos y expresiones de Raazsha eran ciertamente encantadores, no podía evitar notar que algunos le parecían algo forzados. Hinke no se pudo contener y se puso de pie con un gesto exagerado de incredulidad.
—¿¡Qué!? ¿¡En serio piensa eso!? ¿Y qué, si estuviera fingiendo? ¿No significa eso que se está esforzando por gustarle?
—Tranquilo, tranquilo. Siéntate.
Visiblemente molesto, comenzó a exponer con fervor cómo todos a su alrededor opinaban que Raazsha era increíblemente mona. Incluso si exageraba en su forma de mostrar interés hacia el hombre que le gustaba, era alguien que inspiraba un deseo natural de cuidarla y protegerla.
—Bueno, algunas mujeres también piensan que intenta parecer más adorable de lo que es. Pero yo creo que es solo envidia.
—Hmm... Parece que la gente de aquí tiende a verlo así.
Con "la gente de aquí" se refería a los habitantes de Kaltcio en general. Sin embargo, Hinke interpretó que se refería específicamente a los de Noscentes y reaccionó con vehemencia.
—¡Qué va! Da igual si es en Noscentes, en Trent Rietta, en Blue Garden, en Fonkrank o incluso en Gazetta, ¡cualquiera ve lo adorable que es! ¡Eso es universal! —declaró Hinke, como si estuviera proclamando una verdad absoluta que traspasaba fronteras e incluso mundos.
—¿Así que, según tú, ella actúa así conmigo porque le gusto...?
—¡Está clarísimo! ¡Solo hay que verla!
—Bueno, personalmente, preferiría que fuera ella misma, no tan forzada.
—Buaaah, capi... ¡Cómo me irrita! ¡¿Cómo puede ser tan exigente?! ¡Después de ver esos tiernos intentos de captar su atención, ¿va y dice que prefiere que sea "ella misma"?!
Mientras Hinke seguía vociferando con comentarios sobre la supuesta "devoción" de Raazsha, Yuusuke reflexionaba sobre la joven. Si realmente había algo que hubiese provocado su interés en él, probablemente estaba relacionado con Rasanaasha...
«Eso sería... un poco raro... ¿no?»
La actuación de Raazsha sería impecable, tan bien ejecutada que podría encandilar a cualquier hombre con su encanto. Pero él, acostumbrado a observar los cambios en el tono y la actitud de familiares o compañeras de clase cuando hablaban con extraños al teléfono o con vendedores, lo distinguía claramente. Desde su perspectiva, su instinto le decía era demasiado evidente que Raazsha estaba actuando. No solo podía identificar lo que intentaba transmitir, sino que también notaba que ella parecía creer que su actuación pasaba desapercibida. Aun así, señalar eso directamente habría sido descortés. Por eso, no encontraba la manera adecuada de lidiar con la situación.
Mientras Yuusuke lidiaba con su confusión en la zona de la corte, en un modesto alojamiento del distrito residencial, Rasanaasha y Raazsha discutían los siguientes pasos de su misión como agentes de inteligencia de Noscentes.
Aquí, Raazsha ocupaba una posición de superioridad, ya que tenía más experiencia en operaciones de seducción. Dejando a un lado esa fachada, abordó los detalles de la fase final del plan.
—Bien, mañana comienza la etapa definitiva.
—¿No ha sido todo un poco demasiado rápido?
—No importa. En este tipo de cosas, la rapidez y el fulgor del momento son esenciales. No debes darle tiempo al objetivo para pensar demasiado.
—Entiendo...
Según su análisis, Yuusuke era alguien que tendía a precipitarse en sus acciones, un rasgo que podía observarse en su eficiencia y velocidad para resolver problemas. Basándose en ello, Raazsha asumió que, si lograban avanzar sin contratiempos, él vería la oportunidad como algo natural y no dudaría en seguir adelante.
—Si nos guiamos por los informes de Fonkrank, parece todo un seductor, ¿no crees?
—Eso dicen, pero...
Raazsha también había percibido algo interesante: cuando alguien trataba de contener sus impulsos, es común que su expresión delatara tensión. En el caso de Yuusuke, aunque aparentaba calma, había momentos en los que su rostro se endurecía, revelando sus intentos por reprimir lo que realmente sentía.
—La Patrulla del Dios Oscuro partirá en tres días. Considerando los avances, mañana será el mejor momento para actuar.
Para ella, Yuusuke parecía estar al límite de su autocontrol en términos de deseo, pero su posición como acompañante del embajador de buena voluntad lo mantenía atado. Además, teniendo en cuenta que también intentaba dar una buena impresión frente a Rasanaasha, no podía dejarse llevar y actuar impulsivamente. Estaba convencida de que se encontraba en este dilema interno. Ese tipo de personas, según su experiencia, solían mantener una fachada de caballerosidad hasta el último momento, pero cuando finalmente cedían, sus emociones reprimidas estallaban de golpe, revelando una naturaleza completamente distinta. La mayoría de los hombres con los que había tratado profesionalmente resultaban ser así.
La estrategia era clara: tentarlo hasta que sucumbiera, incorporando a Rasanaasha en el proceso para que todo se desarrollara de manera inevitable. El objetivo era conseguir que Yuusuke se rindiera a ellas y atraparlo entonces.
—Voy a solicitar al superior que nos envíe un afrodisíaco. ¿Los toleras bien, verdad?
—Sí, tengo algo de experiencia.
Los compuestos que afectan al sistema nervioso podían ser peligrosos para cuerpos debilitados o enfermos. Si algo salía mal durante la seducción y la situación acabara en tragedia, no habría forma de justificarlo.
—Bien, pues. Puede que también nos afecten sus efectos, pero considerando que el objetivo es establecer un vínculo profundo con el objetivo, no importa.
El único inconveniente para ella era justificar ante Yuusuke que, pese a su actuación inocente, no era virgen. Pero decidió que ya improvisaría sobre la marcha. En vez de aferrarse estrictamente a la información previa, confiaba en su capacidad para adaptarse.
«Hace tiempo, un noble que estaba enamorado de mi hermana me forzó y, desde entonces, los hombres me asustan. Por eso odiaba el trabajo de mi hermana. Pero tú, Yuusuke, no me das miedo... Perdóname por no ser pura, pero... si es contigo... yo...» Después de construir en su mente la imagen perfecta de una mujer ideal para Yuusuke, diseñada para satisfacer todas sus expectativas, dio una palmada, satisfecha con su plan. «Sí. Algo así estará bien.»
Al ver a Rasanaasha inclinar la cabeza con ternura, pensó para sus adentros: «¿Y esta por qué se pone tímida ahora?», y comenzó a ultimar los detalles.
—Cuando Yuusuke y yo estemos en ello, entrarás fingiendo que llegaste por casualidad. Luego, adoptaremos el rol de una hermana mayor celosa que interrumpe a la pequeña, y entre las dos lo dejaremos seco.
—Entendido.
Rasanaasha había aceptado el rol de invitar a Yuusuke a cenar al día siguiente y asintió al plan de Raazsha. No obstante, en su interior, tenía dudas sobre cómo veía su compañera al objetivo.
«¿De verdad va a caer en un truco como este el Yuusuke que conozco...?»
Para ella, lo que decían los rumores de él y la percepción del conde simplemente no encajaban.
Al día siguiente... Tras recibir la invitación de las hermanas para cenar, Yuusuke salió de su habitación por la tarde en dirección a su casa. Vermeer lo detuvo por el camino con una expresión seria.
—Capitán, ¿puedo hablar con usted un momento?
—¿Eh?
Lo siguió hasta un rincón del salón donde se habían reunido todos los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro. Hinke desplegó una barrera de artes aéreas para prevenir escuchas.
—¿Hay algún problema?
—No, bueno... Es que Hisotta volvió a sentir esa presencia de antes.
—¿Esa presencia...? ¿Los guerreros desvalidos?
—S-Sí... Eso es. Mientras veníamos desde el campamento hasta la ciudad, creo que nos siguieron.
Dentro de la ciudad, la barrera de artes aéreas de transmisión dificultaba que pudiera detectarlos. No obstante, cuando Noscentes ocasionalmente la desactivaba para transmitir información, ella se ponía en busca de señales.
—¿Y dices que hay guerreros desvalidos cerca?
—Creo que sí... Solo percibo un atisbo de su presencia. Pero aquí tampoco podría detectarlos a menos que estén realmente cerca...
Inquieta, Hisotta expresó su preocupación de que fuera el ejército de Gazetta, como en Deernorth. Dado el prolongado estado de conflicto entre Gazetta y Noscentes, no sería extraño que estuvieran cerca de la frontera.
En terrenos abiertos, el ejército de Noscentes llevaba la ventaja, ya que eran muy fuertes atacando con artes divinas a distancia. Pero en los bosques y las montañas, la estrategia de guerrilla del ejército de Gazetta les hacía prácticamente invencibles. Como resultado, la frontera entre Gazetta y Noscentes, cerca de Patricia del Norte, presentaba una situación compleja. El bosque al oeste estaba bajo el control de Gazetta, y la mayoría de los enfrentamientos entre ambos ejércitos se desarrollaban cerca, junto a la ciudad. Para contrarrestar las incursiones de Gazetta desde el bosque, Noscentes había desplegado caballería al norte y al sur de Patricia del Norte, concentrando los ataques enemigos por ese único flanco. Su estrategia se basaba en utilizar las defensas de la ciudad fortificada para repeler las ofensivas.
—¿En qué dirección lo sentiste?
—Al este... Por la parte de Trent Rietta.
—¿Podría tratarse de un escuadrón de reconocimiento?
—Hmm... Antes de llegar al campamento de Noscentes, también percibiste algo en esa dirección, ¿verdad?
Hisotta asintió con la cabeza. Recordó que incluso al cruzar el lago había sentido débilmente esa misma presencia a lo lejos. Todo esto hacía que considerarla un simple escuadrón de reconocimiento de Gazetta resultara algo extraño.
—¿Nos estuvieron siguiendo todo este tiempo?
—¿Por qué razón?
Aunque la posibilidad de que quisieran sabotear las relaciones entre Fonkrank y Noscentes era válida, hasta ahora no habían intentado nada.
—Excepto por lo del barco, no han intentado sabotearnos más... y ni siquiera está claro si ellos tuvieron algo que ver en eso.
—¿Y si simplemente coincidieron nuestras rutas al rodear la ciudad?
Zhahid comentó que la fortaleza de Patricia del Norte estaba diseñada para resistir ataques desde cualquier dirección, y que incluso un ataque combinado desde el este y el oeste no tendría un impacto significativo.
—En fin, no sé... Por ahora, mantengámonos alerta, ¿de acuerdo?
—¿Quiere que informemos a Noscentes?
Yuukuse se quedó pensativo ante la pregunta de Vermeer, mirando de reojo a Hisotta, que empezó a ponerse nerviosa. Finalmente, llegó a una conclusión.
—No, no es necesario. Solo debemos advertirles que estén atentos a cualquier movimiento sospechoso de Gazetta.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Por ahora, parece que solo Hisotta puede detectar la presencia de los guerreros desvalidos. No tiene sentido revelar esta carta innecesariamente.
Yuukuse razonó que, si compartían la información con Noscentes, eso podría complicar futuros enfrentamientos con Gazetta. Zhahid y Vermeer apoyaron su decisión, y Hinke y Zaisha asintieron en silencio.
—Bien, pues. Hisotta, asegúrate de no hablar de esto con nadie fuera de nuestro equipo.
—Sí, de acuerdo.
Sin pensar mucho, Yuusuke le acarició la cabeza a Hisotta, lo que la dejó aún más nerviosa. Luego, se apresuró a salir hacia la casa de las hermanas; la conversación lo había entretenido más de lo esperado.
—¡Disfrute su cita, capi!
—Tranquilo, no volveré tarde.
—¡Tranquilo usted, no tenga prisa!
—Prisa ninguna, pero no tardaré...
Consciente de que su apuro por visitar a las hermanas justo después de una conversación tan seria podría parecer poco profesional, Yuukuse apretó el paso bajo las miradas de sus compañeros.
—En serio... Sois de lo que no hay... —dijo Zaisha, la más sensata del grupo—. Ahh... —suspiró mientras intentaba calmar a Hisotta, que seguía roja de la vergüenza.
50
—El capitán se va a cenar con dos hermanas cachondas y los embajadores están de cenorrio.
—Ja, ja. ¿Qué tal si cenamos nosotros también?
—¡Seguro que con dos copas ya estás tumbado!
—Bueno, solo un rato...
Después de despedirse de Yuusuke, los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro se quedaron en el salón y terminaron cenando juntos. Aunque el primer día cada uno había actuado por su cuenta, se sentían más seguros al mantenerse unidos en esa situación.
—Bueno... Aunque Gazetta decidiera atacar, dudo que esta ciudadela tan bien fortificada caiga con facilidad —comentó Zhahid, y los demás asintieron en acuerdo.
Mientras tanto, Yuusuke estaba disfrutando de una velada en casa de las hermanas Rasanaasha y Raazsha.
—¿Qué tal sabe?
—Mm. Está bastante bueno.
—Ju, ju. Qué alivio...
Le ofrecieron algo de alcohol, pero lo rechazó cortésmente, explicando que no solía beber mucho. Ese gesto, aunque él no lo supiera, lo salvó de ingerir el estimulante que Raazsha había mezclado en un intento de alterar su comportamiento. Aunque mostraba una inocencia encantadora, por dentro estaba buscando el momento oportuno para administrarle el potente afrodisíaco.
El compuesto que había creado era incoloro, insípido y capaz de inducir un fuerte deseo en quien lo consumiera, pero su efectividad era breve y desaparecía rápidamente si se mezclaba con comida o bebida. Debía actuar con cuidado y aprovechar un momento en el que Yuusuke lo bebiera sin sospechas.
«Es difícil hacerlo perder la compostura... Pero sería extraño decirle que abriera la boca, de repente, ahora mismo», pensó, calculando sus próximos movimientos.
Había preparado platos con un toque picante, con la esperanza de que la sed hiciera a Yuusuke pedir más agua tarde o temprano. Además, había servido el agua en pequeñas tazas, llenándolas solo hasta la mitad, para que pronto necesitara un segundo vaso. Tal y como había anticipado, la oportunidad no tardó en llegar.
—¿Me pones un poco más de agua, por favor?
—¡Ah, claro!
—¡Espera, hermana! Ya lo hago yo. No te levantes.
Con un movimiento ágil, Raazsha tomó la jarra de agua y se acercó al lado de Yuusuke. Mientras llenaba su vaso, abrió con un ligero gesto el pequeño tubo que sostenía entre los dedos, dejando caer una sola gota de su excitante especial en el agua.
—Aquí tienes —dijo, ofreciéndole el vaso.
—Gracias —dijo él, al aceptarlo.
«Perfecto. Ahora pasamos a la parte dos del plan.»
Con una sutil mirada, Raazsha le hizo una señal a Rasanaasha, que la entendió al instante. De manera natural, la segunda se levantó diciendo: «Voy a traer el postre». Una vez que salió de la habitación, la pequeña se deslizó rápidamente junto a Yuusuke, acercándose lo suficiente como para susurrarle al oído.
—Por cierto, Yuusuke... ¿hasta dónde has llegado con mi hermana?
—¿Eh? ¿Con ella? No, no tenemos ese tipo de relación.
—¿De verdad...?
—Sí, de verdad, en serio.
La típica charla de tira y afloja se alargó un poco. Al final, ella fingió aceptar las palabras de Yuusuke con una risita contenida, y luego se acercó aún más a su rostro, como si fuera a susurrarle algo más al oído. El calor que emanaba de su cuerpo, combinado con un ligero aroma dulce como de galletas, acarició las fosas nasales de Yuusuke.
—Entonces, ¿te gusta alguien o...?
Justo en ese momento, Rasanaasha regresó a la habitación con platos de postre en las manos.
—Aquí tenéis el postre... Oh. ¿Interrumpo algo?
—No, no, nada en absoluto.
—¡No, no, nada, hermana!
Raazsha respondió con nerviosismo y se apresuró a volver a su asiento. Rasanaasha inclinó ligeramente la cabeza con curiosidad mientras colocaba los postres sobre la mesa. Hasta ese momento, todo había ido según lo planeado. La dosis especial de excitante debía estar empezando a hacer efecto, mientras las dulces palabras de Raazsha habrían servido de anzuelo. Aunque Yuusuke no mostraba cambios aparentes, Raazsha confiaba en que su mente estaría llena de pensamientos descontrolados. Y lo que estaba por venir convertiría esos pensamientos en realidad. Rasanaasha, animada y centrada en el plan, se preparó mentalmente para llevar a cabo el siguiente paso.
—Oye, Raaz, ¿eso que acabas de beber no era alcohol?
—¿Eh...? Oh... ¡Me habré equivocado!
Raazsha fingió haber bebido por error del vaso de su hermana, y comenzó a hablar con dificultad, como si estuviera afectada por el licor.
—Ay, ay, ay, ay...
—Oh, no... No tolera nada bien el alcohol.
—Ostras, ¿estás bien?
Rasanaasha, preocupada, dejó que Yuusuke sostuviera a la tambaleante Raazsha para que no se cayera de la silla, mientras ella fingía rebuscar en los cajones del armario un medicamento para la resaca.
—Vaya, parece que se nos ha acabado... Voy a salir a comprar. ¿Puedes cuidar de ella mientras tanto, por favor?
—Ah, sí, claro. Sin problema.
—Mmm... Yuusuke...
—Oye, oye. Tranquila... No te vayas a caer, ¿vale?
Yuusuke intentó calmar a la ebria hermana pequeña con mucha destreza. Ese comportamiento era resultado de años lidiando con familiares que no toleraban bien el alcohol en su mundo original, pero Raazsha y Rasanaasha lo interpretaron como una muestra de que estaba acostumbrado a tratar con mujeres ebrias, lo que encajaba perfectamente en su plan.
—La dejo en tus manos. Gracias —dijo Rasanaasha, mientras salía rápidamente de la habitación.
La excitación del estimulante aún debía persistir, por lo que ahora solo faltaba dar el paso final. Raazsha se preparó, con eso en mente.
—Tengo sueño... Llévame a la habitación.
—Oh, vale. ¿Es por aquí?
Sosteniendo a la chica, apoyada completamente en él, Yuusuke la guió hacia una habitación. Mientras tanto, ella, tambaleándose de forma inestable, esperaba que en algún momento su mano se deslizara hacia su cintura, su pecho o su trasero. No obstante, incluso en esta situación, la actitud caballerosa de Yuusuke comenzó a hacerle sentir cierta extrañeza.
¿El perfil del objetivo que les había proporcionado el departamento de inteligencia era incorrecto? A estas alturas, ya debería haberla empujado contra la cama.
«¿Acaso nos equivocamos al interpretar sus preferencias...?»
Aun así, Raazsha tenía plena confianza en que podría seducirlo, incluso si sus gustos no coincidían del todo. Frente a una chica indefensa, pura y adorable que mostraba interés en él, no había forma de que alguien pudiera resistirse, y menos aún con el afrodisíaco desatando sus deseos más profundos.
Como para decir «Adelante, hazlo», se dejó caer de espaldas en su cama, con los brazos abiertos, ofreciéndose completamente.
—Mmm... Qué a gusto...
Deslizando las manos por las sábanas para disfrutar de la textura, levantó la vista con ojos húmedos y esbozó una pequeña sonrisa. Antes de tumbarse, se había desabrochado tres botones, dejando su pecho medio expuesto. Su piel blanca y brillante era seductora, con la clavícula y las suaves curvas de sus pechos subiendo y bajando al compás de su respiración. Solo un pequeño tironcito revelaría completamente sus senos.
La mano de Yuusuke, que se había acercado despacio a la cama, se alzó hacia su desordenado escote.
«¡Bien! ¡Aquí viene!»
Al parecer, había asumido que los botones se le habían desabrochado al tumbarse, así que se los abrochó cuidadosamente y, tras tirar de la sábana que había quedado atrapada debajo del cuerpo de Raazsha, la cubrió suavemente con ella. Luego, le apartó un poco el flequillo con una caricia y, con un «Buenas noches», salió de su habitación.
«¿Eh...?»
Al salir, se encontró de frente con Rasanaasha, que estaba esperando el momento adecuado para entrar en acción. Sin embargo, no esperaba que Yuusuke saliera sin más, por lo que no tuvo tiempo de esconderse y quedó completamente desconcertada.
—Oh, qué rápido que has vuelto. Tu hermana está en su habitación.
—¿Eh? A-Ah, sí, muchas gracias.
Lo cierto es que el uniforme que Yuusuke llevaba tenía diversas propiedades defensivas, entre ellas efectos desintoxicantes y calmantes. Por eso, el afrodisíaco especial, que ya de por sí tenía una duración limitada, perdió su efecto casi de inmediato, y el ataque de seducción de Raazsha no fue más que un simple «Oh, qué mona», para él.
Si el plan de ellas hubiera salido como estaba previsto...
«¡Raaz...! ¡Déjame a mí primero, yo lo conocí antes!»
«¡Yo he dado el primer paso, me toca a mí!»
... la escena habría degenerado en un pequeño drama entre hermanas, peleando por un hombre durante toda la noche, en una delirante historia de lujuria. Peeeero...
—Bueno, creo que me voy ya. Gracias por la comida. Dile a Raazsha que cocina muy bien.
—Oh, gracias. Tampoco ha sido para tanto...
Yuusuke se despidió y Rasanaasha, aún algo confundida, lo acompañó hasta la entrada para disimular. Cuando desapareció por el pasillo, Raazsha salió de la habitación pisando fuerte y soltando improperios.
—¡¿Qué le pasa a ese tío?! ¡¿Es que no le gustan las mujeres?! ¡Jamás pensé que después de llegar tan lejos no lograría seducirlo...! ¡Me ha herido el orgullo! —protestó airada.
Mientras intentaba calmarla, Rasanaasha se dio cuenta de que sentía alivio por el fracaso del plan, algo que la dejó dubitativa.
De vuelta a su alojamiento provisional, frente a Yuusuke pasaron a toda velocidad una decena de caballeros armados. Intrigado por lo que sucedía, miró hacia la zona donde parecían dirigirse, y vio a un número aún mayor de ellos reunidos. Habían formado pequeños grupos que, tras recibir instrucciones de quien parecía ser su superior, comenzaron a dispersarse.
Curioso por la situación, Yuusuke detuvo a algunos de ellos mientras corrían y les preguntó qué ocurría.
—Ah, usted es de los embajadores... Parece que Gazetta ha vuelto a preparar un ataque a gran escala.
Habían recibido información de que el ejército enemigo se estaba concentrando por el bosque del oeste, donde las confrontaciones eran más intensas. Al enviar un equipo de reconocimiento, confirmaron la presencia de casi quinientos jinetes de la caballería de Gazetta escondidos en la zona, lo que había llevado a una convocatoria de emergencia para prepararse ante un ataque inminente.
—Vaya. Otra vez ellos...
—No se preocupe. Nunca han podido penetrar las murallas de esta ciudad. Puede estar tranquilo.
Tras decir esto, el agradable caballero le hizo una reverencia y se marchó rápidamente.
—¿Serán los que Hisotta estaba percibiendo...?
Decidido a regresar cuanto antes con sus compañeros, Yuusuke aceleró el paso hacia el distrito del consejo.
Pfffff Xenia la gente no quiere que seas "buena" a menos que seas 《buena con el látigo》 entonces no debes ser sólo buena, si no la mejor (?) ¿cómo yo? (??????) XDDDD
ResponderEliminar¿?
EliminarBueno gracias por la traducción
ResponderEliminarse agradece el trabajo
ResponderEliminarBien echo Yuusuke trío rechazado exitosamente XD!!!
ResponderEliminarOtra serie vuestra en la que me he puesto al dia, muchas gracias por el esfuerzo de verdad, esperare por mas
ResponderEliminarLo siento xenia me encantaría ayudares pero entiendo menos de ingles que un niño de 5 años jajaja
Un saludo y gracias una vez mas
Gracias por la traducción 🙇
ResponderEliminarCuando ser un verdadero caballero le salva de caer en las garras de esas mariposas traicioneras... jajajaajaj
ResponderEliminary no hay que olvidar su traje.
Gracias.