08/03/2016

WCC - 37 y 38



Buenas, buenas~

Esta semana no hemos tenido mucho tiempo para traducir, pero traemos dos capítulos. Espero poder apretar en esta serie en un futuro y sacar 10 capítulos cada 3 semanas. Espero que mi querido Degel me ayude como lo está haciendo ^^

Ah, por cierto, he encontrado la novela de magia que quería XD, se llama Re:Master Magic, por si queréis echarle un vistazo.


-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


37

Cuando se anunció oficialmente que Sorzak se uniría a la Patrulla del Dios Oscuro, se propagaron rumores por la ciudad y el palacio de que incluso los civiles podían ser reclutados en dicho escuadrón si lograban la aprobación de su capitán. Esto causó que, cada vez que Yuusuke bajaba a la ciudad, se encontrara con una interminable fila de personas intentando venderse, y eso empezó a interferir en su misión de escuchar las voces del pueblo. Por ello, gracias a las gestiones de Violet, decidieron suspender temporalmente los patrullajes por los distritos.

—Hmm... ¿Un mecanismo de transmisión con engranajes interconectados? ¡Es fascinante!

Cuando el alboroto se calmó tras unos cinco días, Yuusuke visitó nuevamente la tienda de Sorzak. Le llevó un prototipo sencillo de una caja de cambios. Aunque no era un experto en estructuras mecánicas, Yuusuke poseía conocimientos básicos de haber desmontado modelos a escala y coches radiocontrolados.

—Dependiendo de las combinaciones y los trucos, debería ser capaz de invertir la dirección de giro, pero no soy tan experto como para hacerlo yo mismo.

—Entendido. Permítame investigarlo.

Sorzak, quien ya se dedicaba a fabricar baratijas, mostró un gran interés en los productos experimentales de Yuusuke y decidió colaborar en el desarrollo de un sistema motriz. Le proporcionaba materiales de alta calidad, mientras que el capitán aportaba los conceptos e ideas, que luego Sorzak reproducía y desarrollaba.

Tenían una fuente de materiales inagotable, y los dos lograban fabricar las piezas tal y como las imaginaban. Además, el motor experimental impulsado por un "poder misterioso" funcionaba sin combustible, como si fuera infinito, lo que les permitía investigar todo el día sin interrupciones.

—Quiero crear un vehículo motorizado que pueda alcanzar la misma velocidad que los carruajes.

—¡Es fantástico! ¡Es una idea realmente innovadora!

Apasionado por investigar todo lo desconocido, Sorzak estaba entusiasmado con la propuesta de Yuusuke de desarrollar un nuevo tipo de transporte.


Mientras tanto, en una esquina del distrito de clase baja, un grupo de limpieza de desvalidos marchaba en fila con sus herramientas. El guardia supervisor, a cargo de dirigirlos, observaba el comportamiento de los residentes, intentando evaluar el impacto del reciente incidente de ataque a aldeas de desvalidos en el territorio de Fonkrank.

En este país, no solo los miembros del palacio, sino también algunos comerciantes poseían aldeas de desvalidos, por lo que era imposible detener completamente la fuga de información. Cuando los rumores sobre los ataques a las aldeas por parte del ejército de Gazetta comenzaron a extenderse, también se divulgaron los hechos ocurridos en la reciente batalla de Paula. Esto llevó a que incluso entre la población se escucharan voces que pedían represalias contra Gazetta.

Por ahora, no se observaba desconfianza hacia los desvalidos locales. Habían mantenido relaciones estables durante años con ellos; aunque puede que también influyera que desconocían ciertas verdades, como la alta capacidad de combate de los guerreros desvalidos o su superioridad física general frente a los usuarios de artes divinas.


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Después de salir de la tienda de Sorzak, Yuusuke se dirigió hacia el mercado callejero, observando de reojo cómo el grupo de limpieza de desvalidos realizaba sus tareas. Había bajado a comprar anillos sencillos para crear nuevas versiones de los anillos mágicos. Aunque podría haberlos comprado en grandes cantidades de una sola vez, prefería incorporar estas compras en sus patrullas, para así interactuar con los vendedores y ganarse su confianza. Además, esto le ayudaba a mantenerse al tanto de los precios del mercado.

«Oh, ¿es Hisotta? Creo que hoy tenía el día libre.»

Mientras revisaba algunos puestos tras comprar los anillos, vio a Hisotta, vestida con ropa de calle, entre la multitud. Llevaba una gran cesta llena de alimentos y estaba cruzando la calle tambaleándose con esfuerzo.

—¡Hisotta!

—¿Eh? ¡C-Capitán!

Algo distraída, ella giró la cabeza al escuchar su nombre. Al ver que era Yuusuke quien la llamaba, mostró una expresión de evidente nerviosismo. Por alguna razón, empezó a enumerar de forma apresurada y torpe las compras que llevaba, como si tratara de justificarse.

—¡S-Solo estaba haciendo unos recados! Es... Es que n-necesitaba comida, eso es todo.

—Ya veo... Eh, ¿pesa mucho? ¿Te ayudo a llevarlo a casa?

—¡N-No, no hace falta! ¡Estoy bien, de verdad!

El evidente nerviosismo de Hisotta, que retrocedía torpemente mientras hablaba, despertó una fuerte sensación de sospecha en Yuusuke. Sin pensarlo demasiado, se acercó un poco más, acorralándola poco a poco mientras ella murmuraba palabras ininteligibles. Finalmente, ella terminó atrapada contra la pared de un callejón, y cuando intentó moverse de lado para escapar, Yuusuke apoyó su mano contra la pared, bloqueándole el paso.

Acercándose lo suficiente para mirar los temblorosos ojos verdes de la chica, Yuusuke habló:

—Hisotta...

—S-Sí.

—Te pasa algo..., ¿verdad?

—A-Ah...

Antes de que pudiera seguir interrogándola, un murmullo surgió entre las voces de la bulliciosa multitud del mercado, que ahora se fijaba en ellos.

—Oye, ¿no es ese el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro?
—¿Qué hace coqueteando con una chica tan joven?
—No, creo que ella es de su escuadrón.
—¿Tiene un rollo con una subordinada?
—Dicen que también se las trae con la princesa Violet...
—Vaya, sí que tiene gustos peculiares...

—¡Os estáis montando una película! —gritó Yuusuke, incapaz de soportar los malentendidos de la gente.

Con una mezcla de frustración y vergüenza, tomó la mitad de las compras de Hisotta casi a la fuerza y, sujetándola de la mano, la llevó rápidamente fuera del mercado para alejarse de las miradas curiosas.


—Oiga... capitán.

—¿Hmm?

Ambos avanzaban por las calles de la zona de los desvalidos, teñidas por el cálido resplandor del atardecer. Mientras se dirigían a casa de Hisotta, sus pasos iban acompañados de un intercambio pausado de palabras. Tras ser confrontada por Yuusuke sobre su extraño comportamiento, ella comenzó a confesar tímidamente el secreto que había estado guardando.

—¿Cree que... realmente estarán bien? Mi padre y mi madre... ya son mayores, y...

—No te preocupes. No creo que sea tan ruin como para hacer algo tan bajo como tomar rehenes de repente.

La conversación continuó mientras caminaban, hasta que llegaron a la casa de los padres de Hisotta, un lugar que Yuusuke ya conocía. Al notar la inquietud en el rostro de ella, asintió con firmeza para tranquilizarla.

—¡Mamá, ya estoy en casa!

—¡Con permiso!

—¡Bienvenida, Hisotta! Qué rápido has vuelto.

—Oh, bienvenido. ¿Eh? ¿Es el capitán, el mismo de la otra vez?

Tras levantar la tela de la puerta, los padres de Hisotta salieron a recibirlos. Yuusuke dejó en el suelo la carga que había traído, exhaló profundamente y se dirigió hacia alguien que parecía bastante relajado, con su gran espada apoyada contra la pared.

—¡Oye, Shinja!

—Ah, Yuusuke.

Shinja esquivó con facilidad un golpe en la cabeza de Yuusuke.

—¿Cómo que "Ah, Yuusuke"? ¿Qué estás haciendo aquí?

—Recopilando información. Este país sigue las fronteras muy desprotegidas —respondió el Rey Blanco, despreocupado.

Al parecer, había venido solo, sin escoltas, infiltrándose sin permiso.

—¿Un rey haciendo trabajo de espionaje?

—Je, je. Para mí esto no es gran cosa.

A decir verdad, moverse solo le resultaba mucho más sencillo. Tres días después de partir de la aldea de entrenamiento de guerreros en Gazetta, Shinja había llegado la noche anterior a la zona de los desvalidos, en los suburbios de Sanc Adiet.

Esto no significaba que la seguridad en Fonkrank fuera débil, sino que la naturaleza de Shinja, como desvalido desprovisto de ondas de poder divino, lo hacía especialmente apto para estas incursiones. Un desvalido entrenado, capaz de ocultar su presencia, podía infiltrarse bajo el manto de la noche sin ser detectado.

—Entonces, ¿por qué has venido a casa de Hisotta esta vez?

Yuusuke increpó a Shinja por refugiarse en casa de Hisotta. Como guardia del pueblo y conocedora de su verdadera identidad, ella podía exponerlo en cualquier momento. Sería más lógico buscar un lugar menos conocido, con menos riesgo de ser descubierto.

—No creo que ella me entregue al cuerpo de guardia —respondió Shinja con una sonrisa.

—E-E-E-Es que... —al sentir la mirada inquisitiva de Yuusuke, Hisotta tembló ligeramente y trató de justificar su decisión con una voz atropellada—. M-Mis padres... Él los salvó... Y pensé que, con el capitán... ¡Pero todo fue tan de repente que...!

—Ya veo....

Yuusuke logró descifrar perfectamente el discurso torpe y entrecortado de Hisotta, lo que hizo que Shinja levantara una ceja con curiosidad.

—¿De verdad entendiste eso? ¿También es obra del poder del Dios Oscuro?

—Mira... solo te diré esto: no subestimes a un jugador de novelas visuales.

Para ella, Shinja era el benefactor que había salvado a sus padres en la granja. Sobre el ataque a la aldea de desvalidos, había dejado claro que Gazetta no estaba implicada en el incidente, y había venido a investigarlo personalmente. Ella, agradecida, aceptó ocultarlo en su casa por un tiempo. Había planeado informar de esto en secreto a su capitán, pero justo cuando estaba considerando cómo explicárselo, él apareció inesperadamente, lo que le hizo perder la compostura.

—¿Estás seguro de que lo tienes todo bajo control en tu territorio? —preguntó Yuusuke.

—Más o menos. Hay quienes no comparten mi visión, pero nadie sería tan idiota como para tomar medidas tan absurdas.

En realidad, el grupo de investigación de Gazetta también había sufrido pérdidas. Según el testimonios del superviviente, habían sido atacados repentinamente por lo que parecía ser un destacamento del ejército de Fonkrank mientras cruzaban el territorio de Blue Garden. Los asesores de Shinja sospechaban de una conspiración por parte de Fonkrank, pero él confiaba en que eso era algo que el rey Esvobus nunca ordenaría. Yuusuke estuvo de acuerdo con ese razonamiento.

—Hay algo extraño en eso de "territorio de Blue Garden"...

—Te lo advierto, Risha tampoco es alguien que recurriría a métodos tan ruines.

—¿La llamas "Risha"? Qué confianza... En cualquier caso, tampoco creo que esa reina sea capaz de dar una orden así.

—Entonces... ¿Quizás aún queden restos de la facción Izapnar?

Mientras discutían sobre la identidad y los motivos de los atacantes, Hisotta comenzó a ayudar a sus padres con la cena. Fue en ese momento cuando un nuevo visitante llegó a la casa. Bueno, más que "llegar", la forma en que se presentó podría describirse como "aparecer". Era un joven muy despreocupado con el cabello verde:

—¡Buenas noches! ¿Está por aquí Yuusuke?

—¡...!

Hisotta quedó paralizada por la sorpresa. A pesar de su entrenamiento como guardia mensajera, que la había dotado de la habilidad para percibir sin esfuerzo las ondas de artes aéreas, no había sentido absolutamente nada. Incapaz de emitir sonido alguno, su cuerpo se quedó rígido. Fue entonces cuando Yuusuke, detrás de ella, colocó suavemente una mano en su hombro. Solo cuando reconoció su distintiva vibración, ella sintió que su tensión disminuía un poco.

—Oh, ¿te asusté? —preguntó Reifold con una sonrisa.

—Cuánto tiempo, autoproclamado hombre del bosque.

—Hombre del bosque, no. Habitante del bosque.

Mientras intercambiaban saludos sin mayor trascendencia, sin cambiar su postura, Shinja los observó con atención y listo para cualquier eventualidad. La corta distancia entre él y la gran espada apoyada contra la pared evidenciaba su estado de alerta.

Ajeno a cualquier reacción del desvalido, Reifold se dirigió directamente a Yuusuke con noticias importantes.

—Un grupo armado que parece del ejército de Gazetta está avanzando por el territorio de Fonkrank.

Yuusuke y Shinja intercambiaron miradas. El grupo se dirigía hacia una aldea desvalida bastante grande, propiedad de la prestigiosa familia Vulasche. Según la información, el actual heredero, Hivodir, estaba allí de visita en ese momento.

—Ahora que lo dices, recuerdo que mencionó algo sobre eso...

—Intenté contactar con los guardias privados de la familia Vulasche en la aldea, pero las ondas no les llegan.

—¿Las están interceptando?

Todo apuntaba a que esa era la causa. Aunque la situación requería enviar a los guardias inmediatamente para investigar, muchos estaban desplegados por el territorio de Fonkrank verificando posibles daños, lo que dejaba pocas unidades disponibles.

—Es hora de que entre en acción la Patrulla del Dios Oscuro.

—¿Es una orden directa de Violet?

—Todavía tengo que informar a la princesa —Reifold negó con la cabeza, manteniendo su expresión enigmática—. Esta vez, es una orden de emergencia directa de su padre, el rey Esvobus.

Entonces señaló la cortina de tela que servía de puerta y esta se alzó de golpe. Vermeer y Hinke, equipados con el uniforme de guardias, entraron apresuradamente.

—¡Capitán! ¡Tenemos órdenes de irnos!

—Vaya, así que estaba aquí de verdad, en casa de Hisotta...

El sol ya había caído, y la noche comenzaba a envolver la tierra de Kaltcio.





38

El carruaje de la Patrulla del Dios Oscuro, cargado con sus integrantes, recorría la carretera de noche en dirección a la aldea de desvalidos.

—Eh... Capitán.

—No te preocupes.

En el interior del vehículo, Vermeer miraba con sentimientos encontrados al rey de Gazetta, sentado junto a Yuusuke. Aunque el capitán le había dado la "orden" de no preocuparse por ese asunto, cumplirla le resultaba tremendamente difícil.

—Pero, ¿de verdad...?

Hinke, el más propenso a quejarse, estaba demasiado ocupado estabilizando la velocidad del carruaje con sus artes aéreas. Zaisha, la segunda más probable en expresar objeciones, también estaba concentrada en mantener la energía de los caballos con sus artes acuáticas. Zhahid era reservado y mostraba poco interés por cualquier cosa, mientras que Hisotta parecía estar del lado de Yuusuke en esto. Por tanto, recayó en Vermeer la tarea de cuestionar la presencia de Shinja, pero...

—No le des tantas vueltas. Por cierto, deberíamos apagar las luces ya.

—¡No me des órdenes, que aquí yo soy el que manda!

—Je, je.

—Uhh...

Mientras Yuusuke y Shinja intercambiaban comentarios sin un ápice de tensión, Vermeer sacudió la cabeza con resignación y apagó las luces del carruaje.

Más adelante, comenzaron a ver un pequeño asentamiento en el horizonte. Probablemente era la aldea de desvalidos donde se suponía que Hivodir estaba de visita. Listo para recibir las siguientes instrucciones del capitán, Vermeer fue a hablar cuando Hisotta, quien estaba monitoreando los alrededores, emitió una advertencia.

—¡Alguien se acerca...! Un caballo y... detecto ondas de artes ígneas

Zhahid redujo de inmediato la velocidad del carruaje. Yuusuke abrió el menú de personalización para prepararse ante cualquier emergencia, mientras que Shinja se colocó en posición, con una mano lista sobre su espada de platino para lanzarse al combate.

Desde la oscuridad, los cascos de un caballo resonaron cada vez más cerca. Cuando la figura montada estuvo a una distancia razonable, Vermeer usó sus artes ígneas para iluminar el área y revelar la identidad del jinete.

—¡Hivodir!

Tambaleándose sobre el cuello del caballo, con la apariencia completamente maltrecha, contrastaba con la imagen del "noble" que Yuusuke había visto hacía unos días en la estación de carruajes del palacio. Su ropa estaba quemada y tenía cortes que claramente provenían de un arma.

Calmaron al caballo agitado y bajaron a Hivodir al suelo. Zaisha comenzó a curarlo de inmediato. Aunque estaba consciente, parecía desorientado y apenas se mantenía despierto. Gracias a los efectos curativos de la capa que llevaba y a las habilidades de Zaisha, pudo recuperarse lo suficiente como para tomar conciencia de su entorno.

—¡Oye! ¿Estás bien?

—Y-Yuusuke... ¿Has venido a rescatarme?

—¿Qué ha pasado?

—N-Nos atacaron... Un grupo con uniformes del ejército de Gazetta nos asaltó...

Según contó, mientras terminaban los cálculos de la cosecha, como cualquier otro día, un grupo armado irrumpió de repente en la aldea y lanzó un ataque contra los alojamientos de los guardias privados. La entrada y salida del edificio quedó bloqueada, dejándolo a él, junto con algunos contables, sirvientes y asistentes, completamente vulnerables.

Los pocos guardias privados que estaban patrullando los alrededores tampoco pudieron responder a tiempo. Los exploradores de la Patrulla de Viento que estaban en misión de vigilancia habían sido abatidos sin que nadie lo notara, permitiendo que el grupo armado se acercara sin ser detectado.

—Al principio, parecían guerreros desvalidos... Pero, durante el combate, uno de ellos utilizó artes ígneas.

Aunque no era un combatiente sobresaliente en la Patrulla de Fuego, Hivodir tenía habilidades más que decentes como usuario de artes ígneas. Además, gracias al anillo de fuego que le dio Yuusuke, sus ataques habían ganado potencia. Sin embargo, durante el enfrentamiento, uno de los aparentes guerreros desvalidos cometió un error al contrarrestar su bola de fuego con otra arte ígnea.

—Entonces, ¿estaban disfrazados?

—Eso parece... Parecían desvalidos, pero claramente emanaban energía divina... ¡Ah, ahí está él!

Hasta ahora inmerso en su relato, Hivodir notó finalmente la presencia de Shinja y saltó sorprendido. Vermeer y los demás asintieron, aparentemente comprendiéndolo. Yuusuke intentó explicar la situación, pero Shinja interrumpió para formular una pregunta crucial.

—Vale. La situación está clara. Si has huido herido, ¿eso significa que tus subordinados están muertos? ¿Qué pasó con los aldeanos?

—¡Ah! Los sirvientes me ayudaron a escapar...

—¡Hisotta! ¿Detectas algo más adelante?

—No puedo distinguir mucho, por la distancia... Pero percibo un leve disturbio en el aire.

Había indicios de que aún podrían estar en pleno combate, ya fuera en la carretera o dentro de la aldea. Yuusuke ordenó enviar un mensaje de emergencia al palacio y avanzar con el carruaje a toda velocidad para rescatar a los sirvientes de Hivodir.


—¿Dónde están los que salieron en persecución?

—Todavía no han regresado. Pero los que lograron escapar eran un noble Fonkrank herido y algunos de sus sirvientes.

—Hmm... Con esas heridas, es poco probable que sobrevivan.

Le habían informado de un intercambio de varios mensajes de artes aéreas, lo que sugería que los refuerzos de los guardias reales podrían estar en camino desde la ciudad. El líder del grupo armado, disfrazado con uniformes del ejército de Gazetta, decidió que era momento de retirarse antes de que llegara nadie más. Dio la orden de abandonar el lugar.

—¡Prended fuego a la aldea! Nos dirigiremos al siguiente objetivo. Informad al grupo de persecución que los encontraremos allí.

Los atacantes comenzaron a incendiar los edificios de la aldea, incluyendo los graneros y establos. Las propiedades más grandes, como la residencia secundaria de la familia Vulasche y los alojamientos fortificados de los guardias, tenían tratamientos de artes terrestres para resistir al fuego, pero los agresores acumularon leña y otros materiales inflamables para asegurarse de que también ardieran.

Aunque el enfrentamiento con el noble de Fonkrank había resultado en bajas inesperadas para el grupo, esa resistencia resultaba útil para sus objetivos.

—Bien. ¡Retirada!

Tras dejar pequeñas trampas en la aldea en llamas, desaparecieron en dirección desconocida.


Las pequeñas luces visibles a lo lejos comenzaron a desvanecerse, absorbidas por un resplandor más amplio y ominoso.

—¡Parece un incendio provocado!

—Tenemos que ir, rápido...

—¡C-Capitán! ¡En el bosque hay múltiples presencias...! ¡Están luchando!

Zhahid, que conducía el vehículo, redujo la velocidad de inmediato. Entre los árboles, en la distancia, se podían ver destellos de llamas. Sin esperar más, Shinja saltó del carruaje con su enorme espada blanca y se adentró rápidamente en el bosque.

—Yo me encargo de esto. ¡Seguid adelante!

—¡Sinja! Maldición... Vermeer, quédate al mando. Id hasta la aldea. Si la situación se complica, retiraos de inmediato.

Yuusuke saltó del carruaje tras el desvalido y desapareció en el bosque. Mientras tanto, confiando en la decisión del capitán, Vermeer se giró hacia los demás para dar la orden.

—¿Qué hacemos...?

—Seguimos las órdenes del capitán. ¡Vamos a la aldea!

Dejaron atrás el bosque y aceleraron nuevamente.

—Bueno, señor noble... Parece que también contamos con usted en esto, ¿eh?

—Sí, sí... Dejadlo en mis manos.

El carruaje continuó su carrera por la carretera, directo hacia la aldea asediada, mientras las llamas en el horizonte brillaban cada vez más intensas.


—¿Estás seguro de que fue buena idea venir conmigo? Tus subordinados no parecen ser demasiado buenos en ofensiva.

—¿Entonces por qué te has ido por tu cuenta? Y, ¿desde cuándo la fuerza de las artes divinas determina necesariamente la habilidad en combate?

El grupo ya había derrotado a usuarios de artes divinas ofensivas mucho más poderosos que ellos en la Fortaleza Gearhawk. Aunque contaron con la ayuda de las dagas, eso los calificaba como combatientes experimentados y veteranos. Pese a estar un poco preocupado, Yuusuke confiaba en ellos.

Además, con Hivodir, la fuerza ofensiva del grupo aumentaba. Shinja mostró un gesto de aprobación.

—Es un planteamiento más razonable de lo que esperaba. ¿Quieres usar al rescatado como víctima?

—¿Eh? Ya está curado, ¿no? Además, él también es un guardia del palacio. Es lógico.

Trasladando el pensamiento de Yuusuke a un RPG táctico, sería como desplegar a una unidad aliada obtenida durante un evento en el mismo evento. Para él, no había razón para excluir a alguien solo por "haber sido rescatado" o por "ser un noble".

—Je, je. Buena decisión.

Mientras hablaban, una bola de fuego pasó entre los dos.

—¡Uy!

Ambos se separaron rápidamente hacia lados opuestos. Mientras corrían entre la oscuridad de los árboles, divisaron una figura que se movía entre las sombras. Sin perderla de vista, comenzaron a perseguirla.

Cuando acortaron la distancia, pudieron identificar que era una mujer con dos trenzas largas. Iba vestida de sirvienta, y Yuusuke reconoció que era una empleada de la mansión de Hivodir. Justo cuando iba a llamarla, la mujer tropezó de forma espectacular.

En ese momento, Yuusuke vio cómo varias bolas de fuego se dirigían desde lo profundo del bosque hacia ella. Sin pensarlo, saltó frente a la empleada, cubriéndola con su capa y levantando una barrera de tierra. Detuvo las primeras dos bolas, pero la tercera rompió la barrera, aunque redujo su potencia antes de impactar.

Los fragmentos de fuego, debilitados, se dispersaron alrededor de Yuusuke y la empleada. No obstante, gracias al uniforme, modificado al máximo para resistir ataques, ambos salieron ilesos.

—¡Uf! ¡Estuvo cerca!

—U-Usted es...

—Yuusuke, de la Patrulla del Dios Oscuro. ¿Eres empleada de la casa de Hivodir?

—¡S-Sí...! P-Pero... ¿el joven amo está bien?

Yuusuke sintió la tentación de hacer un comentario sobre el hecho de que hubiera llamado "el joven amo" a Hivodir, pero sabía que no era momento para bromas, así que respondió con seriedad. La sirvienta de las trenzas mostró un semblante aliviado al escuchar que su amo estaba a salvo.

Por lo visto, ella era usuaria de artes aéreas de movimiento y había estado huyendo entre los árboles, usando su habilidad para despistar a los perseguidores. Yuusuke la ayudó a levantarse y, mientras la escondía detrás un árbol, miró hacia la dirección desde la que habían lanzado las bolas de fuego. Sin embargo, más allá de la penumbra del bosque, solo se extendía una oscuridad absoluta. Si afinaba el oído en el silencio de la noche, apenas podía distinguir el canto de los insectos y el suave crujido de las hojas moviéndose.

—Quiero llegar cuanto antes a la carretera y unirnos a los guardias de refuerzo. ¡Shinja! ¿Puedes localizar al enemigo?

—No. Es imposible, no se ve nada.

Unos pasos más allá, también ocultándose, Shinja estaba agachado recorriendo los alrededores con la mirada, atento a cualquier cambio en el ambiente.

—Moverse a ciegas es peligroso...

—¡Oh! Todavía quedan el mayordomo jefe y los demás...

Cuando la sirvienta intentó hablar sobre los compañeros que habían quedado atrás, en las profundidades de la oscuridad apareció un resplandor rojo. Alguien había conseguido rodearlos sin que se dieran cuenta, y ahora dos bolas de fuego se dirigían hacia ellos desde una posición casi frontal, detrás del árbol donde se ocultaban.

—¡Cuidado! ¡Al suelo!

—¡Ahhh!

Yuusuke reaccionó erigiendo una barrera de tierra, pero al centrarse en reforzar la defensa frontal, no logró protegerse de un ataque diferido que llegó desde el flanco derecho. Cubrió a la sirvienta con su cuerpo, preparándose para soportar el impacto.

—¡No te muevas!

De repente, Shinja irrumpió a toda velocidad, aplastando con su espada de platino las bolas de fuego que iban directas hacia ellos.

Entrenado específicamente para enfrentarse a usuarios de artes divinas, estaba acostumbrado a batallas contra este tipo de enemigos. Había luchado en incontables ocasiones contra técnicas de ataque, incluidas las de lanzamiento como la de este encuentro. Durante su viaje en busca del Dios Oscuro, incluso había combatido contra las brigadas de élite de Blue Garden.

Después de localizar la posición del enemigo, Shinja saltó hacia la oscuridad. Rebotando en los árboles, arrancando trozos del suelo y moviéndose como una bestia cazadora, con velocidad implacable hacia el usuario de artes ígneas que se escondía en las sombras.

Al ver al desvalido acercándose con furia y la hoja blanca de su espada brillando, el enemigo entró en pánico y disparó bolas de fuego a ciegas en un intento de defenderse. Pero con ello no hizo más que delatar su posición. Fue su segundo error de la noche y, esta vez, uno fatal.

—Te pillé...

Habiendo avanzado guiado prácticamente por su intuición, Shinja esbozó una sonrisa feroz al tener completamente localizado a su objetivo.

—¡Oye, Shinja! ¡No lo mates!

—Lo sé, lo sé. Dejaré... a uno con vida.

Antes de que terminara de hablar, un sonido húmedo y desagradable resonó en el área, como el de una fruta madura aplastada. Con un movimiento fluido, Shinja limpió la sangre de su gran espada mientras simultáneamente avanzaba hacia su siguiente objetivo. Esquivó una de las dos bolas de fuego que se dirigían hacia él y destruyó la otra con un golpe certero.

Como un torbellino, atravesó el bosque, cerrando la distancia con dos usuarios de artes ígneas disfrazados de soldados del ejército de Gazetta. En un rápido movimiento, cortó el brazo extendido de uno de ellos justo cuando iba a lanzar otra bola de fuego y, acto seguido, lo partió en dos de arriba a abajo.




—¡Aaaaaahhh!

—¡N-No...! ¡Ugh!

El compañero, aterrorizado al ver a su aliado gritar de dolor extremo, intentó huir dándole la espalda. Pero Shinja lo detuvo con una patada brutal que le destrozó la columna vertebral. Luego, al que aún gemía sujetándose el brazo mutilado, le asestó un golpe controlado en el cuello con el canto de la mano, dejándolo inconsciente y poniendo fin al combate. El silencio volvió a reinar en el lugar.

—¡Te has pasado!

Yuusuke apareció junto con la sirvienta, acercándose al desvalido, que estaba aplicando primeros auxilios al prisionero. La sirvienta, horrorizada al ver el estado del hombre con el brazo desgarrado, se cubrió la boca con ambas manos para contener un grito. El hombre al que Shinja había partido la columna seguía vivo, pero sin un tratamiento inmediato, su muerte era inevitable.

El primero de los atacantes, al que Yuusuke había restaurado minutos antes, aún conservaba su rostro reconocible, lo cual sería útil para investigarlos más adelante. Pero los daños que Shinja había causado complicaban mucho las cosas.

—De verdad... Menudo musou te has marcado. (NT: Género de videojuegos en que un único personaje se enfrenta y derrota cientos de enemigos a la vez sin pestañear. La palabra 無双 (Musou o Musō) significa "unilateral" o "inigualable", que es lo que Yuusuke le explica a Shinja en la frase siguiente.)

—¿Musou?

—Es algo así como que no tienes rival, que nadie puede igualarte.

—Ah, ya veo. Musou... —repitió Shinja, demostrando que le gustaba el término.

—En fin, vayamos ya a la carretera. Si los compañeros de la sirvienta están a salvo, deberían salir cuando vean que el peligro ha pasado. Lo primero es unirnos a los guardias que vienen de refuerzo.

—Sí, entendido.

—¿Y este?

—Ponle tu espada en las manos si hace falta.

Yuusuke no estaba seguro de si podría curar completamente una columna vertebral destruida, pero sabía que el efecto curativo de la gran espada de Shinja era bastante eficaz. Con la esperanza de que al menos pudieran mantener con vida al hombre, Yuusuke insistió. A pesar de ello, Shinja se mostró reacio:

—¿Hacer que un tonto que se hace pasar por mi clan agarre mi espada?

—¿Quieres que vuelva a convertirla en una espada normal...?

—No...

Finalmente y de mala gana, hizo que el moribundo sostuviera su gran espada.


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