27/10/2015

WCC - Capítulo 6

Hola~~~

Jejeje. Aquí tienen un nuevo capítulo de World Customize Creator. ¡¿Pueden creer que Avenge ya esté al día con la versión en inglés y ni siquiera haya empezado a traducir el capítulo de la semana que viene que le toca a él?! Muy mal, muy mal... Eso me pone nerviosa.

En fin, no sé qué más decir no me dilato más hoy. Les dejo con el capítulo~

-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


6

Al día siguiente... El mercado callejero todavía estaba lleno de gente.

—¿Esto está hecho de morph?
(NT: Más adelante se explica que los morph son un tipo de ave que crían en granjas.)

—Así es.

—¿Cuánto cuesta?

La ropa confeccionada con las habilidades de personalización de Yuusuke con textiles de lana de la aldea de Rufk se agotó rápido.

Consiguieron un puesto en la calle principal por la mañana. Pusieron a la venta ropa y zapatos de buena calidad a precios de ganga y todo voló enseguida. Yuusuke hizo de vendedor y Zeshald se ocupó de mostrar los productos. Luego se tomaron un descanso mientras hacían recuento de los beneficios.

—Vendimos mucho. Ahora deberíamos comprar lo que vayamos a necesitar y prepararnos para el viaje de vuelta.

—Vale.

Yuusuke recordó ese secreto tan importante del que se enteró anoche mientras ordenaba las pocas cosas que no habían vendido. Por las recientes provocaciones, Zeshald planeaba infiltrarse en el país vecino de Blue Garden como espía.

Mientras que los oficiales de palacio estaban ocupados con sus responsabilidades diarias, se producían provocaciones militares directas en las fronteras con Blue Garden a diario. Se había bloqueado el flujo de personas y mercancías por las carreteras principales.

Era demasiado peligroso enviar a gente leal, tal y como habían informado los infiltrados en el enemigo. Y eso beneficiaba a los traidores aún más.

Zeshald, que había demostrado su capacidad y trayectoría, y que aún tenía influencia dentro del palacio gracias a sus numerosos admiradores, era la elección perfecta. Además, se había retirado y estaba alejado de los asuntos políticos, por lo que no levantaría sospechas.

La conmoción de ayer hizo visible el antagonismo entre el antiguo instructor de artes divinas real al mando, Zeshald, y el actual rey de Fonkrank, Esvobus, por lo que serviría de tapadera de cara a los espías de Blue Garden.

—¿Lo entiendes? A menos que lo que quieres comprar sea extremadamente barato o lo necesites de inmediato, lo mejor es comprobar su precio de mercado un par de veces para asegurarte.

—Así que aquí también existe la inflación.

Antes de irse, Zeshald quiso confiarle los problemas de Rufk a Yuusuke. También estaba la situación de Sun. Quería que Yuusuke aprendiera lo más rápido posible acerca de este mundo y que aplicara su conocimiento y sabiduría para vivir por su cuenta.


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—Ya casi es la hora de comer.

—¿Tienes hambre?

Después de terminar la mayor parte de sus compras, los dos entraron en un restaurante cercano. Aunque había muchas paraditas de comida rápida en la calle, Zeshald escogió un restaurante ordinario para enseñarle a Yuusuke varias cosas nuevas.

La diferencia entre los restaurantes del distrito de la clase inferior y los de distritos superiores era tremenda. Generalmente, un restaurante barato también funcionaba como bar de copas durante la noche.

—Estos lugares siempre son iguales.

—Bueno, la civilización es la misma en todos lados. A pesar de ser un mundo diferente, hay muchas cosas similares.

Zeshald le enseñó a Yuusuke cómo vivir en la ciudad y cómo funcionaba el sistema de castas, por lo que gradualmente este fue absorbiendo conocimientos generales sobre este mundo.

En el abarrotado restaurante a la hora del almuerzo, en medio del ajetreo de los clientes, alguien de otra mesa los observaba en secreto pensando que eran maestro y discípulo.


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Por la tarde...

Al volver al carruaje, cargaron los objetos comprados y empezaron a preparar su vuelta a la aldea. Si salían temprano por la mañana, podrían llegar a Rufk por la tarde. Yuusuke se llevó algunas semillas porque quería cosechar un huerto. Planeaba empezar a modificar la tierra en cuanto llegaran.

—Perdone, veo que usted es el señor Zeshald.

Mientras ataban sus pertenencias con una cuerda, un joven de pelo verde los saludó con voz desconfiada.

—Sí... Está en lo cierto, soy yo.

—Entonces usted es el antiguo instructor de artes divinas real al mando.

Zeshald miró por un momento al hombre que hablaba con una voz misteriosa, en lo que Yuusuke observaba anonadado a los dos usuarios de artes divinas. El joven hombre parecía conocer a Zeshald, pero era obvio que no se habían visto antes.

Conociendo la compleja situación de Zeshald por su previa discusión, Yuusuke asumió que ese hombre de pelo verde era un espía de Blue Garden. Zeshald se dirigió a Yuusuke antes de que él pudiera entender completamente la situación.

—Disculpa, Yuusuke, ¿puedes dejarnos a solas un momento?

—¿Eh? C-Claro.

Yuusuke se quedó en el carruaje y el usuario de pelo verde invitó a Zeshald a dar un paseo por la ciudad. Sin que se diera cuenta, el usuario de artes aéreas manipuló el aire para que solo Zeshald fuera capaz de oírle hablar.

—¿Tiene alguna intención de abandonar este país?

Como Zeshald había predecido, al parecer la conmoción de ayer fue un factor decisivo para iniciar el plan de ganarse a Zeshald como espía de Blue Garden.

Unos momentos más tarde, Zeshald regresó solo, subió al carruaje y preparó su cama.

Yusuke tenía curiosidad sobre de qué habían hablado, pero Zeshald lo miró confirmando lo que pensaba y lo instó a descansar para su regreso a casa el día siguiente.

—Puede que sea un poco pronto para dormir.

—Sí, el sol todavía no se ha puesto.

Si alguien hubiera escuchado las palabras vacías de Zeshald y las respuestas carentes de contenido de Yuusuke, no habría logrado entender el verdadero significado de esa conversación.


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La mañana siguiente, Yuusuke y Zeshald abandonaron la ciudad antes del amanecer. Durante su viaje, Zeshald estuvo hablando sobre ese mundo. De los soldados de los Cuerpos de Seguridad, del área que tenían que proteger, de cuánta autoridad se les permitía ejercer, de cómo debían actuar si algo ocurría, de dónde denunciar cualquier suceso, etc. También le dio detalles sobre los asedios de la ciudad, y sobre los lugares a los que no debía acercarse demasiado por motivos de higiene.

—Es bueno visitar pueblos adyacentes para obtener información nueva. Deberías aprender a montar a caballo. Si alguna vez quieres comprar un caballo, debes dirigirte a la ciudad y...

Zeshald estaba haciendo que Yuusuke empollara un montón de cosas nuevas a la vez en lugar del cómodo ritmo de aprendizaje de antes. Con una sensación incómoda, Yuusuke sentía que las circunstancias lo obligaban a darlo todo y trató de memorizar al máximo las enseñanzas del profesor.

«Tal vez tenga algo que ver con el tipo del pelo verde de ayer...»

Cuando llegaron al poblado Yuusuke estaba tan agotado como si le hubiera entrado fiebre.

—Bienvenido a casa, profesor... Yuusuke, ¿qué ocurre?

—Ahh... Me duelen las sienes.

—Oh. ¿Ha sido ahora, de repente?

Al llegar a la aldea Rufk, los vecinos se reunieron para ayudarles a descargar el carruaje. Ellos les habían provisto de materias primas para confeccionar los artículos que habían vendido. A cambio, les entregaron algunos de los productos de primera necesidad que habían comprado.

—¡Profesor! ¿Ha traído cuchillas de afeitar de repuesto?

—Sí, cógela de ahí.

—¿Ha vendido los pendientes de conchas?

—Desafortunadamente, solo vendimos un par.

Los aldeanos no paraban de airear voces alrededor Zeshald, hasta que este cambió progresivamente de tema para hablar de su venidera aventura.

—Por cierto, he decidido hacer un viaje largo de nuevo mañana por lo que, por favor, tened cuidado y evitad haceros daño o caer enfermos.

Los vecinos se sorprendieron al escucharlo, pero como a menudo viajaba a lugares lejanos y estaba fuera de casa durante largos períodos de tiempo para investigar, no hicieron muchas preguntas. En vez de eso, bromearon sobre tener que vivir sus vidas con cuidado de no lastimarse.

Zeshald intercambió saludos de despedida con ellos y Sun lo miró perpleja, como diciendo: «No me lo había dicho». Yuusuke, que ya se lo esperaba, observó con calma esta cadena de acontecimientos.

—Bueno, supongo que deberíamos volver a casa.

—Estoy de acuerdo.

—Sí...

Los aldeanos también se fueron. Después de estacionar el carruaje y los caballos, los tres entraron a la casa por la puerta trasera.

—Profesor, ¿qué ocurre?

Nada más entrar, Sun se acercó a Zeshald. Hasta ahora, cuando se iba o volvía de viaje, siempre la avisaba con antelación. Fue demasiado repentino declarar que estaría un tiempo fuera.

—Lo siento. Es un poco complicado.

—¿No me lo puede contar?

Sun bajó la mirada cuando Zeshald asintió reconociéndolo. Le acarició el pelo blanco, le pidió a Yuusuke que se uniera a la conversación, y empezó a hablar de nuevo.

—Yuusuke, puedes seguir viviendo aquí aunque yo no esté. Sun, por favor, cuida de él.

—¿Eh...? ¿Yo...? ¿Cuidar de Yuusuke...?

Eso significaba vivir solos y juntos bajo un mismo techo. Mirando de reojo a Yuusuke, ella vio que él estaba de acuerdo con Zeshald.

—Pensé en que tú te ocuparas de Sun y del pueblo, Yuusuke, pero todavía no conoces bien el funcionamiento de este mundo.

—Entiendo...

Yuusuke asintió, aceptando en silencio las instrucciones y la voluntad de Zeshald. Zeshald también asintió, apreciando los pensamientos de Yuusuke.

Zeshald había actuado con sincera determinación al educar al máximo a Yuusuke sobre el mundo, sabiendo que, de aquí en adelante, él tendría que vivir sin su apoyo.

—Sigue aprendiendo, Yuusuke —Zeshald le dio la llave de la biblioteca de la parte trasera de la casa, diciéndole que, si sabía leer, debía absorber conocimientos de los libros.

Esa noche, los tres se sentaron alrededor de la mesa para cenar, una comida sencilla pero un poco más copiosa de lo habitual. A pesar de que lamentaban separarse de Zeshald, le desearon un buen viaje.


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La mañana siguiente...

Zeshald se fue de Rufk mientras todos dormían, cuando todavía estaba oscuro. Un poco más allá de la aldea, le esperaba un carruaje de Blue Garden. Tomaron la ruta más corta hacia la frontera entre Fonkrank y Blue Garden.

Después de cruzar Sanc Adiet, se dirigieron a la frontera desde el otro lado. Los espías que acompañaban a Zeshald confiaron en que no los entregaría a los guardias de la ciudad.

De acuerdo con el informe de la larga investigación de varios años, la discordia entre el Rey Esvobus y Zeshald solo se había hecho más profunda con el tiempo. Finalmente, la orden de atraerlo hacia el bando de Blue Garden se había emitido hacía cuatro días. Los ya infiltrados recibieron la orden de invitarlo si veían una buena oportunidad para hacerlo.

La debilidad de la princesa Violet por Zeshald les preocupaba un poco, pero al fin y al cabo no eran más que las preferencias personales de una niña egoísta que aún no estaba involucrada en la política.

—Deberíamos poder cruzar la frontera y llegar a Paula en tres días. Tendremos que apretarnos hasta entonces...

—No me importa, estoy acostumbrado a dormir en un carruaje. No obstante, ¿podrían retirar a ese grupo peligroso de ahí? ¡Esa aldea es mi hogar! —exclamó Zeshald señalando una presencia que estaba merodeando cerca.

—No esperaba menos del antiguo instructor de artes divinas real al mando... ¿Ha notado la presencia de la Patrulla de Viento?

—¿La Patrulla de Viento...? Escuché que habían infiltrados en las patrullas oficiales... ¿Su país no tiene las suyas?

Suspirando con impotencia, Zeshald devolvió una sonrisa a sus compañeros espías.


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Cuando Yuusuke se despertó por la mañana, Zeshald ya se había ido. De ahora en adelante, tendría que pensar y tomar decisiones por sí mismo. Mientras miraba la llave de la biblioteca que Zeshald le había dado ayer en la pantalla del menú de personalización, abrió la boca para resolver otro problema más urgente.

—Buenos días, Sun.

—Buenos... días.

Ella respondió torpemente desde el otro lado del pasillo. Al verla tan nerviosa, Yuusuke pensó para sus adentros: «No cambiará nada si no soy yo el que da el primer paso». Sun estaba temblando de ansiedad cuando cerró el menú de personalización, guardó la llave en su bolsillo y se puso de pie.

—¿Preparamos el desayuno?

—¿Eh? Ah, sí... ¡Perdón!

Sun se levantó apresuradamente, tomó un cubo de agua y se dirigió al pozo. Yuusuke se encogió de hombros y fue a la despensa a buscar algo de carne y frutos rara. Luego abrió el menú de personalización para endulzarlos.


—Hola, Sun. Buenos días.

—Ah, buenos días... tía Bahana.

—¿Está preparando el desayuno? ¿No sería mejor hacer que él fuera a por el agua?

Tía Bahana habló con Sun sacudiendo la cabeza, instándola a delegar el trabajo manual. Ella respondió que no se atrevía a decirle algo así a Yuusuke. Sin Zeshald, que era quien le transmitía calma, saludar a Yuusuke por mañana había sido bastante difícil para ella, por no hablar de tener cualquier conversación casual.

—Te está costando, ¿eh?

—Mmhm...

Como sabía que iba a ser duro, Bahama había decidido ayudar a los dos jóvenes mientras Zeshald estaba fuera.


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El día después, de alguna manera los dos jóvenes lograron sobrevivir al primer día de convivencia juntos, pese a que ella estuvo extremadamente distante. Yuusuke tuvo la idea de sacar herramientas y semillas para cultivar en una zona cercana a su casa.

—Salgo un momento.

—Ehm... vale. Que tengas un buen día.

«¿Qué?», pensó Yuusuke, un poco sorprendido. Luego respondió «Gracias, tú también» y salió por la puerta. Se quedó pasmado de que ella hubiera sido capaz de decirle «Que tengas un buen día» en su situación actual.

Cuando llegó a su destino, habiendo recobrado un poco la compostura, abrió el menú de personalización para jugar con la tierra.

—Oye, Yuusuke, ¿qué estás haciendo aquí?

—Buenos días, Bahana.

En el lugar donde Yuusuke iba a crear el campo de cultivo había hojas, excrementos del ganado, restos de comida y piedras al azar entre los materiales que conformaban el parámetro "Suelo". En unos 30 minutos, Yuusuke limpió todo el desorden e hizo surcos a intervalos regulares para sembrar las semillas.

—Anda, ¿vas a cultivar aquí? ¿Y esta tierra tan fértil?

Cuando Bahana le preguntó «¿De dónde la has sacado?», Yuusuke dudó de si ella debía saberlo, pero luego le mostró lo que era capaz de hacer con sus artes divinas. Los residentes de la aldea conocían hasta cierto punto sus habilidades de personalización, y Bahana era una vecina cercana que se preocupaba por Sun, así que era de confianza.

—Empezaré por plantar algunas verduras.

—Eso es genial. Las verduras tienden a escasear en este pueblo, así que todos lo agradecerán.

Rufk era una aldea ganadera que compartía la producción entre todos sus residentes. No había habitantes especializados en la agricultura, por lo que no había campos de cultivo en la aldea. En vez de eso, solían comprar hortalizas en la ciudad o intercambiarlas con aldeas vecinas. Que Yuusuke fuera capaz de producir una cantidad estable de cultivos sería de gran ayuda para la aldea.

—Tal vez podrías encargarte de eso como trabajo en la aldea.

—Ah... Claro.

El joven de pelo negro, quien estaba viviendo en la casa de Zeshald por cortesía, ya había hecho algunas contribuciones para la aldea, como ayudar con el comercio de bienes en la ciudad y reparar varios artículos de los aldeanos, pero no tenía ningún trabajo concreto asignado. En ese sentido, seguía desempleado. Así pues, esa era una buena oportunidad para encontrar su función.

—Por cierto, ¿qué tal te va con Sun?

—¡¿Eh?!

Yuusuke no pudo evitar ponerse nervioso ante el repentino cambio de tema.

—¿Qué? ¿No os lleváis bien?

—No es que no nos llevemos bien. Más bien, es que ella es un poco tímida...

Yuusuke se rascó la cabeza, incómodo por la pregunta. La realidad era que no sabía bien cómo interactuar con Sun.

—Ya la irás conociendo poco a poco.

Antes, al irse, ella le había dicho «Que tengas un buen día» de manera muy natural, así que tal vez algún día podrían llegar a hablar normalmente, aunque eso les llevara algo de tiempo. Bahana reprendió a Yuusuke por no darle tiempo a Sun.

—Tú eres el hombre, así que deberías tomar la iniciativa.

—Es que no quiero que se sienta obligada a hablar conmigo... A veces parece asustada.

No es que quisiera tirar la toalla solo por eso, aunque él no era especialmente bueno tratando con chicas. Estaba confundido acerca de lo que debía hacer.

—Sun es un poco difícil, pero veo que tú también lo eres.

—Uh... Lo siento.

No le quedó más remedio que agachar la cabeza mientras Bahana dejaba escapar un suspiro.


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—Que tengas un buen día...

—Gracias, tú también.

Un nuevo día, Yuusuke se dirigió al campo después de intercambiar las mismas palabras con Sun. Los cultivos ya habían tomado forma y solo quedaba esperar a que germinaran las semillas. Sin embargo, aunque ya no había nada más que pudiera hacer, no quería regresar tan pronto a casa.

Había leído todos los libros que podía leer, aunque los difíciles solo le daban sueño y los había dejado de lado por miedo a mancharlos o romperlos sin querer. Pese a que ese mundo era diferente, «Hay libros aburridos en todas partes» pensó.

—Tener una charla informal con Sun es imposible —murmuró para sus adentros mientras regaba el campo.

Pero no podía dejar que su relación siguiera así para siempre. «Tengo que pensar en algo que tengamos en común para sacar el tema...» pensó.

Entonces vio que había metido la mano de lleno en el cubo sin darse cuenta. Parado en medio de sus cultivos, miró a su alrededor y tuvo una idea.

—¿Podría ayudarme con el campo?


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Cenando ese mismo día, normalmente habría habido un silencio incómodo entre ellos. Pero después de que tía Bahana lo instara a tomar la iniciativa, Yuusuke se decidió a hablar con Sun.

—¿Sabes qué, Sun?

—Dime.

Ella parecía sorprendida de que él iniciara una conversación. En su habitual rostro rígido, lleno de prudencia y nerviosismo, en cierto sentido se notó una nueva emoción. Yuusuke se quedó sin palabras al ver esa sinceridad en ella.

—Esto... Sabes que llevo un tiempo cultivando el campo, ¿no?

—S-Sí...

Yuusuke sugirió que trabajaran juntos en el campo, pero eso hizo que Sun se pusiera todavía más tensa.

—Solo se trata de regar y quitar las malas hierbas.

Ya había hecho una gran limpieza del suelo con su habilidad de personalización, por lo que todo lo que había que hacer era mantenerlo. Ahora mismo era un pequeño cultivo del que una sola persona podía encargarse perfectamente, pero si la cosecha era buena quizá podrían ampliarlo y convertirlo en una gran explotación, de modo que otros habitantes de la aldea pudieran contribuir también.

—¿Qué te parece?

—Oh, ajá, sí. De acuerdo.

Cuando Sun respondió que ayudaría, Yuusuke se sintió aliviado de que todo hubiera ido bien. De hecho, no se había dado cuenta de que estaba iniciando un proyecto bastante grande para la aldea de Rufk, que consistía en proveer de verduras frescas a una aldea que nunca se había dedicado al cultivo.


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Al día siguiente, los dos fueron al campo. Yuusuke quería alardear de su duro trabajo de los anteriores tres días, pero cuando llegaron... se agarró la cabeza con las manos y gritó:

—¡¿Qué ha pasado aquí?!

—Esto es...

El campo de cultivo, que tenía un patrón perfecto de montículos de tierra, ahora estaba todo pisoteado y hecho un desastre. A juzgar por las huellas, no cabía duda de que había sido obra de un ser humano.

—¡Qué mal! Si es una broma, es de muy mal gusto...

—No creo que haya sido solo una travesura...

—¿Eh?

Mientras abría el menú de personalización de la tierra que había recogido para asegurarse de que las semillas estuvieran bien plantadas, Yuusuke escuchó a Sun murmurar. Sus ojos se encontraron, pero rápidamente apartaron la mirada. Sun había dicho que no le parecía una broma, sino más bien una advertencia o algo así.

—¿En serio? ¿Tú crees?

—Mm... Puede ser... Es que todavía hay gente que no confía en ti, Yuusuke...

Sun advirtió a Yuusuke que intentara no llamar demasiado la atención, insinuando que no todos en la aldea lo aceptaban. Hasta ahora, Zeshald había hecho un gran trabajo en su integración. Él era alguien respetable y con buena reputación por ser el médico del pueblo, pero ahora ya no estaba.

Debido a la familiaridad de Zeshald, un usuario de artes divinas y los desvalidos convivían juntos como iguales. Pero Yuusuke no era más que un recién llegado a quien Zeshald había acogido. Además, tenía habilidades misteriosas que no correspondían con ninguna arte divina conocida, por lo que muchos todavía no se fiaban de él.

Sin duda, en otras aldeas ni siquiera hubiera podido tener su forma de vida actual. Para un desvalido corriente, tener tan cerca a un usuario de artes divinas era equivalente al suicidio.

—Jo... A la tía Bahana realmente le gustaba la idea.

—La tía Bahana es muy buena persona.

—¿Cómo? ¿Crees que quienes hicieron esto son malas personas?

—Eh... ¿Es que tú no lo crees?

Al darse cuenta de que estaban conversando como si nada, los dos callaron de repente. No obstante, la incomodidad del primer día ya se había disipado.

«Bueno, supongo que es de agradecer haber encontrado algo en común...»

Por ahora, se limitó a agrupar la tierra esparcida del campo en un montoncito y editarla desde el menú de personalización como elemento del mapa. Así, pudo recoger algunas de las semillas que se echaron a perder. Luego usó su habilidad para restaurar el campo destruido a su estado original en un instante. La parte de volver a sembrarlo tuvo que hacerla a mano.

—¿Vas a replantarlo...?

—Por supuesto.

Yuusuke había trabajado duro para sacar adelante ese campo y aseguró que no cedería ante tal acoso. Sun se acercó a él con cautela y se ofreció a echarle mano.

—Te ayudaré.

—¿Eh? Ah, vale... Entonces ocúpate de esto.

Le dio un puñado de semillas y le pidió que las repartiera a intervalos regulares. Pese al repentino contratiempo, pudieron trabajar en el campo juntos tal y como habían planeado.

Entonces, alguien los vio y los llamó.

—Oh, ¿ahora trabajáis los dos en el campo?

—Ah, hola.

—Hola, tía Bahana.

Bahana parecía estar a punto de ir de caza, ya que en vez de su habitual vestido holgado llevaba un traje de cuero similar a una armadura, un carcaj con flechas en la espalda, una daga en la cintura y un arco de caza en la mano.

Como había aparecido justo en el momento perfecto, Yuusuke le contó que alguien había destruido el campo la noche anterior y le pidió consejo. La expresión de Bahana se llenó de sospecha.

—¿Cómo eran las huellas?

—Mira, así.

Yuusuke levantó un dedo y reflejó una nueva personalización en el suelo, al lado del cultivo. Había recreado las mismas huellas a partir de los datos anteriores del mapa, de los que había guardado una copia de seguridad mientras restauraba el campo. Bahana las miró de cerca, las examinó y se sorprendió de que algo así fuera posible.

—No son las huellas de un niño, se trata de un adulto... Parece tener algo de sobrepeso, pero se mueve como un cazador. No puede ser.

—¿Sabes todo eso solo con ver las huellas?

—Je, je, je. Se puede conocer el tamaño y la personalidad de una presa con solo ver sus excrementos y sus huellas.

Bahana respondió con una sonrisa al impresionado Yuusuke, y sugirió que si no había sido la broma de un niño, deberían plantear el problema al consejo gobernador de la aldea y pedir apoyo para la siembra. En ese caso, pese a que no se emprendieran medidas para perseguir ese acto de vandalismo, si volviera a suceder se consideraría un problema para toda la aldea y entonces probablemente sí que se buscaría al culpable.

Yuusuke tenía muchos aldeanos a favor, por lo que si además proporcionaba un bien tan preciado como los cultivos a la aldea, ese tipo de acoso acabaría desapareciendo naturalmente.

—Oh, tía Bahana, tampoco hay que llevarlo tan lejos...

—Hagámoslo, por favor.

—Y-Yuusuke...

—No me gustan este tipo de amenazas.

Yusuke estaba enfadado porque él lo estaba dando todo por la aldea. Si los vecinos simpatizaban con el culpable, estaba decidido a tomar contramedidas, pero seguramente solo fueran unos pocos los maleantes. Y esas pocas personas no querían que sus acciones salieran a la luz. Si no les gustaba la idea de los cultivos era tan fácil como decirle que dejara de hacerlos. Pero si no decían nada y luego le destrozaban el campo en secreto, esto quería decir que eran conscientes de estar actuando de mala fe.

Esas personas eran parte de la aldea, por lo que al convertir el conflicto en un problema para toda la aldea podría hacerles reflexionar en lo equivocados que estaban. Era un contraataque extremadamente indirecto y tortuoso, lo cual era muy típico de Yuusuke.

—Hmm. Pareces tranquilo, pero eres bastante marrullero.

—No, no, no, al contrario. Me gusta que haya paz.

Yusuke estaba de acuerdo en resolver el problema utilizando la presión de la mayoría en la aldea. Alegó que eso era abordar el conflicto de manera "pacífica", pero Bahana lo tachó de "estratega".


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Antes del desayuno, al día siguiente, Sun vio que Yuusuke estaba inquieto en el pasillo. Quizás porque durante el incidente de ayer había visto su lado cómico, sintió que podía dejar de mostrarse tan reservada con él. Yusuke había tenido interacciones similares con Zeshard antes, pero... si no prestas atención a lo que hace la otra persona, sus interacciones con otras personas no importan mucho. En cierto sentido, se podría decir que la decisión de Yuusuke de invitarla a trabajar en el campo había valido la pena y que Sun se sentía más cómoda con él.

—Buenos días, Yuusuke. ¿Qué estás haciendo?

—Buenos días, Sun. Estoy pensando en fabricar algunas herramientas para el campo y tal.

Yuusuke cogió unas ollas y recipientes metálicos que no se usaban y agitó los dedos en el aire. A menudo había visto que Yuusuke transformaba objetos con sus artes divinas, así que se dijo: «Quizás vaya a fabricar herramientas de metal con esto». Sun lo estuvo observando trabajar durante un rato, pero luego comenzó a preparar el desayuno.

Ayer, al regresar del campo, un aldeano le había pedido que reparara su equipo de pesca. Había un gran río y un lago a un día de caminata desde la aldea, por lo que los pescadores del pueblo solían pasar varios días viajando para ir a pescar. Después de reparar la red rota, Yuusuke recordó ese río y pensó: «Tal vez intente pescar», así que se le ocurrió la idea de hacer un anzuelo.

Con su habilidad [Creación Personalizada], le dio forma a una pieza metálica, que guardó con el nombre "Anzuelo". Al abrir de nuevo el menú de personalización de la nueva herramienta "Anzuelo", vio que tenía un control deslizante para "Probabilidad de acierto" y se echó a reír.

—¡Esto me viene genial!

En realidad, en los juegos también era así, y seguro que en la vida real también. Cuando le das forma a un objeto, también cambia su función.

Obviamente, subió el control deslizante de "Probabilidad de acierto" al valor máximo. Ahora tenía un kebari (NT: Tipo de cebo de pesca con forma de mosca o insecto, que en Japón también se considera una artesanía decorativa.) que no requería cebo con el que podía pescar fácilmente. Solo le faltaba probarlo para comprobar su eficacia.

—Yuusuke, ¿te apetece desayunar?

—¡Sí!

Yusuke dejó de lado su nuevo juguete por el momento y fue a desayunar con Sun.

—¿Qué hacías?

—Ah, un anzuelo de pesca y una regadera para regar el campo.

—¿Una regadera?

—Sí, como un dispensador de agua.

Después de desayunar, los dos vieron cómo usar la regadera y se dirigieron al campo, algo que tendrían que hacer todos los días. Al final, eso generó otra buena oportunidad para fortalecer su relación.

—Oh... ¿Otra vez?

—Sí, hay que hacerlo cada día.

Dado que la aldea era muy tranquila y casi nunca pasaba nada, las reuniones del consejo gobernador que Bahana había mencionado no se celebraban todos los días. No creo que la conversación haya terminado todavía. Por si acaso hoy volvían a suceder incidentes, Yuusuke protegió el campo de cultivo endureciendo la tierra de su alrededor como si fuera un muro de roca, de modo que si recogía la tierra esparcida y accedía a los datos de elementos del mapa, podría encontrar las semillas de inmediato, así como reubicarlas.

—Ahora, corre.

Todo el campo se iluminó, volviendo al estado en el que se encontraba el día anterior. Continuaría con la restauración del campo tal y como estaba.

—Es como si tuviera que volver a cargar y empezar de nuevo desde un punto de guardado.

—¿Cómo?

Sun inclinó levemente su cabeza ante las misteriosas palabras que salieron por la boca de Yusuke, pero inmediatamente tomó la regadera que él le había enseñado a usar antes de salir de casa.

A partir de entonces, cada día al mediodía, Sun se iba al bosque a recoger frutos rara. Yuusuke a veces recibía nuevas solicitudes de reparación. O bien reparaba los artículos y los entregaba, si eran pequeños, o bien iba a casa del vecino a repararlos, si se trataba de algo grande, pero esto no era lo más habitual. Por la frecuencia en que lo solicitaban, estaba prácticamente desempleado. Se podría decir que no tenía nada mejor que hacer.

No tenía un oficio como ir a cazar, como la tía Bahana, o recolectar frutos rara, como Sun. Eso todavía era peligroso para él. Debía recordar los tipos de frutos, cuántos tomar y cuántos dejar, o qué hacer si se encontraba en un lugar peligroso o con criaturas del bosque como insectos y serpientes. Había muchas cosas a tener en cuenta, y una abrumadora falta de conocimiento y experiencia por su parte. Además, no tenía apenas fuerza física. Le hubiera gustado poder ir con ellas y pedirles que le enseñaran, pero todavía le daba un poco de corte comunicarse. Y aunque se limitara a seguirlas, probablemente solo sería un lastre para ellas. No solo supondría una carga adicional, sino que también reduciría su capacidad de recolectar alimentos.

Cuando pensaba en ello, sentía que estaba siendo muy inútil, así que se devanaba los sesos para ver si había algo que pudiera hacer para ayudar. La respuesta que se le ocurrió fue: pescar. Y le pidieron que reparara una red de pesca en el momento perfecto.

—Vale, esto ya está listo. La he hecho de un hilo fuerte y transparente que casi no se ve.

Yuusuke había pasado la tarde fabricando herramientas de pesca.


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Justo cuando la niebla matutina sobre el centro de Sanc Adiet estaba a punto de disiparse, en el comedor del Palacio de Volance, elevado sobre lo alto del distrito de la aristocracia, como era habitual, Violet se estaba quejando a su ayudante mientras se llevaba a la boca el desayuno, la parte más deliciosa de los frutos rara cortada a trozos y untada con miel.

—Zeshald tampoco vendrá hoy a palacio, supongo.

—Probablemente tenga otros asuntos que atender, princesa.

—¡Qué aburrimiento! ¿Cuánto tiempo más seguirá enfadado con Zeshald mi padre? ¡¿No pueden hacer las paces ya?!

A pesar de su inesperada reunión en el centro de la ciudad, Zeshald no mostraba signos de querer ir al palacio a visitarla para contarle las historias de sus viajes. En vez de eso, Krielov solo la regañaba a gritos por no comportarse como una princesa. Pasar tiempo con ese muermo no tenía nada de divertido.

—Ahora que lo pienso, había otro tipo interesante. ¿Yuusuke, se llamaba?

Un maleducado con el pelo negro a quien Zeshald parecía conocer. Venía de una tierra lejana, por lo que quizás él podría contarle historias extrañas.

—Podríamos volver a ir de incógnito al centro de la ciudad para buscarlo.

—Princesa, el Rey le ha prohibido viajar de incógnito por un tiempo.

—Me da igual, ¡ME DA IGUAL! Si es contigo, me dejará ir. Le pondré cara de niña buena y le preguntaré si me odia o algo así.

Molesto por los malos modales de la princesa, Krielov suspiró para sus adentros pensando: «Incluso el Rey tiene que aguantarla, ¿eh?».


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Varios días después, cada nación recibió un anuncio oficial de Blue Garden:

«Damos la bienvenida al antiguo instructor de artes divinas real al mando de Fonkrank, Zeshald, como instructor de la élite de usuarios de artes divinas de nuestro gran país.»

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