WCC - Capítulo 7 (+ ¡felicidades Avenge~~!)

Felicidades Avenge~~~~~

En el día de hoy me gustaría celebrar que Victor tradució a tiempo este maravilloso capítulo de World Customize Creator. *aplausos* El camino ha sido duro, pero si te lo propones... ¡puedes traducir más rápido! ò.ó

Excusas de Victor:

Me quedé sin datos

Acabo de llegar 1 hora tarde a la clase de lenguaje

Estaba en el ascensor

Acabo de entrar a la red de la universidad

Para mí son las 8am aún

Bueno, ya ven que hay que tener mucha paciencia y muy buena fe para soportar(?) a este chico hombre(?)... Aun así algunos de nosotros hemos querido tener un detalle con él en este día que me ha costado dolores de cabeza y lágrimas hacer posible tan especial.

Palabras bonitas de los miembros del staff:

MEG V: Hay que cambiarle el apodo a vagenge.
Yoru: ...
Luz: Si no es otomen musculoso ni mascota no me gusta.
AMarauder: ts... ts...
Josué: Me duele la rodilla.

De mi parte te dejo una definición de la RAE que creo sé que desconoces ^^

Comprometerse
Del lat. compromittĕre.
1. tr. Adjudicarse una obligación o hacerse responsable de algo. U. m. c. prnl.

Por eso Mary se divorció de ti (?)......(Me divorcie porque dejo de ser Shota! también porque quería un ex-marido XD)

Y recuerden, si le piden algo a Victor, ni dándole un siglo de margen para que lo haga, lo hará a tiempo XDDDDDD

Intento de avatar de Avenge para
"Dejando de ser un Princeso" (cortesía de Hisui~)
Ahora saben quien era el princeso loli-albino del tráiler

Ahora sí, les dejo con el capítulo 7 de WCC.


-Xeniaxen

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Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)

World Customize Creator

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Traducido por: Xeniaxen

7

—¡Es mentira! ¡Zeshald no puede habernos traicionado!

—Es la verdad. Entiendo sus sentimientos, pero trate de calmarse.

En una habitación en la parte superior del palacio Volance, el asistente de Violet trataba de calmar a la enojada princesa. Con nadie más para ventilar su ira, ansiedad y frustración incontrolables, ella pateó una silla que él tuvo que recoger del suelo después.

—¡Es tú culpa por menospreciarlo! ¡Seguro que te estás regodeando...!

—De ninguna manera.

Aunque la enojada princesa logró contener sus ganas de usar las artes divinas, tiró al suelo la fruta y las flores que había sobre una mesa. Ya había destrozado las cortinas y manchado una parte de la pared con vino y trozos de madera y de vajilla rota. La habitación estaba hecha un completo desastre.

—¡Maldita sea...! ¡¿Por qué?!

—Princesa, por favor cuide su lenguaje.

—¡Cállate! ¡Sal de mi vista!

Dándole la espalda a su ayudante, Violet señaló hacia la puerta. Krielov le hizo una reverencia, como de costumbre, y en silencio se retiró de la habitación. Él entendía completamente el arrebato de Violet. También estaba preocupado, ya que el evento del otro día podría haber sido la causa de los recientes sucesos.

«La agitación se está extendiendo por dentro del palacio... Su deserción hacia el lado contrario podría instar a otros a seguir ese camino también.»

A partir de ahora debía prestar aún más atención a las acciones del personal de palacio. Por ello, Krielov se estaba devanando los sesos para encontrar la forma de reforzar su control sobre la Patrulla de Fuego, a la cual él dirigía.

Violet, después de patear la lujosa silla de nuevo, se quedó jadeando con la cabeza hundida en sus temblorosos hombros, abrazándose las piernas. Su padre, el rey Esvobus, simplemente le había dado la espalda diciendo: «No vamos a hablar de Zeshald», sin mencionar nada sobre el anuncio de Blue Garden.

No creía que su accidental encuentro en la ciudad el otro día fuera suficiente como pretexto para desertar. Pensaba que sus acciones podrían haberlo provocado, cosa que estaba destrozando su dolorido corazón con espinas de inquietud y pesar.

—¿Por qué...?

Zeshald no pudo haberla traicionado. Tenía que haber otra razón. Violet seguía reflexionando mientras rechazaba el sentimiento que se filtraba en sus ojos abatidos. De repente, la imagen del joven de pelo negro apareció en su mente. ¿Qué habría sido de ese rudo e ignorante hombre, llamado Yuusuke?

—¿Se fueron los dos? ¿O quizás él...?

La princesa levantó la cabeza y miró por la ventana. Se podía ver vagamente un pequeño bosque al final de las interminables llanuras, que se extendían hacia el horizonte. Tal vez pudiera encontrar alguna pista en la aldea de desvalidos donde Zeshald solía vivir.

Los ojos de Violet brillaron con su confianza de siempre al decidir su próximo objetivo.

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Si bien la gente de palacio se sorprendió mucho por la deserción de Zeshald hacia Blue Garden, la gente común lo aceptó sin darle mayor importancia, concibiendo que tan solo se trataba de un simple ex funcionario cambiándose de bando. Para la gente mejor informada sobre el suceso, en el interior del palacio, esto fue un tema de debate.

Un hombre que siempre andaba escondido en callejones, hoy se paseaba con un rostro alegre por una calle principal de la ciudad.

—Je, je... Con el gobierno tan ocupado, por fin puedo caminar por la calle con normalidad.

Había pasado los últimos años escondiéndose en los barrios pobres de Sanc Adiet. A pesar de que había considerado huir a Blue Garden, la mano de obra en un país donde la propia posición en la sociedad se decidía por sus habilidades no le hubiera permitido vivir la vida fácil que deseaba. En comparación con los que vivían en un entorno tan estricto, vivir la vida libre de un marginado social aquí parecía más preferible para él.

Anteriormente siempre había tenido que preocuparse por si se encontraba con Zeshald pero ahora que él había abandonado Fonkrank para irse al país vecino de Blue Garden, no tenía nada que temer.

—¡Siento que puedo hacer cualquier cosa! ¡Ja, ja! ¡Podría destruir una enorme montaña de un solo golpe!

Mientras se acercaba a la plaza principal del distrito de clase baja, vio una multitud cerca de la puerta del distrito de clase media. Se acercó curioso, interesado por qué tipo de espectáculo habría reunido a esa gente allí.

—¡Aaah! ¡Suéltame, Krielov!

—No puedo hacer eso, princesa. Aunque no tenga intención de salir del reino, es peligroso salir de la ciudad.

La princesa Violet quería dirigirse a la aldea de Rufk, donde Zeshald vivía rodeado de desvalidos. Sabía que Krielov se enteraría si usaba a los guardias de palacio como escoltas, por lo que se las arregló para huir sola. Pero ellos habían estado vigilando sus movimientos porque se olían algo y dieron el aviso. Había llegado hasta la puerta del distrito de clase baja, pero su ayudante Krielov la alcanzó para llevarla de vuelta al palacio.

—¡Solo quiero ir a echar un vistazo! ¡¿Qué hay de peligroso en eso?!

—Tenemos la orden de no involucrarnos con ese individuo. No tiene ninguna razón de peso para visitar la aldea donde vivía él.

Pese a que Krielov intentaba persuadir a la princesa intentando sutilmente no mencionar el nombre de cierta persona, a la princesa Violet, en medio de su rabieta, le daba completamente igual el prestigio de la familia real.

—¡Quizás podamos encontrar alguna pista sobre lo que le pasó a Zeshald!

—Esa no es una buena razón...

Por si el simple hecho de encargarse de la princesa ígnea no fuera suficiente dolor de cabeza, Krielov instó a Violet a comportarse y a ser racional. En medio de la pequeña conmoción, uno de los guardias lo llamó vacilante.

—Escuche, jefe... Hay una persona que dice que tiene algo que decir sobre el pueblo del que la princesa está hablando...

—¿Eh?

Krielov volvió la cabeza hacia el soldado para ver un usuario de artes aéreas de aspecto andrajoso esperando con la cabeza inclinada y una sonrisa amistosa. Ese hombre le pareció peligroso por algún motivo, por lo que entonces frunció el ceño.

—¿Qué tienes que decir? Habla.

—E-Esto... Es que hay un vecino de esa aldea que tiene relación con Blue Garden.

Krielov y Violet se miraron al instante.

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Sun había ido a regar los cultivos y Yuusuke estaba pescando en el río. Los asaltos se detuvieron justo después de que la tía Bahana expusiera el problema al consejo gobernador. Como ya no tenía que personalizar los destrozos, Sun ahora se encargaba del campo sola.

—Tralará...

La chica tarareaba expectante de que los brotes salieran pronto, sacudiendo de un lado a otro la regadera que Yuusuke había hecho. Le gustaba esa pequeña herramienta para hacer llover.

En el desayuno de hoy pudo tener una conversación informal con Yuusuke. Hablaron sobre Bahana, que siempre venía a ayudar. Era el séptimo día desde que comenzó a vivir con Yuusuke en la casa de Zeshald. Poco a poco se estaban abriendo el uno al otro, y Sun se sentía optimista de que si las cosas seguían yendo bien, podría superar el trauma de su pasado.

Guardó la regadera en su caja de herramientas y se dirigió a la aldea para ir al pozo a buscar agua para el almuerzo. Inclinó la cabeza cuando vio una columna de polvo que se elevaba desde el camino que conducía a Sanc Adiet. Se estaba acercando gradualmente.

—¿Oh...? ¿Qué será eso?

Cuatro carros llenos de guardias de la ciudad de Sanc Adiet se apresuraban a toda velocidad hacia la aldea.

—¡Puedo verlo! Eso es Rufk, ¿verdad?

—Princesa, por favor, siéntese. Es peligroso moverse en un vehículo en marcha.

Los guardias eran individuos bien entrenados y calificados tanto en ataque, defensa, curación, o movimiento. Los carros, apoyados por los usuarios de artes acuáticas y aéreas, iban a la velocidad de una sola persona montada en un caballo.

Krielov advirtió a Violet, que se había inclinado sobre la ventana de su asiento para ver el paisaje, mientras él vigilaba que no hubiera peligros cerca. Normalmente, habría sido imposible llevar a la princesa a una aldea de desvalidos, pero sabía que si hubiese intentado llevarla de vuelta al palacio ella se habría vuelto a escapar.

Decidió que sería más fácil acompañarla y protegerla. Así, el generalmente obstinado Krielov le dio un poco de flexibilidad esta vez. En cambio, el viaje tenía a los guardias muy tensos.

—¿Entendió, princesa? Pase lo que pase no debe separarse de mí.

—Lo pillo, lo pillo. Te preocupas demasiado.

Violet estaba contenta. Sabía que, escoltada por la Patrulla de Fuego, no habría problemas por mucho que toparan con algún espía de Blue Garden. Krielov empezaba a arrepentirse de haber cedido, pero tenía entre ceja y ceja a alguien en concreto: un espía de Blue Garden que habitaba en la aldea de Rufk.

Un informante le había contado que, años atrás, cuando visitó el bosque que rodeaba la aldea con un usuario de artes terrestres de élite, había visto a desvalidos tratando con un espía de Blue Garden. El informante y su superior fueron atacados por el espía en un intento de silenciarlos. Pero él se las arregló para escapar con vida. Cuando se enteró de que Zeshald, el ex instructor real de artes divinas al mando, se había unido al bando contrario, pensó que la información era errónea. No se había atrevido a decir nada hasta ahora.

«Ciertamente, el momento es el que es. Pero... siento que los ojos de este hombre tienen algo raro.»

Teniendo en cuenta que se lo había callado durante tanto tiempo, y que se estaban yendo directos hacia el sospechoso, tal vez era normal que actuara de manera extraña. Mientras pensaba eso, el grupo de carruajes entró en la aldea de Rufk.

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Yuusuke estaba pescando en el pequeño río que atravesaba el bosque que había a lo lejos de Rufk con una caña, hilo de pesca y su kebari personalizados. Bahana se había ofrecido a enseñarle a cazar algún día, pero Yuusuke sabía que, a nivel físico y sentimental, eso sería un poco difícil para él.

—Dicen que la gente inventa cosas para hacerse la vida más fácil.

En lugar de correr por el bosque persiguiendo presas, prefería colocar una trampa de alto rendimiento y atraparlas fácilmente. Su jaula para peces hecha con hilo de pesca transparente se llenó poco a poco gracias al kebari con el índice de probabilidad de pesca modificado.

—Supongo que con esto bastará.

Después de pescar su décimo pez, Yuusuke prosiguió a guardar su equipo de pesca y se preparó para volver a casa. De repente, sintió la presencia de alguien.

—Hmm. No parece que tengas mucha experiencia en esto.

—Oh, otra vez tú.

Sin que se diera cuenta, un hombre de pelo verde había aparecido detrás de él. Era el mismo hombre que había llamado a Zeshald en la ciudad. En ese momento vestía ropa de calle normal y no parecía destacar, pero ahora parecía que estaba en alguna especie de misión especial, como un espía. Se presentó como Reifold y sugirió a Yuusuke que volviera a la aldea rápidamente.

—La gente anda bastante agitada por algún motivo.

—¿Qué dices? ¿¡Qué hiciste!?

—¿Yo? ¡Yo no he hecho nada!

Reifold abrió sus brazos y forzó una sonrisa en respuesta a las aclamaciones de Yuusuke. Tenía una actitud tranquila completamente diferente a la de Zeshald, como evasiva. Yuusuke desconfiaba de él, pero, preocupado por sus palabras, miró hacia la aldea. No parecía haber ningún fuego o nada en particular.

—Oye, tú... ¡¿Dónde estás?!

Cuando se dio la vuelta para pedirle más detalles, Reifold ya había desaparecido. Eso confirmó que era un espía después de todo, ya que se esfumó de repente sin dejar rastro. Así pues, Yuusuke empaquetó su equipo de pesca y se apresuró a regresar a la aldea.

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A primera hora de la tarde, la mitad de la guardia de la ciudad se quedó en la aldea, la otra mitad emprendió el camino de vuelta hacia Sanc Adiet. Violet y Krielov, sentados el uno delante del otro, viajaban en el mismo carruaje que la chica desvalida que habían arrestado bajo sospecha de espionaje, que temblaba con el cuerpo encogido.

—No tienes de qué temer. ¿Tan aterradores te parecen los usuarios de artes divinas?

La chica había sido detenida por servir durante mucho tiempo en la casa de Zeshald. Una joven mujer de la aldea hizo todo lo posible para impedir que se la llevaran. Según ella, a la chica le aterrorizaban los usuarios de artes divinas porque casi fue asesinada por uno en el pasado.

Los soldados no escucharon sus protestas. Sin embargo, Violet mostró piedad ordenándoles que no usaran artes divinas en el arresto. Zeshald solía hablarle sobre la vida de los desvalidos, y la razón por la que había venido a esta aldea era conocer mejor sus motivaciones de haber desertado; no quería lastimar a los vecinos de la aldea.

Mientras todos protestaban, Violet vio como la chica estaba tan asustada que ni siquiera podía caminar por sí sola. Como quería saber cómo era su relación con Zeshald, se ofreció a acompañarla en el mismo carruaje. Naturalmente, su ayudante más cercano, Krielov, se opuso, pero...

—¡Un miembro de la familia real viajando en el mismo carruaje que una desvalida...! ¡Y encima una sospechosa de traición!

—Estaré bien, tú vienes conmigo.

... solo pudo rendirse irremediablemente ante la despreocupada sonrisa confiada de ella. Habiendo jurado lealtad al Rey Esvobus y con la princesa bajo su cuidado, esta era su reacción habitual al cruel trato que recibía de ella.

—Tú vivías con Zeshald, ¿no? ¿Alguna vez os visitó alguien sospechoso?

—Uh... ¿Conocen... al profesor...?

—Zeshald jugaba a menudo conmigo en el palacio cuando era una niña.

Sun levantó la cabeza, dubitativa. Violet le devolvió la mirada con sus ojos rojos brillando con confianza y determinación.

—Por favor, cuéntame todo lo que sepas sobre Zeshald.

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