WCC - Capítulo 3

¡Buenas! Buenos días para unos, casi tardes para otros. Cada vez me gusta más esta serie~~

Hoy no estaba muy inspirada así que os dejo unas palabras de AMarauder: "di que soy el mejor y el más guapo, y latiguea a Avenge por estar tardando tanto en traducir el próximo capítulo". Uhm, puede que no lo dijera exactamente así pero como es mi entrada hago lo que quiero jajaja. En todo caso, ya sabéis a quién culpar la semana que viene si esto no sale.

En el capítulo de hoy, Yuusuke y Zeshald llegan al poblado de Rufk donde viven los desvalidos, Sun nos cuenta un poco de su pasado y Yuusuke encuentra una trampa manera de... mm... generar ingresos, dejémoslo así. ¿Soy yo o en este scans estamos obcecados con los personajes avariciosos? Tiene su gracia, en realidad, ¿quién no lo haría? ¿Quién no ha timado nunca a nadie? XDD

-Xeniaxen

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Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)

World Customize Creator

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Traducido por: Xeniaxen

3

—Bienvenido a Rufk.

Zeshald señaló el final de la carretera donde había unos cuantos barracones de madera dispuestos de forma caótica. Era una aldea de tamaño considerable, con unas 240 personas repartidas entre 60 casas. Al otro lado de la aldea, unas llanuras enormes seguían hasta el horizonte.

—¿Así que los desvalidos viven aquí?

—Sí. Puede que no te lo haya dicho antes, pero yo soy usuario de artes divinas acuáticas y también el doctor del pueblo.

Lejos de abusar de su poder como usuario de artes divinas y a pesar de ser algo fuera de lo común, Zeshald convivía con los desvalidos.

La mayoría de la gente de este mundo es receptora de una protección divina de los Cuatro Grandes Dioses. Esta gente se hace llamar «usuario de artes divinas» y puede usar habilidades llamadas «artes divinas». Los más poderosos se encargan de gobernar, y sus normas deben cumplirse en cada rincón de este mundo. La gente que no puede usar artes divinas es una minoría, y en la mayoría de los casos casi ni se les considera personas.

—Qué cruel.

—Es por la gran diferencia de poder entre quienes poseen artes divinas y quienes no.

A pesar de que los usuarios de artes divinas son quienes dominan este mundo, también tienen un orden social claramente distinguido por el nivel de sus habilidades. Incluso hay restricciones acerca de quién puede vivir en la misma ciudad. Los usuarios ígneos ostentan las artes divinas de nivel más alto y tienen la posición social más alta en este mundo, los usuarios acuáticos y terrestres son de clase media, mientras que los usuarios aéreos pertenecen a la clase más baja.

Además, el nombre de un usuario de artes divinas siempre contiene la primera sílaba del nombre del dios que lo bendice.

—Básicamente, se trata de un sistema donde quienes tienen el poder militar más fuerte reinan por encima del resto.

—Ya veo.

Aunque el sentido común de Kaltcio todavía fuera un misterio para Yuusuke, gracias a las lecciones de Zeshald, por lo menos conseguía comprender por encima todo lo que le había enseñado.

—Como ahora ya tienes todo el contexto, vas a ser capaz de aprender el resto mientras vivas con nosotros.

—Gracias por todo...

Y así, Yuusuke, quien había aparecido de repente en este mundo, como todavía no podía distinguir entre lo uno y lo otro, de momento se quedaría viviendo en casa de Zeshald. Además de investigar sus habilidades de personalización recién descubiertas, claro.

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El poblado estaba rodeado de una fosa que parecía tener 1 metro de anchura y 1 metro de profundidad, la cual fue excavada para proteger los cultivos de las plagas. En la entrada al pueblo había un puente de madera que atravesaba la fosa.

Como en esa región no había animales peligrosos ni bestias malvadas, los aldeanos tendían a cavar fosos en vez de construir un muro. Además, el fondo de la fosa estaba revestido de ramas de un árbol especial, que contenían resina inflamable. En caso de necesitarlo, podían encender un muro de llamas.

Los habitantes de Rufk vivían de la caza, la pesca en el río cercano y la recolecta de frutos de los árboles del bosque. A veces comerciaban su cosecha con los pueblos vecinos, y vendían pieles y lana de su ganado en la gran ciudad, que era la capital de la región.

Los aldeanos reaccionaron sorprendidos al ver a Yuusuke, ya que no estaban acostumbrados a su pelo negro. Pero eso no causó ningún problema, sus expresiones se suavizaban al cabo de un rato. Eso demostraba claramente a Yuusuke lo querido que era Zeshald en la aldea.

—¡Profesor Zeshald...! Oh, y el chico oscuro...

—Soy Yuusuke Tagami.

Al ver a Yuusuke, Sun se escondió inmediatamente detrás de una puerta. Ella ayudaba con las labores del hogar a Zeshald y, a pesar de ser extremadamente prudente con el forastero, le preparó la habitación de invitados.

—Si tanto miedo te da, ¿por qué sigues aquí?

—No tengo nada más que hacer.

Por el momento, Zeshald le pidió a Sun que preparara un cuenco de agua. Puesto que Yuusuke había ido hasta allí descalzo, tenía los pies llenos de rasguños. Zeshald quería lavarle toda la suciedad de los pies y curárselos.

—Te daré mis zapatos de repuesto, aunque puede que no te vayan bien.

—Creo que les puedo cambiar el número, así que no pasa nada.

Yuusuke se sentó en la silla que le ofrecieron e inspeccionó las plantas de sus pies. Tenía algunos trozos de suciedad y piedras pequeñas. Aunque no tuviera ampollas, sí tenía algunos cardenales. “Ouch”, pensó. Mientras tanto, Sun ya había vuelto con el agua.

—Ah... gracias.

—...

Sun, con su melena blanca atada por detrás, parecía ser bastante musculosa por su figura esbelta. Puso el cuenco y la palangana de madera con agua a los pies de Yuusuke y, tímidamente, empezó a lavarle los pies.

Sintiéndose como en una escena de un programa de televisión o una película, Yuusuke, sobresaltado, retiró las piernas. Tras recapacitar sobre lo que era habitual en ese mundo, pensó que el hecho de retirar las piernas quizás podía verse de mala educación.

Ligeramente avergonzado, aguantó la sensación de cosquilleo. Por un rato solo se oyó el sonido del agua.

—He terminado, profesor.

Tras lavar los pies de Yuusuke e informar de ello a Zeshald, Sun cogió el cuenco sucio y salió a desechar el agua. Al mismo tiempo, Zeshald volvió de la habitación interior donde había dejado su equipaje y preparado un par de botas.

—Hmm. Veamos.

Apartó el par polvoriento de botas marrones y comprobó el estado de los pies de Yuusuke. Entonces, con un poco de concentración, curó las pequeñas heridas e hizo desaparecer los moretones de las piernas de Yuusuke con sus artes divinas acuáticas.

Los usuarios de artes divinas acuáticas pueden sentir de dónde proceden las heridas y curarlas desde dentro, ya que la mayor parte del cuerpo humano está formado por agua. No obstante, un error podía causar lesiones graves al paciente, por lo que no todos eran capaces de hacerlo. Un niño que recién hubiera aprendido la habilidad podía curar rasguños, pero se requería práctica para curar cortes más profundos o recuperar a alguien de la fatiga.

Zeshald, que había penetrado en las piernas de Yuusuke con sus artes divinas, hizo un ligero movimiento y las devolvió a su estado normal.

—¿Cómo te sientes?

—Es asombroso, ¡me has curado!

El dolor agudo que sentía también había desaparecido completamente. Después de inspeccionar las plantas de sus pies de nuevo, Yuusuke los encontró hermosos y suaves. Solo podía admirar el poder curativo de las artes divinas que le parecía una obra de magia.

—Veo que las artes divinas son efectivas en ti.

—Ah, eso parece. ¿Es que cabía la posibilidad de que no funcionaran?

Zeshald asintió con superioridad a la pregunta de Yuusuke. En su mente, Zeshald estaba aliviado de que las artes divinas de este mundo pudieran interferir en Yuusuke. De ese modo, si Yuusuke resultaba ser el Dios Oscuro, los usuarios de artes divinas serían capaces de luchar contra él.

«Bueno, no parece alguien peligroso.»

Con los pensamientos de Zeshald en otro lugar, Yuusuke tocó las botas y, tras el sonido de confirmación, empezó inmediatamente a personalizarlas.

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Yuusuke se estaba adaptando a la vida en la aldea de Rufk. Solo por venir de otro mundo, Zeshald mantenía la guardia en su presencia, ya que su existencia podría traer desastres y calamidades.

Pero estas preocupaciones casi quedaron resueltas el primer día. Ahora el doctor seguía investigando cosas de su invitado como “¿Puede beber agua?” y “¿Sus funciones vitales se mantienen con la ingesta de alimentos comunes?”. No es que estuviera averiguando la manera de matarlo; si algo no hubiera ido bien, lo hubiera curado de inmediato con sus artes acuáticas.

—¡Mmm! Qué bueno está esto.

—Seguramente el dolor de estómago haya sido por comer demasiado...

Probaron con todos los alimentos disponibles en la aldea y confirmaron que no había nada particularmente venenoso para Yuusuke, incluso tenía sus propios gustos y aversiones personales.

Los aldeanos respondieron a la solicitud de cooperación de Zeshald y trajeron todo tipo de alimentos a diario, por lo que Yuusuke estuvo comiendo sin parar los primeros días. Por eso terminó con dolor de estómago.

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Después de eso, decidieron investigar la habilidad de Yuusuke, ya que este se había dado cuenta de que coincidía con una de las características del juego al que estaba viciado en su mundo anterior. Le explicó el sistema usando varios ejemplos para que fuera más fácil de entender.

—En otras palabras, crees que puedes usar un sistema ficticio que existía en tu mundo.

—¿No lo ve posible?

No sabría hasta dónde podía llegar su poder hasta probarlo de verdad. Cuando Yuusuke tocaba algo, un sonido en su cabeza le indicaba que podía cambiarle libremente la forma. Así es como había personalizado la tela del santuario en un conjunto de ropa, y así es como cambió el tamaño de sus zapatos.

—Tengo una idea. Podrías hacer algo útil para el pueblo.

—Soy todo oídos.

Usando todo tipo de telas que había en la casa de Zeshald (ropa vieja, bolsas y sábanas rotas, etc.) para repararlas y personalizarlas, dejándolas como casi nuevas, hizo ropa nueva para los aldeanos. Para evitar hacer nada demasiado fuera de lugar en ese mundo, se limitó a cumplir con lo que le solicitaban, teniendo cuidado de no permitir que nadie viera cómo lo hacía. Un artículo cada vez. Transformó los trapos más andrajosos en prendas completamente sin estrenar.

A medida que los aldeanos fueron viendo que Yuusuke contribuía, fue aceptado gradualmente como miembro de la aldea. De hecho, esta serie de eventos sucedió exactamente como Zeshald había planeado.

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Con un ramo de flores y una cesta de frutos rara, andaba junto a su padre a paso constante. De vez en cuando lo miraba y le hacía alguna pregunta, la cual él respondía sonriendo. Estaban llevando la ofrenda al templo como siempre, cuando, de repente, su padre paró en seco.

Sin saber qué podría haber ocurrido, ella miró hacia la carretera y vio a un hombre con el pelo verde de pie al lado de un hombre con el pelo amarillo.

«¡Usuarios de artes divinas!». En el instante en que pensó eso, su padre la empujó hacia la maleza que crecía a lo largo de la carretera. Ella cayó y sus flores volaron por los aires, creando una nube roja. La primera cosa que vio tras salir de los arbustos fue el cuerpo de su padre, tumbado en un charco de sangre.

Cuando gritó el nombre de su padre y empezó a correr desesperada hacia él, el suelo a sus pies se levantó de repente para atacarla. Entonces entendió lo que había ocurrido y trató de deshacerse frenéticamente de eso, pero fue golpeada en el estómago por una cosa fría y afilada, a lo que pronto le siguió un dolor ardiente.

Ambos usuarios de artes divinas reían. La fuerza abandonó su cuerpo, podía ver como algo rojo salía de su abdomen y pensó «Ah, estoy muriendo». De repente, el suelo donde estaba atrapada se derrumbó. Su cuerpo se vino abajo, ya que no le quedaban fuerzas.

En la carretera, vio a un hombre de pelo azul que se le acercaba corriendo. Conocía a ese hombre. Era un usuario de artes divinas. Pero era...

—¡.........!

El sol cegador y la melodía alegre de los pequeños pájaros borraron los tristes recuerdos de una pesadilla de su pasado. Sun se levantó de golpe después de soltar un suspiro de alivio. Era una pesadilla de su pasado que hacía mucho tiempo que no tenía.

—Seguro que es culpa del Dios Oscuro...

Tras suspirar otra vez, Sun se levantó de la cama.

—Buenos días, profesor... y Yuusuke...

—Oh. Buenos días, Sun.

—Buen día.

Al llegar al comedor, Sun se encontró con que Zeshald y Yuusuke estaban revolviendo pilas de tela, ropa y zapatos, que tenían sobre la mesa.

—Podrías trabajar de sastre —sugirió Zeshald.

—No es mala idea —respondió Yuusuke—. Está bien, Ejecutar.

Yuusuke jugueteó con su dedo en el aire y dijo esas palabras en lo que parecía que apretaba algo. Una tela y un par de botas viejas de encima de la mesa empezaron a brillar con luz blanca y se transformaron en ropa de diseño elaborado y un par nuevo de botas nuevas satinadas, que solo usuarios de artes divinas podían hacer.

El chico que decía proceder de otro mundo ostentaba las artes divinas del Dios Oscuro. Llamaba a su poder [Personalización].

Cuando sintió que alguien lo estaba observando, Yuusuke enseguida alzó la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Sun. En ese instante, Sun abandonó la sala apresuradamente. Habían pasado unos cuantos días desde la llegada de Yuusuke a ese mundo y, como ya se había familiarizado con la vida en esa aldea, a veces mantenía pequeñas conversaciones con los aldeanos. Sin embargo, le apenaba no poder llegar al corazón de Sun.

Yuusuke suspiró. Zeshald, habiendo confirmado que evidentemente Sun había salido de la casa, rompió el silencio.

—Por favor, no la culpes. La chica lleva a sus espaldas un pasado muy cruel.

Al decir eso, guiñó un ojo y se llevó su dedo índice a los labios. Luego le contó a Yuusuke el trauma que Sun había vivido en su infancia.

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—Oh, Sun, ¿no pasa nada si hoy no acudes a casa del profesor?”

—Tía Bahana... Ajá. El profesor parecía atareado investigando las artes divinas de Yuusuke...

Sun respondió a la dulce voz de su vecina, de camino al bosque para recolectar frutos. Tía Bahana era una hermosa joven vecina de Sun cuando esta vivía con su padre. Conocía a Sun desde que era una niña y a menudo se preocupaba por su futuro.

Bahana también había perdido a su marido recientemente. Si bien la versión oficial era que había fallecido en un accidente mientras cazaba, ella sabía que en realidad lo había matado un usuario de artes divinas solo por diversión. Por eso podía entender el dolor que Sun sintió tras perder a su padre en manos de usuarios de artes divinas; el trauma de Sun estaba relacionado con hombres usuarios de artes divinas.

—¿Todavía no te has acostumbrado a él?

—Sé que es buena persona, pero... no puedo evitar tenerle miedo...

Sun comprendía que la actitud y los sentimientos que mostraba hacia Yuusuke eran su problema. Sin embargo, el miedo a los usuarios que tenía desde su infancia no podía esfumarse tan fácilmente, aunque Zeshald le dijera que Yuusuke no parecía ser un usuario de artes divinas.

Aun así, ese poder era parecido al de las artes divinas para Sun. Por eso lo consideraba un usuario de artes divinas de otro mundo que había aparecido en el templo del Dios Oscuro.

—Bueno, no te precipites. ¿Por qué no tratas de hablar con él un poco más?

—Sí...

Sun fue a saludarles por la mañana. Si continuaba así, podría llegar al punto de ser capaz de actuar normal con él.

«La próxima vez, puede que intente preguntarle sobre su comida favorita.»

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En lo que Sun recolectaba frutos en el bosque y charlaba con su vecina, en casa de Zeshald, Yuusuke no daba crédito al pasado de la chica que el hombre le estaba contando. Aun conociendo los hábitos de ese mundo, la relación entre los usuarios de artes divinas y los desvalidos no le parecía nada bien.

—¿Y qué les pasó a esos dos?

—Maté a uno de ellos, pero el usuario aéreo consiguió escapar.

Todavía pueden escucharse por el pueblo historias de cuando no había ningún usuario de artes divinas con la labor de mantener el orden en varios poblados de desvalidos de por aquí.

Se habían dado casos en que los desvalidos, sin nadie que les protegiera, habían sido tratados como animales salvajes. Se habían dado casos como el de Sun entre los usuarios de artes divinas más jóvenes que, al obtener su poder, quisieron probarlo con los más débiles solo con el objetivo de experimentar con ellos y por diversión propia.

Los usuarios de artes divinas jóvenes que atacaron a Sun y su padre, cuando vieron a Zeshald, echaron a correr, asumiendo que habían damnificado su propiedad sin permiso.

Mientras que el usuario acuático Zeshald pertenecía al mismo nivel jerárquico que el usuario terrestre, se suponía que entre el Dios de la Tierra (Shalnar) y el Dios del Agua (Zeshnar), el segundo era más fuerte y por eso los usuarios de artes acuáticas tenían más nivel social que los homólogos terrestres. Asimismo, los usuarios aéreos pertenecían a la casta social más baja entre los usuarios de artes divinas.

Cuando se trataba de la violación de la propiedad de un usuario de artes divinas de clase más alta, la decisión en los juzgados de usuarios de artes divinas estaba clara. Los acusados tenían asegurado el castigo: ya fuera la pena capital, la prisión, el embargo de sus bienes, la posible exención de su estatus social, o bien la esclavización. Amenazados por tales consecuencias, ambos intentaron matar a Zeshald.

Y a pesar de que las artes divinas de Zeshald eran de curación, su dominio de las mismas le permitió invertir su efecto para herirles.

—Me tomó un poco de tiempo obstruir las venas del usuario terrestre y, mientras lo hacía, el usuario aéreo, conocido por su extrema movilidad y habilidad de transmitir información, consiguió escapar.

—De la forma que lo describe, es aterrador...

Yuusuke se enfadó al escuchar la cruel historia. Sentía que no podía tolerar a grupos de gente así, fuera en el mundo que fuera.

—¿Había gente así en el mundo del que procedes?

—Bueno, hay algunos tipos extraños, pero no creo que a nadie le pasara por la cabeza tratar a otro humano de una manera tan ruin.

Aunque había algunos casos extremos, el mundo del que Yuusuke hablaba tendía a respetar los derechos humanos en la mayoría de los países.

—Debe de ser un buen lugar —asintió Zeshald con la cara llena de emociones varias.

Después de rebuscar un rato entre el equipaje sobre la mesa, Zeshald empezó a separar las cosas que quería vender en la ciudad. A Yuusuke, que le había ayudado a hacer la maleta, se le resbaló un objeto verde de dentro de una bolsita rígida que había en una silla.

La cosa que cayó a los pies de la silla era un cilindro largo. Cavilando qué podía ser, Yuusuke lo recogió.

¡Tilín!

Era un objeto translúcido, parecido a una joya. Medía aproximadamente como su dedo índice y era de unos 5 mm de grosor. Tenía una forma hexagonal que le recordaba a un lápiz, pero con ambos extremos planos.

—¿Mhm? Oh, eso son monedas de cristal. Esa bolsa es mi cartera.

Una moneda con forma de barra hecha de un material extremadamente duro. Se dice que las monedas de cristal que circulan por todo Kaltcio fueron creadas con artes divinas ígneas y terrestres en Sanc Adiet, la ciudad más grande de Kaltcio y la capital del país, pero su método de fabricación se mantiene en secreto. Es la familia real, usuaria de artes divinas ígneas, quien controla la acuñación de monedas.

Como es de esperar, hay cuatro tipos de monedas que llevan el nombre de los cuatro grandes dioses, y su valor está determinado por su color. Una moneda de cristal volned roja equivale a cinco monedas de cristal zhesned azules, a diez monedas de cristal shalned verdes y a treinta monedas de cristal hilgned amarillas.

—Qué complicado...

—Jo, jo, jo, jo. Será mejor que te lo aprendas.

Yuusuke cogió la moneda hilgned y la sostuvo a contraluz. Cuando tocó el cristal, escuchó la habitual campanilla mientras abría el menú de personalización y pensaba: «Tendría que ser capaz de falsificarlas, ¿no?». Entonces cogió la única volned que había en la cartera y, después de compararla con el hilgned, confirmó que su estructura era idéntica, quitando un único parámetro.

Sin embargo, las monedas del mismo tipo tenían parámetros ligeramente diferentes, por lo que había cierto margen de error. Eso significaba que no se utilizaba ningún instrumento de precisión en su proceso de producción.

—Ejecutar.

El hilgned que Yuusuke tenía en las manos se rodeó de luz. Cuando el fulgor se desvaneció, lo que Yuusuke estaba sosteniendo era un volned translúcido.

—¡Ey, espera un segundo!

Con un gran estruendo, Zeshald se levantó de su silla y miró a su alrededor de forma atacada. No había nadie más aparte de él y Yuusuke en la estancia.

—¿Es que he hecho algo malo? —preguntó el joven escondiendo el volned que acababa de personalizar.

Las monedas de cristal acuñadas por artesanos de alto rango de artes divinas ígneas y terrestres normalmente no se pueden falsificar. No está permitido efectuar transacciones fraudulentas con otros usuarios de artes divinas. Pero si este era el caso...

—Vamos a ver, Yuusuke... No se lo digas a nadie ni muestres a ninguna persona lo que acabas de hacer. Por cierto, tengo 8 hilgned más por aquí...

Poco después del mediodía, los 8 hilgned desaparecieron misteriosamente de la cartera de Zeshald, y la misma cantidad de volned aumentó por casualidad. Cómo sucedió es un auténtico misterio.

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