22/04/2025

WCC - 101





Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
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Traducido por: Xeniaxen


101

Unos días después de que la Patrulla del Dios Oscuro regresara de Gazetta... Una vez confirmada la voluntad de los reyes de las cuatro grandes naciones, se decidió anunciar simultáneamente en todo el mundo la transición al nuevo sistema. Los preparativos para ello se estaban poniendo en marcha.

Lo primero era establecer los acuerdos necesarios para implantar la Confederación de los Cinco Clanes, así como crear una normativa común para todos los países. Al mismo tiempo que se avanzaba en eso, también se iría desvelando poco a poco la verdad sobre la Fe en los Cuatro Grandes Dioses, sentando así las bases para abolir el sistema de castas. La Reina Rishause ya había diseñado la parte fundamental del plan, por lo que cada país se encargaría ahora de adaptarlo a su situación concreta del modo más adecuado.



—Hay que dejar claro desde el inicio que con la Confederación no desaparecerá del todo el sistema de castas —comentó el Rey Esvobus.

—En cuanto a eso, ya he informado a los miembros de las casas que vinieron a indagar sobre el asunto —aseguró Reifold.

Cabía esperar cierta resistencia por parte del pueblo ígneo, que había sido favorecido como ciudadanos de alto rango, pero la realidad era que su entorno no iba a cambiar de la noche a la mañana. Tampoco se iba a reprimir la Fe en los Cuatro Grandes Dioses, sino que simplemente se haría pública la verdad sobre sus orígenes.

Si alguno se atrevía a oponerse sin pensarlo bien, corría el riesgo de perder el estilo de vida acomodado que aún podía mantener, así que la mayoría de nobles acatarían lo establecido. Además, entre los ciudadanos de rango medio e inferior había muchos con cierto estatus, y ellos saldrían beneficiados con la eliminación de la jerarquía de los dioses.

—¿Crees que el marqués Volard y los suyos se calmarán?

—Lo harán. Sobre todo si se anuncia oficialmente el compromiso de la princesa, eso tendría un gran efecto.

—Bueno... Lo cierto es que eso aún no se ha decidido...

—¿Eh? Pero si ya se daba por hecho, ¿no? —Esvobus empezó a titubear en cuanto salió el nombre de Violet.

Reifold se encogió de hombros con una sonrisa irónica. Lo más sencillo sería tomar una nueva esposa o tener alguna amante para engendrar pronto un heredero varón, pero eso era precisamente lo que le había ganado al rey su fama de poco avispado.

—Si tanto le preocupa, ¿por qué no prueba con lo contrario?

—¿Lo contrario?

—En lugar de hacer que la princesa escoja a su prometido, que Yuusuke anuncie a su prometida, o directamente que se case con alguien. Sería lo mismo.

(Xeniaxen: No es mala idea. ¡Me emociona más la boda de Yuusuke y Sun que la de Violet e Hivodir!)

El grupo que veía al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro como amenaza temía que Yuusuke fuera elegido como consorte de Violet. Si el objetivo era evitar que su actividad provocara inestabilidad en el reino, lo único que hacía falta era sacarlo de la ecuación.

—Por suerte, Yuusuke tiene de todo: una pareja que le corresponde, una que está colada por él y otra que le sirve con devoción.

(Xeniaxen: ¿La que le corresponde es Sun, la que está colada es Rasanaasha y la que lo sirve con devoción, Raazsha?)

—Vaya suerte la suya...

—El grupo de candidatos a prometido con la princesa también funciona como un colectivo en sí mismo. Tal vez sea hora de darles un uso más útil.

—Hmm... Sí, quizá podrían ayudar a mantener la estabilidad durante el proceso de transición, más que disolverlos ahora.

El rostro de Esvobus volvió a adoptar su expresión habitual de gobernante tras haber mostrado su preocupación como padre. Había encontrado una nueva utilidad para ese grupo, compuesto por los herederos de las casas más influyentes. Si les encargaban tareas relacionadas con la política del país, se les despertaría el sentido de responsabilidad, ganarían confianza y tendrían su orgullo satisfecho.

—Gracias, como siempre, Reifold.

—De nada, de nada. Yo también me divierto trabajando en esto.

Con su característica sonrisa enigmática, Reifold pensó para sus adentros: «Claro que, cuando se trata de mujeres, Yuusuke es igual de torpe que usted...».



Mientras tanto, en una de las salas de la planta superior del Palacio de Volance, tenía lugar una de las reuniones periódicas de la facción contraria a la Patrulla del Dios Oscuro. Habían comenzado a centrar sus esfuerzos en cómo mantener su influencia tras las reformas propuestas por el sistema de la Confederación de los Cinco Clanes, pero en los últimos días se veían inquietos por ciertos rumores que circulaban ampliamente por todo Sanc Adiet.

Poco antes del regreso de la patrulla, el Rey Shinja de Gazetta, tras declarar oficialmente su participación en la Confederación, emitió una declaración en la que anunciaba el envío de escuadrones de exterminio de bestias mágicas a los demás países como muestra de su compromiso. En dicha declaración se incluía que tal decisión se había tomado a petición del capitán oscuro, lo que supuso un giro inesperado y muy desfavorable para la facción.

—Dentro de la guardia de palacio han empezado a surgir movimientos para hacernos responsables de la situación.

—¿Insinúas que es una maniobra orquestada por el capitán para hundirnos?

—No lo sé. Podría serlo... Pero también podría ser que no.

El contenido del rumor que mencionaba el marqués VolarD, el que últimamente se había extendido con fuerza, estaba relacionado con el estrepitoso fracaso del escuadrón especial de exterminio que, en su día, la facción promovió.

«El capitán de la Patrulla del Dios Oscuro viajó hasta Gazetta para hacerse cargo del desastre que ellos dejaron atrás. Ayudó a construir la ciudad portuaria y cedió vehículos de alto rendimiento al escuadrón de exterminio de Gazetta. Así, logró mejorar las relaciones y dinamizar el comercio entre naciones. Sin embargo, el mismo día que llegó la noticia urgente de la aniquilación de la fuerza especial, la facción de Ivor intentó señalar como responsable al capitán oscuro, que no tenía culpa alguna, durante una reunión de emergencia en palacio. Su actitud, claramente evasiva y cobarde, fue de una falta de respeto y dignidad inadmisible».

Gracias a esto, incluso más que antes, los miembros de la facción de Ivor comenzaron a ser mal vistos por el pueblo llano y por los propios guardias de palacio. Además, la cuestión sobre quién debía asumir la responsabilidad por los daños provocados por el fracaso del escuadrón especial de exterminio seguía sin resolverse, y ya había movimientos que buscaban señalar a la facción de Ivor.

—No se percibe ningún movimiento por parte del capitán oscuro que indique que esté intentando fomentar deliberadamente esta corriente...

—Aunque, si recordamos lo que ocurrió aquella vez... no se puede descartar la posibilidad de que esté moviendo los hilos.

El marqués Volard dejó escapar un gruñido, mientras los miembros veteranos del grupo mencionaban aquel episodio en el que fueron superados durante la reunión, usándolo como base para su advertencia.

—Tal vez lo más prudente sea no hacer ningún movimiento impulsivo por ahora, ¿no creéis?

—Hmm...

Entre los asistentes a esta reunión, ya no quedaba rastro de los que, en otro tiempo, clamaban por la caída del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro con los puños alzados y la sangre hirviendo. En medio de un aire denso, cargado de pesados suspiros, optaron por discutir medidas defensivas con una actitud pasiva, buscando ante todo no avivar el fuego y dejar que el momento pasara sin sobresaltos.



Por otro lado, tras haber obtenido grandes logros durante su visita a Gazetta, Yuusuke recibió un permiso especial por parte del Rey Esvobus. Relajado en su casa, estaba escuchando el informe de Rasanaasha mientras empezaba a perfilar sus futuras actividades.

—Ya hemos conseguido influir en casi todos los sectores clave entre los allegados del palacio.


—Ya veo. Buen trabajo.

—Últimamente, incluso entre los miembros de la facción de Ivor, están aumentando aquellos que buscan acercarse a tu círculo, Yuusuke.

—¿Mi círculo? ¿Y eso qué se supone que es eso?

El joven se dejó caer en una postura derrotada, como si le hubieran quitado las fuerzas, alegando que algo así ni siquiera existía. Rasanaasha añadió entonces que, precisamente por eso, aún parecía más imponente. Las sombras sin forma tienden a percibirse del tamaño que sugiere el recelo que despiertan en el corazón de quienes las temen.

De hecho, los rumores que ponían en entredicho al marqués Volard y a los orgullosos miembros de su facción habían sido cuidadosamente difundidos por las maniobras en las sombras de Rasanaasha.

Además, se había estado difundiendo información sobre los vehículos de transporte prestados a Gazetta, resaltando lo increíblemente avanzados que eran como vehículos motorizados de alto rendimiento. Como la idea era que Yuusuke los recuperara (o, al menos, los desmontara) una vez que se resolviera el problema de los bestias modificadas, se había establecido implícitamente que, si algo le ocurriera a él, esos supervehículos quedarían en manos de Gazetta, sirviendo así como una especie de garantía para su propia protección.

Por ese motivo, solo revelaron lo del sistema de seguridad con temporizador a unas pocas personas, como el Rey Shinja y Ayuukas. Esta estrategia fue ideada por Vermeer y Zhahid. Ahora bien, en realidad, ya ni siquiera hacía falta llegar tan lejos, pues la facción estaba prácticamente neutralizada.

Y es que, justo cuando se empezaron a tranquilizar al comprobar que la implementación de la Confederación no supondría perder sus actuales privilegios ni su estatus, el foco de la responsabilidad por el fracaso del escuadrón especial de exterminio comenzó a girar en su dirección. Si hacían algo precipitado y perdían lo que estaban a punto de conservar, no les quedaría nada.

Así, Yuusuke logró recuperar de nuevo un estilo de vida tranquilo... O eso parecía...


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—¿Eh? ¿No está?

Tras finalizar su permiso especial, Yuusuke volvió al Palacio de Volance y se dirigió a los aposentos privados de Violet para llevar a cabo su misión especial habitual, que consistía en recopilar y reportar información de la gente común y de los rumores callejeros. No obstante, le informaron que ella no se encontraba allí debido a ciertos asuntos.

Mientras regresaba a su habitación, rascándose la cabeza y pensando que era raro, Krielov le transmitió lo que ella le había encargado:

—La princesa estará ocupada durante un tiempo. No hace falta que te esfuerces demasiado en la misión especial habitual hasta que ella misma lo solicite.

—Ya veo...

Entre la persuasión a Gazetta, el asunto de las bestias mágicas y otros temas, habían ocurrido muchos cambios vertiginosos en torno al proyecto de la Confederación de los Cinco Clanes. Yuusuke asumió que Violet, como miembro de la familia real, también tendría alguna clase de deber que cumplir, y aceptó la situación sin darle demasiadas vueltas. Decidió entonces dedicarse al desarrollo de objetos personalizados en su habitación.

Ese día, Violet tampoco apareció en su habitual búsqueda de juguetes a la hora de siempre, por lo que él no pudo informarle de sus descubrimientos en la misión especial.



Alrededor del mediodía del día siguiente, Yuusuke salía del comedor de palacio cuando vio a Sun trotando por el pasillo con un gran arco en brazos.

—¿Sun, vas a practicar con el arco?

—Ah, Yuusuke. Sí, he quedado con Violet.

—Ya veo. Entonces a lo mejor me paso también.

Esa mañana, Yuusuke había vuelto a presentarse en el palacio desde primera hora para seguir fabricando herramientas, y luego había dado una vuelta por el distrito de clase baja. Pero Violet no estaba en sus aposentos, así que otra vez se había quedado sin poder darle el parte. Como tampoco la había visto ni ayer ni hoy, pensó que era una buena oportunidad y decidió acompañar a Sun.

Ambos iban charlando mientras se dirigían al campo de entrenamiento interior, pero Violet no estaba por ningún lado.

—¿Todavía no ha llegado?

—No, me dijo que iría antes y que me esperaría, pero...

Mientras ambos la buscaron por toda el área de descanso, un sirviente del campo de entrenamiento se acercó y les dio un mensaje de parte de ella.

—Hoy ha tenido un asunto urgente, así que ha pedido que lo dejen para otro día.

—Ya veo...

Al parecer, Violet había estado practicando tiro con arco hasta poco antes de que ellos llegaran. Al mirar bien a su alrededor, vieron que en la zona de tiro habían quedado su arco y su carcaj abandonados, así como varias flechas fallidas clavadas alrededor del blanco.

—Mmm...

Desde su regreso de Gazetta, Yuusuke no había tenido muchas oportunidades para hablar con Violet. De hecho, sentía que desde que terminó su descanso no la había visto ni una sola vez.

—¿Yuusuke? —dijo Sun, inclinando la cabeza ligeramente al ver la expresión pensativa de Yuusuke..

Este se cruzó de brazos. Mientras el sirviente recogía el arco y las flechas, tuvo una sensación extraña. Miró a Sun y le preguntó:

—¿Violet alguna vez antes había faltado a una cita por un asunto urgente?

—¡N-No! ¡Nunca! Seguro que debe de estar ocupada por todo lo que ha cambiado últimamente.

Sun defendió a Violet, mencionando los recientes cambios en la situación política como una razón válida. Según ella, habían continuado con su rutina normal, como cuando entrenaban juntas con el arco o se tomaban un té durante los descansos. Incluso le había contado historias sobre el viaje a la ciudad portuaria de Gazetta y Patricia del Norte.

—¿Me estará evitando...?

—¿Y si... me está evitando a mí? —preguntó Sun, frunciendo el ceño.

Ambos se quedaron pensativos un momento, hasta que una voz interrumpió sus pensamientos.

—Yuusuke, ¿tienes un momento? Hay algo importante que quiero decirte.

—¿Oh? Ah, Hivodir, ¿qué pasa? —respondió Yuusuke al reconocer la figura del hombre vestido con el uniforme rojo de la Patrulla de Fuego.

Mirando alrededor con cautela, Hivodir se acercó a ellos y le indicó a Yuusuke que mejor se movieran a otro lugar.

Así pues, dejando a Sun en la zona de entrenamiento, Yuusuke siguió a Hivodir de regreso a su casa para hablar en privado.



En el salón de la mansión de Yuusuke, ambos se encontraban sentados frente a frente, uno con una copa de vino y el otro con una taza de té. Yuusuke, escuchando atentamente a Hivodir, finalmente entendió lo que había detrás de los recientes eventos que lo habían desconcertado.

—Ya veo, así que era eso.

—Todavía no ha sido anunciado oficialmente, pero se ha filtrado bastante información entre nosotros, los candidatos.

Aunque nadie había tomado aún medidas visibles, se decía que todos los jóvenes nobles que forman parte del grupo de pretendientes estaban inquietos y expectantes. De hecho, ese mismo rumor era una de las razones por las que los opositores al Dios Oscuro se habían quedado tranquilos últimamente. Al menos, con este desarrollo, se sentían más tranquilos al saber que el compromiso entre Violet y Yuusuke ya no era una amenaza tan inminente.

—La princesa parece más bien haber aceptado su destino como miembro de la realeza, en lugar de estar convencida de ello... ¿Y tú qué vas a hacer al respecto?

—¿Qué se supone que puedo hacer...? —respondió Yuusuke, pensando que no era algo de lo que pudiera siquiera opinar.

Con un gesto exagerado, Hivodir expresó su asombro. La elección del prometido de Violet, adelantada un año, era en parte consecuencia de los logros de la Patrulla del Dios Oscuro y el ascenso de Yuusuke. Una vez que el compromiso fuera oficial y se establecieran lazos con la familia del prometido, Violet vería restringida su libertad para actuar como lo hacía hasta ahora.

—Obviamente, tampoco podrá profundizar en su comprensión de la clase baja. ¿Te parece bien eso?

—...

Yuusuke intentó ponerse en el lugar de Violet. Pensó que, para poner distancia entre ellos, tal vez ella no podía simplemente anunciar claramente la suspensión de la misión especial, por lo que habría optado por que él lo intuyera de forma indirecta.

—Bueno, si yo fuera el elegido, podría mostrar mi comprensión hacia tus actividades con la princesa, pero... en cuanto a las apariencias en la corte... Tendrás que contenerte bastante —dijo Hivodir, tomando un sorbo de vino.

Con los brazos cruzados, Yuusuke se perdió en sus pensamientos. De repente se le ocurrió una duda que expresó en voz alta:

—Si no aprovecha el conocimiento que hemos adquirido, ¿de qué ha servido todo?

El papel que se esperaba de Violet como futura reina era que fuera una princesa noble y saludable de sangre real. No se le requería mirar hacia el pueblo, entender el país o conocer las leyes del mundo. De hecho, tener demasiada sabiduría era algo que se veía con malos ojos, ya que podría interferir en los asuntos del gobierno.

—Al menos, yo no voy a desestimar la opinión de la princesa. ¡Hivodir Vuolasche siempre será tu aliado y el de la princesa! —dijo el heredero a duque con una naturalidad que haría sonrojar a cualquiera.

Aunque parecía estar disfrutando de sus propias palabras, lo hizo con su habitual calma. De todos modos, Yuusuke sintió algo de incomodidad en su interior y, con el rostro pensativo, se sumió en sus pensamientos de nuevo. Justo en ese momento...

—Hola, Yuusuke.

—De vez en cuando entra por la puerta principal, ¿no...?

Las cortinas de la ventana se movieron y apareció el autodenominado "habitante del bosque".

Sentado al final de la larga mesa frente a Yuusuke e Hivodir, Reifold comenzó a hablar sobre el tema del compromiso de la princesa, y profundizó un poco en la conversación. En realidad, el Rey Esvobus tampoco parecía estar muy interesado, y explicó que la elección había sido simplemente un medio para alcanzar un resultado que beneficiara la situación interna del palacio. Añadió que, si se podía lograr el objetivo, no importaba el método.

—Hay una alternativa. Yuusuke, si anuncias formalmente tu compromiso con otra persona, o incluso si te casas, la princesa podrá suspender su compromiso.

—¿Qué quieres decir con eso?

Lo que más temían los opositores a la Patrulla del Dios Oscuro era que Yuusuke se infiltrara en el centro del poder y, eventualmente, llegara a la cima del país. Aunque se sentían celosos de su velocidad de ascenso, este hecho por sí solo no era suficiente para desatar un escándalo de asesinato.

Al parecer, también sabían algo sobre su verdadera identidad como Dios Oscuro, pero la información sobre los dioses oscuros era tan escasa que no servía como base para tomar grandes decisiones. De hecho, lo que realmente les generaba una sensación de peligro era el comportamiento de Yuusuke, que habitualmente ignoraba las distinciones de clase impuestas por el sistema de castas y favorecía a los desvalidos, lo que les hacía temer que pudieran perder su poder y su estatus nobiliario.

Al ver que esto coincidía exactamente con lo que Ayuukas le había señalado antes, Yuusuke no pudo evitar quedarse sin palabras. En resumen, lo que tenían que demostrar era que no llegaría a concretarse un matrimonio entre él y la princesa Violet.

—De lo que todos tienen miedo es que tú vayas a cambiar la base misma de este país.

—¿Tan grave sería eso...? Yo solo quiero vivir tranquilo y relajado, nada más.

—Por mucho que lo digas, ellos no te creen. Al final, son personas que hacen lo contrario de lo que predican.

(Xeniaxen: Se cree el ladrón que todos son de su condición.)

—¿Quieres decir que sería como una tregua? ¿Vamos a llevarnos bien, sonriendo, abrazándonos y dándonos la mano, mientras no nos pisoteamos los pies mutuamente? —preguntó Yuusuke, con una comparación sorprendentemente específica, casi como si la escena estuviera tomando forma en su mente.

—Exactamente —Reifold asintió, sonriendo—, algo así.

Por otro lado, Hivodir, que al parecer estaba más cerca de esa realidad y no lo veía tan fácil, mostró una expresión algo incómoda.

—¿Y entonces, con mi anuncio de compromiso o con un matrimonio, se tranquilizarían? Pero...

Aunque entendía que, al convencer a la facción, podría asegurar su seguridad y vivir una vida tranquila, lo que más le preocupaba era que los problemas de Violet, de los que había hablado antes con Hivodir, solo se pospondrían sin resolverse.

—Si no puedes decidirte por una pareja, ¿quieres que te ayude a elegir?

—Mhm...

Lo que le preocupaba en ese momento no era tanto su propio matrimonio. Yuusuke se planteaba si debía o no explicar su situación. Como había estado escuchando la conversación de los dos antes, Reifold aprovechó para darle otro consejo:

—No creo que sea una mala idea, tanto para ti como para la princesa, que todavía tiene mucho por aprender y crecer.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Si tu compromiso o matrimonio retrasa la elección del prometido de la princesa, tendrías un año más para moverte libremente. Y durante ese tiempo, podrías seguir aprendiendo muchas cosas, ¿verdad?

Aunque Yuusuke se convirtiera en un hombre casado, su posición cerca de Violet no cambiaría. Al igual que hasta ahora, la Patrulla del Dios Oscuro seguiría siendo la guardia personal directa de la princesa, y todos esperarían que siguiera destacando. Durante ese tiempo de gracia, podría cambiar un poco su forma de relacionarse.

La idea era incentivar su conciencia como miembro de la familia real para que la elección del prometido se llevara a cabo sin problemas dentro de un año. Si Yuusuke se comportaba como un subordinado más al servicio de la princesa, eso también podría derribar las barreras que había mantenido con los demás guardias, permitiéndoles estrechar lazos y fortalecer su amistad.

—Es que todo el mundo sabe que recibes trato especial, ¿no?

—Bueno, sí, eso es cierto, pero... Creo que Violet tiene muy claro su rol como miembro de la familia real.

—Si no actúa en consecuencia, no se puede afirmar lo tenga tan claro. Aunque reconozco que su energía es una de las virtudes de esa princesa.

Reifold señaló que, al mismo tiempo, eso también era un problema. La curiosidad y la energía de la princesa Violet por conocer a las personas comunes, así como su deseo de actuar, eran un inconveniente dado su estatus.

Durante el próximo año, se debía establecer claramente la línea entre sus roles como ama y sirviente, y fomentar la conciencia de Violet como futura reina. La Patrulla del Dios Oscuro, en su misión de recopilar información para profundizar su conocimiento del mundo y la clase baja, debía desaparecer como parte de ese proceso.

—Dado lo inteligente que es la princesa, entenderá que como reina no debe tener ese comportamiento, y eventualmente lo aceptará.

Al escuchar esas palabras, Yuusuke reaccionó sutilmente, sin emitir sonido, pero mostrando una ligera tensión. Al percatarse de su cambio de actitud, Reifold observó detenidamente si algo en su explicación había causado una reacción negativa en él.

Con los brazos cruzados y una expresión complicada, el joven de pelo negro permaneció en silencio, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar, mientras una mezcla de pensamientos y emociones lo invadía.

«La conclusión es la misma. ¿De qué habrá servido todo...?»

Yuusuke recordó a Violet aquella vez en la torre de observación, con lágrimas en los ojos. Unos días después de regresar de la Fortaleza Gearhawk, ocurrió un pequeño malentendido que desembocó en problemas. Bajo el sol y el cielo estrellado, se habían prometido mutuamente que juntos ampliarían su comprensión del mundo.

Pero la actividad de "aprender sobre el mundo", que habían comenzado juntos, ahora parecía desmoronarse. Todos los sentimientos y resoluciones de Violet le eran negados por completo.

—Esto no me gusta...

La idea de que la vida de la princesa Violet estuviera ya decidida desde el principio, sin importar cuánto se esforzara en ampliar su comprensión, le resultaba insoportable. La realidad de que nada cambiaría, sin importar sus esfuerzos, le provocaba un profundo descontento.

Al percatarse de la frustración directa de Yuusuke, Reifold se sintió algo divertido.

—Aunque pienses así, ella es una princesa, ¿no?

—Una princesa... Princesa... El castillo... El final... (NT: Esta frase es difícil de traducir. En el original, Yuusuke está repitiendo la palabra "王女" (ōjo - princesa), y en su mente la va transformando por la similitud fonética a "王城" (ōjō - castillo real) y finalmente a "往生" (ōjō - fallecimiento/muerte). Mediante esta homofonía nos da a entender el mal augurio en que piensa en que la situación puede terminar.)

Aunque comprendía plenamente lo que Reifold había dicho, la incomodidad de la situación no se le escapaba a Hivodir. Se quedó en silencio, notando que tanto los sentimientos de Yuusuke como los de Violet estaban claros, pero la situación seguía siendo bastante dolorosa.

En ese momento, la voz suave de Zhafis anunciando a un visitante rompió el tenso silencio y alivió un poco el ambiente. La puerta de la sala de estar se abrió. Rasanaasha hizo una ligera reverencia, moviendo las ondas de su larga melena azul.

—Hola, Yuusuke. Ah, buenas tardes, Don Hivodir.

—Hola, bella cantarina. Como siempre, su belleza sigue siendo inmaculada —saludó Hivodir.

Rasanaasha había venido a ayudar con la investigación de Raazsha. Debido a su profesión, Reifold, como siempre, hizo un gesto sutil para indicar que debía actuar como si no estuviera presente. La perspicaz Rasanaasha lo excluyó de su campo de visión.

Yuusuke, por su parte, miraba absorto la figura de la ex princesa cantarina, cuyo vestido sobrio realzaba su presencia, y no pudo evitar murmurar:

—Princesa... ¡Reina! (NT: De nuevo, Yuusuke sigue pensando en palabras homófonas. De "王女" (ōjo - princesa), ahora se va a "女王" (joō - reina).)

En ese momento, la figura de la reina Rishause le vino a la mente.

—¿Sí?



En la planta superior del Palacio de Volance, Violet estaba encerrada en sus aposentos privados, hojeando con desgana los documentos sobre los nobles candidatos a prometido, con la mejilla apoyada en una mano. Soltó un suspiro más (ya llevaba varios) mientras pensaba en Yuusuke.

Desde que él regresó de Gazetta, apenas habían hablado en condiciones. Ni siquiera para que él le diera el parte de la misión especial. Seguramente ya habría oído hablar del asunto del compromiso, y tal vez por eso estuviera evitando verla, para no incomodarla.

—Igual solo estoy dándole demasiadas vueltas... Puede que sea cosa mía.

Si lo viera y se comportara como siempre, probablemente acabaría diciéndole lo que no quería. En el fondo, era ella quien estaba evitando encontrarse con él, inventándose todo tipo de excusas. Sabiendo cómo era Yuusuke, no pensaba que insistiera en verla si notaba que ella no quería. Aun así, en el fondo, una parte de ella seguía esperando que él apareciera.

—Bueno, ya basta. No puedo seguir haciéndole preocupar.

Una vez tuviera prometido de forma oficial, ya no podría actuar con la misma libertad que hasta ahora. Tendría que prepararse para dar un heredero como futura reina, y después dedicarse a los deberes de la corte junto a su marido, el próximo rey. Sus obligaciones aumentarían, y ya no tendría tiempo para centrarse en las cosas que le despertaban curiosidad.

Ampliar sus conocimientos para llegar a ser alguien verdaderamente noble... Esa forma de pensar y de vivir que compartía con Zeshald y Yuusuke, probablemente terminaría aquí.

—Será mejor decidirme pronto por alguien y buscar otra manera de tratar con Yuusuke...

Justo cuando intentaba centrarse de nuevo en los documentos, decidida a cambiar de actitud...

—¡Violet!

—¡...!

Yuusuke irrumpió en la habitación con apenas un par de golpes en la puerta, pillando completamente desprevenida a Violet. Había aparecido justo cuando intentaba dejar atrás los sentimientos que aún le quemaban el pecho, así que no pudo evitar sentirse como si la hubieran pillado haciendo algo malo.

—¿Q-Qué pasa, Yuusuke? Lo siento, pero tengo que irme ahora mismo a entrenar.

Se apresuró a recoger los papeles del compromiso con las manos temblorosas y trató de levantarse con prisas, pero Yuusuke la sujetó por los hombros y la obligó a sentarse de nuevo.

—No te escapes. No apartes la mirada. Tenemos que hablar de algo importante.

—¡N-No estoy escapando, ni apartando la mirada!

—Dicho con ese tembleque no cuela... Pero bueno, eso da igual.

Viendo su mirada inquieta y sus palabras poco convincentes, Yuusuke no pudo evitar sonreír entre divertido y resignado. Se colocó frente a ella y se sentó, clavando los ojos en los suyos, rojos y titubeantes. Entonces, sin rodeos, empezó a hablar.

—Violet, tú... debes convertirte en reina.

—¿Eh...?

Violet tardó unos segundos en comprender lo que Yuusuke acababa de decirle. Luego, se recolocó en la silla con una expresión difícil de descifrar. Apartó los documentos sobre los candidatos a prometido hacia un lado de la mesa, apoyó la mejilla en una mano y preguntó:

—¿Eso significa que quieres que herede el trono de mi padre?

—Sí, exactamente.

—¿Lo dices en serio...?

—Por supuesto.

Violet le sostuvo la mirada un rato. Al notar que Yuusuke realmente hablaba en serio, desvió la cara con un suspiro, sin cambiar de postura. Había esperado que fuera a verla, sí, pero no que llegara con una propuesta tan disparatada.

—Haah... No creo que pueda.

—¿Por qué? Tratándose del rey, lo veo dejando el trono en tus manos y retirándose tranquilamente a cultivar flores mientras busca con calma al marido perfecto para su hija.

—Q-Qué comentario tan concreto... Aunque, bueno, dejando a mi padre a un lado, seguro que los demás se opondrían.

Los candidatos a prometido eran un grupo que aspiraba a alcanzar el trono. No creía que aceptaran tan fácilmente conformarse con el título de consorte real.

—Además, no sé si sería capaz de gobernar como lo ha hecho mi padre.

—Seguro que sí. Yo estaré a tu lado.

—Yuusuke... ¿Eres consciente de lo terriblemente mal que puede interpretarse eso que acabas de decir?

—Uy —Yuusuke se rió, medio avergonzado, y corrigió rápidamente—: Quiero decir, estaremos a tu lado. El capitán Krielov, Hivodir, Nasha y los demás. Ah, y el autoproclamado "habitante del bosque", también.

—A veces te pones sorprendentemente terco y atrevido, ¿sabes?

Violet relajó la expresión al decirlo, y se volvió hacia Yuusuke. En sus ojos rojos, donde hasta hace un momento flotaba el reflejo resignado de quien había perdido toda esperanza, volvió a titilar una pequeña luz.




—Ya que estamos, podríamos meter también al maestro Zeshald en el ajo.

—¿Al viejo también? Hmmm... ¡Podría ser divertido!

Recuperando el ánimo de siempre, la princesa llameante y el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro se pusieron a cuchichear durante un rato, intercambiando confidencias en voz baja. Finalmente, prometieron reunir a todo el grupo para celebrar un debate serio y en condiciones.

Por cierto, los documentos de selección de candidatos a prometido, que habían quedado abandonados en un extremo de la mesa, terminaron aprovechándose de otra forma muy distinta.


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En los aposentos privados del Rey Esvobus, un Reifold con una expresión animada informaba acerca del contenido de la reunión secreta entre el heredero de la casa Vuolasche y el capitán oscuro, que había tenido lugar en la residencia de Yuusuke, así como sobre la nueva posibilidad presentada por el Dios Oscuro.

—Vaya, no se me habría ocurrido ni en sueños...

—Yo tampoco había contemplado esa posibilidad.

En lugar de buscarle un consorte a la princesa Violet para recibir al próximo rey, la nueva idea era que fuera ella quien, en el futuro, asumiera el trono. Una propuesta totalmente fuera del esquema tradicional.

En cuanto a las aptitudes de Violet, contaban con la garantía de su escolta personal y mentor, quien le profesaba una profunda lealtad al rey. Ya desde hacía tiempo había puesto el foco en el agudo juicio y la clarividencia que Violet mostraba ocasionalmente, y últimamente se había visto particularmente impresionado por su desarrollo.

—Se acerca una nueva era... así que, ¿por qué no?

Esvobus, que en su juventud había recorrido numerosos países para ampliar su perspectiva en su camino hacia convertirse en rey sabio, veía en la actividad de Violet (conocer el mundo y al pueblo) un reflejo de sus propias experiencias.

—Aun así, esto va a traer cola. Dejar de lado a los candidatos que aún tienen esperanzas de entrar en la familia real es una cosa, pero ¿cómo piensas convencer a los pesos pesados?

—No hay problema. Pondremos como ejemplo a la Reina Rishause y revelaremos una parte del asunto del artefacto divino.

Con la preocupación por su hija disipada, el Rey Esvobus empezó a desplegar todo su carisma y sabiduría de monarca.

Violet contaba con formación sobre materias de gobierno y, para los burócratas escépticos ante su capacidad, revelarían parte de la verdad sobre el artefacto divino de la reina de Blue Garden: un objeto con efectos exageradamente avanzados. Insinuarían quién lo había creado. Era un objeto que, originalmente, había estado almacenado en el tesoro de Fonkrank, y que Yuusuke había modificado.

—¿Queda algo de aquel platino blanco en el tesoro?

—Parece que vamos a tener que pedirle otro favorcito al bueno de Yuusuke.

El poder y la presencia de Yuusuke se convertirían, sin duda, en un gran apoyo para la futura reina Violet. Los preparativos para su ascenso al trono de Fonkrank avanzaban con paso firme.

Aunque esta decisión y sus planes no se harían públicos hasta que Violet alcanzara la mayoría de edad, para entonces ya serían un secreto a voces tanto dentro como fuera del palacio. Pero eso... es una historia para mucho más adelante.




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