Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)
Re:Monster
Traducción: Xeniaxen
Traducción: Xeniaxen
Día 571
(parte II)
Por eso, decidí concentrarme en el objetivo más fácil: el toro dorado. Con su pesada armadura laminada, tenía un poder defensivo abrumador. Ni siquiera los ataques a media distancia le hacían daño. De hecho, repelió asombrosamente las balas del rifle mágico y los bombardeos de bestias de fuego creadas con el engranaje. Yo hubiera muerto al instante si los contragolpes me hubieran impactado directamente.
Simple y aterrador. Pero nada que la lanza carmesí no pudiera atravesar para infligirle una herida fatal. Así pude dar caza al toro dorado como una simple presa.
Le corté las extremidades aprovechando los intervalos entre los ataques de las otras [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco]. Las laceraciones no sanaban, mi poderosa lanza quizás invalidó su capacidad regenerativa. Después de repetirlo unas cuantas veces, el toro dorado ya no podía moverse. Cuando colapsó, le partí la columna y le corté la cabeza para matarlo fácilmente.
Traté de hacerme con el cadáver pero, desafortunadamente, antes de que pudiera cogerlo, se transformó en partículas de luz y fue succionado por el pilar del que apareció.
Todavía quedaban muchos otros enemigos de los que debía encargarme, así que decidí olvidarme del toro hasta más adelante. La próxima vez intentaría ser más rápido antes de que desaparecieran. Lucharía sin cortarlos en demasiados trozos antes de matarlos, para que fuesen más fáciles de recolectar.
Supongo que fue una buena elección. La batalla poco a poco se puso a mi favor.
Un tiempo después de haber derrotado al toro dorado, ya casi era hora de matar al siguiente. Había debilitado a dos o tres y estaba preparado.
Pero entonces la cadena de acontecimientos se rompió. El pilar que había absorbido al toro volvió a brillar y apareció un toro nuevo, bastante diferente al primero.
Había duplicado su tamaño a unos 20 metros. Era tan enorme que casi no podía verlo entero. Su pesada armadura laminada se había vuelto aún más gruesa. Ahora tenía unos cuernos gigantes en forma de mazo, que vibraban y sacudían la atmósfera mientras emitían un zumbido de alta frecuencia. Si me acercaba demasiado, las vibraciones me alcanzaban, restringiendo severamente mis movimientos. Posiblemente podría llegar hasta el punto de ni siquiera poder moverme. Y si eso ocurría, el toro me aplastaría en pedazos y me convertiría en una humareda de sangre.
El nuevo y mejorado toro dorado encarnaba plenamente el terror que me hacía sentir.
Mientras de alguna manera lograba superar al nuevo toro dorado, usando la agilidad del lobo gris plateado y las otras [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco] como escudo, profundicé en mi comprensión de esa terrible experiencia. Los objetivos a derrotar eran las [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco] en sus formas iniciales y mejoradas. Considerando las condiciones del espacio, que era similar a un reloj, los iniciales y los mejorados representarían la mañana y la tarde. Siendo así, es por eso que debía derrotar a veinticuatro de ellos.
La batalla continuó. Al parecer, después de matar a uno mejorado, aparecían cinco versiones pequeñas del mismo. Estas medían solo alrededor de un metro y sus habilidades no eran tan poderosas. Aunque sí eran más fuertes que los monstruos de mazmorra del resto de la torre, por lo que no podíamos bajar la guardia. Además lanzaban ataques suicidas y seguían apareciendo infinitamente al cabo de un rato después de morir.
A medida que aumentó la cantidad de individuos mejorados que derrotamos, la cantidad de enemigos pequeños lo hizo también, y el campo de batalla se volvió cada vez más caótico. Más de diez horas después, justo a tiempo, logré terminar de derrotar a todos los enemigos.
Jefe de mazmorra [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco – Zodiac Calibre] eliminado con éxito.
Desde ahora puedes progresar hasta el siguiente nivel sin batallar de nuevo contra [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco – Zodiac Calibre].
Has recibido el cofre del tesoro [Falacia de Estrellas Fugaces] como recompensa por derrotarlo por primera vez.
Fue un combate bastante duro. Al final, pude conseguir los cadáveres de los doce individuos mejorados, así como varios cientos de los pequeñitos. Estaba bastante satisfecho, pero acabé con todo el cuerpo gravemente magullado.
Me habían envenenado, tenía quemaduras, cortes y huesos destrozados. Siendo un [Rey Goblin Negro], me he debilitado mucho físicamente en comparación con la época en la que fui un [Humano Mejorado]. Un golpe que en el pasado podría haber esquivado o incluso soportado sin peligro, ahora suponía una lesión considerable. Incluso los ataques de especies más pequeñas que yo podían llegar a ser peligrosos si me impactaban en el lugar equivocado. Hay heridas que no puedo evitar cuando me enfrento a enemigos fuertes, y me siguen doliendo incluso después de sanar. Desearía ser un poco más fuerte, pero desgraciadamente no es tan fácil como antes.
Pero una vez muertas, las [Copias Falaces de las Bestias del Zodíaco] estaban deliciosas.
Me habría gustado cocinarlas bien, pero lamentablemente no tenía tiempo para eso. Después de cortarlas en trozos para que fueran más fáciles de comer, las hice vuelta y vuelta y les espolvoreé un poco de condimento.
Empecé por la carne del toro dorado, el sabor explotó cuando la sangre y la carne tocaron mi lengua. En ese momento, vi el cielo. La grasa fina se derretía con la temperatura de mi lengua. Era liviana, lo que me hacía querer más y más. La calidad de la magia que contenía era muy buena, y la textura y el sabor cambiaban según la parte del cuerpo, como la carne roja, por lo que nunca aburría.
La sacerdotisa era suave y su dulzor variaba según el corte. El frasco de agua era como una verdura crujiente y picante. Todos combinaban tan bien entre sí, que sentí como si estuviera saboreando un plato completo y natural.
Habilidad [Lana Abrasadora] aprendida
Habilidad [Embocada de Toro Dorado] aprendida
Habilidad [Danza de Espadas Gemelas] aprendida
Habilidad [Caparazón Líquido] aprendida
Habilidad [León Solar] aprendida
Habilidad [Difunta Devastadora] aprendida
Habilidad [Equilibrio Espiritual] aprendida
Habilidad [Veneno de Mercurio] aprendida
Habilidad [Disparo Mortal al Ojo] aprendida
Habilidad [Cuerno Cortante] aprendida
Habilidad [Alboroto Senil] aprendida
Habilidad [Turba de Agua Venenosa] aprendida
Habilidad [Fracción de Bestia del Zodíaco Falaz] aprendida
Aprendí tal cantidad de habilidades.
Sentía como si la sangre que había perdido se reponía cada vez que comía una de las bestias del zodíaco, y al mismo tiempo la gran cantidad de poder mágico condensado que estaba ingiriendo. Tal vez porque superé la batalla mortal y subí varios niveles, notaba que mi cuerpo, con sus células activadas, era mucho más liviano y poderoso que antes de la terrible experiencia. Podría describirlo como un recipiente con demasiada capacidad a punto de desbordarse. Era la mejor forma en la que he estado desde que me convertí en el Rey Goblin Negro.
Después de haber descansado y comido, y tras revisar mi equipaje y las recompensas del cofre del tesoro que acababa de recibir, decidí continuar.
Subimos hasta el alto techo por la escalera de caracol que apareció en el centro de la sala cuando pasamos la prueba. Llegamos a una pequeña habitación rodeada de unas complicadas máquinas en movimiento. Producían el sonido de un ritmo regular. Entonces noté una extraña palanca en el suelo. Pensé que no era una trampa, así que la jalé, lo que provocó que todas las máquinas a mi alrededor se movieran a la vez. El interior de la sala empezó a cambiar y, finalmente, apareció una puerta opulenta con pequeños relojes grabados que se unían para formar un reloj gigante. En la puerta había un cartel que decía así:
"El cuarto tiempo, la conquista del [Aposento Empíreo del Emperador del Tiempo]. La intersección entre el pasado y el presente, la región polar donde el tiempo se trama."
No había duda de que lo que me esperaba delante de mí era el Emperador de la Causa y Efecto del Antiguo Pasado, Histoclock.
De pie frente a la puerta, un abrumador poder mágico, incomparable a cualquier cosa que había experimentado antes, rodeó todo mi cuerpo. Sabía que si me movía, podría estar en problemas.
Pero finalmente había llegado allí, el último nivel de la mazmorra, así que empujé la puerta mientras recordaba mi viaje con profunda emoción. Se abrió lentamente, dando paso a una luz brillante. La atravesamos y fuimos recibidos por un muro plateado que se acercaba a gran velocidad.
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