Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
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Traducido por: Xeniaxen
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—¡¡¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!!!
—¡Princesa, es hora de sus estudios!
Faltaban solo unos días para que terminara la estación de tierra y comenzara la del viento. En el campo de entrenamiento cubierto de la guardia de palacio, Violet se paseaba divertida en el prototipo de vehículo mientras Krielov corría tras ella tratando de alcanzarla. Tras recibir de Sorzak una caja de cambios de nuevo diseño, Yuusuke lo había ensamblado utilizando piezas de madera. Aun sin estar del todo habituado a la fabricación de vehículos, el resultado fue una especie de carruaje de tamaño reducido.
—Podría añadirle el mecanismo de propulsión de los carruajes actuales...
—¡Yuusuke! ¡Ayúdame, por favor! —protestó Krielov, jadeando por el esfuerzo.
Yuusuke estaba absorto contemplando el prototipo y pensando en los próximos pasos en su desarrollo. Divertida a más no poder por la persecución, la princesa no hacía más que esquivar a Krielov, que era incapaz de atraparla.
El vehículo experimental había superado las expectativas iniciales de alcanzar la velocidad de una persona al trote. En su lugar, se movía a la velocidad de una persona corriendo. Y era posible correr a su lado, pero detenerlo era otra historia. Su tamaño reducido obligaba a agacharse para intentar atraparlo, lo que hacía que el perseguidor disminuyera la velocidad y permitía a Violet escapar. Cuando Krielov intentaba sujetarlo a la fuerza solo conseguía perder el equilibrio y que el carro lo arrastrara.
—La próxima vez creo que será mejor instalarle un freno de emergencia exterior...
Con el usuario de artes ígneas cubierto de polvo y lanzándole una reprimenda interminable a una Violet al borde de las lágrimas, Yuusuke recogió el prototipo de vehículo dañado, observando de reojo la escena.
—Por cierto, Yuusuke, pronto te toca hacer vacaciones, ¿no? ¿Qué harás para el Festival de la Danza?
—Ah, es verdad. Pues, no lo había pensado...
Mientras acompañaba a Violet al campo de entrenamiento en lugar de Krielov, que había ido a cambiarse, Yuusuke recordó la conversación sobre el festival y, con ello, también el Festival de la Cosecha que se celebró en la aldea de Rufk. Así como la estación de la tierra comenzaba con el Festival de la Cosecha, la del viento daba inicio con el Festival de la Danza. Sin embargo, este tenía un carácter mucho más marcado de búsqueda de pareja. Era común que muchas personas se comprometieran o se casaran durante la estación de viento.
—Creo que en el Festival de la Cosecha te hice pasar un mal rato... Quizá debería quedarme en la ciudad esta vez.
—Oh... Aprecio el gesto, pero no sería apropiado que pasara el Festival de la Danza con ningún hombre en particular.
Los candidatos a prometido de Violet intensificaban sus esfuerzos por cortejarla durante estas fechas. Y, aunque en teoría era ella quien debía elegir a su futuro esposo, debía tratar con cada uno de ellos para evaluar sus cualidades.
—Qué fastidio...
—Uf, sí. Debe de ser agotador...
Mientras Violet soltaba un suspiro de hastío, Yuusuke le dedicó unas palabras de ánimo para reconfortarla. Fue entonces cuando, una vez más, se percató de que la joven de coletas rojas que tenía delante no era solo Violet, sino la princesa destinada a casarse con el próximo rey del país.
Tras despedirse de Violet, Yuusuke se dirigió al campo de entrenamiento al aire libre. Allí, entre los guardias que practicaban artes divinas ofensivas arrojadizas, Sun entrenaba con el arco.
—Hola, Sun.
—¡Ah, Yuusuke!
Vestida con su uniforme blanco de asistente y sosteniendo un arco algo más grande de lo habitual, se giró.
—¿No es un poco grande para ti?
—Sí, pero gracias al anillo puedo tensarlo sin problemas.
Ver a la pequeña chica de cabello blanco manejar con facilidad un arco tan largo tenía cierto atractivo visual. Sin darse cuenta, Yuusuke sonrió con ternura ante la escena.
A ella, en cambio, aquel gesto le aceleró el pulso. Llevaba días recibiendo en secreto consejos de Raazsha sobre el Festival de la Danza de la próxima estación, y ahora se preguntaba si aquella reacción de Yuusuke podía ser un efecto de sus lecciones.
Tenía un motivo para interesarse tanto por el festival. En Kaltcio, la edad habitual para casarse era entre los dieciséis y los veinte años, y ella acababa de cumplir dieciocho el mes anterior. Con cada vez más mujeres atractivas rondando a Yuusuke, había empezado a verlo más como una posible pareja. Desde aquel Festival de la Cosecha, cuando lo vio rodeado de las chicas de la aldea, su inquietud no había hecho más que aumentar.
«No soy guapa ni especialmente mona. No destaco en nada... Tengo esa horrible cicatriz en el vientre, y soy una chica de pueblo desvalida...»
Aun así, ahí estaba, junto a él, el hombre que ahora era reconocido como el héroe de Fonkrank. Todo porque se habían encontrado aquel día en el santuario del Dios Oscuro. Porque habían vivido bajo el mismo techo.
Pero si Raazsha o Rasanaasha se ponían en serio, sentía que lo apartarían de su lado en un abrir y cerrar de ojos. Ni siquiera podía permitirse subestimar a Hisotta, que últimamente parecía encontrarse con él más a menudo.
Si quería seguir estando junto a él, tendría que esforzarse y dar el primer paso. Necesitaba aplicar el consejo de Raazsha y consumarlo.
Mientras ella irradiaba determinación, Yuusuke la observaba con admiración. «Está esforzándose mucho», pensó. Su energía le resultó incluso contagiosa. Para no interrumpir su entrenamiento, decidió retirarse.
—Bueno, nos vemos luego.
—Ah... Sí, hasta luego.
Algo decepcionada por no haber podido hablar más con él, siguió practicando el tiro con arco.
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—Yo también tengo que esforzarme más.
Al salir del campo de entrenamiento al aire libre, Yuusuke decidió aprovechar su tiempo libre para pulir aún más el poder del Dios Oscuro que residía en él.
Después de hablar con Sun en el carruaje, había quedado claro que blandir una espada, como lo hacía Shinja, no le pegaba en absoluto. Así que, en lugar de forzarse a algo que no era para él, decidió centrarse en mejorar su habilidad de personalización. Accedió al menú y revisó los datos de personalización de combate, una función que no había tenido muchas oportunidades de usar.
—No puedo seguir siempre usando trampas y barreras...
Si bien en espacios cerrados podían ser útiles, en una batalla real al aire libre, como la de su última misión, depender únicamente de trampas y obstáculos le parecía insuficiente. Además, eso se limitaba a la defensa, y a su entorno inmediato. Por eso, siempre tenía que esperar a que los enemigos se acercaran, lo que le dejaba pocas opciones estratégicas.
—Tengo que cambiar el enfoque.
Decidido a crear su propia "arma", empezó a plasmar sus ideas en la pantalla de personalización de combate, listo para dar el siguiente paso en su evolución.
El día diecinueve del mes de viento de la estación de Shalnar... (NT: Recordemos que el orden jerárquico de los dioses es el siguiente: Volnar (fuego), Zeshnar (agua), Shalnar (tierra), Hilgnar (viento). Por tanto, estamos en el cuarto mes (viento) de la tercera estación (Shalnar).)
—¿Así que usted y Sun pasarán estos días en la aldea de Rufk?
Con la llegada del periodo de descanso previo al Festival de la Danza, la Patrulla del Dios Oscuro estaba oficialmente de vacaciones. En la sala de descanso de la guardia, Yuusuke estaba organizando los regalos que llevaría consigo. Hinke parecía empeñado en evitar la ciudad durante el festival, y Vermeer, que no tenía nada que hacer en casa, había decidido quedarse. Yuusuke en realidad solo estaba haciendo tiempo hasta que llegara Sun.
—Sí, creo que si me quedo en la ciudad, solo haré que a Violet se le haga más bola cumplir con su deber. Además, quiero hablar con el profesor sobre algunas cosas.
Para compensar, la princesa ya le había advertido que durante el Festival de la Libertad de fin de año quería llevarlo por toda la ciudad para divertirse, así que debía mentalizarse para ello.
—¿Quiere consultarle lo de las bestias mágicas?
—Sí, algo así.
Los sirvientes de la mansión de Yuusuke también tenían vacaciones. Durante su ausencia, la casa quedaría bajo la supervisión de Raazsha, así como de algunos empleados de confianza que ya estaban casados o eran mayores y, por tanto, no tenían nada que hacer en el festival. Además, Rasanaasha tenía permiso para entrar y salir libremente para cultivar el musgo solar.
—Ah, es verdad. Con tanta gente saliendo a otras ciudades, la estación de carruajes está a tope.
—Si no se dan prisa, puede que no quede ninguno disponible.
Vermeer se levantó, dispuesto a ir a asegurarles un carruaje, pero Yuusuke lo detuvo. Le dijo que no hacía falta y luego le entregó una botella de vino rara personalizado. Hinke sacó una copa al instante.
Vermeer seguía sin entender cómo pensaban ir hasta la aldea sin un carruaje, pero Hinke, conociendo bien al capitán, no le dio demasiadas vueltas al asunto.
—Perdón, Yuusuke. ¿Te he hecho esperar mucho?
—Oh, ya estás aquí. Vámonos, pues.
Se despidieron con la mano y salieron de la sala. Hasta la salida de la ciudad usarían un carruaje, así que se dirigieron juntos hasta la estación.
Los transeúntes que se cruzaban con ellos por el pasillo no podían evitar girar la cabeza con desconcierto. Yuusuke cargaba enormes bolsas de regalos a la espalda, como una señora cuando vuelve de un viaje de compras. A su lado, Sun caminaba cargando un par de largas tablas de madera, sin que nadie entendiera con qué propósito.
—¿De verdad que quieren bajarse aquí?
Después de atravesar la puerta del distrito y pasar la plaza de la torre de observación, Yuusuke y Sun llegaron a la periferia de la ciudad, donde bajaron del carruaje y se despidieron del cochero. Este, aunque extrañado, no insistió demasiado y se dirigió de vuelta al palacio para recoger a otros pasajeros.
—Bueno, caminemos hasta la carretera.
—Sí.
Llegaron hasta el camino que conducía en línea recta hasta la aldea de Rufk, donde Sun dejó en el suelo las largas tablas que había llevado hasta allí. Para evitar obstruir el camino a los carruajes que pasaban, las colocaron pegadas al arcén, en lugar de en el centro.
De pie junto a ellos, Yuusuke abrió el menú de personalización y seleccionó los datos de los tablones. Los conectó entre sí, convirtiéndolos en uno solo, de aproximadamente dos metros y medio de ancho. Luego, ajustó su forma para hacer una nueva tabla alargada de unos diez metros de largo, con secciones más gruesas como base.
—Deja que te ayude con el equipaje.
—Ah, gracias.
Sabiendo que desde ese punto tendría que concentrarse en la personalización, el chico aceptó con gratitud la ayuda y le entregó todas sus cosas a Sun. Esta tomó la carga sin esfuerzo aparente. Incluso sin mejoras de refuerzo en su equipo, la fuerza física de Sun superaba la suya.
—Puede que en algunos momentos la plataforma se sacuda un poco, así que ten cuidado con los pies.
—Vale. No te preocupes por mí.
—Bien. Vamos allá.
Se trataba de una variación del método de intercambio de suelo que Yuusuke había usado anteriormente frente a la Gran Muralla de Paula. En una ciudad de piedra como Sanc Adiet, este sistema le permitía teletransportarse instantáneamente a cualquier punto sustituyendo las baldosas del suelo. Así, inspirado en ese principio, había desarrollado un método de desplazamiento continuo al que llamó "shift move".
El mecanismo era simple: al trasladar la parte trasera de la plataforma hasta el frente, los usuarios se movían instantáneamente hacia adelante, avanzando la longitud de la tabla de una sola vez. Luego, devolvía la estructura a su estado inicial, solo que diez metros más adelante. Repitiendo este ciclo sin cesar, podían avanzar de manera continua.
Dado que el menú de personalización de artículos del mapa no contaba con una función de automatización, tenía que realizar todo el proceso manualmente. Aun así, siempre que no cometiera errores, podía realizar un salto cada segundo.
Concentrándose en la operación, Yuusuke manejaba la interfaz con ambas manos. Sun, por su parte, permanecía pegada a su espalda, cargando el equipaje en silencio.
«Mover, ejecutar, mover, ejecutar, mover, ejecutar, mover, mover... ¡Ah! Me he equivocado.»
«Parece muy ocupado... Será mejor que no le hable...»
En terrenos con desniveles o muchas irregularidades, el método resultaba algo difícil de usar y aún requería ajustes y mejoras. Ahora bien, si lograba dominarlo, podría reducir drásticamente tanto el tiempo como la distancia de sus viajes. Además, al desplazarse sin moverse físicamente, no generaba inercia, lo que lo convertía en un medio de transporte rápido y seguro. El único inconveniente era que la personalización generaba un constante efecto de luz, lo que lo hacía extremadamente llamativo.
—¿Eh? ¡Mirad eso!
—¡Guau! ¡¿Qué es?!
—¿No es el héroe de Deernorth?
—¿Y esa luz...?
Ese mismo día, el rumor de que el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro y su asistente desvalida recorrieron la carretera envueltos en una luz resplandeciente se extendió rápidamente. Al escuchar la historia, Violet gritó desde los pisos superiores del palacio: «¡Si has inventado un nuevo medio de transporte, yo también quiero probarlo!».
Gracias por el capítulo.
ResponderEliminarLol, me imagine a Violet montando encima de los hombros de Yuusuke
ResponderEliminargracias por el cap
ResponderEliminargracias
ResponderEliminarserian tan amables de decirme. Cada cuanto suben los cap?
ResponderEliminarGracias por el cap🙇
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