10/11/2015

WCC - Capítulo 8

¡Buenos días! Hoy estoy bastante contenta, dejé el PDF de World Customize Creator casi acabado para la semana que viene, que habrá dos capítulos porque son un pelín cortos~

En el capítulo de hoy, uno de los hombres de las pesadillas de Sun aparece y se enfrenta a los protagonistas. ¡Yuusuke va a mostrar su habilidad a toda la ciudad!

-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


8

Yuusuke volvió corriendo a la aldea. Vio a Bahana deambulando por la entrada y la llamó.

—¡Tía Bahana!

—¡Ah, Yuusuke! ¡Es terrible, es Sun! —exclamó Bahana mientras corría hacia Yuusuke—. Un grupo de guardias se llevó a Sun.

Todavía había un carruaje estacionado en la plaza de la aldea. Cuando los guardias vieron a Yuusuke comenzaron a armar un escándalo. Él le confió su equipo de pesca y su cesta llena de pescado a Bahana.

—¡Detente!

—Tú, el del pelo negro, ¿te llamas Yuusuke, no es así?

—Así es.

Pese a que no estaba acostumbrado a tener un puñado de armas apuntándole, Yuusuke afrontó la situación con calma. Después de intercambiar un par de palabras entre ellos, uno de los guardias se acercó a Yuusuke, informándole de que iba a ser arrestado por sospecha de invasión de la propiedad privada.

Actuaron completamente diferente con él, puesto que era un usuario de artes divinas, más cuando sus habilidades eran desconocidas.

—Me han dicho que os habéis llevado a Sun, ¿podéis llevarme a la ciudad lo más rápido posible? —Yuusuke apremió a los guardias mientras se acercaba al carruaje. Los guardias se miraron los unos a los otros.

Prestando mucha atención a su alrededor, Yuusuke puso una expresión de decepción cuando los guardias lo esposaron. Cuando vio a Bahana entre los aldeanos que lo observaban desde lejos preocupados, dijo: «Voy a traer de vuelta a Sun», y subió al carruaje de los guardias.


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—Hmm... Entonces Zeshald se pasaba el día investigando documentos relacionados con el Dios Oscuro.

—Sí... Es decir, no es que tratara con gente sospechosa... o desconocida... o al menos, yo nunca los vi.

—¿Y qué hay de Yuusuke?

—¿Eh? Yuusuke... En realidad, no sé mucho de él... —mintió Sun. Al fin y al cabo, todavía no conocía muy bien a ese chico que Zeshald había traído recientemente a la aldea. Aun así, le había dicho que guardara en secreto que Yuusuke había aparecido en un templo.

Sun desvió la mirada, culpable de haber mentido. Pero como había estado todo el tiempo asustada, nadie se dio cuenta.

—Hemos recibido un mensaje de los guardias que se quedaron en la aldea. Han capturado al chico de pelo negro.

—Ajá. Bien.

El guardia que informó a Violet y los demás recibió la noticia mediante artes aéreas, a través del viento. La expresión de Sun nubló al darse cuenta de que se trataba de Yuusuke, a lo que Violet sonrió y le dijo que no se preocupara.

—Al igual que contigo, solo quiero charlar un rato con él. De todos modos, no creo que sepa nada.

Tras llegar a la aldea de incógnito, la princesa Violet le había pedido a Sun de manera amable que le hablara de Zeshald, ya que ambos solían vivir bajo un mismo techo. Los guardias, en cambio, no les quitaban la mirada de encima, mientras Krielov observaba detenidamente la situación. Sun tenía las manos atadas con manillas de madera hechas para desvalidos. Su miedo constante no parecía ser fingido. Aun así, el ayudante de la princesa tenía que considerar la posibilidad de que estuviera actuando.

«Por mucho que la princesa lo proteja, habrá que torturarla.»

El palacio estaba alborotado por el anuncio oficial de Blue Garden, por lo que todos los sospechosos debían ser tratados con dureza. Por ahora, Krielov pensaba dejar que Violet hablara con ella hasta que se sintiera cómoda, para luego someterla a un interrogatorio. Y planeaba hacer lo mismo con el del pelo negro, que llegaría más tarde. Mientras tanto, su carruaje llegó a Sanc Adiet.

—Oh... ¡Qué sitio tan grande!

—¡¿Eh?! ¿Es la primera vez que visitas la ciudad?

—De hecho, sí...

Sun, intimidada por los usuarios de artes divinas en general, excepto por Zeshald, nunca antes había ido a Sanc Adiet.

La chica bajó poco a poco del carruaje después de Violet, quien saltó por delante de ella. Aunque aún no las tenía todas consigo, la amabilidad de Violet y la simpatía que compartían por Zeshald, disiparon un poco su temor hacia los usuarios de artes divinas.

Entonces miró hacia la carretera y vio otra nube de polvo. Era otro carro tirado por caballos que se acercaba desde la distancia. Segura de que Yuusuke venía montado en él, se sintió un poco más aliviada.


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Con las manos esposadas a su espalda, Yuusuke buscó las manillas en el menú de personalización mientras admiraba cómo el carruaje de la guardia real apenas se balanceaba mientras corría a casi el doble de la velocidad que el que los había llevado a Zeshald y a él a la ciudad.

Se dio cuenta de que, si se concentraba lo suficiente, podía manipular los parámetros sin utilizar las manos.

«Creo que puedo hacerlo intuitivamente si me acostumbro a ello.»

Las manillas para usuarios de artes divinas no tenían el efecto de inhibir las artes divinas del usuario, pero estaban hechos de un material extremadamente duradero confeccionado por usuarios de artes terrestres e ígneas, que no se podía romper fácilmente. Pero, en el caso de volverse ordinarios...

«Es similar a los parámetros de las monedas de cristal... Si ejerzo toda mi fuerza para sacármelas debería salir bien.»

Yuusuke manipuló los parámetros mentalmente, con cuidado de no presionar el botón de ejecutar antes de tiempo. A pesar de estar sentado obedientemente, la mirada de Yuusuke estaba desenfocada y parecía distraído, claramente parecía estar centrado en algo. Tal atmósfera, junto con el color de su pelo, trajo aún más inquietud a los guardias que viajaban con él en el carruaje.


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—Princesa, volvamos al palacio.

—¿Qué? ¿No esperamos a Yuusuke?

Mientras Krielov regañaba a Violet porque saltar del carruaje era de mala educación, una multitud de ciudadanos se había reunido a su alrededor. Los espías de Blue Garden podrían haberse mezclado entre la multitud.

El siguiente carruaje estaba lo suficientemente cerca como para esperarlo, pero Krielov decidió que sería mejor dirigirse primero al palacio en lugar de quedarse allí. Volet aceptó la sugerencia de su ayudante, pensando que ya estaba cansada de que la riñera.


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—¡Aaaah, su alteza! Me alegra volver a verla sana y salva.

Cuando se acercaron a la puerta que separaba la clase media y la baja, un hombre de pelo verde se volvió hacia ellos bajo la mirada sospechosa de los guardias. Se estaba frotando las manos con una gran sonrisa.

«¡Es verdad! Este tipo nos estaba esperando aquí», recordó Violet.

El hombre parecía estar tratando de atribuirse algún tipo de crédito. Pese a mostrarse condescendiente con Violet, actuaba de manera extremadamente arrogante con los guardias. Al ver la sonrisa del hombre, Sun se quedó helada.

—¡Toma ya! Buen golpe. Ja, ja, ja, ja, ja...

—Je, je. Tú sujeta a esta perra, que no se escape.

—¡Aah! ¿No habíamos dicho de empezar por el cuello?

Una pesadilla fugaz de su pasado le vino de repente a la mente, bloqueando su consciencia.

—N... No... Nooo...

—¿Eh? Oye, ¿qué te pasa?

Cuando vio a la chica desvalida con la que estaba hablando la princesa Violet, se sintió abrumado por la ansiedad y pensó: «¡¿Cómo es posible?!». Después de lograr escapar de alguna manera de Zeshald, quien dominaba las artes acuáticas a un nivel muy alto, había estado escondido en los barrios bajos de la ciudad durante casi diez años, hasta hacía muy poco, viviendo con el miedo de ser descubierto. Y ahora que finalmente era libre gracias a que él se había ido, pensó que podía caminar libremente por la ciudad. Fue entonces cuando se topó con una conmoción frente a las puertas del distrito.

La princesa y los guardias del palacio se dirigieron a la aldea de Rufk para averiguar por qué Zeshald había desertado. Esta era una oportunidad para borrar su pasado y ganarse el favor de los funcionarios de palacio, por lo que se le ocurrió un plan relacionado con el espionaje de Blue Garden. Así, corrió el rumor de que muchos espías de Blue Garden se habían infiltrado en Sanc Adiet:

El desertor Zeshald había estado en contacto con Blue Garden durante mucho tiempo y había estado ayudando a varios espías a infiltrarse en la ciudad. Tenía un lugar de reunión secreto en la aldea de Rufk. Luego, su superior fallecido y él fueron testigos del intercambio y se pelearon con los espías de Blue Garden, a quienes Zeshald ayudó y terminó matando a su superior.

Quizás fue el resultado de vivir en un barrio marginal durante mucho tiempo, donde ser un buen conversador era esencial para sobrevivir, pero estaba orgulloso de a sí mismo por la credibilidad que le habían concedido Violet y Krielov. Era un guion bastante bueno para ser improvisado.

De todos modos, por mucho que investigaran la aldea de desvalidos en la que vivió Zeshald, no encontrarían nada. En comparación con Fonkrank, la forma en que se trataba a los desvalidos en Blue Garden era completamente distinta. No relacionarían a ningún desvalido con Blue Garden aquí. Y aunque algún habitante de la aldea hubiera escuchado la verdad sobre ese incidente, el usuario terrestre y los dos desvalidos implicados estaban muertos, y Zeshard estaba ahora en Blue Garden, el país enemigo. Su historia era de lo más creíble. No había lugar a dudas. Sin embargo...

«¿Podría ser... la misma de ese día? Ese golpe debería haber sido fatal...»

Pensándolo bien, de repente se dio cuenta de que Zeshald tenía habilidades curativas con sus artes divinas acuáticas. Si pudo bloquear el flujo de sangre de uno de sus oponentes y causarle la muerte al instante, podría ser capaz de recuperar a alguien de ese estado.

«¡No! ¡Qué mal! Si ella me recuerda... E-Espera... No puedo tirar la toalla todavía.»

Ella todavía era una niña entonces, probablemente no entendió lo que había sucedido. Simplemente diría que el hombre que murió en el incidente, que parecía ser su padre, era un espía de Blue Garden.

Mientras se decía esto y comenzaba a sudar frío, el carruaje que escoltaba a Yuusuke llegó a la entrada del pueblo.

Los guardias de la Patrulla de Fuego llevaron a Yuusuke hasta la puerta del distrito. «¿Otra vez la princesa ígnea? ¿Qué hace aquí?», se preguntó, mirando a su alrededor en busca de esas coletas rojas tan características. Luego vio una melena blanca que le resultó bien familiar.

—¡Sun!

Los soldados que rodeaban a Yuusuke se pusieron en guardia al oírlo, ya que este de repente empezó a correr hacia el otro grupo de guardias reunidos alrededor de la caseta de vigilancia en la puerta. Comenzaron a perseguirlo manteniendo una pequeña distancia.

Si no hubiera sido por la princesa Violet, que enseguida le preguntó qué le pasaba, Sun habría sido arrestada, ya sin fuerza alguna en sus piernas.

En lugar de eso, hicieron todo lo posible para dispersar a los espectadores curiosos. Mientras esperaban que la princesa dejara actuar de manera imprudente, un hombre de cabello negro enmanillado irrumpió de repente.

—Oh, Yuusuke, has venido.

—¡Sun!

Sin pararse a responder al saludo de Violet, Yuusuke se centró en Sun, que estaba temblando en el suelo. Violet se enojó porque la había ignorado, pero también estaba preocupada por Sun, a quien le había pasado algo extraño de repente, por lo que decidió abstenerse de prenderle fuego.

—¿Estás bien, Sun...?

—No... N-No... Ah...

Sun murmuraba algo, tumbada boca abajo, cubriéndose el rostro con las manos esposadas. Estaba temblando acurrucada en una bola como si quisiera esconderse de algo. Yuusuke entendió que sus palabras no estaban llegando a la chica, por lo que no sabía cómo lidiar con Sun en ese estado, y redirigió su atención hacia la princesa.

—¡¿Qué le has hecho a Sun?!

—¡Y-Yo no he hecho nada!

Debido a su posición, Violet no estaba acostumbrada a que le hablaran con tanta franqueza. Por un momento, se quedó bloqueada por la ira irreflexiva de Yusuke, pero lo rechazó con plena naturalidad.

—¡Yo solo estaba hablando con ella!

—Pues mira lo que has hecho...

Mientras hablaba, el cuerpo de Yuusuke se tambaleó de repente. Sintió que toda su fuerza abandonaba su cuerpo y cayó de rodillas, luego una sacudida le recorrió la espalda. Tenía las manos esposadas detrás de la espalda, por lo que no pudo apoyarlas en el suelo y cayó hacia adelante.

«¿Qué es esto? Siento una pesadez en la nariz...»

La conciencia nublada y la visión borrosa le recordaron el momento en que apareció en este mundo, pero lo que sintió entonces fue completamente diferente. Sentía un dolor sordo en la cabeza, como si le hubieran insertado un hierro en el cuello y se hubiera endurecido. No lo comprendió hasta que escuchó unas voces.

—¡Oye! No seas tan violento.

—¿Eh? Ah, sí... Lo siento.

Yuusuke se dio cuenta de que había sido golpeado por un guardia. Debió de haber recibido un impacto en la nuca y, cuando cayó de rodillas, debió de haber recibido una patada.

«¡Maldita sea...!»

No podía mover el cuello, la espalda, ni la cintura. Permaneció en la misma posición, esperando a recuperarse, y levantó la cabeza para ver cómo estaba Sun. Ella levantó la cabeza ligeramente, como si hubiera notado la presencia de Yuusuke, pero seguía agachada y temblando.

«Maldita sea, esto solo la está preocupando aún más...»

Yuusuke estaba enojado con la situación y por su propia incompetencia. Lamentaba no poder personalizar su propio cuerpo, pero su habilidad no era adecuada para el combate, ya que no podía hacer grandes movimientos en una situación como esta. Aunque pudiera crear armas poderosas, todo dependía de la habilidad de la persona que las usara. Y él, como buen adicto a los videojuegos en su vida anterior, no tenía mucha experiencia en combate, y mucho menos en artes marciales.

—Yuusuke, vamos, no te quedes arrastrándote por el suelo de este modo.

—¡Ooh...! ¡Es ella! Es la chica de ese día.

Mientras Violet llamaba a un guardia que pudiera usar artes acuáticas, el hombre de pelo verde, quien había hecho la acusación, señaló a Sun como si acabara de reconocerla, y dijo que había estado presente ese día. Decidió que era el momento de llevar a cabo su plan, así que se arriesgó.

Podía imaginar por qué la chica desvalida se asustó al verlo. El miedo que se había grabado en ella desde una edad temprana la estaba haciendo temblar. No sabía si recordaba los detalles, pero podía hacer que no contara lo que había sucedido simplemente inventando otra trola.

—El hombre desvalido que tramaba algo con el espía de Blue Garden iba acompañado de una niña pequeña. Probablemente era una tapadera para engañar a la gente que lo rodeaba. Vi cómo una bala perdida la alcanzó durante esa batalla. Resultó gravemente herida y pensé que no habría sobrevivido.

El hombre habló de ese momento como si lo estuviera rememorando. Volet, a quien le encantaba escuchar las aventuras y experiencias de la gente, escuchó atentamente la historia del hombre.

—Hmmmm...

Sin embargo, al conocer al señor Zeshald desde la infancia, le pareció extraño por su parte. En el camino, Sun le había dicho que, mientras convivieron en la aldea, no había percibido a nadie sospechoso cerca de él.

«¿Q-Qué? ¿No se lo ha creído...? ¿Me he precipitado? ¡Ya sé! ¡Se lo demostraré con pruebas!»

Al interpretar la sutil reacción de Violet como una duda sobre si Sun había estado realmente en el lugar de los hechos, afirmó que la herida de la bala perdida debía seguir allí. Sun permaneció allí sentada, aturdida, mirando fijamente al hombre que aseguraba que había luchado valientemente contra los espías de Blue Garden.

Cuando una persona se encuentra con algo demasiado inesperado, algo que está más allá de su imaginación, tiende a entrar en un estado de parálisis mental. Cuando, además, hay una mala intencionalidad de dañarla o insultarla, la sorpresa viene antes que la ira o la tristeza. Sun estaba simplemente aturdida.

La ingenua desvalida, que nunca había viajado más allá de las afueras de su aldea, no se podía creer que existiera gente así en el mundo.

«Ya he escuchado suficientes sandeces...»

Al escuchar la historia del hombre, Yuusuke, que seguía tumbado junto a Sun, entendió que ese usuario aéreo fue uno de los que atacaron a Sun y a su padre. Su cuerpo estaba temblando del resentimiento de no poder hacer nada. Se obligó a concentrarse, su mente al borde de confundirse con la rabia, y abrió el menú de personalización.

—¡No cabe duda! ¡Aquí! ¡Ella ha de tener una cicatriz por aquí a raíz de ese encuentro!

—¡¡¡...!!!

—¡A-Aaah!

El hombre, hastiado por el comportamiento infantil de Violet, se acercó a la aturdida Sun, la agarró por una muñeca y la obligó a ponerse de pie. Finalmente, volviendo en sí, Sun giró su cuerpo para intentar escapar del agarre. Antes de que Violet pudiera advertirle que no hiciera nada por su cuenta, el peliverde desgarró la ropa de Sun con una espada de viento de artes divinas.

—¡N-Noooooo!

—¡¿Lo ve?! ¡Ahí está! ¡Mire la cicatriz que tiene!

Sun intentó quitárselo de encima desesperadamente, pero sin éxito. El hombre señaló una vieja cicatriz que recorría diagonalmente su abdomen. La herida parecía haber sido muy profunda, ya que la piel que la rodeaba estaba descolorida y endurecida, por lo que parecía haber sido dolorosa también. Los guardias y los curiosos transeúntes exclamaron de la sorpresa. Pero Violet comenzó a dudar de la cordura del hombre, en lugar de valorar la veracidad de sus pruebas.

«¿Qué hace este tío...?»

—¡Tal vez Zeshald la curara! ¡Claro! Tal vez me siguió para curarle esta herida... Maldición.

—¡Espabila, tío!

Yuusuke hundió un fuerte puñetazo en el rostro del bocachancla que no paraba de hablar de su propia teoría. Personalizó sus propias esposas, hechas de un material extremadamente duro que solo usuarios de artes divinas de élite podían manipular, para quitárselas y golpearlo con todas sus fuerzas mientras se levantaba.

Mientras el otro se retorcía con la cara adolorida a más no poder, los guardias se preocuparon por el hecho de que Yuusuke se hubiera quitado las manillas solo. Por mucho que él mismo dominara artes divinas ígneas o terrestres, no eran algo que pudiera romperse fácilmente.

—¡T-Tú, el del pelo negro! ¿Cómo has...?

Yuusuke se dio la vuelta y agitó el brazo como haciendo un gesto de barrer a los guardias. En el momento siguiente, los doce soldados desaparecieron todos a la vez.

—¿Q-Qué...? —Violet se quedó boquiabierta, preguntándose qué diablos había sucedido.

Había un enorme agujero donde los guardias estaban de pie. Al personalizar el suelo u otros elementos del mapa, el estado modificado se reflejaba solo dentro del rango que la habilidad de personalización podía alcanzar.

Al personalizar una casa o un edificio, las puertas, las ventanas y, según la construcción, el techo, se trataban como elementos separados, pero también era posible personalizarlos todos al mismo tiempo como grupo. La ciudad de Sanc Adiet estaba construida apilando piedras en secciones separadas, que formaban una sola masa gigante, como una pirámide. La habilidad de personalización de Yuusuke había reconocido la ciudad como un solo grupo de elementos formado por varias piezas. Al ser así, fuera cual fuera el tamaño del objeto agrupado, podía personalizarlo sin límites.

Una habilidad como esa podría ser un arma dependiendo de cómo se usara. Por primera vez, Yuusuke decidió usarla en batalla, y vaya si lo hizo. Para decirlo de manera simple, preparó una trampa.

—¡Ese hombre es uno de los asesinos que atacaron a un aldeano inocente y a su hija hace años! —Yuusuke señaló al hombre de pelo verde que todavía se retorcía en el suelo.

Mientras relataba la historia que Zeshald le había contado, el rostro del hombre comenzó a temblar cada vez más. Violet también comenzó a verlo sospechoso.

—¡No puede ser! ¡Tú estás de su bando!

—¡Uh...!

El hombre medio enloquecido gritó mientras envolvía su mano en una espada de viento de artes divinas y la arrojaba a Yuusuke. Este levantó al instante su mano y personalizó los adoquines que había abierto en el menú de personalización antes.

Con un ruido sordo, un muro de piedra apareció frente a Yuusuke. Tenía una alta resistencia a las artes divinas y bloqueó el viento cortante, dispersándolo por todas partes.

—¡Já!

Aunque los usuarios de artes terrestres permitían manipular libremente la tierra y, con maestría, combinar rocas para crear seres como los gólems, nunca se había visto que pudieran crear de repente múltiples agujeros en el suelo lo suficientemente grandes como para tragarse a varias personas, o crear muros de piedra.

Los guardias que habían conseguido evitar caer al pozo, los espectadores de alrededor, e incluso el hombre de la cuchilla de viento, se quedaron sin palabras.

—¡Jááááá! —un grito de determinación rompió el silencio.

Yuusuke volvió a personalizar la pared de piedra de casi treinta centímetros de espesor y la propulsó hacia el hombre de pelo verde. La cortó en ángulo para que cayera fácilmente hacia adelante, y se derrumbó poco a poco.


—¡Joder! ¡Qué artes divinas tan extrañas!

El verde reaccionó y saltó hacia atrás, esquivando la pared e intentando huir. Pero Yuusuke creó más paredes, una tras otra, que rodearon toda la plaza para evitar que escapara e impedir la intervención de los guardias.

Las coordenadas del agujero solo se podían introducir en el menú de personalización intuyéndolas a simple vista, por lo que cuanto mayor fuera la distancia del objetivo, más difícil se volvía determinar su ubicación exacta. Al principio, hizo el agujero en un lugar completamente equivocado, pero lo usó como punto de referencia para apuntar hacia donde se encontraba realmente el hombre.

Una área de dos metros de pavimento de piedra se iluminó y de repente apareció un gran agujero en su lugar. El hombre se dio cuenta de lo que Yuusuke trataba de hacer, por lo que corrió para esquivarlo y envolvió su mano en una nueva espada de viento.

Para escapar, primero debía detener las extrañas artes divinas que estaban creando agujeros. La mayoría de los guardias estaban atrapados dentro, así que lo único que podía hacer era escalar el muro y escapar. Pensando en esto, disparó una rápida sucesión de varias cuchillas de viento.

—Guau.

Las hojas de viento rozaron sus oídos, haciendo un sonido como el de una hélice girando rápidamente, y dejaron cortes en la mejilla y el hombro de Yuusuke. Su trayectoria era difícil de ver a simple vista, por lo que incluso una potencia moderada podría ser una amenaza si disparaba varias.

Yuusuke levantó un muro a su alrededor, que bloqueó varias ráfagas, y adoptó una postura defensiva. Pero el muro no pudo protegerlo contra los ataques que llovieron desde arriba. Se dio cuenta porque escuchó el sonido del viento. Trató de esquivarlas rápidamente, pero cuando le rozaron el costado, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Entonces, el verde levantó el brazo con el objetivo de dar un golpe final. Aunque depende del talento del individuo, un corte de artes divinas aéreas bien entrenadas puede incluso cortar rocas.

La hoja de viento, elaborada tan finamente que el aire condensado que cubría la superficie de la mano de su portador parpadeaba visiblemente, estaba a punto de salir propulsada de su mano cuando...

—Ya basta —la voz de Violet resonó justo al lado de Yuusuke.

Al momento siguiente, una columna de fuego se elevó con un sonido retumbante, y el hombre del pelo verde se vio envuelto entre las llamas. Gritó y se retorció mientras los guardias intentaban contenerlo.

—Tú...

—Mi nombre es Violet, no "Tú". Además, no soy estúpida. Lo mires por donde lo mires, ese tío es sospechoso de cojones.

Al levantar la vista, Yuusuke vio a Violet haciendo el mismo gesto de punteo con el dedo que le había visto hacer antes, señalando al hombre que estaba siendo inmovilizado.

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