Todos los capítulos de manhuas, manhwas, mangas y etc., se están subiendo a un nuevo lector. 
Esto tardará unos días ya que son muchos capítulos. Por favor, esperen pacientemente. –PrinceScans

sábado, 10 de octubre de 2015

Re:Monster - Días 27, 28, 29, 30, historia paralela de Pelirroja (día 27) + PDF del capítulo 3

La doble entrega prometida por no publicar hace dos semanas~

Igual ya ni se acordaban, pero me gusta cumplir mi palabra. De hecho, si no lo hacía así, la historia de Pelirroja quedaba un poco colgada porque decidimos descartar la de "su novio" (o algo así) Charles. Si van a leerla en inglés y saben un poco verán que está fatal traducida, empecé a hacer una faena de creatividad más que de traducción y al final consultándolo con el staff decidimos dejarla en stand by (nunca perderemos la esperanza de que alguien la vuelva a traducir BIEN al inglés...).

Bueno, en la entrega de hoy leeremos lo sucedido en la batalla donde Rou se hace con las chicas humanas de su harén. Leeremos también cómo vivió esa batalla Pelirroja. Y conoceremos bien algunas de las habilidades principales de las chicas.

Hoy cerramos el capítulo 3, así que aquí tienen el pdf:


-Xeniaxen

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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune) 

Re:Monster - Volumen 1 - Capítulo 3

Traducido por: Xeniaxen
Revisado por: Ishtar


Día 27


Al día siguiente, estábamos entrenando en el terreno baldío del exterior de la cueva, como siempre, cuando un grupo desconocido de goblins apareció .

Aunque tenían un aspecto descuidado, vi que tres cuartas partes de ellos estaban equipados con espadas cortas y hachas de batalla que parecían bastante útiles colgando de sus cinturas. También tenían armaduras de cuero con manchas negras —manchas de sangre, presumí— por encima de camisas de malla sucias. Contaban incluso con tres hobgoblins entre ellos.

¿Estallará una guerra de supervivencia por segundo día consecutivo? Estábamos un poco excitados pero parece ser que se trataba del grupo de nuestros padres regresando de un trabajo lejano.

Gobujii, que estaba observando la práctica, frenó mi postura de ataque y nos separó.

Oh, ya veo, no son enemigos. Me di cuenta de que debía ir a saludarlos correctamente.

"Entonces, será mejor que los salude."

Sin embargo, ocultas en las sombras de los goblins, quienes obviamente eran subordinados acarreando con grandes mochilas —lo más probable es que llevaran los frutos de su redada—, estaban las figuras de cinco jóvenes mujeres, con las manos y los pies atados, y las bocas amordazadas para que no se volvieran violentas, ellas eran cargadas por varios goblins inferiores de aspectos similares.

A juzgar por su vestimenta, cuatro de ellas eran personas ordinarias y la última, que llevaba una armadura de cuero, probablemente era algo parecido a una aventurera.

Solo la chica que parecía una aventurera tenía indicios visibles de haber sido golpeada en la cara, y su ropa no parecía estar mal puesta, así que todavía no las habrían violado. Aunque eso era solo cuestión de tiempo. Era imposible ver a Gobujii, quien tenía un asqueroso bulto en sus partes nobles solamente tapado por un taparrabos usado, al igual que el hobgoblin que hablaba con él.

Cualquiera podía adivinar de qué estaban hablando, aunque no quisieran.

Yo no muestro ni la más mínima duda el momento de matar o comerme a otros, pero forzar a alguien no es algo que me guste. Claro que entiendo el instinto que tenemos los seres vivos de reproducirnos, pero hay que decidir si es un buen momento o un mal momento; esas cosas son un asunto completamente diferente.

Yo también lo he hecho, cuando he ido a trabajar en sitios peligrosos, he tenido sexo con compañeras de trabajo para liberarme del estrés, pero en esas situaciones hubo consentimiento mútuo.

Forzar a alguien de esa forma me pone enfermo. Las chicas guapas merecen amor... ¿no?

Los goblins débiles, enemigos de los humanos, necesitan ser numerosos, sobre todo después de una campaña militar extenuante que ha reducido las tropas de forma considerable, hay que rellenar los rangos.

Aun así, ¡ni que eso me importara! Yo, que acabo de reencarnar, no voy a cambiar mi forma de pensar en tan poco tiempo.

Aquí las cosas son así, por eso decidí ayudarlas.

¿Es eso hipocresía? Sí, pero no me importa, porque todavía es más hipócrita no hacer nada.

El líder hobgoblin más cercano estaba hablando con Gobujii cuando les pedí que liberaran a las mujeres.

No sé por qué, cuando lo dije, Gobujii me miró con cara rara, pero lo ignoré.

La cara del hobgoblin líder decía “¿De qué estás hablando?”, sin embargo yo volví a pedírselo.

Es importante discutirlo todo antes. No importa cuánto desprecies la oposición, tienes que empezar a discutir tus problemas. Cualquier hostilidad debería dejarse a un lado momentáneamente. Yo traté de persuadirlo pacientemente pero el líder hobgoblin no estaba dispuesto a escuchar. Y eso no fue todo, empezó a enfadarse conmigo ya que yo continuaba pidiéndoselo obstinadamente.

Seguí intentando persuadir al líder, pero pronto me di cuenta de que era una pérdida de tiempo y paré antes de que el otro grupo de goblins empezara a enfurecer.

El líder hobgoblin sacó su espada corta y la osciló cerca de mi garganta para ridiculizarme. Estuve a punto de sacar mi espada, cuando Gobukichi-kun hizo lo mismo detrás de mí, sujetó su arma al mismo nivel y esperó.

Yo soy yo, y debido a eso la persuasión me molesta. Entonces, ¿debería matarlo? Bloqueé la espada corta del líder hobgoblin al mismo tiempo que desenvainaba el estoque que tenía en mi cintura.

En ese momento, la atmósfera cambió claramente.

Los goblins de ambos bandos se colocaron mostrando todas sus armas, y si bien yo o el líder hobgoblin hacíamos el más mínimo movimiento, el statu quo[1] sería interrumpido. Por supuesto, todos teníamos intención de matar a los enemigos que teníamos enfrente. La razón que nos mantenía inmóviles era que yo tenía la potestad de tomar decisiones, y también porque el instinto nos decía que si empezábamos una pelea allí, ambos bandos recibirían grandes pérdidas sin importar quién ganase.

Ellos eran 28 mientras que nosotros éramos 39. En cuanto a los números, nosotros teníamos ventaja, sin embargo, en cuanto a la experiencia real de lucha y la experiencia de lucha en grupo, ellos estaban muy por encima de nosotros.

Sinceramente, no tenía ni idea de qué bando ganaría si estallaba una pelea, y empezar la pelea bajo tales condiciones significaría inevitablemente enormes pérdidas por ambas partes, por lo que no me atrevía a moverme.

A propósito, un grupo de goblins ancianos nos estaba mirando, pero no hacían nada y parecía que preferían quedarse viendo lo que iba a suceder a modo de observadores neutrales.

Por un instante nos miramos fijamente el uno al otro, pero como pensé que tal acción iba a causarnos más problemas de los que necesitábamos, me preparé para empezar la pelea encorvándome hacia delante.

Concentré mi poder en la mano con la que sujetaba el estoque, y apunté la punta de la espada directamente al corazón del líder hobgoblin.

Doblé la pierna para coger carrerilla y apuñalar al goblin cuando–

–––justo en ese momento, una voz retumbó.

Todos paramos de movernos por instinto y nos giramos hacia el origen de la voz.

Su dueño era un hobgoblin con 3 goblins al lado.

Era el único hobgoblin que podía usar magia, a excepción de mí, sostenía un bastón y por su apariencia era una chica. Venía a decir algo como “No nos involucres en tu guerra personal”, “El más fuerte es el líder y decide lo que el grupo hace” fue lo que dijo.

La maga parecía ser más inteligente que los otros individuos, ella mantenía la calma incluso en esa situación.

“¿No crees que tú, que puedes usar magia, eres más fuerte que este tipo?”

Al escuchar esto, el líder se echó para atrás ofendido.

Por tanto, se dio por entendido que una lucha tenía que determinar quién reinaría en la “comunidad goblin”.

Las reglas eran muy simples: estaba prohibido el uso de armas, pero se permitía el asesinato, la lucha acabaría cuando uno de los dos perdiera el conocimiento o se rindiera, así era la regla bárbara.

Gobujii haría de árbitro en la lucha. Era una posición apropiada para el sabio Gobujii, ya que tenía una opinión neutral.

Sin embargo, me sorprendió ver como sus amigos goblins empezaron a hacer apuestas mientras nos preparábamos. Así que tienen una mentalidad ludópata, ¿eh? Además, me informaron de que habían estado intercambiando monedas de bronce y de plata.

Bueno, este tipo de cosas seguro que sirven de entretenimiento.

Mientras tanto, los goblins de nuestro bando estaban sentados con unos modales impecables. Se quedaron quietos para ver la pelea que estaba a punto de empezar. Sí, era surrealista.

En cualquier caso, las cinco mujeres que ofrecían como premio eran conscientes de que hicieron algo mal, porque las estábamos asustando sin motivos. Bueno, eso es todo por el bien de ellas. Aguántense.

Luego, después de terminar la preparación, comenzó la lucha para decidir el líder.

En un lado había un soldado con muchos años de servicio lleno de cicatrices que había atraído a muchos compañeros hacia él con sus logros.

Por otro lado estaba yo, quien había entrenado a fondo los de mi generación, y acababa de subir de rango para convertirme en una subespecie de hobgoblin.

Al parecer, un montón de goblins apostaron por él, pero ya que no tenía intención de leer entre líneas, yo me largué inmediatamente.

Bueno, les diré el resultado rápidamente.

Obviamente, el ganador fui yo.

Paré su movimiento como una rana mirada fijamente por una serpiente con [Ojo Malvado]. El oponente se acobardó ante mi volumen cuando usé [Rugido Intimidante].

Lo confundí usando en ráfaga mis habilidades al mismo tiempo y luego envolví su cuerpo con mi hilo. Mientras lo hacía, simultáneamente acortaba la distancia, sin fallar ni un golpe, y cuando estuve lo suficientemente cerca lo colgué de un árbol como un saco de arena.

Gobujii preguntó que qué era el hilo, pero definitivamente era una extensión de mi cuerpo. Llevándolo al extremo, es como saliva. Y al ser natural, no puede considerarse un arma.

Por lo cual no tuve ningún problema. Puesto que no era un arma, no violé las normas al usarlo. "Lo revisaremos para decidir." "Sí, no rompió las reglas."

Tras convertirlo en un saco de arena improvisado con mi telaraña, llegó la hora de la violencia. Intenté no darle muy fuerte para no matarlo por el momento, pero ese tipo pertenecía a la raza hobgoblin, por lo que era más fuerte que un goblin, aunque como no paraba de gritar con impertinencia cosas como “¡Yo soy el líder! ¡Cómo te atreves, impostor! ¡No tienes vergüenza!”, que no mostraban compresión alguna acerca de su propia situación, me puse más serio.

Bueno, no lo pude evitar. Fue un acto de Dios. Así decidí llamarlo.

Primero de todo, para evitar que dijera algo tan aburrido como “Me rindo”, creé una mordaza con mi hilo y se la puse en la boca.

Luego, le di una paliza en silencio durante unos tres minutos, pero todavía le quedaban fuerzas, así que repetí el proceso durante diez minutos más hasta que fue solo un saco sangriento de gemidos inaudibles. Pero no lo maté del todo. Por cierto, aunque le había dado una buena paliza durante diez minutos sin cesar, a mí todavía me quedaba fuerza para rato.

Ese era el resultado del entrenamiento diario. Cuando mi enemigo se desmayó, yo paré. A juzgar por el tacto, parecía que sus huesos estaban casi a punto de romperse, y sus órganos internos no se habían desgarrado. Si lo dejaba así tal cual seguro que no moriría.

Incluso así, traté de hacer algo con varios ingredientes naturales, “Hierba Curativa” y diferentes insectos mezclados con agua fresca, por si acaso. Lo forcé a bebérsela y esa poción curativa casera hizo en él algún efecto, solo un poco. Luego corté el hilo y dejé que se fuera a descansar.

Como no se resistió en absoluto, por el momento probé la viabilidad de curarle los cortes pequeños, después de eso sus entrañas deberían de mejorar para mañana. Hoy no quería quedarme despierto por más tiempo.

Una vez terminado el trabajo, me di cuenta de que los demás me habían dejado tirado, con lo emocionado que estaba por ese logro...

Mientras que los goblins de nuestro bando parecían asimilarlo mejor que los otros, todavía había un indicio de terror en sus ojos. Después intentaron casualmente escapar cuando yo me acerqué a ellos, eso me hirió un poco...

¿Eh? ¿Qué pasa, Gobumi-chan? Eran completamente incapaces de entender mi hilo y esa trágica escena que acababa de protagonizar, ¿se debía a que había puesto una cara espantosa? ¿Pero no es esa mi cara normal?

Uh, parece que eso solo se aplica a mí, eh.

Pero tampoco hay para tanto, ¿no, Gobukichi-kun? Uh... no seas así.

¿Incluso Gobue-chan...? Vale, vale, no me importa, al parecer no tengo amigos aquí.

Tras soltar un suspiro, pregunté si había alguien más que quisiera retarme. Puesto que había dejado clara mi posición, suponía que se iba a reducir la posibilidad de meterme en líos a partir de entonces.

Al final, como nadie más me retó, me convertí oficialmente en el líder que dirige esta “comunidad goblin”.

Y entonces declaré que estaba estrictamente prohibido tocar a las mujeres y que habría una lista de normas más detallada en un futuro.


Más tarde, les quité las mordazas y desaté las cuerdas de cáñamo de las manos y los pies de las cinco mujeres, y las hice entrar en la parte más profunda de la cueva donde las otras desgraciadas, que fueron obligadas a reproducirse y condenadas a morir de la desesperación, estuvieron viviendo durante un tiempo. Lo hice porque sería problemático que escaparan.

Bueno, que escapasen me daba igual, pero que cinco mujeres desarmadas camparan a sus anchas por este peligroso bosque no les conduciría a nada más que morir o acabar siendo comidas por otros. Y como me ha costado grandes esfuerzos salvarlas, no podía permitir que eso sucediera.

Decidí llevarlas a lo más profundo de la cueva para mantener una charla, puesto que mi habilidad [Idioma Humano] cumplía los requisitos mínimos para hablar con ellas.

En cuanto llegamos al sitio, tomé la antorcha que hice anteriormente y la encendí para tener una fuente de luz.

Los goblins tenemos [Visión Nocturna], pero a los humanos les cuesta ver bien en la oscuridad.

Con estas preparaciones terminadas, empezamos a conversar. Les prometí que no las mataría y que me aseguraría de que comieran e hicieran sus necesidades. También les dije que si alguien las molestaba, el individuo sería juzgado y castigado, y que dentro de un tiempo tenía pensado permitirles volver a casa y esas cosas.

Creo que pasaron como 5 o 6 horas, y no sé si fue por mi insistencia o por alguna otra razón que desconozco, pero las chicas empezaron a hablar.

La primera que recuperó la compostura fue la chica aventurera, con una melena pelirroja flameante, que poseía una belleza sin igual, y era tan linda como una cría de animal.

Conversando con la pelirroja, me enteré de que las cuatro humanas eran miembros de un grupo de mercaderes llamado «Tenderete del Dios Estelar».

Según la pelirroja, ella era un miembro de la asociación «Espada de los Débiles» y había sido contratada como escolta del «Tenderete del Dios Estelar». La unión aventurera «Espada de los Débiles» estaba formada por jóvenes aventureros. Como pensaba, tal actividad existía. Es una especie de clan cuya política principal consiste en nutrir la fuerza de sus individuos mediante el apoyo mútuo, como cualquier otro clan, y Pelirroja, que era novata en la [Profesión – Guerrera], quería hacerse más fuerte con esta misión conjunta.

¿Y cómo acabaron así? Me lo explicaron brevemente. El grupo de chicas pasó por la carretera hacia la ciudad amurallada de «Trient».

→ Fueron sorprendidas por una emboscada goblin con flechas venenosas (es decir, por la generación de nuestros padres).

→ El líder y sus compañeros del tenderete murieron con el primer ataque.

→ Había bastantes escoltas que eran aventureros con experiencia, ninguno era un aventurero novato. Pero los goblins (nuestros padres) eran hábiles atacando en grupo, en particular los 3 hobgoblins, así que no pudieron hacer nada.

→ También estaba la presencia peligrosa de la hobgoblin mago, cuyas habilidades eran muy difíciles de bloquear.

→ Al tratarse de magos, nadie albergaba una fuerza combativa mayor que la de esos individuos que eran [Profesión – Mago]. Si no, aunque su uso de la magia fuera limitado, harían falta artículos mágicos como pergaminos o bastones que permitieran que incluso los niños usaran magia. Sin embargo, es impensable que una aventurera ambulante pudiera permitirse un artículo tan preciado.

→ Como resultado, sucumbieron sin oponer mucha resistencia, con sus armas y bienes saqueados, con sus hombres muertos, y con las chicas que sobrevivieron secuestradas, hasta llegar a la situación actual.

No debería decirlo yo precisamente, pero se trataba de una historia difícil. Por no hablar de que todos menos estas chicas fueron asesinados. Bueno, no puede ser otra cosa más que mala suerte.

Después de contarme todo eso, no aguantaron más y rompieron a llorar.

Como esperaba, ni siquiera se hacían a la idea de vivir de manera ordenada junto a los goblins que mataron a sus amigos, así que pensé que dejarlas más tiempo así solo les traería más dolor. Les conté dónde había dejado la antorcha que preparé, así como algunas mantas, y luego me fui.

Ahora debería hacerles un favor y dejarles llorar sus penas.

Bueno, supongo que ahora debo hablar de las [Profesiones]. En seres no humanos como los semihumanos, los híbridos y otros monstruos, hay una ley en este mundo llamada [Evolución]. Como pueden deducir a partir de mi frase, la ley de la [Evolución] no se aplica a los humanos.

Pero a cambio de eso tienen un gran número de [Profesiones] a las que se pueden dedicar. Los humanos son básicamente menos poderosos que los monstruos.

Así que, para volverse más fuertes, disponen de muchas [Bendiciones] y [Mejoras] que aplican a sus cuerpos, obtenidas a partir de la adquisición de numerosas [Profesiones] —cada una con sus propios requisitos, los cuales se vuelven cada vez más estrictos a medida que van dominando las profesiones—, por lo que se convierten en enemigos más fuertes en el proceso.

Además, cualquiera puede mejorar el nivel de su [Profesión] invirtiendo tiempo y, si uno cumple los requisitos, puede [Ascender] hacia una posición más alta.

Para los llamados [Hombretones] y los [Héroes], las mejoras de su [Profesión] son brutales. No se rían, realmente existen personas [Profesión – Héroe].

En resumen, la [Evolución] de un monstruo tiene que ver con sus características, y puede incrementar radicalmente todo su potencial de golpe, mientras que el [Ascenso] de un humano hace que mejore más lentamente que los monstruos, pero ambos pueden hacerse más poderosos si invierten el tiempo necesario.

Es como: o subimos varios niveles de golpe, o lo hacen más lentamente pero de forma segura. Se puede decir así o bien una diferencia en calidad y cantidad.

Esto me lo confirmó luego Gobujii.


Historia paralela del día 27:

punto de vista de Pelirroja (Rubellia Walline)

Se suponía que era una misión normal y corriente. Sin embargo, no terminó tan fácilmente, de hecho, terminó en fracaso total.

La misión era escoltar a un grupo mediano de mercaderes del Clan Mercantil «Tenderete del Dios Estelar» de la ciudad de «Trient» y protegerlos de los bandidos y los monstruos. Tendría que haber sido un trabajo relajado y sin mucho riesgo. Yo soy una aventurera novata sin reputación, así que me falta confianza en mí misma y soy incompetente. No obstante, me puedo encargar de algunos trabajos, como parte de la Asociación de Aventureros «Espada de los Débiles». Un grupo de tamaño estándar constaba normalmente de una docena o menos de personas. El grupo del que yo formaba parte, sin embargo, tenía 18 miembros novatos y 6 miembros de alto rango; un total de 24 personas. Tal número de participantes disminuía la retribución, pero nos conformamos con ello, ya que lo hacíamos para ganar experiencia.

Al principio todo estuvo bien. En el camino por el que viajamos se habían emitido recientemente solicitudes de subyugación de monstruos; acabar con la mayoría de los monstruos, gracias a esto era mucho más seguro. Sin embargo, había riesgos. Los grandes monstruos galliformes de 70 centímetros de altura llamados «Misuteddo» atacaban en grupos de dos o tres. El encuentro con estos monstruos ayudaba a los aventureros novatos que los cazaran a conseguir bastante experiencia.

Para mí, otra aventurera novata, esta era mi primera misión como escolta; sin embargo, puesto que el viaje no era muy peligroso, el resto del grupo no estaba para nada nervioso. Inevitablemente, al tener mucho tiempo libre, pasamos la mayor parte del tiempo hablando; y resultó ser que yo era la única mujer aventurera. Por suerte, todos eran simpáticos y acogedores, los más experimentados contaban historias llenas de información. Esto me será útil en un futuro. La herrera Emery Furado me regaló un anillo y un collar. Las hermanas Alma y Felicia me dieron unos dulces. La alquimista Spinel Fean me dio una píldora casera de recuperación (Poción de Salud). Aunque sus pociones eran inferiores a las que se comercializan, la salud es muy importante. Eso podría salvarme la vida algún día. Las pociones de recuperación son objetos esenciales para los aventureros; sin embargo, son bastante caras, así que normalmente las novatas como yo no podemos permitírnoslas. Así pues, estaba muy agradecida por todo eso.

Con esos regalos inesperados, bajé la guardia. Empecé a pensar en lo bien que estaba yendo la misión sin ninguna complicación, y en cómo iba a celebrarlo bebiendo en la taberna cuando llegara a casa.

Pero eso nunca ocurriría.

De repente, salieron volando flechas del bosque a nuestro alrededor y fueron directas a los experimentados. Al parecer, las flechas estaban cubiertas de un veneno de acción rápida. Les aplicamos el tratamiento tan rápido como pudimos, pero los experimentados murieron sacando espuma por la boca. Y aunque no era la primera vez que veía a alguien morir, no pude evitar pensar en que esas personas con quienes me había familiarizado ya no eran más que una pila de cadáveres. Pero ese no era el momento de pensar en aquello. Una gran manada de monstruos acababa de emboscarnos desde los arbustos del bosque y venía directa hacia nosotros.

“¡¡Uaaaaaaaghh!!”

Al escuchar el rugido de guerra, desenvainé mi espada, un regalo de despedida de mi tío, una espada corta de acero llamada [Espada de Amor].

{ Rubellia Walline ha usado la técnica de batalla [Corte]. }

Mi tío me enseñó la [Profesión – Guerrero] y por ello puedo usar las técnicas de batalla básicas. 

Una tenue luz roja iluminó el filo de mi espada, indicando que en ella había intenciones letales. Con su distintiva piel verde, sus orejas puntiagudas y sus horrorosos rostros, el enemigo era una tribu goblin. Quise cortarle la cabeza a uno de los bandidos con mi espada, pero él la bloqueó fácilmente. Por la colisión entre nuestras espadas se escuchó un sonido agudo y chispas saltaron. El impacto fue tan fuerte que ya no sentía la mano. Eso me debilitó pero todavía puedo empuñar mi espada con firmeza. Todo en orden, todavía puedo luchar. No obstante, las cosas fueron diferentes para el bandido goblin que tenía delante. El choque de antes le hizo perder su espada dejándolo desarmado. Teniendo en cuenta que mi [Profesión – Guerrero] está al nivel 10, soy una guerrera principiante. Solo hace un mes que me convertí en aventurera. Es más, me crié en una familia donde fui [Profesión – Granjero] y alcancé el nivel 48. Eso hizo que la fuerza y la resistencia de mis músculos influyera en marcar la diferencia entre nosotros.

Las duras jornadas en la granja hicieron que la fuerza de mis brazos y la firmeza de mis manos mantuvieran sostenida mi espada y yo no me cayera. Solo por un momento, añoré esos días. Oscilé desesperadamente mi espada otra vez, con intención de matarlo. Pero el bandido goblin bloqueó mi ataque con un escudo redondo en el último momento. Rasgué el escudo un poco, pero fui incapaz de propinarle una herida mortal. El enemigo también estaba desesperado. Sin embargo, aun así fui capaz de romper su posición. Sin dejarle escapatoria, dirigí mi espada a la parte expuesta de su pierna que no estaba cubierta por su armadura de cuero.

“¡¡Uaagh!!”

{ Rubellia Walline ha usado la técnica de batalla [Corte]. }

Esa técnica proporciona una cuchilla más afilada a mi espada, que pasó a través de su carne, frenándose por un momento al cortar el hueso. Le corté la pierna. Sangre fresca brotaba de su herida. Alcé mi espada a fin de darle el golpe definitivo al bandido goblin que se retorcía de dolor mientras agarraba desesperadamente su pierna cortada. Le clavé un solo golpe en la coronilla. Mi espada no encontró resistencia y penetró en su cráneo, partiéndole el cerebro y manchando de sangre su armadura de cuero.


"¡¡Cuidado!! ¡¡Detrás de ti!!”

Charles, uno de los chicos aventureros de la misma edad que yo, me avisó. Me giré con el escudo en mi mano izquierda y avancé.

{ Rubellia Walline ha usado la técnica de batalla [Golpe de Escudo]. }

Una tenue luz azul iluminó mi escudo cuando colapsé contra la cara de otro bandido goblin. Fue incapaz de esquivar mi rápido ataque sorpresa. Las técnicas con escudo son conocidas por su gran firmeza. El golpe le rompió la nariz al bandido goblin, quien cayó para atrás chorreando sangre.

El [Golpe de Escudo] causa un efecto de [Retroceso] que desequilibra al enemigo.

Yo aproveché la oportunidad para cortarle directamente la cabeza al bandido sin usar ninguna técnica de batalla, puesto que consumen bastante fuerza física y mental. Le atravesé el cuello al bandido goblin previamente aturdido. Corté una arteria y empezó a salirle un chorro de sangre. Mi espada se quebró un poco cuando tocó el hueso. Por el rabillo del ojo, vi la figura de otro enemigo dirigiéndose hacia mí. Esquivé su gran garrote con pinchos, que claramente era demasiado grande para bloquear con mi escudo, y salté hacia atrás. “¡Huugh!”

Su garrote me hizo perder el equilibrio. No me hizo daño, y me recuperé con éxito. Sin embargo, esa parecía ser su intención.

“Gyacacacaca”

¡¡¿Qué hace un bandido hobgoblin aquí?!!

Un enemigo formidable, un «Bandido Hobgoblin» acababa de aparecer por mi punto muerto soltando un grito desgarrador.

Los hobgoblins son una especie más evolucionada de goblin, ligeramente superiores a un humano medio. Es un monstruo famoso con el cual los aventureros novatos deben enfrentarse alguna vez. Un oponente duro de roer en un uno contra uno. Una vez vi una batalla contra un hobgoblin que previamente había atrapado a mi tío, con quien tuvo un enfrentamiento. Los hobgoblins nacen como goblins y evolucionan cuando tienen la experiencia suficiente, lo que les da habilidades superiores y destreza física. Esta cosa habrá asesinado a muchas criaturas para haber evolucionado desde lo más bajo.

El bandido hobgoblin me golpeó con su potente puño. No consiguió darme, me defendí con mi escudo redondo con el que ya me había defendido antes. No obstante, puesto que no tenía tiempo para usar ninguna técnica, el escudo redondo soltó un sonido desagradable, y quedó ligeramente dañado. Lo sentí como si hubiera colisionado con algo gigante. Justo después de eso, mi cuerpo salió despedido para atrás. Al principio, mientras rodaba por el suelo, no entendí lo que había sucedido. Pero era bastante simple, sin trampa ni cartón, fue meramente su poder. Mi escudo redondo que paró el ataque se rompió un poco por la parte donde fue golpeado, además me fracturó el brazo izquierdo, dejándome incapaz de moverme. Continué rodando y me di un golpe en la cabeza con una piedra o algo tan duro que empecé a perder la consciencia. Me di cuenta de que tenía sangre cubriéndome el ojo derecho porque me manchó la vista de rojo.

Agotada, quise descansar, pero eso era imposible. Mi cuerpo se retorcía de dolor y sangraba por todos lados. Clavé mi espada en el suelo para apoyarme en ella al levantarme. Me temblaban las piernas mientras miraba alrededor, pero todavía podía mantenerme en pie. Los hobgoblins, aparte de su color de piel, tienen rasgos parecidos a los humanos, sin embargo, este era bastante feo. Era el hobgoblin más feo que había visto nunca. Me miraba fijamente con unos ojos que desprendían inteligencia. Me observaba con una vulgar sonrisa. Vi su erección, que expresaba claramente lo que pensaba. Me vino una arcada por esa imagen mental y pedí ayuda a mi gente con la mirada. Él es fuerte. Yo soy fuerte, pero no es un oponente del cual una aventurera novata como yo pueda hacerse cargo. Deberíamos ser capaces de derrotarlo de algún modo si fuéramos de tres personas. Ojalá hubiese dos personas más. Alguien, cualquier persona. Miré alrededor del campo de batalla desesperadamente mientras me frotaba el ojo izquierdo que veía borroso debido a la sangre.

Pero no quedaba nadie, todos estaban ocupados tratando de sobrevivir.

Los experimentados que podrían habernos ayudado fueron los primeros en caer. Los aventureros novatos se habían dispersado por el pánico. Se había convertido en una situación crítica debido a nuestra inexperiencia. Traté de reunir las fuerzas que me quedaban, solo éramos 18 personas, incluyéndome a mí. Vi como algunos recibían un espadazo por detrás mientras trataban de huir. A otros les propinaron bolas de fuego que les hacían arder en llamas. ¡También había una hobgoblin maga! Los magos son capaces de ejercer el poderoso arte de la brujería. Me atacó con una ilusión que me produció ceguera. Los aventureros novatos serían masacrados por la maga. Solo disponiendo de ataques a larga distancia, como con un arco, podrían llegar a arreglárselas. Sin embargo, al ser [Profesión – Guerrero], yo no tenía ataques de esos. La mayoría de los [Profesión – Guerrero] murieron en manos de la magia antes de lograr acercarse lo suficiente como para usar su espada. Busqué a mi alrededor la voz que había escuchado antes. Charles es más competente que yo. Vi a dos bandidos goblins ante mis ojos.

La situación no podía ser peor.

Pero no quería rendirme. Como aventurera, sé lo que pasaría si me rindiera. Por ser mujer, me capturarían y me usarían para satisfacer su deseo. Sería violada contínuamente y forzada a engendrar hijos goblin hasta la muerte. Tal existencia, como si fuera ganado, me repugna. Es absolutamente repugnante. Antes prefiero morir. Mis padres ya están muertos y no tengo ningún amante. Así que es mejor si muero. Puedo aceptar la muerte. Pero me niego a ser violada y tratada como un animal.

Saqué la poción de vida que me dio Spinel de la riñonera que llevaba en la cintura. Por suerte, no estaba rota y pude tomármela de un trago. Tenía un sabor sutilmente dulce. El dolor en mis articulaciones empezó a disminuir. Ya podía mover libremente mi brazo izquierdo y la fatiga desapareció. Me dijeron que en teoría era inferior a la versión comercial, pero sus efectos fueron impresionantes. Lucharé. ¡No voy a rendirme!

Aun así, no sirvió de nada, los bandidos goblin habían rodeado a Charles, matándolo. Luego me aturdieron y me capturaron. Me ataron con cuerdas las extremidades y me amordazaron la boca. El idioma goblin es difícil de entender, pero al parecer llegaríamos pronto a su casa. Es lo peor que podía ocurrir. Me acordé del bulto creciente del bandido hobgoblin que me había derrotado. El susodicho se me acercaba con su obscena sonrisa y una vulgar carcajada. Es tan desagradable. No quiero que eso me viole. ¡Lo odio, lo odio, lo odio! ¡Lo odio, lo odio joder! Ese sería mi futuro. Debí haber huido antes. Ahora ya no puedo escapar. Estaba atada de tal forma que ni siquiera podía morderme la lengua.

Mientras me llevaban consigo recé al Dios del Destino «Shikkuzaru». Seguro que Dios existe. Es improbable que Dios responda a mis plegarias, pero tengo que intentarlo. Aunque sea cosa del azar, todavía tengo esperanzas.

Pero rezar no va a hacer cambiar la situación. Miré hacia arriba y vi a los que se suponía que tenía que defender. Las otras mujeres estaban en las mismas circunstancias que yo. Emery, Felicia, Alma y Spinel. No me culpaban ni siquiera en esta situación. Me dolía el corazón. Me puse a llorar. Me sentía mal por ser tan débil. Me avergonzaba de mí misma. Les pedí perdón a todas con la mirada. Les pedí perdón desde lo más profundo de mi corazón. Lo siento por ser tan débil.

Me vinieron recuerdos de mis padres y de mi tío. No podía parar de llorar. A lo lejos de ese remoto lugar podía ver una cueva.

De repente, mi suerte cambió.

Al acercarnos a la cueva, vimos a muchos goblins, pero me llamó la atención uno en particular. Su cuerpo era de color negro. Casi no podía creerlo. Corrían rumores de que había goblins de piel marrón viviendo en minas. Normalmente su piel es verde. Este era negro azabache y parecía todo un ser oscuro. Debía de estar protegido por algún Dios. Una subespecie que desarrollaría después de su evolución. Mientras pensaba en ello, el hobgoblin negro se acercó al bandido hobgoblin y empezó a hablar.

“¿Podría tener a esas mujeres bajo mi custodia?”

Parecía amable, pero tenía una voz potente. Su cuerpo atractivo tenía un encanto carismático. Me sentía atraída hacia todo ese poder que yo no tenía. Haberlo conocido era cosa del destino. Aquí empezaría mi nuevo camino.


Día 28


Primero lloraron, se cansaron, durmieron, y ahora ya estaban más o menos recuperadas, o puede que su recuperación fuera simplemente rápida, pero cuando comprobé el estado de las chicas por la mañana, Pelirroja me saludó amablemente.

Las otras cuatro todavía me tenían miedo, pero no podía remediarlo. Para que llegaran a un acuerdo tendría que pasar el tiempo. Entre los bienes que les robé, había un kit de cocina, el cual usé para prepararles un pseudo-guiso.

Bueno, haber hecho mi primera comida civilizada desde hacía un tiempo me hizo feliz. Sería por mi propio orgullo, pero el pseudo-guiso tenía buen gusto.

Comer es absolutamente esencial y, mientras la comida esté rica, puede llegar a curar el alma, así que es como una medicina.

Mientras comíamos, vi que las chicas se calmaban y empezaban a bajar la guardia. Empecé a conocerlas más detalladamente.

Si hay algo que puedo hacer, a fin de saber cómo puedo ayudarlas... pensaba mientras las escuchaba.

Por cierto, olvidé mencionarlo pero, menos Pelirroja, las otras cuatro eran [Profesión – Comerciante].

En esa atmósfera tan tierna y agradable, me enteré de que una de ellas era [Profesión – Tasador] y [Profesión – Herrero], por lo que sería capaz de afilar las cuchillas de nuestras espadas. Si conseguía las instalaciones que necesitaba, me prometió que fabricaría el equipamiento que yo quisiera.

Dos chicas bastante parecidas resultaron ser hermanas, ambas eran [Profesión – Sastre] y [Profesión – Cocinero], así que acordé con ellas que se encargarían de la cocina y la ropa en un futuro. Como esperaba, no podía decirles que confeccionaran la ropa de los goblins que eran sus enemigos, así que solo les pedí que hicieran la ropa que estaban acostumbradas a hacer para ellas mismas.

Pero con respecto a cocinar para todos, les dije que de momento tendrían que arreglárselas.

La última de las mujeres con aspecto frío e inteligente era [Profesión – Alquimista]. Debido a eso, le pedí que hiciera pociones para nosotros. Sin embargo, debería escoger a alguien para que las supervisara en caso de que sirvieran comida envenenada. Si eso ocurriera, sería espantoso.

Por qué.

Pelirroja había trabajado en la granja, pero francamente eso no me servía para nada, así que a partir de ahora decidí hacerla participar en el entrenamiento para que se hiciera más fuerte. Las mujeres tenían que ser capaces de protegerse a ellas mismas, especialmente en situaciones como esta.

Después de comer, habríamos procedido con el entrenamiento si hubiéramos seguido nuestro horario normal, pero hoy era un día diferente. Empaquetamos todas nuestras cosas para mudarnos. Si se preguntan por qué teníamos que mudarnos, la respuesta es que con toda la generación adulta de vuelta a casa, la cueva se nos había quedado pequeña.

Hasta ahora, cuando los goblins nacían, la mayoría moría enseguida. Pero eso había cambiado. Por eso íbamos a mudarnos a la antigua base minera de los orcos.

Al reubicarnos allí, no tendríamos problemas con el espacio y, sobre todo, al tratarse de una mina reforzada para prevenir desprendimientos, era lo suficientemente resistente para nosotros. Otro de mis objetivos era recolectar el mayor número de piedras espirituales posible.

Mandé a Gobukichi-kun con un grupo de diez goblins en cabeza, los demás acabaron de recoger y salieron una hora después. Hubo muchos voluntarios con mochilas, así que pudimos mudarnos en poco tiempo.

Gobumi-chan y Gobue-chan escoltaron a las humanas, junto con los pocos en quien podía confiar esta tarea. La caminata nos tomó más de una hora pero finalmente llegamos a nuestro destino.

Al parecer, algunos otros orcos habían vuelto para adueñarse de la mina, pero el grupo de Gobukichi-kun ya los había matado. Yo recibí sus corazones y lo que quedó de los orcos fue repartido entre los miembros del primer grupo a modo de recompensa.

Después de eso, empezamos a distribuir el interior de la mina.

Aunque al andar escasos de decoración, solo decidimos fácilmente dónde colocar el almacén de armas y comida, y pulimos el sitio donde íbamos a dormir.

Obviamente, no nos olvidamos de preparar los baños, cavando agujeros.

Cuando terminamos el asentamiento general, dejé el resto a manos de Gobujii y empecé a preparar la morada de las mujeres.

Por suerte, la tarea fue fácil gracias a mi [Tierra Control].

Terminé rápidamente una herrería para Herrera-san, una cocina para las Hermanas y un taller para Alquimista-san. Y, por último, sus estancias.

Para sus habitaciones, les fabriqué una cama normal. Cogí un marco de madera y con mi hilo fabriqué un colchón. Era una estructura rudimentaria pero bastante cómoda.

Disponíamos de piedras espirituales como fuentes de agua y luz, así que eso no iba a suponer ningún problema.

Con un poco de creatividad también conseguí que Herrera-san pudiera fabricar objetos simples.

Por ello, pasamos el resto del día limpiando y realizando tareas rutinarias.

Las Hermanas prepararon la cena.

Como era de esperar de unas [Profesión – Cocinero], estaba riquísima.


Día 29


Finalmente empezamos el entrenamiento de los goblins mayores.

Para empezar, a modo de ejemplo estuvieron observando cosas simples como hacer formación y prepararse para el combate. Los goblins mayores se sorprendieron con tal demostración, pero lo que más me sorprendió a mí fue que obedecieran mis órdenes.

Con eso pasamos a la acción. Primero, comenzamos por lo básico, como la formación rápida en fila y las carreras de resistencia. Los que no podían más fueron castigados con flexiones a pesar de las quejas, lo que me convertía a mí en una especie de sargento diabólico.

Solo hubo un idiota tozudo al que tuve que pegar, además del golpe en la cara, tuve que romperle el brazo. Y después de estar gritando y dando vueltas, le enderecé otra vez el brazo y le hice volver al entrenamiento. Las prácticas continuaron de ese modo durante unas cuantas horas, hasta que acabé batiéndome en duelo con todos.

Tuve una fuerte sensación de déjà vu por esa escena. Al final, no podía moverse nadie.

Mientras Gobukichi-kun y su grupo nos espectaban desde la distancia, decían cosas como: “¡Ah, justo como creía!” o “Ah, ya lo pillo, ya lo pillo” o “¡Eso es difícil!”.

Como esperaba, en ese momento la resistencia de esos goblins era mayor que la de Gobukichi-kun y su grupo, así que se recuperaron rápidamente y, pasado un rato que establecí yo por mi cuenta, di por terminado el entrenamiento. Hoy no fuimos a cazar, pasé el tiempo decidiendo los rangos de los goblins mayores en vez de eso, y estableciendo las normas y cosas así.


Día 30


Hoy llovió a cántaros.

Obviamente, dudaba de si salir afuera o no.

Por ello, sentí que era el momento de celebrar otro torneo para determinar las posiciones dentro del grupo. Escogí el método que determinaría los duros rangos más deprisa por conveniencia. Puesto que había una gran diferencia entre las características básicas de los hobgoblins y los goblins, celebraríamos dos competiciones separadas.

Los resultados, bueno, si podemos llamarlos así, son los siguientes:

El que estaba en cabeza era yo, como siempre, el subcampeón fue Gobukichi-kun, luego había el previo líder hobgoblin, y después de él estaba Gobumi-chan. Los tres goblins que la seguían a ella eran prácticamente igual de competentes.

La maga hobgoblin Hobusei-san podría haber quedado segunda si hubiera estado permitido usar magia, pero como esta vez no era el caso, así quedaron las cosas.

Cuando terminó el torneo, nos dividimos en tres grupos: el grupo de Gobukichi-kun iba a continuar con el entrenamiento, el grupo de Gobue-chan se había equipado con picos para bajar a la mina, y el último grupo iba a estudiar cosas, como las normas que yo había puesto, los rangos, el alfabeto continental, y así, con Gobumi-chan de profesora.

Mientras tanto, yo hablé de unas cuantas cosas con Hobusei-san. Y me interesé por los tipos de magia que podía usar.

Por lo que me contó, Hobusei-san usaba tres tipos de magia que al parecer eran de [Fuego], de [Agua] y de [Cancelación]. Yo hice ver que lo entendía, pero en realidad solo había leído información de una fuente incompleta y no tenía ni idea de qué estaba hablando.

Luego, cuando terminamos de intercambiar conocimiento, los dos continuamos con nuestras tareas. Hobusei-san fue con Gobumi-chan a estudiar, mientras que yo fui a hablar con las chicas humanas.

Cuando fui a comprobar cómo estaban, puesto que disponían de Piedras Espirituales de Agua y de Fuego infinitas, encontré a Herrera-san forjando herramientas en su herrería, con mena hierro y piedra espiritual que habíamos obtenido de la mina. Ella podía hacerlo sin problemas gracias a los varios juegos de herramientas que sacamos del botín de la última vez.

Le pregunté si tenía alguna queja, y noté que había reparado la forja de modo que ahora le era más fácil usarla. Al ver que me tenía menos miedo, me fui satisfecho.

Después fui a la habitación de las dos hermanas.

Dado que también sacamos sus utensilios de cocina del botín, que las hermanas los usaran no originaba ningún roce con los otros goblins. Con eso, las cosas avanzaron con fluidez. Aunque después de mirar alrededor de la sala, me di cuenta de que preparar la comida de todo el mundo era demasiado trabajo para solo dos personas, así que decidí sentarme y ayudarlas.

Las hermanas todavía tenían un poco de miedo de mí, así que pensé que si era proactivo y hablaba más con ellas, empezarían a coger confianza. De vez en cuando las pillaba sonriendo, lo que era genial. La sonrisa de una mujer hermosa es siempre algo bueno. Mientras estábamos en ello, les enseñé todas las recetas que conocía.

Después de eso fui donde Alquimista-san que había pasado todo el día haciendo pociones.

Había ido guardando el equipamiento allí igual que en los otros lugares, por lo que no fue un problema. Inspeccioné los bienes que había terminado con mi [Estimación], por el momento no parecía que hubiera nada venenoso. Yo estaba interesado en el proceso de creación, así que me quedé a observar.

Alquimista-san soltó un suspiro de indiferencia, me recuerda a una reina de hielo desdeñosa. No decía nada mientras trabajaba, sin embargo, ella seguía siendo una fiesta para los ojos, así que no me importó esperar.

Cuando acabó, tuvimos una breve conversación y luego me fui a mi propio taller.

Allí intenté usar la piel del Lobo Negro para fabricar equipamiento defensivo. La cosí con mi hilo y, con la práctica, el proceso de elaboración progresó rápidamente.

Sin embargo, ya era tarde cuando terminé.

Antes de ir a dormir, practiqué con mi alabarda con el fin de acostumbrarse a usarla. Estaba cansado de no parar en todo el día y dormí como un tronco.





[1] Locución latina que se traduce como “estado del momento actual”, usada cuando un conjunto de factores dan lugar a un cierto “equilibrio” más o menos duradero en el tiempo. (Wikipedia)


Traducido al inglés: Re:Translations
Traducido al español: Xeniaxen
Revisado por: Ishtar


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