El despacho estaba en silencio.
No era para nada sorprendente; es como debía estar. El trimestre había terminado, las notas estaban registradas. Y, como les dije a mis estudiantes desde el principio, les puse exactamente las calificaciones que merecían.
Pero supongo que me había acostumbrado tanto a mi visitante habitual que no podía evitar esperar verla aparecer tarde o temprano.
Escuché un suave y familiar golpe en la puerta.
—Adelante —la invité.
—Siennnnto llegar ttttarde, profesora Meyyyyyer —balbuceó Lina Brackett mientras entraba—. Tengo un ppppppoco de... laggggg hoy. (NT: En inglés, "lag" significa retraso o lentitud. "Tener lag" o "estar lagueado" se usa en jerga informática o en los videojuegos, cuando se visualiza algo de manera más lenta de lo normal, y eso entorpece la experiencia. Hemos mantenido el anglicismo, pese a que no está reconocido por la RAE, porque su uso está bastante extendido.)
Suspiré.
—No pasa nada, todos tenemos un mal día.
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Le puse a la señorita Brackett un 4 en mi clase de Introducción al Código Fuente. A pesar de todo su esfuerzo, fue la nota que se ganó con todas sus tareas y exámenes, así que no estaba en posición de cambiarla.
Pero ella era, sin duda, única, aunque tal vez no de la manera que había esperado inicialmente. Y estaba claro que era la más motivada de mis estudiantes ese trimestre. Así que tampoco estaba en posición de negarle la oportunidad de continuar sus estudios en este campo.
—¿Había algo en mi correo que no entendieras? —le pregunté.
—Oh, nnnnno, para nadddda. —Sacudió la cabeza—. Suponggggo que solo estoy aquí para darle las gracccccias, y también para prommmmeterle que...
—Espera un momento —tosí—. ¿Podemos arreglar eso?
—Hm... —Miró de un lado a otro con movimientos bruscos—. ¿Se ppppuede?
—Ejem. Perdón, supongo que me expresé mal. La pregunta es si tú puedes.
Pareció decepcionarse con mi comentario. Sus orejas parecían más caídas de lo habitual.
—Profesora Meyerrrrr, el otro dddddía hice su examen final...
—Y mostraste una inmensa mejora. No te preocupes, te mostraré cómo se hace.
Eché un vistazo rápido y encontré el problema de inmediato: un proceso automático ineficiente la estaba ralentizando. Este era el tipo de fallo que había corregido miles de veces como admin, así que me pareció un buen primer intento para la señorita Brackett.
Sin embargo, por mucho que intenté guiarla, explicándole qué hacer y por qué debería funcionar, ella parecía incapaz de corregirlo. De hecho...
—Pppppprrrrrrooooooffffffffeeeeessssssssssssssssssss...
—¡Argh! ¡Está bien! —Levanté las manos y, en cuestión de segundos, entré y arreglé el problema.
—...sora Meyer, ¡qué rápido! —Lina me miró con asombro.
Puse los ojos en blanco.
—No tengo intención de que te vuelvas demasiado dependiente de mí, así que espero que pronto seas capaz de arreglar fallos tan simples.
—Creo que me llevará un tiempo —dijo, rascándose la cabeza tímidamente—. No me parece nada simple. Pero, para usted, que fue admin, debe serlo, ¿verdad?
—Ajá —asentí—. Pero no le he contado nunca eso, ¿verdad?
—No. Me lo dijo mi amiga Lily —explicó Lina, pareciendo recordar algo más mientras lo decía—. Ella también fue alumna suya.
Levanté una ceja.
—Lily... ¿Podría estar refiriéndose a la señorita Bryce?
—Uy... ¿Se llama así de apellido? —preguntó, con un tono confuso. No estaba segura si no sabía el apellido de su propia amiga o de si simplemente lo había olvidado.
—No recuerdo haber tenido en clase a ninguna otra Lily, así que supongo —asentí. Y, de hecho, al igual que Brackett, había sido una estudiante bastante memorable.
La idea de que esas dos fueran amigas me pareció extraña enseguida. Ahora bien, cuanto más lo pensaba, más natural parecía. Pero esto no trataba de la señorita Bryce.
—Entonces, ¿para qué ha venido, exactamente, señorita Brackett?
—¡Es cierto! —respondió, recordando el tema original—. Tal y como le he dicho, estoy muy agradecida de que me deje cursar SRC 102, y prometo que trabajaré muy duro una vez que comience. Pero...
—¿Pero? —repetí. No estaba segura de que me gustara cómo sonaba eso...
—Pero por hoy —dijo ella, mientras su boca se iba curvando en una sonrisa—, solo quiero hablar con usted, profesora. Si vamos a pasar otro trimestre juntas, realmente quiero asegurarme de que no haya malos entendidos ni nada de eso.
Aparté la mirada de su sonrisa. Sabía que era culpa mía que sintiera la necesidad de hacer esto. Yo tampoco quería que quedaran resentimientos, pero, en especial después del arrebato que tuve hace unas semanas, parecía imprudente pensar que todo estaba bien entre nosotras.
Aun así, después de ese arrebato... tal vez era solo una impresión mía, pero Lina parecía más preocupada por mí que por cualquier otra cosa. Eso realmente me había dejado huella: me recordó qué había sido lo que la había hecho tan notable desde el primer día de clase.
Entonces, ¿esto era realmente solo para aclarar las cosas entre nosotras, como decía? ¿O, por increíble que pareciera, se estaba preocupando por mí?
—De acuerdo, pero no sé de qué quiere hablar.
—No se preocupes, he pensado en algunos temas —sonrió Lina—. Vale, el primero. Las clases de código fuente están un poco orientadas a preparar futuros admins, ¿verdad? Así que, ya que formo parte de la asignatura, quiero saber cómo decidió convertirse en admin y qué tipo de infancia...
—Eso está fuera de lugar —declaré de inmediato.
—¿Qué? —respondió ella, mirándome con los ojos muy abiertos. Casi podía escucharla mentalmente tachar de su lista un sinfín de temas. Se echó hacia atrás y se llevó la mano a la frente, pensativa—. Ah. ¿Es demasiado pronto para que le pregunte ese tipo de cosas?
—No exactamente —negué con la cabeza—. No hablaría de mi infancia con nadie, ni de "por qué me convertí en admin" porque... —lo pensé un momento—. Bueno, que está "fuera de lugar" lo resume bastante bien.
—Supongo que no tendrá que ver con... —Algo pareció venirle a la mente—. ¿Su inicialización...?
Obviamente, no iba a responder a eso. Ella pareció entender que eso también estaba fuera de lugar.
—Así pues... quieres saber más sobre mí, deduzco. Lo que sí que puedo contarte —comencé, tratando de evitar que se sintiera más decepcionada por lo que no iba a responder—, son historias sobre cuando trabajé como admin.
—¡Vaya! ¿Eso no está fuera de lugar? —Lina pareció sorprendida.
—Bueno, un poco sí —aclaré con un gesto de desaprobación—. Pero creo que puedo darte una idea general de cómo fue.
No obstante, aunque no fuera a contarle toda la historia a Lina, lo recordaba todo con bastante claridad.
Meyer, un zorro antropomórfico, sentada en su escritorio, empezó a contarle su historia a Lina, un conejo blanco antropomórfico, quien se dispuso a escucharla educadamente.
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—Centralita de Veta Norte. ¿En qué puedo ayudar?
Cuando eres un admin novato en Ciudad Veta Norte, tienes que decir eso palabras muchas veces. No estuve en ese rol por mucho tiempo, así que terminé oyéndolas mucho más de lo que las decía.
Un admin que acaba de empezar toma llamadas directamente, escuchando los fallos de las personas. Luego, los pasas a quien pueda realmente solucionarlos, a menos que esa persona seas tú. A medida que mejoras, te alejas más de responder llamadas.
No es que, como admin de alto nivel, pudiera ignorar completamente las llamadas entrantes. Aún seguían siendo una métrica importante para saber cuánto trabajo tendría en un día.
En ese día en particular, los teléfonos no habían dejado de sonar.
Corrí hacia mi despacho y cerré la puerta para hacer que el ruido cesara. Curiosamente, no vi ninguna nota ni nada por el estilo.
—¿Está todo el mundo tan ocupado que ni siquiera pueden decirme qué está pasando?— musité en voz alta.
La puerta se abrió con un chirrido y alguien asomó la cabeza.
—No tenía mucho sentido mientras no estuvieras aquí para ayudar, ¿no? —me dijo Cooper.
—Si tan importante era, Cooper, deberías haberme llamado.
Sus orejas bajaron.
—S-Só, supongo que tienes razón... Pero contaba con que llegarías un poco más temprano...
Lance Cooper era un joven desaliñado que rondaba la cima de la escalera de los admins conmigo, pero nunca admitiría estar siquiera cerca de su ídolo admin (yo). Y aunque no era nada oficial, éramos efectivamente "compañeros", fuera lo que fuera eso.
—Ahora no puedo hacer nada más que recuperar el tiempo perdido —me encogí de hombros—. ¿Qué son todas las llamadas?
—Hubo un seísmo de fallos —explicó Cooper en pocas palabras—. En Lanville. También dejó una gran fisura, al parecer.
—¿Lanville?— lo pensé un momento—. ¿No hubo uno en Fwdport no hace mucho?
—Ah, sí— confirmó—. ¿Crees que pueden estar conectados?
—No, es imposible. Habrá sido casualidad —suspiré.
La imprevisibilidad de los seísmos de fallos siempre me había molestado. Antes de convertirme en admin (aunque, claro, no hacía mucho) me prometí que, una vez lo fuera, identificaría sus causas y cómo predecirlos, para que pudiéramos hacer algo al respecto.
Después de todo, pensé, ¿cuánto daño y caos podríamos prevenir si aprendiéramos a predecir dónde ocurrirían los seísmos de fallos?, ¿y cómo podríamos detenerlos antes de que aparecieran? Lidiar con ellos después me parecía un poco tarde; seguro que el desorden se podría evitar desde el principio. Y cuando golpeaban a ciudades más grandes... eran un desmadre de los gordos.
Pero resultaba más fácil decirlo que hacerlo. Lanville y Fwdport no estaban ni cerca el uno del otro, y no se me ocurría que hubiese nada en común entre ellos. Tal vez si Fwdport hubiera estado lo suficientemente cerca como para llamarnos el otro día, podría haber tenido la oportunidad de investigar más a fondo.
—¿Qué quieres decir con "casualidad"?
—Entonces, ¿vamos a Fwd...? Perdona — tosí—. ¿Vamos a Lanville?
—Eso iba a hacer, pero esperaba que llegases pronto —dijo Cooper con una sonrisa.
—Tachán —dije con sarcasmo, extendiendo los brazos.
Cooper se lo tomó en serio, sin ironía. Cuando fui a abrir la puerta para coger nuevamente las llamadas, me preguntó:
—Entonces, ¿cómo se arregla una fisura de fallos?
Lo miré anonadada por el hecho de que un admin de su nivel nunca hubiera tratado con una antes. O tal vez solo me estaba preguntando cómo lo hacía yo.
—De la misma manera que arreglas cualquier serie de fallos en masa.
Me miró expectante, aparentemente sin idea de lo que quería decir.
Suspiré.
—La parcheas... (NT: En informática, un parche consta de cambios que se aplican a un programa, para corregir errores, agregarle funcionalidad, actualizarlo, etc.)
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—Aquí estamos —anunció Cooper—, en el hermoso Lanville.
—Me da la impresión de que normalmente es más hermoso —comenté.
Algunas partes del pueblo parecían estar perfectamente bien, pero los fallos empeoraban cuanto más nos acercábamos a la fisura; de hecho, prácticamente nos guiaban hacia ella. Los edificios se habían derrumbado, estaban incrustados en el suelo o en otros edificios, y había multitudes de personas afectadas por fallos que no estaban mucho mejor.
Nos hubiera gustado intentar arreglar los problemas a medida que avanzábamos, pero la fisura era la prioridad. Afortunadamente, ya había muchos admins y editores de código fuente independientes trabajando arduamente para encargarse de los fallos, así que solo teníamos que encargarnos de la fisura... "Solo" eso.
Pronto llegamos hasta ella. Eché un vistazo hacia abajo, al igual que Cooper, quien inmediatamente pareció marearse. Puse mi brazo frente a él para evitar que tropezara y cayera, pero no podía decir que yo no me sentía de manera similar.
Era un pozo asqueroso de fallos. Técnicamente, supongo que debían haber sido objetos normales, pero estaban tan deteriorados por fallos que eran irreconocibles. Entonces, ¿qué otro nombre iba a darles?
Sin embargo, hubo algo que reconocí.
—¿Hay alguien ahí abajo...? —pregunté en voz alta.
—Uh... N-No estoy seguro —tragó Cooper.
Me giré y pregunté:
—¿Alguien vio caer a alguien en esta fisura?
La respuesta fue débil, ya que la mayoría de las personas alrededor estaban sufriendo por la exposición a los fallos; de hecho, incluso nosotros teníamos que ir con pies de plomo. Pero el consenso parecía ser "No". Aun así, confié en mis ojos.
—Voy a bajar. —Noté la reacción de Cooper—. Puedes quedarte aquí...
—Esperaba que dijeras eso —suspiró aliviado—. ¿Pero estás segura de que estarás bien?
—Por favor. ¿Me elogias tanto y ahora empiezas a cuestionar mis habilidades? Calla y observa.
Volvió la cabeza hacia la fisura, y luego la apartó nuevamente.
—No creo que pueda hacer eso, pero...
Caminé alrededor del perímetro de la grieta, buscando el lado más estable, y luego comencé a convertir lentamente el suelo deteriorado por fallos en una escalera de mano para bajar. Era un trabajo lento, pero tenía que asegurarme de que los peldaños fueran lo suficientemente resistentes a los fallos como para no ceder y dejarme caer hasta...
En realidad, cuanto más bajaba, más me preguntaba si ese agujero tenía fondo. Pero supuse que si alguien había "aterrizado" ahí, debía haber algo en lo que aterrizar.
Resultó que tenía razón. Aún no estaba segura de si era realmente el fondo, pero encontré a una joven conejita flotando entre los fallos. Aferrándome fuertemente a la escalera, extendí mi otro brazo para intentar cogerla, y...
Cáspitas. No solo estaba afectada por los numerosos fallos, sino que uno de ellos estaba causando que la gravedad fuera aproximadamente el doble sobre ella. Al principio, me dispuse a normalizarlo, pero luego tuve una idea mejor.
—¡Cógela! —grité desde el agujero.
Levanté a la chica con facilidad, y salió volando de mis manos. Luego apresuradamente por la escalera y, para cuando llegué de nuevo a la cima, ella estaba flotando suavemente de vuelta, para que Cooper la atrapara.
—¿Está hecha de papel o algo así? —dijo, incrédulo.
—Solo hice que pesara menos temporalmente, por conveniencia. Cuidado, está llena de fallos.
Cuando su mente asimiló eso, gritó y dejó caer a la chica al suelo. Afortunadamente, seguía siendo extremadamente liviana, por lo que, presumiblemente, no le dolió. Pero se despertó poco después.
—¿Dónde estoy...? —preguntó, confusa.
—En Lanville —respondí, luego miré a mi alrededor—. Verás, hubo un...
—¿Qué... qué pasó? —interrumpió, sonando alarmada—. Hubo un gran terremoto, y luego... luego, no recuerdo...
Levanté una ceja.
—¿Hm? ¿Qué es un... terremoto?
Ella parpadeó.
—No... No lo sé... Es cuando el suelo tiembla, ¿no...?
—Bueno, hubo un seísmo de fallos —le dijo Cooper, tan confundido como yo—. Y eso creó esta fisura de aquí —señaló—, en la que caíste, y mi compañera Meyer —señaló nuevamente—, ¡te ha salvado!
Ella nos miró, sin comprenderlo del todo.
—Oh... G-Gracias... supongo.
—Supones... —repitió Cooper débilmente, dejando caer los hombros.
No pude evitar pensar en cómo nadie había visto a la chica caer, y nadie había venido en su ayuda ahora. Eso parecía indicar que no tenía padres ni hermanos que la cuidaran, una sospecha confirmada al ver sus registros de inicialización...
—¡Espera! —exclamó—. ¡¿Dónde están mis padres?!
Eso me sorprendió.
—¿Tus... padres?
—¿No tiene? —me preguntó Cooper en voz baja.
—No debería —le susurré de vuelta—. No sé por qué...
—Espera un segundo —dijo—. Acabo de recordar por qué esto me resulta tan familiar.
—No has mencionado que te resultara familiar.
—¡Porque no estaba seguro! —se excusó—. Pero escuché que algo similar sucedió en el seísmo de Fwdport. Un chico cayó en una fisura y preguntó por unos padres que no tenía... —Se rascó la cabeza—. Supongo que debe ser un efecto común de las fisuras de fallos.
Eso era nuevo para mí. No obstante, no lo veía de la misma manera que Cooper. En lugar de que estos chicos fueran víctimas aleatorias de las fisuras, quizás...
Me aseguré de encriptar mi habla para que nadie alrededor pudiera entenderlo, e indiqué a Cooper que hiciera lo mismo. Luego, propuse mi teoría.
—Sí, sospecharía que son los fallos los que están causando su comportamiento extraño —afirmé—. Pero creo que lo has entendido al revés. ¿Y si estos... chicos afectados por fallos están atrayendo los terremotos, o más bien provocándolos?
—¡¿Qué?! —se sorprendió—. ¡Eso es absurdo, Meyer! ¿De verdad basas eso en... dos casos? Estás haciendo conjeturas...
—¡¿Y qué otra cosa se supone que debo hacer?! —grité.
Aunque nuestra conversación estaba encriptada, eso no impidió que la gente notara que había alzado la voz. Supuse que Cooper tenía razón y que no era un buen momento para esta discusión.
—No os preocupéis, todo está bien —dije a la multitud, algo avergonzada—. Arreglaremos la fisura enseguida.
Parecían satisfechos con eso y comenzaron a dispersarse. Pero alguien nos preguntó:
—¿Qué hay de la chica?
La miré. ¿Qué hacer con ella? En principio, parecía que no tenía padres ni hermanos, una "solitaria", como se les llama. Ahora bien, sus afirmaciones me desconcertaban, aunque sabía que probablemente estaba afectada por los fallos.
De cualquier modo, simplemente me parecía... mal dejarla sola en esta situación. Me pregunté si los otros admins de la centralita podrían hacer algo por ella. De ser necesario, mi esposo y yo podríamos acogerla por un par de días...
Pero Cooper respondió por mí mientras yo dudaba sobre la cuestión.
—Bueno, estará bien. Es una solitaria, así que sabe cómo cuidarse.
—S-Sí... por supuesto —afirmé temblorosamente, sorprendida de que Cooper tomara la iniciativa.
Me miró después de que el transeúnte se fuera.
—¿Por qué me has hecho responder? —preguntó, con un leve tono de molestia en su voz.
—Yo... no estaba segura.
Se encogió de hombros. Comencé a pensar que se reiría si sugería acoger a la chica temporalmente, así que ni siquiera lo mencioné. Dado que él tenía hijos, quizá podría haberlo convencido... pero ya había hecho el ridículo suficiente.
Me giré hacia la chica, a regañadientes.
—Bueno... una vez que cerremos esta fisura, nos iremos —le informé—. Hay mucha gente por aquí arreglando el daño del seísmo de fallos. Si tienes algún fallo, ellos pueden ayudarte.
—V-Vale... Gracias —dijo, todavía desconcertada.
—No obstante, una última cosa. ¿Cómo te llamas?
Bajó la cabeza, rascándose la parte trasera.
—Ah... Hm... No consigo recordarlo...
—¿Estás segura? —le imploré—. Es importante.
Cooper me miró.
—¿De verdad lo es? ¿No puedes tomar nota y ya...?
—¡Espera! —exclamó—. ¡Ya lo tengo!
—¿Sí?
—Rena... Rena Taggart.
Le sonreí.
—Gracias. Lo recordaré.
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—¿Quién es Rena Taggart?
Lina había estado relativamente callada durante mi relato hasta ahora, pero parecía muy curiosa sobre ese detalle y por qué había decidido mencionarlo.
—Nadie importante —respondí. Rápidamente me di cuenta de lo duro que sonaba eso y traté de explicarlo—. Eh, lo que quiero decir es que... preguntar su nombre solo fue importante para la investigación que realicé después de ese incidente.
—¿Investigación sobre qué?
—Como le he dicho... —tenía que ser cuidadosa con mis palabras aquí, pero por una razón diferente—, me interesaba saber qué estaba causando esos seísmos de fallos. Así que... sobre eso iba la investigación.
—Hmm... ¿Y encontró algo?
—Ehm... —titubeé. Sentía como si tuviera algo atrapado en la garganta—. Déjeme... contar la historia como quiero contársela.
—Está bien, vale —concedió ella—. Pero, aun así, sonó totalmente como si fuera a decir que era yo o algo así.
—Por supuesto que no —sofoqué una risa—. Si esa chica fuera usted, habría empezado a encontrar la historia familiar antes de que llegara a esa parte, ¿no?
—Sí... Supongo —se rascó la cabeza—. Entonces... ¿por qué me está contando esa historia?
Esa era una buena pregunta. Ni siquiera estaba segura de eso yo misma.
Si todo lo que Lina quería era escuchar cómo era ser una admin, podría haberle contado cualquiera de los otros casos que había liderado, casos en los que no tuviera que andar con tantos rodeos. Entonces, ¿por qué elegí este?
Ahora que me lo señalaba, creo que sabía la razón. Tenía la esperanza, aunque fuera tenue, de que Lina pudiera aportar algo a esta historia, una nueva perspectiva. Que pudiera ver algo, descubrir algo que yo no pude.
Era mucho esperar de ella, y una tontería hacerlo, especialmente cuando no podía contárselo todo. Pero valía la pena intentarlo.
—Oh, lo siento, una última cosa —Lina interrumpió mis pensamientos—. Hubo una pequeña parte donde mencionó a su marido...
La miré fijamente, y ella pareció arrepentirse de haberlo nombrado de inmediato. Pero...
—Ya llegaremos a eso... —suspiré—. Por favor, déjeme seguir la historia.
—D-De acuerdo —murmuró, con los ojos bien abiertos.
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—¿Aferrándome a un clavo ardiendo, dijiste?
—¿Eh? —Cooper me miró—. ¿Dije eso? ¿En qué contexto...?
—Mira esto —dejé un documento impreso frente a él—, e intenta decirme que no estaba al menos en lo cierto.
Lo leyó.
—Nombre: Rena Taggart... Género: femenino... Edad: 9... Padres: 0... Hijos: 0... Padres: 2... —Levantó la mirada—. Espera un momento.
—¿Ves el problema? No es de extrañar que se pregunte dónde están sus padres. —Miré hacia el techo—. La pobre niña debe tener recuerdos de padres, que le vienen a la mente de vez en cuando... y, sin embargo, no los tiene.
—Espera, espera, ve más despacio... ¿De dónde has sacado esto? Pensé que habías revisado su información directamente y decía 0.
—¿Esto? —le quité el papel—. Lo saqué directamente de los registros del Bucle de De-Vez-En-Cuando.
—Eso no suena bien... —murmuró, frotándose los ojos.
El Bucle de De-Vez-En-Cuando era... bueno, era un secreto de alto nivel, para empezar. Era el medio por el cual se realizaba toda la inicialización de nuevas personas, y aunque todos sabían que algo lo causaba, solo los admins de más alto nivel lo conocían por su nombre y tenían acceso a él.
Y ahora, parecía que teníamos la obligación de arreglar algún comportamiento defectuoso en él.
—Escribí algunas comprobaciones de consistencia —expliqué—. Escaneando los registros en busca de personas con características contradictorias, como las de Rena. Solo cosas básicas, aunque... Estoy segura de que podría haber pensado en más... Aun así, obtuve una lista bastante larga.
Cooper se llevó la mano al mentón, pensativo.
—Hmm... ¿Hasta cuándo se remonta?
—Preferiría no decirlo —hice una mueca—, ya que no cambia nuestro deber de solucionar el problema, pero... demasiado lejos.
—Vaya...
Me senté y me recosté, cubriéndome la cara con las manos.
—No sé cómo algo así ha pasado desapercibido durante tanto tiempo —suspiré—. Piensa en todos los problemas que debe haber causado a lo largo de los años, solo porque nadie se dio cuenta.
Pensándolo bien, en ese sentido era muy parecido a los seísmos de fallos. Todavía no estaba muy segura de si había una conexión o no; lo único que sabía era que, por ahora, esto era más importante.
—Bueno... —ponderó—. Tal vez otros admins lo sepan. Tal vez simplemente no han podido solucionarlo.
—Eso sí que es alentador, Lance —respondí con ironía.
—¡Oye, no quise decir eso! ¡Si alguien puede solucionarlo, eres tú, Cadence!
Lo miré.
—Quiero decir... Meyer. Perdón. Usaste mi nombre, así que yo... eh... perdón.
En realidad, no era el uso de mi nombre de pila lo que más me molestaba. No lo había dicho explícitamente, pero ya había echado un vistazo al Bucle de De-Vez-En-Cuando con la esperanza de identificar los problemas... y simplemente aquello me parecía algo fuera de mi alcance. Así que, si se suponía que yo era una editora de código fuente tan increíble y no podía hacerlo, ¿quién si no iba a poder?
Tendría que ser yo... de alguna manera.
—Nunca pensé que los fallos podrían llegar tan lejos, ¿sabes? —comentó Cooper—. Un fallo en el proceso entero de inicialización... Simplemente parece absurdo.
—Puede ser absurdo —confirmé, cerrando los ojos—, pero yo siempre había tenido esa sospecha.
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Obviamente, esto no era una historia que pudiera contarle a Lina.
Pero lo intenté...
—Entonces, después de que usted y su compañero ayudaran a esa chica llamada Rena, eso le llevó a investigar... un fenómeno.
—Sí.
—Ese "fenómeno" le pareció realmente complicado, pese a ser... ¿o sigue siendo...? conocida como una de las mejores editoras de código fuente del mundo.
—Sí...
—Su asistente se quedó un poco en la sombra mientras pasaba largas noches a solas tratando de resolver el... fenómeno... —Lina soltó un suspiro—. ¿Era un rompecabezas de mil piezas?
—¡No es un acertijo! —me quejé, exasperada—. Solo intento darle una idea de... ya sabe.
—Me temo que no lo sé —murmuró con preocupación—. La asignatura SRC 102 va a ser difícil, ¿verdad...?
—Solo quiero que entienda —dije con firmeza— por qué terminé renunciando como admin. Hasta cierto punto...
—¿Es eso a lo que lleva esta historia? —Lina me miró con escepticismo—. ¿Me está contando esta historia como una advertencia, por si algún día me convierto en administrador?
—Tal vez sea una advertencia... sí.
—Bueno, no se preocupe. Sé que me llevaría una eternidad resolver un rompecabezas de mil piezas, así que probablemente ni lo intentaría.
Por más que quisiera reírme de ella, en realidad, estaba más en lo cierto de lo que pensaba.
Porque mi error, en última instancia, fue que uní demasiadas piezas.
₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁
Había pasado muchas noches en vela analizando el funcionamiento del Bucle de De-Vez-En-Cuando. Y descubrí que era, a la vez, una cuestión simple y complicada.
Para ser la columna vertebral de la existencia de la vida, el Bucle era muy rudimentario. No hacía mucho más que crear una estructura familiar y luego llamar una función "newProc()" para cada miembro de la familia, pasando solo parámetros relevantes para la familia. Hasta aquí, todo parecía estar en orden.
Entonces, el "newProc()" era donde debían haberse originado los problemas. Sin embargo, esta función estaba fuertemente cifrada, y nada de lo que intenté la hacía legible. Apenas se parecía a nada que hubiera visto antes.
Finalmente, pensé en una manera diferente de abordar el problema. Podía rastrear el "newProc()" para ver a qué accedía; esencialmente, podría ver de dónde podría estar obteniendo las características para las personas que estaba creando.
Trabajar en el código fuente, especialmente a nivel de admin, te muestra cosas extrañas sobre el mundo. Te muestra cómo todo es maleable. Cómo todo tiene valores exactos. Cómo todo sigue un conjunto de reglas.
Pero la idea de adentrarse en uno de los mayores misterios de la vida (cómo nos inicializamos tal y como somos) me hacía temblar. Cuando el "newProc()" consultaba al "Destino," ¿de dónde estaba sacando la información exactamente?
No estaba segura de si lo que encontré era una respuesta. Simplemente parecían... datos basura.
Esto planteaba demasiadas preguntas. ¿Estaba tomando esos datos como fuente? ¿O tal vez, aunque no veía cómo era posible, era otra función que ni siquiera podía reconocer?
Revisé ese área de memoria, con la esperanza de encontrar una explicación. Finalmente, encontré...
... bueno, supongo que di con el destino.
N̵̰̞̟̞̱͎̜̻͎̰͋̇̕ŏ̷̖̣̱͈̞͋̔͝ ̸̡̛͎̰̪̣͉͈̙̄̀̐̋́͆͘l̷̡̻̪͇͋ǫ̴̡̡̦͉̪̝͑͂̌̋̀́̕ͅͅ ̵̭͍͔͎̍̒͠s̸͈͑̾̿͌̾͒̎͝͝é̷̝͇̹͕̬̞͙̞̘̔̀̂̅̀͠.̴̜̖̘͛̃͛̽̌̊͘.̴̡͚̮͉͕̃̐̎͘.̸̰͕͐͌͆̉̈̋̍͐̌͠ ̸̨͇̘͕̝̺͉͂͆̽̒̈̇͛̀͝ͅS̶̩̭͕̓̀̀͐͒͋͛̈́̎͝o̶̹̥̘̮̲̓͗̊̎̅̒͗͘͜͠͠ͅḻ̷̢̧̛͇̟̺̭͈̪̒̈͐͗͋̕͠o̴̹̪̟̘͇͊̂̄̓͒́͒̾͜ ̷̢̚s̸͈͖̘͍͕̫̬̑̔̉͋̍ͅǫ̷̨̟̤̲͍͔͕͛̽̌̈̒̃̇͆̕͝ṃ̵̂͑̎̋͆͝ǫ̸͇̥̱̪̪͚̳̤̆̑͐̒͌̀̓̒ͅs̴̫̃̇̆̋̌̚̕ ̵̛̖̯̯̰̆̽̉̀̈́̈́̎̔͝p̷͓͇͈̝̱̪̞̬̠̐̾̌͑̑͛͋̋r̴̢̛̛̳̩̼̀̂̈́̐͘͝͝ơ̴̜̲͋̈́̈̒c̶̞̙͕̳̻̟̘̍̏̔̂̋̾̏͝͝ę̴̙͓̄̋͂͂̑̀̆s̵͚͙̞̐̄̕͝o̸̰̺̱͕͍͖̊̉͋ͅş̸̛͇̙̤̊̀̈.̸̺̮͔̩̦́̓͛͘
Procesos... procesos. La palabra daba vueltas en mi cabeza.
¿Y si "newProc()" era... nuevo proceso? Esta era la función que nos estaba creando. A cada uno de nosotros.
¿Pero por qué no simplemente... "new()"?
Desestimé ese pensamiento y me hice otra pregunta más pertinente: ¿qué estaba leyendo realmente? Parecía parte de un registro de conversaciones, pero casi todo, salvo ese fragmento, había sido sobrescrito por todo tipo de datos basura.
Una cosa estaba clara: se suponía que no debía estar viendo eso. Y debería haberme detenido ahí.
Pero... estaba desesperada. No tenía ni idea de cómo operaba "newProc()" incluso después de mi enfoque alternativo. "Solo somos procesos" era mi única pista, aunque no estaba segura de lo que significaba o de si tenía relevancia para el problema en cuestión.
Tal vez si hago una búsqueda de "procesos" —pensé—, tendré suerte... Puede que encuentre una función importante.
Pero no diría que tuve suerte precisamente.
"͓̝͔c͚͓̘e̡̫̘r̙͖l̦͎͎o̪͍͇ e͕͉͖n̢̡ u̠̻͙n̝̪͍ b͕̙͔u̢̪͜c̝͖͜l͇̟͎e̺͇͔ p̝͔͜a̞̼̼r͕̺̺e͔͔c͓͙̞e͎͚̦ l̡̘̟o͚͖ m̟̙̼á̙͙̘s͕̪ c̞̻̺e͇̻͓r̡͎͜c͚͍͔a̦̟͕ q̺̞̫u͓͎̫e͔͉ p̢͍̞o̟̼͜d̼͚͎e̞͇̝m̘̪͍o͉̼͚s̫͍̻ l͙̠͚l̡̟͜e͍̦̟g̼̫̝a̢͔̻r̫̝͚ d͍̼e͍͓̦ c̫͇͓ó͖͕͕m̡͍̝o̻̟͙ e̞͓̟r̡̫a͚̟̝n͍̠ l͙͎̪a͕̦͇s͓̺̙ c̺̘͕o͙̞͕s͚̼a͖̼͍s͔̝̟ a͔͎n̙͎̝t̢̻̻e̫̠͓s̘̟̠.͍͔̟"͕̫̦
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Ya había pasado la noche trabajando en el problema, pero ahora realmente no podía dormir. Tenía demasiado en qué pensar.
El Bucle de De-Vez-En-Cuando... pensaba que era "natural". Que había sido una parte de nuestro mundo desde el principio. Todos lo pensaban así.
Pero esto me decía lo contrario. Fue picado por, hasta donde podía decir, personas ordinarias; era defectuoso y apresurado. Tenía buenas razones para creer que los "fallos" en él no habían aparecido recientemente, sino que eran defectos en el diseño original.
Es más, hablaban de "cómo eran las cosas antes". ¿Qué era eso? ¿Qué habría salido tan horriblemente mal como para requerir la creación del Bucle? ¿Por qué sus creadores trabajaban a contrarreloj?
No había mucho más de lo que pudiera estar absolutamente segura... pero tenía presentimientos inquietantes sobre lo que se escondía en los fragmentos faltantes de la conversación.
Y un pensamiento me destruyó. Según donde llegaban los registros del Bucle, había sido creado hacía muchísimo tiempo, y ahora sabía que solo había sido configurado por vete a saber quién.
Entonces, ¿por qué no podíamos, con todo nuestro conocimiento en código fuente, hacerlo mejor? ¿Por qué no podía yo hacer un cambio en él?
Quizás habíamos estado condenados desde el principio. Porque, incluso yo, la prodigiosa editora de código fuente, siendo inicializada a una edad tan madura, había tenido décadas de mi vida simplemente... rellenadas. "Mal" rellenadas.
Y eso significaba que nada de ello era "real". Apenas había tenido alguna experiencia real en código fuente, nunca merecí ser admin; así es como me había configurado. Por eso...
Empecé a encontrarme mal.
Por eso... ¿cómo podía siquiera llamar a ese hombre mi "esposo"?
No era un pensamiento nuevo, pero ahora parecía lo suficientemente validado como para no descartarlo sin más. Muchas personas informan que sus recuerdos más tempranos les parecen "raros". Las últimas investigaciones tienden a revelar que su edad de inicialización es la línea divisoria donde los recuerdos se vuelven más normales.
¿Y si esos recuerdos anteriores son nuestra única base para confiar en que esas son las personas de las que nos enamoramos y con las que nos casamos, o que esos son nuestros hijos...?
No podía seguir creyéndomelos.
Antes de darme cuenta, había amanecido. La centralita no abriría hasta dentro de unas horas más, pero sabía que alguien probablemente ya estaría allí.
—Centralita de Veta Norte. ¿En qué puedo ayudar?
—No se trata de ayudarme.
—¿Meyer...?
₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁
—¿Que qué?
—Lo dejo.
Cooper me miró incrédulo y luego intentó hablar sobre el asunto.
—M-Mira, Meyer, eh... Sé que este problema ha sido un gran reto para ti y te has esforzado mucho en él. Pero tienes que saber cuándo rendirte y cuándo seguir adelante. ¡Hay muchas otras cosas que puedes manejar! No hay razón para... dejarlo.
—No es solo eso —suspiré, sacudiendo la cabeza—. Lo que quiero dejar es el Bucle... Es solo que, pasa que también voy a dejar el resto del trabajo.
—¿Por qué? —Cooper aún no podía comprenderlo—. Eres una de las mejores admins que hay...
—Porque es una batalla perdida.
Con eso, pareció darse cuenta de que algo había pasado, porque la Meyer que él conocía no habría dicho eso. Y quería que supiera por qué había llegado a pensar así, pero...
Pero no quería que lo supiera todo. Porque no quería que él siguiera el mismo camino que yo.
—¿Alguna vez te has preguntado... —empecé—, si hay algo superior a nosotros...? ¿Como unos "admins" más poderosos incluso que los editores de código más competentes que conocemos?
—Probablemente —asintió Cooper, esperando que esto llevara a una dirección positiva—. A menos que nuestro mundo haya surgido de la nada, probablemente hubo al menos alguien que lo comenzó.
—Me pregunto dónde están ahora... —murmuré distraída.
"en su ausencia..."
—B-Bueno, estoy seguro de que todavía lo están supervisando, ¿no? —teorizó—. Podrían estar arreglando cosas sin que ni siquiera nos demos cuenta. Oye, ¡tal vez arreglen el Bucle de De-Vez-En-Cuando antes que nosotros!
—No lo creo —le respondí de manera tajante.
—¿Qué parte no crees...? Mira, de todos modos, tenemos un trabajo que hacer como admins —suplicó Cooper—. ¡Solo tenemos que hacerlo lo mejor que podamos!
—Sea lo que sea que signifique eso...
"solo somos procesos"
—Meyer... Me estás preocupando mucho —dijo, mirándome con tristeza—. Deberías... tomarte un tiempo para reflexionar. No quiero que lo dejes para siempre. Estoy seguro de que nadie quiere.
—Bueno —suspiré—, haré eso y veremos qué pasa. Tuve que concederle que tal vez podría superar esto con el tiempo. Pero aún había algunas verdades inevitables con las que lidiar.
—Me alegra oír eso —sonrió Cooper, aliviado.
—Pero no van a ser unas vacaciones muy relajantes —advertí—. Tengo que arreglar las cosas con mi... esposo.
—¿Arreglar... las cosas? —Cooper se mostró confundido de nuevo.
—No puedo seguir con él más tiempo —expliqué—. Voy a separarme.
Cooper simplemente me miró con sorpresa. Pensó un momento, luego me miró de nuevo, y siguió repitiendo esta secuencia.
—Dime qué ha ocurrido —finalmente preguntó, muy serio.
—Nada.
—Algo pasó. Lo sé.
—Pero no quiero que te pase a ti.
—Entonces, ¿por qué no me lo dices...? —murmuró, un poco molesto.
Ya le había dicho todo lo que quería decirle, así que me mantuve en silencio.
—Está bien, Meyer... Es tu vida, y supongo que no es asunto mío —concedió—. Personalmente, espero que vuelvas en una semana o dos. Pero por si acaso no regresas... te diré una cosa. Vivimos en un buen mundo. Un mundo realmente bueno... Una verdadera utopía. Eso es lo que creo —miró hacia abajo—. Como admins, vemos muchos más problemas en él que otros y tenemos que currárnoslo para solucionarlos... Pero eso no me desanima. Porque sé que estamos haciendo felices a las personas. Y eso es lo que hace que el trabajo valga la pena. Estamos haciendo un mundo mejor, un poquito cada vez. Y cuando llego a casa... —parecía visualizar la escena—, veo a mis hijos y sé que tengo el mismo deber que en el trabajo. Soy el único que puede cuidarlos. Y vale la pena.
Ahora había escuchado todo lo que quería oír también.
—Por desgracia, no puedo ver las cosas de esa manera —le dije a Cooper, levantándome—. Por eso... este trabajo está hecho para ti, pero para mí no.
—¡Cadence, espera...!
Miré hacia atrás desde la puerta y, como de costumbre, se echó atrás al darse cuenta de que había cometido un error. Pero no estaba enfadada con él, para nada.
—Por favor, sigue esforzándote para que todo salga bien, por mí.
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—¿Por qué quiso dejar el trabajo...?
Lina había permanecido en silencio pensativa mientras terminaba mi historia. Honestamente, ni siquiera yo esperaba dar tantos detalles en la versión que le estaba contando. Pero, por alguna razón, no me pareció inusual abrirme a ella.
—Empezó a parecerme fútil —suspiré—. Se podría decir que ya no tenía la mentalidad adecuada para ello. Cooper sí la tenía, y dejé las cosas en sus hábiles manos.
—No sé si él parecía tan capaz —comentó Lina.
—Podría contarle más historias sobre él, pero serían bastante aburridas en comparación —dije, mirando la hora—. Además... se está haciendo bastante tarde, ¿no?
—Es difícil imaginarla sintiéndose como si no fuera lo suficientemente buena —dijo Lina con un toque de tristeza—. Quiero decir, yo me siento así muchas veces, muchas, pero...
—Bueno, se vuelve peor cuando todos te alaban mientras tú te sientes inútil.
—Sí, tiene razón... Sí, supongo que le puede pasar a cualquiera —concluyó.
Luego cayó en silencio, tratando de encontrar algo que decir.
—¡Pero está bien sentirse así, Sra. Meyer! —exclamó Lina—. Porque... ¡es como el arte! Si sigue trabajando en una pieza, esta mejora cada vez más, pero también mejora usted viendo sus errores. ¡Solo tiene que recordar que lo hace para mejorar!
Me tomé un momento para imaginar cómo podía relacionar esto con el problema en cuestión.
—Lo siento, señorita Brackett, pero no lo veo del mismo modo.
—B-Bueno, eh... —tiró nerviosamente de su oreja—. Pensé que tenía sentido para haberlo inventado sobre la marcha y que tenía relevancia personal para mí.
—Supongo que eso se lo puedo conceder —me encogí de hombros.
Lina volvió a quedarse en silencio.
—Pero... en realidad, algo debió pasar para cambiar su perspectiva de forma tan drástica, ¿verdad?
—Sí, pero no te diré el qué —gruñí.
—Es verdad, es verdad. Está bien. No quiero que se obligue a recuperar malos recuerdos. Me alegra tener, como, diez piezas de su rompecabezas de mil piezas —sonrió.
—Puedes quedarte con ellas —le dije, devolviéndole la sonrisa—. El rompecabezas de mil piezas no es solo mío.
Ella me miró, completamente en blanco.
—¿Qué?
—Creo que esta metáfora se nos ha escapado a ambas... —tosí—. Pero, gracias, Lina. Me alegra que hayamos podido hablar hoy.
Asintió, sin duda sorprendida de que la llamara "Lina". Luego se levantó.
—Bueno, eh... Me alegra haberla conocido un poco mejor, profesora Meyer. Puedo ver que pasó por circunstancias muy duras, así que... puede hablarme cuando quiera, ¿vale?
Asentí en señal de acuerdo.
—Lo haré.
Y así, se fue... cojeando de una pierna, ya que al parecer en la otra se le había manifestado un fallo mientras hablábamos.
Querer resolver los problemas de los demás cuando quien más problemas tiene es ella... Quizás está más preparada para ser una admin de lo que pensaba —reflexioné.
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Estaba a punto de irme también, pero entonces entró otra visita familiar.
—Profesora Meyer —dijo Lily con tono severo—. He venido por la nota de Lina Brackett.
—Ah, Lily —asentí, volviendo a sentarme—. De hecho, la señorita Brackett estuvo aquí hace un rato, y tuvimos una larga charla. Creo que todo está solucionado ahora.
De repente, su expresión severa se desvaneció, revelando a la Lily que conocía.
—Oh, qué alivio. Por cómo hablaba el otro día, estaba preocupada de que ni siquiera quisiera volver aquí —comentó, mirando alrededor del despacho.
—Bueno, ha hecho de este lugar su hogar durante el último trimestre. No se asustaría tan fácilmente —me reí—. Usted, por otro lado, no la he visto por aquí desde hace mucho tiempo... La veo estupendamente.
—Oh, eh... gracias —respondió, sonrojándose.
—Sería agradable recordar viejos tiempos... —noté su reacción—. Pero no quiero retenerla... ¿Era la nota de Lina lo único de lo que quería preguntar?
—Sí, más o menos —se encogió de hombros—. ¿Pero de qué hablaron usted y Lina?
—Quería saber cómo había sido mi trabajo como admin, así que se lo conté. Eso es todo.
—¿En serio? Nunca me contó nada de eso...
—Bueno, usted dijo que no estaba interesada en convertirse en admin, así que no quería aburrirla con eso —expliqué—. Además, le conté la otra mitad de la historia: cómo terminé aquí, enseñando en Chexum.
—¿Eso es la "mitad" de la historia? —preguntó, dudosa—. A menos que haya olvidado partes importantes, me parece más como si fuera una cuarta parte. No, una octava. O una dieciseisava...
—¿Está muy interesada en saber el resto, señorita Bryce? Bien —sonreí—, en ese caso, les he dado a usted y a Lina algo de qué hablar, ¿no?
—Oooooh... Sabe —dijo alegremente, señalándome—, por eso me gusta, Meyer. Siempre sabe lo que está pasando.
—Eso me han dicho.
Con eso, Lily también se fue, y no hubo más visitas durante el resto del día. Mientras recogía mis cosas para irme, no pude evitar reflexionar.
Lo que me llevó a retirarme de ser admin fueron... "circunstancias muy duras", ciertamente. Cuando hice mis descubrimientos accidentales, sentí que era el fin del mundo, y lo único que podía esperar en ese momento era que fuera solo eso para mí.
Con el tiempo, comencé a ver dónde me había equivocado. Me había emperrado tanto en ser admin que había llegado a ver el mundo como nada más que un montón de código desordenado. Técnicamente hablando... podría tener razón.
Pero alejarme del trabajo me dio perspectiva. Nuestro mundo estaba... bueno, aún lo está; necesita arreglos. Pero no estaba tan profundamente "roto" como pensaba. Porque, a pesar de todo, la gente seguía viviendo en él.
Lily y yo realmente nos ayudamos mutuamente. Mientras yo le mostraba cómo usar el código fuente para sentirse cómoda consigo misma, ella me mostró que la inicialización no era el principio y el fin. Lo que en un momento habría llamado un error horrible era, de hecho, real y hermoso de una manera que no podría haber imaginado antes.
Y Lina vino a recordarme esas mismas cosas justo cuando las estaba olvidando. Era la prueba viviente del estado deficiente de nuestro mundo y, sin embargo, vivía de una manera única. Es cierto que su generación de fallos innata me desquitó y me desahogué con ella, de la misma manera en que los fallos del mundo me desquitaron en su día; aun así, ella perseveró y todavía fue capaz de mostrar preocupación por mí.
Y ahora me siento cómoda. Aún puedo ayudar a la gente a mi manera como profesora (la manera en la que más encajo).
Es cierto que fui inicializada para ser admin, esposa y madre de nadie. Y más o menos he fallado en las tres.
Pero ahora sé que las cosas no se reducen a eso.
(NT: Es posible que la frase final haga referencia al título del capítulo, "Down to code", que también puede traducirse como "Todo se reduce al código".)
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