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viernes, 16 de febrero de 2024

Re:Monster - 559 (parte II), 560 (parte I)




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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune)

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 559
(parte II)


Después de haber hecho los preparativos necesarios, avanzamos nuevamente por las Montañas Rojas del Eclipse. De repente, un monstruo apareció frente a nosotros. Parecía un tigre grande. En su gran cabeza, unos ojos penetrantes y colmillos afilados. Su cuerpo era musculoso, con las extremidades fuertes. La cola, larga y gruesa, se balanceaba de lado a lado. Lo único que lo diferenciaba de un tigre es que todo su cuerpo estaba cubierto con una armadura de color rojo óxido, como si estuviera erosionada por la maldición de las Montañas Rojas del Eclipse. Llamémoslo tigre rojo óxido por ahora.

Si bien un cuchillo erosionado por el óxido se volvía quebradizo, el tigre rojo óxido no lo era en absoluto. Su armadura era muy resistente, tanto que un ataque apenas la rayaba. Además, cada golpe del tigre era extrañamente pesado. Rompía las rocas de un zarpazo y el suelo se hundía mientras saltaba.

La alta capacidad de evasión del lobo gris plateado evitó que sufriera heridas mortales, pero ahora que el golem silla de montar era menos estable, podía sufrir daños inesperados. Para no correr riesgos innecesarios, ensarté su cabeza con la lanza carmesí. El cadáver del tigre colapsó y se convirtió en un montón de óxido rojo.

Lo recogí y traté de comérmelo, pero sabía a cuchillo oxidado. No pude aprender ninguna habilidad, así que fue en vano. Recuperé la compostura y seguimos adelante.

Uno tras otro, nos fueron atacando monstruos cubiertos de óxido rojo. Tenían diferentes formas y no parecían actuar en grupo. Uno parecía humano y medía menos de dos metros de altura, otro era un gigante de cinco metros, otros de tipo bestia pequeños y grandes, de tipo pájaro que no podían volar porque eran demasiado pesados, etc. Todos estaban cubiertos de óxido rojo y, después de matarlos, perdían su forma y se convertían en polvo.

Supuse que no habría ningún tipo de comida en las Montañas Rojas del Eclipse. Todavía tenía suficiente, pero es una lástima que no haya ingredientes exclusivos de esta zona. No tenía más remedio que intentar comerme la mayor cantidad de óxido rojo posible, pero ni estaba bueno ni me dio ninguna habilidad.

Como material, era muy frágil, excepto cuando cubría un monstruo, y no se me ocurría ninguna manera particular de usarlo. Lo recogí, pero no quería que siguiera erosionando mis cosas, así que lo puse en una botella especial, la sellé y la guardé en mi inventario.

A pesar de todo esto, avanzamos por las Montañas Rojas del Eclipse sin problemas. Después de escalar una de ellas, usamos las alas del lobo gris plateado para planear. De esta manera pudimos ganar distancia de forma segura y ahorrar mucho tiempo. Cruzamos el río, manchado de óxido rojo, que fluía entre las montañas y subimos a la siguiente. Derrotamos a todos los monstruos que se interpusieron en nuestro camino y los convertimos en óxido.

Por la tarde, encontramos una parte de la montaña que no era roja, sino negra. No había sido erosionada por el rojo circundante. Atraídos por esa extraña zona, nos acercamos y encontramos una construcción artificial en el centro.

Era un pequeño edificio de color negro. Parecía un albergue de montaña, pero tenía ventanas por las que se podía ver que dentro había luz. Brillaban mucho en la oscuridad del atardecer. Después de haber visto rocas rojizas y monstruos todo el día, la cabaña que parecía mezclarse con la noche tenía cierto encanto.

Tenía curiosidad, así que decidí entrar. Fui recibido por una voz, que me dijo: "¿Qué te trae por aquí?" Era la voz de un hombre bastante mayor y sonaba extraña, como si viniera de todos lados. Busqué al dueño de la voz, pero no pude verlo. Tenía miedo de que pudiera ser algún tipo de alucinación auditiva, pero mientras seguía el flujo de magia, sentí algo extraño en las sombras. Forzando la vista y agudizando los sentidos, pude percibir a un anciano con un sombrero triangular negro en lo que parecía ser un espacio vacío.

El hecho de que fuera capaz de ocultar su presencia hasta tal punto dejaba claro que era hábil, pero en su mano había un arco y una flecha negros muy desgastados. El poder mágico del anciano se condensó en la punta de la flecha, apuntada a mi corazón. Estaba comprimido al extremo y era único, con solo apuntarlo hacia mí, pude sentir el hormigueo y la intensa presión. Además, los ojos dorados del hombre me miraban fijamente. Seguramente me darían un golpe tremendo si intentaba hacer algo.

En la zona peligrosa llamada Montañas Rojas del Eclipse era casi de noche. Ese extraño probablemente era un enemigo. En cierto modo, era natural que el viejo cazador desconfiara de nosotros. No serviría de nada mentirle. Pero entonces bajó la guardia, apartó el arco y la flecha, y accedió a dejarnos quedarnos con él esa noche.

Al principio pensé que su cautela era normal, pero luego fue inesperadamente acogedor. Me pregunto si era un recluso o simplemente extrañaba la compañía de otras personas, ya que vivía solo en un lugar así. De todos modos, le proporcioné todos los ingredientes para la cena y el viejo cazador nos la preparó.

Estaba acostumbrado a vivir solo y terminó de cocinar en poco tiempo. Todo era inesperadamente delicioso. Era simple, pero tenía un sabor nostálgico. Como agradecimiento por la pernoctación, le ofrecí más comida y conversamos con una copa de licor de mazmorra.

El hombre era cazador e investigador. Había estado deambulando durante muchos años, y ahora estaba centrado en resolver el misterio de las Montañas Rojas del Eclipse.

Al principio, construyó una base al pie de la montaña, pero desarrolló un óxido negro especial que suprime la erosión del óxido rojo, y construyó su cabaña actual, en el que ha estado viviendo durante años. La casa y el terreno de su alrededor, cubiertos de óxido negro, tienen el efecto de mantener alejados a los monstruos de óxido rojo, a los que ha bautizado como cliffrusties o Oxidados Rojos del Eclipse, por lo que es una zona segura.

Cuando le dije que iba a Historinor, la Ciudad del Tiempo y la Historia, se rió y dijo que estaba loco por pasar hasta aquí. Él lo había intentado cuando era joven y se había lastimado, pero su experiencia fue muy útil. Siempre es bueno contar con la sabiduría de alguien más experimentado. Como estaba de buen humor y bebimos mucho licor, esa noche hablamos por los codos. Según él:
  • Los cliffrusties son el resultado de otras criaturas degeneradas por el óxido rojo.
  • Podría haber fragmentos de un [Dios Caído] enterrados debajo de las Montañas Rojas del Eclipse.
  • En una de las montañas de la cordillera, hay una cueva que conduce al subsuelo.
  • A veces puede encontrarse un [Héroe] del pasado en Historinor, la Ciudad del Tiempo y la Historia.
Honestamente, me pregunté si estaba bien que me contara tanto, pero dijo que le daba igual que su propia investigación fuera difundida.

Solo investigaba porque quería y no le importaba ni que alguien más lo usara en su beneficio propio, ni que todo cayese en el olvido. Su forma de vida era libre, y afortunadamente me contó todo lo que sabía. Después de una charla bastante larga, me dormí con el lobo gris plateado como almohada.


Día 560
(parte I)


A primera hora de la mañana, el viejo cazador me preparó una taza de té de óxido negro. Según él, mis medidas contra el óxido rojo no eran una solución perfecta. El lobo gris plateado y yo podíamos caer perfectamente ante los cliffrusties.

El té que me dio, de un color negro oscuro y olor a hierro oxidado, prevendría y trataría los residuos de mi cuerpo. Tenía un aspecto flemático, pero tomé un trago. Era bastante amargo al principio, pero fue más suave de lo que esperaba y con un regusto refrescante. Me hizo sentir más ligero. ¿Era un efecto especial? Me gustó tanto que le pedí una segunda ronda.

Habilidad [Revestimiento de Óxido Negro] aprendida

Aprendí la habilidad después de cinco tazas. Ese mero hecho indicaba que el óxido negro era algo muy especial.

Cuando lo probé con mi nuevo cuchillo, se puso todo negro. Era óxido negro. Liso como el cristal, con pocas protuberancias y un brillo único. La erosión se completó en unos 10 segundos.

Para probarlo, corté un trozo de carne que tenía en reserva, así como una piedra del tamaño de mi cabeza, lo golpeé contra mi brazo metálico y contra otra arma común. El cuchillo negro óxido era más fuerte y afilado de lo normal. Además, el poder mágico fluía a través de él perfectamente, formando una fina hoja. No era un artículo mágico, pero se acercaba bastante a ello. Su rendimiento había mejorado en gran medida.

El arco y la flecha del viejo eran similares. Los miré, colgados en la pared, pero eran ligeramente diferentes. Supongo que el viejo llevaba tiempo mejorándolos, debía de haberlos perfeccionado de varias maneras. Le hice algunas preguntas, pero no me contó mucho. Hoy parecía un poco más hermético.

En cualquier caso, me despedí de él después de desayunar. Dijo que aún le quedaba un tiempo aquí, pero tal vez se fuera a otro lugar más adelante. Le dije: "Si nos volvemos a encontrar, tomemos una copa otra vez". Le di una botella de licor de mazmorra como pago por su hospitalidad y la información, y el lobo gris plateado y yo continuamos nuestro camino. El viaje transcurrió mejor que nunca.


Continuará.



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