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viernes, 8 de abril de 2022

Re:Monster - 463, 464




Creo que hacía bastante que una batalla no duraba más de un capítulo. ¡Ahí va!


-Xeniaxen



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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune) 

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 463


Fue fácil dar con el paradero del dragonoide maldito Gablerose.

Parece que desde que escapó hace varias décadas, no se ha movido de la gruta de los dragones bombarderos, el hogar de un monstruo de mazmorra de tipo gusano llamado Ashgrave Wardler. Esta es la información que todo el mundo tenía si preguntabas en el bar. Sin embargo, nadie hablaba de ello a menos que se lo pidieras.

La gente todavía habla de Gabriorose, el [Valiente]. No como alguien aterrador o resentido, sino como un [Héroe] retirado que protegía a su pueblo de los forajidos pero fue maldecido.

La razón por la que no hablan mal de él es porque no ha hecho daño a nadie, quitando el inquietante incidente en el que se volvió loco y se comió a su esposa. Lo último que se sabe de él es que fue a matar dragones bombarderos y se quedó en su cueva. La gente suele acercarse por el dinero de su recompensa, pero al parecer siempre acaban huyendo. Gablerose no les ataca. ¿O tal vez es que temen la [Maldición] de Fauniligan y ni siquiera llegan a acercarse?

No sé, pero la cabeza de Gablerose es actualmente por la que ofrecen una mayor recompensa. Tal vez el [Rey Dragón Terrestre] no quiere que su yerno siga en ese estado patético, o tal vez quiera vengar a su amada hija. Sea como sea, si lo capturamos ya podremos bajar a la profundidad cuatro.

Así, me acerqué a la gruta con Minokichi. Quería ir yo solo, pero Minokichi me leyó las intenciones y me lo encontré en el camino. Dijo que quería recordar viejos tiempos luchando los dos juntos.

Asue se quedó con Kanami y Pelirroja extrayendo gemas y minerales raros de las minas. Sorprendentemente, no fue Asue quien tuvo la idea, sino las otras. Querían un regalo de cumpleaños para sus hijos. Herrera trataría los minerales y lo mantendrían en secreto para los niños. Es cierto que sus cumpleaños se acercan. Yo también tendré que preparar algo. ¿Qué podría hacer? Me gustaría que fuese memorable.

Pensando en esto, avanzamos por una gruta enorme donde Minokichi casi tocaba el techo. Las paredes eran redondas, seguramente las habrían tallado los dragones bombarderos arrastrándose por dentro de la montaña, y había pocas superficies irregulares, por lo que era fácil caminar. La cueva tenía innumerables ramas, como un hormiguero, y por las raspaduras en las paredes podíamos adivinar si eran nuevas o no.

Nos atacaron varios dragones bombarderos. Cuando topaban contra Minokichi, él los partía en dos fácilmente con su hacha. La explosión que se producía al matarlos apenas nos hacía cosquillas. Mientras, yo fui recolectando los materiales que encontraba por la gruta. Incluso me comí algún pedazo de caparazón.

Entonces llegamos a una parte más ancha de la gruta. Sin embargo, no parecía haber nadie. Creo que nos hemos desviado. Espero dar con Gablerose mañana.


Día 464


Llegamos a una sala llena de monstruos en la gruta de los dragones bombarderos. Un enorme espacio subterráneo semiesférico donde no paraban de llegar enemigos. Pero, por fin, vimos a Gablerose.

Estaba sentado sobre una montaña de cadáveres de dragones bombarderos. Había perdido todo lo que le quedaba de humanidad.

Su apariencia era la de un dragón de lava de unos 80 metros de largo. Su piel parecía lava solidificada, de color negro y con grietas incandescentes. Constituían un patrón complejo, probablemente debido a la [Maldición]. Pero era algo distinto a lo que me habían descrito. ¿Habría mutado, volviéndose única en él con el paso del tiempo?

La parte más llamativa de su cuerpo eran los brazos, que estaban inusualmente hinchados. Normalmente, las patas delanteras de un dragón son cortas. Al tener el cuerpo tan largo como una serpiente, en muchos casos, en vez de tener cuatro extremidades, carecen las patas delanteras. Sin embargo, las de Gablerose eran grandes y musculosas. Probablemente sea una característica de su procedencia humana. Viendo todos los cadáveres que había en la sala, no me extrañó que fuese increíblemente feroz.

Estando ahí de pie frente a él, ¿habría notado nuestra presencia?

Aparentemente tranquilo, se dio la vuelta. Se sostuvo sobre sus enormes brazos y se preparó para la batalla, emitiendo un calor abrasador por todo su cuerpo. Los dragones de lava son un tipo de dragón terrestre, pero al mismo tiempo tienen la habilidad de los dragones de fuego. En concreto, Gablerose tenía la [Bendición del Dios de la Lava]. Hizo arder la sala en un abrir y cerrar de ojos.

Los cadáveres y los restos de dragones bombarderos quedaron hechos cenizas. Un olor a acre empezó a perforar nuestras fosas nasales y el humo nos nubló la vista. Aquello se transformó en un infierno de fuego. Ya no sabíamos si ese poder era cosa de la [Maldición] o de lo que quedaba del [Héroe].

Sin más dilación, la bestia espetó “Juarrrrrrrrrrrrrrrrrrr”, dando comienzo a la batalla.

El humo y las llamas hacían que hubiese mala visibilidad. Además, no podíamos utilizar nuestro sentido del olfato debido al horroroso hedor. Y solo por respirar ese aire, los pulmones nos quemaban. Cualquier otra persona sin nuestra fuerte vitalidad y resistencia al calor ni siquiera seguiría en pie llegados a ese punto.

Bajo tales circunstancias, recibimos una serie de puñetazos del dragón. Su tremenda velocidad hacía desaparecer temporalmente el humo y las llamas. El tipo era duro y enorme. Más o menos del tamaño de Minokichi. Un golpe directo inevitablemente nos causaría un gran daño, pero Minokichi lo paró. Lo detuvo no solo por su fuerza, sino también por la habilidad que había adquirido de nuestros entrenamientos. En ese momento, se produjo un tremendo rugido de destellos y ondas de choque. La tormenta de destrucción del puñetazo inundó el área circundante, rompiendo el suelo y haciendo que las paredes de piedra comenzaran a desmoronarse.

Observando la escena, me di cuenta del secreto de la potencia de Gablerose. Su mitad inferior se estiraba y se contraía como un resorte, lo que le permitía mover todo el cuerpo rápidamente y realizar aquella serie de golpes. Entonces, si lo inmobilizaba de cintura para abajo le haría perder velocidad. Acto seguido, me puse detrás de Minokichi, justo en el punto ciego del dragón, y arremetí contra él con mi lanza carmesí. No sabía dónde tenía la parte superior aquel cuerpo de 80 metros, pero supuse que algo haría dándole ahí.

Sabía que su piel de lava sería resistente, pero confiaba en que mi lanza carmesí lo fuera más. El área alrededor de la perforación explotó como un volcán en erupción, expulsando fuego y piedras volcánicas hacia mí como metralla. Gracias a [Absorción de Calor] las llamas no me hacen daño, pero las duras y enormes piedras me golpearon de lo lindo. Si me llegan a dar en la cabeza, me habría mareado fácilmente.

Me sorprendió. Pero eso me hizo comprender que era una armadura reactiva y se me ocurrió una buena forma de lidiar con ella. Podía congelarlo para que no explotase al golpearlo, por ejemplo.

Por el momento, me centré en otra estrategia: cortarle la cola. Parecía ser un apoyo importante para él, la clavaba en el suelo y le hacía de ancla. Sin esa base, su estabilidad empeoraría.

Mientras pensaba, me pregunté qué sabor tendría la carne de un dragón que llevaba años soportando una [Maldición]. ¿Sería como la carne curada? ¿Habría llegado ya a su mejor punto? Incluso antes de tenerla, ese hombre era un [Héroe], por lo que tenía que estar delicioso. No lo sabré hasta que me lo coma, pero estoy emocionado.

Ha llegado el momento de cazar al dragón maldito.



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