Estamos al día con la traducción inglesa. Estamos a la espera de que haya más capítulos traducidos para traducirlos nosotros.
-Xeniaxen
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
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Traducido por: Xeniaxen
97
Palacio de Volance, habitación privada del Rey. Acompañada por Krielov y Yuusuke, Violet presentó ante el Rey Esvobus el plan del capitán oscuro, dejando al monarca sin palabras.
—Padre, te ruego que confíes en Yuusuke y en mí.
—Hija mía, eso ya es demasiado...
Se refería, nada menos, a enviar a la Patrulla del Dios Oscuro como embajadora de buena voluntad a Gazetta, justo en ese momento.
Con los rumores sobre el posible vínculo entre el capitán de la patrulla y Gazetta, y una ciudad sumida en una atmósfera de tensión a causa de los daños provocados por las bestias mágicas y la consiguiente caída del comercio, la situación era especialmente delicada. Incluso entre la población comenzaba a notarse una sensación de estancamiento.
En ese contexto estalló el escándalo del intento de asesinato. Aunque aún no se había hecho público oficialmente, tampoco se había impuesto un estricto silencio, por lo que la información ya se estaba extendiendo entre el personal del palacio.
En un momento en que la inquietud se filtraba incluso entre los guardias, enviar a la Patrulla del Dios Oscuro a Gazetta parecía, cuanto menos, de lo más inoportuno.
—Yuusuke, ¿por qué quieres ir ahora a Gazetta?
Con cierta inquietud, el Rey Esvobus preguntó directamente al joven por el sentido real de su propuesta. Se preguntaba si acaso tenía la intención de exiliarse allí. Después de todo, el joven se había presentado en persona ante él, acompañado por Violet. Estaba claro que hablaban en serio.
—Una de las razones es... salvarme el culo.
Violet le dio un golpecito en la cabeza, y le susurró que al menos intentara adornar un poco más sus palabras. Pero él, que no tenía la menor noción de cómo hablar con decoro, replicó a modo de excusa que, siendo directo, al menos lograría parecer sincero.
—¡Venga ya! ¡Al menos dilo con palabras normales!
—Si me esfuerzo demasiado en cómo decirlo y luego se interpreta justo al revés, sería aún peor, ¿no?
—¡Os encontráis ante el Rey, por favor! —Krielov intervino para regañarlos.
Mientras, viendo la espontaneidad de su hija, el Rey Esvobus bajó las comisuras de los ojos con ternura.
Recobrando la compostura, Yuusuke prosiguió con la explicación de su propuesta de viajar a Gazetta:
—La otra razón, que probablemente sea la principal, es convencer a Shinja de que se una al proyecto de la Confederación de los Cinco Clanes.
—Hmm...
El Rey Esvobus entrecerró los ojos, observando fijamente al capitán de la Patrulla del Dios Oscuro. Muy levemente, el aire vibró junto a su oído. Una "voz", inaudible para los demás, le susurraba explicaciones: el contenido de la propuesta y que Yuusuke no mentía. La voz provenía, por supuesto, del autodenominado "habitante del bosque", que no se encontraba físicamente allí.
El rey Shinja de Gazetta había empezado a mostrar una actitud favorable hacia la idea de la Confederación de los Cinco Clanes, según revelaban las cartas secretas que intercambiaba periódicamente con la Reina Rishause.
Aunque el capitán oscuro no supiera de esa inclinación, si el mismísimo Dios Oscuro viajaba hasta allí para persuadirle y mostrar su apoyo a la propuesta... «Quizás el rey Shinja acabe por aceptar unirse a la Confederación... », reflexionó el Rey Esvobus.
Tercer día del mes de agua de Volnar...
—¡¿En qué demonios está pensando el Rey?!
—Jamás habríamos imaginado que tomaría una decisión así...
En una sala de los pisos superiores del palacio, tenía lugar una reunión improvisada de los miembros de la facción contraria al Dios Oscuro. El marqués Volard, visiblemente alterado, golpeó la mesa con fuerza, alzando la voz con una vehemencia poco habitual en él. Los demás presentes compartían expresiones de incredulidad, claramente desconcertados por lo ocurrido.
«La Patrulla del Dios Oscuro visitará Gazetta como embajadora de buena voluntad». La ciudad de Sanc Adiet no hablaba de otra cosa desde que, esa misma mañana, el anuncio fue hecho oficial por el palacio. Incluso entre los propios miembros del palacio, la mayoría había recibido la noticia como un jarro de agua fría, y hasta bien entrado el mediodía reinó la confusión, con informaciones contradictorias circulando por todas partes.
Decidido a actuar con la mayor rapidez posible antes de que el marqués Volard y los suyos se hicieran con la información, el Rey Esvobus envió ese mismo día una paloma mensajera a Blue Garden con la propuesta oficial de una visita diplomática a Gazetta.
Al día siguiente, una nueva paloma regresó con una carta de beneplácito enviada por Gazetta, lo que convirtió la visita de la Patrulla del Dios Oscuro en un hecho consumado en apenas un par de días.
Para Shinja, que llevaba tiempo esperando una oportunidad para solicitar la ayuda de Yuusuke en la resolución de la difícil situación por la que atravesaba Gazetta, aquella propuesta fue poco menos que un regalo caído del cielo.
En cuanto se confirmó la misión, Yuusuke y su Patrulla se apresuraron a hacer los preparativos. Partieron de Sanc Adiet antes del amanecer. En la puerta del palacio, tan solo tres personas acudieron a despedirlos: Violet, Krielov e Hivodir.
—¿Dicen que la Patrulla del Dios Oscuro partió antes de que se hiciera público?
—Si enviamos asesinos ahora, ya no llegarán a tiempo...
—Y, en cualquier caso, aunque enviásemos sicarios, no es algo que pueda resolverse así de fácil.
Dado el vínculo entre el Dios Oscuro y Gazetta, los miembros de la facción estaban convencidos de que una visita oficial era totalmente impensable. Pero como había sido el propio Rey quien había anunciado públicamente su intención de estrechar lazos con Gazetta, acusar al Dios Oscuro de conspiración se volvía muy complicado.
Hasta ahora, los pasquines y documentos anónimos que habían estado distribuyendo apenas se mantenían dentro de los límites permisibles, pero si ahora intentaran presentar esta misión diplomática como parte de una conspiración del Dios Oscuro, estarían insinuando que el Rey estaría siendo manipulado por él. Y eso sería considerado una ofensa directa al monarca, punible sin lugar a duda.
—Mhm... La Confederación de los Cinco Clanes.
—¿Marqués Volard?
—Esto es una estrategia para sacar adelante esa famosa propuesta. El Rey piensa utilizar al capitán oscuro para convencer a Gazetta y llevarlos a la mesa de negociación.
—¡Entonces debemos detener a la Patrulla del Dios Oscuro como sea!
Los miembros de la reunión entraron en pánico, pero la patrulla había abandonado la ciudad el día antes del anuncio oficial; ya habían pasado más de dos días desde su salida. A estas alturas, probablemente ya habrían cruzado el Lago Espejo Lunar desde la ciudad portuaria y habrían desembarcado en la península de Trent Rietta.
—Ya no llegamos a tiempo... En ese caso, solo nos queda esperar que Gazetta no acepte la negociación y continúe con su postura de oposición.
—¿Y si provocamos que sean ellos los que ataquen primero? Podríamos, por ejemplo, prender fuego al distrito de los desvalidos y avivar así su hostilidad...
—¡No seas idiota! ¿Y si les das una razón legítima para declararnos la guerra? Además, un ataque a los desvalidos solo serviría para minar la moral entre nuestras propias filas.
—El líder de la Patrulla del Dios Oscuro les tiene en especial consideración. No es descabellado pensar que podría ponerse de su parte... Ese héroe que presume de victorias una tras otra y de méritos en combate...
Ante esa observación, los presentes empezaron a palidecer, dándose cuenta por fin del peligro que suponía enfrentarse a la Patrulla del Dios Oscuro.
Desde el principio, su objetivo había sido provocar la caída del líder de la patrulla y apartarlo del núcleo del poder. Pero todos, en el fondo, reconocían que había traído grandes beneficios a Fonkrank. Era el ritmo de su ascenso lo que preocupaba. Sus vínculos con el antiguo instructor real de artes divinas, el favor de la princesa, haber seducido a un duque heredero, el haber ganado para su causa a la cantarina que antes era espía de Noscentes...
Por si fuera poco, había implementado una ordenanza para proteger a los desvalidos, como si ya hubiese previsto el ascenso de Gazetta. Aquel sentimiento de alarma creció aún más con el incidente causado por las casas antiguas de Trent Rietta. De algún modo, había conseguido atraer a su bando a la señorita Valerie, y gracias a su colaboración en la guerra contra el ejército de Viento Afilado, había conseguido una victoria aplastante y consolidado su reputación como héroe.
—Tenemos que empezar a adelantarnos a los pasos que él pueda dar...
—¿A qué se refiere, exactamente?
—Si la negociación con Gazetta tiene éxito y se anuncia públicamente la Confederación de los Cinco Clanes, inevitablemente estallarán conflictos entre los que se opongan y los que la celebren.
De producirse esa situación, era posible que la Patrulla del Dios Oscuro actuara bajo el pretexto de eliminar rápidamente a los opositores. Por ello, el marqués afirmaba que había que prepararse: asegurarse aliados y reforzar el armamento. Al oír esto, todos los presentes imaginaron una guerra civil que ellos mismos habrían iniciado, y sus rostros palidecieron al unísono.
Percibiendo esa reacción, el marqués Volard les reprendió para que no se precipitaran con ideas erróneas:
—Es inevitable cierto grado de caos, pero no estoy hablando de organizar un golpe de estado. Lo que debemos hacer es prepararnos para defender los derechos que nos corresponden.
Mantener el sistema actual con el Rey Esvobus como monarca era una premisa innegociable. A diferencia de la vecina Trent Rietta, Fonkrank no era un país ni de ciudadanos despreocupados ni de tierras tranquilas donde se pudiera cambiar de Rey cada dos por tres sin que pasara nada. De hecho, no eran pocos los que albergaban ambiciones, aunque les faltara la capacidad para llevarlas a cabo.
Además, si Gazetta realmente decidiera iniciar una invasión para apoderarse del poder en Kaltcio, como nación de usuarios de artes divinas, Fonkrank sería la única con la fuerza suficiente para hacerle frente. Si se consideraba desde ese ángulo, la propuesta de la Confederación de los Cinco Clanes también tenía su atractivo: podría calmar a Gazetta y reducir la amenaza, asegurando así una era de paz duradera.
—Nuestra labor a partir de ahora será, en caso de que la Confederación de los Cinco Clanes se imponga, conservar al máximo nuestros derechos actuales.
Así, el grupo liderado por el marqués, que al principio solo aspiraba a la caída del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro, y que después se consolidó como contrario al mismo Dios Oscuro con el objetivo de frenar la Confederación, acabó redirigiendo sus esfuerzos hacia la preservación de su poder una vez que dicha alianza se hiciera realidad.
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Península que se adentra en el Lago Espejo Lunar desde el territorio de Trent Rietta. Actualmente, Gazetta había incorporado aproximadamente la mitad de esta zona a su propio territorio y tenía planes de construir una nueva ciudad justo enfrente de la ciudad portuaria de Fonkrank, al otro lado del lago.
La Patrulla del Dios Oscuro desembarcó en un pequeño cabo que habían construido anteriormente como embarcadero provisional. Allí, fueron recibidos por el rey Shinja y la Legión Blanca. Un poco más allá había un campamento montado con tiendas de campaña, y se había habilitado un almacén de materiales, despejando las rocas grandes y las malas hierbas altas del terreno.
—Bienvenido, Yuusuke. Gazetta os da la bienvenida con los brazos abiertos.
—Tío... No esperaba precisamente que nos vinieras a recibir aquí.
Al parecer, por tratarse de una visita oficial de la Patrulla del Dios Oscuro a Gazetta, el propio Rey había venido hasta el punto de desembarco a darles la bienvenida. Los de Fonkrank no sabían si quedarse estupefactos o impresionados por lo activo que era el rey de Gazetta.
—Oye, Shinja, ¿no deberías al menos mantener un poco las formas diplomáticas antes de confraternizar?
—¡Hola, señora Ayuukas!
Según Ayuukas, Shinja seguía siendo un crío con el culo inquieto.
—Toma, una carta formal de nuestro Rey. Por cierto, ¿esta zona no era territorio de Trent Rietta?
—Lo era, pero aprovechamos la revuelta reciente para quedarnos con la mitad —respondió Shinja con total naturalidad, mientras entregaba la carta sin la más mínima solemnidad.
El propio Rey de Gazetta había admitido abiertamente que habían ocupado el territorio en medio del caos. Total, era una región abandonada y sin uso, así que pensaban aprovecharla de forma productiva.
—Ahora que lo dices... cuando encontramos a Valerie en la ciudad portuaria, la Legión Blanca ya estaba al otro lado del lago.
Pensándolo bien, Yuusuke recordó que fue justo entonces cuando Shinja le propuso que fuera a Gazetta como embajador de buena voluntad. Tal vez por eso, cuando se le ocurrió que podrían poner nerviosos a los de la facción si realmente acudían a Gazetta, la idea le vino con tanta naturalidad: aún lo tenía grabado en alguna parte de su memoria.
—En realidad, Yuusuke, tengo una petición importante que hacerte.
—Vaya, yo también quería pedirte algo, Shinja.
—¿De verdad vais a poneros a negociar en este sitio tan cutre?
Ambos seguían de pie a orillas del lago, desde donde aún se divisaba el pequeño cabo, justo donde la patrulla había desembarcado. Ninguno de los dos era demasiado dado al protocolo ni a las formalidades. Ignorando sus respectivos cargos de Rey y embajador, habían empezado a hablar directamente de sus objetivos, hasta que Ayuukas intervino para detenerlos. Aunque ella misma solía ser tolerante con las cuestiones ceremoniales, también sabía cuándo era necesario marcar ciertos límites.
—En especial tú, Dios Oscuro Yuusuke. ¿No crees que esa actitud tuya es justo la razón por la que la alta nobleza de tu país te ve con tan malos ojos?
—Uhm...
—Puede que a ti te parezca que se agarran a tonterías para criticarte, pero...
Le advirtió que, si mostraba una actitud desdeñosa ante quienes valoraban la etiqueta y las formas, debía tener claro qué impresión causaba en ellos. Yuusuke no tuvo argumentos para contradecirla y, cabizbajo, aceptó que tenía razón.
—Y vosotros, los subordinados de Yuusuke... Si de verdad lo respetáis, deberíais saber cuándo hay que hacerle entrar en razón.
El regaño se extendió también a los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro, a quienes Ayuukas reprendió por no corregirle. Les recordó que sabían perfectamente que Yuusuke venía de un mundo con valores distintos, pero eso no era excusa. Todos se pusieron firmes de inmediato, con la espalda recta.
A pesar de su apariencia infantil, esa sacerdotisa del santuario había vivido más de tres mil años, y su sermón imponía con una autoridad aplastante que no dejaba margen a réplica.
—Oye, vieja... Ya vale, ¿no? Al fin y al cabo, es un embajador de buena voluntad de Fonkrank.
Incluso Shinja parecía incómodo con los regaños de Ayuukas, y se rascó la cabeza con expresión avergonzada mientras intentaba calmarla. No en vano, ella había servido durante generaciones como guía espiritual para los reyes de Gazetta, ocupándose incluso de la educación y crianza de los futuros monarcas desde su infancia. Frente a ella, ni el mismísimo rey podía levantar la voz.
—Y tú, Shinja, también deberías empezar a comportarte más como un rey... si es que vas a apoyar el plan de la señorita Risha.
—Lo sé...
—¿El plan de la señorita Risha...? ¿Te refieres a...?
—Sí, al plan de la reina de Blue Garden, la Confederación de los Cinco Clanes. Imagino que tú también has venido a hablar con Shinja sobre eso, ¿no?
Con una sonrisa, Ayuukas, tras lanzar un huracán de reprimendas digno de cualquier tutora personal, condujo al grupo de la Patrulla del Dios Oscuro hasta la tienda más grande en medio del campamento. Shinja dejó que ella se encargara de instalarlos y regresó antes al campamento para ordenar los preparativos de bienvenida.
—¿Estás bien, Yuusuke?
—Sí... Hacía tiempo que no me regañaba alguien mayor que yo. Me ha dejado un poco descolocado, pero me ha venido bien.
Ante la mirada preocupada de Sun, Yuusuke esbozó una sonrisa forzada. Independientemente de cómo hubieran llegado hasta allí, estaban en una misión oficial, representando a su país en una negociación importante. Reconoció que se había relajado demasiado. Tal vez también debía reflexionar sobre su actitud dentro del país, especialmente en su trato con la gente de palacio.
—Vaya, ya me imaginaba que esa pinta no era de fiar... —comentó Vermeer.
—¡Quién diría que una enana así impondría tanto! —añadió Hinke.
—Eso de que lo importante está en el interior, tiene más razón de la que parece —dijo Zhahid, asintiendo con una media sonrisa.
—¡Ja, ja, ja! Totalmente. Shinja también es de esos que te suelta condiciones chungas con toda naturalidad. Hay que andarse con ojo.
Y así, tras aquel peculiar arranque junto a la orilla del Lago Espejo Lunar, donde el encuentro amistoso entre el rey de Gazetta y el embajador de Fonkrank casi se convierte en una charla de pie sin formalidad alguna, la reunión se trasladó finalmente bajo la tienda de la Legión Blanca, donde al menos adquirió un tono algo más ceremonial.
—Ah, cierto. Oye, Shinja, ¿esto qué significa? Nuestro rey no ha podido descifrarlo.
Yuusuke sacó un papel que le había confiado el Rey Esvobus y se lo enseñó, preguntándose si sería algún tipo de código secreto. Estaba entre los documentos oficiales que acompañaban a la carta de bienvenida a la solicitud del embajador, pero en esa hoja había un dibujo: una especie de perro vestido junto a una niña, sobre un prado verde lleno de flores de muchos colores.
—Esto es...
—¿Eh? ¿Pero qué demonios...? ¡¿P-Por qué tienes eso tú?!
Ayuukas se había acercado a mirar y pegó un grito con la cara completamente roja al ver el dibujo.
—¿Eh? Ayuukas, ¿sabe qué es esto?
—N-No... Esto es, o sea...
—Son los garabatos que la abuela hace de vez en cuando, ¿no?
—¡Gaahhh! ¡Uaahhh! ¡No lo digas!
La que parecía una nota en clave resultó ser una de las aficiones privadas de Ayuukas. Al parecer, al redactar la respuesta oficial a la visita de buena voluntad de la Patrulla del Dios Oscuro con tanta prisa, no se dio cuenta de que había mezclado una de sus hojas de dibujo con los documentos. La chamana de Gazetta, que había vivido incontables siglos, solo pudo murmurar «Ha sido un descuido imperdonable...», mientras se tapaba la cara y arrebataba el dibujo para salir corriendo a toda velocidad.
—¿Tendría que haberle dicho que dibuja muy bien...? —preguntó Yuusuke con torpeza.
—Mejor que no lo hagas… —respondió Shinja, negando con la cabeza.
jajaajja muy bueno el cap muchas gracias
ResponderEliminarGracias por el capitulo a esperar el siguiente
ResponderEliminarGracias a esperar o a comprar yenes para ver en la página japonesa y usar San Google traductor para calmar un poco las ansias
ResponderEliminarIncreíble leí todo en 3 días quiero mas
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