05/12/2017

WCC - 96




Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


96

Desde la prisión del centro de detención, los dos reclusos fueron escoltados hasta la sala de interrogatorios.

Al principio, parecían tomarse el encarcelamiento a la ligera, como si aún creyeran en las palabras de quien les había encargado el asesinato, quien les aseguró que no les pasaría nada. No obstante, tras ser interrogados en múltiples ocasiones, empezaron a ser conscientes de la gravedad de su crimen, y poco a poco comenzaron a mostrar una actitud más sumisa.

Aquel día se les había informado de que se procedería a verificar y revisar sus declaraciones anteriores.

—¿Cómo hemos acabado en esto, eh...?

—La hemos cagado pero bien, macho...

Intercambiaban esas palabras entre la ironía y el remordimiento, como si aún no acabaran de creerse lo que habían hecho. Fue entonces cuando, en el pasillo frente a la sala donde esperaban, comenzó a oírse alboroto. Parecía haber un forcejeo. Tras la puerta se colaban las voces alteradas de los agentes que solían interrogarles.

—¡Espere, por favor! Esos hombres todavía están siendo interrogados... ¡Uaaghhh!

—¡No! ¡Cálmese! ¡Si los mata ahora...!

El ruido de la pelea se acercaba a pasos agigantados, hasta que la puerta de la sala se abrió de golpe. Al ver a la figura que apareció al otro lado, ambos prisioneros palidecieron. Quien había irrumpido era un hombre de cabello negro, vestido con su uniforme negro de guardia: el inmortal héroe al que ni siquiera una lanza de hielo logró herir, el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro.

El capitán alzó la mano en dirección a ellos, y una onda de energía divina, imposible de identificar, se expandió por toda la sala.

«¡Glups...!»

«¡Nos va a matar...!»

Los dos se quedaron paralizados, convencidos de que su vida terminaba allí. Entonces, una joven agente, aparentemente una de las encargadas del interrogatorio, se aferró con valentía al brazo alzado del capitán. Con desesperación, le suplicó que no podía hacerles daño mientras estuvieran bajo custodia legal.

—¡Espere un poco más! ¡Les haremos confesar quién está detrás de todo esto, se lo aseguro!

La joven lo miraba con determinación, sin apartar la vista. Los dos reos observaban en silencio, conteniendo el aliento. Al cabo de un momento, la energía divina que llenaba la estancia comenzó a disiparse, y el capitán bajó lentamente el brazo.

Después, fulminó con la mirada a la joven que seguía aferrada a él.

—Tenéis medio día.

Dicho eso, se marchó de la sala de interrogatorios. La joven agente que había actuado con tanta valentía se llevó una mano al pecho y soltó un suspiro de alivio. Luego se giró hacia los dos prisioneros, que seguían paralizados junto a la pared, y les habló:

—El agente a cargo habitual no ha podido venir, así que hoy me encargaré yo de vuestro interrogatorio. ¿De acuerdo?

—S-Sí...

—Por favor... No nos haga daño.


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Yuusuke estaba disfrutando de una taza de té con la verdadera agente encargada de los interrogatorios en la sala de descanso de la prisión.

—Buen trabajo —dijo al ver regresar a Raazsha, disfrazada de agente—. ¿Cómo ha ido?

—Más o menos como esperábamos.

Como tenían que informar de los resultados de la investigación a Violet en el palacio, Raazsha se dirigió al vestuario para cambiarse.

Mientras tanto, Yuusuke entregó a la verdadera agente una botella de licor personalizado como agradecimiento. Le pidió que no comentara nada sobre lo ocurrido aquel día. Aunque Krielov ya había hablado con ella y no era estrictamente necesario pedirle que guardara silencio, quiso tener ese gesto como forma de agradecerle que se hubiera prestado a participar en la escena de antes, que había resultado bastante divertida.



En la planta superior del Palacio de Volance, en la sala habitual, Raazsha estaba exponiendo los resultados de la investigación. Hablaba de las extrañezas que había percibido en los dos prisioneros.

—¿Algún tipo de manipulación mental, dices?

—Sí. En lo referente al incidente, parecía que sus reacciones estaban levemente condicionadas.

La sensación que había tenido era que se les había inducido una historia preestablecida para declarar, mediante una especie de sugestión.

Durante la toma de declaraciones, Raazsha había recurrido a técnicas de conversación de su etapa como agente de seducción, mezclando charla casual y bromas para introducir con naturalidad temas relacionados con el caso. Gracias a la representación que había montado de antemano con la agente a cargo del interrogatorio y Yuusuke, los prisioneros estaban emocionalmente alterados y llegaron a confiar en ella, por lo que su capacidad para guiar la conversación fue mayor.

—Dependiendo de cómo se introduzca un tema, aunque el contenido sea el mismo, las declaraciones pueden variar un poco.

Se había dedicado a observar con detalle sus gestos al hablar, y cómo reaccionaban a distintos enfoques: si ante la misma pregunta negaban con enfado o con sorpresa, por ejemplo.

Sin embargo, a pesar de que en los demás temas sus reacciones coincidían con lo esperado, cuando se trataba del caso en cuestión, no mostraban ninguna alteración emocional. Responder siempre igual a un tema concreto es algo que se puede lograr con entrenamiento, pero ambos habían sido identificados como un ciudadano y un soldado comunes.

—Si de verdad es sugestión, para que las emociones no fluctúen de ningún modo, debe de tratarse de algo muy potente, que arrastre la conciencia sin que el propio sujeto se dé cuenta.

Si solo les hubieran implantado una idea o una percepción concreta, podrían mantener esa creencia incluso expresando emociones como ira o tristeza. Una sugestión tan poderosa que elimina incluso la posibilidad de pensar por sí mismo también implica riesgos, ya que interfiere en la personalidad y emociones del sujeto, llegando a afectar incluso su vida cotidiana y su consciencia. Romperla a la fuerza podría ser peligroso.

—Hmm... Si hay alguien capaz de inducir una sugestión de ese nivel... ¿No podríamos saber quién ha sido? —preguntó Volet con intención de seguir esa pista para llegar al responsable.

Krielov negó con la cabeza.

—Es cierto que, para manipular la memoria mediante sugestión, se necesitan unas instalaciones adecuadas, un periodo de tiempo considerable y personal capacitado. Si investigamos por ahí, puede que demos con algo, pero...

Sin saber cuándo, ni cuánto tiempo estuvieron bajo sugestión, sería difícil identificar el lugar, al hipnotizador o cualquier otro recurso implicado.

—Dado que se ha confirmado que eran prácticamente civiles, también cabe la posibilidad de que fueran secuestrados y obligados a actuar como asesinos.

Eso implicaría investigar sus movimientos incluso hasta la época en que comenzaron a circular los rumores sobre el asesinato. Y aun así, no había garantías de encontrar pruebas concluyentes.

Cuando todo el mundo estaba ya rumiando la frustración de tener una pista que parecía sólida pero que aún no podían aprovechar del todo...

—Qué conversación tan interesante estáis teniendo —dijo de pronto una voz que no debería estar ahí, suave y contenida.

Reifold había aparecido sin emitir ninguna onda de viento ni dejar sentir su presencia. Hisotta y Raazsha le lanzaron miradas cautelosas.

—Ya estás aquí otra vez, el autodenominado hombre del bosque.

—¡Habitante del bosque! Autodenominado, eso sí.

Este era el saludo habitual entre Yuusuke y Reifold. Una pequeña broma surgida de la presentación de Reifold cuando se conocieron, y del error con el que Yuusuke se había referido después a él. Desde entonces, lo mantenían como una especie de tradición tácita.

Violet los miró con desconfianza a los dos, ya que parecían llevarse sorprendentemente bien.

—Se supone que esta sala estaba despejada y con vigilancia... Y mira tú por dónde —dijo con un tono burlón—, parece que se nos ha colado una corriente sospechosa.

—El viento sopla en cualquier parte, princesa —respondió él con una sonrisa.

Ante las miradas de todos, que se preguntaban «¿Y tú qué pintas aquí?», Reifold explicó que traía información interesante relacionada con lo que estaban discutiendo.

—¿Recordáis que, con el tema de las bestias modificadas, algunos miembros de Viento Afilado fueron interrogados como testigos?

Durante aquellos interrogatorios se había conseguido extraer información más detallada sobre las bestias y el oficial financiero desaparecido. Después, Reifold los escoltó hasta Trent Rietta y consiguió algunos datos sobre las rutas de comercio ilegal que controlaba Viento Afilado.

—Gracias a eso pudimos identificar a algunos comerciantes del mercado negro que no habíamos localizado aún dentro del país. Y decidimos vigilarlos un tiempo.

—Ajá, ajá —asintió Volet, interesada.

Una vez tuvieron una idea clara de su clientela, contactaron directamente con el comerciante, y a cambio de hacer la vista gorda con sus actividades, le hicieron soltar toda la información. El resultado:

—Parece ser que, el día del desfile del Festival del Aniversario, alguien compró una droga de control mental muy potente. No sabemos quién fue, eso sí.

Se trataba de una sustancia de origen dudoso, supuestamente procedente del antiguo laboratorio de Noscentes, con efectos alucinógenos intensos y una capacidad de sugestión extrema. Se había utilizado, por ejemplo, para amaestrar bestias modificadas.

Por cierto, la mayoría de los nombres de nobles en el registro de clientes de esa tienda pertenecían, según parecía, a la facción de la casa Ivor.

—Eso significa que...

—Con casi total seguridad, fue alguien de los que están en contra de la Patrulla del Dios Oscuro.

—Así que usaron esa droga para aplicar la sugestión en poco tiempo. Puede que durante el atentado estuvieran incluso en estado hipnótico...

Romper una sugestión impuesta por una droga capaz de someter hasta a bestias no iba a ser fácil. Más bien, sacar más información o pruebas de aquellos dos prisioneros debía considerarse prácticamente imposible.

—Vaya. Así que otra vez nos quedamos atascados aquí.

—Ya tenemos una idea bastante clara de quién está detrás, pero como no hay pruebas, pues eso, que a ver qué hacemos. Manda cojones, ¿no? —soltó Hinke.

—Hinke, que estás delante de Su Alteza —lo reprendió Zaisha con su tono habitual—. Vigila tu vocabulario.

No obstante, su expresión, también algo frustrada, dejaba entrever que en el fondo compartía el malestar por la situación tan injusta que enfrentaba su capitán.

Estaban lidiando con un marqués. Por muchas sospechas que hubiera, sin pruebas concluyentes no podían ni soñar con pedir una investigación formal. Incluso contando con pruebas, podrían incluso obligarlos a mirar hacia otro lado. Tal era la diferencia de rango.

—Ahora que el intento de asesinato y el intento de manipular a la princesa han fallado, es posible que se mantengan quietos por un tiempo.

—Sea como sea, deberemos redoblar la vigilancia en torno a Yuusuke —afirmó Violet, pensativa.

Empezaron a plantear ajustar sus actividades futuras: como mínimo, debería llevar siempre consigo al menos a dos subordinados como escoltas. También era posible que tuviera que suspender temporalmente su labor de recorrer el distrito de clase baja.

—En ese caso, podría asignar a alguien útil de mi pelotón.

—Si pudiera ser yo misma quien se encargara directamente de escoltar al capitán, lo agradecería mucho —se ofreció Zaisha.

—Y como el capitán no puede dejar de comunicarse con el exterior, nosotros, los de mi pelotón e Hisotta, podemos cubrir esa parte —añadió Hinke.

Mientras los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro intercambiaban opiniones sobre cómo organizar la escolta de Yuusuke, este soltó un gruñido insatisfecho, con una expresión de que no terminaba de decidirse.

—Hmm...

—¿Qué ocurre, Yuusuke?

—Pues... Si ahora han empezado a actuar de forma tan radical porque han descubierto que soy el Dios Oscuro, eso significa que a partir de ahora me van a estar atacando sin parar, ¿no?

En vez de ir solo apagando fuegos, Yuusuke quería una solución más de raíz. Y así, con una sonrisa desafiante, propuso pasar a la ofensiva, dejando a todos boquiabiertos.

—No pienso quedarme de brazos cruzados viéndolas pasar.

—P-Pero, Yuusuke...

Hasta Violet se quedó sin palabras ante esa faceta combativa que no le veía mostrar desde hacía tiempo. Fue Krielov quien tomó el relevo de la frase, advirtiendo que, aunque Yuusuke gozaba de renombre como héroe y contaba con el respaldo de la princesa, enfrentarse de frente con la otra parte no era tan sencillo.

—Hablamos del marqués Volard, heredero de la casa Ivor, la familia con más poder de todo el país.

—Capitán, incluso yo creo que en este caso tenemos todas las de perder.

—Aunque el pueblo lo apoye, dentro del palacio ellos tienen muchísimo más peso.

Mientras todos intentaban que reconsiderara su postura, Yuusuke esbozó media sonrisa, divertido.

—No me refiero a enfrentarme directamente a ellos... Tengo mi propio método para contraatacar.

Todos se miraron entre sí. Incluso Reifold, que hasta entonces se había mantenido tan discreto que casi se habían olvidado de que estaba presente, dejó escapar un leve temblor de su aura.

—¿Os acordáis de aquella reunión en mi casa? Cuando hablamos de la Confederación de los Cinco Clanes. Voy a usar eso.

Yuusuke empezó a exponer su plan. Teniendo en cuenta que el Rey Esvobus veía con buenos ojos la idea de la Confederación, buscaría garantizar su propia seguridad y sembrar la confusión entre los opositores a la Patrulla del Dios Oscuro al mismo tiempo.



4 comentarios:

  1. Gracias por traducir esta novela, ahora solo me queda aguantar impacienta por el proximo caoitulo

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  2. Me imagino otro medio año de espera, gracias por los capitulos me lei del 1 al 97

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  3. podrias subir el resto de la novela, ya han pasado muchos años, por lo menos acaba el tomo 5,porfavor y gracias

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    Respuestas
    1. Es la traducción del japonés al inglés lo que no está completo... Yo no domino el japonés como para hacer una traducción directa.

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