16/08/2016

WCC - 77, 78



Llevamos muy buen ritmo con esta serie, llegaremos pronto al punto de la traducción inglesa. Cuando eso ocurra supongo que se convertirá en quincenal o mensual o lo que sea que ellos tarden en sacar capítulos. Por lo que sé, llevan un tiempo inactivos, con un poco de suerte será porque están de vacaciones.

Bueno, ¡disfruten de los capítulos de hoy!


-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


77

En las profundidades del bosque de Trent Rietta, oculto entre los árboles, se alzaba un asentamiento de cabañas de madera. Entre ellas, destacaba un edificio más grande, camuflado con enredaderas. En una de sus habitaciones, que no desentonaría en una de las majestuosas mansiones de la capital, la dueña de la casa dejó escapar un suspiro melancólico.

—Ahhh...

—¿Otra vez suspirando, señorita Valerie?

—Dicen que suspirar demasiado atrae desgracias, ¿sabe?

Welsh, un usuario de artes acuáticas, y Rufina, una usuaria de artes aéreas, ambos sirvientes y amigos de la infancia de Valerie desde su época en la capital, se dirigieron a ella con la misma actitud de siempre. Habían pasado más de tres años desde que el anterior cabeza de familia, el conde Elfidras, llevó a su linaje a ocultarse en aquel lugar y fundó la organización clandestina Viento Afilado con la intención de convertir a Trent Rietta en una potencia supremacista.

En un principio, se limitaron a actuar como líderes de los traficantes del mercado negro, ofreciéndoles protección y estableciendo nuevas rutas de distribución para obtener fondos poco a poco. Todo cambió cuando un investigador de Noscentes solicitó financiación para sus pruebas científicas sobre bestias modificadas. A partir de entonces, además de sus negocios clandestinos, comenzaron a llevar a cabo actividades que rozaban la delincuencia.

A la actual cabeza de familia, Valerie, aquello no le agradaba en absoluto. Últimamente, un pensamiento cruzaba su mente cada vez con más frecuencia: ¿no habría perdido la razón su padre en sus últimos años?

«¡La lucha es la esencia del pueblo, el sentido de la existencia humana! ¡Un mundo sin lucha es un mundo muerto!». Aquel fue el mensaje que el conde Elfidras transmitió a su linaje en uno de sus discursos, proclamando que devolvería la luz del conflicto a un Trent Rietta decadente y sumido en la apatía.

Pocos días después, cayó enfermo, no sin antes dejar dichas unas últimas palabras: «El día de la insurrección está cerca».

Con la pérdida de su líder, Viento Afilado estuvo al borde de la disolución, pero las tres familias que apoyaban a los Elfidras lograron mantener unida la organización al proclamar a Valerie como su sucesora. Desde entonces, los cabezas de esas tres familias asumieron los cargos de oficial general, oficial de finanzas y oficial militar. Por ese motivo, aunque Valerie era la líder, el verdadero poder recaía en los tres oficiales, y su opinión poco peso tenía.

Había intentado en varias ocasiones convencerlos de que abandonaran sus prácticas delictivas, que solo traían sufrimiento al pueblo. La respuesta del oficial general, Fortress, era siempre la misma: un comentario evasivo, como si estuviera calmando a una niña caprichosa.

—Ahh... ¿Por qué sigo aquí?

—Porque si no estuviera aquí, la organización se desmoronaría.

—No es cierto. Ellos tres pueden mandar perfectamente sin mí.

—Para movilizar a la gente, a veces es necesario un símbolo.

Con su actitud relajada y su tono despreocupado, Rufina le respondió de la manera más sencilla y directa posible. Por otro lado, Welsh le dio una respuesta fría y pragmática, propia de él. Valerie ya lo sabía, así que no se molestó en discutirlo.

—Pero, aun así, me gustaría hacer algo...

—¡Señoritaaa!

Justo cuando iba a soltar otra de sus quejas habituales, la puerta se abrió de golpe y un joven desvalido irrumpió corriendo en la habitación. Llevaba un brazalete negro en el brazo y, en su prisa, derribó varias sillas cerca de la entrada antes de detenerse frente a la mesa donde Valerie estaba apoyando los codos.

—Od, siempre te digo que no entres corriendo.

—¡L-Lo siento mucho! ¡Pero hay algo que debo informarle cuanto antes!

Mientras Welsh recogía las sillas con resignación, Valerie mostró una leve sonrisa divertida, a pesar de haber regañado al chico.



—¿Un enviado de los dioses?

—¡Eso dicen!

La información que trajo Od hablaba de la existencia en Fonkrank de un emisario divino con el poder de guiar a su señor hacia la conquista del mundo. Valerie lo miró de reojo, preguntándose de dónde habría sacado semejante historia tan sospechosa esta vez. Od explicó que un noble influyente de Fonkrank, cliente del mercado negro, había preguntado si no había algún objeto raro o valioso con el que pudiera captar la atención de esta persona y que, por ello, buscaba información sobre artículos excepcionales.

—Me lo contó alguien que trabaja en gestión de mercancías bajo el mando directo del oficial de finanzas, ¡así que no hay duda!

—¿No será que te han tomado el pelo?

—El señor Izaac, el oficial financiero, valora la información por encima de todo, así que no permitiría que se propagaran rumores infundados dentro de la organización —respondió Welsh.

—Así que hay una base para creerlo, ¿eh? —asintió Rufina en señal de acuerdo.

Cuando se hablaba de Fonkrank últimamente, lo primero que venía a la mente era la Patrulla del Dios Oscuro, ya que había muchos rumores sobre ellos. De hecho, hacía poco habían viajado hasta Trent Rietta para investigar las bestias mágicas modificadas.

—Bueno, dejando de lado si eso del emisario divino es real o no, la buena racha de Fonkrank últimamente es algo digno de interés.

—¿Quiere a ir a Fonkrank, señorita?

—Será mejor que espere que regrese la oficial militar.

—Bah. Con la falta de personal que tenemos, tampoco podría llevarme a un séquito entero de escoltas. Con vosotros dos es más que suficiente.

Valerie no tenía nada mejor que hacer. Quedarse encerrada en la lujosa cabaña lamentándose no era precisamente lo más saludable, así que decidió salir a echar un vistazo a Fonkrank. No es que tuviera muchas expectativas, pero si resultaba que ese supuesto sujeto existía, haría lo posible por llevárselo con ella.

—¡Preparaos, nos iremos enseguida!

Sus acompañantes, que ya sabían que una vez que su señora tomaba una decisión no había quien le hiciera cambiar de opinión, se levantaron para empezar a hacer los preparativos para el viaje.

—¡Voy a prepararlo todo ya mismo!

—Tú te quedas.

—¿Quééééé?

Mientras todos salían de la habitación, Od, que había recibido órdenes de quedarse, seguía protestando con un «¡Dejadme ir con vosotros!» insistente.

—No. Ahora mismo no es un buen momento. Además, seguramente la gente no vea con buenos ojos a un desvalido.

—¿Lo dice por Gazetta?

—Eso también, pero en general, Fonkrank es un país con un sistema de castas muy estricto.

Quizá porque había crecido junto a Valerie desde que era niño, Od no mostraba la misma cautela que otros hacia los usuarios de artes divinas. Dentro de la comunidad, donde solo había gente relacionada con su familia, nadie se atrevía a meterse con él, pero una vez fuera, la situación cambiaba.

Los supervivientes de Noscentes que habían huido a los países vecinos tras la caída de su nación a manos de Gazetta guardaban un fuerte resentimiento y hostilidad hacia los desvalidos. Y aunque Od llevase un brazalete de esclavo, existía el riesgo de que alguien se metiera con él. Dado el estatus de Valerie, lo mejor era actuar sin llamar demasiado la atención.

—Además, si vienes, la comida se acabará más rápido.

—Ah, eso es verdad —asumió Od, rascándose la cabeza con una sonrisa avergonzada.

Valerie le replicó que no era un halago. A pesar de que él era un esclavo que su padre le había comprado cuando ella era pequeña, con el tiempo había llegado a considerarlo un amigo y parte de su familia.

—Bueno, yo voy un momento a ver al oficial general, así que encárgate del equipaje.

—¡Sííí!

Dejando los preparativos en manos del desvalido, Valerie se dirigió al despacho de Fortress para informarle de su viaje a Fonkrank.



La tarde del día en que Valerie partió del asentamiento secreto de Viento Afilado, el oficial financiero, Izaac, visitó el despacho del oficial general. Al comprobar que la oficial militar no estaba presente, sacó a relucir lo ocurrido.

—Ahora empieza con que si un emisario divino y demás tonterías. ¿No crees que ya es hora de deshacernos de ella?

—Vaya, vaya. Que no te escuche ella.

Los tres oficiales solían reunirse para discutir la situación de la organización y sus planes a futuro. Sin embargo, con la oficial militar Benfrost aún fuera de misión en el laboratorio de bestias sellado y reclutando soldados tras las bajas sufridas en el accidente, solo estaban el oficial general y el oficial financiero.

Benfrost era un hombre valiente y leal, que mantenía su devoción al difunto conde Elfidras y respetaba los deseos de su heredera, la señorita Valerie. Fortress, en cambio, estaba completamente dedicado a la preservación de la organización y a la realización de los ideales que el conde había perseguido. Izaac, por su parte, solo pensaba en expandir la organización acumulando la riqueza suficiente para poder controlar el mundo.

—La mayoría de los miembros de la organización ya han aceptado ponerse de nuestro lado. Y ahora que tenemos listas las bestias de guerra, ¿no crees que ha llegado el momento?

Izaac explicó que la contratación de mercenarios en Delia-Lidea les había proporcionado tropas suficientes para atacar Ringwall. Fortress, sin embargo, sonrió con ironía y comentó que esa era una labor que le correspondía a la oficial militar.

—No me queda otra opción. No puedo confiar en un hombre sin visión de futuro que solo se preocupa por complacer a una figura decorativa. Si no lo hago yo, nadie más moverá un dedo.

Afortunadamente, más de la mitad de las tropas regulares del ejército de Trent Rietta estaban apostadas en las bases de la Ruta Alta y la Ruta Baja, lo que dejaba la capital, Ringwall, en una situación de vulnerabilidad. Izaac insistió en que era el momento perfecto para actuar. Fortress reflexionó sobre la estrategia en caso de iniciar un movimiento. Fonkrank, Blue Garden, Gazetta, Trent Rietta... Simuló los posibles escenarios y logró visualizar una victoria clara. Además, el hecho de que la señorita Valerie hubiera partido hacia Fonkrank en ese preciso momento era un factor clave para el éxito.

—Entonces, dejaremos que nuestra querida señorita Valerie caiga como una flor y que marque el primer paso en el camino de la conquista de Viento Afilado —espetó el oficial general, declarando el inicio de la rebelión.

—¡Oh! ¡Por fin ha llegado nuestro momento! —exclamó Izaac, el oficial financiero, levantándose con júbilo de su silla.

Como heredera del conde Elfidras y fundadora de Viento Afilado, Valerie debía morir cerca de Fonkrank pocos días después del levantamiento. Tras su muerte, la organización, sin un líder, quedaría bajo el mando de los tres oficiales, quienes continuarían con sus operaciones. La caída de la capital, Ringwall, simbolizaría la realización del gran anhelo del difunto conde y de su hija. Antes de que la oficial militar regresara, debían enviar de inmediato a los asesinos para eliminar a la joven Valerie.

—Así pues, una vez que todo esté en marcha, ella cumplirá con su papel sin rechistar. Hay que reconocer que lo hemos urdido todo con gran precisión.

—El plan estaba diseñado desde hace tiempo. Solo faltaba encontrar el momento y las condiciones adecuadas para ponerlo en marcha.

Contaban con los fondos y la fuerza militar. Las bestias de guerra, con sus capacidades modificadas, les otorgaban una ventaja absoluta. La presencia de Gazetta también servía como disuasión contra cualquier intervención de la gran potencia de Fonkrank. Todo encajaba a la perfección para llevar a cabo la operación.

—En cuanto a la ausencia de la señorita Valerie, podemos explicarle a la oficial militar que... ¡¿Eh?! ¿Quién anda ahí?

—¡...!

Unos pasos resonaron en el pasillo frente a su despacho, acompañados por el chirrido de la puerta, que había quedado ligeramente abierta. Fortress, al detectar con sus artes aéreas de rastreo que no había ninguna señal de energía divina, dedujo que la figura que acababa de huir era un desvalido. Y en la aldea, el único desvalido era Od, el esclavo de Valerie.

—El esclavo nos ha oído.

—Enviaré a mis hombres tras él.

—Que se encarguen de eliminarlo cuanto antes. Yo me ocuparé de acelerar los preparativos para los asesinos.

Izaac llamó a su guardia personal y ordenó que persiguieran y eliminaran al desvalido fugitivo. Aquellos que conocían a Od intercambiaron miradas de duda, pero entre ellos también había quienes, en su interior, albergaban resentimiento hacia él. «Un desvalido y encima esclavo... Siempre tan cercano a la señorita... No es más que un estorbo», pensó uno de ellos, quien se ofreció voluntario para la misión.

«El conflicto es ley de vida. Mi señor, su hija ha sembrado la semilla de la lucha de forma admirable. Ya ha comenzado todo...», pensó Fortress. Mientras en su interior ardía en alabanzas hacia el conde Elfidras, con el rostro impasible, continuó organizando los preparativos.



Décimo día del mes de agua de Hilgnar. En el campo de entrenamiento al aire libre de la guardia de palacio, estaban probando los vehículos que usaría la Patrulla del Dios Oscuro.

Uno de ellos, de cuatro ruedas y para dos personas, con un chasis bien construido y un motor potente. Otro, de dos ruedas y también para dos personas. En ambos casos, los asientos estaban dispuestos en fila, de modo que los pasajeros debían montarlos a horcajadas, como si fueran sillas de montar. Aunque contaban con una suspensión, debido a las limitaciones en los materiales, era bastante simple, por lo que la estabilidad sobre terrenos irregulares y la comodidad en la conducción dejaban que desear.

—¡Uoooohhh! ¡Uuuuh! ¡Cómo gira!

—¡Uaaaaahh! ¡Qué pasada! ¡Qué divertido!

Con Yuusuke y Hinke a bordo, el pequeño vehículo derrapaba al tomar las curvas del circuito de entrenamiento, levantando nubes de tierra mientras las ruedas chirriaban. El rendimiento de este prototipo duplicaba en estabilidad y velocidad el de Violet, por lo que podían considerar la prueba todo un éxito. Rondaba los veinticinco kilómetros por hora. Aún no era una alternativa viable a los carruajes, pero parecía un medio de transporte prometedor para desplazarse por lugares como el pasajes subterráneos que llevaba al laboratorio sellado.

—¡Vaaaa! ¡Daos prisa! ¡Quiero subirme yoooo!

—Un momento, Violet. El tuyo será diferente.

—¡¿Cómo quieres que espere después de ver que os lo pasáis tan bien?!

—¡Uaaah! Oiga, princesa, ¡espere! ¡Ay! Ay, ay, ay, ay...

Nada más regresar de dar un par de vueltas al circuito, Violet se lanzó sobre el vehículo con tal ímpetu que la palabra "abalanzarse" se queda corta. Empujó a Hinke, que acabó rodando por el suelo, y los demás se descojonaron al verlo.

—¡Vamos, arranca! ¡Haz eso de antes!

—Eh... Vale, vale...

Aferrándose firmemente a la cintura del capitán, Violet no dejaba de animarlo con un entusiasta «¡Dale, dale, dale, dale!». Sonriendo con resignación, él arrancó el vehículo nuevamente, esta vez con un poco más de precaución que antes.




Durante la prueba de conducción, Yuusuke había llevado a Hinke como pasajero también para evaluar el efecto de las artes aéreas de apoyo al movimiento. ¿Sería estable conducir sin ellas? No podía permitirse que alguien saliera herido, pero, al mismo tiempo, la intrépida princesa no se conformaba con que fuera excesivamente prudente. Así, en esta nueva prueba, con sus propias dificultades, continuó hasta que Krielov llegó para recoger a Violet.

—Uff... Vaya. Qué calma se respira de repente.

—Ju, ju, ju. A la princesa pareció gustarle.

—Buen trabajo, capitán.

Sun y Zaisha, que habían estado observando a Yuusuke, se acercaron a hablarle. Violet seguramente volvería a querer montar cuando terminara sus lecciones. Pensando que sería mejor aprovechar el tiempo para terminar su vehículo personal, Yuusuke abrió el menú de personalización y recuperó los datos del modelo, que ya tenía en un noventa por ciento completado.

La mayoría de los materiales que utilizó eran de madera. El pequeño vehículo estaba diseñado para que todo, salvo el motor y algunas partes metálicas, pudiera fabricarse con recursos locales. Dependiendo del tipo y estado de la madera, sería necesario realizar ajustes en la resistencia del chasis una vez ensamblado.

—¿Eh? ¿Y Hinke?

—Allí. Está probando ese otro.

—¡Capitán! ¡Me gusta más este!

Al mirar en la dirección que le señalaron, Yuusuke vio a Hinke inclinando el cuerpo con destreza al tomar las curvas con la motocicleta experimental de dos ruedas. Para ser su primera vez, conducía sorprendentemente bien.

Aunque la velocidad era ligeramente inferior a la del modelo de cuatro ruedas, ese detalle podía compensarse con las artes aéreas de apoyo. Además, también mejoraban el equilibrio y hacían que la conducción fuera más fluida.

—Hmm... Parece que se le da bien maniobrar. Quizás podríamos asignarle el de dos ruedas a él.

Durante los últimos días, en el palacio de Volance se había respirado un ambiente animado pero pacífico. Aquella calma, tan apacible como una siesta vespertina, parecía avecinar tormenta.

Tres días después, un informe urgente procedente de Trent Rietta rompería esa tranquilidad.





78

En el antiguo Consejo Divino de la capital de Gazetta, Patricia del Norte, se debatía sobre el emisario enviado por la organización Viento Afilado. El mensajero había insinuado que en un futuro próximo se produciría una rebelión en Trent Rietta con el objetivo de derrocar al gobierno actual. Además, reveló que Fonkrank y Trent Rietta estaban ejecutando una estrategia para debilitar a Gazetta, con el bloqueo de las rutas comerciales para restringir el comercio.

—¿Qué creéis que buscan?

—No parece que estén pidiéndonos apoyo...

El estratega, consultado por el Rey Shinja, frunció el ceño, incapaz de determinar con certeza las intenciones de Viento Afilado.

—No, pero... Si nos han proporcionado información suficiente como para justificar nuestra intervención, es lógico suponer que esperan que nos movamos.

—¿Las facciones rebeldes de Trent Rietta están tratando de involucrarnos?

Era evidente que Viento Afilado intentaba utilizar a Gazetta para sus propios fines, pero lo cierto era que las restricciones comerciales acabarían afectando la economía de su nación.

—Quizás valga la pena observar qué tipo de caos pretenden desatar.

—¿Entonces... vamos a seguirles el juego?

—Sí, pero...

Shinja no tenía intención de actuar exactamente como esperaban sus oponentes. Primero, ordenó establecer contacto con los espías que tenían infiltrados en varios países. Luego, dio instrucciones para mover a la caballería hacia la frontera con Trent Rietta.

—Antes de nada, necesitamos información. No dejéis pasar ni el más mínimo rumor. Quiero un informe exhaustivo sobre Fonkrank y Trent Rietta.

En la zona suroeste de Trent Rietta, había dos rutas comerciales que conectaban con el territorio de Gazetta: la Ruta Baja, que seguía la línea costera del sur, y la Ruta Alta, que bordeaba el Lago Reflejo Lunar por el norte. Actualmente, ambas estaban bloqueadas por tropas de la capital, Ringwall, con el objetivo de aislar a Gazetta.



Duodécimo día del mes de agua de Hilgnar, medianoche.

—¡Se acerca un ataque enemigo!

El grito del vigía resonó en los barracones del campamento. Los soldados que estaban durmiendo de turno se incorporaron de un salto, mientras que los que estaban comiendo salieron corriendo de la carpa, aún masticando los frutos rara que tenían en la boca.

El campamento estaba situado en la Ruta Alta, cerca de la frontera con Gazetta. Por tanto, si el ejército de Trent Rietta iba a ser atacado en algún momento, lo lógico era pensar que se trataría de una ofensiva de Gazetta, preocupada por el bloqueo de las rutas comerciales.

—¡¿Cuál es el tamaño de sus tropas?!

—¡¿Dónde están los informes de los centinelas?!

—Hemos detectado interferencias en las comunicaciones... No, espere... Esto es...

—Oye, ¿qué demonios es esta energía...?

Las artes ígneas que iluminaban el campamento con llamas se apagaron de repente, y las artes aéreas de rastreo y de refuerzo de armas empezaron a fallar. Un extraño flujo de energía cubrió toda la zona, mientras, desde lo profundo del bosque, se escuchaban múltiples pisadas acercándose. No solo eran humanas... sino que también se oía otro tipo de galope.

—¡Es un ataque de bestias mágicas!

—¡Hay mercenarios entre ellas! ¡¿Quiénes son estos tipos?!

—¡No podemos usar artes divinas! ¡Deben de ser bestias modificadas!

—¡Rápido, enviad un mensajero a la capital para pedir refuerzos!

El campamento entró en caos ante la ola de energía que impedía el uso de artes divinas. Fue entonces cuando las bestias de guerra y los mercenarios del ejército de Viento Afilado irrumpieron en el lugar. Los soldados apostados en la entrada, especializados en técnicas ofensivas, quedaron prácticamente inutilizados y fueron masacrados por los mercenarios.

—¡Tomad sus armas! ¡Los que no puedan luchar cuerpo a cuerpo, que se refugien en los edificios!

—¡Se está acercando otro grupo! ¡Son más bestias mágicas!

Los que dependían del refuerzo físico divino lograron resistir hasta cierto punto, pero si se distraían luchando contra los mercenarios, quedaban expuestos a los ataques de las bestias mágicas. El asalto al campamento de la Ruta Alta se prolongó desde la medianoche hasta el amanecer. Entre la anulación de las artes divinas y los ataques en oleadas, aniquilaron completamente la guarnición en una sola noche.



Decimotercer día del mes de agua de Hilgnar...

—Una ciudad portuaria, ¿eh? Se ve muy animada. Me gusta este sitio.

—Tal vez deberíamos haber traído a Od.

Cuatro días después de partir de la aldea secreta en lo profundo del bosque, el grupo de Valerie llegó a la ciudad portuaria de Fonkrank. En las calles había lugareños que, por su aspecto, parecían desvalidos. Al contrario de lo que habían imaginado al principio, no se percibía un ambiente de rechazo hacia ellos.

—Mmm... Puede que la capital y la periferia sean algo distintas...

—¿Usted cree? En la última posada escuché que últimamente hay desvalidos trabajando en Sanc Adiet.

Valerie se rascó la cabeza, esquivando el comentario de Rufina, y justo en ese momento vio regresar a Welsh, que había salido a buscar alojamiento. Aprovechando la oportunidad, cambió de tema.

—¿Has encontrado una posada buena y barata?

—He conseguido habitaciones en un buen sitio... Pero debemos ir de inmediato.

—¿Eh? ¿Ha pasado algo?

—Se lo explicaré luego. Por ahora, le ruego que se dé prisa.

Al notar el tono inusualmente serio de Welsh, Valerie intercambió una mirada con Rufina. Sin hacer más preguntas, lo siguieron y se adentraron en un callejón.



En una habitación del segundo piso de una posada modesta, desde cuya ventana se podía ver la superficie del Lago Reflejo Lunar, Welsh compartió con Valerie y Rufina la información que había obtenido de un contacto de la asociación de comerciantes que estaba de visita en la ciudad portuaria.

A primera hora de la mañana, un grupo armado había atacado el puesto militar en la Ruta Alta, aniquilando a la guarnición del ejército de Trent Rietta. Además, Viento Afilado había emitido una declaración de guerra contra el gobierno de Trent Rietta en nombre del jefe de la familia Elfidras.

—¡¿Qué...?! ¡Maldita sea, esos tipos...!

—Shh... Baje la voz.

—¿Eso es verdad? ¿Nos podemos fiar?

—Iré a comprobarlo y a recabar más detalles ahora. Señorita, Rufina, quédense aquí y no salgan.

Como la información seguía siendo confusa, Welsh se fue con la intención de salir de dudas y contactar con su organización. Su contacto era un traficante del mercado negro que operaba en la ciudad.



En el cuartel general de Viento afilado, que era la residencia del oficial general Fortress, este analizaba la información que le había llegado de diversos frentes y evaluaba el momento adecuado para pasar a la siguiente fase. Había confirmado que Trent Rietta había respondido según lo esperado, reuniendo tropas en la carretera fronteriza del oeste.

—Las tropas de Trent Rietta estacionadas en el puesto militar de la Ruta Baja no pueden moverse debido a la amenaza de Gazetta. Dejemos el campamento de la Ruta Alta y pasemos a la siguiente fase.

—Bien, el próximo objetivo es Delia-Lidea. Debemos tomarlas antes de que lleguen refuerzos desde Ringwall... Brentford, ¿qué opinas?

—Con dos batallones bastará... Serán nuestras en medio día.

Quien respondió con calma fue una mujer guerrera de curvas pronunciadas, con una armadura reveladora y un busto generoso. Su melena verde y ondulada le caía hasta la cintura mientras examinaba atentamente el mapa de estrategias extendido sobre la mesa.

—Entonces, te confiaré dos batallones para la toma de Delia-Lidea. Mientras tanto, enviaré una unidad para hostigar el puesto de la Ruta Baja. El resto del ejército principal avanzará hacia la capital bajo las órdenes del oficial financiero.

Manipulando los movimientos del ejército de Gazetta, Viento Afilado había logrado inmovilizar a las tropas de Trent Rietta en la Ruta Baja. Mientras retiraban sus fuerzas del campamento de la Ruta Alta, los dos batallones dirigidos por Brentford iniciaron el ataque contra Delia-Lidea. La guarnición de Trent Rietta estacionada allí no era numerosa. Evaluando que la ciudad no podría defenderse, su comandante decidió abandonarla y atrincherarse en las minas de Lidea, esperando refuerzos de Ringwall a través de la ruta minera. Sin embargo, un grupo de mercenarios infiltrados en la mina previamente actuó en coordinación con Viento Afilado, tomando el control del lugar. Con su ruta de escape bloqueada, los acorralaron en la entrada de la mina y los aniquilaron.

Tal y como había declarado, la oficial tomó Delia-Lidea en medio día. Luego, dispuso sus tropas en la carretera, aparentemente para interceptar a los refuerzos de Ringwall, pero en realidad con la intención de desviar la atención de Trent Rietta y facilitar el avance del ejército principal, dirigido por Izaac, hacia la capital.



En el palacio real de Ringwall, el Rey Cliffzah se encontraba abrumado por las malas noticias que le estaban llegando una tras otra y por los funcionarios que iban de un lado a otro, desesperados.

—¡Delia-Lidea ha caído! Un batallón enemigo se ha desplegado en la carretera.

—¿Ni siquiera resistieron un día...? ¿Las tropas que enviamos como refuerzo podrán contenerlos?

—Si conseguimos atacar desde la carretera principal y desde la ruta minera al mismo tiempo, quizá...

—¡Permiso para informar! ¡Los riscos de la ruta minera han sido derrumbados y es intransitable! La avalancha ha provocado la pérdida de la mitad de la unidad de refuerzo.

Ante aquel informe, los funcionarios reaccionaron con gran agitación. La ruta minera era una vía de transporte crucial para abastecer la capital con grandes cantidades de suministros. Que la hubieran destruido era, a sus ojos, un acto de absoluta insensatez. Mientras expresaban su indignación, el Rey Cliffzah los calmó con un tono firme:

—Quejarnos no nos servirá de nada. ¿Se ha logrado determinar el tamaño exacto de las fuerzas enemigas?

—Desafortunadamente... no.

Por el momento, solo habían podido identificar tres frentes enemigos: los que atacaron el campamento de la Ruta Alta, los que habían ocupado Delia-Lidea y un destacamento avistado cerca de la Ruta Baja. Además, habían confirmado que la mayoría de los combatientes eran mercenarios.

—Hmm... Si son una organización capaz de declarar la guerra a una nación, ¿cuántas tropas habrán reunido?

—Majestad, ¿por qué no solicitamos ayuda a Fonkrank?

—Tal vez deberíamos retirar las tropas de Delia-Lidea y hacerlas esperar en la frontera.

—Si la ruta minera está bloqueada, al menos no podrán atacar la capital desde la retaguardia... Pero entonces, ¿cuál es su verdadero objetivo?

Los funcionarios lanzaban opiniones dispersas sin llegar a ninguna conclusión. Seleccionando las sugerencias más pertinentes, Cliffzah comenzó a dar órdenes para defender la capital y recuperar Delia-Lidea:

—Contactad con Fonkrank para solicitar refuerzos. Replegad las tropas de Delia-Lidea y que se mantengan en la frontera. Acelerad los esfuerzos para despejar la ruta minera.

—Con el debido respeto, Majestad... Tal vez sería mejor dejar la ruta minera bloqueada.

Ubicada en el extremo oriental de Kaltcio, solo se podía acceder a Ringwall por tres rutas terrestres: la carretera costera al norte, la carretera forestal al oeste y la ruta minera al sur. El camino del norte era el más alejado de Delia-Lidea, mientras que la ruta occidental pasaba inevitablemente por el territorio de Fonkrank. Si Viento Afilado intentaba avanzar por cualquiera de estas carreteras, corrían el riesgo de ser flanqueados o atacados desde la retaguardia por las fuerzas de Fonkrank.

A la luz de estos factores, el funcionario argumentó que si Viento Afilado había bloqueado la ruta minera para evitar que Ringwall enviara tropas directamente a Delia-Lidea, entonces su verdadero objetivo no era conquistar la capital, sino proclamar la independencia de las ciudades gemelas.

—No es una teoría descabellada... pero tengo un mal presentimiento. Hay algo sospechoso en que hayan cerrado una vía que les permitiría atacar la capital sin cruzar la frontera. Esto me huele a trampa.

La aguda intuición del Rey Cliffzah hizo que el funcionario inclinara la cabeza en señal de obediencia. Sin embargo, en su interior lamentaba haber fallado en su intento de desviar la atención del monarca. Aquel funcionario pertenecía a una de las ramas de la familia Elfidras y, en su fuero interno, pidió disculpas al difunto cabeza de la familia por su error. «Pero, en líneas generales, todo sigue según lo planeado. La clave de esta contienda es tomar la capital antes de que intervenga Fonkrank.»

Tras recibir la petición de auxilio del gobierno de Trent Rietta, en el palacio de Volance se inició de inmediato la formación de una unidad de refuerzo y la selección de su comandante. En ese momento, los exploradores desplegados en la frontera con Trent Rietta informaron de movimientos inquietantes por parte de Gazetta.

—¿El ejército de Gazetta se está concentrando en la península de Trent Rietta?

—¿Piensan cruzar el lago?

—Además, según un informe procedente de la organización de autodefensa de la ciudad portuaria...

Se había recibido una denuncia anónima afirmando que la cabeza de la familia Elfidras, fundadora de Viento Afilado, estaba oculta en la ciudad portuaria.

—Hmm... ¿Podría tratarse de una maniobra de distracción?

—Es posible. Pero la situación en Gazetta también es preocupante.

El jefe de inteligencia recomendó enviar tropas a la ciudad portuaria, y los funcionarios del palacio estuvieron de acuerdo.

En la selección de candidatos para liderar tanto las tropas de refuerzo a Trent Rietta como la misión de investigación en la ciudad portuaria, el nombre del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro figuraba como la opción principal.

En el pasado, muchos se habrían opuesto a que el perrito faldero de la princesa siguiera acumulando méritos. Aun así, desde que Yuusuke salvó el linaje de la familia Vuolasche durante el ataque a la aldea desvalida, las casas nobles empezaron a reconocerlo, y sus hazañas se celebraban como un orgullo nacional. Más recientemente, su contribución al cierre del laboratorio de bestias mágicas le había dado renombre en otros países. Tras pensarlo un momento, el Rey Esvobus anunció su decisión.



—Nuestra misión esta vez es investigar y defender la ciudad portuaria. Dependiendo de la situación, también podríamos dirigirnos como refuerzo a Trent Rietta.

En el segundo piso del palacio, en una de las salas de la guardia divina que apenas se usaba, Violet les explicó la nueva misión a los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro. Al final, se había decidido que formarían un equipo de investigación para ir a la ciudad portuaria. Para apoyar a Trent Rietta, se formó otro grupo con los soldados de mayor capacidad de mando dentro de la guardia de palacio, y como comandante en jefe fue designado Hivodir, de la Patrulla de Fuego.

—El rey ha tomado decisiones bastante audaces en este nombramiento.

—¿Tú crees?

Según Vermeer, era inusual que los oficiales de menor rango de la guardia de palacio fueran ascendidos a comandantes y enviados al campo de batalla. Su análisis era que Esvobus pretendía reforzar el ejército en su conjunto, permitiendo que la guardia de palacio, hasta entonces valorada solo por su estatus y poder divino, adquiriera experiencia real.

—Bueno, conociendo a nuestro rey, seguro que ya ha calculado bien las probabilidades de éxito.

—Hmmm...

—Dado que la estrategia para contener a Gazetta ha fracasado, quizás mi padre también ha decidido que es hora de tomar una postura más agresiva.

A pesar de la ligera inquietud que sentían ante el repentino fortalecimiento militar impulsado por el Rey Esvobus, los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro, junto con Violet, consideraron que esta estrategia también tenía como objetivo evitar una guerra total.

Mientras tanto, Krielov recordaba la conversación que escuchó entre Esvobus y Reifold: «La historia de Kaltcio es la historia de facciones enfrentándose por el dominio del mundo, con la excusa de una fe en unos dioses que alguien se inventó...». Dirigió la mirada hacia Violet, que charlaba animadamente con los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro.

Al haber ascendido formalmente como miembros oficiales, ahora todos los integrantes de la unidad, excepto su asistente Sun y el anticuario Sorzak, tenían la autoridad para organizar y liderar su propia demarcación. En los últimos días, cada uno de ellos había estado desarrollando sus habilidades de liderazgo.

«Y ahora esta misión... El equipo de investigación que enviarán a la ciudad portuaria probablemente estará compuesto por soldados bajo el mando de la Patrulla del Dios Oscuro».

Si esta misión lograba afianzar la unión entre la Patrulla del Dios Oscuro y sus respectivas subunidades, tal y como había pensado Violet en su momento, entonces habrían conseguido una fuerza de combate propia. ¿Era todo esto una simple coincidencia? ¿Un acto de clarividencia? ¿O acaso era obra del Dios Oscuro?

—Dicho esto, Krielov, explícales tú los detalles.

—De acuerdo... Procederé con la explicación. La misión en la ciudad portuaria consiste en...

Con un leve presentimiento de inquietud al recordar la absurda idea de un enfrentamiento entre la princesa Violet y el Rey Esvobus, el capitán de la Patrulla de Fuego comenzó a exponer los detalles de la misión.

La expedición de la Patrulla del Dios Oscuro y la unidad de refuerzo de Hivodir partieron de Fonkrank a la mañana siguiente, el día 16 del mes de agua de Hilgnar.


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