07/06/2016

WCC - 67, 68



Perdón por fallar en las publicaciones. Seguro que más de uno me entiende si les digo que tenía un trabajo en grupo de 50 páginas y la única que trabajó realmente fui yo. Si por el contrario son del tipo parasitario en estos trabajos, les odio.

Pero bien, ahora solo me queda el TFG y no tengo exámenes, así que podré estar más por aquí~


-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


67

Dos carruajes de la guardia avanzaban a toda velocidad por la carretera que iba hacia el sur desde la costa este de Fonkrank, en dirección a Trent Rietta. En el primero, que conducía Vermeer, viajaban Yuusuke, Sun, Raazsha y, por alguna razón, también Reifold. En el segundo, que conducía Zhahid, iban Zaisha, Hinke, Hisotta y Sorzak. Al enterarse de que iban a ir a Trent Rietta, Sorzak pidió unirse a la expedición con la excusa de obtener mineral de hierro de las minas de piedra de agua en Lidea.

Como transportar a nueve personas en un solo carruaje era inviable, decidieron dividirse en dos. Ahora bien, no podrían aplicar refuerzos para la resistencia de los caballos y asistir el desplazamiento con artes aéreas en los dos. Siendo así, optaron por prescindir de ello y, en su lugar, Yuusuke encantó los arneses de los caballos con un efecto de recuperación, lo que les permitiría viajar casi sin descanso y cubrir la mayor distancia posible en un día. Aun así, estimaban tardar entre cuatro y cinco días en llegar a la capital de Trent Rietta, Ringwall.

Fue entonces, justo antes de partir, cuando Reifold pasó por casualidad y se ofreció a asistirlos con artes aéreas de desplazamiento, por lo que terminó uniéndose al grupo.

Con un total de diez integrantes, la Patrulla del Dios Oscuro pasó su primera noche en la ciudad portuaria al este de Fonkrank. En la tarde del segundo día, ya estaban acercándose a la frontera con Trent Rietta.

—En cuanto crucemos la frontera, podremos ver Ringwall. A este ritmo, llegaremos antes del atardecer.

—¿Tú también conoces bien Trent Rietta, Reifold?

—Más o menos.

—Hmm...

A pesar de estar ocupándose de asistir al carruaje, el usuario de artes aéreas conversaba con Yuusuke sin dificultad. Para este último, era la primera vez que pasaba tanto tiempo con él y tenía la extraña sensación de estar viviendo un evento raro con un personaje raro. (NT: De nuevo, aquí Yuusuke piensa en jerga de videojuegos.)

Su mirada se desvió hacia Raazsha, que dormía en un rincón del carruaje junto a Sun. Desde que Reifold se unió de improviso, ella había cambiado su actitud y se mostraba más reservada. Más que eso, daba la impresión de estar alerta.

—Debe de tener buen instinto por su trabajo anterior. comentó Reifold casualmente sobre la razón por la que Raazsha podría estar recelosa de él, captando los pensamientos de Yuusuke por la dirección de su mirada.

—¡Pero si yo no he dicho nada...! Deja de leerme la mente.

Quienes solían moverse en las sombras solían percibir la presencia de otros como ellos. Por lo visto, el instinto de Raazsha le decía que Reifold era alguien peligroso.

—¿No decías que tú no te ensuciabas las manos?

—Y no lo he hecho casi nunca. Pero hay muchas formas de contribuir de manera indirecta —soltó Reifold con su actitud despreocupada y evasiva de siempre.

Viéndolo así, Yuusuke pensó que, en efecto, las personas como él eran las más temibles y entendió por qué Raazsha se mantenía alerta.




Mientras conversaban, la ciudad de Ringwall apareció ante ellos. La capital de Trent Rietta estaba envuelta en una luz tenue y mágica. Gran parte del país estaba cubierto por un inmenso bosque, y era una de las naciones más antiguas después de Noscentes. Su población estaba compuesta mayoritariamente por usuarios de artes aéreas.

—Parece un país sacado de un cuento de hadas...

Con sus construcciones rodeadas de enredaderas, raíces y grandes hojas, Yuusuke pensó que era como una aldea oculta de hadas de un cuento infantil.

—Es precioso...

Sun quedó deslumbrada por el brillo de las lámparas green. Raazsha, por su parte, estaba tan emocionada que se quedó completamente en silencio.

—El aire... es increíblemente puro... —comentó Hisotta, impresionada.

—¿Ah, sí? ¿Tener tantos usuarios aéreos hace que sea diferente? —respondió Zaisha, con interés.

—¡Capitán, vamos a buscar una posada! ¡Hay que descansar cuanto antes! —exclamó Hinke, más interesado en las cantantes de la ciudad que en su ambiente de ensueño.

—Tu intención de ir a un burdel se te nota a kilómetros —replicó inmediatamente Vermeer.

A pesar de la imagen cerrada que proyectaba este país rodeado de bosques, la gente de Trent Rietta era sorprendentemente risueña, tanto en cuerpo como en espíritu. Las formas de entretenimiento, incluidas las apuestas, eran bastante populares.

Además, debido a la frecuente rotación del monarca, la familia real no tenía tanta relevancia política. Aunque técnicamente había numerosas familias reales, su influencia dentro del país era mínima. En primer lugar, la mayoría de ellas no tenía ni el interés ni la intención de involucrarse en asuntos de poder. Los cambios de rey se producían principalmente cuando una mala gestión económica provocaba una crisis significativa. En esos casos, el monarca simplemente pasaba la responsabilidad a otro con un «Te encargo el resto», y así se elegía a un nuevo gobernante.

El actual rey, Cliffzah, llevaba un mandato relativamente largo en comparación con sus predecesores. Aunque sus capacidades de mando eran normales, su tolerancia hacia los fallos de sus subordinados y su personalidad prudente y meticulosa habían jugado a su favor.

—Si giramos a la derecha en esa calle, llegaremos a la avenida de las posadas de lujo. También estaremos más cerca del palacio.

—Te sabes el camino bastante bien...

La ciudad de Ringwall, con sus calles estrechas y retorcidas, no ofrecía una visión clara de su trazado. Vermeer, sorprendido por la familiaridad de Reifold con la zona, siguió sus indicaciones y giró a la derecha.



Tras alquilar habitaciones en una posada de lujo, Yuusuke, Vermeer y Reifold, como representantes de la Patrulla del Dios Oscuro, se dirigieron al palacio real. Dado que iban a llevar a cabo una misión de investigación en un país extranjero, debían presentar sus respetos en una audiencia al rey de Trent Rietta y entregarle una carta formal.

—Bueno, como siempre, yo no tengo ni idea de cómo hacer una presentación oficial...

—Ah. No te preocupes. Yo me encargo de las negociaciones básicas, vosotros solo tenéis que entregar la carta —Reifold le sonrió, como de costumbre.

En su interior, Yuusuke se encogió de hombros pensando que, después de todo, lo había planeado desde el principio. Su participación de última hora había sido solo una tapadera para no incluirlo oficialmente en la misión. En realidad, aunque había llegado en el carruaje de la comitiva, en los registros oficiales se le consideraba simplemente "un guía improvisado que la Patrulla del Dios Oscuro se encontró de camino y decidió contratar". En otras palabras, su presencia no quedaría documentada. ¿Le habría encomendado el Rey Esvobus alguna misión especial?



—Al final, solo hemos entregado la carta y ya está.

De regreso en la posada donde esperaba el resto del grupo, Yuusuke hablaba Vermeer. Reifold se había quedado en el palacio, al parecer para tratar algún asunto más complejo con el rey de Trent Rietta.

—Bueno, menos mal que ha sido sencillo.

—El padre de Violet no es precisamente alguien fácil de manejar.

Vermeer soltó una carcajada al oír cómo Yuusuke se refería al Rey Esvobus. Luego, cambiaron de tema para organizar los planes del día siguiente.

Se dividirían en dos grupos: uno liderado por Raazsha para investigar los árboles del musgo y otro para acompañar a Sorzak en la extracción de minerales.

—La gente de este país es muy amable, pero que una ciudad esté llena de trabajadores foráneos... La seguridad no es precisamente buena.

Las ciudades de Delia y Lidea, donde se recolectaban plantas y se extraían minerales, siempre tenían demanda de mano de obra, por lo que recibían trabajadores de distintos países. También había mercenarios desempleados, y algunos recurrían al robo para arrebatarles a otros el fruto de su trabajo.

—Entonces, al grupo de la mina irán Zhahid y Hinke. Si Reifold también os acompaña, no habrá de qué preocuparse.

—Me parece bien.

La mina de piedra de agua en Lidea no tenía pérdida mientras no se adentraran en los túneles. En cambio, el bosque de Delia, donde se recolectaba musgo solar, era un mar de árboles tan densos que, aunque estaba cerca de la ciudad, permanecía en penumbra incluso a plena luz del día. Por ello, la presencia de Vermeer, que haría de fuente de luz, y de Hisotta, que se encargaría de la comunicación, era imprescindible.

Yuusuke anunció la distribución de los grupos para las actividades en Delia y Lidea a partir del día siguiente.

—Así pues, Zhahid y Hinke, os encargaréis de proteger a Sorzak.

—Entendido.

—No me parece mal, pero... ¿también viene ese tío?

Mientras que Zhahid aceptó su papel sin dudarlo, Hinke parecía molesto por la presencia de Reifold en la misión. Desde la mejora de las relaciones con Blue Garden, él aparecía de vez en cuando en el palacio, por lo que sabían que era un aliado. Sin embargo, tras haber coincidido en esta misión, Hinke y Raazsha habían comenzado a sentir cierto recelo hacia él.

—La verdad, yo creo a veces que oculta algo —intervino Sorzak.

Hablar tan abiertamente era algo poco común en él, aunque enseguida matizó que, precisamente por eso, era un aliado en quien se podía confiar. Hinke pareció estar de acuerdo en eso.

Sin pretenderlo, la desconfianza de todos hacia Reifold quedó en evidencia.



La misma noche...

—¿Sigues despierta?

—Ah, Yuusuke...

Raazsha, que estaba contemplando el paisaje nocturno de Ringwall y el cielo estrellado desde la azotea de la posada, se giró al escuchar una voz. Envuelta en una luz de ensueño, la ciudad se volvía aún más hermosa al caer la noche.

—Es precioso.

—Sí, la verdad es que es increíble.

Las lámparas green brillaban con intensidad, y las luces que iban y venían por las calles sinuosas le daban a la ciudad un aspecto casi palpitante. A pesar de estar en un mundo completamente distinto, aquella imagen nocturna le despertó una sensación nostálgica a Yuusuke, como si le recordara a las vistas de su mundo de origen.

—¿Te pasa algo? —le preguntó Raazsha, al percatarse del cambio en su expresión.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Por un momento has puesto una cara como triste.

—¿En serio?

Yuusuke se hizo el desentendido, pero Raazsha inclinó ligeramente la cabeza y, sin previo aviso, lo abrazó. Él se quedó desconcertado por un instante, pero sintió cómo la calidez del abrazo y los suaves golpecitos en la espalda le relajaban hasta que su cuerpo dejó de estar en tensión.

Hacía mucho que había olvidado lo reconfortante y tranquilizador que podía ser que alguien lo abrazara. Desde que dejó atrás la adolescencia, ese tipo de contacto se había vuelto algo ajeno para él.

Así, envueltos en el abrazo, se quedaron un rato en silencio, observando el paisaje nocturno de Ringwall.

—¿Te sientes mejor?

—Siento que voy a ponerme nervioso por otra razón...

Raazsha soltó una risita y, poco a poco, se apartó de él.

—Oye, Yuusuke... ¿No crees que te esfuerzas demasiado?

—¿Eh...? No sé, no, diría que me lo tomo todo con bastante calma.

—Pero incluso eso lo haces de forma intencionada, ¿no?

—...

Raazsha había llegado a juzgarlo mal en el pasado, pero su instinto para leer la verdadera naturaleza de las personas seguía siendo tan agudo como siempre. Sabía que aquella sensación de extrañeza que desprendía él no se debía únicamente a su peculiar poder divino, sino también a que no terminaba de encajar del todo con el resto.

Adaptarse a la sociedad con una actitud amigable, sin causar problemas y fingiendo naturalidad. En su mundo original, esa forma de vivir le había resultado tan natural que, sin darse cuenta, había acabado interpretando el papel de la persona que los demás esperaban de él.

—Yo también he tenido que fingir mucho a lo largo de mi vida, así que lo noto enseguida... Cuando alguien no está siendo realmente él mismo.

—Vaya... Pero, visto así...

Si se supone que la identidad propia es aquella con la que uno mismo se reconoce, ¿acaso no era válida también la identidad que él mismo había construido para adaptarse a su entorno? Yuusuke no pudo evitar plantearse esa duda.

—Lo que dices es demasiado complicado. No te sigo.

—¿Eh? ¡Venga ya!

«Si sacas el tema, al menos sígueme el rollo», pensó Yuusuke mientras soltaba un suspiro exagerado, y mientras ella se reía. Entonces, con una sonrisa, Raazsha se dio media vuelta, le guiñó un ojo y dijo con picardía:

—Yo aceptaré a cualquier Yuusuke, sea como sea. ¡Usted manda, mi amo!

—¡Gaaah...!

Y así fue como Raazsha volvió a dar en el clavo, tocando de lleno la fibra otaku de Yuusuke.





68

Al día siguiente, la Patrulla del Dios Oscuro abandonó Ringwall y se dirigió hacia Delia-Lidea. Durante el desayuno, aprovecharon para comentarle a Reifold, que había regresado en algún momento de la noche del palacio, los planes de viajar a las minas de Lidea. Él aceptó sin problema.

—Por cierto, ¿de qué hablaste con el rey ayer?

—Sobre la economía y otros asuntos sin importancia. Ya sabes.

—Ahm...

Le preguntó por curiosidad, aunque no esperaba que le respondiera con la verdad. Como era de esperar, Reifold le dio una respuesta vaga, y Yuusuke no tuvo más remedio que resignarse. Aunque, en realidad, el espía pensó para sí mismo: «Pero si le he dicho la verdad...».

Para llegar de Ringwall a Delia-Lidea, había dos rutas posibles: una que atravesaba las montañas rocosas, que era la más frecuentada por los lugareños, y otra que seguía la carretera principal. Como el camino de la montaña pasaba por acantilados escarpados y era peligroso para quienes no estaban acostumbrados, ellos optaron por la ruta más segura. Sin embargo, con la situación de las bestias mágicas aún sin resolver, ni siquiera el camino principal podía considerarse del todo seguro.

Tras cruzar la frontera y avanzar por el territorio de Fonkrank, volvieron a entrar en tierras de Trent Rietta y aprovecharon para hacer una pausa para el almuerzo. Finalmente, llegaron a Delia-Lidea cuando el sol comenzaba a ponerse.

—¡Vaya, así que esto es Delia-Lidea!

Raazsha se asomó por la ventanilla del carruaje y echó un vistazo con ojos brillantes. Las ciudades de Delia y Lidea se alzaban a ambos lados de la carretera, con una clara diferencia en la arquitectura entre la zona montañosa y la forestal, lo que reflejaba los gustos artísticos de sus habitantes.

La calle comercial central era una extensión de la carretera, adaptada a la expansión de la ciudad. Estaba llena de puestos y carruajes de mercaderes, creando un bullicioso ambiente.

—Está muy animado... —comentó Sun con admiración.

—Más que animado... da la sensación de que hay demasiado alboroto —dijo Yuusuke con el ceño fruncido. Había algo en el ambiente que no le terminaba de encajar.

—Hay muchos hombres armados. Probablemente sean mercenarios —señaló Zhahid.

Para ser una ciudad con tantos trabajadores inmigrantes, resultaba llamativo ver grupos enteros de personas armadas moviéndose por las calles.

—¿Tendrá que ver con los ataques de las bestias modificadas...? —susurró Zaisha en voz baja, como si tratara de confirmar sus propias sospechas.

Mientras avanzaban lentamente por la calle principal, iluminada por las lámparas green que empezaban a encenderse, las miradas de los transeúntes se posaron en ellos con distintos matices. Era raro ver carruajes del ejército de otro país, por lo que, sin duda, llamaban la atención.

Mientras Yuusuke y los demás hablaban sobre la situación de la ciudad, una voz conocida les interrumpió.

—¡Hombre! ¿Los asuntos oficiales también les traen por aquí?

En un grupo de mercenarios, un hombre levantó la mano y se acercó corriendo hacia ellos. Era uno de los aventureros con los que habían luchado contra las bestias modificadas. La imagen de ese hombre aplastando con rabia a una de las crías de esos seres, mientras lamentaba la muerte de sus compañeros, seguía fresca en la memoria del grupo.

—¡Cuánto tiempo! Me alegra ver que estás bien.

Yuusuke le devolvió un saludo neutral, y el aventurero le sonrió antes de girarse y hacer un gesto a su grupo, como diciendo: «¿Lo veis?». Sus compañeros, que parecían haber intentado detenerlo al ver que se acercaba a la caravana de la guardia de palacio de Fonkrank, suspiraron con resignación.

—¿Han venido a investigar el laboratorio de bestias modificadas?

—¿El laboratorio de bestias modificadas?

—¿No es así? Pensé que estaban aquí para exterminarlas... Aunque, pensándolo bien, sería demasiado rápido.

—No entiendo de qué hablas...

Ante las caras de desconcierto, el aventurero comenzó a explicar lo que estaba ocurriendo en la ciudad. Gracias a su relato, la razón del ambiente tenso en Delia-Lidea quedó finalmente clara.

La noche anterior, un hombre llegó tambaleándose hasta la ciudad. Estaba gravemente herido y, mientras recibía tratamiento, entre jadeos y con un hilo de voz, empezó a hablar de un centro de investigación donde se podrían haber creado las bestias modificadas. Sus palabras provocaron miedo e inquietud en la gente, pero también despertaron su curiosidad y el deseo de gloria.

Según contó, un científico loco había abierto las jaulas que contenían a las bestias, desatando el caos dentro de la instalación. Los monstruos liberados atacaron al personal. Intentaron controlarlos con una flauta mágica especial, pero fracasaron estrepitosamente. El sonido de la flauta no solo no calmó a las bestias, sino que atrajo a más, a aquellas que aún no habían sido sometidos a los procedimientos de domesticación. Y muchos trabajadores fueron devorados sin excepción.

Los supervivientes consiguieron sellar la instalación a la desesperada y huyeron, pero para entonces varias criaturas ya habían escapado. En el bosque, los monstruos los atacaron y acabaron dispersándose. Aquel hombre, que había conseguido llegar hasta Delia, murió angustiado por el temor de que su investigación se convirtiera en una catástrofe incontrolable.

El aventurero continuó hablando sobre las bestias modificadas:

—Las bestias normales pueden combatirse con artes divinas, pero cuando se trata de estos bichos, hay que luchar con armas.

Era peligroso, pero si se tenía cuidado de no atraer más monstruos, la flauta mágica podía ser una herramienta eficaz. No solo servía para neutralizarlas, sino incluso para controlarlas. Su valor debía de ser incalculable. Además, dentro de la instalación cerrada todavía debían quedar herramientas de gran valor.

Por esa razón, la ciudad se había llenado de aventureros y mercenarios en busca de riqueza tras enterarse de la noticia. Al mismo tiempo, los habitantes estaban contratando a quienes estuvieran dispuestos a combatirlos, por miedo a ser atacados. En resumen, el bullicio y la tensión que se respiraban en la ciudad se debían a la mezcla de cazadores de bestias, buscadores de tesoros y comerciantes que habían acudido para aprovechar la situación.

—Vaya, quién iba a decir que nos toparíamos con la continuación de aquel asunto... —comentó Yuusuke, sorprendido.

—Avisaré al cuartel general por si acaso. De momento, busquemos alojamiento —contestó Vermeer, mientras le guiñaba un ojo a Hisotta, para que se mantuviera alerta.

La repentina parada en la carretera de la famosa Patrulla del Dios Oscuro estaba causando un atasco entre los carruajes de mercenarios y mercaderes que tenían detrás. Pero nadie se atrevía a exigirles que se apartaran.

—¡Ups, perdón! ¡Nos movemos enseguida!

El joven capitán sacó la cabeza por la ventanilla y se inclinó repetidamente en señal de disculpa, luego dio la orden de avanzar hacia la calle de las posadas. Los conductores de los carruajes atrapados en el embotellamiento se apresuraron a inclinar la cabeza en respuesta, intimidados por la presencia de la guardia real de Fonkrank.

—Vaya, lo siento. Parece que les he hecho perder el tiempo con tanta charla.

—No, al contrario. ¡Gracias por la información!

En la calle de las posadas caras, donde había menos tránsito que en la de los alojamientos más comunes, Yuusuke decidió seguir conversando con el aventurero.

—Por cierto, el tipo que resultó herido, ¿ya se ha recuperado?

—Ah, sí. Se recuperó rápido después de aquello. No sé qué habrá sido de él después. Nos separamos.

—¿En serio...? Ah, ya veo. ¿Era un compañero temporal?

—No, llevábamos juntos como cinco o seis años... Nos dedicábamos más que nada a la búsqueda de tesoros.

La expresión del aventurero se tornó sombría, lo que llevó a Yuusuke a intuir que había perdido a casi la mitad de sus compañeros en el incidente. Decidió no ahondar en el tema, pero el aventurero, con una mueca de enfado, continuó hablando.

—¡No se sumerjan nunca en el Lago Reflejo Lunar...! A pesar de saber que había monstruos, esos idiotas...

Fue en ese momento cuando todos notaron algo extraño en su tono y su comportamiento. Incluso Raazsha y Sorzak, que lo acababan de conocer, sintieron en sus palabras y expresión un atisbo de locura.

—Ehm... Entonces, te uniste a un grupo de mercenarios hace poco, ¿no?

—¡Sí! ¡En un grupo de mercenarios especializados, cazar bestias mágicas es mucho más eficiente...! ¡Oh, vaya! Mis compañeros se preocuparán si tardo demasiado. Me tengo que ir.

El ex aventurero se despidió agitando la mano y se alejó corriendo hacia la avenida principal.

—Mhm... —gruñó Yuusuke pensativo mientras una sensación incómoda flotaba en el ambiente.

—Capitán, ya casi hemos llegado a la posada.



Tras instalarse en la posada con la que habían contactado de antemano, el grupo se reunió para recopilar y analizar la información sobre las bestias modificadas.

La posada era algo pequeña, pero era elegante y la habían reservado entera. Se sentaron alrededor de una mesa larga, en el salón principal, con Reifold de pie cerca del pasillo, apoyado con la espalda en la pared.

—El asunto de las bestias modificadas es preocupante, pero nuestra misión aquí es investigar el musgo. Dicho esto, en principio, seguiremos adelante con lo que habíamos planeado —expuso Yuusuke, para expresar su postura respecto a la situación.

—O sea, que no vamos a meternos en el asunto de forma activa. ¿Es eso?

—Exactamente.

Al escuchar su respuesta, Hinke también asintió con aprobación.

—Me parece bien. No tenemos por qué meternos en líos innecesarios.

El informe que habían enviado a Fonkrank no recibiría respuesta hasta, como pronto, el mediodía del día siguiente. Dado que el incidente había ocurrido en territorio extranjero y no formaba parte de su misión, no tenía sentido involucrarse sin necesidad. Todos estuvieron de acuerdo con la decisión del capitán.

Cuando preguntó si había algún otro tema que discutir, Sorzak levantó la mano.

—No habíamos previsto que hubiera tanta gente. Debemos evitar meternos en conflictos a toda costa.

Había quienes, al conocer la reputación de la Patrulla del Dios Oscuro, podrían intentar ganar prestigio retándolos a duelos o provocándolos de alguna forma. Sorzak resumió la situación y sugirió medidas para evitar problemas. Su advertencia era sensata, por lo que decidieron que, al salir por la ciudad, lo harían siempre en grupos de al menos tres personas.

—Bueno, aunque con el capitán no creo que haya problemas —comentó Vermeer, con naturalidad.

—Sí, el capitán sabe lo que hace —le siguió Zhahid.

—Exacto, seguro que le va bien —terminó Zaisha.

Hisotta asintió con la cabeza repetidamente. En el otro extremo de la mesa, Hinke escupió de repente el trago de licor que estaba bebiendo directamente de una botella al oír al resto.

—¿Y por qué estáis tan seguros de que me irá bien? —preguntó Yuusuke, mirándolos de reojo, algo incrédulo.

—Porque los que se meten contigo siempre acaban perdiendo —respondió Raazsha con un tono despreocupado.

Todos asintieron con convicción ante su comentario.

—Ehm... Pero él no tiene la culpa, ¿no...?

—Gracias... Eres la única que me aprecia, Sun —concluyó el Dios Oscuro, al encontrar consuelo en las palabras de la desvalida.


9 comentarios:

  1. what!? así que la conducta hasta ahora de Yuusuke era todo fingida?

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    1. a ver, yo entiendo como que ha adquirido el rol que se ha encontrado en ese nuevo mundo, está claro que en Japón no era nada parecido a un héroe salvador; no es que finja, es q no es el mismo

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    2. No es que esté fingiendo porque quiera, si no que se adapta a lo que piensan los demás para ser aceptado. Es una técnica de defensa muy común en niños y adolescentes distintos a la medie e inteligentes, que saben que para evitar ser rechazados o sufrir bulling tienen que imitar a los demas, ser más amable y extrovertidos, bromear, etc (depende de el contexto). Cuando pasan los años la máscara se fosiliza y tu personalidad real queda escondida detrás de la fachada, incluso para uno mismo.

      Por lo que he entendido, parece que Yuusuke es una persona inteligente e insegura, que por alguna razón o trauma quiso esconder su verdadera forma de ser y para ello simplemente empezó a actuar como los demás esperaban que fuera. En la vida real seguramente era un trabajador tipo de una oficina, mientras que aquí su forma de ser se convirtió en heroica porque es lo que esperaban de él... o mejor dicho, terminó convirtiendose en esto por el flujo de los acontecimientos. Eso no significa que su verdadera personalidad sea malvada, seguramente simplemente es una persona apática, introvertida o depresiva.

      Por cierto, el hecho de que Raazsha se haya dado cuenta y le diga que lo acepta sea como sea va a tener un impacto muy fuerte en Yuusuke. Hasta ahora Sun no tenía competencia (por el simple fluir de la vida, porque tampoco es que a Yuushuke se le haya visto muy proactivo) pero con esto ahora la cosa cambia. Ya no tengo tan claro con quien se quedará al final.

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  2. Se entiende que hacen esto sin nada a cambio, no se les puede reprochar nada, por mi tómense su tiempo, se les agradece totalmente todo su esfuerzo y aporte ;)

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  3. A todas estas... ¿Cómo es el verdadero Yuusuke?
    Sabemos que era un Gamer, que el día en que fue transportado estaba molesto por el juego de porqueria que tenia a la mano.
    En el manga, al parecer fue corrido de su casa.
    Así que era un Neet?

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  4. Yo no entiendo bien que era yuusuke en su otro mundo, primero pensé que era un tipo de bachillerato por los videojuegos y como se iba a jugar a lugares tranquilos, después pensé que era un joven de unos 20 años que estaba estudiando, y ahora me salen que es mas grande, pues cuantos años tiene el men.

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