Hoy los tres capítulos de WCC son de Degel~~ Entre mi examen la semana pasada y que he estado ocupada con otras cosas *guiño-guiño*, no he podido traducir el mío... No prometo nada pero intentaré adelantar para la semana que viene. Aun así, estos tres son capítulos bastante largos, tenéis para un buen rato de lectura. ¡Nos vemos!
-Xeniaxen
Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator
Traducido por: Xeniaxen
21
Cuatro días después de que se promulgara la ley de protección para los desvalidos en Sanc Adiet, los limpiadores desvalidos comenzaron a hacer sus labores en el distrito de clase baja, supervisados por guardias reales. Aunque el primer día hubo muchos curiosos y la actividad fue torpe, a partir de entonces no hubo grandes problemas, integrándose sin contratiempos en el paisaje urbano.
Después de terminar su ronda y el informe, Yuusuke regresó a su habitación. Al abrir la puerta, se quedó paralizado.
—Hola.
—¿Cómo que hola...?
Por alguna razón Reifold estaba allí. Al verlo, Yuusuke sintió un desconcierto absoluto. «Estoy en el palacio, ¿no?», pensó. Por sus acciones anteriores, pese a que Reifold era un espía de Blue Garden, Yuusuke no lo consideraba un enemigo. Así pues, cerró la puerta y preguntó:
—¿Qué quieres de mí hoy?
—¿Eh? ¿No vas a llamar a los guardias por haber encontrado un intruso?
—El guardia soy yo. Esto es un interrogatorio. ¿Qué haces aquí? —respondió Yuusuke con una actitud bastante tranquila y segura.
—Parece que has madurado —dijo Reifold con tono divertido.
Luego, de alguna parte, sacó una carta y se la ofreció. El remitente era Zeshald.
—¿Qué es esto?
—Lo que ves. Una carta de Zeshald dirigida a ti.
Yuusuke tenía muchas preguntas, pero decidió leer primero la carta, por lo que abrió el sello.
—Contiene un informe sobre su situación actual y una solicitud de fabricación.
—¡No me hagas spoilers!
En la carta de Zeshald se mencionaba la situación de Blue Garden, y cómo el "Héroe de Gearhawk" se había convertido en un tema de conversación allí. En la ciudad fortaleza de Paula, debido al incidente que le dio ese título, hubo algo de caos por la reorganización militar, y Zeshald aprovechó la oportunidad para actuar. Se acercó a la reina para atraer a posibles aliados con la intención de derribar al verdadero líder de Blue Garden, el Caudillo Supremo Izapnar. Por el momento, le solicitaba crear una reliquia que haga evidente la autoridad de la reina, para reforzar la idea de que ella era la verdadera soberana del país.
—¿Una reliquia...?
—Se refiere a algo similar a las dagas de tus subordinados, o los anillos de habilidad de los capitanes. Algo así, pero mucho más poderoso.
El plan de Zeshald era promocionar la herramienta que creara Yuusuke como una reliquia de la reina. Así, atraería a los burócratas leales al antiguo rey de Blue Garden y a los soldados partidarios de la reina de la Milicia Divina, con el fin de expandir su influencia. Entonces le llegarían algunas solicitudes a la reina, probablemente de carácter bélico, las cuales no debía rechazar para ganarse el favor de los demás burócratas. A medida que la facción de la reina ganara poder, la fuerza política de Izapnar disminuiría. Con la reina en posesión de la autoridad y el poder de decisión, y con el respaldo de sus aliados, podría empezar una guerra civil, que podría ser mitigada con la ayuda de Fonkrank, que apoyaría a Rishause.
De esta forma, Zeshald creía que podría alcanzarse una relación pacífica entre Blue Garden y Fonkrank, con la reina ejerciendo una influencia indiscutible dentro del país.
—Ya veo... Entonces, incluso si llegara a haber una guerra civil, Fonkrank no tendría nada que perder, ¿verdad?
—Bueno, para Fonkrank solo será un incendio al otro lado de la frontera. Seremos nosotros quienes lo provocaremos.
—¿Qué? ¿Cómo que "Nosotros"?
—¿No te has dado cuenta ya? Soy un espía doble.
Zeshald tenía el rol de espía de Blue Garden infiltrado en Fonkrank, y al mismo tiempo, también era un espía Fonkrank en Blue Garden. Yuusuke ya sospechaba algo, así que al escuchar esa revelación, su respuesta fue simplemente un «Ya lo imaginaba».
«Ahora todo encaja» pensó, y dejó escapar un ligero suspiro.
—Entiendo la situación. Haré lo que pueda con la falsa reliquia.
—Genial, yo iré a informar al Rey Esvobus también. Ah, y lo de mi papel, manténlo en secreto, ¿de acuerdo?
Con un gesto, Reifold saludó y salió de la habitación. Su manera de irse caminando con tanta normalidad le pareció a Yuusuke extrañamente tranquila.
—Ostras... Reifold ya debe de haber transmitido al profesor mi conformidad con su solicitud.
Crear una facción que se opusiera al líder con un poder mayor era increíblemente arriesgado y complejo, algo difícil de procesar incluso para Yuusuke. La posición y título de "consejero de la reina" tampoco parecían ser de mucha ayuda para Zeshald, según lo que había escuchado de la situación allí.
El instructor de artes acuáticas, aunque probablemente hubiera superado misiones peligrosas como esa en el pasado, estaría expuesto a un gran riesgo hasta que la facción de la reina ganara aliados. Mientras tanto, sería prácticamente un lobo solitario dentro de la ciudad fortaleza.
—En ese caso, no me queda más que apoyarlo creando una reliquia de puta madre.
Entendiendo la magnitud de la responsabilidad, Yuusuke se comprometió a elaborar cuidadosamente el artefacto con el que ofrecería su apoyo.
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En las instalaciones centrales de la ciudad fortaleza de Paula, en la Sala del Consejo, el líder supremo Izapnar discutía con uno de sus subordinados más cercanos sobre el encuentro en solitario entre Zeshald, el instructor de artes divinas, y la reina Rishause.
—Nos ha dado en el punto más débil. Si su intención era asesinar a la reina, podría haberlo hecho ya...
—Probablemente, su objetivo fuera ganarse el favor de la reina y formar una facción de oposición a su actual gobierno.
En contraste con la actitud directa de Izapnar, el subordinado hablaba con cautela mientras especulaba sobre las intenciones de Zeshald.
—De todas maneras, lo del Fuerte Gearhawk fue un golpe duro. Estamos tardando más de lo normal en recuperarnos.
—El rol de Zeshald está siendo imprescindible. Lamento no haberlo sabido antes. Lo hemos desaprovechado.
Al ser un hábil sanador, Zeshald era capaz de observar y detectar cambios en el cuerpo de otros usuarios de artes divinas. Podía identificar sus hábitos y corregir los factores que dificultaban la correcta ejecución de los poderes. Quienes entrenaban con él experimentaban un aumento notable en sus habilidades desde el primer día. Por eso, el tiempo de entrenamiento se estaba alargando más de lo planeado. En un principio, el plan era hacer que Zeshald solicitara una audiencia real mucho antes, y matarlos a él y a la reina Rishareus al mismo tiempo. Querían presentarlo como complot de Fonkrank para asesinar a la reina.
Eran conscientes de que era un plan poco sofisticado, pero esperaban que el provocador ataque contra Fonkrank instigara al instructor. Una vez comenzara el conflicto, tacharían a la facción de la reina de querer vengarse y la enviarían al frente. Los valientes soldados perecerían en batalla, y luego, con el poder reducido de la facción de la reina, tomarían gradualmente el control absoluto. Los esfuerzos para atraer a burócratas de Fonkrank, incluido Zeshald, también formaban parte de la preparación para acabar con la solidez de la familia real de Blue Garden. Sin embargo, todo había fallado.
—Le hemos abierto la puerta de nuestro país al enemigo... Si la facción de la reina gana fuerza, esto podría llevarnos directamente a una guerra civil.
—En ese caso, Fonkrank se uniría a la facción de la reina.
—¡Maldita sea! ¡¿Era eso lo que planeaba?!
—Es probable que ya sepa quiénes están en nuestro bando.
La popularidad de la reina entre la población era alta. La mayoría de las élites de las brigadas y los burócratas del gobierno central, que habían sido atraídos por beneficios como el privilegio de estatus, estaban alineados con la facción de Izapnar. Sin embargo, los burócratas leales a la antigua monarquía, que habían sido alejados del poder central, como los soldados de la Milicia Divina, se unirían gustosamente a la facción de la reina a la mínima señal de acción.
—Tenemos que hacer algo antes de que esto se nos vaya de las manos...
—Zeshald tiene conocidos que podríamos traer como esclavos. Es mejor que nos movamos antes que él.
—Está bien, te doy permiso. Hazlo cuanto antes.
—Bien. ¿Puedo contar con esa vacante de la Brigada de Agua?
El subordinado de Izapnar recibió un documento oficial que acreditaba su misión, hizo una reverencia y salió del despacho.
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En su habitación del Palacio de Volance, Yuusuke se dispuso a hacer la reliquia de la Reina Sacerdotisa con los materiales que había reunido.
Había bajado al mercado cuando ya estaba a punto de cerrar, al caer la tarde, en el distrito de clase baja, y se había recorrido todos los puestos. Luego había visitado las tiendas de herramientas en los distritos de clase media y alta. Había comprado armas, armaduras y adornos de buena calidad. Después, comenzó a aplicarles diversos efectos especiales, pero...
—Mmm... No sé. No me termina de convencer su fuerza...
Una lanza, supuestamente hecha por un famoso artesano de artes terrestres, tenía una rareza más alta comparada con los otros artículos. Podía mejorarla hasta un nivel mucho mayor que las dagas de sus subordinados. Sin embargo, no parecía lo suficientemente impresionante como para ser una "reliquia". Además, la imagen de Zeshald desatando todo su poder con una lanza le parecía un poco forzada. La ocasión requería algo más majestuoso, así que Yuusuke decidió replantear su diseño.
Pero las cosas no avanzaban como esperaba. Intentó darle forma de bastón a la lanza y agregarle adornos, con la esperanza de aumentar los efectos especiales. Pero la fusión unificó el objeto en uno solo, lo que limitó la cantidad de efectos especiales que le podía aplicar. La realidad es que solo le añadió un toque decorativo algo hortera.
Entonces intentó mantener el aspecto de la lanza original y ponerle los adornos por separado, pero de este modo, los abalorios no formaban parte del equipo y, por tanto, no podía añadirles efectos ofensivos. «Nada de esto es mejor que la espada de Shinja», pensó. Al comprobar la rareza de los materiales en la pantalla de personalización, se dio cuenta de que incluso las monedas de cristal tenían una rareza similar a la de la lanza. Aún no había encontrado un material tan raro como el de la espada del guerrero desvalido.
Finalmente, decidió que crear armas y adornos a partir de monedas de cristal para aplicarles efectos especiales era más eficiente que modificar los artículos que había comprado.
—Me podría haber ahorrado el paseo...
Tenía fondos ilimitados para esta misión, ya que contaba con su extraña capacidad para modificar cristales, igual que los de la billetera de Zeshald.
Dejó de lado los brazaletes y colgantes que había comprado, pensando en regalarlos a las sirvientas del personal de palacio. Por supuesto, no tenía en mente las consecuencias de hacer algo así.
Mientras murmuraba para sí mismo, escuchó un golpe en la puerta. Pensó que era Violet pidiendo algún capricho, como siempre, así que se levantó de la cama. Ella solía aparecer de madrugada para disfrutar de dulces o tés con sabores variados.
«Es verdad... Hace tiempo que no le envío frutos rara dulces a Sun.»
Los que había dejado en la casa de Zeshald ya se habrían acabado. Aún no podía regresar a la aldea de Rufk, pero pensó que podría pedir a alguien que le enviara una caja.
—Podría escribirle una carta esta vez... ¡Ah! Eres tú...
—¡Hola! Buenas noches.
Al abrir la puerta, Yuusuke vio a Reifold de pie frente a él.
—Parece que no has avanzado mucho, ¿eh?
—Sí, está siendo difícil dar con buenos materiales.
Al ver los prototipos de reliquia esparcidos por la mesa y el suelo, Reifold comprendió la situación. Yuusuke le explicó las limitaciones de su habilidad [Creación Personalizada]. Aunque podía dar forma a los objetos como quisiera, los efectos que podía añadirles dependían enormemente del material. Los mejores prototipos eran los que había hecho con monedas de cristal como material, pero no lograba hacer lo que tenía en mente, lo que le había llevado a un punto muerto.
—Teniendo en cuenta que ella usa artes acuáticas, el efecto sería bastante potente, pero aun así...
Además, si alguien robaba la reliquia, le darían un poder tremendo al enemigo. Por eso quería evitar la opción de crear varias. Lo más importante era asegurar la seguridad de Zeshald. Y, sobre todo, quería un efecto que reflejara la autoridad de la reina.
Mientras daba vueltas a un brazalete de cristal en uno de sus dedos con los brazos cruzados, Reifold sonrió y sacó un paquete de su chaqueta.
—Te traigo un regalo de parte del Rey Esvobus.
—¿Del rey? ¿Qué es...? Pesa mucho.
Al abrirlo, vio que era un bloque de metal. De un metal pesado, platino. Al revisarlo en el menú de personalización, vio que era un material muy similar al de la espada de Shinja. Según su amigo espía, era un material muy antiguo que había estado guardado como tesoro real, al cual solo los miembros de la realeza podían acceder.
—Vaya. Esto seguro que me viene de maravilla.
—Entonces, volveré mañana por la noche.
—Ah, espera un momento. Tengo algo que pedirte.
Yuusuke recogió uno de los anillos de cristal, lo transformó rápidamente en un Anillo de Viento y se lo ofreció como recompensa. A cambio, le pidió que le entregara una carta y algunos frutos rara en la aldea de Rufk. Sorprendido por recibir una solicitud del joven, Reifold puso cara de asombro.
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Una figura humana recorrió el camino entre Sanc Adiet y la aldea de Rufk a una velocidad mayor que la de los carruajes de la guardia real. Cargaba con la carta y los frutos rara que le habían encargado entregar, mientras probaba los efectos del Anillo de Viento.
Reifold, que ya dominaba de antes las artes aéreas de movimiento, pudo sentir por primera vez el miedo a la velocidad. A pesar de eso, no redujo su ritmo y siguió corriendo, impulsado por su curiosidad por ver hasta qué punto podía acelerar.
«¿Este es el efecto de un anillo que hizo con prisas? Yuusuke es increíble...»
Cuando descubría una herramienta útil, la usaba sin dudar. Su capacidad de adaptación, el ingenio que había mostrado en la fortaleza y su habilidad para ganarse a los soldados revelaban que el joven tenía mucho talento. También mantenía una buena relación con la princesa y su consejero cercano, y era amigo íntimo del famoso hijo mayor de la familia Vulasche, que además era un candidato a prometido de la princesa.
«Ya veo por qué decía que podría cambiar el mundo algún día... Hmm...»
En gran parte, Reifold estaba malinterpretando las motivaciones de Yuusuke, ya que no tenía en cuenta la diferencia en sus valores y su falta de conocimiento sobre este mundo.
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La mañana siguiente, al levantarse y prepararse, como siempre, para ir a casa de la Tía Bahana, Sun encontró una bolsa de frutos rara acompañada de una carta en la entrada. Después de leer la carta, Sun abrazó la bolsa con una sonrisa de alegría.
—Yuusuke... ¡Gracias por el detalle!
El aprecio de Sun hacia Yuusuke subió de nivel.
22
—Buenas noches, Yuusuke.
—Oh, ya estás aquí.
Según acordaron el día anterior, Yuusuke le entregó a Reifold la [Reliquia de Shalnar] terminada. Era una tiara de platino adornada con encajes. Los efectos que tenía, gracias a la calidad del material, eran bastante poderosos:
- Efecto de amplificación de las artes acuáticas
- Efecto de amplificación de la resistencia física
- Efecto de amplificación de la recuperación de la resistencia
- Efecto de curación
- Efecto de resistencia al veneno
- Efecto de sosiego
- Efecto de amplificación de la resistencia a las artes divinas
- Efecto de amplificación de la resistencia física
- Efecto de amplificación de la velocidad de movimiento
El artículo permitía que su portador pudiera luchar casi 24 horas seguidas, con excepción de las pausas necesarias para comer e ir al baño. Incluso alguien como Zeshald, que tenía la resistencia de una persona mayor, con esta tiara podría recuperar su energía con solo unas horas de sueño ligero. La ventaja de no tener que descansar era lo que la convertía en una verdadera reliquia.
—Ya veo. Mientras la lleve puesta, tendrá ese efecto.
—Con anillos o brazaletes no podía aumentar mucho la cantidad y calidad de los efectos, así que decidí hacer una tiara.
Como los efectos de apoyo eran algo normal para los artículos de tipo diadema en los videojuegos, Yuusuke intentó recrearlos en este mundo. Así se lo explicó a Reifold, de forma resumida y omitiendo partes que probablemente no entendería.
—Y luego... Esto no sé si funcionará, pero...
Dijo que quería que siempre lo llevara puesto y le dio un anillo.
—También está hecho de ese material, ¿no? ¿Por qué no tendría que funcionar?
—Bueno, es algo especial. Yo no puedo probarlo.
Yuusuke dijo que era algo similar a un amuleto, evitando dar una explicación detallada. En realidad, el anillo tenía un efecto especial típico de los objetos folclóricos en los videojuegos, como si fuera un artefacto mágico.
—De acuerdo. Por cierto, ya entregué la carta y el paquete —dijo Reifold. Guardó las reliquias en su bolsillo y abandonó el palacio para dirigirse rápidamente hacia la primera capital de Blue Garden, Kofta.
Con su trabajo terminado, Yuusuke suspiró y se dejó caer sobre la cama. Hoy era el día 16 del mes de viento de Zeshnar (NT: Se trata del día 16 del cuarto mes (el orden siempre es el mismo de la jerarquía: fuego, agua, tierra, viento) de la segunda estación (orden de los dioses, también según el orden de la jerarquía de poderes: Volnar, Zeshnar, Shalnar, Hilgnar).), y pronto comenzaría la estación de tierra.
—Uf... pronto podré descansar. Las reliquias llegarán al profesor durante el Festival de la Cosecha.
Aunque las fechas variaban según el país, el Festival de la Cosecha se celebraba del primer al tercer día del mes de fuego de Shalnar (NT: Del día 1 al día 3 del primer mes (mes de fuego) de la tercera estación (estación de tierra, Shalnar). Es un sistema de contar meses bastante lioso, la verdad.). Yuusuke tenía vacaciones desde el 19 de ese mes hasta el 5 del mes siguiente, por lo que tenía planeado alquilar un carruaje y unos caballos para llevar algunos recuerdos a la aldea.
Preocupado por el estado de Zeshald, sabía que no podría relajarse por completo. No obstante, no tenía intención de dejar de lado a Sun. Por ahora, se puso a pensar qué regalos llevaría al pueblo.
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En las instalaciones centrales de la ciudad fortaleza de Paula, en el Edificio del Consejo, Plausha observaba la habitación individual que le habían asignado, mientras lidiaba con una mezcla de emociones. Al no haber alcanzado aún la edad requerida para formar parte de la brigada de élite, había sido inscrita como miembro provisional de la Brigada de Agua bajo un procedimiento especial. Esto le permitía residir en los barracones del edificio del consejo.
«¿De verdad está bien que haga esto...?»
Plausha reflexionaba sobre el pacto secreto que había hecho recientemente con Volmes, capitán de la Brigada de Fuego y una de las personas de mayor confianza del caudillo supremo Izapnar. El acuerdo consistía en mantenerse cerca de Zeshald, el instructor de artes divinas, observar sus movimientos y reportarlos a cambio de su ingreso a la Brigada de Agua y de información sobre la muerte de su hermana.
—¿Eres tú, Plausha?
—¿Eh? Sí, sí. Soy yo —respondió rápidamente Plausha, sobresaltada y nerviosa.
Volmes apareció de repente en su casa mientras estaba estudiando, ya que su instructor había salido hacia Kofta. Le explicó que quería encomendarle una misión secreta, mientras le entregaba un certificado de admisión a la Brigada de Agua.
—¿Investigar al instructor...? ¿Qué quiere decir con eso?
—Parece que Zeshald nos está engañando.
—¿Se refiere a que podría ser un espía de Fonkrank o algo así...?
—Sí, en resumen, se trata exactamente de eso.
El capitán Volmes señaló que había muchas acciones sospechosas en el comportamiento de Zeshald, como por ejemplo su decisión de solicitar una audiencia real sin haber presentado ningún aviso previo al cuartel general central de Paula.
—Sabes que la reina trata de forma especial a los desvalidos, ¿verdad?
—S-Sí... Sé que lo hace en Kofta.
Algo impensable en Paula, en Kofta los desvalidos eran como cualquier otra persona. Tratarlos como uno más se había convertido en algo cotidiano. Esto era fruto de una política impulsada exclusivamente por la reina, que gobernaba la ciudad bajo su propio criterio.
—La reina... lleva mucho tiempo padeciendo una enfermedad mental.
—¿Qué...? —se asombró Plausha al escuchar a un miembro de alto rango del núcleo central pronunciar unas palabras que parecían irrespetuosas hacia la máxima autoridad.
Con una expresión de dolor y pesar, Volmes narró los acontecimientos que habían llevado a Kofta a su estado actual y al desequilibrio mental de su reina:
—Su Majestad, la Reina Rishause, comenzó a perder la cordura poco a poco tras la muerte de su padre. Se convenció a sí misma de que la crianza de los desvalidos, que el anterior rey realizaba como un simple pasatiempo, representaba los ideales de su difunto padre. Bajo esta creencia, comenzó a protegerlos. Finalmente, delegó la administración del reino al señor Izapnar, que era su tutor, y se recluyó en el templo. ¿Sabías que Zeshald vivió en una aldea de desvalidos?
—Sí... Una vez vi cómo curaba a un desvalido herido, que al parecer era un esclavo, y entonces contó esa historia.
—Hmm... Seguramente aquellas acciones eran señales de su plan.
—¿Su plan...?
El capitán Volmes le explicó que Zeshald trataba a los desvalidos con el mismo respeto que a los usuarios de artes divinas y que aparentaba cuidarlos con el fin de captar la atención de la reina. Para ello, incluso llegó a vivir en una aldea de desvalidos como parte de su plan.
—Me temo que no hay duda de que todo era parte de su plan para acercarse a la reina y sumir al país en el caos.
—¡E-Espere! Una cuestión tan grave como esta, yo...
—Tengo que decirte que lamento mucho el incidente en la fortaleza con tu hermana...
—¡...! —confundida por estar escuchando detalles sobre los entresijos del estado, Plausha quedó aún más descolocada cuando Volmes mencionó a su hermana, que había sido declarada muerta en combate.
El ligero temblor de los delgados hombros de Plausha no pasó desapercibido para Volmes, y utilizó ese detalle como "cebo" para captarla.
—Se dice que un soldado de élite de Fonkrank, conocido como el Héroe de Gearhawk, tenía una relación muy estrecha con el instructor Zeshald.
—¿Con el instructor...?
—Tu hermana era una usuaria de artes aéreas de comunicación, ¿verdad? Había oído hablar de sus hazañas en la Brigada de Viento.
—Sí...
El capitán, al observar la evidente agitación de Plausha, continuó manipulando sus emociones para empujarla a actuar. Los cuerpos de los miembros de la Brigada de Viento, incluido el de su hermana, presentaban partes amputadas. Volmes utilizó esa verdad, adornándola con meras suposiciones, para encender aún más la imaginación de la chica.
—En Fonkrank, un lugar gobernado por costumbres nefastas y un sistema de castas, los usuarios de artes aéreas son degradados injustamente a la clase baja.
—Una mujer con artes aéreas, que además carecía de habilidades de combate... Es fácil imaginar qué tipo de trato habría recibido.
—...
—Nuestros efectivos están bajo vigilancia constante y solo pueden observar desde lejos. Sin embargo, a ti te ha aceptado como alumna y te has ganado su confianza.
—P-Pero yo... —Cuando el tema de su hermana volvió a surgir, Plausha se encontró atrapada en un torbellino de emociones. Su mente comenzaba a ser dirigida hacia un solo propósito: la conexión entre Zeshald, el Héroe de Gearhawk y la muerte de su hermana—. Yo...
—Como miembro de la Brigada de Agua, aparenta estar de su lado. Él intentará utilizarte. Participa en sus reuniones y, cuando regreses a casa, infórmanos de sus actividades.
Antes de marcharse, Volmes le dejó sobre la mesa el certificado de admisión y el pase para acceder al núcleo central. Ahora, en la zona de barracones del núcleo central, Plausha observaba la habitación individual que se asignaba a los miembros ordinarios de las brigadas de élite.
—Cuando descubra quién fue el responsable de lo que le ocurrió a mi hermana... ¿qué haré entonces?
Mientras se preguntaba de nuevo si todo aquello era lo correcto, Plausha cerró la puerta de su habitación.
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Día 19 del mes de viento de Zeshnar. (NT: Sigue siendo el mismo mes que la última vez que se indicó la fecha. Cuarto y último mes (mes de viento) de la segunda estación (estación de Zeshnar). Han pasado 3 días desde que Yuusuke entregó la reliquia a Reifold.) En su primer día de vacaciones, Yuusuke visitó temprano la sala de descanso de los guardias de palacio. La ostentosa sala era lugar de reunión para los guardias de élite de linaje noble. En lugar de parecer una sala de descanso, tenía el aire de un salón social para caballeros.
«Si se relajan más, acabarán siendo como la sala de descanso de abajo...»
Yuusuke llevaba los recuerdos para la aldea de Rufk que había comprado el día anterior. Su atuendo destacaba un poco en ese lugar. Sin embargo, como líder de la Patrulla del Dios Oscuro, un reconocido cuerpo de élite del palacio, nadie se atrevía a criticarlo.
—Oh, por fin te encuentro. ¡Hola, Hivodir!
—Vaya, tú otra vez... Y te dignas a aparecer por aquí con un atuendo de lo más estrafalario.
Al ver a Yuusuke con el aspecto de una ama de casa cargada de bolsas, Hivodir suspiró y sacudió la cabeza. Yuusuke le lanzó un anillo, utilizando el pulgar para impulsarlo. Hivodir atrapó instintivamente... con la cara.
—¡Ay! ¿Qué cojones haces? Espera, esto es... ¡¿Es eso?!
—Es tu Anillo de Fuego, lo terminé ayer. Mi intención era dárselo primero a los oficiales de cada escuadrón, pero como insististe tanto, te lo doy antes.
Los oficiales presentes en la sala dirigieron miradas agudas hacia Hivodir, especialmente el de la Patrulla de Fuego.
—¡Ja, ja, ja! ¡Qué suerte la mía! Ha valido la pena esforzarme en estrechar lazos contigo.
Sin inmutarse ante las miradas de desaprobación, Hivodir se colocó el anillo con entusiasmo y se dirigió al campo de entrenamiento para probar sus efectos. Aunque por dentro estaba nervioso, logró mantener su actitud altiva y su compostura, fruto de su educación aristocrática.
Cuando Yuusuke llegó a la estación de carruajes del palacio, se encontró con varios de sus subordinados. Se estaban preparando para salir a la ciudad con motivo de las vacaciones de la Patrulla del Dios Oscuro.
—Buenos días, capitán. ¿Va a ir a la aldea?
—Puedo ayudarle a cargar el equipaje, si lo desea.
—Ah, gracias, Vermeer. Zaisha, ¿tú también vuelves a casa?
Zaisha y Zhahid planeaban pasar estos días en casa de sus padres, en el distrito de clase media. Hisotta también había regresado con su familia en el distrito de los desvalidos. Vermeer, como no tenía nada mejor que hacer, quería quedarse haciendo el vago por el palacio. Por otro lado, Hinke iba a quedar con una cantarina callejera (una prostituta) que había conocido durante sus visitas nocturnas a las tabernas.
—Por cierto, ¿ya tiene el permiso de la princesa para irse?
—¿De Violet? Ajá. Esta vez ha sido más comprensiva de lo que pensaba...
La princesa Violet quería que Yuusuke la acompañara de incógnito al Festival de la Cosecha, pero cuando él le explicó que planeaba pasar las vacaciones tranquilamente en la aldea de Rufk, ella lo aceptó con un: «Bueno, pues qué remedio». Mostró consideración pensando que Sun, al igual que ella, estaría afectada por lo ocurrido con Zeshald. Yuusuke, aunque agradecido por su amabilidad, se disculpó mentalmente.
Así fue como, después de 29 días, Yuusuke partió hacia la aldea de Rufk, dispuesto a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
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El carruaje personalizado avanzó rapidísimo, tirado por un caballo infatigable equipado con artículos con efectos de recuperación de energía. Yuusuke salió de la ciudad y llegó a la aldea de Rufk poco después del mediodía, a un ritmo similar al que mantuvieron con Zeshald la vez anterior.
Cruzó el puente de troncos sobre el foso protector para entrar a la aldea y sintió un poco de nostalgia. Era la hora en que todos volvían a casa. Los aldeanos que lo conocían sonrieron al verlo. Como parte de los beneficios que habían obtenido por su servicio en el palacio, a la aldea de Rufk se le habían proporcionado ganado, fertilizantes y semillas de cultivo. Esto había llevado a un aumento significativo en el número de campos, algo que antes era poco común.
Al detener el carruaje frente a la casa de Zeshald, Sun abrió la puerta. Le había informado de su regreso en la carta. Lo saludó con su habitual sonrisa modesta, la misma que había puesto la mañana en que Yuusuke se fue. Él le devolvió la sonrisa mientras bajaba del carruaje.
Detrás de la desvalida, había un joven a quien Yuusuke no conocía.
—Bienvenido de vuelta, Yuusuke.
—Gracias, Sun. Ya estoy en casa.
Mientras intercambiaba saludos con Sun, Yuusuke señaló al joven detrás de ella con un «¿Quién es?». Según la chica, era un amigo de la infancia con quien había perdido contacto hasta hacía poco. Preocupado porque Sun se había quedado sola tras la partida de Zeshald y luego de Yuusuke, el joven había comenzado a visitarla con frecuencia.
—Hola, me llamo Thalys.
—Yuusuke. Encantado.
Ambos intercambiaron saludos breves. Thalys tenía el cabello corto y una altura similar a la de Yuusuke. Daba la impresión de ser un joven corriente, enérgico pero con un aire despreocupado, un poco como Hinke.
Ya había caído la tarde cuando terminaron de descargar su equipaje y entrarlo a la casa. Thalys se despidió de Sun con un «¡Hasta mañana!» antes de marcharse.
—¡Yuusuke! ¿Ya estás de vuelta?
—Hola, Bahana. Sí, he venido unos días.
La tía Bahana, que acababa de regresar de cazar, saludó a Yuusuke mientras este estaba llevando al caballo al establo. Le dio unas palmadas en la espalda como saludo, tan fuertes que casi se atraganta. Aunque ella era bastante delgada, como siempre, su fuerza era impresionante. Recordando lo que había oído recientemente en el palacio, Yuusuke pensó: «Es verdad que los desvalidos son de clase guerrero por naturaleza.»
—¿Mhm? Dicen que te has convertido en un héroe, pero no parece que hayas ganado mucha masa muscular, ¿eh?
—Bueno. No es que haga mucho trabajo físico.
Mientras esquivaba las manos de Bahana, que intentaban apretar sus bíceps diciéndole que debía entrenar más, Yuusuke le entregó las cuerdas para arco que le había traído como obsequio.
—Veo que estás tan llena de energía como siempre, tía Bahana.
—Je, je. Desde que me enteré de que ibas a volver, he estado ansiosa por prepararte una cena de bienvenida.
Yuusuke se relajó en el sofá y soltó un suspiro, todavía sintiendo los efectos de los apretones en los brazos de Bahana. Sun le sirvió té y le contó lo ocurrido en los últimos días. Al parecer, durante el Festival de la Cosecha, los aldeanos se reunían para compartir comida al aire libre en un ambiente festivo.
—Este año parece que será un festival muy animado.
—Suena divertido.
Mientras clasificaba los regalos que Yuusuke había traído, Sun notó algo envuelto en una tela de calidad. Era ropa de la ciudad: una sencilla capa similar a la del uniforme de Yuusuke, junto con un conjunto más práctico compuesto por una blusa, unos pantalones y un chaleco, que parecía ideal para trabajar en el campo.
—¡Vaya...! Esta ropa...
—Ah, bueno... No sabía bien qué estilo preferías, así que traté de elegir uno que pensé que te quedaría bien.
—Muchas gracias... Me hace muy feliz.
—¿D-De veras? Me alegro.
Con las mejillas ligeramente sonrojadas, Sun le dedicó una sonrisa sincera que irradiaba felicidad. Al verla, Yuusuke, un tanto nervioso, pensó que su elección había sido la correcta y asintió para sí mismo.
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Al día siguiente, todos los pueblos y ciudades comenzaron los preparativos para el Festival de la Cosecha. En la aldea de Rufk se erigió una estructura de madera en la plaza, como una fogata de campamento, y colocaron mesas largas para la comida.
Yuusuke tenía la intención de ayudar, pero Sun le dijo: «Es tu día libre, así que relájate». En su lugar, decidió dar un paseo por la aldea, para ver los nuevos campos de cultivo y el ganado. En realidad, no sabía cómo ayudar, así que se limitó a observar.
Mientras las mujeres avanzaban con la preparación de la comida en sus casas y las jóvenes decoraban la plaza, Yuusuke pasó por allí y vio a Thalys ayudando de nuevo a Sun. Mientras se preguntaba si tenían una relación cercana, Bahana lo llamó.
—¿No tienes nada que hacer, Yuusuke?
—Pues no...
Al encogerse de hombros y explicarle que no lo dejaban ayudar, Bahana miró alrededor y lo llevó a la sombra de un edificio. «¿Qué pasa?», se preguntó Yuusuke mientras Bahna lo guiaba hacia allí. Una vez apartados, Bahana se acercó demasiado
—¡¿Así es como seduces a los jovencitos?! —le dijo Yuusuke en broma.
Ella le pegó en la frente con el dedo.
—No digas tonterías. Quería hablarte de Sun.
—¿De Sun?
—Después de que tú y Zeshald os fuerais, Thalys ha estado detrás de ella.
—Pero son amigos de la infancia, ¿no?"
Según Bahana, aunque eran amigos de la infancia, casi no se habían relacionado hasta ahora. Sin embargo, cuando Sun se quedó sola, Thalys aprovechó la oportunidad.
—Tienes que protegerla, ¡o te la va a quitar!
—No quiero interferir en sus cosas...
Aunque la chica parecía estar incómoda con la situación, Yuusuke pensaba que no había indicios de conflicto entre ellos. Thalys había estado distanciado de Sun mucho tiempo, pero no había señales de que estuvieran teniendo problemas ahora.
—No creo que deba intervenir...
Bahana lo miró con desesperación y sacudió la cabeza con incredulidad.
—¡Thalys es el tipo de chico que se jacta de las chicas que ha "conquistado"!
Insistió en que el chico no tenía verdaderos sentimientos por Sun, sino que solo quería "conseguir" a la chica más guapa del pueblo, ya que ella se había convertido en el centro de atención de todo el mundo últimamente.
—Aunque sea así, creo que Sun sabe arreglárselas sola.
Yuusuke intentó defender a Sun, pero Bahna, con un suspiro, le explicó con voz baja y preocupada.
—¿Y si no consigue conquistarla con palabras dulces y trata de intentarlo a la fuerza?
Sorprendentemente, Bahana también había sido cortejada por Thalys en el pasado. En ese entonces, pensó que era solo una broma de niño, pero cuando vio que no podía convencerla con palabras, él trató de forzarla a hacer lo que quería, lo cual la pilló completamente desprevenida.
—¿Qué pasa? Te sentías sola por la noche, ¿no?
—¡¿Cómo te atreves?!
Crac.
—¡Aaaaahh!
—Y después de que le rompiera un diente, dejó de hacer tonterías.
—Q-Qué miedo...
Yuusuke se sorprendió al ver que Bahana reía mientras contaba su historia con Thalys. Intentando disimularlo con una tos, ella le advirtió que a ese tipo de personas hay que amansarlas. Como el Festival de la Cosecha también tenía una vertiente de buscar pareja, todos los jóvenes del pueblo estaban emocionados por encontrar a alguien. No se podía descartar que, aprovechando el entusiasmo del festival, pudieran recurrir a métodos más agresivos.
—Vaya, con todo lo que me dices, empiezo a preocuparme un poco. De todas formas, tomaré precauciones.
—Lo que habría querido escuchar es algo como "Los vigilaré de cerca", pero bueno...
Sobre el mediodía, los preparativos del festival llegaron a su fin, y la aldea cayó en una breve calma. Como el festival no empezaba hasta el anochecer, todo el mundo estaba descansando para estar listo para la noche. Después de separarse de Bahana, Yuusuke había estado fabricando pequeños objetos en casa. Al escuchar que Sun había llegado, salió de la habitación.
—Hola, Sun.
—¿Eh? Yuusuke, no sabía que estabas en casa —dijo inclinando la cabeza.
Como lo había visto antes en la plaza, Sun pensaba que Yuusuke estaba dando un paseo. Él le ofreció el pequeño obsequio en el que había estado trabajando: un anillo transparente que había hecho personalizando una moneda de cristal. Era algo más opaco de lo normal, de un color como blanquecino.
—¿E-Eh? ¿Esto es...?
—Bahana me ha estado hablando de Thalys, así que... me gustaría que lo llevaras a modo de amuleto.
Al escuchar eso, Sun sonrió con una expresión que mostraba que lo entendía y aceptó el anillo. Lo observó detenidamente en su mano antes de mirar a Yuusuke a los ojos. Él empezó a sentirse incómodo y preguntó, inclinando la cabeza:
—¿Qué pasa?
—No... Muchas gracias por preocuparte por mí —dijo Sun sonriendo mientras se ponía el anillo blanco en el dedo.
El Festival de la Cosecha comenzó después de que el sol se pusiera y alcanzó su punto álgido a medianoche, cuando la luna estaba más cerca. Iluminados por las llamas ardientes de la hoguera, la gente rodeaba las mesas bebiendo, comiendo y celebrando hasta el amanecer. Había instrumentos como flautas y tambores, y la gente bailaba al ritmo de la música. Algunos se dedicaban a beber sin parar, y otros a comer sin cesar. Los jóvenes formaban pequeños grupos, separados por género, y susurraban entre ellos, discutiendo si les gustaba más uno u otra. Esa sensación única de festividad, que aunque desordenada, generaba un fuerte sentimiento de unión. Se podía sentir la alegría en el aire.
—¡He oído que te has convertido en guardia y estás triunfando!
—Qué va, solo fue casualidad...
—¡Cuéntanos! ¡Queremos saber sobre ti, Yuusuke!
—Bueno... No es que mi trabajo sea divertido ni nada...
Las chicas del pueblo rodearon a Yuusuke durante la cena y no dejaban de bombardearlo con preguntas y propuestas. Normalmente, las chicas de la aldea eran sencillas y tranquilas, pero con un poco de alcohol, parecían haberse vuelto un poco más atrevidas. Aprovecharon la ocasión para acercarse a los hombres que les interesaban.
Por cierto, en el Festival de la Danza, en la estación de viento, las cosas se volvían mucho más directas y descaradas. Pero eso es otra historia para más adelante.
Mientras tanto, Sun estaba conversando con Bahana mientras esta bebía una copa.
—Anda, ve con él —le dijo Bahana
—Da igual. Puedo hablar con él cuando quiera —respondió Sun en un tono algo pasivo agresivo.
—Bahana, dicen que se han quedado sin carne.
—¿Ah, sí? Este año la carne estaba muy buena, ¿será que todos han comido más de la cuenta?
Bahana era la encargada de proporcionar la carne del festival. Se levantó de la mesa, le guiñó un ojo a Sun y se fue. Apenas se despidió y desapareció entre la multitud, Thalys se acercó y se sentó al lado de la chica. Yuusuke seguía rodeado de las muchachas de la aldea.
—¡A-y-u-d-a!
—Ja, ja, ja. Parece que es muy popular.
—Sí, parece que sí.
Mientras miraba con una sonrisa la situación de Yuusuke, Thalys dejó su copa sobre la mesa y le pidió algo a Sun:
—Voy a ir al pozo a por las frutas, que las tengo enfriando. ¿Me ayudas?
—Claro, voy contigo.
La chica miró brevemente al joven de pelo negro, a quien estaban empujando de un lado a otro entre la multitud, y sonrió divertida.
El pozo se encontraba un poco apartado de la última calle con casas. De camino, había varios cobertizos y almacenes agrícolas. Como era día de festival, también había hogueras encendidas en los alrededores, lo que proporcionaba suficiente luz para alumbrar el suelo. A medida que se acercaba la medianoche, la luna también alumbraba más. Sin embargo, tan pronto como te desviabas un poco, quedabas envuelto en una oscuridad total, donde no se veía nada del suelo.
De repente, Sun fue arrastrada hacia un cobertizo, donde titilaban pequeñas luces de las ramas de los árboles. La empujaron sobre un montón de paja.
—Sun...
—¡T-Thalys! ¿Qué estás haciendo?
—¿No querías esto? Me has acompañado hasta aquí, no finjas ahora.
—¡No! ¡¿Qué dices?! ¡Yo no tenía esa intención!
Thalys se puso encima de Sun sobre el montón de paja, le rodeó la cintura con las manos y la atrajo hacia sí, rozando sus labios con su cabello antes de intentar darle un beso cerca de la oreja. Ella se encogió, trató de apartarse, empujando el pecho de Thalys para intentar escapar.
—¡Ugh...!
Sun golpeó a Thalys en la boca del estómago y este exhaló para expulsar el aire de sus pulmones. Pensando que la chica ofrecía más resistencia de lo normal, la agarró del brazo y trató de sujetarla para que no pudiera resistirse. Intentó acercar su rostro a ella, pensando que podría simplemente tomar sus labios y hacer que se enamorara de él...
—¡Jaaaa...!
—¡¿Q-Qué demonios te pasa...!?
Sorprendentemente, Sun y Thalys estaban igualados en fuerza, aunque la chica parecía estar ganando poco a poco desde abajo. Él se estaba empezando a impacientar con la fuerza sobrehumana de ella, que era inconcebible dados su delgada complexión. La desvalida se irguió para aplicar más fuerza, y entonces...
—¡Já!
—¡Uf!
Tras haber expuesto imprudentemente sus puntos débiles y recibir un golpe directo en ellos, Thalys cayó al suelo inconsciente, echando espuma por la boca. El anillo que Yuusuke le había dado a Sun era un Anillo de Fuerza; aumentaba considerablemente la fuerza de quien lo llevaba. Después de ponerse bien la ropa, la chica salió del cobertizo y regresó a la plaza, donde explicó lo ocurrido a los mayores que formaban parte de la organización del evento.
—¡Ese tonto del bote otra vez...!
—No te preocupes, Sun. Nos encargaremos de esto —respondieron, mientras se remangaban y cerraban el puño con determinación antes de dirigirse al cobertizo.
Sun se dejó caer en una silla de la plaza, agotada. Acarició el anillo protector que Yuusuke le había regalado, llevándolo hacia su pecho. Mientras tanto, él seguía atrapado en medio de la multitud de jóvenes muchachas, cada vez más cerca de caer en la tentación.
—De verdad, Yuusuke... eres idiota —murmuró Sun en voz baja, antes de acercar el anillo a sus labios y depositar un suave beso en él.
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El primer día del mes de fuego de Shalnar, en el momento en que la luna se acercaba más a Kaltcio y daba comienzo el verdadero Festival de la Cosecha, la reina Rishause realizó un importante anuncio dirigido a todos los ciudadanos de Blue Garden:
«Se designa a Zeshald como Instructor de Artes Divinas y asistente personal directo de la reina. En adelante, deberá demostrar su lealtad a través de sus actividades en Paula.»
Este anuncio dividió profundamente la opinión de los ciudadanos de Blue Garden desde el inicio del festival.
23
Al inicio del festival de la cosecha, Zeshald regresó a Paula al mismo tiempo que se anunciaba su nuevo puesto. Presentó la tiara que había creado Yuusuke como una supuesta "reliquia" para la reina. Fundó una nueva facción afín a la reina, a la que llamó "Espejo de Agua", y comenzó a reclutar miembros.
El líder Izapnar, anticipando algo similar, convocó en secreto a los burócratas del antiguo partido real. Advirtió que no debían caer en las estrategias de Fonkrank, y utilizó la teoría de la conspiración para disuadir cualquier contacto con Espejo de Agua. No obstante, descontentos con sus políticas y su visión hacia la reina, los convocados ignoraron las advertencias. Uno tras otro, declararon su adhesión a Espejo de Agua y recibieron altos cargos. Aunque habían sido relegados del núcleo de Paula, anteriormente habían desempeñado roles cruciales en la administración del país. Utilizaron su experiencia y habilidades para establecer la estructura organizativa de la incipiente Espejo de Agua.
Por otro lado, la Milicia Divina, que contaba con numerosos partidarios de la reina, también mostró un interés masivo en unirse a la facción. En contraste, las brigadas de élite, cuyos miembros estaban mayoritariamente vinculados a Izapnar, reaccionaron con escepticismo hacia el nuevo grupo. Aun así, algunos miembros leales al anterior rey comenzaron a pasarse al lado de la reina.
Para la segunda noche del Festival de la Cosecha, los miembros de Espejo de Agua —incluidos burócratas, miembros de la Milicia Divina, parte de la población civil y algunos miembros de las brigadas de élite— ya representaban aproximadamente una cuarta parte de Blue Garden. Todo indicaba que, incluso después del festival, las filas seguirían creciendo.
—Hemos confirmado la adhesión de casi todos los miembros del partido real. También algunos miembros de las brigadas parecen inclinarse hacia ellos.
—Hmpf... Lo esperaba, pero la autoridad sigue siendo un arma poderosa. ¿Dónde planean establecer su base?
—Es probable que utilicen las habitaciones vacías de la Gran Muralla. Por su diseño estructural, son de difícil acceso, pero relativamente fáciles de proteger...
—No será difícil atacarles, pero será imposible infiltrarnos. De todos modos, eso descarta la opción de asesinar a la reina.
Si asesinaban a la reina, todo el mundo sospecharía de la facción de Izapnar. Por la misma razón, el asesinato de Zeshald también conllevaba un alto riesgo, aunque en este caso sería posible atribuirlo a un altercado interno dentro de la nueva organización. La prioridad actual era detener con urgencia la expansión de la influencia de Espejo de Agua. Aunque pudiera parecer un fenómeno pasajero impulsado por el entusiasmo del festival, si la organización adquiría suficiente fuerza para intervenir en los asuntos gubernamentales, en el peor de los casos, la reina utilizaría su autoridad para destituir al caudillo supremo.
Lo más problemático para Izapnar era que no podía denunciar públicamente las actividades de Zeshald como una conspiración de Fonkrank. Gracias al trato hacia los desvalidos en Kofta, logró difundir discretamente el rumor de que la reina tenía una enfermedad mental. Sin embargo, en el caso de Zeshald, no podía señalarlo como un agente de Fonkrank. Había sido invitado directamente por Blue Garden. Acusarlo de ser un espía del país enemigo después de haber sido nombrado el asistente directo de la reina sería como anunciar que el núcleo de Paula había sido manipulado por Fonkrank. Tal acusación sería vergonzosa e inadmisible. Por tanto, debía manejar la situación estrictamente como un problema interno.
—Hemos recibido informes de que ha habido movimientos en Fonkrank cerca de la frontera.
—Maldito Esvobus... Parece que está planeando algo. Asegúrate de reforzar la vigilancia.
Izapnar sabía que ese era un momento decisivo. Con la visión de establecer la nueva dinastía de Blue Garden, para la que había trabajado durante años, decidió centrar primero sus esfuerzos en los asuntos de estado.
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La mañana del tercer día del Festival de la Cosecha, Yuusuke recibió un mensaje de emergencia a través de Hinke y se preparó rápidamente para regresar a la ciudad.
Dado que era el último día del festival, todo el mundo había regresado a la aldea, incluso aquellos que normalmente estaban fuera por trabajo. Todos se reunieron cerca de la entrada para despedirle, aunque nadie se atrevía a dirigirle la palabra. Vestido con el uniforme de la Patrulla del Dios Oscuro y discutiendo la ruta con su subordinado, Yuusuke proyectaba la imagen de un verdadero miembro de la élite de los guardias de palacio, el héroe de Gearhawk del que tanto se hablaba.
—Parece una persona completamente distinta, ¿verdad? —murmuró Bahana con una inusual sensación de respeto.
Entonces, Sun se acercó a Yuusuke antes de que este subiera al carruaje. Tal y como había hecho una vez en el palacio, tomó suavemente su brazo para luego soltarlo de inmediato.
—¡Oh, vaya! —musitó Bahana, con los ojos como platos ante el gesto.
—Que tengas un buen viaje, Yuusuke. Por favor, ten cuidado.
—Claro, gracias. Cuídate, Sun.
Pensando que el gesto de Sun era algún tipo de ritual de buena suerte, Yuusuke lo aceptó con naturalidad. Luego inclinó levemente la cabeza hacia Bahana, encomendándole que cuidara de Sun, y saludó con la mano a los aldeanos antes de subir al carruaje.
El caballo veloz que había traído Hinke partió de la aldea de Rufk con destino a Sanc Adiet.
—¿Qué es esto? ¿No va más rápido de lo normal?
—Hice algunos ajustes al carruaje.
Durante el trayecto hacia la ciudad, Hinke activó sus artes aéreas de apoyo a la movilidad, pero, además, Yuusuke había personalizado el carruaje para mejorar su rendimiento. Gracias a esto, avanzaron por la carretera a una velocidad mayor de la habitual y llegaron antes de lo previsto. Una vez dentro, cruzaron las puertas de cada distrito para dirigirse al Palacio de Volance. Tras cruzarse con varios carruajes con soldados de élite, vieron que, de hecho, la estación de carruajes estaba llena de guardias en formación, embarcando y partiendo en turnos.
—¡Yuusuke!
Violet corrió hacia él con una sonrisa radiante y se lanzó a sus brazos. El sorprendido Yuusuke la atrapó instintivamente. La escena causó revuelo entre los presentes. Colgada de su cuello, la princesa comenzó a hablar rápidamente sobre Zeshald.
—¡El viejo lo ha logrado! ¡Sabía que estaba de nuestro lado!
Violet estaba encantada de saber que Zeshald había tomado medidas en Blue Garden. Estaba convencida de que sus acciones demostraban su lealtad y que no los había traicionado. Al notar que Yuusuke no parecía particularmente sorprendido, lo miró acusadoramente.
—¿Lo sabías, verdad? —preguntó, aún de buen humor.
—Princesa, por favor, cálmese un poco... Yuusuke, la misión que te han asignado en esta convocatoria de emergencia es...
Al ver que la conversación no avanzaba, Krielov decidió intervenir para explicarle a Yuusuke su misión. Parecía haberse dado por vencido de calmar a Violet. Inclinado por el peso de la princesa colgada de su cuello, el joven de pelo negro lo escuchó atentamente.
La misión era urgente: en Blue Garden se había creado una facción afín a la reina y se estaba expandiendo rápidamente en Paula. Esto indicaba una posible gran reforma política dentro del país. Ante esta situación, Fonkrank había decidido desplegar tropas cerca de la frontera como medida preventiva. El objetivo principal era completar rápidamente un nuevo fuerte cerca de las ruinas de Gearhawk. Este serviría como base para un destacamento de la guardia, que observaría los movimientos de Blue Garden y podría actuar de inmediato si fuera necesario.
Ya habían enviado una avanzada al lugar para asegurar la zona, así como un convoy con materiales de construcción. Los primeros grupos de soldados y sirvientes se estaban trasladando por turnos.
—Tu tarea será dirigirte mañana a la construcción y ayudar a completar el fuerte y las instalaciones necesarias.
—Entendido. Mañana partiré hacia allí.
Yuusuke asintió ante la segunda misión de construcción asignada a la Patrulla del Dios Oscuro y se dirigió a su habitación para trabajar en los modelos de diseño del fuerte, con Violet aún colgada de su cuello.
—¿Van a ir así? —preguntó Hinke, discretamente.
—¡Princesa! —espetó Krielov al ver la escena, frunciendo el ceño como hacía tiempo que no lo hacía.
—¡Ja, ja, ja, ja, ja!
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En las instalaciones centrales de Paula, en los barracones donde duermen los miembros de las brigadas de élite, Plausha caminaba hacia su habitación. Tras mudarse allí, había pasado todo un día trasladando su ropa y otras pertenencias. Había recibido el uniforme de la Brigada de Agua la noche anterior. Solo le quedaba dar el primer paso de su misión secreta: presentarse en la sede de Espejo de Agua y solicitar unirse. Sin embargo, no lograba reunir el valor necesario para hacerlo.
—Ahh... —involuntariamente, soltó un suspiro.
Al parecer, el número de miembros de Espejo de Agua seguía aumentando rápidamente, incluidos tanto soldados como civiles. Debía infiltrarse cuanto antes y establecer contacto con el instructor Zeshald. No obstante, no podía evitar preguntarse si estaba a la altura de una tarea tan importante. «Lo haré mañana. Hoy ya es demasiado tarde, mañana lo haré sí o sí», se decía Plausha, postergando su decisión.
Mientras avanzaba por el pasillo, vio a cuatro jóvenes caminando hacia ella. Vestían uniformes de la brigada y tenían el cabello rojo. Al verlos, se hizo a un lado para dejarlos pasar. Sin embargo, se situaron frente a ella. Levantó la mirada, pensando que quizá habían coincidido al intentar apartarse, pero se vio rodeada.
—¿Y esta quién es? Lleva el uniforme, pero parece una cría, ¿no?
—No me suena su cara... ¿Estás en la Brigada de Agua, niña?
—¿Eh...? Yo... bueno...
—¿Te han alistado? Enséñanos tu permiso.
Al darse cuenta de que la habían confundido con una intrusa, Plausha se apresuró en sacar su permiso, pero recordó que lo había dejado en su habitación. Desde su primera visita, cuando lo mostró en la entrada, no lo había vuelto a usar. En su lugar, sacó su certificado provisional de admisión a la Brigada de Agua.
—¿Provisional? ¿Quién te ha recomendado? ¿El capitán de la Brigada de Agua?
—N-No... Fue el capitán Volmes...
Cuando Plausha mencionó el nombre del comandante de la Brigada de Fuego, ellos intercambiaron miradas confundidas y se preguntaron: «¿Él tiene autoridad para colocar a un miembro provisional en la Brigada de Agua?». No era razonable que alguien que no daba la edad fuera admitida sin justificación alguna, así que comenzaron a sospechar de ella.
—¡Es verdad! ¡Por favor, preguntad al capitán Volmes!
—Los capitanes están ocupados ahora mismo. ¿Por qué te han permitido entrar?
—Eso... Es que... Es por una misión especial... —respondió Plausha de forma ambigua, incapaz de revelar los detalles sobre su misión secreta.
Al escucharla, los cuatro intercambiaron miradas nuevamente y parecieron suavizar su actitud, como si hubieran entendido algo.
—Ah, claro. Será eso.
—Vaya con el capitán, ¿eh?
La aparente relajación dio paso a una tensión creciente en otra dirección.
—Con las mujeres nunca se sabe, ¿verdad?
—Al menos ahora sabemos que el capitán no es del otro bando.
—¿Eh...? —desconcertada, Plausha inclinó ligeramente la cabeza, sin entender de qué hablaban.
Entonces uno de los jóvenes la abrazó por la espalda de repente, haciéndola entrar en pánico. Otro, frente a ella, se acercó y le metió una mano por debajo de su falda. Aunque intentó resistirse, los otros dos, a ambos lados, la sujetaron por los brazos, inmovilizándola.
—¡¿Qué hacéis?! ¡Dejadme!
—Vamos a decidir nosotros también si eres apta para esa misión especial.
—Últimamente hemos estado tan ocupados que ni siquiera hemos podido ir a la ciudad...
—¡No! ¡Soltadme!
El joven que la tenía sujeta, colocó un dedo en una parte sensible de su cuerpo mientras ella se retorcía desesperada por escapar. Luego, se inclinó para susurrarle al oído de forma amenazante:
—No grites, o te quemaré por dentro.
Plausha se quedó petrificada, temblando y conteniendo la respiración. Al verla en silencio, ellos asumieron que había cedido y comenzaron a arrastrarla hacia una habitación cercana. Mientras el miedo se apoderaba de ella, en su mente se agolpaban las historias que su hermana le había contado sobre las brigadas de élite. Según su hermana, aunque había algún "bicho raro", los chicos eran disciplinados y caballerosos...
«¿Por qué? ¿Por qué ocurre esto en la sede central...? ¡Hermana!». Justo cuando Plausha suplicaba mentalmente ayuda a su hermana, una voz conocida resonó en el pasillo:
—¿Qué estáis haciendo, desgraciados?
Era nada menos que Volmes, el capitán de la Brigada de Fuego y también la mano derecha del líder Izapnar. Caminaba por el pasillo con una expresión severa y sus zapatos resonaban con firmeza. Plausha, aterrada, le dirigió una mirada suplicante, pero el miedo le impidió emitir sonido alguno, con el dedo aún dentro de ella.
El grupo de cuatro, al ver aparecer a su capitán, intercambiaron miradas de confusión, pero pronto se relajaron y adoptaron un tono desenfadado al dirigirse a él.
—Nada. Solo estábamos dando el visto bueno a su misión especial.
—Le estábamos dando la bienvenida a nuestra adorable compañera.
Uno de ellos, con una sonrisa burlona, levantó la falda del uniforme de Plausha como si fuera una broma. Su rostro se encendió de vergüenza. En ese instante, el rostro del de la falda se desvió bruscamente con un sonido seco: una bofetada del capitán Volmes. Sin detenerse, golpeó a los otros tres, uno tras otro, antes de colocarse frente a Plausha y cubrirla con su presencia. Luego, dirigiendo una mirada de autoridad al grupo, comenzó a hablar en un tono sereno pero firme:
—Sois unos mentecatos. Ella es... la hermana de una compañera de nuestra brigada que murió en combate en la Fortaleza Gearhawk...
—¡...!
—L-Lo sentimos mucho...
Los cuatro mostraron signos de remordimiento y desconcierto al escuchar quién era Plausha. Viendo su abatimiento, Volmes los reprendió para que reflexionaran sobre sus acciones y luego acompañó a la chica hasta su habitación.
—Siento mucho lo que ha ocurrido. Debí supervisar personalmente tu llegada. Me aseguraré de que no vuelva a pasar nada de esto.
—N-No se preocupe...
Después de disculparse con Plausha y viendo su incomodidad, Volmes le explicó brevemente la situación de los chavales. Habían perdido a amigos cercanos de forma repentina y no habían tenido tiempo para pasar el duelo. Se habían visto obligados a trabajar intensamente en la reorganización de las fuerzas. Justo cuando comenzaban a estabilizarse, el caos del caso de Espejo de Agua había vuelto a alterarlo todo. (Xeniaxen: ¡¿Y eso lo justifica?! Seguro que la reina no lo permitiría. ¡No caigas, Plausha! ¡Team Rishause forever!) Plausha, que había presenciado los disturbios en la ciudad, comprendió las circunstancias.
—Lamento pedirte tanto esfuerzo, pero...
Dado que la situación con Espejo de Agua estaba alcanzando un punto crítico, las palabras de Volmes fortalecieron la determinación de Plausha. Aunque su puesto fuera provisional, ya formaba parte de la Brigada de Agua. Se reprendió a sí misma por haberse quedado bloqueada, indecisa y preocupándose demasiado. No era la única que estaba pasando por momentos difíciles.
—Lo haré lo mejor que pueda.
—Descansa por hoy —dijo Volmes, asintiendo ante la respuesta decidida de Plausha. Con esas palabras, le mostró su apoyo antes de salir silenciosamente de la habitación.
Acto seguido, Volmes se dirigió a la taberna. En el sótano de la zona de barracones, había diversas instalaciones de ocio, entre ellas, esta pequeña taberna. Allí se encontró con los cuatro de antes, bebiendo sin preocupación alguna.
—Capitán, nos pegó de verdad...
—Así fue más creíble.
—¿Era necesario llegar a tanto solo por una chica?
—Precisamente por eso. Si queremos que funcione, tiene que ser un cebo convincente.
Mientras los subordinados se quejaban del dolor de sus mejillas, Volmes se encargó de suavizar el ambiente. Alabó sus actuaciones con un: «Habéis sido bastante convincentes». Al escucharlo, los jóvenes comenzaron a reírse entre ellos, recordando los momentos más ridículos de sus propias actuaciones.
—Esto debería bastar para que se mueva. Si consigue atraer la atención del objetivo, el resto quedará en manos de los expertos.
—Entonces, ¿quién se va a infiltrar?
—Será Bellusha, de la Brigada de Agua.
—Ah, la Dama de Hielo.
La Brigada de Agua no estaba formada exclusivamente por especialistas en curación como la Patrulla de Agua de Fonkrank. Había más o menos mitad y mitad entre sanadores y combatientes ofensivos. Entre ellos, Belusha era una de las más destacadas, una usuaria de artes acuáticas de alto nivel con capacidad de congelar.
Volmes tomó un sorbo del licor que le sirvieron, como si fuese un pequeño estímulo antes de enfrentarse a su próxima tarea.
—No cometáis errores. Cuando estéis delante de ella, aparentad estar abatidos.
—Sí, sí. Entendido.
Ignorando las respuestas despreocupadas de sus subordinados, Volmes abandonó la sala de juegos.
Gracias degel xenia y adam :)
ResponderEliminargracias por los caps :D
ResponderEliminarGracias por los capítulos :)
ResponderEliminarGracias por traducir los caps
ResponderEliminarmuy agradecido
ResponderEliminarDeseo matar a volmes y a esos cuatro...
ResponderEliminarGracias por el capítulo
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