22/12/2015

WCC - Capítulo 14


Buenas~~

Pues al final el tema del robatorio ya está solucionado. Si hablando las personas se entienden XDD

No tengo mucho más que decir hoy (si no lo preparo, nunca se me ocurre nada), así que les dejo este nuevo capítulo de World Customize Creator traducido por nuestro querido Josué~

-Xeniaxen



Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


14

—¿Cómo vas?

—No hay manera. Solo he podido hacerle unos arañazos.

Al oír que el usuario de artes aéreas más fuerte de la brigada se daba por vencido, el líder enemigo de Blue Garden dejó escapar un suspiro mientras golpeaba la pared exterior de la fortaleza sellada. No esperaba que aquel imprevisto fuera tan efectivo. O, más bien, no esperaba sufrir imprevistos.

—No podemos volver así como así, ¿no?

—No, antes tenemos que borrar cualquier rastro de que hemos estado aquí.

Aunque las transmisiones a través de artes aéreas seguían bloqueadas, las paredes de la fortaleza se habían vuelto inmunes a los ataques de viento cortantes y penetrantes, a diferencia de días atrás, cuando habían podido penetrar en aquellas paredes sin problemas.

—¿Lo ha hecho el del pelo negro?

—Probablemente. Dicen que usa artes divinas bastante inusuales...

—Los de inteligencia no nos habían avisado. ¿Vamos a presentar queja?

—No, es probable que la Brigada de Agua no tarde en llegar. De momento, vamos a esperar.

Las pocas personas con artes acuáticas de Blue Garden vivían en la ciudad fortaleza de Paula. Las habilidades curativas y de purificación del agua están muy valoradas y son parte de la élite en ese país, dado que son minoría. Las brigadas militares de Blue Garden, el equivalente a las patrullas de seguridad de Fonkrank, ahora tenían una unidad de inteligencia formada por usuarios de artes aéreas, como el que logró convencer a Zeshald, quien se ha unido a la Brigada de Agua como instructor.

La Brigada de Viento se centra en cometer asesinatos y sabotajes en el país vecino sin dejar rastro. Sin embargo, su estrategia de "acoso" constante genera un daño acumulativo que solo se percibe a largo plazo. También ejecutan maniobras destinadas a provocar catarsis internas o incluso la autodestrucción del enemigo, aunque en Fonkrank aún no hay señales de ello. Por eso, incluso en medio del golpe de estado que sacude al país, han surgido críticas sobre la efectividad de la Brigada de Viento. Para reforzar la confianza en el grupo y demostrar su capacidad militar, decidieron llevar a cabo una operación más contundente. Sin embargo, si quedaba claro que ellos eran los responsables del ataque al fuerte, el gobierno de Blue Garden no podría seguir desestimándolo como un simple “rumor sin pruebas”. Si habían llegado tan lejos, tendrían que enfrentarse inevitablemente a las críticas de otros países, por lo que al menos querían asegurarse de no dejar evidencia de un posible fracaso.

—Bueno, tendremos que confiar en los que están dentro.

—Esto no va a salir bien...

Mientras respondía a las palabras optimistas y filosóficas de su subordinado, el líder de la Brigada del Viento miró hacia el interior del Fuerte Gearhawk.


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Los seis se escondieron en una sala en el ala derecha del primer piso del Fuerte Gearhawk y discutieron sus próximos pasos. Era imprudente luchar contra la élite de Blue Garden con los efectivos actuales. Por tanto, decidieron resistir hasta que llegaran refuerzos.

—No podemos hacer nada por las provisiones que dejamos en el carruaje. Tendremos que buscar en el almacén de alimentos del fuerte.

—El almacén y el pozo deberían estar ubicados en el sótano. Creo que en la cocina hay unas escaleras que conducen hasta allí.

—Bien, entonces revisemos primero el sótano.

Basándose en los comentarios de Vermeer y Zhahid, Yuusuke priorizó la obtención de agua y comida. Decidió cerrar todos los demás pasajes para prepararse para un posible ataque sorpresa.

—Creo que también deberíamos recolectar suministros médicos y aceite para las lámparas. Es importante cubrir lo básico para mantener la moral.

—Estoy de acuerdo. Y en una situación como esta, no podemos quedarnos sin alcohol.

También tuvo en cuenta la opinión de Zaisha sobre recolectar artículos de primera necesidad y consumibles en caso de que el asedio durara mucho tiempo, por lo que se dividieron para explorar las distintas salas del primer y segundo piso más tarde. Por las dudas, le advirtió a Hinke que no acaparara el alcohol si lo encontraba.

—E-Esto... Aún no he escaneado del todo el segundo piso y el sótano en busca de enemigos, así que...

—Vale. Entonces, un momento, por favor. Haz eso primero.

Hisotta estaba nerviosa y advirtió sobre los peligros de aventurarse a lo desconocido. Yuusuke decidió que debían dejarle hacer su trabajo.

—No es de extrañar que lo eligieran como guardia de palacio —Vermeer lo elogió por su respuesta rápida, así como por su aguda conciencia del peligro y por saber delegar en sus subordinados.

—Ha sido solo una coincidencia —contestó Yuusuke sonrojado mientras recordaba la voz que le había informado del primer ataque.

«Esa voz... era Reifold.»

¿Por qué él, que se suponía que era un espía de Blue Garden, lo había advertido del peligro? Cuando se habían llevado a Sun y cuando le había preguntado por su invitación a ser guardia, apareció de la nada, le dio consejos y luego desapareció. «¿Qué es lo que pretende?», se preguntó Yuusuke.

—¿Qué habrá pasado con las personas que estaban dentro del fuerte...?

—Bueno, no parece haber señales de nadie, ¿verdad, Hisotta?

—S-Sí... Pero el aire parece demasiado limpio... Probablemente lo estén lavando.

Al escuchar la respuesta de Hisotta, Hinke chasqueó la lengua y se rascó la cabeza, y Zaisha también bajó la mirada y frunció el ceño. Yuusuke, incapaz de comprender por completo lo que Hisotta estaba diciendo, le preguntó:

—¿Qué quieres decir?

—Hmm...

Según la explicación, la presencia de una persona puede permanecer en los lugares por donde ha pasado, especialmente en espacios cerrados, donde puede mantenerse durante varios días, más aún si el lugar permanece desocupado. El aire estancado, con el tiempo, permite estimar cuánto tiempo ha pasado desde que alguien estuvo allí y en qué momento se marchó. Sin embargo, en esta fortaleza, los indicios de cualquier presencia parecían haberse desvanecido de manera antinatural, lo que indicaba que habían sido eliminadas intencionadamente.

—Entonces... puede que estén usando artes aéreas para manipular el aire...

—Básicamente, entraron y limpiaron el olor a sangre y demás —Hinke resumió su conclusión con frialdad: todos en el fuerte ya habían sido asesinados—. Como mencioné durante el viaje, trajeron materiales y reemplazaron a los trabajadores hace unos diez días. El incidente debió de ocurrir después de eso.

—Es probable que ellos mismos suplantaran el contacto regular.

Teniendo en cuenta que habían purificado el aire dentro del fuerte para prepararse en caso de que alguien intentara refugiarse allí, la situación estaba lejos de ser la ideal. Sin embargo, observando cómo habían estado intentando atacar la entrada principal desde el exterior después de que Yuusuke sellara todas las salidas del fuerte, Zhahid dedujo que probablemente no esperaban que estuvieran completamente atrincherados en el interior.

—Parece que no pudieron hacer frente a las artes divinas del capitán.

—¿Tú crees...? Pero estuvo cerca.

Recordando el devastador poder de las cuchillas de viento desatadas por la Brigada de Viento, Yuusuke se encogió de hombros, pensando que incluso un leve roce con una de esas cuchillas habría podido causarles heridas graves.

—Estoy seguro de que, si nos hubieran golpeado directamente, habrían acabado con nosotros de una.

Tras llegar a un consenso, todos se dirigieron a la cocina en busca de comida y agua. Hisotta y Hinke se encargaron del reconocimiento y la asistencia en el recorrido, Zhahid y Vermeer lideraron al grupo, y Yuusuke y Zaisha cubrieron la retaguardia. Zhahid tenía la responsabilidad de atacar y liderar al grupo bajo control en caso de emergencia.

—¿No podemos usar las artes ígneas de Vermeer para atacar?

—Puede proporcionarnos luz, pero no tiene suficiente potencia como para servir como arma.

El veterano Vermeer era un usuario de artes ígneas muy hábil, aunque su nivel de potencia era bastante bajo; las llamas que podía generar apenas eran suficientes para encender una lámpara. Por ello, en combate recurría principalmente a las artes marciales o al uso de armas. La ventaja de sus artes ígneas, consideradas superiores y más versátiles entre todas las artes de ataque, es que permiten encender fuego en cualquier lugar, incluso sobre hielo o agua.

Además, estas artes pueden emplearse para hacer que partes de la superficie del cuerpo brillen sin generar llamas visibles. Cuando las ejecuta alguien con una gran habilidad divina, las zonas luminosas pueden alcanzar temperaturas muy altas, convirtiéndose también en armas. Por ejemplo, es posible concentrar el calor en el puño y quemar a cualquiera con un simple toque.

Es por eso que Vermeer era la fuente de luz. Actualmente, solo Zhahid tenía algún poder ofensivo directo. Yuusuke tenía abierto el menú de personalización y estaba preparado para rodear a todos con un muro de piedra en caso de emergencia.

El suelo de la cocina estaba cubierto de sillas y mesas destrozadas esparcidas por todas partes. Lo que parecían ser restos de comida aplastada estaban desperdigados por el suelo. En varios puntos del pasillo se veían marcas de cuchillas que habían raspado las superficies. La zona estaba en un estado especialmente deplorable.

—Parece que los atacaron durante la hora de la comida. Hubo bastantes muertes aquí.

Tal y como señaló Vermeer, había manchas de sangre y cortes de cuchillas en las mesas y sillas rotas del comedor, así como en el suelo, las paredes y el techo. El aire tenía un olor extraño que no estaba presente en la sala anterior: una mezcla entre comida podrida y sangre.

—Espero que no haya ningún cuerpo tirado en el sótano.

Al escuchar las palabras de Hinke, Hisotta se puso a temblar mientras se tapaba la boca. Debió haber habido un número considerable de trabajadores para construir una fortaleza de este tamaño. En el exterior, podrían haber ocultado los cuerpos enterrándolos en el suelo, pero estando en el interior, no era algo totalmente imposible.

—¿Hisotta, estás bien?

—S-Sí... No se preocupe.

Aunque Hisotta respondió con voz aguda, sus hombros estaban tensos, lo que hizo que Yuusuke se preguntara: «¿Por qué una chica tan normal trabaja como guardia?». De todos modos, decidió centrarse en investigar el sótano.

—El cerrojo está echado... No se puede abrir.

—Déjame ver... La abriré yo.

Yuusuke abrió la puerta que daba al sótano en apenas tres segundos. Al estar manipulando directamente el estado de la puerta, fue mucho más rápido que si hubiera usado artes terrestres.

—¡Sus artes divinas son estupendas! —exclamó Vermeer, pensando: «¡Parece invencible!».

Luego hizo que Hinke tirara de la manecilla para abrir hasta la mitad. Dejó que la luz entrara por el hueco y miró hacia las escaleras que descendían al sótano. De rodillas detrás de la puerta, torció el gesto, claramente sospechando de algo.

—...

—¿Qué pasa, Hinke?

—No, solo tenía curiosidad... —dicho esto, Hinke se rascó debajo de la nariz con el pulgar y miró a Hisotta. Mientras tanto, ella, que había estado observando el sótano a través del hueco de la puerta, permaneció congelada en el sitio, mirando fijamente el hueco. Zaisha se dio cuenta de su reacción y la miró con expresión de preocupación.

—¿Qué pasa...? ¿Qué has escuchado?

—¿H-i-s-o-t-t-a?

—V-Vale... E-Es que... hay tres enemigos... Puedo sentir las vibraciones de sus artes aéreas. A-Ah, y también tienen a prisioneros...

Los resultados de la búsqueda indicaron que había tres usuarios de artes aéreas de élite, probablemente de la Brigada de Viento, y dos prisioneros. No habían podido salir del sótano porque la puerta estaba cerrada.

Yuusuke no sabía cuánta información se podía obtener a través de las artes aéreas, pero, a juzgar por el rostro pálido de Hisotta y sus hombros temblorosos, pudo intuir que, o bien los usuarios aéreos eran muy poderosos, o bien los prisioneros estaban en un estado lamentable.

—¿Crees que nos han percibido?

—Hmm... Creo que aún no... Están medio dormidos...

—Teniendo en cuenta que estaban encerrados, esto podría ser su dormitorio, o una trampa...

—Capitán, ¿había algún mecanismo en la puerta? ¿Cómo era la cerradura?

Cuando Vermeer le preguntó, Yuusuke abrió el menú de personalización y revisó los datos de la copia de seguridad. Aumentando y rotando la vista previa, examinó la cerradura. Descubrió que, si la hubieran abierto de manera normal, la empuñadura hubiera girado y hubiera dejado caer una pequeña bola metálica. Esta habría rodado por las escaleras, produciendo un ruido muy fuerte.

—Ya veo... así que, de alguna manera, sí que era una trampa.

Vermeer y los demás se quedaron sorprendidos e impresionados por las artes divinas de Yuusuke para desbloquear la puerta desde fuera. Sin embargo, pensaron: «Ahora tenemos ventaja», y comenzaron a discutir cómo enfrentarse al enemigo del sótano. Considerando que el enemigo estaba medio dormido, era la oportunidad perfecta para atacar.

—Nuestro ataque será más efectivo de esta manera.

—No nos queda más remedio que atacar y decidir sobre la marcha.

—A corta distancia, con mi bola de agua puedo cargarme a uno.

Los subordinados pensaron que, aunque sus artes divinas no eran las mejores para combatir, podrían hacer algo si lograban acercarse. Fue entonces cuando a Yuusuke se le ocurrió la idea de personalizar y fortalecer las dagas que tenían para la autodefensa.

Con su sistema de personalización puede modificar ropa, elementos del mapa, comida, y todo lo que se proponga. Sin embargo, eso es solo una característica adicional que deja clara la libertad del sistema. El enfoque original era fortalecer y personalizar armas y armaduras. Si el sistema era el mismo que en el juego de su vida anterior, debía poder incluso otorgarles efectos especiales.

—Vosotros tres, ¿podríais prestarme vuestras dagas un momento?

—¿Esto?

Tomó una de las dagas que le ofrecieron con una expresión perpleja, luego la abrió en el menú de personalización y revisó las opciones. Era una daga normal reforzada con artes terrestres, las mismas que se les otorgaban a los miembros de la Patrulla de Palacio.

—Supongo que sí.

No podía establecer valores muy altos debido a la rareza del objeto, pero descubrió que las armas podían personalizarse bastante. Además, como se trataba de una manipulación truncada, podía aumentar el poder y la fuerza hasta el límite que quisiera. Elevó al máximo el poder de ataque, la durabilidad, la potencia divina, la tasa de acierto, la resistencia, la fuerza, la agilidad y todos los demás parámetros modificables. También les otorgó los efectos especiales y los efectos auxiliares disponibles. Así, creó una "daga normal" altamente mejorada.

Entonces, aunque tarde, Yuusuke se dio cuenta de que podía mejorar sus habilidades físicas a través del equipamiento.

«No me lo esperaba para nada...»

Mientras murmuraba para sí mismo, les entregó las dagas personalizadas a los tres miembros de su escuadrón.

—¡Guau! Esta pequeña es increíble...

—Es raro, con solo tocarla siento una oleada de fuerza. Mi cuerpo también se siente más ligero.

—Sabía que se podían mejorar las armas y sus habilidades con artes divinas, pero nunca había escuchado de un arma que por sí misma diera estos efectos a su usuario. En serio, ¿qué tipo de artes divinas posee, capitán? —preguntó Vermeer.

—Las artes divinas del Dios Maligno —respondió Yuusuke.

Al darse cuenta de que era un asunto confidencial por el tono de broma, el usuario ígneo le devolvió la sonrisa y dejó de hacer más preguntas.

—¿Esta es su primera misión, capitán? ¿Tiene experiencia previa en combate?

—No, ninguna. La primera vez fue en la plaza el otro día.

Vermeer asintió tras escuchar eso y explicó el plan, indicándoles a las dos chicas del grupo y a Yuusuke que se quedaran ahí arriba, mientras que los tres restantes entrarían. Quería que intervinieran y les apoyaran cuando él diera la señal. Aunque tenía el poder de decidir, Yuusuke, que no tenía experiencia real en combate, aceptó sin dudar y lo dejó todo en manos de Vermeer, que probablemente habría vivido situaciones como aquella en numerosas ocasiones.

Después de apagar las luces y abrir suavemente la puerta del sótano, Hinke se envolvió a él mismo, junto con Vermeer y Zhahid, en una membrana de viento para facilitar su movimiento. La membrana, que era la misma que se utilizaba para ayudar a los carruajes a desplazarse a gran velocidad, no solo hacía que se sintieran más ligeros, sino que también amortiguaba el sonido y reducía el olor. Los tres se deslizaron silenciosamente por las escaleras hacia el sótano. Durante todo este tiempo, Hisotta siguió monitorizando la estancia.

Mientras tanto, Yuusuke añadió efectos especiales a su capa. Quería personalizar del mismo modo los uniformes de los otros miembros de su grupo cuando volvieran a casa.


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En el sótano, el espacio se ensanchaba un poco y se extendían dos pasillos a cada lado. El pasillo de la derecha tenía cuatro puertas y tres barriles apilados al final. El pasillo de la izquierda terminaba en una gran sala, y se podía ver lo que parecía un pozo.

El grupo liderado por Vermeer salió al pasillo y comenzó a buscar al enemigo. Cuando vieron una puerta entreabierta frente a ellos, se miraron y asintieron antes de acercarse con cautela. Vermeer miró por el hueco de la puerta, comprobando el estado de la sala y la ubicación de los objetivos, mientras consideraba el orden de ataque.

—Hay dos personas en el centro y otra en el extremo izquierdo. Uno de los del centro tiene a un prisionero debajo, lo cual complica las cosas.

El que estaba a la izquierda tenía la espalda contra la pared, así que, si se daba cuenta, lo utilizarían como escudo. Era necesario o bien acabar con los tres a la vez, o eliminarlos rápidamente para que no recobraran el conocimiento ni por un momento.

—Los dos del medio nos encargaremos Zhahid y yo, y del que está atrás, Hinke.

—Entendido.

—Vale.

En silencio, los tres entraron en la habitación, con cuidado de evitar cualquier trampa. Había sillas y mesas apiladas contra la pared en lo que parecía un trastero, así como vajilla de repuesto y candelabros en sencillos estantes de madera. Una lámpara que colgaba del techo iluminaba el espacio, y en el suelo había restos de una fiesta: botellas de licor vacías y restos de fruta esparcidos.

Vermeer y Zhahid se agacharon mientras se acercaban a los objetivos centrales. Hinke, mientras asistía su movimiento, los acompañó parte del camino y se quedó esperando el momento exacto para dirigirse al objetivo de la izquierda. Si se alejaba demasiado, sus artes divinas no podrían alcanzar a sus compañeros y corrían el riesgo de ser detectados. Además, aunque estaban ocultando su presencia y sonidos, estaban utilizando asistencia de movimiento basada en viento, por lo que si se acercaban demasiado para golpear con la daga, había una gran posibilidad de que el enemigo, que también usaba artes aéreas, se diera cuenta.

Los miembros de élite del ejército de Blue Garden parecían estar durmiendo la mona. Se acercaron lo suficiente como para burlar sus agudos sentidos y luego enviaron una señal a Hinke.

—Vamos allá. Ya puedes quitarnos la protección.

—Por favor, tened cuidado con el prisionero.

Hinke dejó solo su propia membrana de asistencia y corrió hacia el objetivo junto a la pared. Zhahid se abalanzó sobre el objetivo, y Vermeer también dio un paso hacia adelante, agarrando la cuerda del prisionero con una mano y tirando de su pequeño cuerpo hacia arriba.

Se escuchó un gemido, como el grito de una niña, y el objetivo abrió los ojos por una fracción de segundo cuando una daga se clavó en su garganta.

Vermeer flipó por un momento, ya que los pechos de la chica, que tenía las manos atadas a la espalda, se posaron en su cara cuando los dos cayeron encima de una cama. El usuario de artes ígneas al que había apuñalado por detrás murió en agonía, retorciéndose de dolor.

En esa fracción de segundo, las artes aéreas comunicativas de su compañera los alertaron sobre un peligro. Otro enemigo, que yacía dormido en el suelo, saltó de repente hacia Zhahid. Justo cuando la mirada del hombre estaba a punto de posarse él, el de Fonkrank lo atacó con la hoja de su daga y le cortó la cabeza.

La cabeza del hombre rodó al suelo con una mirada de sorpresa en su rostro. Vermeer miró a Zhahid con expresión de asombro; el del pelo azul parecía aún más sorprendido sin poder apartar la mirada de la daga en su mano.

En ese momento, un ruido sordo resonó en la habitación y se giraron para ver a Hinke, que se dirigía hacia el objetivo de la izquierda. Al igual que con el oponente de Zhahid, este también había despertado en el momento en que Vermeer apuñaló al hombre con el prisionero. Había comprendido instantáneamente la situación y había empezado a desatar su espada de viento. Habría sido peligroso si hubiera usado al prisionero que sostenía en su regazo como escudo, pero, afortunadamente, la carga de Hinke, ayudada por la daga reforzada, tuvo éxito.

La daga le atravesó el cráneo, destrozando sus dientes incisivos, cortando su lengua, perforando la pared de su faringe y llegando hasta su columna vertebral. Hinke cogió tanto impulso que se golpeó la cabeza contra la pared.

—Uff...

—¿Estás bien?

—Sí. Y la prisionera está a salvo.

—Vale...

Vermeer esbozó una leve sonrisa, pero enseguida recuperó la seriedad. Se apresuró a inspeccionar las habitaciones restantes para proteger a los otros prisioneros. Al liberarlos de sus ataduras, quedó claro que no había nadie más allí aparte de los tres hombres que habían eliminado. Los habían reunido en una de las estancias y habían decidido quedarse en la habitación contigua para vigilarlos.

—¿Doy la señal al capitán?

—¿Y qué hacemos con la otra sala?

—Cerradla y ya está... El capitán es el guardia de palacio favorito de la princesa, no hace falta decirle nada más.

Tras sellar la habitación donde estaban los prisioneros y la de enfrente, y asegurarse de que todo estaba bajo control, el grupo de Vermeer envió la señal confirmando que la operación había sido un éxito.

—E-Eh... Y-Ya han terminado —dijo Hisotta, levantando la vista hacia Yuusuke en busca de instrucciones.

No se escuchaban sonidos de batalla ni gritos de muerte. Por lo visto, los usuarios de artes aéreas, supuestamente de la Brigada de Viento, habían tenido un final silencioso. Siguiendo el plan, aguardaron la señal de Vermeer para descender.

—¿Hmm...? —murmuró Yuusuke mientras bajaba las escaleras, frunciendo el ceño. Un olor extraño impregnaba el aire, diferente al hedor a sangre que había llenado la cocina antes. Este era un aroma extraño, crudo y húmedo, que le provocó un escalofrío.

El grupo de Vermeer les estaba esperando en el sótano. No había rastros de sangre y los tres parecían ilesos, salvo Hinke, que se frotaba la cabeza mientras se quejaba de dolor.

—Ha sido rápido, ¿no?

—Sí, pero, para ser sincero, ha sido bastante aterrador. Si no fuera por esta daga, yo habría sido el que hubiera muerto.

—Están en la parte de atrás, a la derecha —señaló Vermeer.

Zaisha asintió y se dirigió hacia el almacén. Cuando Yuusuke preguntó, Vermeer respondió que le había pedido que curara a los prisioneros. Poco después, desde el fondo del almacén, comenzaron a escucharse los sollozos de una mujer.

—¿Te duele mucho...?

—Tranquilo, no es nada grave.

Vermeer no dio una respuesta clara a la pregunta de Yuusuke. Zaisha llamó a Hisotta, que estaba cabizbaja en un rincón, para que le ayudara a sacar agua del pozo, y ambas entraron en el almacén. Mientras tanto, Hinke tenía la mirada perdida, todavía con la cabeza adolorida.

El lugar seguía impregnado de un olor extraño, y el ambiente tenía algo incómodo. Zhahid, que había permanecido en silencio hasta entonces, rompió la tensión hablando de repente:

—Capitán, se le ve muy joven y parece frágil, pero después de lo que hizo en la plaza y cómo denunció a ese loco, creo que me equivoqué al juzgarlo.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? Soy un adulto, ¿sabes?

—Ya lo sé. Bueno, quizá no tendría que haberme preocupado tanto. Me inquietaba que acabara traumatizado. Tiene pinta de ser demasiado noble.

Los tres se relajaron y acompañaron a Yuusuke al almacén principal. Seguía habiendo suministros de comida, así que los reunieron allí. En las salas vacías colocaron los cuerpos de los usuarios aéreos de la Brigada de Viento.

—Había tres prisioneros. Dos están siendo atendidos ahora mismo por Zaisha.

—¿Y el otro...? —preguntó Yuusuke, con la mirada fija en una tela que tapaba algo en el suelo.

Era evidente que bajo la tela se encontraba el cuerpo de una de los prisioneras. Hinke posó la mano sobre el bulto y le preguntó si quería que lo levantara.

—Bueno... supongo que no será agradable de ver.

Con la intención de mostrarle a un guardia de élite del palacio, acostumbrado a tareas más limpias, la realidad del trabajo de los cuerpos de seguridad, Vermeer le mostró el cuerpo al capitán. Era, probablemente, una guardia que habría estado defendiendo el fuerte y que habría sido capturada y asesinada.

—Uh...

Al principio, le pareció que llevara un uniforme de camuflaje rojo, pero en realidad su cuerpo estaba cubierto de piel desgarrada, moretones oscuros e hinchazones. Estaba tumbada en una posición aparentemente normal, aunque sus brazos y piernas estaban torcidos de forma antinatural en varios puntos. Le faltaban dedos en las manos y los pies, y a los que le quedaban les habían arrancado las uñas. Le habían desgarrado los dos senos, aplastado la nariz, deformado la mandíbula, y su cabello, de un despeinado azul claro, estaba apelmazado como si se hubiera solidificado, con una sustancia amarillenta y polvorienta adherida a él.

—Es horrible... —murmuró Yuusuke, sin apartar la mirada hasta que cubrieron de nuevo el cadáver con la tela.

Vermeer lo observó con un atisbo de sorpresa. No era habitual ver un cuerpo en un estado tan terrible durante tiempos de paz, aunque, en las escaramuzas, desgraciadamente no era tan raro.

—...

Yuusuke de repente tuvo una idea y tocó una parte del cadáver que salía por debajo de la tela.

¡Tilín!

—¡Ah! ¿En serio?

—¿Capitán...?

Haciendo caso omiso a las palabras de su grupo, Yuusuke abrió su menú de personalización sintiendo que no debería estar haciendo esto. En el menú vio la imagen del cuerpo destrozado, pero, al manipular los diferentes parámetros, pudo curarle los moretones y los rasguños, e incluso soldar las fracturas de los huesos.

La mayor parte del trabajo consistió en deslizar la barra de daño a cero. Aun así, como implicaba manipular un cuerpo humano, tardó una considerable cantidad de tiempo. Finalmente, pudo ver el cuerpo desnudo y tonificado de una joven mujer de pelo azul en la pantalla.

Yuusuke, rodeado del aura propia de la activación de sus artes divinas, movió sus dedos en el aire mientras Vermeer y compañía lo observaban perplejos e incapaces de comprender el significado de las acciones de su capitán. Hisotta vino a informar acerca de las otras dos prisioneras, que fueron sanadas y calmadas por Zaisha, y también se quedaron viendo el espectáculo desde la puerta.

—Está bien. ¡Ejecutar!

Un efecto luminoso rodeó al cadáver debajo de la tela que lo cubría. En poco tiempo, las partículas de luz se asentaron y la mano roja oscura a la que le faltaban algunos dedos pasó a ser lisa, blanca y recobró su feminidad, así como sus cinco dedos.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo lo ha hecho?!

Vermeer y Shahid abrieron los ojos de asombro y se quedaron sin palabras. Antes de que pudieran recobrar la compostura, Hinke levantó la tela. Un hermoso cuerpo yacía allí sin ninguna herida ni imperfección visible en su bella piel. Hisotta se tapó la boca y se puso roja de vergüenza.

Yuusuke la miró fijamente durante un rato, parecía que estuviera a punto de despertar en cualquier momento. Luego dejó escapar un suspiro y se agachó.

—Hmm... Supongo que era imposible devolverle la vida después de todo...

Todo lo que pudo hacer fue personalizar el cadáver como si fuera cualquier otro objeto.

—Oh, a ver... Si hubiera vuelto a la vida, no sé si seguiría siendo humana.

—Es verdad...

—Ahhh... Era una mujer muy hermosa. Esos tipos de la Brigada de Viento realmente le hicieron una atrocidad.

Enfriando sus emociones, Vermeer y Zhahid también se acuclillaron cerca del cuerpo, suspirando del mismo modo que Yuusuke. Al contrario de esos dos, en lugar de centrarse en las misteriosas artes que acababan de presenciar, Hinke, que obviamente estaba más interesado en la belleza de la mujer, cubrió con pesar el cuerpo.

Después, Yuusuke y los demás se tranquilizaron y se dirigieron al almacén de atrás para hablar con las dos supervivientes tras escuchar el informe de Hisotta.

—M-Mm... Capitán.

—¿Sí?

—Gracias por haberle devuelto su apariencia. Seguro que ella... también le está agradecida.

—Claro... Eso espero —respondió Yuusuke, rezando porque su alma descansara en paz, esperando que al menos eso le diera algo de consuelo.

Hisotta miró al "Capitán Yuusuke" con sus ojos verdes llenos de admiración.

3 comentarios:

  1. En el párrafo:
    "A Vermeer y Shahid se les abrieron los ojos por el asombro y se quedaron sin palabras. Antes de que recobraran la postura, Fonke había vuelto a *cubrir* el cuerpo. Un hermoso y perfectamente simétrico cuerpo yacía allí sin ninguna herida visible en su bella piel. Isotta se tapó la boca y toda su cara se puso toda roja por la vergüenza."
    Debería decir:
    "A Vermeer y Shahid se les abrieron los ojos por el asombro y se quedaron sin palabras. Antes de que recobraran la postura, Fonke había vuelto a *descubrir* el cuerpo. Un hermoso y perfectamente simétrico cuerpo yacía allí sin ninguna herida visible en su bella piel. Isotta se tapó la boca y toda su cara se puso toda roja por la vergüenza."
    Eso le daría más sentido al texto, por otro lado gracias por la traducción, espero leer antes el final en español que en ingles.

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    1. Gracias por el apunte! No creo que me adelante a la traducción inglesa; no sé japonés XD

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  2. Te maldigo tropa de viento y te maestre asta q encuentre al más q gane mu rencor (por cierto gracias por el capítulo)

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