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08/10/2024

Ut0p1a - Código Izquierda (perte II)




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Título original: Left to code
Autora: vgperson
Traducción: Xeniaxen



Continuación del capítulo 4 > Código Izquierda


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Era bizarro tratar de seguir con nuestras vidas después de todo eso, pero eso fue lo que hicimos. No supimos nada de Cecilia durante el resto del día, y al día siguiente fuimos a nuestras clases como de costumbre, y Meyer incluso enseñó Código Fuente como si nada hubiera pasado... bueno, aparte de admitir la "emergencia" de Cecilia, como la conocían nuestros compañeros, y su consiguiente "ausencia."

Parecía mucho en ese momento. Indudablemente lo era. Y al pensar en la respuesta de Meyer a todo esto (desde la negación hasta las racionalizaciones y lo que finalmente parecía ser esperanza) me preguntaba si sus razones para dejar su puesto como admin estaban relacionadas con meras sospechas de las cosas que Cecilia nos había contado, a veces de manera alarmantemente casual.

Si dependiera de Meyer, probablemente habría mantenido todo esto en secreto por preocupación. Quizás llevaba mucho tiempo preocupada de que nuestro mundo hubiera sido "abandonado". No podía comprender completamente lo que significaba que se hubiera "cerrado oficialmente", pero sonaba como si tal vez hubiera sido la confirmación de sus peores temores.

Pero eso ya era cosa del pasado, y ahora Cecilia estaba aquí. Aunque su actitud y todo lo demás no siempre inspiraban confianza, al final del día, confiaba en que era alguien que no quería ver morir nuestro mundo, alguien que realmente quería vivir en él.

Así que, para mi propia sorpresa, pude continuar como de costumbre. Conocer la naturaleza de nuestro mundo no cambió nada; no lo hizo menos real. Estábamos tan "vivas" como Cecilia; lo demostraba su propio asombro por nuestra existencia. Y sentí que ella estaba yendo con pies de plomo para no permitir que su posición la hiciera vernos de manera diferente. Lo único que realmente había cambiado era... saber que a alguien le importaba.

Miré al otro lado de la habitación y vi a Lily, que tenía una expresión como ida. Probablemente todavía lo estaba procesando todo, después de haber pasado toda la conversación de ayer pensando que estábamos bromeando...

—Oye, Lily, ¿estás bien? —pregunté preocupada—. Si quieres hablar de algo...

—No, creo que... Creo que es mejor si no lo hablamos —respondió, algo desconcertada—. Siento que si puedo seguir con la vida como de costumbre durante un día o dos, entonces probablemente...

De repente, Cecilia apareció en el centro de nuestra habitación, completamente inmóvil, con los brazos extendidos.

—No puedo —murmuró Lily para sí misma, agarrando su bolso y saliendo de la habitación con los ojos fijos en el suelo.

—¡Hola, chicas! ¿Cómo se ve mi avatar? —la voz de Cecilia salió de ella, aunque seguía completamente inmóvil.

—Uh... Inquietante —contesté, demasiado asustada para decirle algo que no fuera la verdad—. ¿Qué es un "avatar"? Antes te movías... ¿Te has estropeado...?

—Oh, mecachis. ¿Está en posición de T? Sí... está en posición de T. A ver si puedo arreglarlo... —Cecilia cambió abruptamente de postura, ahora de pie con los brazos a los lados, aún inmóvil.

—Eso no es mucho mejor... —sacudí la cabeza—. ¿Qué está pasando?

—Oh, es verdad, no os lo conté. Bueno, como voy a trabajar en Ut0p1a, me va mejor estar fuera de Ut0p1a. Pero también quiero hablar con vosotras mientras trabajo. ¡Así que configuré este avatar! ¡Lina, Rena, Meyer, de hecho, os estoy hablando a todas a la vez a través de él! Es genial, ¿no?

➡➡

—Ah, claro. Qué bien... —me giré, alejándome de la inquietante figura inmóvil y, al hacerlo, me di cuenta de que no tenía reflejo en el espejo, lo que casi me hizo pegar un salto—. Pero es realmente espeluznante.

—¿Es porque no me muevo, no? —el monigote inmóvil emitió un suspiro—. Bueno, se me ha ocurrido una idea sencilla que podría funcionar...

Guardó silencio durante aproximadamente un minuto. Cuando volvió a hablar, lo hizo con movimientos exagerados de cuerpo y de boca... para luego quedar completamente neutral de nuevo en cuanto dejó de hablar.

—Probando, probando. Hola, mundo... ¿Qué tal ahora? —hizo una breve pausa, justo lo suficientemente larga como para que el avatar volviera a adoptar una pose neutral durante un segundo—. Es mucho más natural, ¿no?

⬇⬇

—Para nada —gruñí—. Hay alguien que quería que conocieras la próxima vez que estuvieras disponible, y no permitiré que su primera impresión sea de esta... atrocidad.

—Oh... Oh. Vale, no ha salido bien. Supongo que lo llamaremos un WIP, trabajo en curso (NT: WIP son las siglas para "work in progress" en inglés. Me parecía importante dejar el término original, porque es de jerga informática.) —dijo Cecilia con tristeza, en contraste con los movimientos exagerados de su avatar—. Espera un momento, Meyer, ahora vuelvo.

El avatar desapareció. Unos minutos después, Cecilia volvió a aparecer como su yo habitual. Mucho mejor.

—Entonces, ¿quién es este tipo al que quieres presentarme? —preguntó.

—Es... un admin que conocí en su momento —expliqué vagamente—. Fue el primero al que pensé que debía contarle sobre, eh... ti, y toda esa nueva información. Podría conectarte con admins de todo el mundo para ayudar en...

—Ahh, comprendo. Un antiguo compañero de trabajo —asintió Cecilia—. ¿Por qué renunciaste, por cierto?

Me detuve, sin estar segura de si había investigado sobre mí antes, quizás mientras estaba "desconectada", o si solo había hecho una suposición en ese mismo momento. Además... no estaba segura de cómo responder a la pregunta, especialmente a la luz de los hechos con los que ahora me estaba enfrentando.

Opté por una respuesta general, en su mayor parte veraz.

—Era mucha presión, como seguramente puedes imaginar. A pesar de mis habilidades, al final sentí que no estaba hecha para eso.

—Oh... Claro, tiene sentido —reconoció, cruzando los brazos—. Bueno, de todas formas, ¿a qué esperamos? ¿Dónde está el chaval?

—Iremos a verlo —tomé su mano, soltando sus brazos cruzados.

Un momento después, estábamos en un lugar familiar con sonidos familiares. Cecilia dio un salto, claramente sorprendida por la repentina teletransportación, pero no montó ningún numerito; probablemente se dio cuenta rápido de que estaba rodeada de personas ocupadas trabajando.

Caminé con ella hacia una puerta conocida. Por un instante, me preocupé de estar a punto de hacer el ridículo frente a Cecilia, y tal vez debería haber cedido un poco en mi terquedad y al menos haber dicho algo de antemano.

Pero si iba a volver a entrar en esta oficina, quería que fuera así.

Llamé a la puerta y escuché una voz familiar responder.

—¿Quién es? Lo siento, pero estoy un poco ocupado.

—Soy Cadence.

Especialmente debido al ruido, pude imaginar vívidamente cómo él se apresuraba para abrir la puerta. Y cuando se abrió, vi justo lo que había imaginado que vería.

—¿M-Meyer...? —pronunció incrédulo—. ¿Qué haces aquí? ¿Has vuelto...? —entonces se dio cuenta de que Cecilia estaba detrás de mí—. Eh, ¿ella es tu...?

—No. Ya escucharás quién es a su debido tiempo —suspiré—. Cecilia, este es Lance Cooper, el admin principal aquí en Veta Norte.

—Eh... Hola —Cecilia saludó, vacilante en interrumpir nuestra reunión.

—Para ser honesto, pensé que estabas "de vacaciones" para siempre —dijo Cooper, sacudiendo la cabeza con incredulidad—. Quiero decir, eh... no espero que vuelvas, pero...

—Entremos y hablemos, Cooper —lo insté—. Tenemos mucho de qué hablar. Y no quiero que nadie más nos escuche.

—Bueno —él se encogió de hombros—, eso es lo que más esperaba que dijeras al volver aquí. ¿Ciframos nuestra conversación?

—Eh... —Cecilia levantó la mano—. Dejadme decir que no tengo ni idea de cómo hacer eso. Ni siquiera me había dado cuenta de que el habla era en gran parte basada en texto en el back-end (NT: Área administrable de un sitio web en la que se crean y gestionan los contenidos. Solo es accesible para el administrador o los usuarios autorizados. Su contrario, el front-end, se refiere a la interfaz que el usuario es capaz de ver. Fuente: Fundéu.) hasta que...

Le cubrí la boca, empujé a Cecilia y a Cooper adentro y cerré la puerta.


₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁


Nos sentamos en lo que ahora era el despacho de Cooper, y tanto él como Cecilia me miraron expectantes mientras me preparaba.

—Muy bien, vamos a explicártelo todo —dije—. Cecilia, por favor... sígueme y ten cuidado con lo que dices.

—Entendido —ella se rascó la cabeza.

Antes de que pudiera comenzar, Cooper levantó nerviosamente la mano y señaló a Cecilia.

—Esto, eh... tiene algo que ver con ella, ¿verdad?

—Tiene todo que ver con ella, sí. Tan perspicaz como esperaba de un admin principal —dije, esbozando una sonrisa—. Verás, Cecilia es... bueno. ¿Recuerdas que discutimos la idea de que hubiera "admins" en un nivel superior al nuestro? "Admins" responsables del origen mismo de nuestro mundo.

—Eh, sí, en realidad... —Cooper se removió en su silla—. Lo hablamos, ya sabes... la última vez que hablamos.

—Ah... Sí, supongo que lo recuerdas, entonces —respondí con solemnidad—. Pues Cecilia es...

—No lo soy, en realidad —interrumpió ella—. S-Solo para que quede claro, y todos estemos de acuerdo, yo no hice nada. O no fui nada. O no soy nada de eso. Soy solo una persona normal. Una chica.

Ambos la miramos confundidos. Me recuperé antes que Cooper.

—S-Sí, supongo que no debemos exagerar las cosas. Cecilia tiene... capacidades en común con esas... supuestas personas. Para ahorrarte los detalles.

—Eso es... bastante impresionante, Meyer —comentó Cooper, atónito—. Pero, ya sabes, nunca esperé menos de ti.

—Por favor, no puedo llevarme el crédito —me reí y negué con la cabeza—. En realidad, fue pura suerte, fue un milagro que...

—¿De verdad? —replicó Cecilia—. Me sentí atraída por tu clase antes de despertar por una razón.

—¿Clase? ¿Eres profesora? —se sorprendió Cooper—. Ahora que lo pienso, tiene mucho sentido...

—¿No lo sabías? Vaya ghosting que le has hecho, ¿eh, Meyer? (NT: Ghosting es un término anglosajón utilizado en registro coloquial para describir la práctica de cesar toda comunicación y contacto con una pareja, amigo u otro individuo sin advertencia o justificación aparente y, posteriormente, ignorar cualquier intento de acercamiento o comunicación realizada por dicha persona.​​ Fuente: Wikipedia.)

—Basta —gemí. No pude evitar sentirme avergonzada frente a Cecilia—. Tenemos, efectivamente, a una editora de código fuente increíblemente poderosa y dispuesta a ayudarnos. Así que, ¿podemos hablar de lo que nos concierne?

—¿Ayudarnos, cómo? —preguntó Cooper—. ¿Qué puede hacer...? ¿Y qué sabe, que no quieres que diga?

—Obviamente, no voy a responderte a eso —contesté, irritada. Debería haber sabido que su curiosidad sería difícil de ignorar.

—Es solo que... casi me interesa más saber cosas que están más allá de nuestro conocimiento que arreglar cosas que están más allá de nuestras posibilidades —dijo, encogiéndose de hombros—. Quizás no debería sentirme así como admin, pero es lo que siento. Si alguien creó nuestro mundo, quiero saber qué tenía en mente, ¿sabes? Siento que eso podría ayudarme a cuidarlo mejor.

—¿Qué tenían en mente?, mm... —miré a Cecilia—. Por lo que sé, me temo que ni siquiera ella nos sabrá mucho sobre eso.

—Es demasiado pedir, supongo —Cooper soltó una risa que denotaba una pizca de decepción—. Me pregunto si alguna vez le dieron un nombre.

Cecilia inclinó la cabeza.

—¿Eh? No, esa es fácil. Es Ut0p...

La interrumpí, pero Cooper captó el mensaje de todos modos, y sonrió en respuesta.

—¿En serio? Tenía razón. Utopía... También querían que este fuera un mundo perfecto, ¿no? —se llevó la mano al mentón, como si estuviera soñando despierto—. ¿Hay otros nombres que conozcas? ¿Otro nombre para la luna, tal vez? ¿Las estrellas tienen nombres?

—Supongo que podría revisar ese tipo de cosas —respondió Cecilia, probablemente conteniéndose de preguntar si realmente era el mejor uso del tiempo—. Aunque, por supuesto, tendría que... ya sabes, Meyer.

—Adelante —la insté, a pesar de encontrarlo inútil. Supongo que empezaba a ver los posibles beneficios de su "avatar", si la íbamos a hacer desconectarse y volver por trivialidades como esta...

Cecilia desapareció (afortunadamente, sin efectos especiales esta vez). Cooper parecía sorprendido.

—¿A-Adónde ha ido? —preguntó.

—Eso... no lo sé exactamente —respondí honestamente—. A algún lugar más allá de lo que podemos ver. Pero evidentemente está bien allí, es capaz de trabajar con un código fuente más avanzado de lo que podemos imaginar.

—¿Crees que podría hacer una foto? —Cooper se frotó la barbilla.

—Aunque pudiera, Cooper —suspiré—, dudo que nuestras mentes débiles pudieran comprenderlo.

Después de unos minutos de espera incómoda, Cecilia reapareció.

—Vale, eh, perdón por la demora. Había algo en mi desordenada mesa de trabajo que tuve que recoger. Esto... Nos habíamos quedado en los nombres de las estrellas y los planetas y eso, ¿no?

—Eh, sí —respondió él—. ¿Encontraste algo?

—La luna es simplemente... —ella se frotó el cuello—, "luna", sí. No vi estrellas con nombre. A menos que cuentes al sol, que se llama... "sol". También revisé si este planeta tenía un nombre y...

—¿Hm?

Ella hizo una mueca tan pronto como mostré interés.

—Quiero decir, eh... ¿estás seguro de que quieres saberlo?

—Si nuestros creadores le dieron un nombre —dijo Cooper—, entonces sí, me gustaría saberlo.

—Bueno, hay... margen para la interpretación —suspiró Cecilia—. Se llama "Predeterminado". (NT: En el original, "Default".)

Me quedé mirándola atónita, mientras Cooper la miraba con asombro.

—Pre... ¡Predeterminado! ¡Me gusta! Es casi como una instrucción divina, ¿no, Meyer? ¡"Pre-determinado"!

Cecilia y yo intercambiamos una mirada confusa.

—Hay que elogiar la actitud... —concluyó ella, encogiéndose de hombros.

Admito que parte de mi incomodidad con las cosas que estaba aprendiendo la atribuí a la personalidad de Cecilia. No había hablado exactamente con el mayor cuidado, ni había suavizado hábilmente la introducción a la naturaleza de nuestro mundo... aunque si realmente no sabía de antemano que existíamos y estábamos vivos, supongo que no estaba preparada para hacerlo. No sería justo culparla demasiado.

Aun así, dado que simplemente estaba informando con precisión lo que veía en este caso... me ponía nerviosa. Quizás no solo Cecilia era despreocupada respecto a asuntos relacionados con nuestra propia existencia. Tal vez incluso nuestros creadores no habían estado muy interesados en crear un mundo para nosotros. No molestarse en asignar un nombre al lugar en el que todos vivíamos... o asignarle un nombre en broma, no sé qué era peor.

Y, sin embargo, Cooper no pensaba así en absoluto. Como siempre. Por eso debía ser él quien ocupara el puesto.

—Bueno... Si te sientes con ganas ahora, Cooper, estoy ansiosa por escuchar algunas ideas —le dije—. Como admin activo, ¿con qué problemas te estás enfrentando que te hagan pensar... "ojalá los admins originales estuvieran aquí"?

—¡Oh! —su rostro se iluminó—. Bueno, pensándolo así... ¿qué tal si empezamos por los Cubits?

—¿Cubits? —preguntó Cecilia con curiosidad.

—El dinero, Cecilia —suspiré—. ¿Cómo has vivido todo este tiempo sin saber eso?

—Ah, es que nunca pagué nada por mi apartamento, o por la universidad... —se mostró preocupada—. ¿Debería haberlo hecho...?

—¿Qué? —la miré, con los ojos en blanco—. No estoy segura de que sepas lo que es el dinero... El dinero se puede intercambiar por bienes y...

—Servicios, lo sé, lo sé. No estoy diciendo que debería haber pagado por esas cosas, solo... —sacudió la cabeza—. Sea como sea, Cooper, sigue explicando como si supiera lo que es el dinero, no te preocupes por eso.

—Eh... vale. Si no sabes lo que son los Cubits, probablemente debería mostrártelo... —sacó algunos.

—¿Son pequeños cubos multicolor? Pfft, qué monos —se rió ella—. ¿Cuánto valen? ¿167 bits? —hizo una pausa—. Espera, ¿por qué he dicho un número tan específico?

—Porque, bueno... es lo que valen —se rascó la cabeza—. No estoy seguro de cómo se explica eso.

Cecilia se encogió de hombros.

—Supongo que es una habilidad innata que tú... o, eh, nosotros, tenemos. Aunque... ¿no es un problema llevar un montón de cubos?

—No tiene por qué —Cooper sacudió la cabeza—, gracias a cómo funcionan. Juntar Cubits los combina en uno con el valor combinado. De manera similar, se pueden dividir como quieras... Hasta cierto punto.

—¿Hasta qué punto? ¿Un solo bit?

—Ese es el problema —cruzó los brazos—. La mayoría de los Cubits en realidad no pueden llegar a ese nivel de granularidad. Los Cubits ocupan exactamente la memoria que valen, así que no tenemos idea de cómo podría existir un Cubit de un solo bit... Y, aun así, ha habido Cubits en circulación con esa capacidad. Probablemente muy antiguos.

—No lo entiendo —Cecilia sacudió la cabeza—. ¿Qué los hace diferentes? ¿Y por qué importa eso? Que no pongan precios tan bajos y ya está.

—No te estás explicando muy bien, Cooper —suspiré—. La cuestión es esta: incluso nosotros, los admins, no sabemos cómo acuñar "correctamente" los Cubits. Así que tenemos que... falsificarlos, técnicamente. Y nuestros mejores intentos solo logran llegar hasta cierta granularidad, porque parece haber una barrera por la que parece imposible definir un objeto en tan poca memoria.

—Lo estaba pillando, pero me he perdido. Y... todavía no entiendo por qué es importante, honestamente.

—Porque —intervino Cooper, con un tono más serio de lo habitual—, si los estamos falsificando, ¿cómo los podemos diferenciar de las falsificaciones reales? —suspiró—. La respuesta, por ahora, son nuestras técnicas de compresión especiales que llevan el límite hasta donde podemos. Pero eso es bastante endeble. Si tuviéramos acceso a la función que creó esos Cubits antiguos...

—Ah, vale, vale, lo entiendo —gimió Cecilia—. No necesitaba tantos detalles —se levantó y se estiró—. Si solo se trata de encontrar la función que usaron los admins, debería ser fácil. Esperad aquí.

Desapareció de nuevo, esta vez durante más tiempo que solo unos minutos. Eventualmente, Cooper encontró demasiado incómodo no decir nada.

—Entonces... ¿crees que podrá hacer lo que tú esperas? —preguntó Cooper.

—No tengo ni idea... —admití—. Estoy tratando de no esperanzarme demasiado. Siempre tiendo a perderlas, después de todo.

—Meyer... —Cooper suspiró—, escucha. No debes esperar demasiado de las personas, es cierto. Pero no te olvides de apreciar lo que las personas te han podido dar —miró hacia abajo con una sonrisa—. Si todo lo que sale de esto es la confirmación de que alguien allá afuera nos creó con un propósito... yo ya estoy contento.

—Creo que eres el único que piensa que esto nos lo confirma —comenté secamente—. Aunque si tú quieres creerlo, supongo que no importa, ¿no?

Volvimos a esperar. Mientras miraba alrededor del despacho con aburrimiento, noté algo pequeño en el escritorio de Cooper.

—Cooper, ¿ese Cubit es...? —de repente me congelé—. De un bit...

—Es de un bit —repitió Cooper con asombro.

—¡De un bit! —exclamó Cecilia, reapareciendo junto a nosotros... a través de su avatar errático. Debía de haberse cansado de tanto ir y venir.

—¿Lo has conseguido? ¿Has encontrado la función? —Cooper miró su cuerpo, ahora perfectamente inmóvil, y se volvió hacia mí—. ¿Por qué está así?

—No te preocupes por eso —le aseguré.

—Entonces, ya estamos, ¿no? —preguntó Cecilia para validarlo—. ¿Qué quieres que haga con la función? Parece que solo yo puedo acceder a ella desde aquí, para que no se le diera un mal uso...

—Bueno, veamos... —Cooper lo pensó—. Por ahora, haznos unos cientos de megabytes y comenzaremos a usar ese suministro para ir eliminando nuestros Cubits artificiales.

—¡Marchando! —el avatar se quedó inmóvil durante unos buenos treinta segundos—. Uh, espera. ¿Dónde querías que los dejara?

—Ah, buen punto —asintió Cooper—. Supongo que en este despacho servirá, pero si tienes que hacerlos uno por uno, asegúrate de hacerlo con calma para que podamos fusionarlos...

—N-No me refería a eso. Quiero decir, eh, es que los dejé antes de preguntar. Se me escapó —el avatar volvió a una sonrisa rara—. ¿Qué hay en las coordenadas (0,0,0)?

Alguien golpeó la puerta.

—¿Sr. Cooper? Acabamos de recibir una llamada de Elec-Tri Ciudad...

Cooper se frotó la frente.

—Eso es lo que hay en (0,0,0), Cecilia.

El avatar desapareció sin decir una palabra, y los Cubits comenzaron a llenar lentamente una esquina del despacho. Me acerqué y comencé a unirlos mientras Cooper se iba.

Bueno... suerte en Elec-Tri Ciudad, supongo.

⬆⬆

Tuve que preguntármelo. ¿Qué hace que la gente sienta la necesidad de falsificar dinero en una "utopía"? Quiero decir, ¿hasta el punto de que eso se convierta en un problema?

Como dije, aunque solo hubiera pasado algunos meses aquí, había sobrevivido sin saber siquiera cuál era su moneda. Tal vez si hubiera querido comer algo, tendría que haber pagado por ello, pero veía lo de "no tener que comer" como una ventaja tan guay de Ut0p1a que, sin saberlo, me lo tomé al pie de la letra inconscientemente.

De hecho, me sorprendió darme cuenta de que la vivienda y la educación parecían ser gratuitas. Por sensato que eso me pareciera, había leído que cuando Ut0p1a se creó, era absolutamente normal tener que pagar por todo. Y que Ut0p1a fuera una excepción a esa tendencia me parecía poco probable.

Así que después de darle a Cooper sus un par de cientos de megabytes de Cubits, fui a investigar el tema. Aunque, en realidad, no tuve que buscar mucho.

Encontré el botón para generar Cubits en una especie de panel de administrador. Cuando abrí mi propio perfil de usuario, noté que había una gran cantidad de advertencias. Y, madre mía, ese entorno hablaba por sí solo.

"La transferencia del alquiler de marzo ha fallado. La información de pago del usuario CeciliaRhodes puede ser inexacta o estar desactualizada. Notificando inmediatamente al usuario y/o a los pagadores listados. Si persiste el impago, el usuario será presentado para su expulsión."

Todas las advertencias tenían el mismo texto exacto, solo que para diferentes cosas. Los alquileres de cada mes que había estado allí, la matrícula de cada trimestre escolar, una factura por cada 100 horas despierta en Ut0p1a...

Obviamente, no había introducido ninguna información de pago. Al ver todo eso, me sorprendió haber podido entrar sin hacerlo. Me preguntaba si, antes de que el archivo llegara a mis manos, alguien más había hackeado el sistema para eliminar esta mierda. Aunque, si ese fuera el caso, al ser la primera persona en entrar en Ut0p1a desde que se cerró, también habría sido la primera en beneficiarse realmente. Quizás también habían cerrado el procesador de pagos.

Debía admitir que era un recordatorio deprimente del contexto en el que Ut0p1a había existido. De por qué una maravilla como esta realmente pudo ser creada. De lo inaccesible que fue en su momento. De cómo, si alguna vez había sido una "utopía", solo lo había sido para unos pocos seleccionados, y de cómo se había hecho posible gracias al arduo trabajo de muchos otros. Y de cuánto merecía dejar todo eso atrás.

Afortunadamente, los habitantes de Ut0p1a no tenían ni idea de estas cosas. Simplemente podían disfrutar de las ventajas en una ignorancia placentera, aparentemente sin una historia hacia la que mirar atrás. No obstante... incluso entonces, algunos aparentemente se sentían impulsados a acuñar dinero falso para llevar una vida cómoda.

Así pues, aunque mi percance había sido un accidente genuino y había causado problemas al hombre-perro desaliñado... me preguntaba si no había sido un error tan grave (o eso esperaba).


₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁ ₀ ₁


⬅⬅

Estaba sentada en mi habitación, luchando con una tarea de Código Fuente, cuando sonó mi teléfono.

Miré al otro lado de la habitación, y no, Lily estaba justo allí. Rena generalmente solo me enviaba mensajes de texto. De hecho, en general, todos solo enviaban mensajes. Entonces, ¿quién me estaba llamando...?

Cuando miré la pantalla, solo decía "Número desconocido", algo que creo que nunca había visto en mi vida. Dos ideas cruzaron mi mente: que era algún tipo de fallo que hacía sonar el teléfono o que era alguien con malas intenciones que quería provocarme un fallo por teléfono.

Ambas ideas sonaban estúpidas, y tenía curiosidad por saber quién era, así que me lancé sin miramientos y contesté.

—¿H-Hola...?

—¿Y si la llamada viniera... de dentro de casaaaaa? —dijo Cecilia con una voz falsa y espeluznante. (NT: Hay una clásica leyenda urbana de terror en la que una joven que está sola en casa, a menudo una niñera, recibe una llamada telefónica estremecedora que le pregunta: "¿Has revisado que los niños estén bien?". Luego ella llama a la policía, rastrean la llamada y le dicen: "La llamada venía de dentro de casa". Fuente: TV Tropes.)

—Ah, hola, Cecilia —respondí, sin tener el ánimo para responder adecuadamente a su broma—. ¿Por qué me llamas?

—¡Porque acabo de hacerlo funcionar! ¡He conseguido conectar mi teléfono real a vuestro sistema telefónico para que podamos hablar fácilmente! —sonaba emocionada por su logro—. ¿No es la hostia?

—Vaya, ¿entonces tenéis teléfonos... allá afuera?— pregunté, un poco sorprendida.

—¡Sí, claro! Es como dicen: los mundos artificiales imitan el real.

Me di cuenta de algo, y lo pronuncié antes de pensar si debía hacerlo:

—Supongo que te has rendido con el avatar, ¿no...?

—N-No, es un WIP, ¡ya te lo dije! Esto es solo, bueno, un atajo, por ahora —suspiró—. Honestamente, me preocupa que, aunque me esfuerce mucho en la animación, sigas encontrándola espeluznante...

—Ah... —me rasqué la cabeza—, claro, cómo no. Solo el hecho de saber que no eres realmente tú crea una especie de desconexión, ¿sabes...?

Cecilia se quedó en silencio por un momento.

—No quiero estropear tu imagen de mí, pero... ¿sabes que mi cuerpo en Ut0p1a tampoco es mi "yo verdadero", ¿no?

—¿Eh...? —no lo había pensado de esa manera—. No lo sé, tal vez sea porque ya te conocía como una más de nosotros. Sé que tu verdadero cuerpo está en otro lugar que no conozco bien, pero... cuando estás aquí, esa eras tú, ¿no? Eras cómo nosotras.

—¿T-Tú crees...? —aunque era difícil de notar por teléfono, parecía realmente contenta con mi respuesta—. Gracias, Lina. Y gracias por dejarme probar lo del teléfono... Oh, y... ¡solo una cosa más! —añadió, hablando de repente con un acento raro y ligeramente hosco.

—¿Eh? ¿Qué pasa?

—¿Puedes probarlo al revés...? Cuelga y luego teclea mi número.

—Oh, claro —asentí—. ¿Cuál es tu número?

—Ah, bueno. No te voy a dar mi número de teléfono real. Cuando tengas una emergencia y la única solución sea Cecilia, solo... llama al 911.

—Vale —dije, colgando y marcando el número.

Parece que la llamada se realizó, pero no escuchaba nada.

—¿Hola? ¿Cecilia? ¿Funciona?

—Ese chiste es muy viejo ya, jovencita.

—¿Qué chiste? —parpadeé.

Entonces simplemente colgó.

⬆⬆


Continuará.
 


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