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22/07/2024

Black♣Clover - El hombre llamado Julius




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Autor: Johnny Onda  ♣  Artista: Yūki Tabata



Traducción: Xeniaxen



♣ 3ª novela: Libro de Yuno ♣

Capítulo 2:
El hombre llamado Julius





Julius Novachrono.

Es un hombre que no necesita presentación, ya que reina sobre la Orden de los Caballeros Mágicos como el Rey Mago. Toda la Orden actúa bajo su mandato, protegiendo la paz del Reino del Trébol tanto de día como de noche.

Posee una capacidad de combate extravagante, rasgo que lo llevó hasta la cima de la Orden, y ha llevado a sus tropas a la victoria en innumerables batallas. Incluso después de ascender a su posición actual como Rey Mago, continúa encontrando su camino hacia el campo de batalla, demostrando habilidades impresionantes en todos los sentidos.

Es el héroe del Reino del Trébol, una fuente de inspiración para todos los caballeros mágicos... no, incluso para todos los ciudadanos del Reino.

Ese es el tipo de persona que es Julius.

Y sin embargo, a pesar de todo eso...

—¡¡Vale, vale!! Perdón por llegar tarde~ ¡Mira, te he traído mucha comida!

En ese mismo momento, esa figura inspiradora para todo el Reino estaba... Julius estaba...

—¡Vamos, tienes que comer! ¡Mira cuánta comida! ¡Es toda para ti! ¡Jajaja! ¡Tranquilo, tranquilo, no me empujes! ¡No tengas prisa!

...sonriendo de oreja a oreja y hablando de manera infantil, con un tono agudo y alegre...

—¡Ay, por Dios, es que eres MUY MONO! En serio, ¡eres muy mono, Graham! Siento que cuando hablo contigo, hablo de una forma que me daría vergüenza escucharme... ¡Bueno, da igual! Tampoco hay nadie aquí para escucharnos, ¿eh?

...con un jabalí mientras lo alimentaba.

Ocultándose mientras observaba, Yuno logró mantenerse serio por fuera, pero internamente, estaba temblando. Bell, claramente conmocionada también, estaba pensando exactamente lo mismo que él: no estaban muy seguros de lo que estaban viendo, pero sabían que acababan de presenciar algo bastante loco.

¿Que cómo habían llegado a toparse con una visión tan loca? Tranquilos, no llevará mucho tiempo explicarlo.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Ese día, Yuno y Bell habían estado patrullando cerca de las afueras de Tonan, un pueblo del Reino Común. Un grupo de bandidos había estado realizando incursiones en la zona últimamente, y se rumoreaba que uno de los bandidos poseía un grimorio del "Pecado Original". Por eso, habían enviado caballeros mágicos en parejas para patrullar el área por turnos.

Yuno y Bell estaban de servicio ese día. Después de terminar su patrulla con un caballero de otro escuadrón, se cambiaron con la pareja que había venido a relevarlos y se escabulleron en un bosque a pocos pasos de la frontera de la ciudad.

Querían entrenar para el examen de selección de Caballeros Reales, que se llevaría a cabo dentro de unos días.

Después del "entrenamiento intensivo en aguas termales" que Mereoleona Vermillion organizó (un gran eufemismo de verse forzados a escalar montañas y sobrevivir a un intento de asesinato), Yuno había dominado "Mana Skin", la técnica en la que el usuario canaliza continuamente una cantidad fija de energía mágica y la utiliza para proteger su cuerpo o aumentar su capacidad física.

(NT: "Mana Skin" es un hechizo transversal que pueden activar usuarios de cualquier magia, a diferencia del resto de hechizos que solo pueden activarse con un determinado tipo de magia. Básicamente, es una cobertura de la piel del mago, que lo protege o lo refuerza contra golpes físicos y mágicos, como si fuera una película invisible. Es un hechizo algo difícil de dominar, ya que requiere tener un control bastante preciso del maná.)

Sin embargo, si quería aprobar el examen de selección, si quería demostrar que sus capacidades superan las de Asta, necesitaba llevar su magia a otro nivel... no, a otros dos niveles si cabe.

Y así, en cada oportunidad que encontraba, entre misiones, Yuno se escapaba en busca de un pequeño enclave apartado para entrenar.

Ese día en particular, mientras buscaba un poco de privacidad, se topó con una cabaña situada junto a un pequeño estanque. Desde fuera parecía una cabaña abandonada hacía mucho tiempo, pero las huellas que encontró cerca de la entrada eran recientes. ¿Sería este un escondite de los bandidos...? Solo había una forma de averiguarlo. Procurando no ser avistado, Yuno se acercó sigilosamente a la cabaña.

Fue entonces cuando vio un joven jabalí con el cuerpo y las patas envueltos en vendajes. Le pareció bastante sospechoso, pero antes de que pudiera acercarse para inspeccionarlo mejor, notó que alguien se dirigía directamente a la cabaña usando magia de vuelo.

Presa del pánico, Yuno se sumergió entre los arbustos para esconderse, asomándose para ver quién había llegado...

—Gra~~~ham~~~ ¿Has sido un buen chico? ¿Lo has sido? ¿¿Síííí~~~~??

Hablando con la voz más infantil que Yuno había escuchado jamás, quien descendió de los cielos no fue otro que Julius Novachrono. Al aterrizar, se acercó a la cabaña, alimentó al jabalí, y le quitó las vendas sucias mientras lo acariciaba...

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Volviendo de nuevo al presente...

—¡Quieeeeeto, quieto, quieto! ¡Vamos a cambiarte las vendas!

Apartando sus miradas de la vista de Julius, quien cada vez ponía la voz más infantil, Yuno y Bell se miraron el uno al otro. Evidentemente, Julius estaba ahí cuidando a ese jabalí. Eso era obvio, pero...

—¿Q-Qué hacemos... Yuno? —Bell bajó la voz y le susurró disimuladamente a Yuno.

—No tenemos que hacer nada —respondió él—. Porque no hemos visto nada, ¿entendido? Volvamos a casa.

Eso era lo mejor para todas las partes involucradas. Yuno no tenía absolutamente ningún deseo de ver a Julius actuando así, y Julius probablemente tampoco hubiera querido que nadie lo viera ahí. Afortunadamente, Julius no parecía haberse dado cuenta de que lo estaban observando, probablemente tanto por el hecho de que Yuno había encubierto su presencia como por el hecho de que Julius estaba absolutamente cautivado jugando con el pequeño jabalí y prestaba poca atención a su alrededor.

Si iba a tomar una decisión, tenía que ser ahora. Sin embargo, Bell lo miró de reojo con los ojos entrecerrados.

—Pero, es que... esa pobre cosita realmente no parece estar disfrutando de la atención...

Yuno opinaba lo mismo. En realidad, era imposible no darse cuenta. El pequeño jabalí se retorcía y chillaba como un condenado mientras Julius intentaba cambiarle las vendas, intentando desesperadamente huir. No había forma de confundir esa actitud con la de una mascota cariñosa.

—No sabemos lo que está pasando aquí... No nos corresponde hacer nada.

—Sí, supongo que tienes razón...

—Además...

Yuno miró a Julius, quien, a pesar de los feroces intentos del jabalí por escapar, estaba haciendo todo lo posible para satisfacer sus necesidades, e incluso parecía feliz al hacerlo. Julius parecía estar pasando el mejor momento de su vida, con los ojos brillantes de euforia, tal y como parecía cuando hablaba de magia o charlaba con los capitanes de escuadrón en los que tanto confiaba. Era cierto que Yuno no quería involucrarse en lo que estaba pasando allí, pero tampoco quería interrumpir a Julius mientras estaba tan absorto.

—¿Además, qué?

—Olvídalo. Vamos.

Con eso, Yuno estaba a punto de levantarse, cuando...

—¡¡OOOOIIIIIIIINNNCC!! —el jabalí dejó escapar un grito particularmente estridente y Julius retrocedió instantáneamente, justo cuando el animal soltó una enorme explosión de llamas.

—¡¿Q-Qué diantres ha sido ESO?!

—Ese jabalí... ¡debe ser un jabalí de fuego! ¡Son una raza especial que puede usar magia de fuego!

Un jabalí normal era una cosa, pero tener un animal de esa naturaleza como mascota estaba prohibido... aunque eso apenas importaba en este momento.

Yuno saltó del arbusto y corrió al lado de Julius.

—¡Su Majestad! ¿Está bien?

En retrospectiva, eso había sido bastante estúpido de su parte. Después de todo, ¿qué podría hacer un jabalí de fuego para llegar a dañar de alguna manera al Rey Mago? Estaba muy claro que no tendría ni un solo rasguño, ni quemaduras de ningún tipo, e incluso la cabaña misma estaría a salvo de chispas.

—¿¡Yu-Yuno...!? —la cara de Julius estaba tan roja que él mismo podría haber empezado a escupir fuego—. ¿C-C-Cómo...? ¿Cuánto tiempo...? ¿Cu-Cu-Cuánto tiempo... has estado... observándome...?

—No he visto nada. No he escuchado nada. ¡POR FAVOR, DISCÚLPEME, SEÑOR! —farfulló Yuno antes de girar rápidamente sobre sus talones y salir corriendo.

Es cierto que fue una retirada bastante forzosa, pero estaba convencido de que era el mejor curso de acción. Lo que acababa de suceder solo les daría una mala imagen a ambos, por lo que fingir que nunca había sucedido era lo mejor.

—¡E-Espera! ¡P-Por favor, escúchame! —Julius lo persiguió con una expresión de desesperación—. ¡E-Espera! ¡Espera, por favor! ¡Hay algo con lo que me gustaría que me ayudaras!

Y... cuando el Rey Mago te dice eso... bueno, no te queda otra que escucharlo, ¿no?

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Entonces... ¿los padres de este pequeño murieron, y por eso decidió cuidarlo aquí por el momento?

Después de todo eso, Julius invitó a Yuno y Bell a sentarse en el banco frente a la cabaña mientras les servía té y montaditos. Tanto el té como los aperitivos parecían bastante extravagantes, por lo que Yuno no pudo evitar preguntarse si estaban destinados a sobornarlo para que no largara lo que acababa de ver. Al mismo tiempo, Julius les explicó sus circunstancias:

—Sí. Bueno, en resumen, así es. —Mientras observaba a Graham correr persiguiendo mariposas, Julius continuó—: No hace mucho, estaba pasando por esta zona cuando encontré dos jabalíes de fuego malheridos por el ataque de unos bandidos. Eran los padres de Graham.

—¿Por qué los atacaron? ¿Tenían hambre o algo así esos bandidos? —preguntó Bell mientras se metía un macaron en la boca, agarrándolo con ambas manos.

—La piel de jabalí de fuego tiene una excelente resistencia al calor, por lo que a veces se usa para fabricar instrumentos mágicos y otros objetos. Se vende a un precio elevado. Por supuesto, eso no significa que sea correcto matarlos, así que me apresuré a salvarlos. Logré capturar a los bandidos, pero... ya era demasiado tarde para los padres de Graham.

Por fuera, Yuno estaba inexpresivo mientras asentía con la cabeza, pero por dentro, se sentía amargado. Esto no era un hecho aislado en áreas donde abundan los bandidos. Matan, comen y venden indiscriminadamente cualquier animal que tenga la mala suerte de toparse con ellos.

—Aunque estaba herido, al menos logré salvar a Graham. Ahora bien, no podía dejarlo para que corriera la misma suerte, así que probé a hablar con un refugio de animales... Lo intenté en varios, pero todos se negaron a aceptarlo.

—Porque está prohibido tener como mascota un animal peligroso como un jabalí de fuego.

Técnicamente, si hacía pleno uso de su autoridad como Rey Mago, podría obligar a cualquier instalación a retener a Graham. No obstante, eso seguramente causaría problemas a los criadores y a los demás animales que mantenían en las instalaciones. Yuno sabía que Julius no era el tipo de hombre que haría eso. Julius se encogió ligeramente de hombros antes de responder:

—Eso es. Por eso comencé a cuidarlo en secreto. Me gustaría mantenerlo a salvo hasta que se recupere de sus heridas, al menos —respondió Julius como para fundamentar la explicación a la que llegó Yuno.

—Ya veo... —dijo Yuno mientras asentía.

Aunque Yuno estaba de acuerdo con él, Julius sintió una pequeña punzada de culpa. Su historia no era mentira, pero tampoco era toda la verdad. Si hubiera usado su magia de tiempo, podría haber curado las heridas de Graham en un instante. Sin embargo, si lo hubiera hecho, Graham habría crecido con la suposición errónea de que las lesiones se pueden curar fácilmente. Julius quería evitar nublar la visión del mundo de Graham por conveniencia de los humanos más de lo que ya lo había hecho.

Volviendo de esa tangente, Julius continuó:

—Por eso me preguntaba si podrías hacerme el favor de mantenerlo en secreto. Si se llega a saber que el líder de los caballeros mágicos se ha saltado las reglas... daría mucho que hablar.

Particularmente, debía mantener el secreto a salvo de Marx. Si Marx se enteraba, a saber qué le diría. Era fácil imaginar lo que le esperaba en el futuro...

"Está criando una mascota prohibida, ¿eh...? ¡Es el tipo de cosas que hace un soltero extravagante con demasiado tiempo y dinero! ¡Deje de jugar y vuelva al trabajo!" Y continuaría dándole vueltas una y otra vez.

Yuno inclinó ligeramente la cabeza, completamente inconsciente de los problemas de Julius.

—Por supuesto. No se me pasaba por la cabeza decírselo a nadie, pero... ¿no sería mejor cuidar de Graham en otro lugar? Los bandidos podrían volver a perseguirlo y los caballeros mágicos se turnan para venir aquí casi todos los días, por lo que es posible que alguien lo vuelva a ver.

—Es cierto, pero...

Julius señaló una gran roca a poca distancia de la cabaña. Colocados frente a esa roca había dos ramos de flores. A veces, Graham se sentaba en esa roca y gruñía de una manera muy particular. Yuno había escuchado estos chillidos antes. Era el sonido que hacen los jabalíes cuando intentan llamar la atención de sus padres. En otras palabras, ahí había sido donde...

Julius vio que Yuno lo entendía y asintió.

—Ahí fue donde mataron a los padres de Graham. Creo que es por eso... que Graham se niega a abandonar este lugar.

Por segunda vez ese día, Yuno sintió una punzada amarga en su corazón.

—Crecí en un pueblo, así que he visto animales así antes. Algunos animales bebés no se alejan del lado de sus padres, incluso después de que estos hayan muerto. Probablemente sea eso lo que le ocurre.

Incluso si alejas a ese animal bebé de los cuerpos de sus padres a la fuerza, es probable que regrese. Al final, probablemente morirá, ya sea por convertirse en el objetivo de otros animales o por una enfermedad causada por estar cerca de un cadáver. Si Julius no lo estuviera protegiendo, eso es probablemente lo que le habría pasado a Graham.

—Pensé en usar magia para mover los cadáveres de sus padres, pero... sería un problema si Graham pensara que estoy jugando con ellos. Al final decidí enterrarlos aquí.

—Ajá... —dijo Bell, mirando con tristeza a Graham. Luego apretó su mano en un pequeño puño y dijo—: ¡Señor Rey Mago! ¡Eres realmente extraordinario! ¡Es genial que estés dispuesto a llegar tan lejos por un simple jabalí salvaje!

—Oye... Bell, no seas maleducada.

—Jaja. No importa, Yuno. Señorita Espíritu del Viento, me alegra oírle decir eso. Por cierto, ¿me dejaría intentar mezclar su magia con la mía? ¿Solo un poquito?

—¡Le pertenezco solamente a Yuno, así que no! Aun así, me caes bien, ¡así que puedes llamarme Bell!

Bell estaba siendo increíblemente impertinente al tutear al Rey Mago, pero la respuesta de Julius fue simplemente sonreír gentilmente y decir:

—Qué mal. Bueno, ¡me alegra poder llamarla por su nombre!

Posee un gran poder, muestra tolerancia hacia cualquiera y siente compasión incluso por los animales. Ese es el tipo de persona que es Julius. El tipo de persona en el que Yuno (y Asta) aspiraban a convertirse era tan grandioso como siempre habían creído. Además, Yuno solo conocía una pequeña parte del Rey Mago. A pesar de eso, entendía que el Rey Mago era una gran existencia. Si pudiera conocerlo del todo, ¿cómo de grande sería su ser...? Tan solo intentar imaginarlo le hacía sentirse abrumado.

¡Aun así, algún día yo...!

Mientras esos pensamientos reaparecían en el pecho de Yuno, Julius se aclaró la garganta como si fuera a pasar a un nuevo tema.

—Esto me lleva a lo que quería preguntarte... Tal y como has apuntado, este no es un buen lugar para criar un animal, y además estoy demasiado ocupado para cuidar de Graham yo solo... —parecía bastante incómodo, en lo que miró a Yuno y Bell—. Eso es... Sé que es una petición egoísta, pero parece que no vas a irte de la lengua, así que... ¿podrías... tal vez... ayudarme a cuidar de Graham?

Sabía que esto pasaría..., pensó Yuno mientras sopesaba sus opciones. Para Julius, las cosas serían más rápidas y fáciles si Yuno y Bell cooperaban ahora que habían visto este lugar. No obstante, mantenerlo en secreto ante la Orden de los Caballeros Mágicos definitivamente iba a ser problemático.

—Obviamente, no te lo estoy pidiendo como Rey Mago. Te lo pregunto como persona, así que no pasa nada si decides negarte. Esto implica que tú también te saltes las reglas... Te meterías en un lío si te descubren, y podrías tener problemas aquí, también.

Así es. Si algo sucedía aquí, él no podría llegar a tiempo para ayudar a Yuno. Esta no era una tarea que pudiera asumir descuidadamente.

—Por supuesto. Si está de acuerdo con que lo ayudemos, nos encantaría hacerlo.

—Claro, ya pensaba que dirías que no... El examen de selección de los Caballeros Reales se acerca y tienes tus propias preocupaciones... ESPERA, ¿¡DE VERDAD!? —Julius había bajado la cabeza abatido, pero luego la levantó sorprendido y farfulló—: ¿¡E-Estás seguro!? ¿Vas a asumir esta responsabilidad, así como así...?

—Sí. Puedo cumplir con mis deberes como caballero mágico aquí... Además, si dejo que me detenga el miedo de "qué podría pasar si", entonces nunca lograré hacer nada.

La segunda mitad de lo que dijo provenía de sus propias experiencias de cuando era niño. En la vida, si no haces nada, no pasa nada. Y él no quería eso. Si no puedes moverte debido a todos tus pensamientos negativos, a veces es necesario intentar hacer lo que quieres antes de pensar en lo que debes hacer. Esto fue algo que aprendió al ver crecer a ese chico. No estaba seguro de si esta era una de esas veces, pero, al menos...

—Además, dijo que ayudarlo conlleva romper las reglas, pero solo lo hago porque creo que es lo correcto. Creo que para la mayoría de las personas, hacer lo que creen que es correcto es lo correcto.

Yuno sabía que a Julius le gustaba lo que estaba haciendo... Por eso iba a ayudarlo sin preocuparse por qué podría suceder o no más adelante. Queriendo apoyar esa idea, Bell rodeó a Julius y dijo:

—¡Así es! ¡Es verdad! En realidad, ¿no te parece raro encargarte de algo tan genial tú solo, con la posición que tienes? ¡Al menos deberías dejarnos ayudarte!

—Chicos... Ya lo entiendo —Julius pareció un poco sorprendido cuando dijo esto—. William realmente tiene a los mejores —asintió como si hubiera entendido algo antes de sonreír tranquilamente una vez más—. ¡Gracias, en serio! ¡Bien, entonces, cuento con vosotros!

Yuno inclinó la cabeza con una sonrisa antes de mirar a su alrededor.

—Aun así, es realmente peligroso criar un animal aquí. Si no tomamos medidas, pronto...

—S-Sí... Realmente eres muy listo. Eres capaz de ver las cosas de manera pragmática tan rápido...

Julius quería disfrutar de la atmósfera cálida y cómoda que acababan de crear por un poco más de tiempo, pero... ahora no era realmente el momento para eso. Agarró un saco grande que había dejado en una esquina de la cabaña y lo acercó a Yuno y Bell.

—Ya he hecho algo al respecto. Compré todo tipo de instrumentos mágicos para lidiar con bandidos u otros caballeros mágicos.

Julius sacó de la bolsa instrumentos mágicos de aspecto caro uno tras otro.

—Mmm. Esto es un amuleto que mantiene alejado el mal. Creo que esto es un collar que sella el poder mágico. Y esto es un instrumento mágico que evita que otros puedan sentir tu maná, incluso si usan la percepción de maná. Y por aquí, esto es... —mientras sacaba cada instrumento, explicaba en detalle lo que hacía cada uno de ellos con una sonrisa de oreja a oreja.

Yuno y Bell, que hacía unos momentos que no sentían nada más que admiración por Julius, comenzaron a pensar: "Este tipo da un poco de miedo... ¿Cuánto dinero y esfuerzo está invirtiendo en un simple jabalí salvaje?"

—Oye... Yuno. ¿Tú crees que es de esos? Nos ha dado muchas explicaciones... ¿Tal vez es solo un viejo que quiere criar una mascota en secreto...? —Bell le susurró al oído a Yuno.

—Por favor, no digas eso... Ni se te ocurra.

Puede que hubiera sonado un poco inseguro en su respuesta, pero no era porque estuviera empezando a pensar lo mismo que Bell. Para nada.

—Una vez leí esto en un libro. Los solteros solteros de unos 40 años tienden a tener mucho dinero y buscan algo en lo que gastarlo, así que se compran una mascota. Entonces, eso hace aflorar sus instintos paternales, y terminan gastando aún más dinero en ella.

—Estás hablando de un soltero normal de unos 40 años. Este hombre es el Rey Mago. No lo metas en el mismo saco.

—¿Mmm? Yuno, ¿has dicho algo?

—Nada, nada.

Y así, a pesar de todas sus dudas e inquietudes, comenzaron sus días cuidando a Graham con Julius.


♣  La mañana siguiente...  ♣


—¡Oh, Yuno, Bell! Gracias por cuidarlo tan temprano~

Julius descendió en picado desde el cielo hacia la pareja, quienes estaban entrenando cerca del lago.

—Buenos días. Usted también se ha levantado temprano, majestad.

—Sí, tengo una reunión hoy antes del mediodía, así que pensé que me quedaría aquí hasta entonces. ¿Y vosotros?

—Hoy tenemos el día libre, así que he estado entrenando mi magia reforzando la cabaña y cambiando la ropa de cama de Graham. Además, aún no es necesario, pero estaba pensando que deberíamos construir un cercado para cuando Graham se independice de sus padres. Sería problemático que entrara accidentalmente en una de las aldeas.

—S-Sí... Me gusta cómo piensas. Tus decisiones suelen ser acertadas —dijo Julius sorprendido.

Desde el principio, Yuno fue meticuloso y diligente. Quería hacer todo lo que pudiera mientras estuviera allí.

—¡Mira, Graham! ¡Tu papi ha venido a verte! —dijo Bell mientras volaba hacia Graham, que estaba comiendo su alimento frente a la cabaña.

—¿P-Papi...? —preguntó Julius con una expresión dubitativa, pero también feliz.

—Bell, no le pongas nombres raros. No seas maleducada.

—Pero si es como su padre, ¿no? ¡Es su padre de acogida!

—Aun así, llamarlo "papi" es un poco...

Mientras Yuno y Bell continuaban, el rostro de Julius se puso cada vez más rojo hasta que se aclaró la garganta e interrumpió:

—B-Bueno, está bien, tranquilo. Se me hace un poco raro que me llamen así, pero podría ser bueno para Graham. Aunque no estoy seguro de cómo me siento al respecto...

—Oh, bueno, entonces no lo llamaremos así. No lo vamos a obligar a...

—¡Ah, no! ¡No importa! ¡Adelante! —interrumpió Julius antes de agacharse frente a Graham—. Es increíble que hayáis podido haceros cargo de Graham. Me costó mucho esfuerzo lograr que confiara en mí lo suficiente como para que se dejara alimentar... —Julius sonó un poco triste al decir eso.

—No sé por qué, pero siempre me han gustado los animales. Además, Bell es un espíritu del viento, por lo que igual Graham lo ha tenido más fácil para confiar en ella antes que en un ser humano —respondió Yuno mientras caminaba hacia la cabaña—. De hecho... —Yuno miró la lápida de los padres de Graham mientras continuaba—. Empezó a cuidar de Graham justo después de que mataran a sus padres. Ese seguramente fue el momento en que Graham más odió a los humanos. El hecho de que lograra alimentarlo y curarle las heridas lo hace aún más sorprendente.

Graham parecía oponer mucha resistencia el otro día cuando el Rey Mago le estaba cambiando los vendajes, pero probablemente fue solo porque aún le dolían las heridas. No es que Graham no le hubiera abierto su corazón.

—La razón por la que podemos llevarnos bien con Graham en este momento es gracias a usted, majestad. Graham sabe que no todos los humanos son malos porque le usted le demostró su amor.

—¿T-Tú crees? Eso me haría muy feliz, pero... —Julius sonó avergonzado cuando respondió antes de extender su mano hacia la cabeza de Graham—. Graham~ Mira quién ha llegado... Soy pa...

—¡OIIIIINC, OIIIIINC!

CRAC

Con toda su fuerza, Graham le mordió los dedos a Julius.

—...

De repente, se había creado una atmósfera terriblemente incómoda entre Julius y Yuno. Mientras tanto, Bell, que era incapaz de leer el estado de ánimo, hizo todo lo posible por abrir la boca de Graham mientras lo reñía.

—¡Oye, Graham! ¡Para! ¿Verdad que no nos harías esto ni a Yuno ni a mí? ¡Parece que no confíes en el Rey Mago!

Yuno palideció cuando escuchó a Bell decir lo peor que podría haber dicho, pero Julius respondió a Bell con una sonrisa rígida en su rostro.

—Ah, ¡jajajaja! ¡No pasa nada, Bell! ¡Seguro de que Graham solo tiene hambre!

—¿¡Qué dices!? ¡Pero si acaba de comer!

—¡Entonces probablemente solo quiera jugar! ¡Claro! ¡Quiere jugar conmigo, pobre!

—¡A mí me ha parecido que iba en serio! ¡Quería arrancarte los dedos de un mordisco!

—¡Bell! ¡BELL! ¡Cállate ya! ¿Vale? ¡Para!

Inusualmente para él, Yuno levantó la voz mientras interrumpía a Bell, impidiéndole pronunciar otra palabra mientras separaba poco a poco los dedos de Julius de la boca de Graham. Después de eso, Graham se alejó trotando hacia el lago para beber un poco de agua. Esos segundos infernales finalmente terminaron, pero las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Julius.

¿Debería decir algo...?, pensó Yuno. Tal vez sobre que Bell tiene una tendencia a apuñalar a las personas en el corazón... Pero no, ya era demasiado tarde para decir algo sobre eso ahora, así que decidió cambiar el tema tan rápido como pudo.

—¿Podría... explicarnos de nuevo qué hacen todos los instrumentos mágicos que compró?

Yuno realmente quería escuchar su explicación nuevamente. Julius había explicado todo tan rápido el día anterior que no entendió todos los detalles.

—S-Sí... Hay muchos, pero creo que este es el más importante —dijo Julius, volviendo a su estado habitual mientras conducía a Yuno al interior de la cabaña. Allí, una brillante joya roja estaba escondida debajo de la mantita de Graham—. Es un instrumento mágico de alto nivel que aleja el mal. Crea una barrera con esta joya en el centro, que las personas con almas malvadas no pueden cruzar. Esto fue lo único que compré el primer día que decidí criar a Graham y lo he mantenido activo todo este tiempo.

—¡Es un instrumento mágico de alto nivel excelente! ¡Ojalá cada hogar... o al menos cada pueblo tuviera uno! —dijo Bell, que había regresado al hombro de Yuno, jadeando de admiración mientras miraba la joya.

—Jajaja. Si pudiéramos hacer eso, nuestro trabajo como caballeros mágicos sería mucho más fácil. De todos modos, el rango de esta joya no es muy amplio y no hay muchas en el mundo. Además, un ataque fuerte es suficiente para romper la barrera que crea, por lo que no es tan omnipotente como parece.

—Pero es más que suficiente para proteger a Graham de esos bandidos, ¿verdad?

Julius asintió ante las palabras de Yuno y se volvió hacia Graham, que actualmente se estaba bañando en el lago. Alrededor del cuello de Graham había un collar con una placa con su nombre.

—El siguiente instrumento importante es el collar que le compré ayer. Ese collar sella la magia. Mientras lo lleve, Graham no podrá usar magia, así que aunque os encuentre otro caballero mágico, pensará que es un jabalí normal y corriente. —La expresión de Julius se puso un poco rígida antes de continuar—. Bueno, lo mejor sería que no os encuentren. Casi nadie tiene ninguna razón para venir aquí, pero... al igual que vosotros, es posible que alguien deambule hasta aquí por casualidad.

—Ya... ¿Y los otros instrumentos? —preguntó Yuno, regresando rápidamente al tema principal después de que los tres reflexionaran sobre el "gran accidente" que había ocurrido el día anterior.

—Los otros son instrumentos mágicos que ocultan nuestra presencia, hacen que nuestro maná sea menos perceptible y otras cosas de esa naturaleza —siguiendo el hilo de Yuno, Julius rápidamente comenzó a explicar el resto—. Bueno, os lo seguiré explicando en detalle... ¿Hm? —Antes de que pudiera terminar de hablar, su expresión de repente se volvió sombría y entrecerró los ojos en dirección a la aldea. 

—Viene alguien... —apuntó Yuno, mirando en la misma dirección.

—Sí. Siento dos fuentes de maná dirigiéndose hacia nosotros. Por ahora, ocultémonos en la cabaña.

—¡Esperad! ¿¡Y Graham qué!? ¡Deberíamos escondernos todos juntos! —exclamó Bell, mientras los otros dos se dirigían rápidamente hacia la cabaña.

—No. No nos da tiempo. Por ahora, observemos la situación. Si pasa algo, huiremos con él —respondió Julius mientras entraban en la cabaña.

En poco tiempo, dos figuras emergieron del bosque...

—¡Kjakja! Mira~ No hay nada aquí. ¡No hay nadie!

Eran el capitán de las Mantis Verdes, Jack el Destripador...

—Qué extraño. Estoy segura de haber sentido un maná poderoso que procedía de aquí...

...y la capitana de las Rosas Azules, Charlotte Roselei.

Dos caballeros mágicos... no, dos capitanes de los caballeros mágicos, nada más y nada menos, acababan de llegar a la orilla del lago. A juzgar por lo que decían, debieron de haber sentido la presencia de Yuno o de Julius. Probablemente notaron el maná de Julius cuando voló hacia aquí.

Quién iba a pensar que aparecerían dos peces gordos como estos..., pensó Yuno, con sudor frío goteando por su frente.

—¿Qué hacen dos capitanes patrullando...? ¿No es una tarea demasiado simple para ellos...?

—Como pronto se llevará a cabo el examen de selección de Caballeros Reales... para ayudar, los capitanes y vicecapitanes han estado tomando algunas de las tareas rutinarias para que los miembros de su escuadrón puedan concentrarse en entrenar —explicó Julius con calma, pero internamente, su corazón latía con fuerza.

Que los descubrieran unos caballeros mágicos ordinarios era malo, pero que lo hicieran dos capitanes era aún peor sin duda. Contuvieron nerviosamente la respiración en la cabaña cuando Charlotte, un tono de voz autoritario, dijo:

—Por las dudas, separémonos y peinemos la zona.

—¿En serio? Joder, y yo que quería emborracharme en un bar hasta que terminara nuestro turno.

Después de ese breve intercambio, Charlotte comenzó a trazar el perímetro del lago mientras Jack se adentró en el bosque con una cara de aburrimiento total. Al verlos, Yuno frunció el ceño y se volvió hacia Julius:

—¿Qué hacemos...? A este paso, nos encontrarán en cualquier momento.

—Está bien. Como decía antes, tengo un instrumento mágico activo que anula las habilidades de percepción de maná de otras personas, por lo que no podrán notar nuestra magia. Y también tengo otro instrumento activo que inhibe la capacidad de otras personas de percibir nuestra presencia. En otras palabras, en este momento, no podrán saber que estamos aquí.

Si tiene tanto dinero para gastar en instrumentos mágicos, tal vez debería destinar parte a los caballeros mágicos..., pensó Yuno. En cualquier caso, si todo eso era cierto, entonces probablemente no los descubrirían. El problema era...

—¿Eh...? ¿Qué es esto? ¿Un jabalí? ¿Qué está haciendo en un lugar como este...?

Tal y como temía Yuno, Charlotte vio a Graham y comenzó a caminar lentamente hacia él. Sorprendido por su presencia, Graham se quedó inmóvil. Charlotte se agachó para encontrarse con Graham a la altura de sus ojos.

—Vaya... ¿Te están curando las heridas? Y tienes un collar. ¿Alguien te está alimentando...? —dijo mientras extendía su mano hacia el cuello de Graham.

¡Por favor, no le quites el collar...!, oraron los tres mientras la observaban desde el interior de la cabaña.

—¿Graham...? Aquí pone eso... Ah. Entonces, ¿te llamas Graham? —murmuró antes de mirar a su alrededor. Parecía que se estaba fijando en si Jack todavía estaba dentro del bosque. Después de confirmar que no había nadie más cerca, se volvió hacia Graham una vez más y...— Graham... ¡ven aquí! No tengas miedo. Ven y siéntate en mi regazo~

Con gran dificultad, pero también con gran ternura, levantó a Graham y lo colocó en su regazo. Luego, con una sonrisa inocente, muy parecida a la de una niña, abrazó a Graham.

—¡Oh! Qué guay. Pensé que el pelaje de jabalí era duro y áspero, pero eres muy esponjoso. Me pregunto si es porque eres un bebé. Jejeje. Qué gusto das. Qué mono...

—...

—Eres tan pequeño. ¿Ya te están dando bien de comer? ¡Ya sé, buscaré algo bueno para darte! ¿Qué te gusta? ¿Mmm? Te compraré lo que quieras~

—...

Los tres dentro de la cabaña continuaron observando a Charlotte mimar a Graham, girando rígidamente sus cabezas el uno hacia el otro. Para nada se esperaban que las cosas resultaran así, pero era un espectáculo realmente único.

—O-Oye... Yuno... —Ese no era el momento para preguntar esto, pero Julius no lo pudo evitar—. ¿Y-Yo... actuaba así... cuando me encontraste...?

—Silencio, majestad. Parece que el capitán Jack ha regresado.

Yuno hizo caso omiso de la pregunta de Julius y volvió su mirada hacia el bosque. Allí, Jack caminaba hastiado. Charlotte notó su presencia, dejó a Graham en el suelo y se puso de pie. Estaba un poco sonrojada, así que trató de ocultarlo con su mano mientras le preguntaba:

—¿C-Cómo ha ido... Jack? ¿Encontraste a alguien?

—No~ Ni una sola alma. Kjakja. Debe haber sido tu imaginación.

—Tal vez... Es posible que Grah... No, es posible que el dueño de este jabalí herido viniera a ver cómo estaba pero ya se haya vuelto a su casa. —Charlotte lo dejó estar y se dispuso a emprender rápidamente el regreso hacia el pueblo—. De todos modos, ahora sabemos que no hay nadie más aquí. Regresemos a la aldea y compremos algo de comida... no, simplemente volvamos a la aldea.

—¿Eh? ¡Ah, oye!

Ella no respondió a la voz de Jack y optó por apresurarse hacia el bosque como si tuviera una gran misión que cumplir.

—Maldita sea, ¿qué le pasa...? De todos modos, el simple hecho de estar aquí me da pereza. Siento que pierdo fuerza física y poder mágico a cada minuto que pasa. Me pregunto si alguien ha lanzado alguna magia extraña por aquí.

Al escuchar a Jack hablar solo, Yuno inclinó la cabeza confundido.

¿De qué habla? Por lo menos, yo no siento ningún síntoma como ese...

Se volvió hacia Julius, buscando una respuesta de él. La respuesta de Julius fue un poco incómoda cuando explicó:

—Probablemente sea la joya que repele a las personas con alma malvada. Tal vez eso es lo que sucede cuando te afecta a medias...

Ostras... La joya ha reconocido a ese capitán de los caballeros mágicos como un "alma medio malvada".

—Ahora que lo pienso, ella mencionó que había un jabalí, pero no lo veo... Ah, ahí está —murmuró Jack mientras miraba a su alrededor, sin saber cuál era la causa de su cansancio.

Sus ojos se agudizaron con un brillo mientras bajaban hasta Graham. Graham saltó sorprendido y los tres de la cabaña se tensaron de repente. Aquello era muy diferente comparado con cuando habían observado a Charlotte. Estaban bastante seguros de que Jack no se pondría violento con Graham, pero podría tratarlo con rudeza. Y no iban a perdonarlo. No tendrían más remedio que salir de su escondite y detenerlo. Se mantuvieron atentos a la situación para ver qué dirección tomaría, pero...

—¿Qué está haciendo...? No se han movido ni un centímetro...

Tal y como dijo Yuno, Jack estaba mirando a Graham a los ojos sin lo que parecía ser ninguna intención de moverse. Como tenía miedo, Graham tampoco se movía, por lo que parecía como si el tiempo se hubiera detenido para ambos.

—Es como cuando un lobo feroz se encuentra con un cachorro abandonado y los dos llegan a un entendimiento mutuo. Como, "Entonces, ¿tú también estás solo...?", o algo así —tarareó Bell mientras fingía levantarse unas gafas imaginarias.

—Pero él no está solo. Tiene collar y vendajes, así que es bastante obvio —la refutación de Yuno fue inmediata.

—"Podría salvarte, aceptarte como mi secuaz, pero eso sería demasiado fácil. Si hago eso, pensarás que la vida es fácil. Y no lo es. La vida... nunca es fácil" —Bell continuó doblando a la extraña pareja en voz baja.

—Ese es el tipo de conversación que tendrían dos seres humanos. Además, ¿no crees que tu imagen del capitán Jack es un poco equivocada? —Yuno derribó a Bell nuevamente.

Entonces Jack se dirigió hacia la ladera de arena del lago y atrapó un pez usando su magia de corte. Después de eso, se lo arrojó a Graham.

—"Vaya, lo siento... He pescado demasiados peces. Sería un sacrilegio tirarlos, así que te daré algunos. Ahora bien, jovencito... crece y hazte fuerte..." —continuó Bell, sin perder el ritmo.

—Ya vale. Él nunca diría eso del "sacrilegio". Basta...

—Bueno, no sé si lo diría o no, pero parece que más o menos la cosa va por ahí... Al menos, parece que está tratando bien a Graham.

Mientras los tres hablaban, Jack abandonó la zona. Después de ver su figura desaparecer en el bosque, Julius dejó escapar un gran suspiro de alivio.

—Vaya, qué susto... De ahora en adelante, deberíamos usar instrumentos mágicos que oculten nuestro poder mágico cuando vengamos aquí.

—Tiene razón... En realidad, si encuentra un instrumento mágico que nos haga invisibles, sería genial.

Ojalá existiera. Habríamos podido escapar antes de ver todo eso..., pensó Yuno mientras salía de la cabaña con Julius.

—¿Estás bien, Graham? ¡Has debido de pasar mucho miedo! —dijo Bell mientras volaba hacia Graham.

Graham chilló alegremente y empezó a saltar. Al ver a Graham comportarse con tanta alegría, Julius puso una sonrisa irónica.

—Jajaja. Pensé que estaría atemorizado, pero sorprendentemente está bien. ¿Te has acostumbrado a estar rodeado de humanos?

—Quizás pueda relajarse con personas que parecen tener buenas intenciones.

Por supuesto... esos dos parecían demasiado interesados ​​en Graham, así que había otro problema del que tenían que preocuparse: la posibilidad de que regresaran. Sin embargo, no podían hacer nada al respecto más que tomar las medidas apropiadas cuando llegara el momento. Cuando Yuno llegó a esta conclusión, Julius se puso en cuclillas frente a Graham y extendió su mano hacia el pescado que Jack había atrapado.

—¿No es genial, Graham? ¡Mira, un pez! Papi te lo cortará en pedazos para que te sea más fácil...

—¡OIIIIINC! ¡OIIIIIINC!

¡CRAS!

En ese momento, Graham mordió los dedos de Julius con todas sus fuerzas.

—...

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Y así, durante los siguientes días, no tuvieron ningún problema. Los días transcurrieron bastante bien... Bueno, eso puede depender de la definición de cada uno de "bastante". Tal y como predijo Yuno, Jack y Charlotte pasaron por el lago frecuentemente, Graham todavía no se llevaba bien con Julius, y cada vez que eso sucedía, Bell decía algo insensible, por lo que Yuno seguía viéndose obligado a interrumpir su entrenamiento. Aunque sus problemas no aumentaron, sus preocupaciones sí lo hicieron.

No obstante, las heridas de Graham fueron sanando bien y la cantidad de tiempo que pasaba cerca de la lápida de sus padres iba disminuyendo poco a poco. Se sentirían bastante solos después de hacerlo, pero, a este paso, podrían devolver a Graham a la naturaleza en unos días.

Tengo que encontrar un lugar seguro para él lejos de los humanos lo antes posible..., pensó Yuno mientras él y Bell estaban de compras en el pueblo de Tonan. Todavía era primera hora de la tarde.

—Oh. Tú eres Yuno, ¿no?

Yuno escuchó una voz que lo llamaba detrás de él mientras caminaba. Cuando se dio la vuelta, vio a un hombre con el cabello azul cortado como un tazón, parado allí con una sonrisa.

—Sí. Hmm, si no recuerdo mal, usted es el de la magia de comunicación...

—Oh, lo siento. No nos habíamos presentado aún. Soy Marx Francois, el ayudante del Rey Mago —dijo con una pequeña sonrisa mientras se acercaba a Yuno, aparentemente queriendo charlar con él—. Veo a muchos caballeros mágicos por aquí últimamente ahora que se han aumentado las patrullas. Ayer mismo me encontré al capitán Jack. Jaja. ¡Me pilló por sorpresa verlo comprar verduras como cualquier otro ser humano normal!

A mí todavía me sorprende que las compre por Graham... Por supuesto, Yuno no dijo esto en voz alta, sino que optó por igualar el tono de sorpresa de Marx.

—Nunca lo hubiera dicho. Pero supongo que él también cocina —fue la respuesta más adecuada que se le ocurrió. Luego inclinó la cabeza y dijo—: Entonces, ¿qué está haciendo usted aquí, señor Marx?

—Inspección de campo y recopilación de inteligencia. Quería ver el estado de todas las áreas que han sido atacadas por los bandidos, e iba a transmitir mis hallazgos al Rey Mago, pero... Ah, no, lo siento. Es que se ha estropeado la cadena de mando por la que se supone que debe pasar una transmisión —Marx hizo una breve pausa como para reorientarse—. Por varias razones, la notificación que se suponía debía enviar a cada escuadrón se retrasó, pero hace medio día logramos vencer a los bandidos.

—¿E-Eh...? —Yuno no pudo evitar tartamudear. Es cierto que habían pasado ya unos días desde que los caballeros mágicos tenían la misión de reducir a los bandidos, por lo que era solo cuestión de tiempo que los atraparan, pero...— Vaya. Qué sorpresa.

—Sí. Como pensábamos que el Pecado Original podía estar involucrado en este caso, fuimos con más pies de plomo de lo habitual, pero... —el rostro de Marx se puso rígido—. La capitana Mereoleona... dijo: "¿Cuántos días más tardaréis en capturar a un puñado de bandidos de poca monta?" y pateó a los caballeros que estaban investigando. Yo también estaba participando en la búsqueda, y no tardamos mucho en encontrarlos y apresarlos. Es posible que algunos escaparan, pero ya casi hemos terminado.

Me sabe mal por esos bandidos..., pensó Yuno mientras juntaba sus manos en silencio en oración por ellos.

—Sin embargo, cuando confiscamos sus pertenencias, no encontramos ninguna copia del Pecado Original. Tal vez el rumor que corría sobre que tenían uno era falso, pero es posible que alguno de los bandidos que escaparon se lo llevara con él... Todavía hay muchas cosas de las que no estamos seguros, así que vine aquí con la esperanza de encontrar algunas pistas, pero no he dado con nada hasta ahora.

—Vaya... Gracias por su trabajo —Yuno agradeció a Marx mientras internamente dejaba escapar un suspiro de alivio.

Ahora que esos bandidos habían sido capturados, la zona debería ser más segura. Dado que algunos escaparon, continuaría habiendo patrullas probablemente durante algún tiempo más, pero la frecuencia debería disminuir. Eso significa que sería más fácil cuidar de Graham. Yuno continuó sintiéndose cada vez más relajado, incluso considerando vagamente dar un paseo por la ciudad, pero entonces Marx llamó su atención mientras se metía la mano en el bolsillo de su pecho.

—¡Ah, espera un segundo! Lamento preguntarte esto tan repentinamente, pero ¿sabes algo sobre este instrumento mágico?

—¡¡...!!

Yuno y Bell abrieron los ojos como platos. No podían creer lo que Marx les estaba mostrando. Lo que tenía en la mano era una joya roja, la misma que alejaba el mal.

—Marx, ¿dónde... lo...?

Marx se sintió un poco incómodo por la fuerza con la que reaccionaron los dos, pero respondió a su pregunta.

—¿Eh...? Me lo dio el capitán Jack ayer. Dijo que se sentía mal cuando este instrumento mágico estaba activo. Pensó que podría ser peligroso, así que quiso que yo lo investigara.

—¿Dijo dónde lo había encontrado...?

—Hmm... No pedí detalles, pero si no recuerdo mal, fue en una cabaña en el bosque.

Yuno tuvo un mal presentimiento.

—Voy a llevarlo al Instituto de Investigación de Instrumentos Mágicos, pero tú vas a muchas misiones especiales, así que pensé que igual te sonaría... ¡E-Espera! ¿¡Adónde vas!?

Yuno ignoró las súplicas de Marx y activó su magia de viento para volar hacia el lago. Jack había encontrado la joya ayer. Habían capturado a los bandidos hacía medio día. Ayer, solo estuvo con Graham por la mañana, y Julius dijo que solo estuvo un rato con Graham a primera hora de la tarde. Probablemente fue después de eso cuando Jack la encontró. Después de eso, quizá los bandidos fugitivos hubieran pasado por el lago... Si era así, Graham no tenía nada que lo protegiera. Quizás se lo habrían comido. Quizás se lo habrían llevado para poder venderlo. Podrían haberle hecho todo tipo de cosas.

Tal vez era demasiado pronto para empezar a preocuparse, pero era el mismo lugar donde habían atacado a Graham y sus padres antes. Era posible que los bandidos hubieran usado la cabaña como parada de descanso. Si los rezagados volvían allí a descansar...

Yuno sintió que su agitación aumentaba mientras aceleraba hacia la ubicación de Graham sin preocuparse por nada más.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—¡¡Graham...!! —gritó Yuno una vez que llegó al lago.

Por lo general, Graham habría salido de la cabaña, chillando alegremente, pero...

—No puede ser... ¡Otra vez, no! ¡¡No puede ser verdad!! —chilló Bell mientras temblaba de ira.

Una parte de la valla que habían construido estaba rota y la cabaña estaba parcialmente destruida. Peor aún, los cadáveres de los padres de Graham estaban desenterrados, aproximadamente hasta la mitad de sus cuerpos. En esa cruel imagen, Graham no aparecía por ningún lado.

Sus peores temores se habían hecho realidad...

—¿¡Q-Qué hacemos, Yuno!? ¿¡Y Graham!? ¿¡Qué hacemos!? —Bell le suplicó a Yuno una respuesta con lágrimas en los ojos.

Al igual que a ella, la vista dejó a Yuno en un estado de confusión. Era casi seguro que eso había sido obra de los bandidos fugitivos, por lo que la opción más práctica sería formar equipo con los caballeros mágicos que los estaban buscando. Sin embargo, sería difícil encontrarlos en un bosque tan ancho como ese, y probablemente no había muchos caballeros persiguiéndolos en primer lugar. Eso les llevaría demasiado tiempo. Y no tenían ni tiempo ni recursos. Tampoco podían contactar con Julius. Yuno no sabía qué hacer...

—...

Después de pensarlo bien, cerró los ojos y respiró hondo. Se calmó, recordando por qué estaba allí. Después de unos segundos más, abrió los ojos y dijo mientras observaba tranquilamente su entorno:

—No veo sangre, así que no creo que hayan matado a Graham. Aquí no, al menos. Puede que lo hayan secuestrado, probablemente con el objetivo de comérselo más tarde. Es cierto que podrían haberlo matado por el camino o haberlo herido gravemente para dejarlo inmóvil, pero no podemos dejar que esos pensamientos negativos nos afecten.

Si no puedes moverte debido a tus pensamientos negativos, a veces es necesario intentar hacer lo que quieres antes de pensar en lo que debes hacer...

Ese era, sin duda, uno de esos momentos...

—En primer lugar, unámonos a los caballeros mágicos que están buscando a los bandidos restantes y descubramos si los tienen controlados o no. Después de eso, tomaremos prestado uno de sus dispositivos de comunicación y nos comunicaremos con el Rey Mago.

Iban a hacer todo lo posible, creyendo en la posibilidad de que Graham todavía estuviera vivo.

—Vamos, Bell... Poder completo.

—S-Sí... ¡Jum!

Tras las palabras de Yuno, Bell se secó las lágrimas de la cara mientras lo miraba a los ojos. Yuno asintió en respuesta con una pequeña sonrisa. Estaba a punto de volar usando su magia de viento, pero...

—Uf. Al fin te encuentro... ¿¡Por qué has hecho eso de repente!?

Por segunda vez ese día, escuchó una voz detrás de él. Marx se le estaba acercando con una escoba en la mano y sudor en la frente.

—Marx... ¿Nos ha seguido?

—Bueno, si ves que la expresión de alguien cambia tan drásticamente como la tuya y luego sale corriendo, por supuesto que tienes que seguirlo... Espera, ¿¡qué es todo esto!? ¿¡Qué ha pasado aquí!?

Marx miró a su alrededor, presa del pánico. Julius había dicho que Marx era la última persona que debería conocer su secreto, pero esta situación era diferente. Había sido solo casualidad, pero Yuno se alegró de que estuviera ahí. Así podría contactar con Julius de inmediato.

—Te lo explicaré más tarde. Por ahora, necesito que contacte al Rey Mago para...

Se dio cuenta a mitad de la frase... En la actualidad, no tenían ni tiempo ni recursos. A pesar de que, a modo de argumento, Julius aprovechara su posición de autoridad para enviar un gran número de caballeros tras los bandidos, llevaría algún tiempo reunir a tanta gente. Había una manera más rápida de traer a muchos caballeros.

—¿¡Eh!? ¿¡Qué tiene que ver en todo esto el viejo loco... quiero decir, el Rey Mago!?

Yuno quedó un poco intrigado cuando escuchó a Marx decir algo tan irrespetuoso hacia Julius, pero, de todos modos, le transmitió rápidamente su estrategia a Marx, quien la puso en práctica.


♣  Varios minutos más tarde, en un bosque al suroeste de Tonan...  ♣


Unos diez hombres de aspecto tosco estaban sobrevolando el bosque en sus escobas.

—¡Deprisa, idiotas! ¡A este paso nos van a alcanzar!

El líder del grupo, un hombre calvo llamado Garo, estaba escupiendo duras palabras hacia sus secuaces, lo que los ralentizó aún más. Eran los bandidos fugitivos. Acababan de burlar a los caballeros mágicos y actualmente se dirigían a su segunda base, que estaba en el Reino Abandonado. Además, uno tenía una bolsa de cáñamo atada al extremo de su escoba. Retorciéndose violentamente dentro de esa bolsa había...

—OINC... ¡OINC! ¡¡OIIIINC!!

...un jabalí que capturaron en la orilla del lago.

—¡Cállate, maldito cerdo! ¡Te comeremos en cuanto lleguemos a la base, así que quédate quietecito hasta entonces! —como para desahogarse, Garo le gritó sus amenazas a Graham.

—Ahora que lo pienso, jefe, ¿por qué tomó esa cría de jabalí de fuego? Aunque vendamos su piel, no obtendremos mucho dinero. Si solo le hubiéramos quitado el collar... —le preguntó uno de sus seguidores—. ¡Ay! —retrocedió asustado.

—Porque... han destruido... ¡NUESTRA BASE! —dijo Garo con un rugido mientras volvía sus ojos inyectados en sangre hacia el otro—. ¡Nos han quitado todo nuestro dinero y nuestra comida! Eres consciente de eso, ¿no? Aunque no nos dé mucho dinero, ¡robaremos lo que podamos! ¡Estamos en este lío por vuestra culpa, holgazanes!

—¡L-Lo siento! ¡Lo siento mucho!

Mientras los demás observaban desde atrás cómo su jefe agarraba a su compañero por el cuello y lo sacudía, se miraron unos a otros con ansiedad.

—O-Oye... Lleva unos días... un poco... fuera de lugar, ¿no?

—S-Sí... parece que esté como más agresivo, o tal vez más codicioso...

—¡Eh! ¿¡Estáis hablando de mí!? —Garo miró hacia atrás y los amenazó mientras intentaba encontrar a las personas que hablaban con tanta insolencia...

Entonces, por casualidad, se dio cuenta. Había demasiadas sombras proyectadas en el suelo. Miró hacia el cielo. Y en ese momento...

—Magia de Corte: ¡Guadaña de la Muerte!

Unas grandes cuchillas de magia descendieron del cielo.

—¡¡AAAAAAAAAAAH!!

Las cuchillas verdes volaron ante los ojos de Garo con un rugido atronador, impidiendo que los bandidos avanzaran. Los árboles a su alrededor retumbaron ruidosamente cuando el suelo recibió el corte, tan profundo que no se podía ver el fondo. ¿Qué habría sido de esos bandidos si algo así les hubiera dado de lleno...?

—Kjakja... Hay que ver. ¿No te dije que crecieras y te hicieras fuerte, amigo?

Por encima de sus cabezas, los bandidos escucharon una voz llena de malicia e intención asesina que los hizo temblar. De pie encima de ellos, en su escoba, había un hombre alto y delgado con unas cuchillas gigantes que se extendían desde sus antebrazos.

—Te ha secuestrado un grupo que tendré que cortar en pedazos, ¿eh, chaval? —su boca se alzó en una sonrisa grotesca mientras se lamía los labios y estiraba los brazos—. Bueno, da igual. Los cortaré en un 80%, así que mira y aprende.

—¡D-Dispersaos...! ¡¡Todos, huid y dispersaos!!

Para escapar de la avalancha de ataques que les estaban disparando, el grupo de bandidos se separó como crías de araña que escapan de su nido. Garo giró hacia la izquierda con dos de sus subordinados.

—¡J-Jefe! Ese tipo... es... ¡el capitán de las Mantis Verdes! ¿¡Qué hace un pez gordo como él detrás de unos fugitivos como nosotros!?

—¡¡Y yo qué coño sé!! Cállate y concéntrate en salir de... ¿Eh?

Antes de que pudiera terminar de hablar, notó otra visión siniestra. Ante sus ojos había una mujer de incomparable belleza vestida con una armadura, como si los hubiera estado esperando. En circunstancias normales, este hecho los habría dejado extasiados. Sin embargo, el rostro de Garo se volvió sombrío. Al igual que con Jack, Garo no la conoció de primera mano, pero había oído unos rumores terribles. Ese rostro, y la forma en que se comportaba... no tenía dudas de que esa mujer era la capitana de las Rosas Azules, Charlotte.

—Magia de Espinas: Árbol Mortal de Espinas.

Como para corroborar las sospechas de Garo, unas zarzas llenas de espinas crecieron del suelo a una velocidad antinatural, retorciéndose en estructuras en forma de conos y proyectándose en el aire como una torre.

—¡AAAAAAAAAH!

Incapaces de evitarlas, los dos subordinados de Garo fueron víctimas de sus espinas. No obstante, él se escabulló y escapó. Tuvo la sensación de que las espinas nunca apuntaron hacia él desde el principio...

—Tranquilo... No te golpearé. Graham... No. Hay un jabalí en esa bolsa, ¿verdad?

Sintió una sensación extraña por parte de esa mujer tan hermosa que hablaba con una voz tan clara y concisa. Después de ver su hermoso rostro desde la distancia, se dio cuenta: estaba furiosa.

—Entrega ese jabalí ahora mismo. ¡¡Si lo haces, tendré piedad de ti y solo haré pedazos tu cadáver!!

—¡QUÉÉÉÉÉÉ!

Su alma prácticamente saltó de su cuerpo mientras gritaba, tratando de alejarse de ella. Aun así, en su ruta de escape...

—Magia de Viento: Hoz de Luna Creciente.

—¡Guau!

Cuatro espadas en forma de media luna volaron por el aire con un aullido, cortando limpiamente los árboles alrededor de Garo. Más allá de los sonidos de un árbol tras otro cayendo al suelo, escuchó voces, tanto masculinas como femeninas, hablando por encima de su cabeza.

—Con esto, nada bloquea nuestra vista... Podemos ver la cara de este sinvergüenza más claramente.

—¡Y quién quiere verlo! ¡Es feo, sucio y tiene aires de don nadie! ¡Tres de tres!

Las dos voces que escuchó provenían de un apuesto chico de cabello negro y una chiquilla del tamaño de una muñeca, que volaba junto a él.

¿Qué tipo de instrumento mágico es ese?, pensó Garo.

Además, se hizo evidente una vez que despejaron la zona, pero...

—Oye... ¿Por qué...? ¿¡Por qué carajo son tantos...!?

Había una docena... no, varias docenas de caballeros mágicos, y tenían al grupo de Garo completamente rodeado, observándolos desde sus escobas.

—S-Solo somos los restos de un grupo de bandidos arruinado... ¿¡por qué... por qué nos...!?

—Buena pregunta... Yo también lo creo.

Mientras Garo gemía, el chico se abalanzó hacia él con cara de póker y dijo en voz baja:

—Tal vez porque has molestado al hijo de alguien, o a su hermano pequeño, o a su subordinado... ¿quizás?

A decir verdad, ni siquiera Yuno esperaba que viniera tanta gente. Después de todo, Yuno solo había dicho una cosa. Hizo que Marx usara su magia para informar de la situación a Julius, y después de eso, hizo que se pusiera en contacto con la sede de las Mantis Verdes y las Rosas Azules. Lo único que les dijo fue: "Los bandidos fugitivos han secuestrado un jabalí que estaba en la orilla del lago y ahora están huyendo".

Eso fue todo lo que dijo antes de unirse al resto de los caballeros en busca de los bandidos. Mientras buscaban, una cantidad asombrosa de caballeros de las Mantis Verdes y de las Rosas Azules se había reunido para ayudarlos. Cuando preguntó por qué habían venido, dijeron que sus capitanes se lo ordenaron. Incluso los propios capitanes se habían unido a la caza, y ambos parecían estar sedientos de sangre.

Por lo tanto, el pequeño equipo se convirtió en un grupo grande y feroz y, sin dudarlo, utilizaron su movilidad y autodisciplina para encontrar y dar caza a los bandidos fugitivos en un instante.

—Kjakja. Maldito mocoso. Nos has usado. Tienes agallas, lo reconozco.

Mientras Yuno se acercaba a Garo, Jack tocó el hombro de Yuno con la punta de una de sus cuchillas.

—No los he usado, simplemente no podía pensar en otra... Ay. Qué daño. ¡Me sale sangre!

—B-Bueno... no me importa lo que le pase al jabalí. Me llegaron informes de que los bandidos fugitivos podrían portar el Pecado Original, así que vine pensando que debíamos arrestarlos lo antes posible —dijo Charlotte ligeramente sonrojada mientras se acercaba a ellos—. Solo lo estuve alimentando porque me aburría... ¿vale?

Charlotte se estremeció como si acabara de darse cuenta de algo muy serio. Luego agarró con fuerza la empuñadura de su espada, invocando unas zarzas que envolvieron el cuello de Yuno.

—Maldito... no me digas que... ¿me viste... dándole comida a ese jabalí?

—¿De qué está hablando? Los vi salir de la orilla del lago, así que pensé que tal vez habían conocido a Graha... ¡Ay! Qué daño. Hm. Miren, esto no es para nada mi estilo, así que...

—Mierda... ¡Mierda! Un poco más y... ese grupo de idiotas casi me atrapa... ¡¡Mierda!! —mientras observaba a esos tres parlotear, Garo maldijo en voz baja.

—Ah, me olvidaba. Que faltas tú —dijo Bell, antes de continuar en su habitual voz alta—. ¡Tú eres el idiota! ¡Venga, date prisa y devuélvenos a Graham!

—Espera, Bell... Está actuando de forma extraña —Yuno detuvo a Bell, que parecía que iba a morder a Garo en cualquier momento.

Estudió a Garo. Su respiración estaba agitada, tenía los ojos inyectados en sangre y apretaba los dientes con tanta fuerza que un fino rastro de sangre brotaba de su boca.

¡Esto es como esa vez con Zable...!

—Mierda... ¡Mierda! ¡¡MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA!! —gritó Garo, como si se hubiera vuelto loco.

Entonces, un grimorio de color blanco puro emergió de su pecho, y de su espalda empezaron a extenderse innumerables tentáculos invisibles, doblándose y retorciéndose. El Pecado Original había comenzado a desatarse.

—¡OINC! ¡¡OIIINC!!

La voz de Graham se escuchó procedente de la bolsa a los pies de Garo. El solo hecho de estar expuesto a tanta magia debía ser doloroso para él. Debía de estar pasando mucho miedo.

—¡Graham!

Sin ni un instante de demora, Yuno y Bell activaron su Mana Skin y corrieron hacia Graham.

—¡O-Oye! ¡No seas imprudente! —Charlotte gritó en un intento de detenerlo.

—No, tiene razón... ¡Escuchad! ¡Detened los ataques de ese bandido y apoyad al chico de los dorados con todo lo que tengáis! ¡¡No dejéis que el bandido ponga un solo dedo sobre el chavalín... la bolsa a sus pies!! —gritó Jack por encima de ella.

Bajo el mando de Jack, comenzó un ataque simultáneo masivo de todos los caballeros cercanos.

—Mierda... ¡Mierda, mierda, MIERDA!

Los tentáculos de Garo repelieron cada ataque que le disparaban mientras causaban estragos en su entorno. No obstante, cada tentáculo que intentaba alcanzar a Yuno y Bell fue cortado, destrozado por zarzas o detenido por algún otro hechizo mágico. Uno tras otro, desaparecieron antes de llegar a Yuno. El propio Yuno usó su magia de viento para repeler cualquier tentáculo que se dirigiera hacia Graham, pero eran demasiados.

—¡¡¡Graham!!!

Justo cuando estaba a solo unos metros de Graham, un único tentáculo se abrió paso a través de sus ataques y descendió hacia él. En ese momento...

—Magia Restrictiva de Tiempo: ¡Chrono Stasis!

—¿Qué...?

El tiempo se detuvo...

Garo se detuvo. Los tentáculos se detuvieron. Yuno y Bell también se detuvieron. Todos los caballeros mágicos a su alrededor se detuvieron. Todos estaban envueltos en una esfera de magia absurdamente grande, donde cesó todo movimiento. Antes de que Yuno pudiera comenzar a procesar lo sucedido, la esfera de magia convergió lentamente hasta que rodeó solo a Garo. Los tentáculos habían dejado de moverse, pero, al poco tiempo, perdieron su poder y desaparecieron en el aire. Yuno fue liberado de la prisión temporal de Julius, lo que provocó que cayera de espaldas.

—Vaya... Así que los tentáculos desaparecen si su dueño está restringido... Por precaución, detuve el tiempo en un perímetro grande, pero parece que no hace falta —Julius, la persona que había creado esa situación, dijo eso mientras descendía lentamente frente a Yuno—. Perdón por llegar tarde, Yuno, Bell. Habéis hecho un gran trabajo... —dijo en un tono de voz increíblemente casual.

Con aquella sonrisa tan tranquila, Yuno estaba... no, seguramente todos estaban abrumados por su presencia.

Nada más llegar, había lanzado una magia tan poderosa sobre un área tan amplia y, con precisión de cirujano, había apresado solamente a Garo. Por si fuera poco, lo había hecho todo en un instante, sin necesidad de ningún preparativo. Todos sabían que era exageradamente poderoso. Sin embargo, no se habían dado cuenta de lo que eso significaba hasta que vieron su poder en acción ante sus ojos. Era el caballero mágico más poderoso del Reino del Trébol: el Rey Mago. Tal y como pensó Yuno, el muro que él y Asta tenían que superar era extremadamente alto.

Ahora bien...

—¿Estás herido? —Julius se volvió hacia Yuno y le tendió la mano.

Por reflejo, Yuno casi tomó su mano, pero...

—...

Lo reconsideró, bajando su mano y reprimiendo el ligero temblor en sus piernas mientras forzaba su peso sobre ellas.

—Estoy bien... Gracias por su ayuda.

Se levantó firmemente con sus propias fuerzas sobre sus propios pies.

Algún día treparé ese muro, mantuvo ese pensamiento en su corazón.

—Jajaja. Supongo que... no necesitabas mi ayuda, ¿eh...?

Juraría que ya he tenido una conversación como esta con otra persona antes... Al darse cuenta de que este no era el momento ni el lugar para pensar en eso, abandonó la idea y comenzó a reflexionar: La próxima generación después de mí... Yami, William y los demás, ya están prestando activamente un gran servicio como capitanes. La generación siguiente tiene una voluntad fuerte y está creciendo de manera constante pero segura.

A través de ellos, a través del poder de aquellos que han heredado su voluntad, la Orden de los Caballeros Mágicos, este país está renaciendo poco a poco en la forma que Julius siempre había deseado. En lugar de unas pocas décadas, después de diez años... no, incluso menos que eso. En unos pocos años, el futuro que Julius deseaba podría hacerse realidad.

Frente a un poder juvenil tan tremendo, esos pensamientos se renovaron dentro de Julius.

—Bueno... no planeo darle este asiento a nadie todavía~

—Eh... ¿Qué dice?

—Nada... Este no es momento para perdernos en sentimentalismos. Tenemos que ayudar a Graham —dijo Julius como para zanjar el tema, agarrando la bolsa de cáñamo y abriéndola rápidamente. Al hacerlo, Graham saltó al pecho de Julius con un gruñido de felicidad.

—Graham, ¿¡estás bien!? ¿¡Estás herido!?

—Parece que... está bien. Gracias a Dios...

Cuando Bell y Yuno se acercaron, Graham gruñó feliz una vez más. Sintieron alivio de que Graham no estuviera herido, pero también se alegraron de que la terrible experiencia no parecía haberlo herido emocionalmente.

En cambio... considerando todas las consecuencias con las que tendrían que lidiar, los informes que tendrían que escribir y las inevitables reprimendas de Marx, tal vez fueran ellos quienes iban a salir traumatizados de esta terrible experiencia... Pero esos eran problemas menores.

—Graham... lo siento. Seguro que has pasado mucho miedo. Has aguantado muy bien, campeón —Julius acarició la cabeza de Graham con los ojos vidriosos—. Ahora estás a salvo. Papi te llevará a casa y...

—¡Oinc, oinc!

CRAC

Con toda su fuerza, Graham le mordió los dedos a Julius.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Diantre... ¡Siempre hace lo mismo! ¿Así que estaba criando una mascota prohibida...? ¡Ese es el tipo de cosas que haría un solterón extravagante con demasiado tiempo y dinero! ¡Deje de jugar y vuelva al trabajo!

—Sí... Sí... Sí... Lo siento...

Los demás afrontaron las consecuencias sin problemas mientras Marx seguía sermoneando a Julius. Dicho esto, Yuno no tuvo que hacer mucho. Transportar a los bandidos que capturaron, escuchar a los investigadores de instrumentos mágicos. Había terminado todo eso, así que ahora estaba charlando con Jack y Charlotte justo al lado de Julius mientras le sermoneaban.

Específicamente...

—Queremos dejar a Graham libre en el bosque pronto... —dijo Julius mientras miraba a Yuno sosteniendo a Graham. Sintió que debía decirles lo que planeaban hacer.

—En realidad me da igual, pero... —Jack se rascó la cabeza y respondió—. Bueno, tiene sentido. Es un animal salvaje, por lo que no debería estar cerca de humanos. Además, podría verse envuelto en malos asuntos como lo que acaba de pasar hoy. Una vez que se haya curado, lo mejor es liberarlo.

—P-Pero... ¿hay algún lugar donde un jabalí joven pueda vivir de forma segura sin que sus padres lo protejan? —Charlotte parecía un poco molesta cuando dijo esto.

Por cierto, hacía unos momentos, ella se había llevado a Graham mientras Yuno no miraba y le había dicho: "Siento haberte dicho todas esas cosas malas antes. No era verdad que no me importas. ¡Te amo!".

Bell la vio e informó a Yuno, pero... Volvamos al tema principal.

Marx finalmente tomó un respiro en medio de su reprimenda, dándole a Julius la oportunidad de unirse a la conversación.

—Ambos buscamos extensamente... pero no pudimos encontrar un buen lugar para él. ¿Alguno de vosotros conoce algún lugar bueno?

Jack y Charlotte se miraron antes de responder simultáneamente:

—Bueno, si se trata de eso, hay otra persona más adecuada para responder a su pregunta.

—Además, es muy probable que se una a nosotros en cualquier momento...

—¿Eh...?

Justo cuando Julius inclinaba la cabeza confundido, escuchó una voz formidablemente fuerte resonar en el aire.

—¡Rey Mago! ¡Gracias por atrapar a los bandidos que escaparon!

La que descendió del cielo con una voz tan fuerte no fue otra que Mereoleona Vermillion. Ella era una mujer valiente que se desempeñaba como capitana suplente de los Leones Carmesíes. Antes de asumir el papel de capitana, ella...

—¡Claro...! Si no recuerdo mal, pasa más de 300 días al año en bosques y campos silvestres. Probablemente sepa mucho sobre lo que estamos buscando.

—Sí. Por eso, quizá debamos confiarle a Graham.

Mientras Julius y Charlotte hablaban entre sí, Mereoleona caminó hacia ellos mientras reía de buena gana.

—¡Incluso logró hacerse con una copia del Pecado Original sin destruirlo! ¡No esperaba menos de nuestro Rey Mago! Con esto, podremos analizarlo... ¿Hm? —mientras hablaba, sus ojos se agudizaron con una mirada penetrante cuando vio a Graham. Luego se lamió los labios y dijo—: Jojojo. Capturó a un jabalí con bastante buena pinta. ¡Podemos cocinarlo cuando regresemos!

Por ahora... al menos, todos decidieron que de ninguna manera dejarían a Graham con ella.

Después de eso, Graham le cogió un miedo mortal a Mereoleona, por lo que Yuno y Bell lo levantaron y lo llevaron un poco más lejos para poner distancia entre ellos mientras Julius le explicaba sus circunstancias.

—¡Ah! ¡Si es así, entonces le puedo mostrar muchos lugares fantásticos! —Mereoleona se golpeó el pecho con el puño mientras decía esto.

Como nota al margen, antes, Jack y Charlotte guiaron a Marx y a los otros caballeros a casa. Antes de irse, Jack miró a Graham con una mirada profunda. En ese momento, Bell expresó sus pensamientos con un susurro:

—Bueno, pequeñín. Asegúrate de no perder contra esos humanos.

De regreso al presente, Mereoleona continuó hablando tan alto como siempre.

—¡En el ámbito natural, hay sitios que se consideran "lugares de cría"! Se les considera así porque tienen mucha comida y pocos conflictos territoriales. ¡Conozco varios así! —en ese momento, de repente se acercó al rostro de Julius y bajó la voz mientras preguntaba—: Por cierto, Rey Mago, ¿qué tipo de artimaña tenía entre manos esta vez?

—Espera... ¿De qué estás hablando? —respondió Julius, sonriendo igual que siempre.

—No se haga el ingenuo conmigo... Con la cantidad de conexiones personales que tiene, fácilmente podría haberle pedido a muchas otras personas que cuidaran de ese jabalí. Y aun así, eligió a este chico —Mereoleona miró a Yuno antes de darle a Julius una sonrisa llena de significado oculto—. Amañó la situación para criar a ese jabalí con el chico, el genio elegido por uno de los grandes espíritus, para ver con sus propios ojos cómo entrena y qué tipo de crecimiento ha logrado... ¿Me equivoco?

—Tienes la mitad de razón... pero también estás medio equivocada. Realmente fue una coincidencia que Yuno me encontrara —Julius esbozó media sonrisa sin querer mientras renunciaba a la idea de mantenerlo en secreto. Probablemente ella también estuviera preguntando por su propio interés personal, y él no quería ser tan reservado, así que pensó que estaba bien decírselo—. Aun así, para diseñar contramedidas contra el Ojo de la Noche Blanca... Quería entender a fondo cómo pelea con Sylph, la propia personalidad de Sylph y cuán amigable es con otros humanos. Como íbamos a cuidar de Graham juntos, pensé en aprovechar la oportunidad para observarlo.

En verdad, habría podido ver cómo pelea Yuno en el examen de selección de Caballeros Reales y podría haber creado tantas oportunidades como hubiera querido para hablar con Bell. Sin embargo, eso habría sido solo por "trabajo". Hablando francamente, la forma más rápida de conocer a alguien es realizar juntos una tarea que requiera que uno dependa del otro. Fue un poco inescrupuloso de su parte hacer eso, pero aprovechó el accidente para su propio beneficio. Además, mantener en secreto el hecho de que estaba criando un jabalí de fuego nunca fue tan importante para él en primer lugar. Su objetivo era acercarse a Yuno compartiendo un secreto juntos. Como resultado, pudo ver a Yuno entrenar en varias ocasiones y comprender mejor la magia y el temperamento de Bell.

Sobre todo, creía que ahora su relación era más amistosa. Aunque todo esto había sucedido por casualidad, había ganado mucho con ello.

—Así es, no amañé nada. Simplemente empujé las cosas en la dirección que quería, solo un poquito. Realmente quería que alguien me ayudara a cuidar de Graham.

—Ya veo... Entonces, ¿qué hay con Jack y Charlotte? —Mereoleona continuó felizmente acosando a Julius. No es que quisiera encontrar su debilidad ni nada por el estilo, solo quería satisfacer su curiosidad. Después de todo, es una mujer que pone toda su energía en todo lo que hace, sin importar lo que sea—. Dijo que se enteraron por casualidad, pero... alguien de su calibre no cometería un error tan tonto como dejar que otra persona sienta su poder mágico. Bueno, aunque el hecho de que Jack tenga un alma malvada y le quitara su instrumento mágico fue un error de cálculo por su parte, los involucró a propósito para tener a alguien que pudiera tomar medidas en caso de una emergencia como la de hoy, ¿verdad?

—Me pregunto cómo has llegado a esa conclusión...

—Jaja... ¡JUASJUASJUASJUAS! ¡Realmente es un tipo astuto! —Mereoleona le dio una palmada en la espalda a Julius y se rió de buena gana una vez más.

En ese momento...

—¡¡¡Oinc!!! ¡¡¡Oinc!!!

Graham corrió hacia adelante con todas sus fuerzas y abordó los pies de Mereoleona. Una y otra vez. Aunque hace poco estaba aterrorizado por ella, continuó chocando su pequeño cuerpo contra ella.

—¿Q-Qué pasa, Graham? ¿Estás enfadado...? —Julius levantó a Graham, pero Graham continuó intentando amenazar a Mereoleona—. Sé que sus modales son cuestionables, y a menudo me pregunto por qué tengo que estar tan en guardia con uno de mis propios subordinados, pero no es un enemigo.

—No estoy segura de lo que está tratando de decir sobre mí, pero... lo más probable es que cuando me vio golpearle en la espalda pensó que lo estaba intimidando.

—¿Qué...? —dijo mientras miraba a Graham, quien presionó su rostro contra su pecho.

—Oinc, oinc...

—...

Era el sonido que hacen los jabalíes cuando quieren la atención de sus padres. El hecho de que le estuviera gritando a Julius de esta manera significaba...

—Jajaja... No me lo puedo creer, Graham. Sigues mordiéndome con todas tus fuerzas, y aun así... —Julius apartó su rostro de Mereoleona, así como de Yuno y Bell, quienes corrían hacia ellos.

—¿Eh? Si le estaba mordiendo, entonces eso significa que realmente lo ama... Morder es uno de los comportamientos de apego de los jabalíes jóvenes. El hecho de que le estuviera mordiendo es prueba de que lo considera como su padre —explicó Mereoleona, un poco sorprendida.

Todos se quedaron en silencio cuando escucharon eso.

—¿Qué? Entonces... ¿Graham consideró al Rey Mago como su padre desde el principio? —dijo Bell, representando a todos.

—Graham...

Como respuesta a que Julius gritara su nombre, Graham lanzó los mismos gritos que antes, como si quisiera que su padre lo acariciara más.

Julius recordó todos los días que había pasado con Graham. Recordó haber visto a Graham disfrutar de sus baños, el dulce rostro de Graham mientras dormía, Graham devorando su comida con deleite, Graham poniéndose de pie enérgicamente. Los buenos recuerdos surgieron rápidamente, uno tras otro...

Me gustaría estar con este bebé para siempre, pensó Julius.

Pero aun así...

—No puede ser... Si un animal salvaje permanece con los humanos mucho tiempo, no recordará cómo es la vida salvaje y no podrá regresar a la naturaleza... No puedo quedarme contigo más tiempo del que ya lo he hecho.

Al escuchar esas palabras, Yuno no pudo evitar apretar los puños y Bell miró hacia abajo con lágrimas en los ojos. Solo empezaron a criar a Graham a mitad del proceso, pero les dolía mucho decirle adiós. Seguramente, el dolor que Julius estaba sintiendo ahora mismo debía ser aún peor...

—Pero... ya sabes, Graham —Julius se secó los ojos una vez más antes de sonreírle a Graham como siempre lo hacía—. Nunca olvidaré el tiempo que pasamos juntos. Y realmente pensaré en ti como en mi propio hijo... Incluso si estamos separados, eso nunca cambiará. —Abrazó a Graham con fuerza pero con suavidad, y le dijo en voz baja—: Te amo, Graham. Gracias... Por pensar en mí como tu papi.

—Oinc, oinc...

—Bien, ¿¡nos vamos!? —como para destruir la atmósfera que se había creado, Mereoleona declaró esto mientras golpeaba sus puños.

—¿Ir...? ¿Ir adónde? —al verla comportarse de manera tan guerrera, Yuno tuvo un mal presentimiento sobre lo que iba a decir y le preguntó—. No teníamos pensado liberar a Graham ahora mismo.

—¡Tonto! ¡Hay varios lugares de cría diferentes! ¡Vamos a visitarlos juntos para ver qué entorno le conviene más! —dijo mientras lo miraba con ojos fríos. Luego, su boca se convirtió en una sonrisa feroz—. Todos estos lugares de cría se encuentran más allá de zonas de magia cuantiosa y mazmorras. ¿¡No suena divertido!? ¡Jajaja! ¿¡No es espléndido!? ¡Puedes utilizar los resultados de tu entrenamiento mientras visitamos cada punto!

—Lo siento. Acabo de recordar que tengo unos asuntos urgentes que atender, así que debo irme a casa.

Yuno y Bell intentaron huir a velocidad subsónica, pero fue inútil. Instantáneamente, Mereoleona creó magia de fuego en forma de patas de león y los atrapó.

—¡Que alguien nos salve! ¡Nos están secuestrando! ¡Un animal salvaje está secuestrando a una espíritu y a un humano! —lloró Bell entre lágrimas.

—¡Por ​​favor, diga algo, majestad! ¡No hay manera de que esto sea legal! —le rogó Yuno a Julius, en un acto que estaba muy fuera de lugar para él. Era el único en esta situación con el poder de detenerla, pero...

—Hmm. Lo siento, chicos... —dijo Julius con una expresión increíblemente incómoda mientras abrazaba a Graham con amor—. Creo que ir de repente a un lugar extraño lo pondrá ansioso, así que... ¿podéis acompañarnos?

—¿Quéééééééé...?

El Rey Mago – Julius Novachrono.

Es el héroe del Reino del Trébol, una fuente de inspiración para todos los caballeros mágicos y todos los ciudadanos del Reino.

—¿A que sí, Graham~? ¿Tú quieres que vengan todos, verdad?

—Oinc, oinc~

Es muy blando, demasiado indulgente y puede resultar un poco molesto... Tiene un lado ordinario como cualquier hombre ordinario de mediana edad, pero...

Ese es el tipo de persona que es Julius.



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