Todos los capítulos de manhuas, manhwas, mangas y etc., se están subiendo a un nuevo lector. 
Esto tardará unos días ya que son muchos capítulos. Por favor, esperen pacientemente. –PrinceScans

25/05/2019

La lápida y el lobo (Oneshot)


Hoy tengo el sábado libre y me apetecía traducir. Les dejo esta historia (corta) que me ha gustado y no estaba traducida al español. Parece que es nueva de este año pero he encontrado poca información al respecto.


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La lápida y el lobo
Título en inglés: Tombstone and the wolf

Traducido por: Xeniaxen



Esta es una historia de hace mucho tiempo.

Había un pequeño país con un gran bosque. Una manada de lobos vivía allí.

Dentro de esa manada, el lobo más grande era el alfa. Habían estado viviendo durante muchos años. Con la cooperación de la manada, habían estado viviendo sin entrar en contacto con los humanos tanto como fuera posible.

Un día, un lobo joven desapareció del grupo.

Sus compañeros estaban tan preocupados... ¿Y si los humanos lo habían atrapado? Temblaban como si temieran que un águila viniera y les arrancara los hígados.

Sin embargo, el joven lobo regresó a su manada con la expresión como si nada hubiera sucedido.

Le preguntaron adónde había ido y qué había estado haciendo, pero el joven lobo decidió no explicarlo.

Después de poco tiempo, los lobos se olvidaron de ello y el joven lobo desapareció de la manada nuevamente. Luego, al cabo de un rato, volvió de nuevo.

Los hermanos lobo volvieron a preguntar adónde había ido y qué había estado haciendo.

El joven lobo no respondió. Contestó que no ha ido a ninguna parte y no había estado haciendo nada.

Eso era mentira, y todos lo sabían. Incluso el joven lobo lo sabía.

Sin embargo, el joven lobo estaba decidido a no decir la verdad.

Sucedió 2 o 3 veces más, pero finalmente el líder sintió que necesitaba hacer algo.

—Joven lobo, ¿adónde diablos fuiste y qué estuviste haciendo?

—Respetable alfa, no fui a ningún lado. Me separaré solo una pequeña distancia, los compañeros me perdieron de vista y por eso pensaron que me había perdido.

Eso fue más o menos lo que pasó, incluso un niño podría entenderlo. No me arriesgaré a decir la verdad. 

El joven lobo nunca iba a decir la verdad. Repitió la misma mentira como si fuera la verdad.

Esto hizo que el líder de la manada se preocupara aún más sobre cómo resolver el asunto. Tal vez si le preguntaba directamente al joven lobo, podría hacerlo entrar en razón.

Al cabo de poco tiempo, el joven lobo se separó nuevamente de la manada. Pero esta vez, el líder ordenó a los otros lobos que persiguieran al joven lobo.

Lo vieron cerca de la entrada del bosque, entrando en una pequeña cabaña.

El lobo que fue tras él se sorprendió. La razón por la que desaparecía cada vez ese joven lobo era para ver a un humano.

Dentro de esa cabaña vivía una anciana. La anciana, sin asustarse por la aparición del joven lobo, le dio la bienvenida. Y se la llevó a la parte trasera de la cabaña.

Se pararon delante de una pequeña lápida, iluminada por la suave luz del sol. Alrededor había hermosas flores que revoloteaban cuando el viento las rozaba.

La anciana limpió las malezas que rodeaban la lápida, llamó al lobo y juntos rezaron en silencio.

Después, acarició al joven lobo y la figura de la anciana desapareció dentro de la cabaña. El joven lobo estaba de buen humor y regresó al camino, cuando vio la figura del otro lobo.

Esta vez, el joven lobo entró en pánico cuando se dio cuenta de quién estaba allí.

—Hermano, ¿qué estás haciendo?

—Hermano mío, por favor, ¿puedes pasar esto por alto? No tengo la intención de causar daño a la manada. Simplemente me gusta ir con la anciana a la lápida.

—Hacer algo así con un humano, ¿te gusta? Si un ser vivo muere, regresa a la tierra y se une al mundo que nos rodea fundiéndose en él. Es mejor que te centres en estar vivo o morirías rápidamente.

—Hermano, por favor, entiéndelo. Creo que, seguramente, si perdiéramos a alguien querido, querríamos estar con él. Pero los seres vivos como nosotros no pueden comprenderlo. No tenemos un lugar al que volver, pero los humanos y los fallecidos sí, ¡podríamos hacer como ellos! Para esa humana, esa lápida de piedra es el hogar de los difuntos. Puede considerar esa ubicación como el lugar donde vivió el fallecido.

—Eso es solo el pensamiento egocéntrico de un humano. Es innecesario para nosotros, los lobos.

—Pero, hermano, a mí me asusta. Si mi madre muere y se vuelve una con el mundo, quiero tener pruebas de que existió una vez. Con eso, puedo probar que mi madre vivió en este mundo porque está aquí. Pero, si desapareciera, ¿qué pasaría? La prueba de que mi madre existió desaparecería al mismo tiempo. Por tanto, la prueba de que vivió una vez no existiría.

—Joven lobo, lo que quiero decir es...

—Solo quiero una prueba. Para ellos, incluso si mueren, tienen pruebas de que alguna vez existieron. Con solo una lápida se puede demostrar. Incluso si morimos, la lápida queda aquí. Seguirá estando aquí por mucho tiempo. Como cuando se te clava una pequeña espina en el dedo. Es un recordatorio de alguien que ya se ha ido.

¿En qué estaba pensando el joven lobo? El lobo que fue tras él no parecía entenderlo. Cuando un lobo muriese, ¿algún otro lobo se molestaría en hacer eso?

Al menos, el lobo no creía que ninguno fuese a hacerlo.

—Los humanos deben haberte estado causando mala influencia. Debe ser culpa de esa vieja humana.

—No, no, te equivocas. Esa anciana solo me acaricia cuando la acompaño lápida. Estoy seguro de que si pierdes un ser querido comprenderías el significado de su existencia.

—No, te ha corrompido. Esa vieja mujer debe ser asesinada, esa lápida también debe ser destruida, y esos pensamientos deben ser eliminados y corregidos.

Así, el lobo comenzó a ir hacia la cabaña donde estaba la anciana. El joven lobo fue corriendo tras él.

Cuando el joven lobo entró en la cabaña, vio la figura del otro lobo mordiendo a la anciana.

El joven lobo se dirigió hacia la anciana. Sin embargo, también existía la posibilidad de que el otro lobo le sacara los colmillos enfurecido. Los colmillos del lobo apuntaban con precisión al cuello de la anciana y estaban a punto de morderlo.

El lobo joven decidió intervenir entre el lobo y la anciana. Estúpido lobo joven, el otro lobo clavó profundamente sus colmillos en el cuerpo de su hermano.

El lobo se sorprendió, se dio la vuelta y salió corriendo de la cabaña de inmediato.

Dejó morir al lobo joven que se había dejado morder para salvar a la anciana que habría sido asesinada.

La anciana alargó sus brazos a duras penas para abrazar al joven lobo, y lo acarició con suavidad.

El joven lobo no ronroneó como usualmente lo hacía, mientras que la anciana continuó acariciándole.

Al cabo de un rato, la anciana murió.


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Unos días después, su nieta se mudó a la cabaña donde vivía la anciana.

Cada día por la mañana la nieta adecentaba las tres lápidas de la parte trasera.

Eran la lápida del abuelo, la lápida de la abuela y también una pequeña lápida para el joven lobo.

El hijo de la nieta también siguió vigilando esas lápidas.

Pasó mucho tiempo, pero el lobo todavía era recordado.

La existencia del cementerio era un lugar donde los muertos dormían, pero también los muertos permanecían.


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