Todos los capítulos de manhuas, manhwas, mangas y etc., se están subiendo a un nuevo lector. 
Esto tardará unos días ya que son muchos capítulos. Por favor, esperen pacientemente. –PrinceScans

lunes, 11 de febrero de 2019

Bad∞End∞Night - Capítulo 11 (parte I)


Parece que con esta primera parte del capítulo ya entendemos un poco más lo que ocurre. Me muero de ganas de comentarlo pero no les voy a hacer spoiler~ Disfruten de la lectura (:

PD: Espero terminar lo que queda de capítulo pronto.

-Xeniaxen


Bad∞End∞Night
Novela original en japonés por: Hitoshizuku-P



CAPÍTULO 11 (PARTE I). VERDAD
Traducido por: Milean y Xeniaxen


En el escenario vacío, recogí una carta sospechosa que había visto brillar y la leí. En ella había escrito algo muy sorprendente. Mis manos temblaban y mi pulso latía fuertemente. Cuando terminé de leer, los sentimientos emergentes que había tenido se desvanecieron. Si hubiera habido alguien más aquí, probablemente les parecería que estaba practicando para el segundo acto de mañana.

—No... Esto no es verdad, ¿no...?

Todos admiraban profundamente a este magnífico dramaturgo, y seguramente se convirtieron en actores de la Compañía Burlet para realizar sus obras. Todo era por su pasión... seguramente. Y aun así...

Si lo que decía esta carta era verdad, ¿no podía considerarse traición, sacrilegio contra Burlet? Sin mencionar que yo... para ellos, ¡solo estaba...! Tristeza, ira, desesperación, odio: las emociones recién nacidas de repente echaron raíces en mi corazón. Antes de darme cuenta, corría con la intensidad de esas emociones.

¡Tengo que descubrir la verdad ya! ¡Necesito que me digan que esta carta es solo una mentira...! Salí del escenario, corrí del pasillo a la gran escalera, subí por ella y giré a la derecha, hacia la antesala #1 en el otro extremo. El personal de escenario se había ido a casa para prepararse para el día siguiente, por lo que no había nadie más que nosotros, el elenco. Las únicas luces en el pasillo eran débiles lámparas de pie. Entrecerré ojos corriendo por los pasillos oscuros, y abrí forzosamente la puerta de la antesala que emitía una ligera luz.

Slam. Con el fuerte sonido que provoqué abriendo la puerta, las personas festejando dentro de la sala se voltearon lentamente. Meiko con jarras de cerveza en ambas manos y su rostro sonrojado, pero aún tomando sorbos; Kaito con ella; Meg concentrada en una conversación, sus ojos brillando de emoción; Len pretendiendo que la escuchaba; Rin cantando y Luka bailando; y, por último, Gack inclinando tranquilamente su copa.

Todo el mundo estaba celebrando el maravilloso éxito de la obra de anoche en su propio modo. Nadie se había cambiado por el momento; aún vistiendo sus disfraces. Incluso podría verlo como una continuación de la tan divertida fiesta en el acto uno de la obra.

Gack, el más cercano a la puerta, quien estaba relajado y tomando vino en un sofá de tres plazas para él solo, se dio cuenta de mi llegada y paró para saludarme.

—Llegas tarde. Bien, ¿qué te parece un brindis por nuestro primer día? Todos hemos empezado ya, ¿lo ves?

—...

No pude conseguir pensar en una respuesta, así que me quedé parada silenciosamente, sin decir ninguna palabra. Gack pensativo llenó una copa vacía en la mesa con vino de una botella, y me incitó a que me acercara.

—Es la expectación perfecta que la actriz principal llegue elegantemente tarde. Esto es para ti. Ven, hagamos un brindis.

La copa que recibí estaba llena de delicioso vino tinto. Débilmente miré hacia el líquido rojo vibrando en mi mano. Mis primeras palabras podrían ser cruciales. Podrían establecer el tono de las cosas. Pero ninguna frase buena vino a mi mente. “Algo conciso, que no los haga temblar, y podría tomar la iniciativa hacia la siguiente conversación...” pensé desesperadamente, pero no se me ocurrió nada.

Mientras me quedaba allí parada sosteniendo silenciosamente la copa, notando mi raro comportamiento, el resto del grupo se volteó hacia mi dirección. Sus amables miradas, llenas de anticipación y optimismo, se quedaron atascadas en mi corazón y apagaron mi resolución. Pero tenía que decirlo. Cerré mis ojos firmemente, decidida levanté la copa, y tomé el contenido rojo todo de una vez. Mi nariz se llenó de olor a rosas frescas.

—¡Ahh, esta es nuestra actriz principal! Chicos, venga, terminen sus copas como ella.

—...

Sin encontrar ninguna culpa en mí, que dejé vacía la copa antes del brindis, Kaito se me acercó con una cara roja de estar borracho y una buena sonrisa natural.

—¿Podrías decir algunas palabras también?

Todos se voltearon para verme y se reunieron alrededor de mí. El primer acto apenas había terminado, pero todos estaban rebosantes de alegría como si tuvieran la bendición de las musas del arte en ellos mismos, y pusieron caras de alivio. Ninguna pista de duda, profundo alivio y deleite... yo tendría que arruinar su fabricada felicidad.

—¿...No me dirán la verdad?

Mi primera línea, después de mucho agonizar. Sin dar vueltas al asunto. Ya lo había dicho.

—¿La verdad...?

Un feliz y borracho Kaito, sonriéndome, abrió sus ojos lentamente. Luego parpadeó dos o tres veces.

—Esta carta... dice la verdad sobre esta obra.

Mientras dije esto, acercando la carta de mi mano izquierda hacia el lado de mi cara, el aire en la sala se congeló. Manteniendo exactamente las mismas sonrisas que tenían momentos atrás, todos en la sala se quedaron mirándome. Sin cambiar ninguna emoción. Ni siquiera parpadeando. Solo manteniendo sus respiraciones. Permanecieron quietos y cuestionaron cuál sería mi próximo movimiento. Después de un silencio considerable, Meiko bajó su cerveza lentamente, poniéndola encima de la mesa, y habló.

—Dime, ¿qué quieres decir con... la verdad?

En contraste con la casual naturaleza de sus palabras, sus labios se pusieron un poco rígidos.

—Tiene que ver con nosotros... haciendo este guion en una obra.

—¿Y...? ¿Qué quiere decir eso exactamente?

—Por favor... no se hagan los tontos. Está todo escrito en esta carta.

Me giré hacia la izquierda para ver la carta blanca que sostenía en mi mano.

—¿De dónde la has tomado exactamente?

—Estaba en el escenario.

—Bueno, entonces... ¿qué es concretamente lo que dice? ¿Puedo verla un segundo?

Kaito puso una mirada severa muy diferente a la de antes, bajó su taza, y se acercó a mí lentamente.

—Creo que ya sabes lo que dice, ¡así que no tengo por qué mostrártela...! Si lo que dice esta carta es cierto, ¿no es esta producción un “sacrilegio” en contra de ella?

—¡...!

En el momento en que dije la palabra “sacrilegio”, todos temblaron con miradas nerviosas. Viendo esta reacción, supe que lo que decía la carta era cierto. No tuve duda alguna en mi mente de que esto era un paraíso. Sentí que el suelo que pensaba que era sólido estaba destruyéndose debajo de mí. Desesperación... el sentimiento era como si me hubiesen empujado hacia dentro de un hoyo.

Sin ser capaz de aguantarlo más, sentí algo subiendo por mi garganta. Subí mi mano para tapar mi boca, y la mantuve así. Sin querer mirar a cualquiera de ellos a los ojos, lentamente aparté mi mirada y agaché la cabeza.

—Entonces era cierto... Me siento... muy horrible. ¿Y por qué...?

¿Por qué... me han engañado, y han tratado de involucrarme en el crimen que han cometido?

No pude articular esa frase. En mi mente, sabía que debí preguntarles eso directamente, pero tenía miedo de decirlo y que lo confirmaran como verdad. La verdad de que, desde el mismo momento en que todo comenzó, ellos nunca pensaron en mí como nada más que un conveniente, un peón desechable...

Estaba escrito en la carta. Hablaba de su intención de poner toda la responsabilidad —el pecado de esta obra, este sacrilegio contra Burlet— en la actriz principal, Miku, para decir que todo lo hizo ella. Era una trama para hacerme crecer que era actriz en la compañía de teatro, para profanar su guion, guardar silencio acerca de la verdad, engañarse a ellos y al mundo, y crecer como estrellas. Esa era su retirada si la verdad sobre el sacrilegio salía a la luz; decir que todo lo había tramado sola.

Abrí mi boca, queriendo confirmarlo, pero vacilé en decir las palabras. Tenía miedo de escucharlo de sus bocas.

—Simplemente pasó de esta manera... Por favor, entiende que... nosotros...

—¡No quiero sus excusas! Creo que todavía estamos a tiempo. Por favor, ¡tienen que anunciar la verdad al mundo! Si lo hacemos ahora, no será demasiado tarde. Yo creo que... No. ¡Estoy segura de que lo podemos hacer!

—¿¡De qué estás hablando!? ¿Qué dices? En el momento en que revelemos la verdad, ¿no ves que será nuestro fin y el de esta compañía de teatro? —Meiko se acercó a mí con su cara llena de enojo.

Ella era la más veterana del grupo, así que seguramente era la más preocupada acerca del futuro de la compañía. Aun así, estaba conmocionada de que se hubiese negado tan rápido. Miré hacia otro lado, evitando su mirada acusadora.

—¿Quién pudo haber escrito una carta como esa? ¿Debe ser alguien entre nosotros, no es así...?

Len, quien estaba descansando encima de un sofá individual, miró alrededor de la sala como si estuviera llevando a cabo una búsqueda. Pero nadie confesó. En el momento en que Len abrió su boca para seguir buscando al culpable, Meiko lo interrumpió para continuar donde lo había dejado.

—Eso no importa ahora mismo. Lo importante es que no podemos dejar que la verdad en esa carta se haga pública. ¿Lo entienden?

—De verdad... ¿no lo reconsiderarás? Todos estamos juntos en esto como amigos, ¿no es así? Tú no eres una excepción.

Amigos.... Para ellos, fue la mitad de un año como mucho. Para mí, fueron seis meses irremplazables en la compañía y con el elenco al que había aspirado unirme durante mucho tiempo como fan. Estar en el mismo escenario con ellos... Hasta ahora mismo pensaba que mi sueño se había hecho realidad. Pero todo fue fingido. Esta carta hizo que me diera cuenta. Fui poco más que una conveniente marioneta para prolongar la compañía. Me daba miedo ver la cara de Kaito al oírlo decir “amigos”... Me mantuve en silencio, sin ser capaz de mirarlos.

—¡Así es! Si haces algo como eso, será muy malo... Oye, ¡reconsidéralo! ¡Por favooor!

Rin, mirándome preocupada a mí y a sus amigos, habló con un quejido. Las lágrimas fueron acumulándose en sus ojos. El ambiente feliz de la fiesta se había ido completamente, y en medio la salvaje tensión, me atacaban a mí a diestro y siniestro. Llovía terriblemente afuera, y el pesado sonido de las gotas resonaba en la sala. Me mantuve en silencio por un tiempo, mirando por detrás de la ventana, escuchando, pero no oyendo la pesada lluvia ni el conflicto.

La tormenta de palabras cesó, y el silencio se hizo paso. Todos habían caído sumidos en silencio, determinando que yo no tenía ninguna respuesta a sus ataques, y ahora pensando su siguiente movimiento. Aun cuando me habían bañado en críticas, quise creer en ellos. Seguramente estaban confusos acerca de esta repentina situación.... al igual que yo. Así que, si pudiéramos hablarlo, podríamos entender cómo nos sentíamos. Teniendo una pequeña cantidad de esperanza de que no fuera demasiado tarde, empecé otra batalla con ellos.

—Um... Por favor, ¡escuchen! Esto es, de verdad.... De verdad, lo digo en serio. Esto será para el bien de la compañía. ¡Pensé en la manera perfecta de hacer esto, pero...! Pero hay razones por las que aún no puedo contarles los detalles. Aun así... ¡definitivamente resultará bien!

—No podremos recuperarnos una vez que el mundo sepa qué hay en esa carta que has tomado. Todos nuestros sueños, todas nuestras esperanzas, idas. Será el final de todos nosotros...

—¡Eso no es verdad! Por favor, créanme... ¡Por favor!

Kaito, aún preocupado, cruzó sus brazos pensando y apartó su mirada de mí.

—Bieeeen... ¿Puedes contarnos esos detalles o no? Me gustaría saber, ya sabes, las probabilidades de éxito.

Meg se subió sus gafas, parpadeando, cuando recordó que no las tenia puestas en el momento, dejando su mirada oscilar alrededor de la sala para esconder su error.

—Bueno, yo... Aún no puedo hacerlo...

Me agarré el brazalete de la muñeca izquierda. Si esto fuera de verdad una antigüedad de Burlet, como mi abuela dijo... tal vez podría hacerlo vendiéndola. Era una posesión de Burlet, y aunque se había decolorado durante un siglo, fue uno de sus accesorios favoritos que usaba todo el tiempo. En los retratos que sobrevivieron de él, este una vez hermoso brazalete estaba representado en una forma que demostraba su antiguo brillo. No cabía duda, se vendería por una muy buena gran cantidad.

Pero en el caso de que fuera falso... No quería dudar de mi abuela, pero el brazalete que usaba era muy antiguo, y no tenía alguna prueba decisiva de que de verdad fuera de Burlet. No podría decir con certeza que fuera real o no hasta que un experto en antigüedades lo examinara.

Además, ¿de verdad podría dejar ir un recuerdo tan importante de mi abuela...? No, no puedo permitirme vacilar acerca de eso. Tenía que hacer algo por el crimen de profanar a Burlet y engañar al mundo. Tenía el deber de proteger su historia también. En su lecho de muerte, mi abuela me dejó este brazalete y la misión de preservar su legado —al principio, sus últimas palabras me dejaron sorprendida. Pero, si fueran verdad, entonces debo proteger la historia de mi gran predecesor, como alguien que lleva su sangre. 

Mi abuela me dijo que usara el brazalete cuando estuviera en problemas. Muy bien... Esto iba en serio. Pero debía negociar con los administradores del teatro y patrocinadores para ver si ellos aceptarían este plan que he pensado. Me preguntaba... Podría ser capaz de lograrlo en cuanto al dinero, pero probablemente no sucedería de la noche a la mañana. En el peor de los casos, podría tomar meses.

Aun así, debía tomar el riesgo. Mientras confiáramos en la fuerza que nos trajo tan lejos, entonces esta sería la única manera de proteger la Compañía Burlet en cualquier sentido verdadero.

—Aún... Entonces ¿quieres decir que algún día serás capaz? —cuestionó Gack intencionalmente mientras yo lo ponderé.

—Solo denme tiempo. Esto...

—¿Con un poco de tiempo estás segura de que podrás hacerlo?

Añadió Meg en otra pregunta. Sus ojos decían que no aceptaría mi respuesta sin ser “certera”.

—B-Bueno... No lo sabré hasta que lo intente... Necesito confirmar algunas cosas... No puedo decirlo con certeza por ahora, ¡pero...!

—Uhh... —Meg retorció su cuello. Dudaba de mi respuesta.

—Bien entonces. No puedes pedirnos que creamos en ti sin ninguna garantía...

—Pero yo... ¿Por qué...?

Meiko, quien pensé que sería la que más estaría de mi lado, siguió negando todo lo que yo decía, y me dolió todas las veces. Bajé la cabeza tristemente. Esta vez Luka, quien había estado en silencio escuchándonos conversar, suspiró, se paró, y me fulminó con una mirada penetrante.

—¿Preguntas por qué...? ¿Crees que eres la buena aquí? Has visto todo lo que nos hemos esforzado para llegar tan lejos, ¿no es cierto? ¿Cuánto crees que hemos buscado esta oportunidad? Lo que dices de intentarlo de nuevo algún día es un sueño. Nadie se creería una afirmación tan egoísta.

—Es verdad... Es desafortunado, pero si no puedes ofrecernos algo que sea digno de confianza, no será posible. No llegamos tan lejos para dejarlo a medias... Esto no es un juego, ¿sabes?

Meiko se agregó al interrogatorio de Luka, y yo estaba abrumada por sus amenazas. Pero tenía que reunir un poco de coraje y responderles. No podía perder.

—Entiendo... Pero lo sigo diciendo, ¡todo lo que puedo decir ahora mismo es que crean en mí!

—Solo eres una simple chica, que difícilmente tuvo problemas en su vida y no sabe el significado de cooperar. Sin experiencia, ignorante de la verdadera dureza del mundo... ¡Una blanda patética!

—Yo... Yo nunca quise... Es verdad, no tengo mucho historial, pero estoy dando lo mejor de mí...

Las palabras de Luka penetraron profundamente en mi corazón como un cuchillo. Lo que estaba diciendo... Era todo cierto. Todavía era una novata que no conocía nada. Siempre causándole problemas al resto. En el show de esta noche... si no fuera por ellos que cargaron con el peso, yo lo hubiera arruinado todo. No era mi intención negar ese hecho. Pero intenté dar lo mejor de mí para poder alcanzarlos. De ninguna manera estaba tratando de quebrantar el trabajo en equipo de todos y entrar en una disputa.

Tal vez estos eran los métodos usuales de Luka. Al igual que antes... sus palabras fueron duras y cortantes, pero ella siempre dejaba un camino hacia su corazón. Gentilmente tomé la parte de arriba de mi falda, de modo que nadie pudiera darse cuenta que estaba apretando el pañuelo que Luka me había dado.

—¿No pueden pensarlo de nuevo una vez más....? ¡Por favor! Aún hay....

—Te lo seguimos diciendo, ¡no creeremos en algo si todo lo que tenemos son tus sentimientos! Eres una verdadera tonta, ¿no es así? Suena como si tu quisieras abandonarnos justo en el final, ¿hm? ¡¡Traidora!!

—...¡!

Desesperadamente traté de ocultar cuán efectivas eran sus duros ataques, que tan herida estaba. Para mi, y para ellos. Aun así en el momento en que escuche la palabra “traidora”, mi último pequeño punto de apoyo se desmoronó, me desplome en la desesperación oscura, y toqué el fondo.

En el extraño silencio, un trueno rugió, y luz iluminó los rostros enojados de los demás. Cerré mis ojos y me enfoqué en mis pensamientos. Mi batalla con ellos aún no terminaba. Me di ánimos, diciéndome a mi misma que esto apenas había comenzado.

No debo preocuparme; no estoy sola. La voluntad que Brulet habia dejado atras fluye en mi cuerpo. Absolutamente él no hubiera querido esto. Si viera la situación, seguramente lloraría. Tenía que hacer algo. Después de una corta contemplación, lentamente abrí mis ojos, luego mi boca.

—Lo entiendo. Entonces enviaré esta carta a los tabloides.

Miradas afiladas se posaron sobre mí. Sus bocas se abrieron con sorpresa.

—Al principio pensé que podría solo esperar después de todas las actuaciones, y presentarlo al final de la llamada de paneles. Porque pensé que eso aún sería a tiempo. Pero, no... es muy malo. Y yo les pedí que me creyeran, pero ninguno de ustedes puede. No tengo nada más que decirles. Gracias por todo. ¡Adios!

Rápidamente me di la vuelta e hice mi camino hacia la puerta detrás de mí. En poco tiempo los demás me siguieron por detrás, gritando cosas para hacerme parar. Persiguiendome. No voltee hacia atrás, corriendo lo más rápido que podía en la oscuridad, el edificio sin luz. Las lágrimas que estuve conteniendo hasta ahora fluyeron como cascadas, haciendo borrosa mi visión.

—¡Espera! Hey, ¡espera!

— Ustedes dos, ¡tomen las escaleras del este y cubran las entradas de enfrente y atras! El resto de ustedes, dividanse y busquen en el segundo piso. Llamen a los demás cuando la encuentren. Las luces están apagadas, ¡así que no pudo haber llegado lejos!

—¡Entendido!

— ¡Bajaremos!

Con las direcciones de Kaito, los perseguidores se dispersaron. Por las voces, parecía que Rin y Len estaban bajando. Sí bajará ahora, seguramente sería atrapada rápidamente por ellos debido a su astucia y buenos reflejos. Todos gritaron mi nombre fuertemente. La voz de Rin estaba ligeramente quebrada; tal vez estaba llorando. Aún cuando yo debería ser quien estuviera dolida y herida. Miré hacia afuera, y miré que la ligera lluvia se había vuelto una tormenta torrencial.

Abrí la puerta hacia el almacén sobre el borde del segundo piso, y cerré cuidadosamente para no hacer algún sonido. Mi respiración acelerada causada por mi llanto fue difícil de volver a la normalidad. Aguantando mis lágrimas, llevé mi mano hacia abajo en mi bolsillo, apretando el brazalete fuertemente. Sentí la suave tela, y el duro metal.

Tap, tap. Percibí a alguien caminando cerca de mi. Ellos vinieron directo hacia la puerta.

—...Dime, ¿estás ahí?

—¡!

Era la voz de Meiko. Tal vez ella había escuchado mis llantos. Seria malo quedarme aquí... me arriesgué y silenciosamente caminpe hacia la puerta... Ok, no hay nadie detrás de ella. Abrí la puerta y corrí hacia el pasillo de nuevo, pasando por una aturdida Meiko.

—¡Hey! ¡Ella estaba aquí arriba! ¡En el vestíbulo del segundo piso! ¡Se dirige hacia las grandes escaleras!

Escuché a los demás, prestando atención a Meiko, dirigiéndose hacia las grandes escaleras uno a uno. Bajando las escaleras me llevarán directo a la sala... pero en poco tiempo, los pasillos que rodeaban las escaleras estaban llenos, y mis rutas de escape de alrededor estaban obstruidas. Estaba sola en el descenso , tomando mi distancia como si fuera un animal rodeado de cazadores. Una pared detrás de mí, las escaleras defrente - Rin y Len en el piso de abajo, Kaito, Meiko, y Gack hacia mi izquierda, Meg y Luka hacia mi derecha. No podía escapar. 

—Ahora... se acabó el tiempo de correr. No hemos terminado de hablar aún. Vayamos hacia los bastidores.

Kaito tomó un paso hacia mi.

—¡Alejense...! Es en serio. ¡No se acerquen a mi!

La luz de la luna de la gran ventana de atrás, hizo a el hermoso cuchillo de oro brillar. Cerré mis ojos por su resplandor. La lluvia había parado. Saqué mi brazo izquierda con el cuchillo - la manecilla de la hora del reloj que yo había roto - apuntando hacia Kaito. Jadeos resonaron en el pasillo. Kaito lo miro, y su manzana de Adán se movió nerviosamente . El afilado borde de la manecilla del reloj brilló con la luz de la luna. Y pensar que tendría que recurrir a esto... de verdad era como un animal arrinconado. Me di cuenta que aquellas lágrimas que habían fluido de mis ojos habían parado.

Kaito parecía asustado por mi desesperada amenaza, pero enseguida recuperó su compostura y demostró que tal cosa no lo asustaría. Dio un paso hacia mí lentamente... luego otro, cerrando la distancia. Su andar engreído era casi como el de un depredador.

Retrocedí hacia el centro del pasillo con cada uno de sus pasos, pero no tenía adónde correr. Mirando hacia atrás, vi a Luka y Gack frunciendo el ceño y bloqueando el camino. En cuanto a bajar las escaleras, miré por las grandes escaleras a mi derecha y vi a Rin y Len que ya estaban esperando al pie de ellas. Mi mano comenzó a temblar ligeramente.

En un momento de negligencia, la carta en mi mano derecha, tal vez deslizándose por el sudor, se agitaba escaleras abajo. Abajo, Len observaba atentamente a los demás en silencio y se detuvo.

—¡La tenemos!

—¡N-No sirve de nada! ¡Tener la carta no va a cambiar la verdad!

Apreté el cuchillo que sostenía con las dos manos. Sin elección. Tenía que aprovechar la amenaza y salir corriendo. Rin y Len... Si les engañaba apuntando el cuchillo a Rin, probablemente Len se asustaría y la protegería... Aprovecharía esa oportunidad. Giré la punta afilada directamente hacia Rin escaleras abajo. Sus ojos se agrandaron, y se estremeció de miedo.

—¡¡...!! ¡Espera! ¡Cálmate! ¡Podemos hablarlo!

Al darse cuenta de mis intenciones, Kaito echó a correr de repente y se lanzó hacia mí. Fui demasiado lenta para apartar el cuchillo, y él lo agarró con sus grandes manos. Quería robarme el cuchillo, mi última defensa.

—¡Suéltalo!

—¡No!

Sacudí desesperadamente las manos a izquierda y derecha para despistarlo. Lentamente, los otros en el piso superior empezaron a encerrarnos a los dos. Kaito les gritó que no se acercaran más, ya que el cuchillo podía salir volando y era peligroso.

—¡Suéltalo! Que alguien... ¡me ayude! —grité, frenética.

Tal vez los miembros del público todavía esperaban afuera. Si alguien oía el clamor y entraba...

—No lo voy a permitir. Si viene alguien...

—Venga, ¡cálmate ya!

—¡No! ¡Que alguien me AYUDEEE!

—¡Está demasiado oscuro para ver nada! Por favor, ¡dejen de ponerse en peligro!

¡A este ritmo me va a empujar! Finalmente aflojé mis fuerzas y dejé de resistirme. Al mismo tiempo, Kaito debilitó ligeramente su control sobre mí. Aproveché la oportunidad para girar con fuerza mi cuerpo a la izquierda. Liberado involuntariamente de mi mano, el cuchillo cortó su brazo derecho, arrojando una línea parabólica de sangre fresca. Su rostro se contrajo de dolor, y vaciló. Lo aparté de mí de un empujón...

—¡YAAAAAAAAAH!

A continuación, Rin gritó. Giré a mi derecha y miré hacia abajo. Len se estaba aferrando desesperadamente a la mano de Rin tratando de subir las escaleras y ayudar a Kaito. Len estaba ocupado conteniendo a una Rin en pánico... Ahora era mi única oportunidad. Puse mi pierna derecha para correr por las escaleras, pero un momento después Kaito me agarró de las dos muñecas. Con solo su mano izquierda ilesa, estaba intentando inmovilizarme de nuevo.

Con las escaleras detrás, y Kaito frente a mí con una sola mano sosteniendo mis muñecas, ni siquiera podía mover mis manos con el cuchillo. Tuvimos un tira y afloja, pero me acercó lentamente a él. Vi a Gack, Meg, Luka y Meiko acercarse a Kaito con tensión y cuidado desde atrás para brindarle ayuda.

—Ríndete... ¡Ven con nosotros!

—No... ¡No!

—¡¿Por qué?! Hablemos... Y luego...

Incluso después de haberle apuntado con un cuchillo y herirlo, esos ojos parecían confiar en mí y tener una profunda compasión. Mi corazón se aceleró. ¿Por qué estaba haciendo una mueca así en un momento como este...? ¿Era solo otro acto convincente para domesticarme? Sabía que no podía dejarme engatusar y engañar, pero por alguna razón, una vez más, yo... Mis conductos lagrimales cerrados fluyeron nuevamente.

—¡¿Quién es el verdadero traidor aquí...?! ¡No... no quiero confiar más en ustedes!

Kaito se estremeció con sorpresa. Por un momento, aflojó sus manos. Y yo, que estaba tirando desesperadamente hacia atrás con mis manos, me quedé sin nada de lo que tirar hacia atrás.

—¡Miku...!

Su mano grande se extendió frente a mí. Cuatro manos más llegaron por detrás.

Mis ojos se encontraron con los de Kaito, que no podían estar más abiertos. Acto reflejo, empujé mis manos, aún sosteniendo el cuchillo, hacia él. Pero me quedé corta para cortar algo más que un espacio vacío.

El breve momento de caer por las escaleras pareció transcurrir en cámara lenta, como si estuviera encerrada eternamente en una escena de una pesadilla eterna. No sé si sentí algún dolor o algo así. Cuando mis sentidos se desvanecieron, solo escuché el sonido de un aplauso.




Ella yacía boca arriba al pie de la escalera. Sus ojos estaban vacíos. Rodeados de lágrimas, brillaban a la luz de la luna que entraba por la ventana sobre su cabeza. Sumergido en lo profundo de su pecho estaba el cuchillo dorado que había sostenido hasta el final.

El aplauso parecía resonar desde algún lugar, como si fuera una escena de una obra trágica. Todos se quedaron mirando la horrible vista estupefactos. Hubo un silencio, como si el mundo se hubiera detenido alrededor del cuerpo inmóvil de Miku. El momento se sintió como la eternidad.

—¡¡YAAAAAAAAAAAAAAH!!

—¡NOOOOO! ¿Q-Qué es esto...? Díganme... ¿Qué es esto...?

El silencio que parecía que iba a perpetuarse para siempre se rompió con un grito de Rin, seguido de gritos de locura de Luka.

—¡¡Miku!!

—N-No puede ser... Señorita Miku...

—...

Meiko y Meg, seguidas por Kaito, bajaron corriendo las escaleras. Meiko se arrodilló cerca de la niña desmayada y tomó su muñeca.

—Se le ha parado el pulso...

—¡¡...!!

Kaito la miró congelada, sin palabras. Detrás de ellos, Gack apoyó a la temblorosa Luka mientras bajaban las escaleras lentamente.

—¡Rápido! ¡Tenemos que llevarla a un hospital! No le late el corazón, ¡pero tal vez todavía hay tiempo!

La cabeza de Rin se levantó en respuesta a Meiko, y corrió hacia la puerta principal.

—Podría hacerle la RCP, pero quién sabe qué pasará cuando le retire este cuchillo... Pero tenemos que intentarlo... ¡¡Está muy oscuro aquí!! ¡¿Puede alguien encender las luces?! ¡¡Y que alguien me ayude a detener la sangre!!

—¡Voy!

—¡Y-Yo te ayudo...!

Len asintió rápidamente a las instrucciones de Meiko y corrió por el pasillo. Solo la luz de la luna permanecía inmóvil en la ténue estancia. Meg se sentó junto a Meiko, vacilando ligeramente.

—No es culpa tuya, Kaito... Se ha resbalado... Ha sido un accidente...

—....

—¡Y no podemos rendirnos todavía! Meg, hay un pañuelo que no uso en mi bolsillo. Cuando saque el cuchillo, apriétalo contra la herida. Yo te sustituiré después.

Meiko, quien afirmó tener un poco de conocimiento médico, tocó nerviosamente el cuchillo en el pecho de Miku. Respiró hondo y se lo quitó lentamente. Meg se inclinó sobre el cuerpo, apartó un poco los ojos y se preparó para la sangre que se derramaría.

El cuchillo salió sin problemas. Pero extrañamente, no salió sangre del lado izquierdo del pecho de Miku. De hecho, una vez que retiraron el cuchillo por completo, no quedó ni rastro de la herida, ni siquiera el corte en la ropa.

—¿Qué está pasando...? No salió sangre... Su ropa no tiene ni un rasguño... ¿Esto no es un cuchillo de mentira, no?

Kaito se quedó allí aturdido, y agarró el cuchillo tímidamente. Para probar, tocó la hoja con la punta de su meñique, y sangró ligeramente.

—¿Lo habremos visto mal...? Estoy seguro de que estaba clavado junto al corazón de Miku...

—Lo estaba... Yo también lo vi. No nos hemos podido equivocar... No... —Luka habló con voz entrecortada detrás de Meg, todavía temblando.

—¡...! ¡¿Su corazón?! Se ha... ¡¡¡detenido!!!

Meiko intentó hacerle la RCP y respiración artificial. Kaito, Meg, Luka y Gack observaban sin comprender. Meiko intentó la RCP una y otra vez, pero Miku estaba ahí totalmente inmóvil.

—¡¡Por favor, por favor!! ¡Miku, despierta!

El resto de ellos solo podía observar con tensión la desesperación de Meiko. Luego Rin, que había corrido hacia la puerta principal, apareció por alguna razón en el segundo piso y llamó a todos los que estaban abajo. Su expresión había cambiado; tenía los ojos bien abiertos y la cara rígida.

—¡Uh, hah...! ¡Ey, aquí pasa algo raro! ¡No hay puerta de entrada! Esto era el teatro pero... ¡parece que ya no!

Después de haberse distraído por los intentos de resucitar a Miku, todos finalmente miraron con calma a su alrededor.

—Es raro... Estábamos en el teatro cuando salimos de la antesala para ir con la señorita Miku... —musitó Gack con una mirada hostil.

—Las luces del pasillo estaban apagadas, así que casi no veíamos, ¡pero no hay duda de que estábamos en el teatro! ¡Podría rehacer mis pasos hasta esa habitación con los ojos cerrados! —gritó Luka, con un enfado evidente.

—¿Entonces cuándo...? —preguntó Kaito, recuperando algo de compostura y mirando atrás y a su alrededor.

—Bueno... No lo sé. Pero estoy seguro de que esto no es el teatro. ¡Miren afuera por las ventanas! El teatro está justo en medio del West End, ¿no? ¡No hay un bosque a su alrededor!

Meg hizo que todos miraran simultáneamente hacia la gran ventana sobre el rellano. Afuera, el viento aullaba a través de un bosque oscuro de frondosos árboles.

—¿Entonces dónde carajo estamos...?

—¡Oigan, he traído una lámpara! Quizá ya se han dado cuenta, pero... No estamos en el teatro, y no hay interruptores de luz... De hecho, no hay electricidad. Así que por ahora usaremos esto...

Len regresó con una pequeña lámpara y se acercó a Meiko que todavía estaba realizando la RCP a Miku. Meg, ayudando a su lado, vio las piernas de Len iluminadas por la tenue luz de la lámpara, y después, de un golpe, cayó de espaldas con un grito.

—¡Qué...!

—¿Q-Qué te pasa...?

—S-S... Señor Len, ¡s-sus piernas...!

Len bajó la mirada hacia sus piernas. Sus rodillas, las que tenía entrenadas por haber jugado mucho a fútbol, ahora eran hermosas articulaciones de bola redondas.

—¡¡QUUUÉÉÉ!!

—¡Len! ¡¿Qué ocurre?!

—Qué ra... ¡Qué rayos...! ¡¡M-Mi cuerpo...! —estaba demasiado aturdido para terminar la frase.

—¡No puede ser...! Te has convertido en un muñeco...

Rin se apresuró a bajar las escaleras y se acercó inestable a Len.

—¡¿Eres tú, no?! ¡¿Eres Len?!

—......

Len siguió sacudiendo la cabeza, todavía sin poder hablar por la conmoción. Rin comenzó a poner su mano en su pecho como si se sintiera aliviada, pero su pequeña mano se detuvo en el aire y lentamente se subió su vestido negro. Su rostro se volvió pálido.

—Yo... También...

—¿Rin también...? No...

—¡NOOOOOOOOOOOOOO!

El grito de Rin volvió a sonar por el pasillo. Rin y Len, tanto en construcción corporal como en tamaño, se habían convertido en muñecos. El mismo tamaño que parecían tener con el truco de perspectiva que utilizaban en el primer acto... Llegaban hasta las caderas de una persona de tamaño normal. Pero todos estaban demasiado desorientados por la muerte de Miku como para notarlo de inmediato. Una vez que Miku cayó, Rin y Len se escaparon rápidamente, y cuando estaban arriba, un truco de perspectiva similar indujo la ilusión de que tenían un tamaño normal.

—Señorita Rin, ¡cálmese!

—No, no, ¡NOOOOO!

—Mi... cuerpo...

—¿Estaremos... soñando...? ¿Es la maldición de Crazy ∞ nighT, por lo que hicimos...?

—¡...!

Todos callaron ante las palabras de Luka. “Lo que hicimos...”

—Por nuestra culpa... Rin y Len se convirtieron en muñecos... Y nos llevaron a esta extraña mansión en el bosque... Una mansión como la que describe la obra. Y Miku, que intentó condenarnos por lo que hicimos, murió... 

Todos callaron. Incluso las manos de Meiko que intentaban repetidamente la RCP se detuvieron. En ese momento, algo brilló en el oscuro pasillo. Desde lo alto de una vieja mesa de madera, colocada junto a un reloj justo en el borde del pasillo después de bajar las escaleras.

—¿Qué es eso...?

Kaito se acercó lentamente al objeto sospechosamente brillante.

—¡Esto es...!

Cogió delicadamente el objeto y se dio la vuelta. Sus grandes manos sostenían un libro.

—Crazy ∞ nighT...

De hecho, la portada decía, con letras descoloridas:

"Crazy ∞ nighT". Una tenue luz pálida como una luna creciente brotó de ella. Kaito abrió lentamente el libro. Y leyó el contenido en voz alta para que los demás lo escucharan.


Continuará.

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