12/07/2016

WCC - 71, 72




Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
World Customize Creator



Traducido por: Xeniaxen


71

—Capitán, ha llegado otro emisario de un grupo de mercenarios.

—Un grupo pequeño de aventureros quiere unirse a nuestras filas.

—Ah... También ha venido alguien pidiendo trabajo como mozo.

La noticia de que la Patrulla del Dios Oscuro participaría en el cierre del laboratorio de las bestias mágicas se había esparcido rápidamente por la ciudad. No dejaban de llegar solicitudes de mercenarios y aventureros que querían unirse a la misión. Sin embargo, como aún tenían que organizar muchos preparativos, Yuusuke decidió posponer cualquier negociación para otro momento y pidió a los solicitantes que se retiraran.

—Habrá que rechazar a los que sean claramente unos "parásitos".

—¿Parásitos?

—Sí, eh... Los que intentan sumarse a un trabajo que les queda demasiado grande, pero contando con que otros harán el esfuerzo por ellos.

Mientras decía esto, Yuusuke se preguntó si su elección de palabras había sido un poco grosera. Explicó el término, inspirado en cómo se usaba en los videojuegos online de su mundo.

—Ya veo... Es una descripción bastante acertada —comentó Vermeer con una sonrisa.



Al día siguiente, en el salón principal de la posada de lujo donde se hospedaban, reunieron a los representantes de distintos grupos de mercenarios y aventureros. Usando la valiosa información obtenida por las avanzadillas, comenzaron a planear la incursión en el laboratorio.

La Patrulla del Dios Oscuro estableció como condición para la alianza el intercambio de información, lo que les permitía evaluar la competencia de cada grupo antes de aceptarlos. Este criterio hizo que solo los grandes grupos pasaran el filtro. Como resultado, los grupos más pequeños se quejaron, pero fueron silenciados cuando alguien les recordó que esto no era una obra de caridad, sino una formación que debía solucionar un problema real. Dado que Yuusuke no tenía suficiente presencia para una reprimenda efectiva, fue Zhahid quien se encargó de acallarlos con su tono imponente.

Por otro lado, algunos de los grupos que sí cumplían los requisitos protestaron sobre compartir información tan valiosa, recopilada a costa de la vida de sus compañeros. Aun así, un aventurero se puso a favor de los de Fonkrank, asegurando que no eran un grupo sobrevalorado. Su opinión tenía peso, pues pertenecía a un gremio de mercenarios de nivel medio con cierto renombre. Aquello ayudó a disipar las dudas sobre la capacidad del escuadrón.

Una vez establecida la ruta de avance y seleccionados los miembros de la expedición, discutieron también la repartición del botín. Yuusuke dejó la mayor parte de las negociaciones en manos de Vermeer y se limitó a revisar las decisiones finales antes de aprobarlas.

—Entonces, ¿os parece bien esto?

—Sí, contad con ello. Es más, dejadlo en nuestras manos. Nosotros nos encargamos.

Dado que Yuusuke no tenía experiencia en este tipo de preparativos, prefirió mantenerse al margen y confiar en sus subordinados, quienes lograron cerrar los acuerdos bastante favorables. Pactaron que si dentro de las instalaciones se encontraban flautas mágicas, documentos de alquimia u otros objetos de valor, la Patrulla del Dios Oscuro tendría prioridad para reclamarlos.

La reunión llegó a su fin y los participantes se dispersaron para prepararse para la misión del día siguiente. El amplio salón de la posada quedó algo vacío.

—Pff... Parece que por fin podemos dar esto por cerrado.

—Bueno, lo difícil vendrá una vez entremos en las instalaciones.

—Seguramente habrá quienes intenten colarse por su cuenta.

—Déjalos. Esta vez tenemos bastantes aliados de nuestro lado.

—Buen trabajo a todos.

Los de Fonkrank se relajaron por fin y disfrutaron de un breve descanso. Sun les sirvió un poco de té. Zaisha, por su parte, fue a la cocina para encargar la cena.

—Así que mañana toca cacería de bestias mágicas, ¿eh? —comentó Yuusuke.

—Sí, y como esta vez será una operación conjunta, mientras usted nos cubra, no acabaremos como los del equipo de avanzadilla —respondió Vermeer, encorvado en su silla mientras sorbía el té.

—¡Ah! —alzó la voz Hinke, como si acabara de recordar algo importante—. Sun, tú no te alejes del capitán, ¿vale?

—¿Eh? Ah... Sí, lo tendré en cuenta.

Para sus compañeros, Sun era parte del grupo aunque no pudiera usar artes divinas, pero no podían esperar el mismo trato de los forasteros. De hecho, cuando llegaron a la posada, le asignaron a Sun una habitación para sirvientes en lugar de una para huéspedes. Yuusuke se dio cuenta enseguida y protestó, exigiendo que le dieran una habitación en el mismo piso que los demás. No obstante, el recepcionista le respondió con naturalidad:

—¿Eh...? Pero es una asistenta desvalida, ¿no?

—¿Estás desafiando las normas de nuestro escuadrón?

Para el recepcionista, su trato había sido el habitual, pero Yuusuke aún no se acostumbraba a la mentalidad de este mundo. Este tipo de situaciones, cargadas de discriminación, lo afectaban más de lo que le gustaría admitir. Más tarde, pensándolo en frío, comprendió que su respuesta había sido un tanto agresiva y que, quizás, había intimidado innecesariamente al recepcionista.

—Tal vez debería modificar el uniforme de Sun... —reflexionó Yuusuke.

—¡Ojo! ¡El capitán va a toquetear a Sun esta noche! —exclamó Hinke, que ya llevaba encima unas cuantas copas de más de los buenos licores que los mercenarios y los aventureros les habían regalado como muestra de cortesía.

—¡¿Eh?!

Acto seguido, sin mediar palabra, Yuusuke, Zaisha y Vermeer le dieron un sonoro golpe en la cabeza. Un instante después, un pequeño "Paf" retumbó con retraso: era el golpe de Hisotta, que se había sumado a la tanda de reprimendas.

—No tienen remedio... —murmuró Zhahid, suspirando mientras observaba la escena con su expresión seria de siempre.

Aunque no se unió a la reprimenda, empezó a plantearse que, la próxima vez, quizás él también debería participar.



La mañana siguiente, tal y como habían acordado en la reunión, la Patrulla del Dios Oscuro, junto con los mercenarios y aventureros seleccionados, partieron de Delia-Lidea en dirección al laboratorio. Como esperaban un combate contra bestias modificadas, se organizaron poniendo delante a los especializados en cuerpo a cuerpo con armas y a los de artes curativas.

Siguiendo las previsiones de Zhahid, algunos grupos más pequeños los siguieron desde cierta distancia. Sin embargo, decidieron ignorarlos, pensando que, en caso de necesidad, podrían colaborar con ellos sin más.

Según el testimonio del científico fallecido, cerca de la ciudad había una entrada secreta que conectaba con el laboratorio: un pasaje oculto que atravesaba el bosque por debajo. Ahora bien, desde allí hasta el edificio principal de las instalaciones había un buen trecho. Además de esa entrada, se sabía que existían otros dos accesos al complejo, uno cerca de la carretera del sur y otro cerca del Lago Reflejo Lunar.

La expedición, liderada por la Patrulla del Dios Oscuro, se dirigió a la entrada más cercana a Delia-Lidea. La avanzadilla había tenido un enfrentamiento con un grupo de bestias mágicas en esa zona, sufriendo un gran número de bajas. Por tanto, consideraron muy probable que las criaturas aún estuvieran merodeando por allí.



Después de varias horas de camino tras salir de la ciudad, el grupo hizo una pausa al mediodía para almorzar en el bosque. Luego continuaron por un sendero apenas marcado en la maleza, avanzando hasta que el sol comenzó a ponerse. Finalmente, llegaron a la zona donde se encontraba la supuesta entrada al laboratorio.

—¡Están cerca! Hay movimiento.

—Por aquí también. Parece que se están reuniendo cerca de la entrada.

Gracias a las artes aéreas de exploración, detectaron la presencia de múltiples bestias mágicas. De inmediato, reorganizaron la formación colocando a los no combatientes en el centro y adoptaron una postura defensiva.

—Llamad también a los grupos que nos siguen. Será mejor que nos movamos juntos.

Yuusuke dio la orden de reunir a los pequeños grupos que habían estado siguiéndolos. Separarlos en una situación así sería demasiado peligroso. Algunos mercenarios y aventureros mostraron una expresión de desagrado ante lo que consideraban una medida demasiado blanda. Sin embargo, los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro ya conocían la manera de actuar de Yuusuke y no dudaron en cumplir sus órdenes.

Dado que intentar moverse sigilosamente no serviría de mucho contra criaturas capaces de detectar ondas divinas, decidieron avanzar juntos y preparados para cualquier ataque. Gracias a su actitud disuasoria, las bestias mágicas parecían dudar en acercarse.

—Al final, siguen siendo bestias. Es posible que entre ellas haya algunas bestias modificadas, pero parece que el miedo que tenían los del grupo de avanzada acabó jugando en su contra.

—Sí... Pero ya veo por qué dicen que sois la unidad más fuerte de Fonkrank. Los rumores cuentan la verdad.

El ambiente dentro del grupo comenzó a relajarse un poco. Entre los mercenarios y aventureros susurraron que, al igual que los animales salvajes, incluso las bestias mágicas dudaban en atacar si se les demostraba un poder abrumador.

Finalmente, llegaron al punto donde se encontraba la entrada al pasaje secreto.

—¿Es aquí?

—Sí. A simple vista, no se ve mucho.

—Ugh... ¿No huele a sangre? —dijo Zaisha, con una mueca, expresando su incomodidad.

La entrada, baja y oscura, se abría en la base de unos árboles enraizados. La puerta estaba destrozada, y entre las hojas secas que cubrían el suelo se mezclaban fragmentos de escombros manchados de sangre. La escena tenía un aire lúgubre, como si se tratara de un refugio abandonado. Para ese momento, el sol ya se había ocultado, y la única iluminación disponible provenía de las linternas y las llamas de los usuarios ígneos. Más allá de ese escaso resplandor, todo era un abismo de oscuridad.

—¿Seguimos avanzando o acampamos aquí por ahora...?

—Nosotros podemos seguir sin problema.

—Si vamos a descansar, será mejor asegurarnos primero de que el interior es seguro.

—Hasta ahora no hemos hecho más que caminar. Todavía nos quedan fuerzas para seguir adelante.

Los representantes de los mercenarios y los aventureros estuvieron de acuerdo en continuar. Así que, tras evaluar la situación, Yuusuke decidió que avanzarían, despejarían la zona y acamparían dentro del pasaje. No obstante, al poco de entrar, se encontraron con un obstáculo inesperado.

—¡Ugh!

—Esto es...

Nada más descender por el pasadizo, se encontraron con un espantoso escenario: los cadáveres de varios científicos, brutalmente devorados por las bestias mágicas. Un hedor insoportable a podredumbre les golpeó de lleno, hasta el punto de que respirar se volvía difícil. Las mujeres fueron las primeras en huir de la escena.

Era imposible seguir avanzando en esas condiciones, así que decidieron ventilar el pasadizo antes de continuar. Hinke tomó la iniciativa, organizando a los usuarios de artes aéreas para crear una barrera de aire y expulsar el olor nauseabundo. Afortunadamente, en los pequeños grupos que se habían unido a la expedición había varios expertos en esta área, lo que permitió que el trabajo avanzara sin problemas.

—Esto va en serio.

—Desde luego. Lo de la Fortaleza Gearhawk fue horrible, pero con el clima de esta zona la descomposición avanza de manera diferente.

Mientras esperaban, Yuusuke y Vermeer repartieron entre el grupo unas máscaras especiales que ya habían utilizado en la Fortaleza Gearhawk. Por su parte, Zhahid, junto con los usuarios de artes acuáticas ofensivas, se encargó de limpiar la entrada del pasadizo. Mientras tanto, Zaisha y los usuarios de artes acuáticas de curación atendieron a quienes se habían sentido indispuestos por el hedor.

—¿Cómo van las bestias mágicas?

—Ah, capitán... Eh, pues... Apenas se están moviendo. Más bien, parece que poco a poco están desapareciendo.

Según Hisotta, las bestias que habían estado merodeando a cierta distancia ahora iban disminuyendo en número.

—¿Habrá sido porque somos demasiados y decidieron largarse...?

—Puede ser...

Si dejaban escapar a esas bestias, podrían acabar atacando a viajeros en la carretera, pero esa parte ya estaba cubierta por el ejército de Trent Rietta con su operación de contención.

—Yuusuke, han terminado de limpiar la entrada y de ventilar el pasadizo.

—Entendido, voy enseguida.

Tras recibir el informe de Sun, Yuusuke se dirigió a la entrada del pasaje oculto.



El pasadizo oculto parecía haber sido originalmente una cueva natural reacondicionada. Si bien las paredes, el suelo y el techo estaban debidamente compactados y nivelados con artes terrestres, el suelo no estaba pavimentado. Por lo tanto, la idea que Yuusuke había considerado en secreto —sustituir las losas del suelo para usar su habilidad de desplazamiento instantáneo y llegar de golpe hasta el laboratorio— quedaba descartada.

Al examinar los alrededores con el menú de personalización, comprobó que solo podía influir en un área similar a la de un espacio exterior.

—No queda otra que avanzar a pie...

—Capitán, ¿no podría usar alguno de esos vehículos que le está fabricando a la princesa Violet?

—Oh, buena idea. Un vehículo de transporte pequeño sería bastante útil.

Si todo estaba digitalizado, transportarlo no suponía un problema. El motor infinito que había diseñado no necesitaba combustible, aunque sí que requería materiales de cierta calidad para su fabricación, por lo que tendría que llevar esos componentes consigo. Sin embargo, el resto de las piezas podían obtenerse sobre la marcha y ensamblarse en cualquier lugar.

—Voy a solicitar que lo aprueben como equipamiento de la patrulla —dijo Yuusuke, valorando positivamente la sugerencia de Hinke. «Al fin y al cabo, el deseo de hacer las cosas más fáciles era, en muchas ocasiones, son el motor que impulsa la innovación», pensó.



Parecía que en algunos puntos del pasadizo había excrementos de bestias, pues el hedor a animal impregnaba el aire mientras el grupo avanzaba en fila a través del corredor subterráneo. A pesar de haber asumido que encontrarían monstruos en su interior, hasta el momento no se habían topado con ninguno.

—Tal vez no se acercan porque somos un grupo grande.

—También es posible que, si había alguna, escapara por las salidas secundarias del pasadizo.

Estaban en guardia, pero la falta de enemigos resultaba un tanto anticlimática. No obstante, si podían avanzar con seguridad, mejor que mejor. Justo cuando Yuusuke estaba a punto de proponer un descanso a los representantes del grupo...

¡Grrrrrrrr!

—¡...!

—¿Qué ha sido eso?

—¿El rugido de una bestia?

—He oído un leve sonido metálico... ¿Hay alguien luchando?

Desde lo profundo del pasadizo resonó un aullido monstruoso, seguido por lo que parecían sonidos de combate. De inmediato, varios miembros del grupo liberaron artes aéreas de rastreo para analizar la situación.

—Este patrón... ¡Capitán, es una bestia modificada!

—¿Cuál es la situación?

—Parece que hay unas cuatro personas luchando... ¿Y tres bestias? Ah, acaban de abatir a uno.

Hisotta no solo poseía una gran capacidad para distinguir matices en las presencias, sino que además su uniforme, imbuido con múltiples efectos de apoyo, aumentaba considerablemente sus habilidades.

Por otro lado, las ondas de interferencia que emitían las bestias modificados dificultaba que los demás usuarios de artes aéreas percibieran la situación con precisión. Lo único que podían captar era la ubicación aproximada del combate y la presencia de los luchadores. Al ver la increíble precisión con la que Hisotta realizaba su rastreo, no pudieron evitar admirarla y pensar: «Así que esto es la Patrulla del Dios Oscuro...». No sabían que, en realidad, ella era tal y como aparentaba: una chica sin grandes pretensiones, pero con un talento sobresaliente.



El equipo de ataque se separó del grupo principal, que permaneció en formación defensiva. Yuusuke lideraba el grupo de refuerzo, compuesto por Sun, Hisotta y Hinke, además de tres hábiles mercenarios en la vanguardia y dos aventureros. Entre los mercenarios, se encontraba ese conocido suyo.

Gracias a las artes aéreas de apoyo al movimiento de Hinke, el equipo recorrió el pasadizo a gran velocidad. Pronto, comenzaron a divisar varias antorchas por el suelo, con sus llamas danzando y proyectando sombras sobre las paredes. En la zona iluminada, podían distinguirse figuras en combate contra los monstruos. Una gran mandoble trazó un arco en el aire y partió en dos a una de las bestias. En ese instante, la onda de interferencia que cubría el área se disipó. La criatura eliminada debía de ser una bestia modificada.

—¡Es un guerrero desvalido!

—¿Es de Gazetta? ¿Qué hace aquí...?

—Vaya. Habéis llegado más rápido de lo que esperaba —dijo el guerrero.

Al escuchar las voces de los mercenarios, el desvalido se giró y, con un leve gesto de saludo, sacudió su gran espada de platino para limpiar los restos de sangre. Mientras los combatientes de la vanguardia se mostraban desconcertados por su aparición, el grupo de Yuusuke se miró entre sí, sorprendidos por la voz que acababan de oír. En ese momento, un grito agudo resonó por el pasillo, como una reprimenda.

—¡No os confiéis, aún queda uno!

—¿Una niña?

Yuusuke siguió la dirección de la voz y vio a una niña pequeña vestida con un atuendo similar a un traje tradicional. Parecía tener la misma edad que Elfiona. Justo entonces, una de las bestias se lanzó sobre ella.

—¡Ejecutar!

Sin dudarlo, Yuusuke activó Shift Move, adelantándose a los combatientes de la vanguardia y ganando unos metros de ventaja. Se lanzó a la carrera en dirección a la niña y conjuró una barrera para encerrar a la bestia.

—¡Dejo un lado abierto!

Con esa orden, dejó un hueco en la barrera para que los ataques de flechas reforzadas y técnicas divinas impactaran sin obstáculos.

—¿Yuusuke...? Ah, así que es esto...

Shinja entrecerró los ojos por un instante al reconocerlo, murmurando para sí como si acabara de comprender algo.







72

Yuusuke ordenó a los mercenarios y aventureros, que aún desconfiaban del guerrero desvalido, que regresaran con el grupo principal que aguardaba atrás. Aprovechó también para pedirles que llamaran a los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro de la retaguardia. Poco después, llegaron a su lado.

—Cuánto tiempo, Yuusuke.

—Sí, la verdad. Pero... ¿Qué hace un rey en un sitio como este?

Shinja vestía la misma armadura ligera de siempre y llevaba su característica gran espada de platino, pero esta vez no estaba solo. Había un hombre con él que también parecía ser un guerrero desvalido, con una espada larga y una armadura idéntica a la del escolta de Thalys. Detrás de él, dos mujeres de cabello azul y verde, probablemente gemelas, con rasgos muy similares. Y a su lado, la niña de antes.

—Oí que estabais alojados en esta ciudad. Para un grupo de usuarios de artes divinas, este enjambre de bestias era demasiado problemático, así que me encargué de reducir un poco su número.

Afirmó que había acudido a ayudar a la Patrulla del Dios Oscuro, pero Zhahid le lanzó una mirada afilada y formuló una pregunta con cierto retintín.

—Gazetta parecía querer encubrir el asunto de las bestias modificadas... ¿no?

La respuesta de Gazetta a la carta de Blue Garden había sido un escueto «Tenemos conocimiento, pero no lo compartiremos». Fonkrank interpretó eso como una señal de que Gazetta estaba considerando usar a las bestias modificadas como armas. Por ello, Zhahid insinuó que la presencia de Shinja aquí no tenía tanto que ver con ayudar a la Patrulla del Dios Oscuro, sino con asegurarse de que no descubrieran la verdad sobre las criaturas.

—Ah, sí, podría ser —respondió Shinja con una risa ahogada.

La tensión en el ambiente se hizo palpable. Los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro y el grupo de Shinja se midieron con la mirada, y el ambiente estaba a punto de tornarse hostil. En ese momento, Yuusuke rompió la tensión con una observación que, si bien era válida, desviaba un poco el tema.

—Más allá de todo eso... ¿No es peligroso llevar a una niña a un lugar como este?

Al oír aquello, Shinja frunció el ceño con una expresión compleja y dirigió la vista hacia la niña, que estaba apoyada contra la pared bostezando. Justo entonces, el grupo principal de la expedición llegó desde su posición.

—¡Señor Yuusuke!

—Si vais a enfrentaros a ellos, os apoyaremos.

—No, no, no. Solo estamos hablando. Tranquilos.

Pidió a Vermeer y Zhahid que calmaran a los mercenarios exaltados y, una vez seguro de que la situación no se descontrolara, se volvió hacia Shinja.

—Volviendo al tema... Entonces, ¿habéis venido a apoyarnos?

—Más bien a apoyarte a ti.

La mano izquierda de Shinja era innegable, pero, más allá de eso, los guerreros desvalidos en general eran sumamente letales en el combate cuerpo a cuerpo. Frente a las bestias modificadas, no había mejores aliados para formar la primera línea de batalla.

Entre los mercenarios y aventureros de la expedición, había quienes provenían de Noscentes, y estos sentían una enemistad abierta hacia Gazetta. Al conocer la identidad del grupo de Shinja, se mostraron reacios a aceptar su presencia. Sin embargo, Yuusuke logró calmarlos y convencerlos de cooperar. Solo los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro sabían que Shinja era el rey de Gazetta. Y decidieron mantener ese dato en secreto, ya que, si se revelaba, no cabía duda de que alguien intentaría acabar con su vida.

—Bueno, lo primero será intercambiar información —propuso Yuusuke, marcando el inicio de la conversación.

Shinja y su grupo habían ingresado al pasadizo desde las cercanías del edificio principal del laboratorio de bestias modificadas, eliminando a las criaturas a su paso. Según dijeron, estaba cerrado y no habían podido acceder a su interior. La información concreta sobre el estado del lugar disipó parte de la sospecha que sentían los mercenarios y aventureros. Poco a poco, comenzaron a compartir el resto de información que tenían.

—Según aquel científico, una parte del pasaje de emergencia no está completamente sellada.

Si las bestias usaban esa abertura como entrada y salida, existía la posibilidad de que la instalación se hubiera convertido en un criadero. Si no intervenían pronto, acabaría transformándose en un bastión repleto de bestias, una fortaleza impenetrable plagada de monstruos.

—Lo mejor sería purgar el interior y sellar todas las salidas cuanto antes.

—¿Cuánto sabe Gazetta sobre el laboratorio?

—Solo los detalles básicos: el tipo de investigaciones que llevaban a cabo y la escala del edificio. Íbamos a estudiarlo en profundidad, pero entonces ocurrió todo esto.

La respuesta de Shinja convenció a los presentes. Al parecer, Gazetta tampoco tenía información detallada sobre el interior ni había enviado una expedición oficial. Esto significaba que los tesoros de dentro de la instalación probablemente seguían intactos.

El acuerdo establecía que la Patrulla del Dios Oscuro tendría prioridad a la hora de reclamar los objetos de valor. No obstante, dado que el laboratorio era enorme, los instrumentos y materiales de experimentación que quedaran atrás aún podían generar buenas ganancias. La emoción entre los aventureros cazadores de tesoros aumentó visiblemente.

Tras el intercambio de información, decidieron avanzar un poco más antes de finalizar la jornada. Pero antes, tomarían un descanso. Yuusuke alzó sus barreras, creando una zona segura. También proporcionó sillas, mesas y otros elementos para mayor comodidad. Para combatir los hedores de sangre y bestias muertas, instaló ventiladores en el techo del túnel.

De este modo, lo que antes era un peligroso pasadizo oculto plagado de monstruos se convirtió en un área de descanso que recordaba a una taberna o un comedor. Los aventureros se reunieron en grupos y se pusieron a charlar mientras observaban con curiosidad los ventiladores que giraban en el techo.

—Oye... ¿El poder del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro es...?

—Mmm... El héroe de Fonkrank... ¿Sus artes divinas están especializadas en logística y estrategia?

Los rumores sobre Yuusuke hablaban de su capacidad para crear muros colosales, levantar fortalezas en un instante y trasladar tropas a gran velocidad. Los líderes mercenarios, tras verlo en acción, no lo encasillaron ni como una habilidad de ataque ni como un poder de soporte convencional. Su capacidad de alterar el entorno para otorgar ventajas estratégicas era algo a una escala completamente distinta.

«Si tuviera que definirlo, supongo que serían todas las artes divinas fusionadas en una sola...»

Paradójicamente, su razonamiento los llevó a la misma conclusión a la que Zeshald había llegado antes: Yuusuke poseía un poder que abarcaba todas las habilidades.



Mientras los distintos grupos conversaban entre sí, la Patrulla del Dios Oscuro discutía con Shinja los planes a seguir. Dado que la expedición estaba bajo el mando de los de Fonkrank, la responsabilidad de negociar los detalles de la cooperación recaía en ellos.

—Desde aquí hasta el laboratorio, es poco probable que haya más ataques de bestias —dijo Shinja.

—Cierto, porque habéis despejado el camino —recordó Yuusuke.

—Sí, pero hay otra razón —los interrumpió la niña vestida con el traje tradicional.

Su largo cabello blanco con un sutil matiz violáceo caía con suavidad sobre su espalda, y su flequillo recto dejaba entrever unos ojos que, pese a su aire infantil, reflejaban una madura profundidad. Su nombre era Ayuukas. Por su porte y su forma de hablar, Yuusuke pensó que quizás ocupaba un rol similar al de Violet. Observando el comportamiento de los tres seguidores de Shinja, notó que la trataban con un respeto evidente.

—¿Qué razón?

—Tú.

Ayuukas saltó de su silla y se acercó a Yuusuke, mirándolo fijamente a los ojos antes de señalarlo con el dedo.

—Tu mera presencia mantiene alejados a las bestias. Parece que la preocupación de Shinny era innecesaria.

—¡Oye! ¡No me llames así, vieja!

—¿Vi... vieja?

Más que la revelación en sí, lo que sorprendió a Yuusuke fue el comentario de Shinja. ¿Cómo podía llamar "vieja" a una niña tan pequeña? Shinja abrió la boca para replicar, pero Ayuukas tiró de su ropa, indicándole que se detuviera. Luego, ella misma respondió:

—No entraré en detalles, pero tengo tres mil cuatro años.

—¿...? ¿Tres... mil...?

Yuusuke sintió que acababa de oír una cifra absurda.

Antes de que pudiera reaccionar, la mujer de cabello verde, una de las seguidoras de Shinja, dio un paso adelante y miró a su señor, esperando su aprobación. Shinja asintió levemente. Con el permiso concedido, se dirigió a Yuusuke para explicarle quién era Ayuukas.

—La señora Ayuukas posee el don de la inmortalidad y ha caminado junto a nosotros, el clan blanco, desde tiempos inmemoriales.

Se decía que había heredado el poder de un antiguo Dios Oscuro que descendió sobre Kaltcio en el pasado, y que había vivido durante siglos junto a los descendientes del clan blanco. Su existencia estaba registrada en las tradiciones del antiguo Consejo Divino de Noscentes, bajo el nombre de Ayuukas Ikudut. La historia de los tres mil años de la influencia del Dios Oscuro en Gazetta, conservada en la aldea del clan blanco, no era otra cosa que la historia de Ayuukas en sí.

Yuusuke miró a Shinja, esperando que le confirmara que todo era una broma. Pero este, con toda naturalidad, respondió:

—La conocí cuando era un niño y ya tenía este aspecto. No solo yo: mi padre, mi abuelo... Todos fueron como sus nietos.

Ante lo inverosímil de la historia, nadie sabía qué decir.

—Volviendo al tema... Tu existencia como Dios Oscuro es lo que ha hecho que las bestias se mantengan al margen.

Según Ayuukas, un Dios Oscuro era un emisario convocado por la voluntad del mundo, una especie de deidad enviada para provocar un cambio. Las bestias, al percibir esa voluntad en la presencia del Dios Oscuro, lo temían de manera instintiva.

—Dado que tu habilidad interfiere con todo lo que te rodea, es probable que hayan sentido tu onda con mayor intensidad.

—Espera... Entonces, ¿quieres decir que el motivo por el que no fuimos atacados desde la ciudad hasta aquí...?

—Fue por tu presencia, claro. Las bestias de esta zona están acostumbradas a los humanos, así que un grupo como el vuestro no sería más que una presa muy suculenta para ellas.

Por lo visto, durante la batalla anterior, las bestias que se lanzaron sobre Ayuukas habían vacilado y ralentizado sus movimientos al percibir la proximidad del Dios Oscuro.

Demasiado centrado en detenerlas en ese momento, Yuusuke no lo había notado. Pero, pensándolo con calma, incluso habiendo usado Shift Move, la velocidad con la que habían reaccionado no era algo normal.

—Hmpf... En cierto modo, era lo que esperaba, pero el concepto es completamente distinto.

Shinja había supuesto que los mercenarios habían llegado hasta aquí gracias a la presencia de la Patrulla del Dios Oscuro, liderada por Yuusuke. Aunque no estaba del todo equivocado, la razón no era que Yuusuke hubiera vencido a las bestias, sino que su mera existencia les había obligado a apartarse.

—Así que... —al escucharlo, Zhahid encontró respuesta a una duda que llevaba tiempo rondándole por la cabeza—. En aquella ocasión, cuando nos enfrentamos a las bestias modificadas en el bosque, la razón por la que no atacaron hasta que incendiamos la madriguera... fue porque el capitán estaba con nosotros.

Con esto en mente, las veces que Yuusuke visitó Noscentes por motivos diplomáticos o incluso cuando escaparon de allí sin encontrarse con bestias mágicas... quizá no fueron solo golpes de suerte.

En un corto período de tiempo, habían descubierto muchas cosas sobre el Dios Oscuro. Ahora más que nunca, Yuusuke quería saber más sobre su existencia y su rol en todo esto.

Aun así, en ese momento, los miembros de la expedición comenzaron a hablar sobre reanudar la marcha.

Aprovechando que Yuusuke desvió su atención hacia ellos, Ayuukas se alejó silenciosamente del grupo, dejando atrás un susurro:

—Si deseas saber más, ven a visitarme.

Su residencia actual se encontraba en la Torre Central de Patricia del Norte, la antigua sede del Consejo Divino.

—Hmm...

—Ha sido bastante hábil, ¿no cree? Al menos, no me fío nada de su apariencia.

—Si de verdad tiene tres mil años, entonces no estaba exagerando...

Los miembros de la Patrulla del Dios Oscuro no pudieron evitar sentir una mezcla de admiración y desconfianza hacia la manera en que Ayuukas había conseguido, con naturalidad, invitar a Yuusuke a sus dominios.



Yuusuke hizo desaparecer las sillas y mesas, devolviéndolas al suelo original, y también retiró la barrera, dejando todo listo para marchar. Justo entonces, Ayuukas extendió ambas manos hacia Shinja.

—¿Qué pasa?

—¿Piensas hacerme caminar hasta el laboratorio? Ten en cuenta el tamaño de mis pasos.

En otras palabras, estaba exigiendo que la llevara a caballito porque no tenía ganas de caminar. Shinja echó un vistazo a su alrededor, pero sus tres ayudantes ya se habían adelantado, dándole la espalda como si dijeran: «Nosotras solo somos escoltas, no niñeras». El rey de Gazetta les dirigió una mirada de resentimiento, suspiró y se rindió.

—¿No eras inmortal?

—Ser inmortal no significa que no me canse. Anda, date prisa y súbeme.

Sin más remedio, la tomó en brazos y comenzó a caminar por el pasadizo en dirección al laboratorio, ignorando deliberadamente las miradas que recibía del grupo de Yuusuke.

—Oye, Shinja...

—Cállate...

Yuusuke estaba a punto de hacer un comentario sobre la escena de padre e hija que transmitían el rey de Gazetta y la chamana, pero el desvalido, plenamente consciente de cómo se veía la situación desde fuera, se apresuró a detenerlo antes de que lo materializara en palabras.


7 comentarios:

  1. muchas gracias por los capitulos.

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  2. graxx por los capitulos esto se esta poniendo interesante xd

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  3. Jajaja Shinja
    Gracias 🙇👍

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  4. Loli de 3000 años... ¿Descendiente de uno es es uno?, deigo de un "dios oscuro"

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    1. que hacer cuando eres un Dios oscuro pues crea una loli inmortal porque no

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