03/05/2025

WCC EX - Capítulo 2




Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
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Traducido por: Xeniaxen


Capítulo 2
La heroína de Polvatia

Si se define como un único «dios» a la existencia que vela por Kaltcio, entonces el «dios» que cuida de otra tierra sería una entidad distinta, aunque de la misma naturaleza. Cuando ambas tierras se fusionan, también lo hacen los dioses que las observan.

Los acontecimientos que tienen lugar sobre la tierra quedan, casi en su totalidad, en manos de quienes habitan en ella, a excepción de la aparición periódica de emisarios del cambio invocados desde otros mundos para romper el estancamiento de la civilización.

Pueden destruirse entre ellos o convivir. Los dioses no intervienen en sus decisiones. Solo observan, ofrecen y nutren.



En una de las tierras que flotaban en el mundo del intersticio...

Entre todas las tierras de este mundo protegidas por espíritus, había un continente que había desarrollado su tecnología mágica mediante la gestión, el dominio y el uso de los emisarios invocados periódicamente desde otros mundos: Polvatia.

Dicha tecnología había alcanzado un punto tal que permitía hacer navegar su propio continente a través del intersticio en prácticamente la dirección que desearan.

—Aquí estabas, heroína Alicia.

—Sumo sacerdote...

Al oír aquella voz, la muchacha se volvió en silencio. Era un hombre de mediana edad vestido con unas ropas litúrgicas de ornamentación majestuosa. La joven, con su larga melena rubia recogida a la altura de la espalda, se inclinó con elegancia. El hombre al que había llamado sumo sacerdote alzó la mano para indicarle que no hacía falta tanta formalidad.

La única nación (y, al mismo tiempo, ciudad) del continente de Polvatia era la Ciudad Sacra de Castle Palace. Desde el mirador de la gran catedral que se alzaba en su centro, podía divisarse claramente la silueta del Continente Impuro, al que pronto partirían en misión de purificación.

—¿Estás nerviosa?

—Un poco.

La hora de la partida se acercaba. ¿Sería capaz de luchar como debía? ¿Cómo serían los bárbaros del Continente Impuro? Llena de inquietudes y expectativas, Alicia tenía el corazón alterado. La heroína estaba a punto de librar su primera batalla.

El sumo sacerdote le acarició con ternura el cabello y la animó diciéndole que no debía preocuparse, que la bendición divina estaría con ella. La avanzadilla partiría primero para realizar un reconocimiento, pero el escenario principal en el que actuaría ella sería el campo de batalla donde el cuerpo principal, la Fuerza Sacra, lanzaría su ofensiva definitiva.

—Estás preparada. Eres la heroína elegida por Dios.

—Sí. Haré todo lo que esté en mi mano.

Después de despedir a Alicia mientras esta regresaba a sus aposentos dejando atrás sus temores, el sumo sacerdote entornó los ojos al mirar por la ventana hacia aquella gigantesca sombra: la silueta de otro continente que se extendía por el cielo.



El Continente Sagrado de Polvatia estaba gobernado por sacerdotes al servicio de una entidad considerada como divina. El órgano central que conformaba su estructura de gobierno se conocía como el Gobierno Sacro. Todo el pueblo, en calidad de fieles, tenía la obligación de rendir culto a la divinidad y servir a dicha institución.

La misión de el Gobierno Sacro era evitar el colapso del mundo, devolviendo a su forma original los fragmentos de tierra sagrada que quedaron dispersos.

La deidad a la que veneraban, el dios de la tierra Polva, era considerada la gran divinidad que creó este mundo, dio forma a las tierras y engendró a la humanidad, además de ser la fuente del poder mágico... Aunque en realidad no era más que un ídolo ficticio creado por el propio Gobierno Sacro. Esa misión que predicaban servía para justificar la invasión de otros continentes, pero no necesariamente respondía a una verdad.

(Xeniaxen: Pues como la Iglesia misma. Nada nuevo.)

Los dirigentes de Polvatia, que eran conscientes de que cada uno de los continentes que flotaban en el intersticio poseía su propia civilización, habían trazado un plan para convertir su propio continente en el centro. Avanzaban de forma deliberada en la fusión con otros territorios para expandir su dominio. Los principios religiosos no eran más que una herramienta conveniente para mantener el control sobre la población.

El conocimiento que poseían los gobernantes de Polvatia sobre el intersticio y los continentes flotantes no procedía del avance de la ciencia ni de la observación sistemática del mundo. Había sido gracias al poder de los héroes que habían podido conocer la verdadera forma del mundo, un conocimiento que había sido transmitido en secreto dentro de la familia real a lo largo de generaciones. El día en que conocieron la existencia de otros continentes, hallaron la forma de controlar el rumbo de su propio territorio y seleccionaron a un gobernante que ambicionaba la expansión territorial. Así dio comienzo el plan de invasión.

Con ese fin, habían venido elevando a la categoría de símbolo a los seres especiales invocados periódicamente desde otros mundos. Los estudiaban a fondo para asimilar su poder como parte del arsenal de Polvatia.

En función del tipo de héroe, podían utilizarlo para la fusión con otros continentes. Le encomendaron la misión de someter a los territorios rivales.

Alicia, la heroína actual, fue invocada hacía unos tres años en las afueras de una ciudad. Desde entonces, había estado protegida por el Gobierno Sacro. Dotada de una capacidad física sobrehumana propia de un héroe, fue clasificada para el combate directo y recibió instrucción en las instalaciones de la Fuerza Sacra. Ahora había sido asignada para participar en la operación de conquista.



Mientras se dirigía al ascensor para bajar al piso donde se encontraba su habitación, Alicia coincidió con un grupo que conocía muy bien.

—¡Eh! Pero si es nuestra pequeña heroína.

—¿Has vuelto a ir al mirador de arriba?

—Oye, dicen que la operación de purificación va a ser tu primera batalla, ¿no?

Los que le hablaban con tanta familiaridad vestían el uniforme de la Fuerza Aérea Sacra. Más relajada al ver caras conocidas, Alicia les devolvió el saludo al joven comandante de la unidad y a sus subordinados.

—Hola, Kanan. Hola a todos.

Ellos fueron los primeros en encontrarla cuando apareció sola y desamparada en este mundo, y quienes acabaron protegiéndola.

Alicia coincidía con Kanan a menudo en el campo de entrenamiento. Quizá por su carácter afable y desenfadado, poco habitual entre los soldados, le resultaba fácil hablar con él. Mantenían una relación relativamente cercana.

—He oído que seréis vosotros los primeros en salir a reconocer el terreno... ¿Es cierto?

—Sí, bueno, parece que en el otro bando también tienen a un invocado...

Se les había encomendado esa misión precisamente por ser quienes tenían el mérito de haber protegido a Alicia. Al oír esa expresión, ella se sonrojó de inmediato.

—E-En aquel momento estaba totalmente fuera de mí... Lo siento mucho.

—¡Ja, ja, ja! Es normal. No te preocupes.

En las afueras de una ciudad desconocida, bajo una lluvia torrencial, una Alicia completamente desnuda y presa del pánico fue acorralada por un enorme soldado con armadura. En su desesperación, arrancó de cuajo un árbol cercano y comenzó a blandirlo descontroladamente. Aquel alboroto dejó numerosos heridos entre las tropas de armaduras mecanizadas de la Fuerza Terrestre Sacra. Cabe señalar que una sola de esas armaduras tenía la capacidad de combate de unos veinte soldados normales.

Aun así, Kanan y los miembros de la unidad de reconocimiento, con solo una manta y sin armas, lograron acercarse a ella, diciéndole «Estamos de tu lado» y «Hemos venido a ayudarte», y consiguieron calmarla. El hecho de que se quitaran los cascos integrales de las armaduras y le mostraran el rostro jugó un papel clave.

—Bah. Es solo una misión de reconocimiento. Llevamos cazas polivalentes y armaduras mecanizadas, así que no debería haber demasiado peligro.

—Según parece, en ese continente todavía no tienen ni máquinas voladoras.

—¿De verdad?

Alicia dejó escapar una leve sonrisa de alivio. Había oído que los bárbaros del Continente Impuro poseían un poder misterioso que llevaba al mundo al caos, y que cuanto más primitivas eran sus civilizaciones, más fuerte se volvía ese poder. Pero incluso así, dudaba de que pudieran volar por el cielo con su propio cuerpo.

Disfrutando de una breve charla hasta que llegó a su piso, Alicia los animó y se retiró a su habitación.



En las profundidades subterráneas de la Ciudad Sacra de Castle Palace, existía un lugar secreto al que solo se podía acceder a través de un pasadizo especial del Gran Santuario. Aquel enclave, oculto durante milenios, albergaba un artefacto mágico llamado «dispositivo de control de navegación intercontinental», supuestamente construido por un antiguo héroe invocado en Polvatia.

Aunque se llamara «navegación», el artefacto no contaba con función propulsora; actuaba más bien como un timón. Al activar un enorme dispositivo mágico instalado en la parte trasera del continente, era posible controlar en cierta medida la dirección en que este flotaba.

—Mantengan el ángulo de aproximación. Desactiven la limitación de rotación. Falta menos de un día para el contacto.

—Ajá. ¿Esta vez nos aproximamos desde el mar?

—Sí. Dado que la costa rodea por completo el continente objetivo, hemos seleccionado la zona de contacto más favorable según el ciclo solar.

Las tierras que flotaban en el intermedio poseían cada una una luna que ascendía y descendía en el cielo sobre su centro, y un sol que orbitaba a su alrededor. Para evitar una colisión interastral, los continentes debían acercarse a través del hueco entre ambos soles, cuando estos se encontraran alejados.

Esa influencia solar dual podía provocar fenómenos naturales caóticos en ambos continentes durante un tiempo, pero como eventualmente los soles ajustaban sus órbitas y se fusionaban, Polvatia aprovechaba ese periodo de inestabilidad para lanzar su invasión.

El objetivo era tomar el control de los principales países del otro continente antes de que la fusión se estabilizara. Esta había sido la estrategia estándar de Polvatia durante los últimos siglos para expandir su territorio mediante la fusión continental.

(Xeniaxen: ¿Tantos siglos llevan haciendo esto y solo tienen una nación dentro de su continente? ¿No dejan pollo con cabeza o qué?)

Un punto crucial a tener en cuenta era alinear el sentido de los ciclos solares. Si se igualaba el sentido de la rotación, la estabilización era más rápida. Existía un registro histórico de una fusión con un continente cuyo sol giraba en sentido contrario al de Polvatia, lo que hizo que la estabilización tardara casi una década.

—Incluso el país más desarrollado del objetivo actual tiene un nivel de civilización equivalente al nuestro de hace cien años. No debería haber problemas para completar la purificación esta vez —observó el sumo sacerdote.

—Sí. Además, la geografía abierta, con amplias llanuras, facilitará el establecimiento de nuestras bases —respondió uno de los altos oficiales sacros, mientras señalaba en el mapa estratégico una de las zonas llanas cercanas a la ciudad más avanzada del continente objetivo, según las observaciones.

—Si hay algo que pueda suponer una preocupación, sería la presencia del héroe enemigo.

—Sí, ha coincidido en el tiempo, lo cual es algo engorroso, pero, por suerte o por desgracia, nuestra heroína esta vez ha resultado inútil.

El sumo sacerdote sonrió con frialdad al pensar que, visto de otro modo, al menos habían encontrado un uso inesperado para ella, aunque solo fuera como entretenimiento.

Una heroína cuyo poder se centraba únicamente en la fuerza física, que no aportaba conocimientos o tecnología de su mundo de origen, no tenía ningún valor para la actual Polvatia. Alicia había sido invocada desde un mundo con un nivel de civilización muy inferior al suyo, por lo que educarla había sido toda una tarea.

—Para los fieles devotos, igualmente puede servir como un símbolo al que predicar, ¿no cree?

—Sí, al menos quedará bien en las ilustraciones.

En Polvatia, se llamaban «héroes» a los seres invocados desde otros mundos. Este término se consolidó debido a que todos los «héroes» aseguraron haber oído una voz que les decía «¡Ven, héroe!» en el momento de su invocación.

(Xeniaxen: Estoy empezando a pensar que esto es una especie de juego de palabras que el autor hace con su propio nombre, Hero Tennki. Es de ser muy egocéntrico, pero ya no me sorprende nada. Entiendo que este «¡Ven, héroe!» que acaba de mencionar es como un «¡Autor, haz lo tuyo!»...)

Idealmente, se trataría de evitar atacar un continente en una época en la que en él habite un «héroe» con grandes conocimientos o poderes. No obstante, el control sobre la navegación continental solo permitía interferir mínimamente en la dirección del avance. Una vez observado un continente cercano, lo único que se podía hacer tras determinar si era viable invadirlo o no era acercarse o alejarse.

Tras la observación, se concluyó que la civilización del continente objetivo de esta ocasión era inferior a la suya. También se descubrió que sus habitantes poseían habilidades especiales, pero se consideró que no podrían oponerse a la tecnología mágica de Polvatia.



En cuanto a las habilidades especiales, existían registros de que, en tiempos antiguos, cuando la tecnología mágica aún no se había desarrollado, los habitantes de Polvatia también utilizaban rudimentarias artes mágicas con su propio cuerpo. Habían interpretado que, con el avance de la tecnología mágica, la capacidad de las personas para manipular la magia por sí mismas fue desapareciendo gradualmente. Creían que esto se debía a que, al volverse posible controlar la magia mediante medios mecánicos, el cuerpo humano evolucionó especializándose en el mantenimiento de las funciones vitales.

De hecho, en los últimos años se había comprobado que la esperanza de vida, la resistencia física, la fuerza muscular y otros aspectos relacionados con la vitalidad general eran superiores ahora que en la época en que la magia se utilizaba directamente con el cuerpo.

—Por cierto, parece que el general militar ha asignado al destacamento de exploración la unidad de reconocimiento compuesta por esos ciudadanos de segunda.

—Parece que valoró el mérito de haber protegido a Alicia. Con suerte, puede que incluso logren engatusar al «héroe» del continente objetivo.

—¿Lo dices en serio?

—Quién sabe... Si resulta ser un «héroe» útil, podríamos considerar integrarlo a nosotros.

Mientras observaban en la pantalla del «espejo de visión remota» la superficie del continente objetivo, el sumo sacerdote y el alto oficial sacro continuaban deliberando sobre la inminente proclamación pública del inicio de la purificación del Continente Impuro, que se haría oficial al día siguiente ante los fieles.



Unos días después, en la playa al norte de Sanc Adiet, la misma que Yuusuke visitó durante unas vacaciones...

Se habían reunido allí varias unidades de la guardia de Fonkrank, entre ellas la Patrulla del Dios Oscuro. Estaban presentes Hivodir, miembro de la Patrulla de Fuego y heredero de la prestigiosa casa Vuolasche (así como principal candidato a prometido de Violet y, al mismo tiempo, alguien en quien Yuusuke depositaba una confianza sincera como buen aliado), junto a la unidad de guardias que comandaba. También Reifold, el espía experto en misiones especiales y conocido por actuar sin dejar rastro, conocido como el autodenominado «habitante del bosque». En esta ocasión, curiosamente, no se escondía. Y una cincuenta de jinetes de la Legión Blanca de Gazetta, así como el propio Rey Shinja y la chamana Ayuukas.

—Blue Garden y Trent Rietta han decidido no enviar representantes.

—Una decisión prudente —respondió Shinja—. Es mejor que esta vez Gazetta y Fonkrank se sitúen en primera línea y los demás se queden en la retaguardia.

—Por eso te digo siempre que un rey no debe ir al frente —comentó Ayuukas, coincidiendo en que era peligroso.

—Je —sonrió Shinja, mientras observaba el mar que se extendía hasta el horizonte.

El capitán oscuro, con su tono ligero habitual, se dirigió al representante de Gazetta y al mismo tiempo alzó la vista hacia la gigantesca sombra que se cernía sobre el océano... o, para ser más precisos, hacia el enorme continente que se aproximaba desde el cielo.

—Desde luego, es enorme.

—Probablemente tenga un tamaño similar al de Kaltcio —respondió Ayuukas.



Hacía unos días... la familia real de Gazetta envió una carta urgente a cada uno de los países, anunciando que, según el augurio de la chamana blanca, se avecinaba una gran catástrofe sin precedentes sobre Kaltcio.

Poco después, comenzó a vislumbrarse en el cielo al norte de Fonkrank la silueta de una enorme isla. Y, durante la noche, empezó a percibirse una tenue luz que parecía provenir de un segundo sol. Eran los primeros signos de una anomalía.

Los reyes de los distintos países, tras recibir la carta con el augurio, enviaron emisarios a Gazetta para obtener información más detallada sobre lo que estaba ocurriendo en Kaltcio. Se les reveló la historia antigua, la verdad sobre el origen de sus tierras, cosa que los sacudió profundamente. Incluso la mentira de los dos mil años de historia de la Fe en los Cuatro Grandes Dioses, ampliamente conocida ya, quedaba eclipsada ante este nuevo hecho: que Kaltcio era un territorio formado a lo largo de eras por sucesivas fusiones con otros continentes. Tal revelación causó un gran impacto.

Algunos reaccionaron con escepticismo, pero no por dudar de la veracidad de la información, sino por desconfiar de los motivos que habían llevado a hacerla pública justo en ese momento. Sin embargo, esas dudas se desvanecieron pronto, ante una realidad imposible de ignorar: el gigantesco continente que se aproximaba por el cielo y la palabra de la chamana:

«Si todos los habitantes de la tierra de Kaltcio no están unidos, la humanidad de este mundo acabará bajo el yugo de los habitantes de esa otra tierra.»

El gran acontecimiento de la llegada de un nuevo continente venía acompañado de un añadido no menos impactante: la amenaza de una invasión desde una tierra de dimensiones equivalentes.

Por supuesto, no faltaban las voces que decían que no se podía asumir tan a la ligera que el otro bando fuera a atacar. Pero, frente a eso, la respuesta fue clara:

—Soy la chamana blanca, tocada por la voluntad del «dios» que impera en nuestro mundo, y a través de ella percibo los fenómenos que están por suceder.

Ayuukas respondió que los gobernantes del otro continente estaban plenamente decididos. No solo planeaban una invasión, sino que estaban acercando deliberadamente su tierra hacia Kaltcio.

¿Podrían enfrentarse con éxito a quienes poseían el poder de mover un continente entero? ¿No sería mejor proponer la paz antes de que se produjera una catástrofe irreparable? También hubo, aunque en menor medida, quienes abogaron por una rendición preventiva. Pero la mayoría apoyó la opción de luchar.

Así, decidieron enviar emisarios a la costa norte, que sería el primer punto de contacto con el nuevo continente, para observar la reacción del otro bando: si declaraban la guerra, exigían la rendición o mostraban disposición para negociar.

Como no se sabía qué tipo de enemigo se presentaría, ni qué método usaría ni con qué intención, se eligieron como emisarios a personas capaces de adaptarse a cualquier escenario. Fonkrank envió a la Patrulla del Dios Oscuro y, dado que en Gazetta el propio rey tenía por costumbre personarse en cuanto surgía un asunto grave, Shinja se presentó también, acompañado por la chamana Ayuukas.



—Eso de ahí es una ciudad, ¿verdad? ¿No es incluso más grande que Sanc Adiet?

—Por lo que he podido augurar, parece que allí funcionan como un único estado.

El continente enemigo se estaba aproximando a Kaltcio desde un ángulo casi perpendicular, lo que hizo que Yuusuke no pudiera evitar pensar que, si chocaban tal cual, las superficies de ambas tierras se estrellarían con consecuencias catastróficas.

—Se dice que el Monte Bouzas de Blue Garden es en realidad una tierra que se dio la vuelta tras estrellarse contra Kaltcio hace siglos...

—¿En serio?

—Es mentira.

Con una sonrisa maliciosa, Ayuukas dejó claro que se lo había inventado. Luego añadió entre carcajadas que, desde luego, no llegarían al punto de que ambos continentes se fusionaran en uno solo. Yuusuke la miró de reojo, medio entornado, pensando: «Tiene narices que gaste bromas en una situación como esta».

Mientras tanto, el resto de miembros de la Patrulla del Dios Oscuro, así como los guardias de Hivodir, estaban boquiabiertos ante la imagen de aquella ciudad enemiga. Desde el cielo, parecía una telaraña gigantesca extendida hacia abajo... Menos uno de ellos, que musitaba como embelesado:

—Una ciudad tan grande... ¡seguro que está llena de chicas monísimas!

—Tú a lo tuyo, ¿eh...?

El comentario de Hinke, siempre rápido para adaptarse a cualquier situación, logró sacarle a Yuusuke una sonrisa de incredulidad.



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