10/06/2024

Black♣Clover - El día libre de los Toros



Ya vamos por la segunda novela. Espero que os esté gustando...


-Xeniaxen



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Autor: Johnny Onda  ♣  Artista: Yūki Tabata



Traducción y revisión : Xeniaxen


♣ 2a novela: Libro de la Orden de Caballeros ♣

Capítulo 1:
El día libre de los Toros


—¿¡Qué...!? —La primera en notarlo fue Noelle Silva.

Desde el ataque a la Capital Real por parte del Ojo de la Noche Blanca, este era el primer día legítimamente libre que tenían. Con un libro de texto sobre magia en la mano, Noelle descendió las escaleras hacia la zona común de la base de los Toros Negros. Así es, hoy era festivo. El primer día tranquilo y normal que habían tenido en mucho tiempo. Aun así, no había nada en particular que quisiera hacer, ni tampoco había ningún lugar en particular al que quisiera ir. Como no quería perderse su entrenamiento, estuvo practicando el control de su poder mágico, pero acababa de terminar hacía un rato. Y Noelle decidió pasar la tarde relajándose fuera de su habitación con una taza de té negro.

—Espera, Asta, me he quedado sin maná. Y en realidad, también estoy débil físicamente...

—¿¡En serio!? ¡¡Entonces hagamos diez series más y ya tomaremos un descanso de cinco minutos luego!!

—¡No! Te he dicho que no tengo maná, y... Espera. ¡¡No vengáis hacia mí de esa manera!!

Dos miembros de los Toros Negros, Finral Roulacase y Asta, que se unió al mismo tiempo que Noelle, estaban afuera entrenando con la magia espacial de Finral. Noelle podía verlos a través de la ventana de la zona común.

Sin embargo, no es que hubiera bajado porque quisiera ver a Asta. Además, no es que estuviera leyendo un libro que parecía difícil porque pensara que la haría parecer más inteligente y, por tanto, más atractiva.

Pero eso no viene a cuento...

¿Qué es esto?, pensó mientras se sentaba en la barra de las bebidas. Sobre la encimera había una figura de arcilla del primer Rey Mago. Además, estaba bastante bien hecha. Tenía su grimorio en la mano y una expresión intrépida con la mirada fijada en la distancia. Estaba tan bien hecha que parecía que podría comenzar a moverse en cualquier momento. A Noelle no le interesaba el arte, pero incluso un aficionado podía darse cuenta de que esta figura era un artículo de rara belleza.

¿Lo habrá hecho alguien y lo habrá dejado aquí para que se seque?

No, eso no podría ser. Puede que la ventilación fuera buena allí, pero aquel era un lugar horrible para dejar la figura. Era la zona común de los Toros Negros, uno de los escuadrones más conocidos, o mejor dicho, más infames, de la Orden de los Caballeros Mágicos. Era la congregación más grande de las personas más peligrosas. En otras palabras, era el peor lugar donde dejar una figura. Habría que estar loco para poner algo tan frágil en un lugar tan peligroso.

¿Debería moverla a un lugar más seguro?

Normalmente, ella era de las que no se meten en los asuntos de los demás, pero la figura estaba tan bien hecha que pensó que, siendo el único miembro del escuadrón con sentido común, debía protegerla. No es que pensara que, al hacerlo, podría contárselo a Asta más tarde, lo que la haría parecer más versada en bellas artes y más amable al mismo tiempo y, por tanto, más atractiva.

Pero eso no viene a cuento...

—Estará más segura en mi habitación —musitó para sí misma. Sin embargo, en el momento en que alargó la mano para coger la figura...

¡¡CRAS!!

Algo explotó en el extremo opuesto de la mesa, lanzando sillas y taburetes por los aires. Lo más probable era que Finral y Asta estuvieran demasiado absortos en el entrenamiento y hubieran volado parte del muro. Una vez que vives allí el tiempo suficiente, aprendes que eso es algo que sucede cada dos días. Así pues, Noelle pudo reaccionar de inmediato.

—Magia de Creación de Agua: ¡¡Nido del Dragón Marino!!

Se acercó la figura hacia ella con ambas manos y oró en silencio mientras formaba una barrera de agua a su alrededor, protegiéndola de la explosión, así como de los escombros y muebles que volaron con ella. Noelle usó su único hechizo estable, "Nido del Dragón Marino". Al principio no podía controlarlo muy bien, pero gracias a su entrenamiento diario, ahora puede implementarlo al menos a pequeña escala.

—¡No dejaré que la rompan...!

Después de esperar a que se calmara la explosión, liberó su hechizo. Como sospechaba, si no hubiera protegido la figura, su vida ya habría terminado.

Deberías estar agradecida..., pensó mientras una sonrisa extrañamente engreída flotaba en su rostro. Miró la figura en sus manos para confirmar su estado y...

—¡...!

Ciertamente logró proteger la figura del impacto de la explosión. Sin embargo, cuando la sostuvo, empujó su cabeza contra su pecho, y la mitad de su rostro ahora no era más que una abolladura con su forma.

—¡¡Disculpad!! ¿Había alguien...? ¡Oh! Espera, ¿¡Noelle!? —Mientras en su rostro todavía tenía la sonrisa de antes, Asta asomó la cabeza por el agujero de la pared y se acercó a Noelle con torpeza—. ¡Lo siento, lo siento! ¡He golpeado la pared con mi espada sin querer! Pero, ¿qué estás haciendo aquí?

—...

Por ahora, Noelle optó por abofetear a Asta.

—¡Ay! ¿¡Por qué has hecho eso!?

—¡C-Cállate! Mira... ¡Mira lo que has hecho!

No estaba mintiendo. Había mucho que procesar, pero no estaba mintiendo.

—¿Qué es esto...?

—No lo sé. Me lo he encontrado aquí. ¡Su cara se ha deformado por la explosión de la pared! ¿¡Qué vas a hacer ahora!?

—Oh, ya veo. Perdón.

Entonces, ¿por qué su cara tiene la forma de tus pechos?, pensó Asta, pero no se atrevió a señalarlo. Noelle todavía tenía una expresión frenética y él no quería que lo volviera a abofetear.

—No lo entiendo muy bien, pero ¿podemos arreglarla, no?

—¿Qué...? ¿P-Puedes?

—Cuando vivía en la iglesia jugaba mucho con barro con los más pequeños. ¡Estoy acostumbrado a este tipo de cosas!

Asta agarró la figura, la colocó sobre la encimera y comenzó a restaurarla con cuidado.

—Como esto está así... Mmmm... Le haré esto en la cara y...

No mentía, es hábil y delicado con los dedos..., pensó Noelle. Asta era realmente de fiar cuando era necesario. Esto fue así incluso durante el ataque a la Capital Real unos días antes. Si Asta no hubiera estado allí, Noelle probablemente habría sido asesinada por ese usuario de magia de cadáveres, Rades. Y tampoco fue solo entonces. Asta la ha salvado innumerables veces.

—Ahora igualo esto y hago esto aquí...

Por supuesto, no había nada especial detrás de eso. Eran parte del mismo equipo, así que, por supuesto, habría momentos en los que él la protegería y ella lo protegería a él. Era una relación de igual a igual. Naturalmente, ella le estaba agradecida, ni nada más ni nada menos. Ella no sentía ninguna emoción especial hacia él ni nada por el estilo.

Bueno... Tal vez solo un poco, pensó. Cada vez que veía a Asta esforzarse tanto por ella, terminaba pensando cosas así.

—¿Hm? ¿Eh? No, esto así no. ¿Eh? Hmmm...

Tal vez podría ser un poco más honesta expresándole mis sentimientos...

—¡Lo siento, Noelle! ¡No puedo! ¡Ahora lo he deformado aún más!

Expresando honestamente sus sentimientos, Noelle abofeteó a Asta.

—¡¡Ayyy!! ¿¡Por qué sigues pegándome!?

—¡Cállate! Eh, espera... ¿¡Qué significa esto!? ¿¡Pensé que habías dicho que lo tenías por la mano!?

—¡Sí, lo hacía a menudo! ¡Pero no se me daba bien!

—¿¡Entonces por qué te ofreciste!? ¡Hubiera sido mejor que no te hubieras entrometido!

—¡Nunca me rindo antes de intentarlo!

—Yo no soy la más apropiada para decírtelo, ¡pero creo que eso depende del momento y la situación!

—Astaaaa, ¿qué estás...? Espera, ¿qué? ¿Noelle? ¿Interrumpo algo? —justo cuando ella estaba discutiendo con Asta, Finral entró a la zona común.

—¿Q-Qué quieres decir con...? Da igual. ¡Mira, Finral! ¡Gracias a vosotros, esta figura ha quedado así de deforme!

—No, no, ya te lo he dicho muchas veces. Soy tu superior, así que a menos que me llames "señor Finral❤" tímidamente y con los ojos vueltos hacia arriba... —Finral caminó hacia ella con su coquetería a todo trapo, pero una vez que vio la figura...— ¿Qué? Oh... E-Esa figura... Espera. Estás de coña... —por alguna razón, Finral comenzó a temblar cuando su rostro se volvió tan blanco como el de un fantasma.

—¿Qué...? ¿No me digas que es muy cara o algo? —le preguntó Noelle, teniendo un mal presentimiento cuando lo vio actuar tan poco coqueto. En respuesta, Finral sacudió la cabeza mientras temblaba.

—El señor Yami... estuvo una semana entera haciéndola...

Y así, en ese momento, la pacífica vida cotidiana de Noelle se desmoronó.

—¿L-La hizo... el capitán... Yami...?

Noelle tardó unos 10 segundos en procesarlo. Aunque es el capitán del peor escuadrón de los caballeros mágicos, Yami es un hombre gigante conocido como el "Dios de la Destrucción". Tal y como lo indica su apodo, tiene una personalidad extremadamente feroz. Si lo aburres, te quiere matar. Si está de mal humor, te quiere matar. Incluso si no haces nada, te quiere matar. Sin exagerar. Su furia es como un desastre natural. ¿Y esa encarnación de la destrucción había hecho una figura tan exquisitamente detallada? Aunque fuera verdad, ¿por qué la dejó en un lugar tan peligroso?

Tenía un número inagotable de preguntas rondándole por la cabeza, pero una cosa estaba clara:

—¿¡Qué vamos a hacer...!? ¡Si lo ve, nos ahogará en los mares de Raque!

Tal y como dijo Finral, a ese ritmo, les esperaba un futuro sombrío.

—¿Que qué vamos a hacer...? ¡A mí no me metáis! ¡Ha sido culpa vuestra por andar por ahí destrozando cosas! ¡Ya os las apañaréis!

—¡Estamos hablando de Yami! ¿¡De verdad crees que le importará lo que le digas!? ¡Te considerará cómplice solo por haber estado aquí con nosotros! ¡¡Seremos comida para peces!!

Actuaban como si hubieran robado dinero a la yakuza (NT: Mafia japonesa.), pero lo único que hicieron fue dañar una de las pertenencias personales del capitán Yami. Sin embargo, Yami no era una persona objetiva, por lo que los tres entraron en pánico. Estaban jodidos. Estaban realmente jodidos. Era poco probable que la cosa llegara tan lejos como decía Finral, pero seguramente el castigo sería duro.

—¡P-Por ahora... tenemos que calmarnos! ¡Recapitulemos!

Al principio Noelle sintió tanto miedo que tenía ganas de vomitar, pero logró calmarse, diciendo eso como si se estuviera dirigiendo a ella misma. Si lo único que hacían era entrar en pánico, entonces el oscuro futuro que les esperaba no cambiaría. Tenían que usar todo su poder para asegurarse de que eso no sucediera.

—¿Dónde está el capitán Yami ahora?

—Salió, pero dijo que no me necesitaba, así que no creo que haya ido muy lejos... Además, dijo que iba a salir a beber con alguien esta noche, así que probablemente regrese antes para prepararse.

Ya veo... Entonces, nuestro límite de tiempo es hoy antes de que anochezca...

Sin embargo, el problema era...

—Finral... ¿te consideras hábil con los dedos?

—Me considero bastante hábil, pero no puedo arreglar algo tan bien hecho...

Ya... Me lo imaginaba.

—¡No, no te rindas tan fácilmente! ¡Lo intentaré yo de nue... UAAGH!

Después de abofetear a Asta una vez más, Noelle comenzó a contemplar sus opciones. Ellos tres no podrían restaurarla. Asta era una causa perdida y ella tampoco era muy hábil. Tendrían que tomar prestado el poder de los otros miembros de su escuadrón.

—¿¡Quién está en la base ahora mismo!?

—Mmmmm... Si no recuerdo mal, Gauche, Charmy, Gordon y Grey están de misión, pero todos los demás deberían estar aquí. Igualmente, ¡pregunémosles a todos!

Finral, que parecía estar pensando lo mismo que Noelle, corrió hacia las escaleras que conducían al pasillo del segundo piso. Así es. Eran los Toros Negros. Camaradas de la misma Orden de Caballeros Mágicos. Y habían superado situaciones mortales una vez tras otra. No había duda de que esta vez también habría alguien que les prestara su poder.

Por ahora, necesitaban encontrar un miembro del escuadrón que fuera hábil... En el momento en que Finral subió corriendo las escaleras...

—¡¡Espera, Luck!! Maldito... ¡¡No puedo creer que hayas cambiado la bandera de mi Crazy Cyclone por una envoltura de almuerzo infantil!!

—¡Ajajá! ¡No te enfades! ¡Así queda más bonita!

—¡No quiero que sea bonita! ¿¡Y qué clase de maldito chalado montaría una escoba tan macarra con una envoltura de almuerzo infantil ondeando!?

—¿Qué...? Ostras, lo siento, Magna. ¿Aún no sabes que estás chalado?

—¿¡Por qué eso es lo único por lo que te disculpas!?

Mientras el fuego y los relámpagos se esparcían a su alrededor, cruzaron la puerta principal de la base hacia el interior.

—¡Devuélvemela! ¿Quieres que te dé una paliza? Espera, ¿qué? ¿Qué pasa con vosotros tres? ¿Qué estáis haciendo aquí? —dijo el honorable hombre que rebosaba macarrismo tanto en apariencia como en comportamiento, Magna Swing.

—¡Vaya, la pared está rota! Chicos, ¿¡por qué no me habéis invitado a vuestro combate a muerte!? ¿¡No somos amigos de batalla!? —dijo el loco competitivo cuya cara de niño no podía ocultar su instinto de batalla, Luck Voltia.

La pareja forma el escuadrón de ataque especial de los Toros Negros.

—Bueno, me venís genial. ¡Ayudadme a darle una paliza a este mocoso de los rayos!

—¡Ajajá, por mí vale! ¡Quien primero se rompa ambos brazos pierde!

Había llegado el peor dúo posible...

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Oh, ya veo.... La figura que hizo el señor Yami... Vaya.

—Pensaba que acababais de presenciar el fin del mundo, pero es aún peor de lo que creía~

No importa cuán peligrosos fueran estos dos, eran miembros de los Toros Negros. En otras palabras, sabían cuán amenazante es Yami. Aunque estaban agitados cuando entraron, cuando Noelle les explicó la situación y les mostró la figura, ambos se sentaron y se portaron bien.

—Ajajá, pero, me pregunto~ ¿por qué el capitán Yami ha dejado algo importante en un lugar tan peligroso? Es obvio que alguien iba a romperla.

Noelle pensó lo mismo antes, pero de alguna manera fue irritante escucharlo de la persona con más probabilidades de romperla. Eso pensó mientras miraba a Luck con ojos llenos de desprecio.

—El jefe... me pidió... —Magna susurró de repente. Estaba temblando y sus ojos parecían los de un cachorro a punto de ser devorado por un depredador.

—¿Qué te pidió...?

—El jefe... me pidió... guardar la figura en su habitación... Pero me olvidé —Magna respondió a la pregunta de Noelle con una voz débil, como si estuviera forzándola para que saliera de sus labios.

—...

Y así, el número de culpables aumentó poco a poco.

—¡Ajajá! ¡Ostras, esta vez te has coronado! ¡Eres el más culpable de los que estamos aquí!

—¡Tú, calla! Justo después de que me lo pidiera, ¡tú empezaste a meterte conmigo! ¡Me parece que también tienes la culpa!

—¡Cálmate, Magna, por favor! ¡No estamos buscando ningún culpable! ¡Estamos buscando la manera de sobrevivir! Intentaré arreglarlo de nue... ¡JUAAGH!

Después de abofetear a Asta una vez más, Noelle miró a Magna con resignación.

—Por si acaso, tengo que preguntártelo, Magna. ¿Te consideras hábil?

—¡No me lo preguntes con esa mirada tan fría...! Pero, bueno, no, soy bastante malo.

El número de culpables no paraba de aumentar, pero ¿por qué el número de personas que podían ser de ayuda no paraba de disminuir?

—Entonces, Luck, ¿qué hay de ti...?

Al igual que con Magna, tampoco tenía muchas esperanzas cuando le preguntó a Luck, pero decidió intentarlo igualmente. Sin embargo...

—¡Ostras! Lo habéis dejado hecho un Cristo~

Antes de que se diera cuenta, Luck se puso delante de la figura y ¡comenzó a tocarla sin ningún miramiento!

—¡O-Oye! ¿¡Qué estás haciendo!?

Inmediatamente, Noelle se movió para detenerlo. La figura ya parecía como si la hubieran abofeteado. No cabía duda de que si dejaba que ese loco competitivo la manipulara, sería víctima de otro acto de violencia. Esto es lo que pensó, pero...

—¿Qué...?

Luck movió hábilmente sus delgados dedos, restaurando cuidadosamente la figura. A diferencia de Asta, no solo parecía estar acostumbrado a hacerlo a menudo. Aunque fue lento, el rostro de la figura comenzó a volver a la normalidad.

—¿Qué...? ¡Es increíble, Luck! ¡No sabía que eras tan bueno!

—Bueno, es la primera vez que lo hago, pero es muy divertido. Es como amasar órganos internos —Luck respondió a Finral mientras trabajaba constantemente para restaurar el rostro del primer Rey Mago.

Ciertamente, fue sorprendente que fuera tan hábil. Pero a decir verdad, su magia de rayo requiere tanto una tremenda concentración como un control minucioso. Quizás un trabajo de precisión como este era capaz de sacar a relucir sus verdaderas habilidades.

Justo cuando todos vieron un rayo de esperanza...

—Eh... Luck, ¿qué pasa? —preguntó Asta mientras abría mucho los ojos.

Las manos de Luck de repente dejaron de moverse y comenzó a temblar.

—Ah, no, lo siento...

Luck se secó el sudor y, mientras, su rostro se oscureció con una sonrisa temeraria...

—Si lo aplasto hasta destrozarlo... ejejeje, ¿el capitán peleará conmigo? Se me ha ocurrido eso y se me ha empezado a ir la cabeza...

Esto les recordó a todos la razón por la que este tipo estaba en los Toros Negros: a pesar de ser extremadamente bueno en todo, era por su falta de humanidad.

—¡No nos jodas, bicho raro! ¡Si vas a cruzar la línea, hazlo tú solo!

—¡E-Eso, Luck! ¡No se trata solo de ti! Si quieres hacer algo así, no involucres a nadie más, ¿¡vale!?

—S-Sí. Es verdad. El oponente es muy peligroso. Pensándolo así...

Después de que Magna y Finral lo reprendieran, Luck restauró su humanidad y volvió a ponerse a restaurar la figura.

—Oh, pero... Jej. ¿Q-Qué tipo de ataques usaría conmigo?

Sin embargo, una ola de su instinto de combate continuó invadiéndolo de vez en cuando. Cada vez que sucedía, su esbelto cuerpo comenzaba a temblar y una sonrisa aterradora flotaba en su rostro. Parecía un maníaco, pero, a su manera, luchaba contra sus deseos internos.

—¡¡Venga, esfuérzate!! ¡No puedes perder! ¡Luck, tienes que ganar la batalla!

—¡E-Es verdad! ¡No dejes que te controle! ¡Puedes hacerlo! —Noelle saltó detrás de Asta.

¿Qué tipo de ánimos son esos?, pensó Luck, pero él era el único que podía hacerlo. Necesitaba mantenerse cuerdo hasta que completara la restauración.

—N-No os preocupéis, Asta, Noelle. Estoy bien —Luck se volvió hacia los dos que lo estaban animando frenéticamente y sonrió. No era su sonrisa habitual, pero no había malicia en ella. Fue una sonrisa llena de bondad.

—Soy vuestro superior, así que... Tengo que proteger a los novatos... lo mejor que pueda.

—Luck... —Noelle no pudo evitar pronunciar el nombre de Luck. Él asintió una vez en respuesta y volvió a la restauración.

Luck se dio cuenta después del incidente en la mazmorra: es más divertido hacer cosas con más gente que hacerlas solo. Hay un límite en lo que uno puede hacer solo, pero juntos podían hacer mucho más. A veces se sentía un poco presionado estando con los demás, pero incluso eso podía resultar divertido.

Así es, ahora comprendía lo divertido que era. De hecho, puede que hiciera mucho tiempo que lo notaba, pero inconscientemente erigió un muro en su mente y fingió que no se daba cuenta. Ni más ni menos, sus amigos de los Toros Negros rompieron ese muro por él. Por eso, cuando tenían problemas, él tenía que ayudarlos. Al ayudarse los unos a los otros de esta manera, ahora podía realizar incluso las cosas que antes no habría podido hacer solo...

—...

Entonces, Luck de repente dio un paso atrás y dejó de moverse.

—¿Q-Qué te pasa ahora?

—¿Qué...? Ah, no... jej, jejej.

La voz de Noelle estaba llena de preocupación, pero Luck respondió:

—Si rompo la figura... podremos luchar todos juntos contra el capitán Yami. Se me ha ocurrido eso y se me ha empezado a ir la cabeza otra vez...

Su rostro había sido completamente invadido por el rostro sonriente de un monstruo regido por sus instintos de combate.

—Ya veo. Pues basta ya. Da igual que no la arregles. ¡Aléjate de la figura! —declaró Noelle, expresando los pensamientos de todos después de que entendieran que Luck no tenía remedio. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Mientras Luck colocaba sus dedos en el rostro de la figura...

—Jaj, jajaj...

Tomó su cabeza y la estiró.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Oye, oye, Magna~ Desátame~ Me portaré bien. Me pica la cabeza.

—¡Cállate, idiota! ¡Te mataré! ¡Te mataré, capullo!

Después de que su instinto de batalla lo superara, Magna usó su "Magia Restrictiva de Fuego: Formación Sólida de Ataduras de Fuego" para amarrar a Luck. Todos formaron un círculo alrededor de la figura, cuyo rostro ahora estaba completamente destruido. Sus expresiones eran muy parecidas a las que la gente tenía en un funeral.

—Hm... Supongo que ya estábamos jodidos antes, pero esto es completamente insalvable, ¿no? —Aunque esas palabras básicamente significaban sus muertes, Finral no pudo evitar pronunciarlas.

Deformada por delante y por detrás, ahora era imposible restaurar la figura. Luck había aplastado su cara por ambos lados, había perdido por completo su forma original. En lugar de restaurarla, tendrían que recrear su rostro desde cero.

Y ninguno de ellos era capaz de realizar un trabajo de precisión como ese...

—Uaah... Esto es lo peor. Se suponía que iba a ir a una fiesta mañana por la noche. ¡En lugar de preocuparme por si podré traer a una chica a casa mañana, me estaré preocupando por si todavía estaré vivo en ese momento...!

—¡No te rindas tan fácilmente! Voy a intentarlo de nue...

Noelle pensó en abofetear a Asta nuevamente, pero este se protegió con tal velocidad que optó por girar su mirada hacia el rostro de la figura (o más bien, lo que alguna vez fue su rostro).

—Tienes razón... Es demasiado pronto para darnos por vencidos. Todavía hay tiempo antes de que regrese el capitán Yami, así que intentémoslo un poco más.

Aunque no era tan terca como Asta, Noelle también era terca para darse por vencida. El rostro de la figura ya no conservaba su forma original, pero el resto estaba bien y tenían tiempo de sobras. Dejando de lado sus preocupaciones, Noelle se concentró una vez más en lo que podían hacer para restaurarla.

—¿Hmmm...? ¿Estáis hablando de mí?

Sin embargo, de repente, había llegado su fin.

—¡El c-capitán Yami...! —susurró Asta.

El que emergió de la entrada principal de la base...

—Sí, he vuelto, idiotas.

Era Yami Sukehiro... el capitán del peor escuadrón de los caballeros mágicos, el hombre al que llaman el "Dios de la Destrucción", el hombre cuya furia es como un desastre natural.

—¿Qué os pasa? ¿Tengo monos en la cara? Me estáis poniendo nervioso, ¿podéis parar?

Mientras entraba crujiendo su grueso cuello, todos se encontraron incapaces de hacer nada más que mirar, con sus rostros de un blanco fantasmal.

Habían sido ingenuos...

Desde el principio, la idea de que tenían tiempo hasta el atardecer había sido solo una ilusión. Siempre había existido la posibilidad de que regresara antes, por lo que deberían haberse movido de sitio antes de comenzar con la restauración. Habían sido demasiado ingenuos.

—Parad ya. ¿Cuánto tiempo vais a seguir mirándome? Sé que soy atractivo, pero...

Mientras todos estaban perdidos en sus sentimientos de arrepentimiento, Yami comenzó a caminar hacia ellos, pero...

—Espera, ¿qué...? ¿Qué demonios...? ¿Por qué Luck está atado? ¿Qué ha pasado?

Se detuvo cuando su atención se volvió hacia Luck. Al ver su oportunidad...

—¡C-Capitán! ¿¡Dónde estaba!? Estaba practicando con Finral y su magia espacial, y, emmmmm... ¡Hemos hecho una cosa increíble, así que hemos pensado que se lo queríamos mostrar! —Asta actuó y dijo eso mientras corría hacia Yami. Al mismo tiempo, le guiñó un ojo a Noelle: Todavía no se ha dado cuenta de la figura, así que no te rindas.

—¡...!

Al darse cuenta de sus intenciones, Noelle se escondió la figura detrás. Al mismo tiempo, intercambió miradas con Finral y Magna, quienes respondieron con un pequeño asentimiento. Aún no habían terminado. Era demasiado pronto para darse por vencidos. Encontrarían una manera de salir de allí y mantener la figura oculta.

—¿Qué? Ni de coña. Me da pereza solo pensarlo. Deberías saber que me importan un bledo esas cosas. Solo me hicieron capitán por mi atractivo, ¿sabes? —dijo Yami mientras comenzaba a caminar hacia ellos una vez más. Sin un momento de demora...

—¡No! ¡Pero lo que descubrimos es una pasada! ¡Lo digo en serio!

—¡Señor Yami! ¡Es un puto flipe! ¿Que qué tiene de flipe, dice...? ¡Todo! ¿¡No es un flipe!?

Finral y Magna intercedieron, hablando de una manera que sonó totalmente forzada. Mientras, Noelle intentó rodearlos por un lado. Fue una brillante jugada de equipo. Con esto, la figura ya no estaría en el campo de visión de Yami.

O al menos, eso era lo que se suponía que iba a pasar...

—Tu vocabulario sí que es para flipar... ¿Qué habéis roto?

—¡¡!!

Los rostros de todos se congelaron en una sonrisa falsa.

—¿R-Roto...? ¿Eh? ¿Q-Qué quiere decir? —Noelle tenía la garganta seca cuando respondió. Yami no debía haber podido ver la figura, entonces, ¿¡por qué...!?

—Sabéis de lo que estoy hablando —Yami arrugó las cejas para que su rostro pareciera el de una máscara Hannya (NT: Es un tipo de máscara utilizada en el teatro japonés, que retrata las almas de mujeres que se han convertido en demonios debido a la obsesión o los celos.)—. La pared. La puta pared. Habéis vuelto a abrirle un boquete. —Levantó uno de sus gruesos dedos y señaló la pared derribada.

—¡Ah...! ¡Lo siento! ¡Estábamos tan concentrados en el entrenamiento! ¡Lo arreglaremos enseguida! —Asta quedó completamente petrificado antes de lograr asentir mientras se estremecía. 

Yami chasqueó la lengua mientras avanzaba con desdén hacia las escaleras.

—Por supuesto que lo haréis. Cagüen. Voy a echarme una siesta, así que más os vale que esté arreglado cuando me despierte.

Por el momento, estamos a salvo. La tensión de todos disminuyó al pensar eso, pero, en ese momento...

—Ah, es verdad. Chicos, ¿habéis visto la figura del primer Rey Mago que dejé ahí?

—¡¡...!!

La peor pregunta que podría haber hecho llegó en el peor momento posible.

—¿Eh? Ah, no. Perdón. Le dije a Magna que la guardara en mi habitación.

—Ah... B-Bueno... —Magna murmuró mientras sus ojos se movían a una velocidad increíble. Era inútil. Era malo mintiendo y actualmente era el que más cerca estaba de experimentar la ira de Yami, por lo que no podía formar palabras. Además, ni Noelle ni nadie más parecían poder encontrar una buena excusa. ¿¡Qué coño hago ahora...!?

—Oye~ Magna, la guardaste en mi habitación, ¿no?

Justo cuando todos guardaban silencio, un bote salvavidas llegó desde un lugar inesperado.

—¿Qué...? —susurró Magna mientras Noelle levantaba la mirada hacia el pasillo del altillo en el segundo piso. No estaba segura de cuándo apareció, pero allí estaba otra miembro de los Toros Negros, Vanessa Enoteca.

—Dijiste que no te atrevías a entrar a la habitación del capitán sin permiso y me pediste que te la guardara en la mía, ¿no? —con una botella de vino en la mano, bajó las escaleras y le guiñó un ojo a Magna—. ¿No es así, Magna?

—¡Ah... sí! ¡Así es! ¡Entrar en la habitación del señor Yami me da cag... respeto!

Su actuación fue, como mucho, de un 30 sobre 100, aferrándose al bote salvavidas que Vanessa le echó. No sabía cuáles eran sus intenciones, pero parecía que al menos quería ayudarlos.

—Hmm. Bueno, da igual. ¿Puedes devolvérmela para guardarla en mi habitación?

—¿Qué? ¡Es que está muy bien hecha, quiero verla un poco más! ¿No te sientes halagado?

—No... Ya la has mirado más que suficiente, ¿no? La has visto muchas veces —negó Yami, pero, según su expresión, sorprendentemente no estaba tan molesto como implicaban sus palabras.

Puede que lo llamaran Dios de la Destrucción, pero se alegraba cuando la gente elogiaba algo que había hecho él. Vanessa lo sabía y por eso habló con su característica voz enfermizamente seductora.

—¡Déjeme verla un poco más! ¡Me gusta mucho cómo le hizo la cara! ¡No me canso de mirarla!

—No... Tampoco está tan bien... Bueno, sí que centré todo mi empeño en la cara. ¿En serio te parece que me quedó tan bien? —dijo Yami mientras se relajaba un poco.

Como pensaban, se había esforzado mucho en hacerla, por lo que sentía una cantidad proporcional de apego a ella. Desafortunadamente, el rostro de la figura ahora era increíble, en un sentido completamente diferente de la palabra.

—Cagüen. Entonces no hay remedio. Si insistes tanto, de acuerdo. Iba a hacerle algunos retoques finales antes de echarme la siesta, pero puedo hacerlo después, así que ¿me la vigilas hasta entonces? La entregaré esta noche.

—¿Qué...? ¿Se la va a dar a alguien? —Noelle no pudo evitar preguntar.

Había pasado mucho tiempo haciéndola, pero si quería regalarla, entonces tal vez no estuviera tan apegado a ella después de todo. Esa era la débil esperanza que tenía Noelle cuando preguntó. Yami asintió en respuesta y dijo:

—Sí. Voy a visitar a ese noble tieso y aburrido, así que pensaba regalársela como detalle para desearle que se recupere.

—¿En... serio? —Noelle de alguna manera logró articular su respuesta mientras una enorme cantidad de sudor goteaba de su frente.

Eso significaba que habían dañado de gravedad la figura en la que Yami había puesto tanto empeño por Fuegoleon, quien todavía estaba postrado en cama debido a sus graves heridas. Todo lo que hizo eso fue confirmar la desesperación de su situación actual.

—Bueno, taxista, cuento contigo para que me despiertes cuando llegue el momento~

—Ah, sí...

Yami tocó el hombro de Finral antes de dirigirse a su habitación.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Madre mía... Había notado que estabais en apuros, pero no pensé que la cosa fuera tan mala... ¡Jajaja! Casi se me ha pasado la resaca —dijo Vanessa con una sonrisa irónica mientras tocaba el rostro aplastado de la figura.

Después de que Yami se fuera a su habitación, reanudaron sus intentos de restaurar la figura, con Vanessa ahora como cómplice. Esta vez, Magna, Luck y Finral hicieron guardia fuera de la habitación de Yami para controlar sus movimientos y evitar otro encuentro cercano con el infierno como el de antes.

—¡Uff, nos has salvado, eh! ¡Si no fuera por ti, ya estaríamos en el otro barrio!

—¿Qué dices? Somos un equipo, ¿no? ¡Nos ayudamos los unos a los otros cuando alguien se mete en problemas! —Vanessa se rió de buena gana mientras revolvía el cabello de Asta.

Ella no entendía lo que estaba pasando, pero Noelle y los demás parecían derrotados, por lo que enseguida se acercó para ayudarlos. Puede que no pareciera más que una borracha, pero era muy confiable a la hora de la verdad. Era una superior de mente joven y con una disposición de hermana mayor.

—Aun sin saber lo que estaba ocurriendo, ¡has cambiado las tornas con mucho ingenio!

—Hmm, bueno. La verdad es que me hacía una idea de lo que había ocurrido... —A pesar de los elogios de Noelle, Vanessa tenía una expresión algo culpable en el rostro—. Estuve bebiendo con el capitán en la zona común hasta esta mañana, y le dije: "Por favor, muéstreme la figura que hizo~" y le obligué a traerla aquí... Así que estaba aquí por mi culpa.

Oh... Ella también tiene parte de culpa.

—Entonces, ¿puedes arreglar la figura, Vanessa? —Noelle cambió de tema y le preguntó, pensando que tal vez podría restaurarla, ya que manejaba una magia muy delicada, pero...

—Quizá lo habría podido hacer antes, pero ahora que está tan mal, es inútil. En realidad, el capitán puso tanto empeño en hacerla que apuesto a que notaría a la mínima si alguien la toca.

Tenía razón... Como último recurso, Noelle planeaba que Finral usara su magia espacial, "Portal del Ángel Caído", para acudir a un artesano, pero tal y como dijo Vanessa, ni siquiera eso funcionaría. Aunque restauraran la figura, los cortaría en dos cuando notara que alguien había tocado su obra de arte. Sin embargo, con eso, se habían quedado sin opciones...

—Entonces... ¡hagamos esto! —Vanessa abrió la bolsa de tela que había traído antes de su habitación y sacó lo que había dentro.

—¿Qué es esto...?

Sobre la encimera, Vanessa colocó un jarrón blanco con un diseño sencillo y común. No parecía nada especial, pero...

—¡Es el instrumento mágico Ret-Urn! Si le introduces un objeto roto, ¡lo repara automáticamente! ¡Es un instrumento mágico maravilloso!

—¡¡Oh!!

Su nombre era un poco cutre, pero eso no viene al caso.

—¡Es genial! ¡Qué haríamos sin ti, Vanessa!

—Pero, ¿va en serio? Parece demasiado bueno para ser verdad...

A diferencia de Asta, que lo celebró sin restricciones, Noelle miró el jarrón con escepticismo. Para decirlo claramente, pensó que era una solución totalmente de pacotilla.

—Bueno, si lo que hay que arreglar es más de la mitad del objeto, entonces el instrumento no funciona. Pero como solo se le rompió la cara, debería servir. Además, se lo compré a Domina, por lo que tiene que funcionar seguro.

—Ya veo...

Tenía un nombre horrible, así que no podía venir de nadie más que de Domina. Domina era una artesana de instrumentos mágicos, a quien conocían por varias razones. Era un poco difícil lidiar con su personalidad, pero Noelle tenía fe en sus capacidades.

—Pero no es tan simple. Este tipo de instrumento mágico requiere ciertas condiciones para activarse... Se necesita un "ritual". Y el ritual consiste en verter maná sobre él, para que lo transforme en magia y la utilice para restaurar el objeto.

—¿Entonces qué tenemos que hacer...? —Al escuchar una palabra tan esotérica como "ritual", Noelle preguntó en respuesta a las palabras de Vanessa.

Tal vez podía aceptarlo, pero al pensarlo, realmente parecía imposible que un instrumento mágico pudiera arreglar algo roto. Si el pago era tan grande, entonces también debía haber un riesgo alto.

—En resumidas cuentas, necesitamos reproducir la cantidad de esfuerzo que Yami invirtió en hacer la figura.

—¿La cantidad de esfuerzo...? —Noelle repitió como un loro las palabras de Vanessa, quien asintió en respuesta.

—Es un poco difícil de explicar, pero... Yami se ha esforzado mucho en hacer esta figura, ¿no? Pues nuestro ritual para restaurarla tiene que igualar el empeño que él le puso.

La explicación fue un poco ambigua, pero no tanto como para que Noelle y Asta no pudieran entenderla. Habían roto algo en lo que otra persona había puesto mucho empeño. Era justo que tuvieran que hacer el mismo esfuerzo para repararlo, y parecía que el ritual consistía en "esforzarse".

—No, aun así... Aunque digas que nos esforcemos tanto como el capitán Yami... No sabemos exactamente cuánto trabajo le llevó, y tampoco sabemos qué es lo que tenemos que hacer...

—Eso también está estipulado. Hay cinco rituales en total. Si los completamos y nos esforzamos tanto como Yami mientras lo hacemos, en teoría restauraremos la figura —mientras Vanessa respondía la pregunta de Asta, sacó un pequeño trozo de pergamino del jarrón—. Y los rituales son...

Una vez que miró el pergamino, hizo una mueca bastante difícil de comprender. Al ver su reacción, Asta y Noelle temieron lo peor.

—Ya lo pensaba... Va a ser muy difícil, ¿no? —incapaz de soportar más la espera, Noelle le preguntó a Vanessa, quien seguía con una expresión complicada.

—En vez de "difícil", yo diría que va a ser "peculiar"... Bueno, estamos hablando de Domina, así que probablemente lo hizo un poco complejo para evitar que se abuse del jarrón... —Después de eso, Vanessa pareció fortalecer su determinación cuando dijo—: Os lo leeré en voz alta. El primer ritual para activar este instrumento es...

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Magia de Fuego: ¡Disparos Explosivos de Bolas Flamígeras! —chilló Magna, lanzando bolas de fuego mágicas con un amplio movimiento por encima de su cabeza—. ¡Toma yaaaaaa!

Las bolas de fuego volaron por el aire con una trayectoria inestable. Asta las golpeó todas y cada una de ellas en un instante con su gran espada negra, anulando algunas de ellas, devolviendo otras hacia Magna y cortando otras por la mitad.

—¡Asta! ¡Yo también, yo también! Magia de Rayo: ¡Orbe Eléctrico Demoledor!

Inmediatamente después de lidiar con las bolas de fuego de Magna, Luck arrojó una bola de rayos a la espalda de Asta. Era, sin duda, el lugar más desfavorable al que Luck podía apuntar a Asta, pero con una sonrisa beligerante en su rostro:

—¡¡Uaaaaaahhhhh!!

Con un gran movimiento, giró sobre sí mismo y con una postura terrible y una torsión de espada, cortó la bola de rayos en dos.

Fue una batalla de práctica tan intensa que un movimiento en falso podría haberle provocado lesiones graves. Fue en un bosque un poco más lejos de la guarida, donde llevaban un tiempo reproduciendo ese feroz intercambio de ataques.

—¡Está bien, se acabó...! ¡Podéis parar! —les gritó Vanessa, que los observaba desde la distancia.

Después de hacerlo, la batalla se detuvo en un instante y los tres corrieron hacia ella, siendo Luck el único de los tres que parecía decepcionado de que todo hubiera terminado.

—¿¡Cómo lo hemos hecho, Vanessa!? ¿¡Lo hemos completado!?

—Esperad un segundo. ¡Nos lo notificará en cualquier momento!

Vanessa respondió a las súplicas desesperadas de Asta mientras ella también miraba fijamente el jarrón, con tanta atención que sus ojos estaban inyectados en sangre. Cada vez que completaran una de las tareas, debería aparecer una marca en forma de diamante en el jarrón. Mientras todos esperaban ver aparecer la marca, Finral se rascó la cabeza con incredulidad.

—Hmm... ¿De verdad esto que estamos haciendo es un ritual?

Así es... Tal y como dijo Vanessa, todos los rituales eran bastante peculiares. Bueno. En lugar de "peculiares", la palabra "extravagantes" los describiría mejor. Era difícil imaginar que se trataba de rituales asociados con un instrumento mágico ya que, en lugar de un manual impreso, simplemente estaban garabateados en un trozo de pergamino.

Aparte de eso, no tenían nada más de qué depender, por lo que todos se mostraron escépticos cuando comenzaron el primer ritual: "Ir con todo en una pelea con magia durante un período de tiempo preestablecido". Por cierto, este ritual estaba destinado a reproducir la "pasión" que se había invertido en la figura al hacerla, pero...

—¿Cómo decirlo...? No suena para nada como un ritual para un instrumento mágico, y siento que hay otras maneras de hacerlo...

—Cállate, Finral. Si quieres quejarte, ve a buscar a Domina, que ella es quien hizo el... ¡Oh!

Como reacción a la conversación entre Finral y Vanessa, el jarrón comenzó a brillar con una luz pálida.

—¡Síííííííí! ¡Lo hemos completado a la primera! Espera, ¿qué...? —Asta proclamó la victoria.

Pero no brotó ningún diamante del jarrón. En lugar de ello, aparecieron unas letras. Decían así...

[ Chico macarra → Tú no sonreías, así que volved a empezar. ]

—¿Ah, sí? ¡Conque esas tenemos! ¡¡Te voy a destrozar!!

—¡Espera, Magna!

Magna estaba a punto de patear el jarrón, pero Asta saltó y lo inmovilizó por el cuello.

—¡Suéltame, Asta! ¡¡Hubiera pasado por alto que hubiera criticado mi técnica, pero que no le haya gustado mi cara me cabrea!!

—No, bueno, yo tampoco lo entiendo, ¡pero debe de haber alguna razón detrás...! ¿¡Qué es esto, Vanessa!?

Asta no pudo pensar en una buena respuesta, así que le pidió ayuda a Vanessa. Después de pensar durante unos segundos, finalmente pareció que se le había ocurrido algo.

—Lo siento... Puede que haya una condición más para el ritual. —Con una expresión incómoda en su rostro, sacó el trozo de pergamino una vez más—. "El arte va más allá de la dificultad y el dolor. Por tanto, debes sonreír como si lo estuvieras pasando en grande cuando realices este ritual." Eso es lo que dice aquí...

La próxima vez que vea a Domina, le daré un buen sopapo, pensó Noelle. Justo cuando Noelle decidió eso, junto a ella, Magna gritó:

—¿¡Qué clase de condición es esa!? Además, si estaba escrito, ¡debiste habérnoslo dicho antes!

—¡L-Lo siento! ¡Era tan ridículo que pensé que Domina estaría borracha o algo así cuando escribió eso ahí!

Probablemente estaba borracha cuando lo escribió todo, pensó Noelle.

—Además, aunque te lo hubiera dicho desde el principio, ¿¡habrías podido hacerlo!?

—¡Por supuesto que sí! —Magna se echó hacia atrás los cabellos plateados de los que estaba tan orgulloso, arqueó las cejas, abrió sus agudos atigrados ojos lo más que pudo y, finalmente, su boca dibujó una siniestra y retorcida sonrisa. El resultado fue una de las caras sonrientes más espeluznantes que jamás se haya visto—. ¿¡Qué te parece!? Si lo hubiera sabido desde el principio, habría completado el ritual seguro, ¡ya te lo digo! —dijo enojado mientras seguía sonriendo, pero apareció otro mensaje en el jarrón.

[ Chico macarra → Tu sonrisa es una mierda. ]

—Vale, lo pillo... ¡Quieres que te haga polvo de porcelana!

—¡¡Otra vez, cálmate!!

Asta saltó hacia Magna, que estaba a punto de lanzar una bola de fuego al jarrón, para detenerlo una vez más. Después de eso, reemplazaron a Magna por Finral y completaron el ritual.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Luego, para el segundo ritual, regresaron al comedor de la guarida, donde las mujeres llevaron a cabo la siguiente tarea.

—¡Oye! ¡He hecho mi receta de curry especial, así que será mejor que te lo comas!

—¡Yo también he hecho un curry especial!

Este ritual tenía como objetivo recrear la "originalidad creativa" que el autor había usado para moldear la figura: "Usar la magia para hacer un plato creativo, y comerlo todo después (debe haber lo suficiente para servir a la cantidad de personas que te acompañan multiplicada por cinco)."

Al igual que antes, el ritual era extraño, pero mucho menos difícil que el anterior. Después de todo ese entrenamiento de combate, se morían de hambre. Luck fue a hacer guardia solo en la habitación de Yami, pero, afortunadamente, era una tarea cuyas condiciones podían cumplirse incluso con una persona menos. Si solo era eso, entonces debían poder hacerlo sin problemas.

—Oye... ¿Es una broma de mal gusto, borracha? ¿Por qué tu guiso es de color morado? Los hilos que has utilizado para unir la carne están flotando. Parecen gusanos.

—¿E-Esta es tu receta de curry especial, Noelle? Hmmm... Todo lo que veo es el agua de un color marrón feo... ¿Mediste bien el agua al añadirla?

Bueno... Todo habría ido bien si las mujeres de los Toros Negros hubieran tenido alguna habilidad femenina. Todos los menús de la guarida de los Toros Negros se cocinaban con el hechizo "Magia de Creación de Algodón: Ovejas Cocineras" de Charmy, por lo que si las otras mujeres de los Toros Negros no sabían cocinar no pasaba nada. Tampoco es que Magna y Finral supieran cocinar, así que...

—¡Cállate, delincuente virgen! ¡He usado un poco de serpiente morada para realzar sutilmente el sabor! Además, los hilos son mis hilos mágicos que se me han caído sin querer, ¡así que es todo salubre! ¡No te vas a morir por comerlo!

En lugar de realzar sutilmente el sabor, la serpiente provocó que el plato emitiera un olor a putrefacción. Combinado con los restos de su hilo mágico, su plato difícilmente podría considerarse "comida".

—Es curry. Soy de la realeza y os digo que es curry, así que es curry.

La palabra "realeza" no es tan omnipotente como para convertir esto en curry..., pensaron Finral y Magna, mirándose entre ellos.

—Chicos, si no os lo vais a comer, ¿¡me puedo quedar vuestra parte!?

—¿Qué...?

Asta tomó los platos de comida (si se les podía llamar así) frente a ellos. Cuando lo miraron, vieron que ya tenía una infinidad de platos amontonados frente a él.

—¡Veis! ¡Os dije que era comestible! —dijo Noelle triunfalmente mientras lo miraba.

Le molestaba un poco el hecho de que la palabra "comestible" fuera la vara de medir para sus habilidades como cocinera, pero eso no venía al caso.

—¿C-Cómo está, Asta? ¿Q-Qué piensas de cómo cocino...? —murmuró Noelle mientras le preguntaba a Asta.

No había ningún significado especial detrás de su pregunta. Era solo que quería sentirse más motivada si alguien elogiaba su cocina, en lugar de tener que seguir preparando comida sin escuchar la opinión de nadie. Eso es todo...

—¡Sí! ¡Es totalmente comestible! —con su habitual sonrisa enérgica, Asta respondió a Noelle, quien se inquietó un poco, pero él continuó—: ¡Después de todo, crecí en una iglesia! Sea lo que sea, ¡es de mala educación comer algo y mostrar que no te gusta! ¡Eso es lo que me enseñó la hermana Lily!

—¡¡No seas tan sincero!!

Gracias a los esfuerzos de Asta, completaron el segundo ritual.

Y así, después de eso, todos continuaron realizando un extraño ritual tras otro.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Completaron el tercero, diseñado para recrear la "copia" inherentemente asociada a la creación de una obra de arte: "Imitar a la persona que está a tu lado con magia."

—¡Yuujuuu! Finral~ Dispárame tu magia tan rápido como quieras, ¿vale~?

—¿¡Por qué hablas como si fuera un depravado!? Yo no lo hago así, Vanessa... Espera, hmm... ¡No me rendiré! No te metas conmigo, ¿¡eh!? ¡T-Tú, pervertida!

—¡Finral! Yo tampoco hablo así... Espera... Y-Yo no... ¿¡No hablo así, nooooooo!?

—Hm, oye, cap... p-pullo... Ey...

Empezando desde el principio...
  • Vanessa estaba imitando a Finral.
  • Finral estaba imitando a Asta.
  • Asta estaba imitando a Noelle.
  • Y Noelle estaba imitando a Magna.
Noelle estaba tan avergonzada que pareció que estuviera a punto de llorar en dos ocasiones distintas, pero lograron completar el ritual.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Completaron el cuarto ritual, diseñado para recrear el "ascetismo" inherentemente asociado con la creación de una obra de arte: "Usar magia para romper una gran cantidad de botellas de vino caro."

—¡Vanessa! Entiendo cómo te sientes, pero, por favor, ¡danos tu vino! ¡No tenemos tiempo para comprar de nuevo!

—¡M-Me niego! Sin ellas... no tendré nada por lo que querer despertarme mañana, ¿vale?

A pesar de las desesperadas súplicas de Asta, Vanessa se aferró llorando a sus botellas de vino como si fueran sus propios hijos. Al verla así, los demás se alejaron de ella, pero Magna se acercó y dijo con un tono grave:

—Cuando terminemos los rituales, deberías ir de cabeza al médico, borracha pervertida...

Después de dejar la guarida sin vino caro (la mayor parte, perteneciente a Vanessa), completaron el ritual.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

Y completaron el quinto ritual, diseñado para recrear la "expresividad" inherentemente asociada con la creación de una obra de arte: "Usar magia para realizar un truco para fiestas y mostrarlo."

—C-Con esto... hemos terminado —dijo Finral demacrado después de usar su magia espacial "Técnica Secreta: ¡Deja de golpearte!".

El grupo terminó el último ritual en el mismo lugar donde comenzaron, en el valle del bosque donde estaba la guarida.

—Sí... Pero no nos queda tiempo para repetirlo.

Tal y como dijo Magna, el sol se estaba poniendo por el oeste, preparándose para que cayera la noche. No quedaba mucho tiempo antes de que tuvieran que despertar a Yami. Todos miraron el jarrón como rezando.

—¿Qué...?

Mana rebuscó dentro del jarrón, y...

—Jajaja... Chicos, ¡mirad! Esto significa que lo hemos completado, ¿no? Lo hemos hecho, ¿no? —gritó Finral mientras sostenía el jarrón en alto en el aire.

El último diamante había aparecido en el jarrón, sumando cinco en total.

—¡Toma ya! ¿Ahora qué, jarrón capullo? ¡¡Completamos todos los rituales!! —lloró Magna con lágrimas varoniles mientras celebraba a su manera macarra. ¡Y ahora sí que estoy sonriendo de verdad!

—¡Lo logramos! ¡Hurra! Ajajá. ¡Eso significa que mañana podremos volver a pelear! —Luck le dio unas palmaditas en el hombro mientras expresaba sus peligrosos pensamientos en voz alta.

Mientras tanto, Finral y Vanessa chocaron los cinco.

—Bien hecho... —Noelle cayó al suelo tambaleándose. La ansiedad la había acompañado durante todos los rituales. Viéndolo en retrospectiva, todos habían sido cómplices hasta cierto punto. Sin embargo, la primera que abolló la figura fue ella. Por eso, sentía una gran responsabilidad por todo lo sucedido. Nadie le echó la culpa, pero eso le hacía sentirse más culpable. Con esa carga liberada, y sabiendo que los demás no se verían involucrados en su metedura de pata, sus piernas finalmente cedieron.

—¿Ves? ¡Te lo dije, Noelle! —Asta extendió su mano hacia Noelle y sonrió con su sonrisa habitual—. Hay que intentarlo para conseguirlo, ¿no?

—Tontasta... Esta situación no se parece en nada a lo que decías antes— replicó Noelle, desviando la mirada de su rostro.

Ciertamente pensaba que asumir cualquier desafío sin darse por vencido era una virtud, pero esa actitud también tiene sus riesgos. Hay ocasiones en las que hacer las cosas de esa manera puede hacerte perder incluso más que si te rindes y ya.

Sin embargo...

—Bueno, aun así... Tienes razón.

Noelle tomó la mano de Asta y la apretó mientras se levantaba. También hay ocasiones en las que, después de intentarlo una y otra vez sin miedo al fracaso, uno puede alcanzar la victoria. Estaba segura de eso. Tal vez ella simplemente era mala para darse por vencida, pero, aun así, esto había sido el resultado de su fuerza de voluntad. Sus acciones dieron sus frutos. Por eso, Noelle...

—Esta vez, te dejaré ganar...

Pudo sonreírle a Asta y decirle eso...

¡E-Espera...! Estaba tan absorta que... ¡¡tomé la mano de Asta!!

—¡Aun así, qué alivio! ¡Todo lo que tenemos que hacer es poner la figura en el jarrón ahora! —Justo cuando el rostro de Noelle se sonrojó de un rojo puro, Finral se acercó alegremente a ellos—. ¿Dónde la tienes, Noelle?

Tenían miedo de que se rompiera nuevamente, por lo que no trajeron la figura con ellos y optaron por que alguien la escondiera en la guarida. Ese papel le fue asignado a ella, pero...

—En la zona común, detrás de la barra... —Así es... Para que Yami no la viera, la escondió detrás de una botella de licor. Mas...— La puse temporalmente encima de la barra cuando estábamos reuniendo el vino para el ritual.

Así era. Ni más ni menos. Para que Vanessa, que se resistía a que le destruyeran las botellas, no rompiera la figura, Noelle la movió y, provisionalmente, la colocó en el borde del mostrador.

—Y... después de calmar a Vanessa, se quedó ahí mientras nos preparábamos para el siguiente ritual... —Noelle empezó a sudar—. Y... me la... olvidé.

—¿¡QUÉ!?

La sensación de logro que todos sentían desapareció en un instante y el miedo a la muerte se apoderó de ellos una vez más.

—¡No jodas! Hemos hecho todo esto y tú... ¿¡Cómo has podido olvidarte de algo tan básico!?

—¡L-Lo siento! Estaban pasando muchas cosas. ¡A-Además, nadie más se dio cuenta!

—¡UAAAAAH, estamos jodidos! ¡Yami entrará en la zona común con un poco de té o algo así en cualquier momento! ¡Estamos muy jodidos! ¡Seremos comida para peces!

—¡N-No pasa nada! ¡Le diré que es culpa mía! Así... el capitán Yami y yo... ¡Ajajá, AJAJAJAJÁ!

Magna gritaba mientras se tiraba del pelo, Noelle gritaba mientras sollozaba, Finral gritaba mientras se arrastraba por el suelo y Luck gritaba con una sonrisa en la cara. El sentido de unidad que tenían antes ahora había desaparecido por completo. Solo visualizaban la imagen del infierno.

—¡C-Calma! ¡Aún no estamos acabados! —Vanessa logró calmarse lo suficiente para decir las palabras que ella misma necesitaba escuchar—. Por ahora... volvamos a la guarida.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Hmmmm... Sí, no pasa nada. El capitán Yami no ha bajado aún.

—Vale... Vamos.

Después de que Luck usara su percepción de maná, Vanessa indicó a todos los demás, que estaban escondidos entre los arbustos, que comenzaran a avanzar hacia la entrada del escondite.

—¡Ajajá! Aunque no estoy seguro. ¡Estamos hablando del capitán, así que podría estar ocultando su maná y esperándonos en la puerta principal!

—Por favor... No digas eso tan siniestro —Vanessa calló a Luck, pero no pudo evitar imaginar la figura de Yami asomando cerca de la barra, con una expresión tan furiosa como la de una máscara Hannya y con maná negro rezumando de su cuerpo—. Voy a abrir la puerta...

Sacudió la cabeza para deshacerse de la imagen y puso la mano en la puerta principal. Después de que todos asintieran afirmativamente, ella abrió lentamente la puerta...

—No está...

Al principio, solo asomó la mitad de su cara por la puerta, pero pronto siguió la segunda mitad cuando confirmó que el capitán no estaba en la zona común. Parecía que, de alguna manera, habían logrado evitar la situación que más temían.

—¡Bien! Entonces, vamos, deprisa, pongamos la figura en el jarrón... —Asta tomó la iniciativa y se dirigió hacia la figura, pero entonces...

—La~ ¡Por fin habéis vuelto! ¡Comamos juntos! ¿Tenéis hambre?

—Has estado comiendo todo el tiempo durante la misión, frentuda.

—Son Charmy... y Gauche.

No los había oído desde la entrada, pero Charmy Pappitson y Gauche Adlai estaban sentadas en el sofá de la zona común, pasando el rato.

—B-Bienvenidos... ¿Ya habéis terminado la misión?

—Sí, la terminamos y regresamos hace un rato~ ¡Estábamos jugando con esto mientras esperábamos que volvierais~! —mientras sostenía la comida con una mano, usó la otra para señalar la mesa—. ¡Mirad lo que ha hecho Gauche! ¡Es increíble!

Lo que estaba encima de la mesa era...

—No es increíble. Lo increíble es la belleza de Marie... mi hermana y Diosa de la Salvación.

—...

Era una figura de arcilla de Marie perfectamente elaborada. Gauche la recogió, con la nariz sangrando.

—Os dejaré admirarla. Oye, oveja ignorante, da la vuelta y póstrate ante su belleza revolucionaria.

—Déjame preguntarte esto, por si acaso... —Vanessa puso una voz terriblemente grave cuando le preguntó a Gauche, quien tenía una expresión engreída—. ¿De dónde habéis sacado la arcilla...?

—¿Eh? ¿Esto? —Gauche señaló hacia la barra—. Alguien lo dejó allí. Parecía el primer Rey Mago, pero bastante deforme, así que lo convertí en una figura de Marie. Seguro que la arcilla lo agrade... ¡UAAGH!

Antes de que pudiera terminar de hablar, Vanessa corrió como loca hacia él y le dio un rodillazo en la cara.

—¿¡Qué estás haciendo, borracha pervertida!? ¡Podrías haber manchado a Marie con la sangre de mi nariz!

—¿¡Quieres que haga que te sangre la nariz durante el resto de tu vida!? ¿¡Entiendes... lo que has hecho, obseso!?

Tal y como había explicado anteriormente, más de la mitad del cuerpo de la figura de arcilla ahora estaba alterado, por lo que el jarrón ya no podría repararla. En otras palabras, esta figura, que había sido transformada completamente en una figura de Marie, ya no podría dejar de ser una figura de Marie. Si la ponían en el jarrón, seguiría siendo Marie...

—¿¡Y ahora qué hacemos!? ¡Devolvedme mi vino, joder!

—¡Para, Vanessa! ¡Estás siendo egoísta enfadándote por esto!

Vanessa agarró el cuello de la camisa de Gauche, pero Asta se apresuró a detenerla. Mientras observaba cómo se desarrollaba esta escena, Finral cayó de rodillas.

—¡Oh, no...! ¡Oh, nooooo! ¡Estamos acabados! ¡Esta vez sí que estamos acabados! —exclamó Finral, tirándose del pelo.

Todos los demás pronto lo siguieron como una reacción en cadena y, una vez más, reinó el caos. Sus reacciones fueron tan extremas que parecía que hubieran sido elegidos para ser sacrificados al diablo, a pesar de que lo único que hicieron fue romper las pertenencias personales de alguien.

—Chicos... No entiendo lo que está pasando, pero calmaos. Mirad, observad el rostro de Marie y os sentiréis en paz. Vale, puede que sea adictivo, pero hace efecto enseguida.

—¿¡Tenéis hambre!? Probad esto. ¿Queréis?

Justo cuando Charmy y Gauche se unieron al caos, de repente...

—Chicos... Es muy tarde, ¿no? Os dije que me despertarais.

Los oídos de todos se agudizaron al escuchar los pasos de la destrucción.

—S-Señor Yami... —dijo Finral dijo como si acabara de presenciar el fin del mundo.

La causa de esos pasos, Yami, se frotó los ojos adormilado mientras bajaba las escaleras. Sin planes de repuesto, todos se encontraron incapaces de hacer nada más que temblar de miedo.

—Sí, el señor Yami está aquí. Y como no despertaron al señor Yami, el señor Yami casi llega tarde. El señor Yami se ha tenido que espabilar y... ¿eh?

En poco tiempo, todos se encontraron cara a cara con Yami, quien se quedó helado durante unos dos segundos cuando vio la figura sobre la mesa.

—¿Qué? ¡No me digas que esa es la figura del primer Rey Mago que...!

—¡¡Perdón...!! —más rápido de lo que Yami pudo terminar de hablar, Noelle corrió frente a él y, con gran vigor, inclinó la cabeza—. Han pasado muchas cosas y ha terminado así, pero... ¡la primera en meter la pata fui yo! ¡T-Todo es culpa mía!

Así es. Ella fue la primera en causar un daño directo a la figura. Los demás solo se involucraron por ella. De hecho, terminó terriblemente deformada porque intentaron arreglarla. Pero ella era la verdadera culpable del crimen. Si se ponía a sí misma en el centro antes que los demás, tal vez la ira cayera solo sobre ella. Esto es lo que pensó mientras se preparaba para dar más detalles, pero en ese momento...

—¡¡¡¡Perdón!!!! —las disculpas de sus compañeros de escuadrón resonaron en el área común.

—¿¡Qué...!?

—¡Por mucho que Noelle no hubiera estado allí, fui yo quien rompió el muro! ¡En realidad Noelle protegió la figura de la explosión! ¡¡Si vas a matar a alguien, mátame a mí!!

—En realidad, si no hubiera abierto un agujero espacial en un lugar tan extraño, la pared no se habría roto... ¡P-Pero, señor Yami, por favor... mañana! ¡¡Por favor, déjeme vivir lo suficiente para ir a la fiesta de mañana!! ¡Se lo ruego! ¡Se lo suplico!

Junto con Asta y Finral, los demás pulularon alrededor de Yami.

—Sí, pero todo eso da igual, soy yo el que destruyó más la figura. ¡Ajajá! ¡Pelee a muerte conmigo, capitán!

—No, desde el principio, ¡fue culpa mía no guardar la figura en su habitación de inmediato! ¡Guaaah! ¡¡No soy indigno de ser su mano derecha!!

Mientras Luck y Magna gritaban, Vanessa también tenía una expresión de angustia.

—Ya que estamos, entonces fui yo quien le pidió que me mostrara la figura. Por eso toda la culpa es mía... pero, ¡se lo ruego! ¡Antes de ejecutarme, déjeme tomar un trago! ¡Estoy... en serio, en mi límite!

—Realmente no sé qué está pasando, pero fui yo quien modificó la figura por completo y la convirtió en una persona completamente diferente. Supongo que es mi culpa... Aunque, bueno, la ternura de Marie también es criminal.

—Pero, pero... Yo te miré sin decir nada. ¡Así que yo también tengo la culpa...! Ah, pero no quiero que me quite la comida como castigo...

Finalmente, Gauche y Charmy saltaron a la refriega y la situación se desmadró. Probablemente era imposible saber quién estaba equivocado.

—¡Oye, Noelle...! ¡No te disculpes tú sola! —en medio del caos, Asta le susurró enojado a Noelle y le dio un ligero golpe de kárate.

—¡Ay!

—¡Todos cometimos algún error, así que nos disculparemos todos juntos! ¡No te adelantes!

—E-Eso no era para nada lo que quería hacer...

Noelle iba a objetar, pero se lo pensó mejor y... Incluso desde el principio, nadie había intentado culpar a nadie. Todos simplemente intentaron reparar la figura como si también fuera su problema.

—No cargues con todo tú sola. ¡Comparte algo de culpa con nosotros!

—...

Noelle se dio cuenta por segunda vez ese día... Aquí todos pensaban que los problemas de los demás eran también suyos. Por un solo miembro de su escuadrón, se movilizaban todos. Los Toros Negros eran ese tipo de grupo. Ella ya estaba acostumbrada a ser parte de un grupo así, y aun así...

—L-Lo sé... Pero no lo digas con esos aires de grandeza.

Noelle sintió ganas de llorar de nuevo, pero por una razón completamente diferente a la anterior. Apenas pudo pronunciar su respuesta antes de que Asta le devolviera su gran sonrisa habitual.

—¡Bien, pues! Disculpémonos todos una vez más... ¿vale?

El capitán Yami, sin decir palabra, se acercó a la figura que estaba sobre la mesa y, de repente...

¡¡BAM!!

Rompió la figura en pedazos con su gran puño.

—¿¡¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!?!?

Todos (especialmente Gauche) quedaron impactados por el repentino y extraño comportamiento del Dios de la Destrucción.

—Qu... ¿Qué... es eso...?

—¿Está... volviendo a... la normalidad?

Como dijeron Vanessa y Noelle, la arcilla comenzó a brillar con una luz tenue a medida que gradualmente se reconstruía hasta formar una persona. Unos momentos más tarde, volvió a su forma original de primer Rey Mago.

—¿Qué...? Perdone, señor Yami, ¿qué ha sido eso...? —después de un silencio prolongado, Finral le preguntó a Yami hecho un flan.

Yami se puso un cigarrillo en la boca y respondió:

—Es un instrumento mágico. Recuerda la forma de la primera vez que lo moldearon. No importa cuánto se modifique o se cambie de forma. Si se rompe completamente, como acabo de hacer, vuelve a su forma original.

—Entonces... ¿Quiere decir que...?

Yami encendió una cerilla y prendió su cigarrillo. Dejó escapar una bocanada de humo y habló de la misma manera casual de siempre.

—No habrá castigo. Para empezar, no habéis roto nada.

—¡...!

Después de escuchar tal intercambio entre Finral y Yami, Noelle no pudo evitar clamar la victoria. Los demás también dejaron escapar un enorme (verdaderamente enorme) suspiro de alivio.

—Qué alivio... ¡Jajaja, menos mal! ¡Mañana seguiré vivo! ¡Podré ligar con las chicas! ¡Podré ir a la fiesta! —exclamó Finral, levantando ambas manos en el aire.

Mientras tanto, Magna, con lágrimas en los ojos...

—¿Q-Qué? ¿Qué me pasa...? ¡Al darme cuenta de que mañana podría ver amanecer de nuevo, de repente, estas lágrimas...!

—Sí... Bueno, vuestra actitud de antes ha sido buena. Ahora entiendo muy bien lo que pensáis de mí —dijo Yami mientras miraba a Finral y Magna antes de volver su mirada hacia Noelle—. Bueno, al igual que esta figura, por mucho que lo hayan destrozado, el noble tieso y aburrido se recuperará. Al menos, ese es el increíble mensaje que quería que tuviera mi regalo... Si no fuera un instrumento mágico, ni de coña lo hubiera dejado en un lugar tan peligroso como este. Lo habría guardado yo mismo.

—Ahí tiene razón... —Noelle se encontró incapaz de hacer nada más que asentir. Después de todo, tenía toda la razón.

—Así que nos apresuramos a sacar conclusiones, ¿eh...? Ahora que lo pienso, eso significa que hemos desperdiciado mi vino en vano, ¿¡no!?

—Jajaja. Estamos a salvo, así que no importa, ¿no? ¡Podemos comprar más vino juntos más tarde!

Vanessa se enfureció una vez que se dio cuenta, pero Finral la calmó con una sonrisa irónica. Por cierto, Noelle no se sentía ni feliz ni irritada, pero tampoco vacía. Quizás, tal y como dijo Finral, la sensación de alivio derivada del hecho de que ahora estaban a salvo había superado todas las demás emociones. Eso es todo lo que sintió, y algo más...

¡Comparte algo de culpa con nosotros!

Si no fuera por esa simple idea, nunca habría escuchado las palabras de Asta. Probablemente tampoco le habría tomado la mano nunca. Por eso, pensó que las cosas estaban mejor ahora.

—¿Eh? ¿Qué pasa, Noelle? ¿Tengo algo en la cara?

—Hm... ¿Qué? ¿¡Qué dices!?

Al darse cuenta de que inconscientemente estaba mirando a Asta, apartó su mirada presa del pánico.

—Ah, lo entiendes todo... mal. Estaba distraída y... ¡no es lo que crees! ¡Tontasta!

—¡Ay! ¡Eso duele! ¿Por qué me pegas? ¡Basta de violencia sin sentido!

—En serio... ¿Por qué me teníais tanto miedo, de todos modos? Aunque la figura no hubiera sido mágica, no me habría enfadado tanto con vosotros.

Mientras observaba a Asta y Noelle, Yami se dirigió lentamente hacia la barra.

—Puedo moldear la arcilla que quiera, pero no puedo reemplazar a idiotas como vosotros, así que no habría armado tanto escándalo por algo tan insignificante.

—¡S-Señor Yami...!

Estoy bastante seguro de que habría armado un gran alboroto, en realidad..., pensó Finral para sí mismo, pero estaba tan conmovido por el ambiente que se había creado que tuvo que secarse las lágrimas de la cara. Esta vez, tal vez fueron ellos quienes armaron demasiado escándalo. Puede que el equipo tuviera entendido todo lo contrario, pero Yami no era tan violento ni irracional. Era un capitán tolerante y considerado con los sentimientos de los miembros de su escuadrón.

—¡L-Lo siento de verdad por no haberle despertado a tiempo...! ¡Vamos, señor Yami! ¡Lo llevaré a donde quiera!

—¿Hm...?

Justo cuando Finral se acercaba a Yami, Yami inclinó la cabeza.

—Oye, ¿qué pasó con el licor que guardaba allí?

—Ah, ¿el licor que había en la barra?

Finral miró de reojo a Vanessa, que todavía estaba deprimida, y dijo con una sonrisa irónica:

—Bueno, durante uno de los rituales que hicimos para restaurar la figura, terminamos rompiendo todas las botellas. Jajaja. Pero podemos comprar más enseguida, así que...

—Una de esas botellas era "Ryuuzencagula", un vino muy raro y caro que solo me envían una vez al año.

—¿Qué...?

En ese caso, todos lo sintieron en la piel.

—Había sacado mi Ryuuzencagula con cuidado, ¡con mucho cuidado!, para la fiesta de esta noche... y lo había colocado sobre la barra.

La cálida atmósfera que habían logrado desapareció en un instante, reemplazada por un escalofrío cada vez más infernal.

—Mmm. Ya. Entonces lo habéis roto, ¿no? Mi vino favorito... Mhm.

El aire alrededor de Yami se volvió negro como la boca de un lobo. Todos sabían lo que vendría a continuación.

—Eh, ¡espere...! S-Señor Yami... ¡Eh! ¿Qué pasa con... lo que ha dicho antes...? —en un último intento por protegerse, Finral logró sacar de alguna manera esas palabras mientras temblaba de miedo.

—¿Qué he dicho antes...?

—S-Sí. Q-Que no le daba mucha importancia... a que alguien rompiera algo material...

—Aaah, eso. —Yami se acercó a la barra, su expresión tan iracunda que parecía un demonio, y su maná negro rezumando por todo su cuerpo—. ¿Eso dije?

Al final, aprendieron que el Dios de la Destrucción realmente sí que era violento e irracional.

♣ ♣ ♣ ♣ ♣

—Y por eso... he tenido que traer este vino barato. Lo siento —se disculpó Yami mientras llenaba la copa del hombre sentado frente a él.

Los separaba una mesa cuadrada, y el hombre se había sentado enfrente como si fuera a entrevistarlo para un trabajo.

—Ya veo... Bueno, no pasa nada.

Ese hombre era el actual Rey Mago, Julius Novachrono. Bebió el vino que le había servido y puso una sonrisa irónica. Después de visitar a Fuegoleon, Yami se había dirigido al cenador del patio de la sede de los caballeros mágicos. Allí se encontró con Julius, y comenzaron a beber juntos.

—Y, ¿qué les hiciste a esos jóvenes Toros Negros después?

No me digas que los ahogaste en serio en la playa de Raque..., pensó Julius para sí mismo mientras preguntaba. Yami sonó completamente indiferente cuando respondió:

—No sé. Les dije que dieran 80 vueltas corriendo alrededor de la guarida e hicieran 40 series de 70 flexiones, abdominales, sentadillas y burpees, así que probablemente ahí sigan.

Julius pensó para sí mismo que debía aumentarles un poco el sueldo a todos los Toros Negros, al menos por este mes. Hablaría con el departamento de contabilidad más tarde. Podría figurar en su nómina como "cuidado muscular".

—Pero... como siempre, tu equipo está bastante unido. Se les da bien trabajar juntos.

Romper una de las pertenencias de su capitán... Ese hecho por sí solo fue suficiente para que actuaran como una fuerza monolítica, y todos hicieron todo lo posible para resolver el problema. Además, no tenía nada que ver con sus trabajos como caballeros. Todo eso fue durante su tiempo libre. Todo solo por el miedo que le tenían a Yami... No, aunque la influencia de Yami en este caso fue ciertamente grande, su trabajo en equipo fue muy fluido. Si no hubieran confiado los unos en los otros desde el principio, no habrían podido cooperar juntos tan rápidamente.

—Ojalá el resto de escuadrones de caballeros mágicos fueran como el tuyo...

—¿Qué? ¿Quiere que copien mi forma espartana de entrenarlos?

—No. No es eso. —Si dejaba que Yami entrenara a los otros escuadrones, la Orden de los Caballeros Mágicos se convertiría en la Orden de los Músculos—. Estaba hablando de la confianza mutua y de la capacidad de cooperar que tiene tu equipo. Quiero que todos se lleven tan bien como ellos, cosa que no pasa en los otros escuadrones —dijo Julius con tristeza mientras agitaba ligeramente el contenido de su copa.

Los escuadrones de caballeros mágicos reciben "estrellas" en proporción a sus logros y actividades. Al hacerlos competir entre sí para ganar la mayor cantidad de estrellas, la motivación de cada caballero aumenta. Sin embargo, por otro lado, es innegable que esto ha contribuido a fomentar la falta de cooperación entre ellos. A pesar de que todos son camaradas y forman parte de la misma Orden de Caballeros Mágicos, se han obsesionado tanto con ganar estrellas que algunos han comenzado a intentar burlar a sus propios compañeros. Aunque cooperaran fantásticamente entre sí, su competitividad se ha convertido en un obstáculo que hace que se influyan negativamente entre sí.

Obviamente, no todos son así, pero cada escuadrón de los caballeros mágicos tiene a alguien de esta calaña, y eso preocupa a Julius.

—Además... acabamos de ser atacados por el Ojo de la Noche Blanca. Nos han declarado su firme intención de luchar contra nosotros, por lo que debemos volvernos un bloque más que nunca. Pero... todavía no hemos llegado a ese punto.

—Bueno, de eso se trata. No puede esperar que todos empiecen a llevarse bien solo porque se lo diga usted.

—Jajaja... Estás hablando como si no te incumbiera —Julius se rió cuando escuchó a Yami hablar de una manera tan indiferente.

—Pero, en realidad, no creo que sea un problema que deba preocuparnos. Cuando llegue el momento de luchar, creo que todos se darán cuenta de que deben dejar de lado sus sentimientos y cooperar.

—Bueno, quizá tengas razón...

Para cuando todos se den cuenta, quizá sea demasiado tarde..., pensó Julius, aunque también sintió que Yami podía tener razón. En ese momento, no era un problema grave. Podría ser una buena idea observar la situación actual antes de tomar medidas concretas. Si tuviera que hacer algo en este momento, sería...

—Podría... pedirles a otros escuadrones que observen la forma en que el tuyo hace las cosas, para que puedan seguir el ejemplo —susurró Julius.

—¿Mhm...? Disculpe, ¿ha dicho algo? —preguntó Yami mientras se servía vino en su copa.

Julius esbozó media sonrisa y sacudió la cabeza.

—No, no es nada... —Y tomó un sorbo de vino. Ciertamente, sabía a barato. Aun así, Julius no era demasiado exigente con el alcohol y, aunque lo fuera, no se habría quejado—. Ahora bien... Hacía mucho tiempo que no tomábamos una copa juntos, así que dejemos de hablar de trabajo. —Si ignoraba sus posiciones oficiales en el trabajo, Julius pensaba en Yami como un hermano pequeño, o tal vez incluso como un hijo. Por muy malo que fuera el vino, le supo delicioso porque lo bebieron juntos—. Dime, ¿cómo te han ido las cosas últimamente?

Y así, el tiempo pasó hasta bien entrada la noche mientras hablaban.

—¿Hm...? Oye, Yami, ahora que lo pienso... —Julius abrió una segunda botella de vino mientras continuaban conversando—. Bueno... Con tu habilidad para leer el Ki de la gente, debiste saber que estaban ocultándote algo, ¿no?

—Ah, sí —asintió Yami ante la pregunta de Julius—. Me di cuenta, pero parecía interesante, así que los dejé nadar libremente por un tiempo.

—...

En lugar de solo este mes... tal vez debería darle un aumento a su equipo durante el resto del año.



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