22/10/2022

Re:Monster - 492, 493, 494



¡Feliz viernes! ¿Todavía es viernes en algunos países, no?

-Xeniaxen



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Novela original en japonés por: 金斬児狐 (Kanekiru Kogitsune) 

Re:Monster


Traducción: Xeniaxen



Día 492


Basado en la información que cuidadosamente recopilamos del líder del grupo de la avanzadilla —para ser precisos, era el segundo al mando del conjunto de enemigos, ya que estaba por debajo del hombre tigre, que era el cabecilla—, el niño hormiga y yo nos dirigimos a una ciudad cercana llamada Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio.

Es una ciudad para comerciantes dirigida por la [Unión de Comerciantes], una coalición de siete familias líderes de comerciantes, las [Siete Grandes Familias de Comerciantes], y es un lugar donde se pueden intercambiar diversos bienes. Se dice que si tienes suficiente dinero, puedes conseguir cualquier cosa allí. De hecho, puedes conseguir de todo, desde necesidades diarias hasta bienes ilegales.

En un lugar así, no hay razón por la que no haya una organización clandestina que haga cosas ilegales. La organización [IA Depardose], con la que el chico hormiga tiene una estrecha relación, también parece tener aquí su cuartel general.

Mientras recopilábamos información sobre la estructura biológica de esos individuos híbridos, un amable hombre bestia nos habló con gran detalle sobre la organización [IA Depardose]. Nos indicó quiénes eran sus principales miembros y nos dio la ubicación de su base, de sus activos ocultos y de sus oponentes. Realmente obtuvimos una gran cantidad de información. Sin embargo, no podíamos simplemente creerlo todo, ya que podría haber falsas verdades ocultas, por lo que necesitábamos obtener información más detallada asaltando algunas de las bases donde se reunían los miembros.

Necesitábamos recopilar información pero, por el momento, nos estableceríamos en Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio, y luego urdiríamos un plan para el resto del viaje. Afortunadamente, con el golemkrad podríamos llegar pronto, esta tarde o mañana como máximo.

Con el chico escondido entre los suministros que habíamos adquirido, nos abrimos paso a través del bosque.

Descubrí que la carne de un hombre tigre bien entrenado era sorprendentemente deliciosa. Su sabor era aún más pronunciado cuando se acompañaba con gubri, un licor caracterizado por ser espeso y oler muy fuerte.


Día 493


Cuando llegamos cerca de Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio, encontramos un camino ancho asfaltado que parecía bastante transitado. Nos facilitó bastante el camino. De hecho, había un flujo regular de tráfico en lugar de un tráfico desordenado, como si hubiera una regla para conducir por el lado izquierdo de la carretera.

Seguimos un carro que se dirigía a la ciudad y lo vimos al alba. Un largo muro de piedra se extendía a izquierda y derecha, probablemente para proteger la ciudad de los monstruos, y en el camino que conducía adentro había una magnífica puerta de piedra.

Había mucha gente saliendo, pero también gente como nosotros tratando de entrar, y muchas colas. Sin embargo, pudimos proceder con mayor facilidad de lo esperado, ya que los porteros armados en la puerta fueron muy afables. Cuando fue nuestro turno, nos asignaron a un guardián humanoide con rasgos de araña, que nos exigió una tarifa de entrada bastante alta. Realizamos el pago sin problemas, ya que teníamos suficiente dinero de nuestro viaje para vivir sin problemas durante un tiempo. Después de eso, pasamos por un procedimiento simple de reconocimiento. Aparentemente, usan el dinero de la tarifa de entrada para pagar el mantenimiento de las instalaciones y de las fuerzas de seguridad que intervienen en caso de haber disputas entre los comerciantes y los locales o para tratar con quienes cruzan la línea, como asesinos y ladrones.

Escuché que hay algunas vías ilegales para entrar y salir a un precio mucho más bajo, pero como por ahora no nos hace falta y desconocemos el procedimiento, accedimos por la vía legal.

Lo primero que me llamó la atención sobre Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio, a la que pudimos entrar mucho más fácilmente de lo que esperaba, fue el bulevar de adoquines que se extendía en línea recta desde la puerta hasta el otro lado. En medio de la calle pasan grandes bestias de cuatro patas y carros tirados por golems, y en los lados izquierdo y derecho de la calle hay grandes tiendas construidas con ladrillos donde venden y compran diversos productos. También hay una gran variedad de personas entran y salen.

Mientras admiraba la animada escena, me entró hambre, así que fuimos a una cafetería en la calle principal. Allí comencé a observar la multirracialidad con el chico hormiga.

Hay un verdadero sinfín de razas... Si tuviera que describir la ciudad en una frase, sería esta.

Vimos un padre y un hijo de hombres oso. Llevaban un montón de carne ahumada a sus espaldas, en grandes trozos. Luego nos fijamos en un hombre y una mujer con rasgos de una mezcla de abeja y ciempiés. Con sus fuertes exoesqueletos parecían soldados, pero por la forma en que se movían probablemente solo eran personas comunes. A su lado, había un hipopótamo con seis patas tiraba de un carro donde iba un anciano con una capa hecha de minerales. Transportaba una gran cantidad de mercancías, y había docenas de carros similares detrás. También vimos un enano pequeño y peludo con un barril de vino más grande que él sobre sus hombros, tarareando una melodía. Olía tan rico que me entraron ganas de ayudarlo.

Entre otros, había especies que el chico hormiga no conocía, pero el grado de orden de la escena resultaba casi hipnótico.

Sin embargo, donde hay aspectos positivos también los hay negativos. Las calles principales están llenas de productos relativamente saludables, pero si vas a los callejones traseros, también hay tiendas y productos un poco más extremos. Si buscas un poco, probablemente no es difícil encontrar mercancías peligrosas. Y en lugares así no pueden faltar las organizaciones clandestinas.

Después de observar un poco y llenar nuestros estómagos, decidimos salir a caminar. Quiero ir a una tienda de información de la que he oído hablar.


Día 494


Compré algunos conocimientos básicos sobre la vida aquí de un buen informante con el que entré en contacto, así como información sobre buenos restaurantes, buen licor y sobre lo que rodea a [IA Depardose]. Me costó bastante caro. Pero me lo compensaron con muchos detalles. Como no teníamos suficiente dinero en efectivo, decidimos vender algunas de las gemas que habíamos extraído. Hubo un poco de lío acerca de cómo pagarlas, lo que llevó a que nos dieran información útil de forma gratuita, así que valió la pena.

En poco tiempo, el informante eventualmente transmitirá a la organización el hecho de que compramos información sobre ellos, pero aún así fue genial saber sobre el enemigo antes de que las cosas se salieran de control. Por ahora, haremos planes para atacar su fortaleza de manera razonable. Tenemos mucho trabajo por hacer.

Lo primero que hicimos fue ir al Banco de Comerciantes, administrado por la Unión de Comerciantes, en el centro de Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio. Es un edificio bastante grande. Allí improvisamos para crear una cuenta bancaria y una tarjeta mágica especial para nuestra nueva asociación comercial, la Compañía de la Lanza Ebria – Drunk Lance. El procedimiento fue sorprendentemente fácil. Cualquiera puede crearse una tarjeta, así que probablemente nos tomó menos de cinco minutos. Sin embargo, nos pidieron la información de autenticación personal, como muestras de sangre, huellas dactilares y pruebas de poder mágico. Lo registraron todo en un artículo mágico de almacenamiento enorme. Nadie más podría usar la tarjeta si la información física no coincidía, por lo que la seguridad era perfecta. Incluso si la pierdes, te la pueden volver a emitir, por lo que no suelen haber robatorios y usos no autorizados.

Una vez creada la cuenta, fuimos a una gran joyería en la calle principal, Lignadro Jewelers, y vendimos las gemas. Hicieron unas flores artificiales con ellas. Eran una gran cosecha y nos las pagaron muy bien. Cada flor era tan delgada que se podía ver a través de ellas, pero eran hermosas y delicadas. Podrían haber hecho algo más útil con ellas, pero como no era para mí decidí no ser demasiado codicioso. Me realizaron el ingreso al instante a través de la tarjeta mágica. Miré la cantidad y efectivamente la cifra había aumentado. Ahora soy rico por fin.

Por cierto, la tarjeta mágica solo se puede usar en Sectoriad, la Ciudad del Libre Comercio, donde se encuentra el banco. No se puede usar fuera, pero parece ser una práctica común aquí, ya que se intercambian constantemente grandes cantidades de dinero, para evitar el robo de efectivo y simplificar los trámites. El informante me dijo que no le gustaba el hecho de tener que llevar las joyas consigo cuando le pagué. Era un buen informante, pero no un buen luchador, por lo que probablemente no quería llevarlas para evitar ser atracado. O tal vez simplemente le daba miedo, o tal vez no quería dañarlas y hacer bajar su valor. De todos modos, supongo que pensó en nuestra futura relación, así que me sugirió que me hiciera una tarjeta.

En fin, después de obtener el dinero, pasé por Baños Karari para quitarme la suciedad del cuerpo y aliviar el cansancio que habíamos acumulado. Pasamos alrededor de una hora allí. Había bañeras grandes, algunas de las cuales eran comunes y otras medicinales con hierbas, que encontré sorprendentemente agradables. Después de refrescarme, me puse ropa limpia pagando un servicio adicional en la casa de baños.

Luego fuimos a una tienda de ropa de alta gama en la calle principal, llamada Leray Mondeau. Era una tienda establecida desde hace mucho tiempo y parecía tener buena reputación. Los clientes eran muy estirados y, aunque habíamos lavado nuestra ropa, en comparación con ellos nosotros parecíamos unos pordioseros. Sabía lo que estaba haciendo, así que ignoré las miradas de las personas a mi alrededor y ordené una confección a medida, costosa pero rápida, de ropa formal para mí y el niño hormiga, hecha con los mejores materiales del mundo. Dijeron que tenían un artesano muy hábil y que solo les llevaría unas pocas horas. Por la noche estaría terminado. Hicimos tiempo yendo a cierto lugar a completar algunos trámites y, cuando regresamos, nos probamos la ropa terminada. No esperaba tanto, pero la ropa formal me queda bien. No me tuvieron que hacer ningún arreglo. El artesano era incluso mejor de lo que me habían dicho. Pensando que era una buena idea, le entregué la tela mágica y le pedí que también me hiciera ropa interior nueva. Estará lista mañana. Cuando se la mostré, el artesano se ofreció a comprarla a un precio muy alto, pero decidí no venderla. Debe de ser un artículo muy valioso. Tiene sentido, pensando en sus propiedades de regeneración.

Ha sido un día movido hoy. Nos hemos quedado en una posada, hemos comido y ahora vamos a dormir.



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