03/09/2024

Ut0p1a - Código Derecha (perte I)




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03. Código Derecha

Título original: Right to code
Autora: vgperson
Traducción: Xeniaxen



—¿Mamá? ¿Papá? ¿Qué ocurre?

Esas eran las palabras que siempre pronunciaba, inconfundibles. Desafortunadamente, nada más era tan seguro como eso.

Aunque podía suponer que esas dos figuras eran mis padres, nunca había podido discernir nada sobre ellos. Su apariencia, sus voces o sus respuestas. Por otra parte, no estaba segura de mi propia presencia; pero al menos pronunciaba esas palabras.

Incluso el estado de ánimo de la conversación era difícil de determinar. No podía decir si estaban felices, tristes o cualquier otra cosa. Mis propias reacciones me parecían iguales, como confusas.

Sin embargo, había un pensamiento con el que normalmente me quedaba justo al final del sueño. Quizás era lo que se desprendía de lo que decían mis padres.

—Vamos a ser felices allí.


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Me llamo Rena Taggart y soy una solitaria que actualmente está estudiando en la Universidad de Chexum.

A pesar de lo que esos recuerdos borrosos intentan decirme, hay una verdad innegable: no tengo padres ni hermanos. Cualquier cosa que recuerdo de antes de mi inicialización, cuando tenía alrededor de 9 años, debe de ser una invención de mi propia mente, o algún tipo de fallo. Aunque esto último parece poco probable, ya que en general gozo de buena salud.

Eso es lo que tengo que seguir repitiéndome, mientras intento concentrarme en los aspectos positivos de ser una solitaria. Que serlo es una oportunidad única que no tienen aquellos inicializados con familia. Nadie que te influencie, ni en el desarrollo infantil ni en la etapa adulta. La libertad de decidir por ti misma quién eres y forjar tu propio camino. Estoy segura de que fue un solitario quien acuñó primero el término, queriendo verse como una persona singular y excepcional en lugar de una hoja sin árbol.

Y aunque creo en esas cosas hasta cierto punto, no puedo negar que esos "aspectos positivos" también me traen muchos dolores de cabeza, responsabilidad y decisiones a las que darle vueltas. No puedo evitar sentir un poco de envidia de las personas que tienen uno o dos padres que les protegen y los guían, y especialmente de aquellos con muchos padres. Honestamente, si mis recuerdos no me estuvieran mintiendo y hubiera tenido dos padres, creo que me habría bastado... pero, es decir, puedo fantasear con tener cualquier otra situación familiar, pero eso no cambia los hechos.

Así pues, he seguido adelante encontrando la manera de sobrevivir por mi cuenta. La escuela secundaria me pasó volando, pero aún sentía que desconocía cuál era mi "meta". Por eso, me inscribí en Chexum con la esperanza de que finalmente pudiera brindarme algún tipo de estímulo para descubrir mi futuro, o al menos forzarme a tomar una decisión con la que pudiera sentirme bien.

Lo cual conseguí, aunque no de la forma que esperaba. Y he llegado a darme cuenta de que, solo porque las fantasías ociosas no cambian las cosas, no significa que no puedan cambiar.


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—Así que... ¿en serio que no hay más asignaturas de historia?

Mi profesor negó con la cabeza.

—No, aquí no. Algunas universidades tienen la asignatura de Historia Avanzada...

—¿Hmm? ¿Y de qué trata? —pregunté, inclinándome con curiosidad.

—Se da prácticamente el mismo temario, pero con muchos más detalles aburridos.

—Jo, qué mal... —me dejé caer en mi silla.

La asignatura de Historia en Chexum había captado mi interés... Bueno, eso no es del todo preciso. Simplemente llegué hasta ella después de descartar un montón de clases no obligatorias para completar mi horario de este trimestre. Pero, pensándolo mejor, me gusta saber cómo las cosas han llegado a ser como son, así que una rara emoción comenzó a crecer dentro de mí.

Sin embargo, cuando terminó el trimestre, me sentí un poco decepcionada y decidí hablar con el profesor. El número de años que se cubrían en la asignatura me pareció escaso, y carente de acontecimientos. No estaba segura de dónde venía mi criterio, pero me sentía convencida de ello.

—¿Qué esperaba? —el profesor se encogió de hombros—. Es toda la historia que tenemos.

—Bueno, ¿y qué hay de, eh... antes de eso? —sugerí, rascándome la cabeza.

—Eso sería prehistoria, obviamente. No tenemos registros escritos de esos tiempos. Es posible que no se hubiera desarrollado la escritura siquiera. Quién sabe.

—¿No había escritura? —crucé los brazos—. Pero los primeros períodos de los que hablamos en clase ya tenían mucha de la tecnología que tenemos hoy en día. ¿Cree que la gente simplemente apareció sabiendo qué es un ordenador?

—Esa es una pregunta más filosófica de lo que estoy calificado para responder... —dijo con una sonrisa irónica—. Mire, si no hay registros, no hay registros. A menos que alguien los encuentre de repente, no sé qué decirle.

—Sí... —suspiré—. Bueno, gracias de todos modos.

Salí de su despacho, reflexionando sobre mis propios sentimientos. ¿Había algo en particular que esperaba aprender en la clase de historia? ¿Tendría seguramente algo que ver con mis recuerdos falsos? Vamos, Rena, has estado viva en este planeta dos décadas y no has podido quitarte de la cabeza esta tontería durante la mitad de ese tiempo. Y ni hablar de lo egocéntrico que es pensar que la historia del mundo entero podría contener pistas para entender lo que probablemente solo es un molesto fallo de memoria. Tienes que mirar la realidad, chica.

Miré hacia arriba justo a tiempo para ver, bueno, a una chica.

Choqué con quien parecía ser la única otra persona en el pasillo y, aunque no me derribó por completo, decidí que lo mejor sería caerme también. Luego me levanté y le ofrecí mi mano.

—Perdón, perdón. Estaba distraída... —miré a mi alrededor—. ¿Se te ha caído algo?

La chica me miró con una expresión curiosa; parecía extremadamente avergonzada. Había admitido que era culpa mía haberme chocado con ella, así que no estaba segura de por qué estaba tan nerviosa...

Finalmente, me dio una respuesta tímida.

—N-No, en realidad, no llevaba nada encima... Lo siento —se levantó rápidamente y se sacudió la falda.

Estaba a punto de seguir mi camino, pero la chica habló de nuevo, como si tuviera miedo de que me fuera si no lo hacía.

—Yo, eh... no recuerdo haberte visto antes por aquí... —dijo con voz apurada.

Me giré hacia ella.

—Bueno, solo he estado aquí un trimestre, y no vengo por esta parte del campus muy a menudo. He ido a ver a mi profesor de Historia a su despacho.

—Oh, eh... ¿Historia, eh? ¿Y eso? —preguntó con interés... aunque probablemente un poco fingido—. Iba a tomar esa clase este trimestre, pero la dejé en el último momento para tomar Introducción al Código Fuente 101...

—Ja, ja. Yo tampoco estuve segura de si inscribirme en Historia hasta el último minuto. Justo se liberó una plaza y... —me detuve al darme cuenta—. Espera, ¿fue tu plaza?

Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa, y se rió.

—¡Oh, vaya, probablemente sí! Es que, esto... me quedé despierta hasta muy tarde una noche y... Ah, ¿tú también estabas despierta tan tarde?

—No, eh... —negué con la cabeza—. Yo estaba la primera en la lista de espera, así que me inscribieron automáticamente. Así es como funciona —tuve que informarle, aunque parecía que ella llevaba más tiempo en esta universidad.

—¡O-Oh! ¡Es verdad! Yo... ya lo sabía... —cubrió su rostro, luciendo inusualmente afectada por su error.

Me hizo sentir un poco mal... aunque no hasta el punto de preferir haberle mentido al respecto.

—Oye, pero, gracias por la plaza. ¿Sabes?, fue una clase bastante interesante, así que... —estiré un poco la verdad para ayudarla a animarse—. Si lo piensas, estas cosas pasan todo el tiempo, así que es genial que nos hayamos encontrado y lo descubramos.

Eso pareció funcionar, ya que levantó la cabeza con una sonrisa.

—V-Vaya, yo también estaba pensando eso... Pero sentí que era un pensamiento raro, así que no quería decirlo.

—Nah, no es raro en absoluto —le devolví la sonrisa—. Oye, ¿cómo te llamas?

Ella respondió con entusiasmo, como si hubiera estado deseando decirlo.

—¡Lina! ¡Lina Brackett! ¿Y tú?

Le estreché la mano.

—Rena Taggart.

Lina se quedó completamente inmóvil de repente. Miró hacia algún punto detrás de ella, y luego de nuevo hacia mí.

—¿Rena Taggart...? No puede ser... ¿la misma de la que me acaba de hablar la profesora Meyer...?

Sentí que la incomodidad regresaba a ella.

—Eh... ¿Pasa algo?

Su emoción volvió tan rápido como se había ido, pero ahora parecía aún mayor.

—¡Eso es! ¡Tiene que ser el destino! ¡Porque acabo de oír hablar de ti, y ahora...!

—¿Eh...? ¿Hablar de mí? ¿Quién te ha hablado de mí?

—Bueno, quiero decir, me hablaron de ti de hace muchos años, probablemente ni lo recuerdes, ¡pero la cosa es que...! ¡Rena, ¿podemos ser amigas?!

Después de decir eso, Lina lentamente pareció darse cuenta de mi incomodidad y de su propia sobreexcitación, por lo que adoptó una expresión extremadamente apenada.

—No, eh... Lo siento mucho, no sé por qué dije eso... Entenderé si no quieres ser mi...

—¡No, eso suena genial, en serio! —le aseguré con toda sinceridad—. Solo que, ¿podrías contármelo más despacio?

—Bueno, lo intentaré... —Lina tragó saliva—. Yo también he venido a hablar con mi profesora, aunque he estado haciéndolo todo el trimestre. Ella enseña sobre código fuente, y solía ser una admin, los que arreglan fallos y esas cosas. Me ha contado una historia sobre su antiguo trabajo, y era sobre ti, porque te ayudó después de caer en una grieta provocada por un "seísmo de fallos"... —Lina tomó aire y luego se detuvo—. Eh, creo que eso es todo, ¿no?

Era bastante surrealista escuchar que alguien había estado narrando un evento peligroso de mi infancia sin que yo se lo hubiera contado a nadie, pero la descripción era precisa.

—Sí, supongo que esa sería yo... Pero si conocí a tu profesora, no la recuerdo muy bien.

—Ah... Bueno, ¡hoy en día es una gran profesora! Y es muy amable cuando la conoces bien —dijo Lina con una sonrisa.

La conversación parecía estar llegando a su fin, pero algo que Lina había mencionado despertó mi interés. Así que, teniendo a alguien que podría saberlo justo delante de mí, aproveché la oportunidad para preguntar.

—Oye, ¿qué es el código fuente, exactamente?

—¿Eh...? ¿No lo sabes? —respondió con sorpresa y un brillo en los ojos—. El código fuente es, bueno... es una cosa que puede arreglar y modificar cualquier cosa. ¡En las manos correctas, puede cambiar vidas! —se sonrojó y apartó la mirada—. Aunque en mis manos, es un poco más complicado...

—¿A qué te refieres?

—Bueno, eh...

Bajó la cabeza tímidamente. Luego pellizcó una parte de su falda, la estiró hacia afuera y la soltó. La tela se quedó en el aire, como si no estuviera afectada por la gravedad.

—Tengo... muchos fallos —suspiró, volviendo a colocar su falda en su sitio—. Hasta el punto de que a veces parece que los admins se dan por vencidos conmigo. Y eso incluso me dificulta usar el código fuente para arreglarlos, así que... —cerró los ojos, sacudió la cabeza y los volvió a abrir con una sonrisa—. ¡Pero me estoy esforzando al máximo!

Pobre chica..., pensé. Me sentí más agradecida que de costumbre de ser lo suficientemente afortunada como para no tener que lidiar casi nunca con fallos. Aunque, técnicamente...

Sacudí la cabeza, tratando de apartar ese pensamiento de mi mente, pero me preocupaba cómo podría haberlo interpretado Lina. También me preocupaba cómo expresar lo que estaba pensando sin herir sus sentimientos.

—Oye, Lina... Si vamos a ser amigas, ¿te gustaría que quedáramos algún día? Tal vez en tu habitación, si es que duermes aquí. Mi apartamento está un poco lejos.

Parecía que el pequeño corazón de Lina estaba a punto de salirse de su pecho.

—¡C-C-C-Claro, como quieras! Tendré que avisar a mi compañera de cuarto primero, así que, eh... ¡e-en otro momento!

Oh, menos mal. Al menos tiene una compañera de cuarto. Eso me quita un poco la presión de ser su única amiga, que es lo que temía que fuera.

Aunque... supongo que yo no estoy en posición de hablar, ya que ni siquiera tengo una compañera de cuarto. Una habitación en un piso compartido es muy diferente a una habitación en el campus. Claro... ¿quién estaría tan dispuesto a mudarse conmigo y vivir en ese lugar tan estrecho?

Mientras veía a Lina escribirme nerviosamente su número de teléfono y su número de habitación, resistí la tentación de responder a esa pregunta.


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Durante los siguientes días de nuestro descanso de fin de trimestre, Lina y yo nos mandamos mensajes unas cuantas veces. Aunque ya había informado a su compañera de cuarto sobre mí y todo parecía estar bien, sospechaba que aún se estaba preparando mentalmente para invitarme a su habitación.

El interés de Lina por mí era palpable, incluso a través de sus mensajes. Se refería a nosotras como "amiguis conejis" y quería saberlo todo sobre mis intereses y mis gustos, algo que a veces me costaba responder. No hace falta decir que no sentía lo mismo por ella, pero era lo suficientemente amable; ciertamente, podía ser su amiga y esperaba dejar eso claro más adelante. Podía notar que había pasado por mucho y que necesitaba compañía.

Aunque ahora mismo en la universidad estaba centrada en el código fuente, me contó que aspiraba a ser artista. Cuando le pregunté si había algún trabajo o tema específico en el que estuviera interesada, lo único que pudo decir fue "No sé" y "¿Los gatos, tal vez?", así que teníamos eso en común, para bien o para mal.

Hablando de gatos: su compañera de cuarto. Al parecer, es una gata llamada Lily, especializada en informática. Lina habla de ella casi tanto como habla de sí misma, incluso cuando yo específicamente le pregunto sobre sí misma. Me pregunto si simplemente es... así con todo el mundo.

Mientras tanto, cuando no estaba hablando con Lina, estaba pensando en el próximo trimestre. Con la asignatura de Historia habiendo sido no solo una decepción sino la única de la materia, necesitaba volver a la lista de asignaturas opcionales para elegir alguna. Y esta vez, Código Fuente 101 con la profesora Meyer me llamaba bastante la atención.

Parece que a la mayoría de estudiantes les resulta fácil esa asignatura, y tengo la palabra de Lina de que la profesora es amable... al menos, vagamente. Pero eso solo no es razón suficiente para inscribirme. ¿Qué me aportaría? ¿Cómo podría ser útil para mi futuro?

Siempre he considerado el código fuente como poco más que una herramienta para que los admins e independientes arreglen fallos. Habiendo tenido la fortuna de vivir una vida mayormente libre de ellos, me parece innecesario que alguien como yo siquiera piense en ello.

Sin embargo, Lina realmente lo elogia, y eso ha despertado un poco más mi curiosidad. Claro, obviamente ella está sesgada, ya que ha tenido experiencias muy diferentes a las mías en lo que respecta a los fallos. Pero tal vez hay más en el código fuente que solo arreglar fallos. Vaya, incluso si no lo hay, ayudar a otros usándolo no suena como el peor trabajo del mundo. Podía verlo siendo tanto satisfactorio como rentable.

¿Realmente necesito estar evaluando cada elección como si pudiera tener un impacto importante en mi futuro y estabilidad financiera...?

Bah, aún tengo algo de tiempo para pensarlo.


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Finalmente, Lina reunió el valor para invitarme a su habitación. Su excusa por haber tardado tanto era que "necesitaba limpiarla". Sí, claro, pensé.

Llegué y llamé a la puerta.

—¡Hola, Lina! ¡Soy yo!

No respondió, así que la abrí... y me sorprendí mucho con lo que vi.

—Oh, debes ser Rena. Lina me ha hablado de ti.

—Y tú eres... ¿Lily...? A-A mí también... —balbuceé.

Estaba vestida de manera bastante casual, pero de alguna manera tenía una presencia impresionante. Se movía con la elegancia de un camarero llevando un plato sofisticado... a pesar de estar en un entorno más parecido a un lugar de comida rápida. No tenía idea de cómo Lina no se sentía completamente intimidada por ella. Era básicamente lo último que esperaba ver en esa habitación, o en esta universidad, o... en cualquier lugar, en realidad.

—Err... —aclaré mi garganta y mis pensamientos—. Sí, soy Rena. ¿Dónde está Lina? Pensaba que habíamos quedado aquí.

Lily cruzó los brazos y miró ligeramente hacia otro lado.

—Sí... me lo dijo. Salió a buscarte, pero...

Justo en ese momento, Lina entró corriendo.

—¡Oh, nooo! Fui a la izquierda en lugar de a la derecha, pero es obvio que vendrías por la derecha, ¡¿en qué estaba pensando?!

—Si querías encontrarme en el pasillo... ¿por qué me dijiste que abriera la puerta? —pregunté.

Lina miró a Lily, luego se encogió de hombros tímidamente hacia mí.

—No estaba segura de si te iba a encontrar o no...

—Oh, no te preocupes —le dijo Lily, poniéndose de pie para rodearla con un brazo—. Has vuelto, ella también está aquí, y nadie se va a ir, ¿verdad?

—Bueno... sí... —Lina sonrió y se sonrojó, inclinándose ligeramente hacia Lily.

Se quedaron en esa posición un rato, así que decidí hablar.

—Entonces, eh...

De repente, Lina se enderezó.

—¡Oh! Se me había olvidado, ¡tengo que presentaros! ¡Rena, ella es Lily! ¡Lily, ella es Rena!

—S-Sí, ya lo sé —dije asintiendo nerviosa—. Vosotras sois... muy amigas, ¿no?

Para mi sorpresa, Lily se apartó un poco, mirando hacia otro lado con timidez de una manera que no esperaba de la mujer tan segura de sí misma que vi al entrar. Su rostro mostraba un conflicto interno.

Lina parecía saber exactamente lo que estaba pasando y trató de consolar a Lily.

—Lily, ya hablamos de esto... Rena es mi amiga, así que puedes estar tranquila con ella igual que conmigo.

—Es más fácil decirlo que hacerlo cuando es tan perceptiva —suspiró Lily.

—Bueno, no es que intentemos ocultarlo, así que... —Lina rió—. No me importa quién lo sepa: ¡quiero a Lily y nos abrazamos TODO el tiempo!

—Linaaaa —se quejó Lily, casi acurrucándose en una bola.

Me reí, a pesar de sentirme mal por Lily. Como sospechaba, Lina es así... bueno, al menos conmigo y con Lily. Dado que Lily parecía corresponderle, esperaba que Lina no se lo tomara muy mal cuando le dijera que no estaba interesada en sus... ¿abrazos?

Me rasqué la cabeza. Algo no sonaba bien en eso, pero no podía entender el qué, así que lo ignoré.

Las tres nos sentamos y comenzamos a charlar de cualquier cosa para levantar poco a poco el ambiente incómodo. Lina me contó varias historias de su clase de Código Fuente, mientras Lily asentía, claramente habiéndolas escuchado antes. Yo, por mi parte, no tenía ni idea de cómo era una clase de Código Fuente... aunque, según Lina, se trataba principalmente de cambiar el color de un lápiz y de hacer explotar manzanas, lo que me hizo cuestionar de nuevo el sentido del código fuente.

—Lina, ¿qué es lo más difícil que has hecho con el código fuente? —pregunté, intentando llegar al fondo de las cosas—. Sé que solo has cursado la asignatura 101, pero tengo curiosidad de hasta dónde...

Lina y Lily me miraron, y me llevé la mano a la boca, sorprendida. ¿Qué había sido eso?

—Oh, no, ¿tienes hipo? —dijo Lina con una expresión preocupada—. Yo, eh... ¿no te lo habré causado, verdad...?

¿Era algún tipo de fallo...? Nunca había oído hablar de algo así antes, pero Lina parecía completamente familiarizada con ello. De nuevo: pobre chica. Pero también...

—Lina... ¿crees que podrías solucionarlo?

Sus ojos se iluminaron, pero Lily intervino rápidamente.

—Eh, Lina, recuérdame... ¿alguna vez has logrado curarte el hipo a ti misma?

—Eh... —Lina se llevó una mano a la cabeza, pensativa—, más o menos. Fue un poco más leve que este... —miró a Lily con una sonrisa algo dolorosa—. ¿No crees que pueda hacerlo, verdad...?

—No, no quise decir eso... —los ojos de Lily se agrandaron—. Puedes hacer cualquier cosa que te propongas, Lina.

La incomodidad desapareció rápidamente del rostro de Lina, pero podía decir que Lily aún estaba insegura. La pregunta era, ¿debería yo estarlo también?

—¡Está bien —Lina se volvió hacia mí emocionada—, Rena, quédate quieta! O, esto... bueno, eso no importa. ¡Relájate! ¡Es solo hipo! ¡Te lo voy a curar!

Con eso, cerró los ojos y comenzó a concentrarse. Aunque normalmente era algo saltarina, y había estado especialmente así por la ansiedad, se volvió notablemente más relajada mientras trabajaba con el código fuente. Parecía que Lily quedó impresionada al verla.

Finalmente, Lina abrió los ojos y tragó saliva.

—Ahora, eh... ¡dime algo!

De alguna manera, ya podía sentir que lo había logrado. Así que sonreí y dije:

—Se te da muy bien, Lina.

La habitación explotó en vítores, a pesar de que solo había dos chicas para hacerlo. Lily parecía increíblemente aliviada y se levantó para abrazar a Lina con fuerza. Vamos, no era gran cosa... pero, por supuesto, podía ver que lo era para ellas.

—Sabes... en realidad estaba considerando inscribirme a Código Fuente el próximo trimestre —admití—. Quiero decir, siempre me ha parecido bien dejar la corrección de fallos a los admins, así que no me había llamado la atención antes. Pero verte solucionar un fallo instantáneamente después de solo un curso... creo que le veo el potencial ahora.

—¡Oh, es genial! ¡Te lo recomiendo mucho! —exclamó Lina—. Es una pena que no podamos estar en la misma clase... pero tal vez podríamos compartir notas.

—Rena —intervino Lily—, mejor que no se haga grandes expectativas de buenas a primeras. Yo cursé SRC 101 y no le saqué mucho partido... Bueno, al menos no al curso en sí.

—O-Ooh... —miré hacia abajo con timidez—. ¿Cuesta pillarlo? ¿O simplemente crees que no me va a ser útil...?

—Te lo explicaré de otra manera. ¿Hay... cosas en tu vida que realmente quieras cambiar?

Lo consideré. Quiero decir, deseaba que mi vida tuviera una dirección más clara. Pero dudaba que eso fuera lo que me estaba preguntando, porque parecía que arreglar eso implicaría reescribir mi cerebro por completo. Incluso manifestar a unos padres o hermanos (lo cual tiene que ser ilegal o algo así) probablemente no me ayudaría mucho en este punto...

Pero eso me recordó una cosa que deseaba poder arreglar.

—Tengo un... fallo persistente —comencé, reacia a incluso mencionarlo—. Es como si recordara cosas que en realidad no ocurrieron. O, al menos, no veo cómo podrían haber ocurrido. Recuerdo unos padres que no tengo, y criaturas, conceptos y cosas que no existen, que parecen desvanecerse cuando trato de averiguar en qué estoy pensando...

—Oh, vaya... —Lina me miró con preocupación—. Dijiste que no tenías muchos fallos, pero ni siquiera a mí me ha pasado algo así.

—Quiero decir —sacudí la cabeza—, no sé si es un fallo. Es probablemente la explicación más lógica. Pero... no sé, también hay una parte de mí que piensa... ¿y si eso fuera real, de alguna manera? ¿Y si esas cosas que recuerdo ocurrieron realmente, o existieron, pero todo simplemente desapareció por alguna razón? ¿Y si es, como... mi identidad real? —De repente, me di cuenta de que estaba abriéndome a personas que acababa de conocer sobre teorías absurdas que había estado meditando sola durante años, y traté de retractarme—. Hm, pero eso no es problema vuestro ni nada. Ja, ja, ja...

—Bueno, probablemente no lo esperabas, pero cualquier cosa relacionada con los recuerdos... eso está muy lejos de mi alcance —dijo Lina con tristeza—. No sé ni qué nivel de la asignatura de Código Fuente haría falta haber cursado para eso...

—Sí... suena complicado —asintió Lily—. En ese caso, tal vez deberías hablar directamente con Meyer. Yo solo confiaría en una experta de su nivel para que se metiera en mi memoria.

—¿Puedo? —pregunté—. No soy estudiante suya, y ni siquiera sé si tengo la intención de tomar su clase...

—¡Oh, no te preocupes por eso! —me aseguró Lina—. Ella es super competente, y algo me dice que se sorprenderá al verte.

Lily la miró.

—Espero que te refieras a que será una grata sorpresa...


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—¿Sí? ¿Quién lla...? —Meyer se detuvo a media frase y me miró con sorpresa. Supuse que había usado el código fuente para comprobar mi nombre—. ¿Rena...? ¿Rena Taggart?

—Parece que todos reaccionan así al verme —reí, algo nerviosa.

Ella miró hacia un lado, pensativa.

—Sí, bueno... es que justo la mencioné en una historia que conté el otro día. —Entonces se dio cuenta de que probablemente estaría confundida y se explicó rápidamente—. Uh, lo siento. Probablemente no me recuerde, pero hace muchos años...

—Lo sé, lo sé. El seísmo de fallos en Lanville, ¿verdad?

—Oh, así que ¿lo recuerda? Hm... —cruzó los brazos—. En fin, como puede ver, me extraña verla aquí, y mucho menos cuando hace nada que hablé de usted. A pesar de todo, no creo en las coincidencias.

—Entonces, ¿cree en el destino?

—No he dicho eso —suspiró—. Bueno, ¿qué quería de mí?

—Me aconsejaron que podría ayudarme con un problema que he estado teniendo —expliqué—. Creo que es un fallo. Verá, a veces recuerdo cosas que...

—¿Qué diantres son estos permisos...? —me interrumpió Meyer con sorpresa y un toque de disgusto.

La miré con los ojos muy abiertos, preocupada de haberla ofendido de alguna manera. 

—¿Q-Qué...?

—Lo siento, solo le he echado un vistazo rápido —dijo Meyer—. Algo va mal, está claro —al notar mi inquietud, adoptó un tono ligeramente más suave—. Probablemente no sea culpa suya, por supuesto. Los fallos son... bueno, podrían no ser culpa de nadie. Así es como prefiero verlo.

—Entiendo. Entonces, ¿sí que hay algo mal...? —tener a una experta como ella confirmándolo me dio una mezcla de tranquilidad y preocupación—. ¿Puede arreglarlo, profesora?

Su expresión se volvió algo más seria, y se puso bastante severa.

—Déjeme confirmar una cosa, señorita Taggart: ¿sabe usted algo de código fuente? Es importante.

—No, no tengo ni la menor idea de cómo funciona. O... ni siquiera tengo mucha idea de lo que implica —decidí no mencionar nada sobre considerar su clase, ya que quizás no sentiría la necesidad de tomarla una vez que ella me hubiera ayudado.

—Bueno, eso es un alivio —dijo Meyer con un toque de... eso—. Porque actualmente es muy vulnerable, esto... a usted misma, para ser clara.

—¿Eh? —incliné la cabeza—. ¿Qué significa eso?

—Supongo que puedo darle una breve lección —Meyer colocó las manos sobre su escritorio—. Los "permisos" básicamente definen cómo las personas, o los objetos, pueden interactuar con otras personas u objetos. Si pueden ser vistos, tocados, examinados o editados. En el curso de una vida normal, ni siquiera hay que pensar en ellos; por supuesto, todo el mundo puede verla e interactuar con usted, así como que usted puede ver y recoger objetos. No obstante, cada persona tiene unos permisos, y estos pueden estar configurados incorrectamente por varias razones.

—Entonces —traté de comprender lo que decía—, eso significa que mis permisos están...

—Tienes acceso total de escritura a tu propio... todo —explicó Meyer con un suspiro—. Incluso una edición de código fuente básica te permitiría editar fácilmente atributos que un principiante realmente no debería estar manipulando—. Bajó la cabeza, pensativa—. La pregunta es, ¿cuánto tiempo los ha sido así...?

Una preocupación me cruzó por la mente, así que hablé.

—Dijo que solo debo preocuparme por mí misma, ¿verdad? No es un problema que alguien más haya tocado mi código fuente para ayudarme recientemente, ¿no...?

—No debería serlo —asintió—, pero, para estar segura, cuéntame.

—Estaba con una amiga cuando de repente me dio... "hipo", lo llamaron. Lo cual es inusual, porque rara vez tengo fallos. Afortunadamente, ella es estudiante suya, y logró arreglarlo de inmediato.

—Ah, me alegra mucho haber podido ayudarla indirectamente —dijo Meyer con una cálida sonrisa—. Una estudiante mía, ¿eh? ¿Cómo se llama tu amiga?

—Se llama Lina Brackett.


Continuará.



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