Novela original en japonés por: ヘロー天気 (Hero Tennki)
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Traducido por: Xeniaxen
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Decimosexto día de la estación oscura, el día de viento...
Aunque el Festival de la Libertad seguía celebrándose entre la gente, los guardias del palacio, tras un largo período de descanso, ya habían comenzado los preparativos para el desfile del próximo Festival del Aniversario. Cada escuadrón de guardias vestía trajes fastuosos y deslumbrantes, decorados y diseñados según su propio estilo, desfilando desde el Palacio Volance hasta la plaza frente a la puerta del distrito bajo. Este año se había escogido la plaza de la Torre de Observación como punto de retorno.
La Patrulla del Dios Oscuro también había comenzado sus preparativos, pero como contaban con pocos miembros oficiales y, además, su velocidad de trabajo y la capacidad de materializar ideas eran incomparablemente superiores a las del resto, se lo estaban tomando con calma. Actualmente, su principal ocupación era calmar los rumores sobre el capitán de la Patrulla del Dios Oscuro, de quien se decía que era el mismo Dios Oscuro. Estaban centrados especialmente en recoger los panfletos propagandísticos y en encontrar a los responsables de su difusión, pero de momento no habían tenido mucho éxito.
En cuanto a los ataques de bestias mágicas, parecía que Gazetta era ahora la región más segura. Y ese hecho también se estaba usando como argumento para alimentar la teoría de que el objetivo del capitán oscuro era traer la calamidad a los usuarios de artes divinas, dentro de su alianza con Gazetta.
Por su parte, Reifold se estaba dedicando a identificar a los espías que, supuestamente bajo las órdenes directas del marqués Volard, estaban filtrando información a la facción contraria. No obstante, al tratarse de espías de Fonkrank mismo, conocían bien sus estrategias y no era fácil pillarlos. Además, cada uno de estos agentes especiales operaba con su propia red de información, por lo que resultaba complicado tener una visión completa de la situación.
—¿Qué tal van los preparativos para el desfile?
—Ah, Reifold... Bueno, vamos tirando —respondió Yuusuke, levantando la vista desde el extremo de la mesa donde estaba fabricando algunos accesorios para el desfile.
Aquel lugar se había convertido prácticamente en la sala de descanso exclusiva de la Patrulla del Dios Oscuro. Reifold cogió uno de los panfletos apilados sobre la mesa, le echó un vistazo por encima y lo dejó de nuevo en su sitio.
—El rey anda preocupado con lo de los ataques de bestias mágicas —mencionó con voz pausada—. ¿No hay alguna herramienta útil que podamos usar?
—Hmm... Si me lo piden, podría fabricar algo parecido a un equipo reforzado, pero... Si eliminamos la restricción de los diez días, me da que podríamos acabar metidos en otro buen lío —respondió Yuusuke.
Habían establecido una regla de que solo podía fabricar equipamiento con efectos especiales una vez cada diez días. Así, iba distribuyendo poco a poco anillos divinos entre los distintos guardias de palacio y mantenía una rutina tranquila, sin que lo saturaran a peticiones. Si se supiera que era capaz de fabricar armas poderosas en poco tiempo, la ya complicada situación podría volverse aún más problemática.
—No sé yo... Si das la impresión de que todo está bajo control mientras tú estés de nuestro lado, igual hay quienes empiezan a cambiar de opinión sobre ti, ¿sabes?
—¿A qué te refieres con eso...?
—¡¿Eh?! —una voz airada interrumpió la conversación.
Agitando su melena con coletas, Violet irrumpió en la sala con paso enérgico y decidido. Lanzó una mirada fulminante a Reifold y se colocó con firmeza entre él y Yuusuke, como para impedirle que le llenara la cabeza de ideas raras.
Con una expresión de fingido asombro y los brazos extendidos, el usuario de artes aéreas se retiró con una reverencia. Como siempre, era escurridizo y difícil de atrapar; cuando uno se daba cuenta, ya había desaparecido sin dejar rastro.
—De verdad, no se puede bajar la guardia con ese tipo.
—¿Seguro que ha estado bien echarle? —dudó Yuusuke, preguntándose si no habría querido transmitirle una misión no oficial de parte del Rey.
Pero Violet alzó la voz con firmeza. Mencionó el incidente en Delia-Lidea, donde la Patrulla del Dios Oscuro tuvo que intervenir para sellar el laboratorio de bestias mágicas. No pensaba permitir que se repitiera algo así.
—Ah, es verdad. Me lo contó Raazsha.
—Aunque sea a través de Reifold, si mi padre intenta darte órdenes, no pienso permitirlo.
—Oye, pero si es una solicitud del Rey, no deberías ignorarla así como así...
—Me da igual. Tú estás bajo mi mando directo.
Violet le apuntó con el dedo índice delante de la cara, reafirmando su autoridad. Luego, con un resoplido, dijo que tenía una sesión de tiro con arco y se dirigió al campo de entrenamiento. Solo había pasado por allí para echar un vistazo a los prototipos, pero al encontrarse con Reifold hablando con Yuusuke, había decidido intervenir.
—Vaya, vaya. Parece que desconfían bastante de mí.
—¡Aagh! ¡No me asustes así! ¡¿No te habías ido?!
Reifold apareció de repente a espaldas de Yuusuke, que acababa de despedir a Violet. Al parecer, había salido de la sala para regresar en seguida por un pasadizo oculto.
—Entonces, ¿qué opinas? ¿Quieres intentar cambiar la opinión de los que desconfían de ti?
—Violet se ha portado muy bien conmigo. Si quieres que me mueva, empieza por convencer a mi jefa.
—Eso sí que va a ser complicado... —dijo Reifold, sonriendo como si no le afectara lo más mínimo, antes de retirarse de verdad esta vez.
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En una zona algo apartada del embarcadero de carruajes del Palacio Volance, se encontraban los establos interiores. Justo enfrente, había una hilera de almacenes. Estos solían usarse como talleres donde los guardias de palacio almacenaban, reparaban y revisaban sus carruajes.
Durante la época del Festival del Aniversario, era allí donde se decoraban los carruajes del desfile. Cada almacén estaba asignado a una patrulla distinta. Y ahora mismo estaban llenos de actividad y bullicio.
—No podemos colocar el agua de repuesto aquí. Si dejamos un cubo debajo, debería aguantar al menos medio día.
—Hasta que lo encendamos no sabremos si va bien o no.
En el almacén asignado a la Patrulla del Dios Oscuro, Yuusuke y Raazsha estaban trabajando en los adornos y mecanismos del vehículo autopropulsado que habían preparado para el desfile.
A diferencia de las demás patrullas, que contaban con símbolos temáticos basados en los Cuatro Grandes Dioses —Fuego, Agua, Tierra y Viento—, la Patrulla del Dios Oscuro no tenía un tema claro. Por eso habían optado por aprovechar al máximo la habilidad especial de Yuusuke para incorporar mecanismos ingeniosos en su carroza.
—Pero esto... va a llamar muchísimo la atención, ¿no crees?
—Seguramente.
Ambos compartieron una risita traviesa, imaginando la reacción de los espectadores.
Yuusuke lo había arreglado todo para que Raazsha pudiera asistir como espectadora ese día. Dado que, por su posición, no podía salir mucho al exterior, esperaba con gran ilusión el desfile del Festival del Aniversario.
Primer día del mes de fuego de Volnar...
(Xeniaxen: ¿Sabemos qué día del año apareció Yuusuke? ¿Ya llevará un año en Kaltcio o aún no?)
Tras la finalización del Festival de la Libertad y de la estación oscura, comenzaba por fin el Festival del Aniversario. La parte superior del Palacio de Volance, decorada con el mismo material que las monedas de cristal, resplandecía en rojo al recibir la luz del sol del mediodía que ascendía por el horizonte. Esa era la imagen que marcaba el inicio del festival, que también celebraba la llegada del nuevo año.
Desde primera hora de la mañana, los almacenes alineados frente a los establos del palacio comenzaron a sacar los carruajes decorados de cada cuerpo de la guardia real. Los caballos que tirarían de ellos también estaban especialmente adornados para la ocasión. Y los propios guardias que participaban en el desfile vestían uniformes más vistosos de los habituales:
- La Patrulla de Fuego alzaba sus lanzas, finamente talladas. Llevaban capas de un rojo vibrante con largos adornos plumosos, como si fueran la cola de un ave, que colgaban de broches engastados con gemas.
- La Patrulla de Agua llevaba una capa de un azul claro, casi celeste, un uniforme con un faldón largo, más parecido a una túnica que a una armadura. Subieron a los carruajes con utilería que parecía destinada al espectáculo del desfile.
- La Patrulla de Tierra vestía una capa color amarillo terroso y un uniforme que consistía en una brillante armadura de cuero de alta gama. En lugar de caballos, tres miembros guiaban gólems creados mediante artes terrestres para tirar del carruaje.
- La Patrulla de Viento vestía una capa verde y un uniforme funcional con poca ornamentación. Subieron a sus carruajes con unos cubos tapados que contenían objetos también destinados a la puesta en escena del desfile.
- En último lugar, cerrando la marcha, la Patrulla del Dios Oscuro. Subieron a un vehículo motorizado descapotable, parecido al autobús de transporte público del distrito de clase baja. El dorado de los grabados decorativos en sus piezas de armadura contrastaba elegantemente con el negro de las capas y los uniformes.
Desde el distrito de clase alta y pasando por el de clase media, el desfile era más bien un desplazamiento; el verdadero espectáculo comenzaba al llegar al de clase baja. La familia real observaba la procesión desde un estrado instalado en la Plaza de la Torre de Observación, que era punto de retorno del recorrido. Alrededor del estrado se encontraban apostadas las patrullas encargadas de escoltarlos, pero la plaza estaba abarrotada de ciudadanos comunes.
Cabe mencionar que el acceso a la Torre de Observación estaba restringido al público hasta el día siguiente. Había encargados de vigilancia apostados en cada planta y en la estructura de la azotea, que observaban el evento desde allí. Como no fue necesario montar plataformas angostas y poco manejables, los vigilantes decían sentirse más cómodos y relajados en comparación con otros años.
—¡Ahí vienen! ¡Es el desfile de la guardia de palacio!
—¡Este año también vienen con todo! ¡Los primeros parecen un río de lava avanzando!
—¡No os acerquéis a la puerta del distrito! ¡Apartaos y dejad libre el paso! ¡Nada de sentarse ahí!
—¡Venga, atrás, atrás! ¡No empujéis, que es peligroso! ¡He dicho que atrás! ¡Atrás, venga!
Desde más allá de la puerta del distrito, la fila de los cuerpos de guardias del palacio aparecía y desaparecía entre la multitud. El grupo de cabeza, la Patrulla del Dios del Fuego, entró en la Plaza de la Torre del Mirador con las lanzas envueltas en llamas, alzadas como si fueran antorchas. El momento cumbre del desfile de los guardias se reservaba para cuando pasaban ante el rey.
—¡Oh! Parece que por fin han llegado. Como Yuusuke y los suyos van al final, desde aquí todavía no se les ve.
—E-esto... ¿señorita Violet? ¿De verdad deberíamos estar aquí nosotras?
—No hay problema, no hay problema. Ya he hablado de ello con mi padre.
En el palco reservado a la familia real, en el asiento principal se encontraba sentado el Rey Esvobus; a su lado, Violet, y en los asientos dispuestos junto a ella, Rasanaasha y Raazsha, ambas visiblemente tensas. Detrás de ellas había una fila de guardias alineados.
Dejar que dos figuras tan conocidas —la antigua Princesa Cantarina y la esclava del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro— destacaran entre la multitud, habida cuenta de los rumores que se habían propagado durante el Festival de la Libertad, presentaba ciertos riesgos. Por eso, al enterarse del plan de Yuusuke de que ambas presenciaran el desfile, Violet organizó personalmente que se colocaran detrás de ella, en un sitio especial.
Raazsha, que presenciaba su primer festival, observaba con expectación la fila de guardias que avanzaban desde la puerta del distrito. No pudo evitar mostrar cierto nerviosismo ante el hecho de estar viéndolo todo desde un lugar tan privilegiado. Además, ella misma había ayudado con la decoración del vehículo de la Patrulla del Dios Oscuro, así que estaba deseando ver el resultado y la reacción del público.
Al llegar ante el palco, la Patrulla de Fuego, con su capitán Krielov a la cabeza, aumentó la potencia de las artes ígneas en las puntas de sus lanzas, haciendo que las llamas se elevaran como fuentes ardientes. Una lluvia de chispas acompañaba el lanzamiento de bolas de fuego desde sus carrozas, subiendo una tras otra hacia el cielo. El público rompió en aplausos y vítores.
A continuación, la Patrulla de Agua, montada en carrozas que evocaban la forma de una embarcación. Con sus artes acuáticas, esparcían a su alrededor montones de burbujas desde unas botellas. Estas tenían propiedades curativas, y al tocarlas uno sentía como si se recargara de energía.
Luego, un murmullo de asombro se levantó entre la multitud al ver la figura de un gigante aparecer desde la puerta del distrito. Se trataba de los gólems creados con artes terrestres, que tiraban de las carrozas de la Patrulla de Tierra. Aunque no eran muy llamativos, ver aquellos cuerpos de casi cuatro metros arrastrando carruajes resultaba imponente.
Pasaron ante el público con fuertes pasos que retumbaban en el suelo, y entonces hizo su aparición la Patrulla de Viento. Las largas telas decorativas ondeando al viento en sus carrozas se elevaban hacia el cielo, agitadas por artes aéreas. Al llegar ante el palco, desvelaron su actuación estelar.
—¡Oh! No en vano son quienes siempre cierran el desfile cada año.
—¡Qué impresionante...!
Entre una lluvia de pétalos de colores que danzaban por la plaza, Violet y Raazsha no pudieron evitar expresar su admiración.
Una columna de pétalos de flores se alzó en espiral, arrastrada por un torbellino, envueltos en una membrana de viento. Sobre el carruaje de la Patrulla de Viento, algunos de los miembros se encargaban de generar esas técnicas, mientras otros añadían constantemente más pétalos de los cubos a la columna. El espectáculo de pétalos danzando en la noche sobre la ciudad ofrecía una imagen tan fantástica que arrancó suspiros de asombro al público.
Hasta el año pasado, la Patrulla de Viento era la encargada de cerrar el desfile, seguida de las nobles palabras del Rey. Pero este año, esa posición final la ocupaba la recientemente formada Patrulla del Dios Oscuro. Ya fuera por lo bueno o por lo malo, se había hablado mucho de ellos, y la curiosidad sobre qué tipo de espectáculo ofrecerían en su primera aparición mantenía las miradas clavadas en la puerta del distrito.
Lo que apareció entonces fue una gran masa negra. Un vehículo con un chasis similar al del transporte público, pero sin techo, y con pequeñas lámparas green encendidas en los cuatro extremos: delante, detrás y a ambos lados. Los miembros del escuadrón, salvo uno, iban todos vestidos en tonos oscuros, lo que hacía que el conjunto pareciera una amalgama negra avanzando lentamente por la plaza, como si absorbiera la luz.
—Hmm... Muy negro, desde luego.
—Si el mecanismo funciona bien, hasta vos os vais a sorprender, Alteza.
Como si reaccionara a la voz de Raazsha, pequeñas luces comenzaron a encenderse poco a poco en la superficie del vehículo negro. Brillaban con una luz tenue, como estrellas flotando en el cielo nocturno, y su número iba en aumento mientras comenzaban a parpadear.
Un murmullo de admiración recorrió al instante a la multitud. Las luces, dispersas por toda la carroza, parecieron desvanecerse de golpe... pero al momento siguiente se encendieron todas al mismo tiempo. Incontables puntos de luz azulada se alineaban con precisión y comenzaban a parpadear en secuencia, dando la ilusión de movimiento.
—¡O-Ohh! ¡Esto es increíble! ¡Nunca había visto algo así! —exclamó Violet, fascinada.
—Qué bien... Funciona sin problemas —dijo Raazsha, aliviada de que el mecanismo hubiera funcionado—. Pero, viéndolo así... es realmente precioso.
Ninguna de las dos podían apartar la vista, hipnotizadas por la belleza que superaba lo que habían imaginado.
—Qué bonito... ¿Este es el espectáculo de luces del que me hablaste, Raaz? —preguntó Rasanaasha, con la mirada perdida y embelesada—. Es más bonito que cualquier vestido o adorno que haya visto nunca... —murmuró.
—Sí —asintió Raazsha con entusiasmo, radiante de felicidad—. Yuusuke dijo que en el sitio donde vivía, había edificios con un mecanismo así.
Se trataba de una decoración basada en colocar muchas pequeñas lámparas green sobre la carrocería, simulando un efecto de iluminación decorativa. Como hacer que las lámparas parpadeasen por sí solas era complicado, les había añadido un sistema de ocultación con dispositivos de apertura y cierre, controlados por un mecanismo. En su interior había filtros de colores en rojo, azul, amarillo y verde, que, tras un número determinado de aperturas y cierres, cambiaban automáticamente.
Las luces que recorrían la carrocería cambiando de color una tras otra no solo cautivaron al público presente, sino también a los guardias, a los miembros de las patrullas de palacio que esperaban en distintos puntos de la plaza y hasta a los sirvientes de la realeza en el estrado. Todos tenían los ojos clavados en el espectáculo.
—Está gustando, está gustando.
—Aunque... quizá habría estado bien verlo desde fuera.
—Ja, ja, ja. Totalmente de acuerdo.
Dentro del vehículo motorizado, Vermeer conducía con la ayuda de Zhahid. Hinke se encargaba de recubrir la carrocería con una membrana de viento para evitar que se colara polvo en el mecanismo de las lámparas. Zaisha e Hisotta asistían a Sorzak, quien controlaba el estado del musgo solar, rellenando con agua las jarras que alimentaban las lámparas.
Yuusuke y Sun estaban juntos en una plataforma algo más elevada, observando el vehículo y calculando el momento justo para activar la siguiente parte del espectáculo.
—Yuusuke, mira, ¡Raaz y Nasha están allí!
—¡Oh! Parece que Violet nos ha hecho el favor de conseguirles un buen sitio.
Violet agitaba los brazos con entusiasmo, y tanto Sun como Yuusuke le devolvieron el saludo. Incluso el Rey Esvobus, sentado junto a ella, mostró un gesto que delataba cierto disfrute. También Raazsha y Rasanaasha les saludaron con timidez.
—Bien. Es el momento. Vamos con el truco final.
—¡Mucho ánimo!
Yuusuke abrió el menú de personalización y sacó en pantalla el autobús descapotable en el que estaban montados.
La figura del capitán de la Patrulla del Dios Oscuro se alzó sobre el vehículo iluminado, y en cuanto alzó el brazo, toda la atención del público se concentró en él. En el instante siguiente, comenzaron a elevarse desde la parte inferior del vehículo una tras otra pequeñas partículas de luz.
—¡Personalización en cadena~!
Aplicando cualquier tipo de personalización, por simple que fuera, sobre la parte inferior del vehículo (una franja que rodeaba la carrocería como un parachoques) se generaba un efecto visual. Al repetir esa acción en cadena, el efecto se mantenía de forma continua, haciendo que las partículas de luz siguieran brotando sin parar. Era una idea basada en el Shift Move que había usado anteriormente al regresar a la aldea de Rufk.
Un rugido de entusiasmo recorrió la plaza de la torre como nunca antes se había oído.
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Como mucha gente se había reunido en la plaza de la torre para ver el desfile, el distrito de clase baja (que normalmente tenía un tráfico peatonal moderado) ofrecía ese día un aspecto algo más desierto de lo habitual. En uno de sus callejones más recónditos, más allá del arrabal de los más pobres, una sospechosa tienda se alzaba en silencio, casi como escondida.
En las estanterías de su interior se alineaban artículos igual de sospechosos: anticonceptivos ilegales muy populares entre los curanderos callejeros, pociones de origen desconocido y otros productos tan dudosos como el aspecto del propio local. Este era, en resumidas cuentas, un negocio de un comerciante del mercado negro, especializado en vender mercancía que no podía circular en tiendas convencionales.
—Jefe... ¿De verdad va a usar algo así...?
El dueño, que normalmente no se metía en los asuntos de sus clientes ni preguntaba por lo que compraban, mostraba una expresión de desagrado poco habitual. El producto que aquel hombre intentaba llevarse no era de mala calidad, pero sí tenía muy mala fama. Y ese hombre no era un cliente cualquiera: era uno de los más importantes para el negocio. Por eso, por primera vez, el tendero se atrevió a advertirle de que, en concreto, ese artículo podía traer muchos problemas.
—Si quieres seguir haciendo negocios, olvida lo que acabas de ver.
—Lo entiendo, jefe... Si no fuera por su recomendación, yo ya estaría pudriéndome en una celda.
—Eso también, puedes olvidarlo ya.
El hombre guardó el paquete entre sus ropas y, sin hacer el menor ruido, salió de la tienda.
Cuanto desprecio a esta novela tan buena, a mi me encanta jajaja. Gracias esta genial su trabajo como siempre, besitos.
ResponderEliminarVaya, me di cuenta que no deje mi comentario la semana pasada. Perdón.
ResponderEliminarEn fin, espectacular el cierre del desfile. Como siempre: lo mejor para el final. Y el Cuerpo Oscuro no decepciono para nada.
Esos desgraciados que siempre 'clavan el puñal por la espalda' espero que reciban su merecido.
PD: Como siempre, gran traducción.
Éxitos.
Muchas gracias.
ResponderEliminarMe pregunto qué preparativos hizo Yuusuke y ese suejeto al final... ¿veneno? o algo más peligroso para comprometer a Yuusuke (?)
Muchas gracias, ahora ese suejto del final.... qué planea contra Yuusuke (?)
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