Prólogo5: El Sello de Sol

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Novela original en chino por: 御我 (Yu Wo)
⸶La Leyenda del Caballero Sol⸷

Libro 5: La Liche Inmortal, Parte 1

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 Prólogo - La Liche Inmortal, Parte 1:

"El Sello de Sol”

“¡Detente!”

Me detuve. Aunque ellos no presentaban ni un poco de amenaza para mí, detenerme para jugar con ellos parecía ser una buena forma de pasar el tiempo.

“Míranos... Date la vuelta, ¡abre tus ojos y míranos!” Podía escuchar que esa persona estaba tratando muy arduamente de controlar sus emociones, pero no logró hacerlo. Al final, casi estaba gritando cada palabra.

“¿Por qué?” Aun así no le hice caso, y simplemente sonreía mientras decía, “No necesito hacer eso. Puedo verlos a todos ustedes, puedo verlo todo muy claramente.”

Sí, podía ver todo tan claro como el cristal. A mi espalda estaba el templo que originalmente era un edificio antiguo y espectacular. En la entrada, había dos puertas de piedras gigantes. Si las puertas estuvieran cerradas, en el centro se formaría el escudo del Sol. En cada lado, estaban dos columnas. Detrás de los pilares de piedra estaban enormes muros que se expandían en forma de abanico para formar una plaza arqueada.

Sin embargo, sin importar si era la puerta, los pilares o los muros, todos ellos estaban tallados con decoraciones tontas, ¡causándome que tenga que usar más esfuerzo mental de lo usual para sentir esas cosas inútiles!



Pero ahora luce mucho mejor. Los pilares habían caído al piso, los diseños decorativos fueron bien pulidos, y ya había destruido las dos puertas de piedra gigantes con una explosión. El templo entero había sido convertido en un gigante montón de piedras. Así todo era mucho más fácil de percibir. Todo lo que tenía que hacer era percibir una forma tosca, para evitar tropezar con las rocas mientras caminaba. Y en cuanto qué tipo de decoraciones había en la roca, ya no importaba.

“¡Sol! ¡Date la vuelta y míranos!”

¡Qué tipo tan molesto!

Simplemente me teletransporté frente a él, tan cerca que sólo había una distancia de más o menos sólo diez centímetros entre nosotros, y entonces abrí mis ojos. Le escupí cada palabra, “Te atreves a gritarme y ordenarme que me dé la vuelta y abra mis ojos, ¿acaso quieres morir?”

La respiración de la otra persona se volvió rápida, y en pánico me dijo, “Tus ojos...”

“¿Qué tienen?” Me burlé. “¿También son negros? ¿Acaso eso no es común? Mis ojos no son lo único que cambiaron de color.”

Él lo negó, “No son negros, son...”

“¡No quiero oírlo!” Después de rugirle levemente lo ridiculicé, “De todos modos no puedo ver el color que vas a decir. Así que todo el mundo sólo necesita tener un color, y eso será suficiente. Y ese color sería negro, negro ¡negro! ¡Jajajaja!”

De repente dejé salir una explosión de elemento oscuro, y mandé su cuerpo a volar. Originalmente él ya estaba gravemente herido, así que estaba incapaz de contratacar. Inmediatamente después de ser mandado a volar rodó unas cuantas veces por el piso, y entonces se cubrió la boca con las manos mientras tosía violentamente. Lo que tosía eran bocados de sangre.

Entre todos los caballeros que estaban tirados en el piso, sólo dos de ellos todavía podían pararse. Una vez que los dos vieron a la persona gravemente herida comenzar a toser sangre, instantáneamente revelaron expresiones de ansiedad, y corrieron a ayudarlo. Sin embargo, las heridas en sus propios cuerpos no eran leves tampoco. Cuando lo levantaron, tambalearon de lado a lado. Si se hubieran caído, entonces supongo que las heridas de los tres se hubieran agravado más; ¡hubieran muerto simplemente por su estupidez!

Burlándome dije, “Qué par de idiotas. Si ustedes se hubieran mantenido lejos de ese tipo, hubieran sido capaces de mantenerse con vida.”

Los tres de ellos levantaron sus cabezas, y el idiota que era cargado me gritó, “¡Sol! ¿De verdad piensas eso?”

“Soy Creus.” Le respondí no estando feliz. ¿Qué tengo que hacer para que este sujeto recuerde mi nombre? Sin duda yo lo he estado llamando por su nombre todo el tiempo. Él es... ¡Eh! ¿Cuál exactamente era su nombre de nuevo? ... Ah sí, ¡Era Leithe!

Ahora lo recuerdo. Con una sonrisa, le dije, “Leithe Juicio, si de arrodillas ante mí y me llamas Creus, tal vez considere dejarte ir.”

Leithe me miró, y su expresión parecía estar... triste, ¿supongo? Tal vez era así, o tal vez yo estoy exagerando las cosas. Puede que simplemente esté molesto. Quien sabe, ¿puede que realmente esté considerando arrodillarse y rogarme? ¡Jajaja!

A este punto, una de las personas sosteniendo a Leithe de repente gritó, “Tú no eres Sol, y tampoco eres Creus. ¡No eres nada!”

Abruptamente dejé de reír, y fríamente miré a la persona que había hablado. Esa persona era... Jacques. Así es, él es Jaques. Parece que adora decir cosas que no me gusta escuchar ya que siempre lo hace.

“Mátalos, Roland. A todos...” Pausé por un momento, apunté a Leithe y dije, “Excepto a él. ¡Quiero matar a este tipo personalmente! Empieza primero, ¡quiero verlo mientras mira sentado como todos mueren delante de él!”

“¡Sí!” Roland caminó pasando por mi lado, y caminó hacia Leithe y el resto. En sus manos sostenía su herencia familiar, la espada malvada.

Eso es extraño, ¿acaso él estaba aquí ahora? Comencé a sospechar un poco. Teóricamente hablando, nadie debería poderse esconder de mi visión de mago, especialmente el elemento oscuro tan espeso de Roland.

En ese momento, Roland se abalanzó con su espada, su velocidad era tan rápida que parecía una sombra borrosa. Sólo fue cuando agitó su espada contra Jaques que lo pude ver con claridad. Jaques no tuvo ni la más mínima oportunidad de reaccionar a tiempo, y la espada le golpeó en el hombro. La espada se deslizó hasta su pecho, tal vez hasta le cortó su corazón en dos.

Sin tener tiempo ni para gritar, Jaques cayó al piso directamente.

“¡Fuego!”

La otra persona sosteniendo a Leithe era Elmairy. Gritó agitado y estaba a punto de correr hacia él. Sin embargo, Roland sacó su espada del cuerpo de Fuego y con un movimiento hacia atrás cortó la cabeza de Elmairy.

Caminé con una carcajada maniática. Ahora, sólo queda Leithe. Este tipo... ¡quiero encargarme de él personalmente!

De repente, una sombra abruptamente corrió y se paró en frente de Leithe. Él era Ecilan. Extendió sus dos brazos ampliamente protegiendo a Leithe, y luego me gritó, “¡Sol, para con esto rápido! ¿Sabes qué es lo que estás haciendo ahora? Los Doce Caballeros Santos nunca matarían a los Doce Caballeros Santos, ¡esas eran tus palabras!”

Resoplé fríamente, y Roland instantáneamente corrió hacia él. Abanicó su espada y con dos movimientos dibujo una herida en forma de X en el pecho de Hielo. La herida era tan profunda que incluso se podían ver los huesos.

Después de completar su trabajo, jaló su espada y la guardó; subsecuentemente Ecilan cayó al piso lentamente, por supuesto, era el tipo de caída dónde no te puedes volver a levantar de nuevo nunca más.

“¡Detente! ¡Detente! ¡Ah!”

Leithe me miraba como si estuviera sufriendo un dolor profundo. Sacó la espada que estaba irradiado de luz santa... Eso es extraño. ¿Acaso estaba sosteniendo esa espada hace un momento? Estaba algo sospechoso de nuevo. Pero entonces, lo que Leithe dijo después inmediatamente me llamó la atención.

“¡Creus, Creus! ¡Te lo ruego, toma la Sagrada Espada del Sol! ¡Tómalo!”

“Ya que dijiste mi nombre... Bien, como quieras.”

Caminé hacia él, y extendí mi mano para agarrar la Sagrada Espada del Sol. La luz santa que desbordaba por toda la superficie de la espada me hacían sentir muy incómodo, era casi deslumbrante. En mis manos había un sentimiento de calor, pero no me lastimaba.

En ese momento, Leithe reveló una expresión de esperanza. Intentó preguntar, “¿Sol?”

Después de mirarlo le sonreí, él también sonrió. Sin embargo, después de eso él bajó su cabeza para mirar a todos los cadáveres en el piso, y con gran lamento, dijo, “So-Sol... no eres culpable de esto; todo esto no tiene nada que ver contigo. Todo esto es culpa de la persona que te lastimó.”

“No, esto tiene que ver conmigo.” Le dije con una sonrisa, “Porque yo soy quien le ordenó a Roland que los matara.”

Leithe se puso tieso.

A este punto, empujé la Sagrada Espada del Sol hacia adelante, e incluso antes de que Leithe dejara de moverse, la cuchilla de la espada ya había entrado a su pecho dejando sólo el mango visible.

Se tambaleó un poco, pero aun así consiguió pararse recto, incluso levantó su cabeza, y con una sonrisa amarga, dijo, “Creus... No, tú ya no eres Creus. Incluso si hubiera sido Creus, él no nos mataría. Creus ya está muerto. Tú sólo eres, sólo eres...”

¿Yo soy...?

¡Leithe, Leithe! No te caigas, dime...

En fin ¿qué soy exactamente?

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Traducido al español: Ishtar

Editado: Blacklily

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